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la Biblia Católica
“Cada uno de nosotros es su propio diablo, y hacemos de este mundo nuestro infierno.”
-Wilde
El sentimiento de pecado ha tenido gran arraigo dentro de la sociedad occidental. Algunas
instituciones como la Iglesia Católica se han encargado de esparcir la concepción del pecado
como imperdonable, llegando al punto de crear una efigie de la máxima expresión del pecado
conocido como Satanás o Lucifer. En este sentido, la presente reflexión pretende comprender
cuál es la figura semiótica de Satanás que se presenta en la Biblia y en la Divina Comedia de
Dante Alighieri. La comprensión de estas dos perspectivas se fundamentará en la descripción de
cada una de dichas obras, junto con una comparación de las similitudes y diferencias.
Finalmente, se establecerá cuál puede ser la comprensión actual que se la da a la figura de
Satanás de acuerdo con la interpretación que realiza tanto la religión católica como el autor
italiano.
En primer lugar, se mencionará la descripción bíblica que se hace de Satanás. Si bien el tema
del infierno es recurrente dentro del relato bíblico, sólo se tendrá en cuenta la representación
apocalíptica de Lucifer. En este orden de ideas, el Apocalipsis narra que “apareció en el cielo
otra señal: un enorme dragón de color rojo con siete cabezas y diez cuernos y una diadema en
cada una de sus siete cabezas”. (Ap. 12:3 Biblia Católica para Jóvenes). Además, se establece la
relación de la figura del dragón y la del diablo. “El gran dragón, que es la antigua serpiente, que
tiene por nombre Diablo y Satanás y anda seduciendo a todo el mundo, fue arrojado a la tierra
junto con sus ángeles.” (Ap. 12:9). Bajo estas apreciaciones, se entiende que la figura de Satanás
se presenta como un ángel caído, debido a las diversas batallas que se narran dentro de la Biblia,
incluyendo los elementos que lo presentan como expresión máxima del pecado y el error
humano. Esta interpretación nos permite mostrar la dominancia que tiene Dios sobre la figura
máxima del infierno, puesto que se establece siempre a Satanás como el perdedor de toda batalla,
como el que debe verse desterrado de los reinos de Dios.
Figura 1. Representación de Satanás de acuerdo con el Apocalipsis bíblico.
“¡Qué asombro me produjo ver tres rostros en su cabeza! El que mostraba delante era
rojo; de los otros dos que se unían a éste y se juntaban a los lados de la frente, el de la
derecha parecía entre amarillo y blanco y el de la izquierda tenía el color de los habitantes
del valle del Nilo. Dos grandes alas, proporcionadas a semejante monstruo, salían de
debajo de cada rostro y no tenían plumas, pues eran parecidas a las de los murciélagos”
(Alighieri, 1993, p. 90).
Esta figura que se nos presenta de Satanás nos muestra un aspecto repugnante, que genera
repulsión a cualquiera que lo vea. La intención del autor italiano es mostrar una figura que
genere temor, pues la obra de Dante mantiene un propósito moralizante, es decir, busca suscitar
elementos de aversión hacia el error a través del temor, con el fin de corregir y castigar las
conductas erróneas en la sociedad de su época.
Figura 2. Representación de Satanás de acuerdo con La Divina Comedia.
Bajo estas dos perspectivas, la presente reflexión busca entender los elementos que permiten
comprender la lectura que se realiza de cada figura de Satanás. Una de las principales similitudes
entre ambas, es la presencia de alas, que hacen referencia a lo divino y a Satanás como
representación de un ángel caído. En adición, la representación bíblica e italiana se asemejan en
mostrar una figura aterrorizante, pues esta construcción del mal pretende atemorizar a la
sociedad con el fin de crear conciencia sobre lo negativo del error y el pecado a partir del temor.
Sin embargo, existen claras diferencias entre ambas figuras. Dentro de estas, se destaca el
tamaño de Satanás, pues en la Biblia se nos presenta un ser de tamaño normal, mientras que en el
Infierno de Dante es un gigante. Esta diferencia se puede explicar desde el contexto histórico,
pues en la Italia de la Edad Media, la Iglesia tenía una influencia descomunal que explica porque
Dante pretende crear tanto temor a partir de la figura colosal del mal.
Este punto dinámico de comprensión nos permite entender cuál es la apreciación que se hace
de la figura de Satanás desde nuestra realidad. En un primer momento, tomando en cuenta la
descripción bíblica, se entendería la dominación de Dios sobre la representación del mal, por lo
que nos inclinaríamos hacia lo divino. En una segunda instancia, si se toma la interpretación de
Dante como la cosmovisión que se tiene del pecado y del mal, el temor que suscita la figura de
Satanás nos obligaría a orientarnos hacia un elemento opuesto al error y el infierno con el fin de
evitar tal sufrimiento. Desde una óptica global y a partir de estas deducciones, podemos analizar
cuál interpretación damos a Satanás desde la convergencia de ambas figuras. Esto suscita un
sentimiento profundo de temor que se representa en el aspecto que se le da a cada figura. En este
orden de sentido, podemos observar que la representación que se hace de Satanás tanto en la
Biblia como en La Divina Comedia tiene un carácter moralizante que se percibe a partir del
sentimiento de temor que busca dar cada figura.
Referencias.