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EVOLUCION DE LAS TECONOLOGIAS EN LAS EMPRESAS

En los años 60 surgió el primer paso a la tecnología, con la creación de la web 1.0
donde se manejaba el internet de forma básica y no existía retroalimentación con el
usuario, a través del surgimiento de las bases de datos se fue ajustando la web a la
necesidades del usuario, ya que, las demandas de más herramientas tecnológicas
estaban a la orden del día, es por ello que surge la web 2.0 llamada red social o red de
colaboración, porque existe comunidades de usuarios que intercambian información
entre ellos e interactúan con gran facilidad. Hoy en día hacemos uso de esta red a través
del uso de los wikis, chat, redes sociales, blog, entre otras.

La web 3.0 o web semántica a diferencia de la web 1.0 y 2.0 busca que con el uso de un
lenguaje sencillo los datos sean entendidos por las maquinas, y puedan procesarlos con
rapidez. La web 3.0 busca la utilización de la inteligencia artificial en miras de que los
sitios web tengan la capacidad de conectarse entre sí de acuerdo a las necesidades de los
usuarios.

Desde hace más de 20 años observamos que la agenda global cambió y seguirá
haciéndolo con el fin de mejorar la calidad y el rendimiento laboral. No solo incrementó
la demanda en el sector de la tecnología, aumentaron las capacitaciones y la formación
en ellas, sino que el mundo fue rindiéndose a los beneficios de la tecnología a partir de
su capacidad generar productividad y eficiencia.

Es importante ver la transformación de internet como una oportunidad de desarrollo que


nos brinda hoy en día la Web 2.0, ofreciendo a las personas beneficios importantes, al
ser parte de una comunidad de usuarios que está en constante interacción, compartiendo
y enriquecido el contenido que se presenta.

Incluso en el ámbito laboral la web 2.0 nos ofrece muchas alternativas para contactar a
distas personas con las que tenemos en común el perfil profesional, es justo en los
beneficios que ha traído la transformación de internet en el campo laboral

Las personas que trabajan para otros o se encuentran en situación de desempleo,


pueden comenzar con un negocio propio realizando proyectos basados en sus
habilidades. Internet ofrece a los usuarios una gama de diversas alternativas que se
pueden transformar en recursos.

El uso de la web en el campo laboral permite al avance a los mejores logro basados en
la competitividad y en la productividad, nos estamos acercando a un futuro donde la
tecnología lograra posicionarse a gran escala y donde los profesionales nos veremos
amenazados a competir, actualizarnos e ir a la par de ella para mantenernos en el
mercado laboral, ya que gracias a su auge se eliminaran muchos puestos de trabajos.

La nanotecnología, la inteligencia artificial, los drones e impresoras 3D el inicio de la


4ta Revolución Industrial. Para el año 2020 tienen previsto la utilización de la wen 4.0,
es una herramienta tecnológica que permitirá unir la inteligencia humana con máquinas
en busca de crear una especie de agente que razone como persona.

La forma de operar de la web 4.0 es muy sencilla. Un empresario “virtual” a través de


una plataforma telemática, llega a un acuerdo con una persona para que ésta preste un
servicio. Todo esto se realiza a través de una relación mercantil, actuando ese
empresario como un mero intermediario entre el cliente y el prestador. Por lo tanto, si
existe carga de trabajo y si el prestador del servicio está disponible, se recibe una
compensación por esta actividad. Si no hay disponibilidad para prestar el servicio o no
hay demanda, no hay remuneración. En este nuevo escenario de relaciones laborales,
quien presta el servicio debe asumir las cotizaciones sociales y/o el mantenimiento de
sus herramientas de trabajo; esto significa una importante asimetría en el reparto de las
responsabilidades y obligaciones laborales. No hay compensación por despido, ni baja
por enfermedad o accidente laboral, ni vacaciones retribuidas.

Esto es proceso social y cultural implica el desarrollo constante del entorno, y aunque
sin duda alguna, ha dado agilidad a procesos nada de esto podría ser realidad sin las
mentes creativas que están detrás de esta. Para lograr asumir este reto es importante
incorporar nuevas herramientas que estén a la altura de los estándares propuestos por la
sociedad

Destrucción o nacimiento de la fuerza laboral?


El concepto de revolución industrial 4.0 también denominado industria 4.0 o industria
inteligente o ciberindustria del futuro fue acuñado por primera vez en la Hannover
Messe, (la feria tecnológica para la Industria Hannover, en Alemania) en abril de 2011
y en la misma feria dos años más tarde, fue presentado y defendido como un
importante trabajo de investigación aplicable a las denominadas “fabricas inteligentes”
(« smartfactories »), o también llamada “industria integrada”.

A finales del siglo XVII fue la máquina de vapor, en este siglo son los robots integrados
en sistemas ciberfísicos los responsables de una transformación radical. “Estamos al
borde de una revolución tecnológica que modificará fundamentalmente la forma en que
vivimos, trabajamos y nos relacionamos. En su escala, alcance y complejidad, la
transformación será distinta a cualquier cosa que el género humano haya experimentado
antes”, vaticina Klaus Schwab, autor del libro “La cuarta revolución industrial”
Editorial Debate.
Enfatiza el autor, – director ejecutivo del Foro Económico Mundial (WEF)- “La cuarta
revolución industrial, no se define por un conjunto de tecnologías emergentes en sí
mismas, sino por la transición hacia nuevos sistemas que están construidos sobre la
infraestructura de la revolución digital“,
La revolución sigue a los otros tres procesos históricos transformadores: el primero
marcó el paso de la producción manual a la mecanizada, entre 1760 y 1830; el segundo,
alrededor de 1850, introdujo la electricidad y permitió la manufactura en masa. El
tercero hubo que esperar a mediados del siglo XX, con la llegada de la electrónica y la
tecnología de la información y las telecomunicaciones (tic). El cuarto trae consigo una
tendencia a la automatización total de la manufactura con sistemas ciberfísicos, internet
de la cosas y el cloud computing o nube.
Los sistemas ciberfísicos, que combinan maquinaria física y tangible con procesos
digitales, son capaces de tomar decisiones descentralizadas y de cooperar -entre ellos y
con los humanos- mediante la internet de las cosas, la cultura maker (hágalo usted
mismo) y la fábrica 4.0. Es decir que se acentúa la coordinación cooperativa
de SISTEMAS, MAQUINAS y PERSONAS.
Las “fabricas inteligentes” son capaces de una mayor adaptabilidad a las necesidades y
a los procesos de producción, así como a una asignación más eficiente de los recursos.
No se trata de una realidad ya consolidada y experimentada, sino de un nuevo hito en el
desarrollo industrial que sin duda marcará importantes cambios sociales en los próximos
años, haciendo un uso intensivo de internet y de las tecnologías de punta con el fin
primordial de desarrollar plantas industriales y generadores de energía más inteligentes
y más respetuosos con el medio ambiente, y con cadenas de producción mejor
comunicadas entre sí y con mercados laborales más flexibles a las demandas de los
consumidores.

Ahora bien, durante el Foro Económico Mundial de Davos 2016, que tuvo lugar en el
mes de enero en Suiza y que llevó por nombre “Dominando la 4ª Revolución
Industrial”, líderes de todo el mundo discutieron sobre el avance, las consecuencias y
los nuevos horizontes empresariales que traerá este cambio.

En la era digital, los CEO deben ser los encargados de liderar el reciclaje profesional de
sus empleados para que estén listos para adaptarse a los cambios y sean relevantes en el
futuro. Esta es una de las principales conclusiones del estudio “Harnessing Revolution:
Creating the future workforce” elaborado por Accenture Strategy y presentado en
Davos, en enero de 2017.

Los CEO deben ser conscientes de la importancia de situar a las personas en primer
lugar como elemento fundamental del cambio, para crear así la fuerza laboral del futuro.
El desarrollo de habilidades humanas como el liderazgo, el pensamiento crítico y la
inteligencia emocional reduciría considerablemente la posible pérdida de puestos de
trabajo derivada de la automatización. El informe, que incluye una encuesta realizada a
más de 10.500 empleados en diez países, muestra que, si se duplicase la tasa de los
profesionales que desarrollaran este tipo de habilidades, la cuota de los trabajos con
riesgo de ser totalmente automatizados en EE.UU. en 2025, se reduciría del 10% al 4%.
El mismo proceso en Reino Unido y Alemania daría como resultado reducciones del 9%
al 6% y del 15% al 10%, respectivamente. En la presentación se marcaba claramente el
desequilibrio que produce a nivel de puestos laborales el avance de esta revolución
industrial y la necesidad urgente de capacitar y formar a los trabajadores en nuevos
puestos, atravesados por otras modalidades, como ser el trabajo conectado.

La temática del futuro laboral ha estado candente tras el informe del Foro Económico
Mundial que calcula que, “en los próximos diez años, la tecnología va a destruir unos
cinco millones de puestos de trabajo”. Una cifra tan descomunal que ha generado la
reacción automática de muchos sectores de la sociedad. Asimismo, ha provocado la
respuesta de aquellos que han levantado su voz para defender y explicar que la
denominada Cuarta Revolución Industrial no va a traer la destrucción directa de
empleo, sino que cambiará y evolucionará los puestos de trabajo, que serán diferentes a
como los conocemos en el presente.
De hecho, los estudios indican que el 65% de los actuales estudiantes de primaria
(generación z) trabajaran en puestos y perfiles laborales que en el presente no existen.
La llegada de la máquina como elemento de destrucción de puestos de trabajo no es
nueva, podríamos remontarnos a hace más de 100 años, cuando se introdujo la máquina
de vapor, o a los años 60 o principios de los 70, cuando la sociedad se enfrentó a una
primera llegada de robots en las líneas de montaje. Consecuentemente, de la misma
forma que el vapor no reemplazó al grueso de la fuerza de trabajo humana, tampoco lo
hicieron los primeros robots, dado que su capacidad de adaptación era reducida y se
requería personas que pudieran enseñarles nuevas funcionalidades.
Es evidente que la microinformática ha permitido a las máquinas ser más precisas y
cometer menos errores que el ser humano pero, por cada puesto de trabajo reducido, se
crean otros que complementan o llevan a un nuevo nivel de conocimiento para el que la
tecnología no tiene todavía capacidad de adaptación. Tal es el caso de los llamados
empleos del futuro: big data, análisis de información, protección de medio ambiente,
biotecnología, energía renovables, robótica, investigación aeroespacial, seguridad,
comunicaciones, entre otros, es decir aquellos donde la experiencia de usuario marca la
diferencia entre el hombre y la máquina.

De este modo, algunos trabajos administrativos, otros relacionados con las tareas
productivas y manufactureras, o algunos relativos a la construcción y extracción, se
verán sustituidos por máquinas pero, a su vez, se generarán nuevos empleos de
valor sobre los cuales actualmente existe una gran demanda que seguirá en aumento en
los próximos años.

Indudablemente, representa un gran desafío para los Líderes del Siglo XXI. Una
reconvención, que demandará la necesidad de atraer nuevos talentos, con alta rotación,
bajo engagement, y convivencia intergeneracional , pues en 5 a 10 años, los
millennials (la generación y) del presente, serán mayoría en la fuerza laboral. Debido al
cambio de a valores, los directivos tendrán que responder también cambiando los
reconocimientos y beneficios que prestan a sus plantillas. En concreto, y según los
estudios realizados por Accenture Strategy y Gallup, factores no financieros -como el
bienestar, el compromiso, la calidad de vida y el estatus-, son ya iguales, o incluso más
importantes, que el sueldo y los beneficios sociales, y los mismos forman parte esencial
de la modalidad de trabajo conectado.

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