Celebración Eucarística

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN: El que permanece

en mí y yo en él, ese da fruto abundante, porque
sin mí nada pueden hacer.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN. Señor, tu
que nos has concedido el gozo de participar en
esta Eucaristía, memorial de la muerte y
resurrección de tu Hijo, haz que, unidos siempre a
Él, vivamos como verdaderos hijos tuyos, dando
los frutos que tú esperas de cada uno. Por
Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
BENDICIÓN Y DESPEDIDA.
Monitor: En este momento inclinamos la cabeza
para recibir esta bendición especial. Contestamos
“Amén” a cada una de las invocaciones.
Sacerdote: Que Dios todopoderoso, que nos ha
adoptado como sus hijos, haciéndolos renacer del
agua y del Espíritu Santo, les bendiga y les haga
dignos de su amor.
Todos: Amén.
Sacerdote: Que el Hijo Unigénito de Dios, que
prometió a su Iglesia la presencia continua del
Espíritu de Verdad, les bendiga y les confirme en la
confesión de la fe verdadera.
Todos: Amén.
Sacerdote: Que el Espíritu Santo, que encendió en
el corazón de los discípulos el fuego del amor, les
bendiga con los bienes espirituales necesarios para
permanecer unidos en el amor y la solidaridad

Primera
fraterna y les conduzca, a través de las pruebas de
la vida, a los gozos del reino eterno.
Todos: Amén.
Sacerdote: Y que la bendición de Dios

Comunión
todopoderoso Padre, Hijo y Espíritu Santo,
descienda sobre ustedes y permanezca para
siempre.

Todos: Amén.
Sacerdote: A vivir lo que aquí hemos celebrado, “YO SOY EL PAN VIVO”
pueden ir en paz.
Todos: Demos gracias a Dios. Parroquia del Verbo Encarnado | Frontera, Coahuila, 2019

12 1
Monición de entrada: Jesús resucitado ha querido
quedarse con nosotros en la Eucaristía, para ser
nuestro alimento, nuestra fuerza y nuestro
compañero de camino. Él quiere ser nuestro amigo
bueno, que nos guía hasta que lleguemos al cielo.
Hoy, queridos niños, niñas, padres de familia,
nuestra comunidad se siente muy feliz, pues estos
niños y niñas, después de haberse preparado con
entusiasmo a su primer encuentro con Jesús, están
aquí para celebrar unidos este acontecimiento
redentor. Nos ponemos de pie y con alegría
recibamos a nuestro sacerdote y a los niños y
niñas que vienen a esta gran fiesta con Jesús.
CANTO DE ENTRADA
Saludo del sacerdote: Que la gracia de nuestro
Señor Jesucristo, el amor del Padre y la comunión
del Espíritu Santo, estén con todos ustedes.
Todos: Y con tu espíritu.
Sacerdote: Queridos hermanos, el Señor Jesús
siempre recibió a los niños con mucho cariño,
nosotros, queriendo imitar a Jesús, también los
recibimos en la casa de nuestro Padre que es
bueno, y le pedimos que los proteja siempre de los
peligros y que, alimentados con el Pan de Vida, se
esfuercen por ser verdaderos hijos de Dios.
Pidamos, en un momento de silencio, que nos
perdone nuestros pecados, para disponer nuestro
corazón a participar de su mesa.
ORACIÓN COLECTA. Señor Dios, que para gloria
tuya y salvación nuestra, constituiste a Cristo sumo
y eterno sacerdote, concede al pueblo redimido
con tu sangre obtener, por la participación en este
memorial, los frutos de la muerte y resurrección
de tu Hijo. El cual vive y reina contigo, en la unidad
del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los
siglos. Amén
LITURGIA DE LA PALABRA
Monición a las lecturas: En la carta de San Pablo a
los corintios, escucharemos cómo les dice que lo
que él recibió del Señor, se los transmite, “por eso
cada vez que coman de este pan y beban de este
cáliz, háganlo en memoria mía”. En el evangelio de
2 11
familia para gloria tuya!
Sacerdote: Por Cristo, con él y en él, a ti, Dios
Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu
Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de
los siglos.
Todos aclaman: Amén.
RITO DE LA COMUNIÓN
Sacerdote: Llenos de alegría por ser hijos de Dios,
digamos confiadamente la oración que Cristo nos
enseñó.
Todos: Padre nuestro…
Sacerdote: Líbranos de todos los males, Padre, y
concédenos la paz en nuestros días, para que,
ayudados por tu misericordia, vivamos siempre
libres de pecado y protegidos de toda
perturbación, mientras esperamos la gloriosa
venida de nuestro Salvador Jesucristo.
Todos: Tuyo es el reino, tuyo el poder y la gloria,
por siempre, Señor.
RITO DE LA PAZ Y FRACCIÓN DEL PAN
Sacerdote: Señor Jesucristo, que dijiste a tus
apóstoles: "La paz les dejo, mi paz les doy", no
tengas en cuenta nuestros pecados, sino la fe de
tu Iglesia y, conforme a tu palabra, concédele la
paz y la unidad. Tú que vives y reinas por los siglos
de los siglos.
Todos: Amén.
Sacerdote: La paz del Señor esté siempre con
ustedes.
Todos: Y con tu espíritu.
Sacerdote: Dense fraternalmente la paz.
Mientras se hace la fracción del pan, se canta:
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
danos la paz.
USTEDES Y POR MUCHOS PARA EL PERDÓN DE LOS
PECADOS”.
Todos aclaman: ¡Señor Jesús, tú te entregaste por
nosotros!
Sacerdote: Y les dijo también:
“HAGAN ESTO EN CONMEMORACIÓN MÍA".
Sacerdote: Éste es el Sacramento de nuestra fe.
Todos aclaman: Anunciamos tu muerte,
proclamamos tu resurrección. ¡Ven, Señor Jesús!
Sacerdote: Por eso, Padre bueno, recordamos
ahora la muerte y resurrección de Jesús, el
Salvador del mundo. Él se ha puesto en nuestras
manos para que te lo ofrezcamos como sacrificio
nuestro y junto con él nos ofrezcamos a ti.
Todos aclaman: ¡Gloria y alabanza a nuestro Dios!
Sacerdote: Escúchanos, Señor Dios nuestro; danos
tu Espíritu de amor a los que participamos en esta
comida, para que vivamos cada día más unidos en
la Iglesia, con el santo Padre, el Papa Francisco,
con nuestro Obispo Raúl Vera, los demás obispos,
y todos los que trabajan por tu pueblo.
Todos aclaman: ¡Que todos seamos una sola
familia para gloria tuya!
Sacerdote: No te olvides de las personas que
amamos ni de aquellas a las que debiéramos
querer más. Acuérdate de estos niños, que por vez
primera invitas en este día a participar del pan de
vida y del cáliz de salvación, en la mesa de tu
familia. Concédeles crecer siempre en tu amistad.
Acuérdate también de los que ya murieron y
recíbelos con amor en tu casa.
Todos aclaman: ¡Que todos seamos una sola
familia para gloria tuya!
Sacerdote: Y un día, reúnenos cerca de ti con
María, la Virgen, Madre de Dios y Madre nuestra,
para celebrar en tu reino la gran fiesta del cielo.
Entonces, todos los amigos de Jesús, nuestro
Señor, podremos cantarte sin fin.
Todos aclaman: ¡Que todos seamos una sola
10
San Juan se nos recuerda que para poder dar
frutos debemos estar unidos a Él, porque sin Él no
daremos los frutos que Él espera. Escuchemos con
atención su Palabra.
PRIMERA LECTURA
De la primera carta del apóstol san Pablo a los
corintios.
1 Cor 11, 23. 27
Yo he recibido del Señor lo que a mi vez les he
transmitido. El Señor Jesús, la noche en que fue
entregado, tomó pan, y después de dar gracias, lo
partió diciendo: “esto es mi cuerpo, que es
entregado por ustedes; hagan esto en memoria
mía”. De igual manera, tomando el cáliz, después
de haber cenado, dijo: “este cáliz es la Nueva
Alianza que se sella con mi sangre. Todas las veces
que la beban, háganlo en memoria mía”.
Por eso, cada vez que coman de este pan y beban
de este cáliz, están proclamando la muerte del
Señor hasta que venga. Por tanto, el que come o
bebe el cáliz del Señor indignamente, peca contra
el Cuerpo y la Sangre del Señor. Palabra de Dios
SALMO RESPONSORIAL
Salmo 100
R./ Señor, tú eres nuestro Padre.
¡Que toda la tierra aclame al Señor
sirvamos al Señor con alegría
vayamos hasta Él con gritos de júbilo!
R./ Señor, tú eres nuestro Padre.
Sepan que el Señor es Dios,
él nos ha hecho y de Él somos,
su pueblo y ovejas de su rebaño.
R./ Señor, tú eres nuestro Padre.
Entremos a su casa con acciones de gracias,
con alabanzas en su templo, démosle gracias.
Bendigamos su nombre.
R./ Señor, tú eres nuestro Padre.
Porque el Señor es bueno,
y su amor dura por siempre,
y su lealtad por los siglos de los siglos.
3
R./ Señor, tú eres nuestro Padre.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO
R./ Aleluya, aleluya.
“Como mi Padre me ama, así yo los amo,
permanezcan en mi amor, dice el Señor”
R./ Aleluya.
EVANGELIO
Lectura del Santo Evangelio según san Juan
Jn 15, 1-8
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: “Yo
soy la verdadera vid y mi Padre es el viñador. Todo
sarmiento que no da fruto, él lo arranca, y todo
aquel que da fruto, lo poda para que dé más fruto.
Ya ustedes están purificados por las palabras que
les he dicho, permanezcan en mí y yo en ustedes.
Como el sarmiento no puede dar fruto por sí
mismo, si no permanece en la vid, así tampoco
ustedes si no permanecen en mí. Yo soy la vid,
ustedes los sarmientos, el que permanece en mí, y
yo en él, ese da fruto abundante, porque sin mí
nada pueden hacer.
Al que no permanece en mí, se echa fuera como el
sarmiento y se seca, luego lo recogen, lo arrojan al
fuego y arde. Si permanecen en mí y mis palabras
permanecen en ustedes, pedirán cuanto quieran y
se les concederá. En esto será glorificado mi Padre,
en que den mucho fruto y sean discípulos míos”.
Palabra del Señor.
HOMILÍA DEL SACERDOTE
PRESENTACIÓN DE LOS NIÑOS POR UN
CATEQUISTA
Catequista: Yo, como encargada y responsable de
la catequesis de estos niños y niñas, puedo
asegurarle a usted padre, y a toda la comunidad
aquí presente que, al prestar este servicio lo hice
con mucha generosidad, entusiasmo y cariño,
consciente de mi responsabilidad y que los niños y
niñas fueron suficientemente preparados para
este sacramento.
Sacerdote: Yo los recibo con mucha alegría al
4 9
Jesús como a los hijos de una misma familia. Por
eso te aclamamos:
Todos aclaman: ¡Gloria a ti, Señor, porque nos
amas!
Sacerdote: Por ese amor tan grande queremos
darte gracias y cantarte con los ángeles y los
santos que te adoran en el cielo:
Todos cantan junto con el coro: Santo, Santo,
Santo...
Sacerdote: Bendito sea Jesús, tu enviado, el amigo
de los niños y de los pobres. Él vino para
enseñarnos cómo debemos amarte a ti y amarnos
los unos a los otros. Él vino para arrancar de
nuestros corazones el mal que nos impide ser
amigos y el odio que no nos deja ser felices. Él ha
prometido que su Espíritu Santo estará siempre
con nosotros para que vivamos como verdaderos
hijos tuyos.
Todos aclaman: Bendito el que viene en nombre
del Señor. Hosanna en el cielo.
Sacerdote: A ti, Dios y Padre nuestro, te pedimos
que nos envíes tu Espíritu, para que este pan y
este vino sean el Cuerpo y la Sangre de Jesús,
nuestro Señor.
El mismo Jesús, poco antes de morir, nos dio la
prueba de tu amor. Cuando estaba sentado a la
mesa con sus discípulos, tomó el pan, dijo una
oración para bendecirte y darte gracias, lo partió y
lo dio a sus discípulos, diciéndoles:
"TOMEN Y COMAN TODOS DE ÉL, PORQUE ESTO
ES MI CUERPO, QUE SERÁ ENTREGADO POR
USTEDES".
Todos aclaman: ¡Señor Jesús, tú te entregaste por
nosotros!
Sacerdote: Después, tomó el cáliz lleno de vino, y,
dándote gracias de nuevo, lo pasó a sus discípulos,
diciendo:
"TOMEN Y BEBAN TODOS DE ÉL, PORQUE ÉSTE ES
EL CÁLIZ DE MI SANGRE, SANGRE DE LA ALIANZA
NUEVA Y ETERNA, QUE SERÁ DERRAMADA POR
Monitor: Estas semillas, plantas y flores, son el
signo de tu palabra que se ha sembrado en sus
corazones y ha despertado en ellos el deseo de
conocerte y recibirte. La planta significa que la
semilla ha germinado, así la fe ha crecido en cada
uno. Las flores son signo de la alegría de ser tus
hijos y el gozo de ser invitados a tu mesa.
Monitor: Esta fruta y despensa, son el signo de los
frutos que tu esperas de nosotros, en la práctica
de las buenas obras con nuestros hermanos,
compartiendo con los más necesitados.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS: Señor, que el
Espíritu Santo nos haga comprender mejor, según
la promesa de tu Hijo, el misterio de este sacrificio
y toda la profundidad del Evangelio. Por Jesucristo,
nuestro Señor. Amén.
PLEGARIA EUCARÍSTICA
V. El Señor esté con ustedes.
R. Y con tu espíritu.
V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.
Sacerdote: En verdad, Padre bueno, hoy estamos
de fiesta: nuestro corazón está lleno de
agradecimiento y con Jesús te cantamos nuestra
alegría:
Todos aclaman: ¡Gloria a ti, Señor, porque nos
amas!
Sacerdote: Tú nos amas tanto, que has hecho para
nosotros este mundo inmenso y maravilloso. Por
eso te aclamamos:
Todos aclaman: ¡Gloria a ti, Señor, porque nos
amas!
Sacerdote: Tú nos amas tanto, que nos das a tu
Hijo, Jesús, para que él nos acompañe hasta ti. Por
eso te aclamamos:
Todos aclaman: ¡Gloria a ti, Señor, porque nos
amas!
Sacerdote: Tú nos amas tanto, que nos reúnes con
8 5
banquete de la Eucaristía y les recuerdo a los
papás y padrinos, que de la formación cristiana
dependerá la vida de los niños y niñas y el futuro
de la sociedad y de la iglesia, por lo tanto confío en
ustedes que de hoy en adelante tengan el cuidado
que estos niños participen con frecuencia de la
Sagrada Comunión, para que su fe vaya en
aumento.
Todos: Demos gracias a Dios.
RENOVACIÓN DE LAS PROMESAS BAUTISMALES
Monitor: En este momento los padrinos
designados pasarán a encender del cirio pascual
las velas para pasar a los demás la luz.
Sacerdote: Cuando ustedes fueron bautizados, sus
papás y padrinos se comprometieron, en su
nombre, a renunciar al pecado, a creer en Dios, en
Jesucristo, en el Espíritu Santo y a que ustedes
vivieran como buenos cristianos. Ahora ya tienen
edad y pueden contestar junto a la comunidad su
renuncia al pecado y profesión de fe.
Los padrinos le entregan la vela a su ahijado
mientras le dicen las siguientes palabras:
Padrino/madrina: ____________ recibe la luz de
la fe.
Niño/a: Que así sea.
RENUNCIA AL PECADO Y PROFESIÓN DE FE
Sacerdote: ¿Renuncian al pecado?
Todos: ¡Si, renuncio!
Sacerdote: ¿Renuncian a Satanás y a todas sus
obras?
Todos: ¡Si, renuncio!
Sacerdote: ¿Renuncian al egoísmo, a la envidia, al
orgullo, al rencor, y a todo lo que nos aparta de
nuestro Padre Dios?
Todos: ¡Si, renuncio!
Ahora hacen juntos la profesión de fe. Los niños y
niñas responden con la vela en alto, los demás con
su mano derecha levantada.
Sacerdote: ¿Creen en Dios Padre todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra?
Todos: ¡Sí, creo!
Sacerdote: ¿Creen en Jesucristo, su único Hijo,
nuestro Señor, que nació de Santa María Virgen,
murió, fue sepultado, resucitó de entre los
muertos y está sentado a la derecha del Padre?
Todos: ¡Sí, creo!
Sacerdote: ¿Creen en el Espíritu Santo, en la Santa
Iglesia Católica, en la comunión de los santos, en el
perdón de los pecados, en la resurrección de los
muertos y en la vida eterna?
Todos: ¡Sí, creo!
ENTREGA DE LA BIBLIA
Sacerdote: Reciban este libro que, como Palabra
de Dios, contiene la alegre noticia de que Dios nos
ama y nos salva en su Hijo, que vivió, murió y
resucitó por nosotros.
Padrinos: Recíbela, es la Palabra de Dios.
Niños: Señor, tu Palabra me da vida, confío en ti.
Amén.
Sacerdote: Levanten sus rosarios.
Niños: Te ofrecemos, Señor, nuestras oraciones.
IMPOSICIÓN DE LAS CRUCES
Sacerdote: Bendice Señor + con tu poder estas
cruces; que tus fieles al venerarla la descubran
como el verdadero signo de la salvación y reciban
los frutos que Jesucristo obtuvo con su muerte y
resurrección. Que quienes la contemplen
encuentren consuelo en sus aflicciones y seguridad
en sus peligros. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Los padrinos le ponen a sus ahijados el crucifijo.
ORACIÓN DE LOS FIELES
Sacerdote: Oremos unidos a Dios, nuestro Padre,
para que escuche las peticiones de sus hijos que
en Él tienen puesta su esperanza. A cada petición
responderemos:
6 7
R./ Por intercesión de María Santísima,
escúchanos, Padre.
Niño: Por la santa Iglesia de Cristo, para que, unida
a sus representantes, dé siempre un testimonio de
comunión entre todos, y nuestra fe se fortalezca.
Oremos.
Niña: Por el Papa Francisco, por nuestros obispos
Don Raúl Vera y Francisco Villalobos y nuestros
sacerdotes, para que el Señor los siga iluminando
con su Santo Espíritu y sean fieles a su ministerio.
Oremos.
Papá: Por nosotros, padres de familia, para que
nos esforcemos en dar buen ejemplo y orientemos
cristianamente a nuestros hijos en auténticos
valores evangélicos con nuestra palabra y forma
de vivir. Oremos.
Mamá: Por nuestros catequistas que sirven en
esta comunidad y que nos han ayudado en la
formación cristiana de nuestros hijos, para que
sepamos valorar lo que ellos han sembrado en sus
corazones, que no dejemos decaer su fe. Oremos.
Sacerdote: Escucha, Padre, la oración de tus hijos,
líbralos de todo mal y protégelos de todo peligro,
para cantar eternamente tus alabanzas. Por
Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
OFERTORIO
Inicia la procesión de ofrendas. Cada ofrenda será
entregada al sacerdote mientras el monitor la
describe.
Monitor: Te ofrecemos, Señor, este pan y este
vino, que, al ponerlos en tu altar, queden
santificados y se conviertan en el Cuerpo y la
Sangre de Jesús, para ser alimento nuestro.
Monitor: Te presentamos esta Biblia, Señor, tu
Palabra ha sido la luz que ha guiado la formación
de estos niños, queriendo formarlos con
auténticos valores evangélicos.
Monitor: Te ofrecemos, Señor, el material que
utilizamos como apoyo para la catequesis y el
esfuerzo de los niños y niñas al realizar sus tareas.