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América Central desde 1930

Desde 1930 se produjo en América Central un espectacular aumento de los regímenes


dictatoriales y autoritarios, que tendieron a reforzar el dominio oligárquico. A fines de 1931 el
coronel Maximiliano Hernández Martínez dio un golpe en El Salvador que acabó con el
gobierno de Arturo Araujo y mantuvo el cargo hasta 1944. En Honduras, Tiburcio Carias
Andino, jefe del conservador Partido Nacional y presidente desde 1932, se mantuvo en el
poder como dictador hasta 1948. En Guatemala la dictadura del general Jorge Ubico se
extendió de 1931 a 1944, hasta que un golpe a cargo de oficiales jóvenes acabó con ella y
planteó la democratización del país. Las elecciones fueron ganadas por Juan José Arévalo, un
civil que planteó profundas reformas políticas y sociales. Al mismo tiempo se autorizó la libre
sindicación de obreros y campesinos, que presionaron exitosamente por mayores salarios y
por la mejora de la legislación laboral. La presencia comunista en estas organizaciones fue
clave para comprender su éxito. A las elecciones presidenciales de 1950 se presentaron dos
militares. Uno de ellos, el mayor Francisco Arana, murió en circunstancias confusas, recayendo
las sospechas sobre el otro candidato, el coronel Jacobo Arbenz, que finalmente fue elegido.
Arbenz contó con un escaso respaldo militar, por lo cual trató de encontrar mayor apoyo en el
mundo rural intensificando la reforma agraria comenzada por Arévalo. La ley era bastante
moderada, ya que afectaba únicamente a las tierras sin cultivar, pero en esa categoría entraba
la mayoría de las posesiones de los grandes propietarios, especialmente de la United Fruit, con
sus plantaciones bananeras de las tierras bajas del Caribe. La empresa que era propietaria de
varios puertos y un ferrocarril, también se vio afectada por el proyecto gubernamental de
construir un gran puerto oceánico y una carretera que uniera la capital con el Atlántico. El
secretario de Estado del presidente Dwight Eisenhower, John Foster Dulles, se propuso acabar
con la experiencia guatemalteca, no sólo por los ataques sufridos por la United Fruit, sino
también porque la presencia comunista en el país, pese a ser limitada, era un mal precedente
para el continente. Más grave aún era la resistencia del gobierno guatemalteco a participar en
la cruzada anticomunista impulsada por Washington. El problema creado por el gobierno de
Arbenz se resolvió con un golpe preparado en Honduras por oficiales guatemaltecos, con
apoyo de los Estados Unidos. El paso siguiente fue la destrucción de las organizaciones obreras
y campesinas. La presidencia la iba a ocupar el coronel Carlos Castillo Armas, que se mantuvo
en su puesto hasta su asesinato en 1957 y al año siguiente se eligió al general Miguel Ydígoras
Fuentes. En Costa Rica, pese a las diferencias con sus vecinos, la república oligárquica se
mantuvo firme. En 1936 surgió el Partido Nacional Republicano inspirado en la derecha
europea, que a partir de 1940 fue ganado por las reivindicaciones reformistas y comenzó a
construir el "estado del bienestar", contando con la colaboración del Partido Comunista. Desde
1943 la oposición conservadora marcó sus desacuerdos con el régimen. En 1946, José Figueres,
un ex militante conservador, fundó un nuevo partido de orientación socialdemócrata. En las
elecciones de 1948 el presidente Teodoro Picado quiso imponer a su predecesor, Rafael
Calderón Guardia, pero fue derrotado por Otilio Ulate, líder de la conservadora Unión
Nacional, que se presentaba junto con el partido de Figueres. El Congreso rechazó el resultado
y la guerra civil se hizo inevitable, enfrentándose las milicias costeñas, organizadas por los
comunistas y el principal sostén del gobierno, con las fuerzas de Figueres, del Valle Central,
que finalmente triunfaron. El país fue gobernado por una junta encabezada por Figueres
durante un año y medio, que tomó drásticas decisiones. Disolvió el ejército, nacionalizó la
banca, promovió el desarrollo agrícola y energético con un impuesto al capital e ilegalizó al
Partido Comunista. Su anticomunismo salvó a la revolución, ya que los derrotados habían
buscado el apoyo de Anastasio Somoza, que fue frenado por Washington, dadas las
inclinaciones del nuevo gobierno. Las elecciones para la Asamblea Constituyente de abril de
1949 fueron un rotundo triunfo conservador y a fin de año Ulate fue elegido presidente por
gran mayoría. El ajuste económico que impuso y la subida de los impuestos a las exportaciones
fueron una fuente importante de impopularidad. Esta se amplió porque el resurgir comunista
en las filas del sindicalismo fue severamente reprimido. En las elecciones de 1952 el Partido de
Liberación Nacional (PLN), liderado por Figueres, obtuvo una victoria aplastante. Se inauguraba
la alternancia entre el PLN y los conservadores, uno de los elementos que garantizan el
funcionamiento del sistema costarricense. Figueres retomó su programa de búsqueda del
"estado de bienestar": impuesto a las rentas, proteccionismo industrial, fomento agrario,
ampliación del sistema provisional. En Nicaragua, al igual que en el resto de América Central,
los efectos de la crisis fueron considerables y coincidieron con la presencia norteamericana.
Desde 1928 los Estados Unidos intentaban retirarse sin perder la influencia en el gobierno y en
la sociedad. La resistencia armada encabezada por Augusto César Sandino, con un programa
liberal y algunas reivindicaciones propias de la Revolución Mexicana, postergó la retirada hasta
1933, pese a que Sandino aún no había sido vencido. Antes de retirarse los norteamericanos
crearon la Guardia Nacional. Su jefe, Anastasio Somoza, asesinó a Sandino en 1934 y tuvo libre
el camino al poder, que no abandonaría hasta su muerte. El asesinato del jefe de la dinastía en
1956 sólo sirvió para que su hijo Luis se hiciera con la presidencia. El régimen intentó
modernizar la economía promoviendo los cultivos tropicales exportables, como café y
plátanos, a lo cual sumó el algodón. En la República Dominicana la Guardia Nacional se creó en
1924 y su jefe, Rafael Leónidas Trujillo, dio un golpe en 1930 y conquistó el poder. Su
megalomanía se tradujo en un fuerte culto a la personalidad: llamó a la capital Ciudad Trujillo y
dio a la segunda ciudad del país el nombre de su madre. Su país se incorporó a la producción
azucarera, de la mano de grandes compañías norteamericanas y de otras con fuertes intereses
del mismo Trujillo. En Puerto Rico sentían la estrecha relación con Estados Unidos. Al finalizar
la Segunda Guerra Mundial se produjeron algunos cambios, como las mejoras sanitarias que
permitieron el crecimiento demográfico y el fomento del azúcar. Hasta 1945 la salida para los
independentistas era la insurrección, una fantasía más que una realidad. La labor de Luis
Muñoz Marín, un notable miembro de las elites autonomistas, y luego un partidario del
anexionismo, fue crucial para incorporar a las masas a la política. Fundó el Partido Popular
Democrático, con un programa de reforma social y progreso económico y ganó las primeras
elecciones de gobernador que se celebraron en 1947 (hasta entonces un cargo de designación
presidencial) y convirtió a la isla en un Estado Libre Asociado, con autonomía administrativa y
educativa. Esta situación tuvo efectos contradictorios. Si por un lado preservaba en mejores
condiciones la herencia hispana del país y sus habitantes, por el otro estrechaba los lazos con
los Estados Unidos. Las inversiones extranjeras fueron el camino para promover el desarrollo
económico, pero no fueron suficientes. Ni las ayudas del gobierno federal a los grupos menos
favorecidos ni la emigración al continente remediaron la situación y sólo pusieron de relieve la
mayor dependencia con la metrópoli.
LA GUERRA FRÍA (1947-1989)

La Guerra Fría comienza apenas finaliza la segunda guerra mundial (Dos años más tarde). La
segunda guerra mundial que termino en el 45 deja varias consecuencias tanto en el aspecto
económico, social y político.

Económico:

• Destrucción de los medios producción.

• Implementación de la fuerza aérea.

• Victimas (muertes).

Político:

• Caída de los regímenes autoritarios en Europa.

• Formación de las dos grandes potencias.

Social:

• Disminución de hombres que dejo la guerra.

• Mas de 50.000 millones muertes.

La posguerra se caracterizó por la aparición de dos grandes superpotencias EE. UU y la URSS,


que son los dos bloques que lideran: el capitalismo y el comunismo.

La Guerra fría fue un conflicto de orden mundial entre las dos grandes potencias. Estos países
en el transcurso del siglo XX se instalaron en el poder quedando frente a frente en mitad del
Continente Europeo, Tal conflicto mantuvo un estado permanente de tensión internacional.
Este periodo es caracterizado por:

• Tensiones entre EE. UU y la URSS: Fuerte competencia en armamento, espionaje.

• Conflictos localizados en terceros países. Se evita el enfrentamiento directo.

• Las superpotencias mantienen una estricta vigilancia política e ideológica en sus áreas de
influencia.

ETAPAS DE LA GUERRA FRÍA

MÁXIMA TENSIÓN (1947 – 1953)

- En los países de la Europa del Este- liberados por el ejército rojo se imponen con métodos
pocos democráticos.

- Formación de las dos alianzas militares la OTAN y el Pacto de Varsovia.

- Crisis de Berlín (1948) Intento de reunificación de las 3 zonas occidentales, Truman rompe el
bloqueo mediante el puente aéreo. En 1949 se forman la RDA y la RFA.
-Guerra de Corea (1950 -1953) División de corea en dos por el paralelo 38º. La invasión del
corea del sur occidental por parte del norte –comunista. Los soviéticos y chinos ayudaron a
corea del norte, mientras que EE. UU apoyo a corea del sur.

COEXISTENCIA PACÍFICA (1953- 1975)

Los acuerdos de reducción de armamento se alternan con nuevos conflictos:

- Las crisis del Suez (1956) Intervención de Israel y fuerzas occidentales.

- La sublevación de Hungría (1956) Aplastada por las tropas soviéticas.

- La Instalación de los misiles Soviéticos en Cuba (1959) y la construcción del muro de Berlín
para frenar la huida de la población hacia la RFA.

- Guerra de Vietnam (1959 – 1975) Unión soviética y china ayudaron a Vietnam del norte a
derrotar a Vietnam del sur, que fue apoyada por EE.UU.

- EE. UU envía asesores militares. En 1964 Johnson envía contingentes militares. En este
periodo se practica una guerra dura: armas químicas y bombardeos masivos.

- Tratado de Paris (1973) EE. UU se retira de Vietnam.

- Vietnam (1976) Se unifica.

REBROTE DE LA GUERRA FRÍA (1975-1989)

- La Guerra de Afganistán: Estados unidos ayudo a los rebeldes islámicos para expulsar al
ejército soviético.

- La URSS aprovecho la debilidad de EE. UU para aumentar su influencia.

- Guerra Civil de Nicaragua (1979-1980) Unión soviética respaldo al sandinista mientras que
estados unidos a los contras.

- En la EE. UU Ronald Reagan trata de recuperar el orgullo durante el periodo pacifista de


Carter: Intervenciones en Centroamérica, Ampliación de la OTAN y la política de rearme que
culmino en la guerra de las galaxias.

-La llegada de Gorbachov al poder en la URSS en 1985 y el inicio de la perestroika suponen la


rendición soviética y el final de la guerra fría.

AMÉRICA LATINA DURANTE LA GUERRA FRÍA

(1947-1989): UNA INTRODUCCIÓN

Javier Agüero García

Conocer el pasado del continente de América Latina tiene un antecedente anclado,


precisamente en el desarrollo de la Guerra Fría. La enunciación de la Doctrina Truman y la
firma del tratado de ayuda mutua entre países de Latinoamérica y los Estados Unidos.
Este período que va desde 1947 hasta 1989 es el analizado en este escrito. El tema central es
el de América Latina en la coyuntura de la Guerra Fría. La pregunta que este documento es:
¿cómo fue la evolución política del subcontinente durante los años de la Guerra Fría? A
continuación, se esbozan los subtemas que guían la exposición en los diferentes apartados:

• La guerra fría como contexto necesario para explorar los aspectos más significativos para el
periodo (1947-1989).

• Extensión del orden bipolar a lo largo de América Latina.

• La estabilidad endeble de algunos de los países para llegar a determinar qué tan sólidos eran
sus sistemas políticos.

• La dictadura como forma de autoritarismo, conforma el análisis de tres realidades en el Cono


Sur: en Argentina, en Brasil y en Chile.

• Las revoluciones y su destino, también constituyen un tema, en el tanto configuran un


espectro dinámico. Aquí se analizan los casos de Cuba y de Nicaragua por ser los responsables
de dejar una huella más reconocible a lo largo del tiempo.

• El ojo de la tormenta lo constituye la región centroamericana, parte de lo sucedido en


Guatemala en 1954, hasta la caída del general Manuel Antonio Noriega en Panamá.

1. La Guerra Fría, un contexto necesario: al finalizar la segunda guerra mundial da como


resultado la existencia de dos fuerzas antagónicas: capitalismo y democracia (EE. UU o bloque
del oeste) y el comunismo y una economía planificada (la URSS o bloque del este). Frente a
estas potencias existían dos temas de difícil acuerdo, por un lado, Stalin reclamaba los
territorios liberados en Europa del Este por el Ejército Rojo y por el otro lado, Roosevelt y
Churchill deseaban impedir que la unión soviética entrara en guerra directa contra los nipones
y se produjera una división del Pacífico, ambos líderes querían resguardarse del creciente
poderío soviético en expansión.

La segunda guerra mundial finaliza con el tratado de Yalta, en el cual se vio como inminente la
división de Alemania y Europa dibujado en un sistema de relaciones internacionales
caracterizado por dos modelos antagónicos de sociedad, dando lugar al inicio de la guerra fría.
Las características de las mismas son:

• Los Estados Unidos y la Unión Soviética se convirtieron así en los dos grandes vencedores.

• En Europa, la gran ganadora –por lo menos en el plano territorial– fue la Unión Soviética al
controlar los países ubicados al Este (Alemania Oriental, Hungría, Checoslovaquia, Yugoslavia,
Bulgaria, Polonia y Rumania). Con la finalidad de que el resto de Europa no cayera en las garras
del monismo, los Estados Unidos decidieron inyectar capital destinado, mediante el Plan
Marshall para así lograr la tan ansiada reconstrucción.

• Se inició con el conflicto ocurrido en Alemania, concretamente con el bloqueo terrestre de la


sección oeste de la ciudad de Berlín. La acción fue dirigida por la Unión Soviética. Los países
occidentales tuvieron que tender un puente aéreo para surtir de víveres, de carbón y de
artículos de primera necesidad a la ciudad de Berlín.

• Durante la guerra fría se configuró un mundo bipolar con una clara visión antagónica entre el
Este, pro Moscú, y el Oeste, en favor de Washington. En este contexto se originó también la
Guerra Fría en el resto del mundo.
• Entre 1945 y 1989 este enfrentamiento entre los dos súper poderes emergidos luego de la
Segunda Guerra Mundial paso por cuatro fases: A) El de una primera Guerra Fría: entre la
conferencia de Yalta (1945) y la conferencia de Bandung (1955). Se supuso también el bloqueo
de la ciudad de Berlín y el conflicto coreano. B) El de la coexistencia pacífica (1955-1962)
caracterizado por una baja en la tensión de los conflictos. los Estados Unidos fundaron la NASA
para competir con la Unión Soviética en la conquista del espacio. Al final de esa fase se
construyó el muro de Berlín, estructura de hormigón que sustituía la antigua alambrada, para
impedir las migraciones del este hacia el oeste. C) El de la distención, abarcó desde la crisis de
los misiles (1962) hasta el gobierno de Jimmy Carter, hacia 1975. Fue una época de una relativa
estabilización del sistema internacional, al grado de que las potencias tácitamente se
prometieron una a otra no asustarse, D) La nueva Guerra Fría inició con la invasión de
Afganistán por parte de los soviéticos y culminó con la muerte súbita de la confrontación entre
Este-Oeste en noviembre de 1989 con la caída del muro de Berlín.

2. La guerra fría en América Latina: Los países de América Latina, independientes la mayor
parte desde las dos primeras décadas del siglo XIX, formaron parte de este Tercer Mundo dado
que compartían características semejantes a los de sus homólogos de Asia y de África: bajo
ingreso per cápita y altos índices de pobreza, entre otros. Por otro lado, llegaron a quedar
dentro de esfera de influencia de los Estados Unidos, dado que en 1947 el presidente Truman
hacia explicito el interés de la potencia de combatir cualquier forma de gobierno que atentare
en contra de los principios democráticos y de las elecciones libres. Seguidamente se exponen
las características particulares de este período.

• Con el fin de la Segunda Guerra Mundial se diluyeron las alianzas forjadas en su momento
por la Unión Soviética y los Estados Unidos y dio inicio, en el plano social, a un período de
luchas internas en los grupos sindicales. Las tendencias más orientadas a la izquierda,
terminaron siendo las grandes perdedoras, puesto que se asumió que sus homologas de
derecha eran las portadoras de un orden democrático más afín con Occidente.

• Como una consecuencia directa de la Segunda Guerra Mundial, los líderes triunfantes
buscaron la manea de idear formulas con la finalidad de preservar la paz; una de ellas fue
depositar la confianza en un orden internacional, que a su vez brindara seguridad a la
colectividad. Este fue el espíritu de la creación de la ONU.

• Como se observó con antelación, la Doctrina Truman fue un corolario de la Doctrina Monroe
y sobre este mismo sistema se articuló otra durante los años sesenta: la de la Nueva Frontera,
que, a su vez, era derivada del principio de contener al comunismo. En ese contexto estalló la
revolución cubana, junto con las dos sanciones surgidas en el seno del gobierno de
Washington: el apoyo a los grupos contrainsurgentes y la formulación de la Alianza para el
Progreso.

• La contrainsurgencia incluso se remonta a tiempo antes, desde el mismo derrocamiento del


gobierno de Jacobo Arbenz en Guatemala en 1954, fue la primera batalla de la Guerra Fría en
América Latina.

• En 1969, el Informe Rockefeller recomendaba la necesidad de contar con gobierno


dictatoriales transitoriamente que, con el ejercicio de su mano dura, garantizaran la seguridad
continental.
• La Alianza para el Progreso era un programa para implementarse a lo largo de diez años,
incluía una inversión proveniente de Washington de diez mil millones de dólares,
asemejándose a un plan Marshall para América Latina.

• La Revolución Cubana recogió ideas de pensadores como Simón Bolívar y José Márti. A su vez
se constituyó en el modelo de exportar y casi en un mito de izquierda: ese era el deseo del Che
Guevara.

• De acuerdo con lo anterior, surgieron a partir de 1964 una serie de dictaduras que
modificaron el rostro político del subcontinente: Brasil en 1964; Bolivia en 1971; Uruguay y
Chile en 1973; Perú en 1975; y Ecuador y Argentina en 1976. El común denominador de estos
regímenes era ser fieles creyentes de la Doctrina de Seguridad Nacional.

• Con el paso de los primeros años, el enemigo de la seguridad hemisférica dejó de ser externo
para los Estados Unidos, la Unión Soviética en sí no era lo que desvelaba a las autoridades con
sede en Washington; era más bien la peligrosidad del riesgo interno de los países
latinoamericanos, encarnado en la insurrección, o bien en la llegada de gobiernos con
orientación reformista como el de Arbenz en Guatemala.

3. Una estabilidad endeble: la continuidad de los procesos electorales en México. Colombia y


Venezuela brindaba una imagen de una relativa estabilidad dentro del resto de los estados
latinoamericanos.

El caso más representativo fue México, puesto que el PRI (partido revolucionario institucional)
evito los golpes de Estado. Durante la segunda posguerra, el PRI se convirtió en uno de los más
fieles seguidores de los dictados de Washington y consiguiente, fue relegando a los escaños
inferiores a los sectores de izquierda. Ya hacia la década del 60 mediados del 70. El presidente
Adolfo López Mateos reforma la constitución a favor de la apertura política, y censura a la
izquierda en su máximo sentido de la palabra, incluyendo la influencia en los textos escolares
(complimiento de Thomas Man al prestar 400 millones de dólares). Vale aclarar que los
movimientos urbanos tampoco fueron la excepción. Las políticas en contra de los sectores
medios y populares, se tradujeron a la represión que dejo una estela de sangre:

• Masacre de Tlatecolco, en donde se cobró la vida de cientos de jóvenes que protestaban en


la plaza de las tres culturas

• Corpus Chirti en 1971.

En el interior, ya se estaba experimentando los movimientos guerrilleros, lo que indicaba que


la violencia iba en aumento. Resulta interesante que después de cada hecho represivo o
generador de malestar social, surjan eventos de gran escala, tal como fue la inauguración de
los juegos olímpicos (1960) y el mundial de futbol (1986).

Durante los 1976 y 1988, el país se encontraba en una situación crítica. Mientas crecía el
subempleo en el campo, aumentaba la exportación de petróleo (boom posguerra) pero no
tardó en llegar la subida del barril del crudo a nivel internacional en el cual se adquirieron
cuantiosos prestamos financieros a organismos internacionales llevando al país un profundo
endeudamiento, esto genero extremo malestar social y la respuesta gubernamental fue la
aplicación de la represión. En su segundo mandato, se pronuncia el derrumbe económico y los
niveles de corrupción crecieron. A toda esta crisis se suma el terremoto producido en el 1985,
el cual no se quiso pedir ayuda a las FFAA ni pedir ayudas monetarias, fueron las multitudes
ciudadanas las que prestaron asistencia. Luego de este hecho lamentable, las cifras de
fallecidos subieron provocando nuevamente malestar social.

En Colombia, su sistema político era dirigido por gobiernos civiles, pero durante la segunda
posguerra, dos aspectos tuvieron amplia repercusión incluso decenios posteriores

• La tenencia de la propiedad desigual y los constantes inicios de reformas agrarias. Se


produce la “operación Colombia” en donde gran cantidad de campesinos, fueron trasladados
al ámbito urbano para la construcción de las viviendas.

• El bogotazo que surge tras el asesinato de Jorge Eliecen Gaitán, líder revolucionario fundador
de la UNIR. Mientas la oleada de revueltas populares reclama al asesino del líder político, por
su parte, la policía sublevada repartió armas a la multitud. Se produjeron saqueos, represiones,
muertes y se impuso el Estado de Sitio y toque de queda.

En torno a las causas del asesinado del líder, sobresale un hecho coyuntural, en Bogotá se
estaba celebrando la Novena Conferencia Panamericana. Argentina y Uruguay presionaron
para aplazarlo, dándole el tiempo necesario a fin que EEUU definiera cual iba a ser la política
para Latinoamérica en el contexto de la implementación del plan Marshall.

A partir de este hecho, surgieron las FARCs encargadas de matar a liberales, políticos o líderes
sindicales. En 1957 se estableció una cierta estabilidad política gracias a la celebración de
elecciones periódicas. Kennedy visita Lleras Camargo, pronuncio un discurso de ayuda al país a
través de la Alianza para el Progreso en donde exhortaba a los empresarios y a terratenientes
para que realizaran las reformas agrarias y fiscal.

En Venezuela, se registró un autoritarismo posterior a la segunda guerra mundial y siguió los


dictados del poder hegemónico de Washington. Al igual que Colombia, Venezuela inicio su
experiencia de elecciones regulares a partir de la dictadura de fin de los 50 y una vez excluida
el partido comunista como opositor del régimen. Recibía ayuda de EEUU dirigida al apoyo del
Modelo de ISI.

Venezuela, bajo el mandato de Betauncurt, fue impulsora de la creación de OPEP


(Organización de Países exportadores de petróleo). El mundo urbano gozo de la explotación
del petróleo, pero, como sucedió con México, la suba de precios del Barril del Crudo hizo que
se solicitara ayuda económica a los organismos financieros, provocando endeudamientos,
crisis económica y malestar social.

Ya por la década del 80, se produce el “Caracazo”. Una revuelta popular que dejo cientos de
muertes, represiones, etc. Esta, reclamaba las políticas propuestas por el FMI que consistió en
el “Paquete económico”, germen reproductor de grandes crisis.

4. Dictadura como forma de autoritarismo: La evolución histórica de Argentina, Brasil y Chile


tiene en común la escalada hacia el autoritarismo dictatorial conforme se acercaron a los años
setenta. Esa década se convirtió en el umbral que dio paso a la represión desmedida y el
atropello sin ambages a los derechos humanos.

En 1946, en Argentina, un líder carismático había llegado al poder en 1946, el coronel Juan
Domingo Perón, en 1955 fue destronado por los militares y se inició una época de golpes de
estado que invadió la historia política argentina hasta los años ochenta. A partir de 1955
gobernaron Arturo Frondizi (1958-1962), Arturo Ilia (1963-1966) y Juan Carlos Onganía (1966-
1970). Juan Domingo Perón llegó de nuevo a la presidencia de su país en 1973. Con la muerte
del líder populista, autor del justicialismo, ocurrida en 1974 el gobierno pasó a María Estela
Martínez (su esposa que era la vicepresidenta) y se agudizó el caos en toda su expresión: crisis
económica como resultado del aumento de los precios del petróleo, una inflación galopante
responsable de la pérdida del poder adquisitivo por parte de la mayor parte de la población y,
ante todo, el inicio de una ola de violencia orquestada fundamentalmente por la Triple A. En
marzo de 1976 ocurrió un golpe de estado que llevó al poder al general Jorge Rafael Videla,
que lejos de resolver el problema de la inestabilidad política, lo e impulsó el terrorismo de
estado. Frente a esta realidad que agobiaba a la sociedad argentina, el gobierno
estadounidense de Carter, afanado por emplear la retórica de defensa de los derechos
humanos, no intervino. Mientras tanto, los generales del país austral entusiasmaron a Los
argentinos con la celebración del Campeonato Mundial de Fútbol en 1978.

En 1981 Videla entregó el poder al general Roberto Eduardo Viola (1981), quien devaluó el
peso un 400 %, y este a su vez delegó la presidencia a Leopoldo Fortunato Galtieri (1981-1982)
quien, además de empezar a desregularizar la economía y de desestatizar actividades, llevó a
cabo una campaña de exacerbación de nacionalismo a partir de la invasión sorpresiva de las
Malvinas.

Poco tiempo después, en 1983, se convocó a elecciones en las que salió victorioso Raúl
Alfonsín, quien tuvo que ceder ante las presiones de los militares al otorgarles la impunidad
por el grave daño cometido a los argentinos. Luego llegó el neoperonismo con Menem, quien
una vez en el poder olvidó su discurso popular y comenzó una acelerada carrera hacia la
privatización de la institución y otorgó el perdón a quienes habían atentado contra los
derechos humanos.

En Brasil, la historia marchó por los caminos de la crisis social, enmarcada por el populismo y la
dictadura. Esta crisis tuvo su origen durante los años treinta y cobró mayor sentido con el
arribo al poder de Getulio Vargas en su segundo mandato en 1946. Bajo su gobierno se
impulsó la modernización, se nacionalizó el petróleo y se creó Petrobras; durante la década de
1950 el país había crecido en términos económicos, pero con un rezago en el mundo rural. Por
otro lado, los militares se sentían amenazados por el creciente poder de organización de los
sectores de izquierda. Johnson (presidente de EE.UU) era uno de los fieles creyentes de la
Doctrina de Seguridad Nacional que otorgaba un papel protagónico a los ejércitos, no titubeo
en otorgar apoyo a los coroneles; su interés se unió con la voluntad de la milicia y pronto
derrocaron al gobierno electo. El ejército brasileño fue uno de los iniciadores en poner sobre el
tapete el tema de la guerra revolucionaria como una extensión del marxismo leninismo en
América; su resultado fue el paso decidido a la vía armada con el empleo de la cruda represión
para aplacar cualquier movimiento de insurgencia. Entre esos años hasta 1985, se sucedieron
en el tiempo una serie de gobiernos militares en medio de una tranquilidad relativa controlada
bajo una buena dosis de represión que incluso tuvo eco en el exterior. El fracaso de los
militares en el poder hizo que, en 1985, se diera paso al gobierno de José Sarney (1985-1990).
Después llegó a la silla presidencial Fernando Collor de Melo (1990).

La suerte de Chile probablemente fue la más trágica de las dos anteriores; la acción de los
grupos conservadores de la burguesía, en contacto con la CIA, lograron derrocar a un gobierno
democrático elegido en 1973. El recurso mineral fue nacionalizado en 1971, con apoyo de la
oposición. Sin embargo, la violencia iba en ascenso junto la desestabilización económica; el 11
de septiembre de 1973 se produjo el golpe de estado al mando del general Augusto Pinochet,
quien una vez en el poder, inauguró una era de persecución y de represión. El gobierno
desarrolló un temible estado policiaco dominado por la persuasión y la intimidación. A lo largo
de la dictadura, que se prolongó desde 1973 hasta 1988, se calcula que el régimen privó la
libertad y desapareció a unas 300.000 personas; esto sin contar a 5.000 que fueron sometidas
a las más inmisericordes torturas.

En el plano económico la fórmula aplicada consistía en la liberalización de la economía y en la


transformación hacia un estado minimalista ocupado solo de los aspectos básicos, esto es, sin
brindar servicios sociales.

Después de casi quince años, en medio de una cruda represión y de campañas de combate a la
pobreza que consistían en desaparecer a los pobres; el dictador en 1988, siguiendo el consejo
de sus allegados, accedió someterse a un plebiscito.

Como balance de las dictaduras de Cono Sur, que intimidaron a los estudiantes, a las mujeres y
al resto de la sociedad civil, se puede coincidir que, Dentro de lo estipulado por la Doctrina de
Seguridad Nacional, las medidas echadas a andar por las juntas militares y por los coroneles no
crearon proyectos de orientación nacional, porque su naturaleza del ejercicio del poder se
basó en la exclusión y en el terror.

5. El destino de las revoluciones: el tercer mundo se convirtió en el caldo de cultivo propicio


para la germinación de las revoluciones durante los tiempos de la Guerra Fría.

Latinoamérica no fue la excepción ya que se pueden señalar focos revolucionarios Quizá el


caso más emblemático sea el cubano, debido a que probablemente, pese a todo, ha sido el
único sobreviviente de todos los demás estallidos o proyectos que luego fracasaron. En Cuba la
situación era bastante particular porque desde su emancipación política de España en 1898, se
inició una fase de creciente presencia estadounidense. En 1959 el triunfo de esta revolución
causó mella en los Estados Unidos; era una época de escalada de la Guerra Fría durante el
gobierno de Kennedy, quien había asumido la presidencia en 1961; un año y medio después
del triunfo Fidel Castro. En 1962 se efectuó la instalación de misiles en la isla. Luego de una
negociación entre Kennedy y Jrushchov, se evitó un holocausto nuclear en el mismo año.

Veinte años después del arribo de Castro en Cuba triunfo otro movimiento revolucionario, esta
vez en Nicaragua. Allí la dinastía de la familia Somoza que inició en 1937 hasta 1980, dando
lugar al nacimiento del gobierno de los sandinistas, que buscó la protección de Moscú. El
régimen somocista se enmarcó dentro del patrón del incremento de las desigualdades
crecientes, tan característico para el conjunto de Centroamérica dadas las enormes brechas
sociales existentes generadas al calor de la expansión de la producción agropecuaria dedicada
a la exportación. Sin embargo, el conflicto fue más allá de las fronteras ístmicas porque se
descubrió el origen turbio de los recursos financieros que servían de soporte a la
contrainsurgencia centroamericana. Esto a partir de hacerse pública la información acerca de
la venta de armas por parte de los Estados Unidos al régimen fundamentalista, Al cabo de un
año y medio del escándalo, en agosto de 1987, se firmó el Plan de Paz en la ciudad de
Esquipulas en Guatemala, y con ello se dio por terminado el apoyo de los Estados Unidos con
fines militares.

No puede pasar por alto que en medio de esta década tan convulsa y en el contexto de una
gira por Centroamérica en marzo de 1983, el Papa Juan Pablo II visitó Nicaragua. No es errado
pensar que tanto EE. UU como el Vaticano coincidían en el apoyo a la contrainsurgencia.

6. El ojo de la tormenta: la superficie de centro América está constituida por pequeños


Estados, por su ubicación, forman el patio trasero de los EE. UU. En esta franja de tierra
recrudecieron con mayor fuerza los conflictos típicos de la Guerra Fría, sobre todo a partir de
1979. Grupos altamente vulnerables vieron con buenos ojos el ascenso al poder de sectores
medios, durante la década de 1940 y estaban interesados en llevar a cabo un proyecto de
naturaleza reformista. No obstante, estos intentos fracasaron en la mayor parte de los estados
con excepción de Costa Rica, que dicho sea de paso aclarar, tampoco se trataba del país con la
mayor tradición de autoritarismo comparada con la de sus vecinos.

Para la década de 1950 el único país aparte de Costa Rica que aún continuaba con el proyecto
de un modelo reformista era Guatemala, La suerte guatemalteca no distaba mucho del resto
de los países de la región; en El Salvador el antagonismo de las posiciones fue creciente y llegó
a extremismos. En marzo de 1980 la derecha asesinó al arzobispo de San Salvador, Óscar
Arnulfo Romero, mientras oficiaba una misa. El arzobispo había enviado una misiva al
presidente de los Estados Unidos, Jimmy Carter, insistiéndole para que desistiera de enviar
armas a su país; sin embargo, su petición fue desatendida. La paz a El Salvador tendría que
esperar para la década de 1990.

En Honduras el ascenso del autoritarismo tampoco estuvo exento de atropellos para los
perseguidos y los presos políticos; todo esto en aras de eliminar a los sospechosos.

Por último, lo sucedido en Panamá también cuenta en los anales de la Guerra Fría en el istmo,
dado que desde la fundación de este estado en 1903 había sido gobernado por una oligarquía
cercana a los dictados de Washington. Pero en 1977, el general Omar Torrijos renegoció el
tratado canalero a fin de que los Estados Unidos lo devolvieran a Panamá, el primero de enero
del año 2000.

7. Reflexiones finales: La evolución histórica de Latinoamérica durante el periodo que se


extiende entre 1947 y 1989 estuvo caracterizada por los siguientes elementos:

• Un acentuado predominio de la influencia de los Estados Unidos como corolario de la


Doctrina Truman.

• La estabilidad de estados como el mexicano, el colombiano y el venezolano. Dicha


estabilidad fue perturbada y sucumbió durante la crisis de los años ochenta; que, a su vez,
constituye un punto de inflexión que afectó a todo el subcontinente.

• Las fórmulas populistas, autoritarias y militaristas ensayadas en el subcontinente por


diferentes gobiernos, en todas sus versiones, dejaron a su paso una estela de mal sabores
resumidos todos en una incapacidad de estabilizar los países en términos políticos.

• Las revoluciones que ocurrieron Cuba y en Nicaragua siguieron el patrón de los conflictos
entre terceros, típicos de la Guerra Fría. En ambos procesos estuvo presente la rivalidad Este-
Oeste.

• El saldo de la guerra fría consistió en dejar a su paso un mundo confundido, dado que se
acabaron las utopías llenas de ilusión de los jóvenes de los años sesenta y setenta.

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