You are on page 1of 110

AUTO INTERLOCUTORIO NÚMERO:

Villa Dolores, diecinueve de julio de dos mil dieciocho.-

Y VISTA: La presente causa caratulada “OPOSICIÓN A LA PRISIÓN PREVENTIVA

ARTICULADA POR LOS DRES. PÉREZ MORENO ALEJANDRO A. Y MAYER

LUCIANO P. CO-DEFENSORES DEL IMPUTADO A. EN RELACIÓN AL EXPTE.

PPAL 7196663 FISCALÍA DE INSTRUCCIÓN DE CURA BROCHERO- (ART. 338

DEL C.P.P)” (Expte. N° 7371591).-

DE LA QUE RESULTA: 1).- Que a fs. 01/18, comparecen los Dres. Luciano Pablo

Mayer y Alejandro A. Pérez Moreno, en su condición de abogados co-defensores del

imputado A., y solicitan la habitación de la Feria Judicial a los fines de tratar la

oposición a la prisión preventiva de su defendido, que presentan en función del art.

338 del CPP, en los siguientes términos: “ …1ero.- Objeto: Que con fecha

06/07/2018 fuimos notificados electrónicamente del decreto en cuya parte

dispositiva, la S.F.I. expresa “...RESUELVO: I) Ordenar la Prisión Preventiva (arts.

281, 281 bis, 281 ter, 282 y 336 del C.P.P.) del imputado A. a quien se le atribuye en

calidad de autor, la comisión del delito tipificado penalmente como ABUSO SEXUAL

CALIFICADO en perjuicio de V. de treinta y ocho años de edad (arts. 119 3º párr..,

del C.P.), en calidad de autor (art. 45 del C.P.)…” Es por ello, que venimos en tiempo

y forma a formular expresa oposición, a la prisión preventiva ordenada en la

resolución de marras, de acuerdo a lo normado por los arts. 338, correlativos y

concordantes de la ley ritual. No existen fundamentos sólidos para sostener, la

probable existencia del hecho imputado, mucho menos que nuestro ahijado procesal

intentará eludir la acción de la justicia o entorpecer su accionar, por lo que sostiene

esta Defensa que no hay fundamento para romper la regla que ordena la medida de
coerción, ahora puesta en crisis de los presupuestos de indispensabilidad,

subsidiariedad, proporcionalidad y cautelaridad art. 42 de la Constitución Provincial;

3 y 281 C.P.PC. Por lo cual solicitamos su inmediato Recupero de la Libertad,

teniendo en cuenta para ello especial consideración en las circunstancias de hecho y

derecho que infra se expresan. 2do.- FUNDAMENTOS: Que a modo de introito del

presente remedio jurídico resulta menester efectuar una serie de consideraciones,

que resulta liminares a los fines del análisis del presente caso, y que seguramente

advertirá Usía no se pueden soslayar a los fines de poder arribar a una resolución

que resulte ajustada a derecho, conforme las circunstancias objetivas de hecho y

derecho que infra se expondrán. En primer lugar, nos encontramos frente a una

denuncia por un supuesto abuso sexual efectuada en contra de una persona

reconocida en la ciudad de XXX por su trayectoria como profesional, comerciante,

presidente del Colegio de XXX de XXXX, esposo y padre ejemplar de cinco hijos.

Quien a su vez no cuenta con ningún tipo de antecedente penal, resultando la

presente denuncia un episodio aislado en su vida. En tal sentido, ponemos en

conocimiento de S.S, amén de surgir de los testimonios obrantes en la causa, que el

Sr. A. ya fue víctima de distintos episodios extorsivos en función de su situación

económica, dentro de los que se destaca la amenaza de un secuestro extorsivo en

contra de sus dos hijos menores, por el cual fuera condenado un familiar cercano de

la esposa. Y resulta relevante este dato, porque en el presente caso, el mismo, tal

como surge del plexo probatorio incorporado al proceso resulta ser víctima también

de al menos un chantaje rayano o porque no una situación extorsiva, en la cual le

piden por interpósita persona una elevada suma de dinero para que no se enterasen

de la denuncia o no ir a los medios, y obviamente “arreglar todo”, lo que al menos


deja instaurada la firme sospecha que la denuncia, carente de todo tipo de prueba y

de una inverosimilitud escandalosa, a modo de ver de esta Defensa inventada, no es

más que el elemento en el cual descansa el interés pecuniario de una gavilla de

inescrupulosos que solo actúan azuzados por tal vil finalidad. De tal guisa, resulta

inverosímil por donde se lo analice, que una persona de las características y

cualidades de A., sin mediar ningún tipo de diálogo previo, en horas de la tarde, en

el lapso aproximado de una hora que se queda en su casa solo y encontrándose

realizando labores domésticas la denunciante, más precisamente en el horario en

que egresan del colegio los niños del primario del centro educativo … de la zona,

estando sus padres en la vereda de la vivienda y un operativo de al menos dos

inspectores municipales de tránsito, en la zona más transitada de la Ciudad, nuestro

ahijado procesal haya cometido el lujurioso acto que le atribuye la denunciante,

quien según sus propios dichos su elección sexual –dicho esto con la naturalidad y

la amplitud necesaria- son las personas de su propio sexo y su aspecto

precisamente, tanto en vestimenta y físico no muy femenino y menos aún

provocativo a los ojos de un hombre, más allá que de no ser así, no justificaría acto

lesivo alguno en contra de una mujer, pero sí resulta para el caso particular

necesario el valorar destacar objetivamente la características expuestas. Entiéndase,

que lo dicho supra, no es un cuestionamiento de la elección sexual o el aspecto de

la denunciante, ya que dista mucho de la intención y del pensamiento de esta

Defensa, pero sí resulta relevante el prolijo análisis descriptivo de quien sin razón

alguna denuncia a nuestro pupilo procesal, tal como se abundara más adelante.

Pero, allí no termino lo inverosímil, sino que según los dichos de la denunciante ésta

egresa del domicilio de nuestro asistido sin mediar oposición alguna de A. y pasa por
el frente de los padres con sus niños, de los Inspectores Municipales, luego un par

de cuadras más a metros de la Comisaría y nada dice, ni nadie advierte nada en la

misma, siendo que siempre según sus dichos, lo primero que hace es bañarse y

poner la ropa en el lavarropas procediendo a lavarla, y luego llamar a su patrona de

años (sic), precisamente la progenitora del abogado Dr. J. encargado de la actividad

destinada a conseguir la suma de quinientos mil dólares. Que, hechas estas

consideraciones previas, ahora nos adentramos al análisis de la resolución puesta

en crisis, a saber: Que luego de la transcripción de los diversos testimonios, y de las

demás constancias de autos, en un análisis parcial y fragmentario de la prueba,

respecto a la existencia del hecho y de la probable participación de nuestro ahijado

procesal en el mismo, la V., manifiesta “…En concreto y respecto del hecho

denunciado por V. y por el que se encuentra imputado A., se cuenta con la

declaración de la víctima V., quien depuso en tres oportunidades, en forma clara,

coherente y sin contradicciones. También se cuenta con la declaración de miembros

de la familia J. con quienes trabajaba anteriormente… Así, M.A.J. (fs. 10/12), con

quien se comunicó la damnificada en momentos posteriores a ocurrido el sucedo, y

en un lapso de tiempo muy corto, quién relató lo que V. le comentó, siendo sus

dichos coincidente con lo expresado por esta última “…El señor me violó, me agarró,

me puso las manos por detrás de la espalda y me metió los dedos…”, en términos

similares se expresó P.J. y su hija H.J., quienes describiendo todos además la

situación de angustia por la que estaba atravesando con motivo del hecho acaecido,

manifestando V. también “que le costaba hablar por el llanto” Que lloraba tanto que

no podía comprenderle” Por su parte P.J. dijo “estaba hecha un mar de lágrimas”

“que al llegar a la UJ la sumariante le dijo que iban a esperar un rato que se


tranquilizara esta chica así le tomaban la denuncia”. También dijo que V. le

manifestó refiriéndose a A. “que había intentado violarla… que la había forzado y de

ahí le sigue narrando a mi mujer algunas cosas”, a su vez la hija H.J. señaló que al

llegar a la casa “salió V. que estaba llorando y me abraza fuerte… me dice que un

señor que no se acordaba en ese momento, pero A. me decía ella, la había tocado…

no dejaba de llorar, lloraba constantemente…”. Sumado a ello refiere la testigo L.L.

que al contactarse con V. el día lunes siete de mayo del corriente año, en

circunstancia que le envía un mensaje para saber cómo le había ido con el trabajo,

dijo que (txt) “…le envía a V. a las 18:01 horas un mensaje de texto vía WhatsApp

que decía “Hola Gorda como te fue con el trabajo”, que ésta le respondió siendo las

18:12 “hla te puedo llamar L.L.. Por favor”, enviándole la dicente a las 18:40 “Si que

pasó”, que inmediatamente V. la llamó, sin lograr precisar la hora de la llamada,

diciéndole ¿Cómo se llama tu patrón? Respondiendo la exponente “A. ¿Porqué?

¿Qué paso?, procediendo V. a decirle “ha bueno, bueno chau”, y luego cortar la

comunicación, que le llamó la atención la forma en que le habló, ya que fue poco

cordial. A la pregunta formulada por la instrucción como notó a V. en esa

conversación, manifiesta que parecía nerviosa pero que fue tan breve la

conversación durando sólo segundos, que no logra precisar mayores datos,

aclarando que luego de esto no se volvió a contactar con V. (…) Debe considerarse

asimismo que el imputado escogió como lugar de ejecución del ilícito su domicilio,

lugar donde la damnificada V. prestaba tareas como empleada doméstica,

aprovechando la circunstancia de encontrarse solos, lo que a todas luces facilitaba

en gran medida la realización del hecho, ya que la esposa del prevenido había

emprendido un viaje a la ciudad de Córdoba. En éste sentido, la presencia de V. en


el domicilio ese día no es desconocida por el imputado A. y es confirmada por

esposa A.B.C., ya que esta última manifiesta que cuando se retiró del domicilio

emprendiendo el viaje a la ciudad de Córdoba, con motivo de concurrir a un velorio,

dejó a la damnificada allí limpiando en el lugar.- Por otra parte no debe soslayarse la

diferencia en la contextura física del imputado A. y la denunciante V., que el primero

tiene una estatura de un metro con setenta y tres centímetros (ver acta de

allanamiento y detención de fs. 31/32, y formulario 012 que obra a fs. 42), mientras

que la damnificada tiene un estatura de un metro cuarenta aproximadamente según

su declaración de fs. 20/25vta. y la declaración de la Comisionada P.R. de fs. 19,

que confirma la estatura de V., lo que habría facilitado al imputado abordarla y

someterla de la manera como relata la denunciante en virtud de que la misma es de

evidente menor contextura, por ello es posible inferir que para lograr su cometido, A.,

la haya tomado de los brazos, tal como lo manifiesta la víctima. Repárese además

que del informe médico efectuado por la forense el día nueve de mayo del corriente

año, que obra a fs. 16, se desprende que “…Manifiesta dolor en ambos brazos…”,

también le refirió a la profesional “haber sido víctima de abuso sexual por parte de su

empleador, la tomó de ambos brazos, tocó su vagina con los dedos, ella se

escapó…”, todo esto hace presumir a la Suscripta que los dichos de V. son creíbles.

En éste sentido nuestro Máximo Tribunal en relación a la valoración del testimonio

de la víctima de abuso sexual ha dicho “…De allí que cobra especial relevancia,

como sucede con la violencia sexual, el relato de la víctima adquiere un valor

convictivo de preferente ponderación en la medida que resulte fiable y se encuentre

corroborado por indicios siempre que éstos tengan una confluencia de conjunto que

conduzcan a dotar de razón suficiente la conclusión, sin espacio razonable para el


principio in dubio pro reo de base constitucional (TSJ de Córdoba, Sala Penal,

“Monzón”, S. nº 403, 28/12/11, entre otros)…” (SANCHEZ, Leonardo Javier p.s.a.

abuso sexual con acceso carnal agravado, etc. –Recurso de Casación-”), cuestión

vislumbrada en autos, en donde adquieren alto valor indiciario las conductas de la

damnificada posteriores al supuesto hecho cometido tal como ya se analizó,

resultando nuclear el testimonio de la misma para acreditar con el grado de

probabilidad necesaria el suceso delictivo de índole sexual atribuido al imputado,

dado el ámbito íntimo y cuyo interior el mismo habría sido llevado a cabo. (…) No

está de más destacar que de los testimonios que obran en autos, conforme el relato

de la circunstancias de tiempo, lugar, y modo que rodearon el evento investigado, no

aparecen en sus dichos contradicciones relevantes que pudieran resultar llamativas

o restarle credibilidad a la versión brindada por cada uno de ellos, sin perjuicio que

se advierte de que no hay una plena coincidencia en el horario en que dice la víctima

que efectuó el llamado a su ex patrona (M.A.J.), y lo relatado por esta última y su

marido P.J.. Que si bien se cuenta con el Informe de Procesamiento de las

Telecomunicaciones de fs. 241/249 del cual se desprende que hubo una llamada

entrante al teléfono de V., efectuada a las 18:35 proveniente del teléfono de la Sra.

M.A.J., ésta falta de coincidencia con los horarios que describieron los testigos,

deberá ser analizado y cotejado con nuevas informativas que deberán ser

requeridas. Dicho esto, hasta esta altura del proceso la prueba legalmente

incorporada a estos autos y analizada se constituye en elementos de convicción

suficiente para sostener como probable la existencia material del hecho y la

participación penalmente responsable del imputado en el mismo, con los alcances

fijados en la plataforma fáctica…” Que en lo atinente a la probable existencia del


hecho y la participación en la comisión del mismo de nuestro asistido en primer

lugar, no se debe perder de vista que el imputado, ante el primer llamado a

indagatoria, lejos de refugiarse en su derecho a guardar silencio, ejerció efectiva y

enérgicamente su derecho de defensa, manifestando: “niego el hecho que se me

atribuye, niego haber tenido contacto físico con esa persona, que soy padre y abuelo

y esta situación me perjudica y quiero que se sepa la verdad. Por otro lado mi casa

está ubicada en frente del Colegio XXX y que entre las dieciséis y treinta horas que

salen los chicos del jardín de infantes y las diecisiete y cuarenta aproximadamente

salen los chicos del primario, por ambas calles está lleno de gente, están los

inspectores de tránsito, así que es imposible, que ocurra algo así, y que la gente no

se entere, por lo cual es una mentira total esto. Que a las diecisiete y cuarenta horas

estaba hablando por teléfono con mi empleado S.S., de ahí me fui a hacer las

compras para el hotel y de ahí me fui al hotel, aparte de eso quiero decir que esta

señora fue a cobrar los días trabajados totalmente normal, que quiero que se aclare

el hecho…”. Asimismo obra en autos a (fs. 87/90) la declaración del Sr. D.A., quién

fue preguntado por la instrucción para que diga si mantuvo en algún momento

contacto con A., dijo: “personalmente no, pero telefónicamente si, y fue el lunes a la

tarde” (…) “fue como a las diecisiete cuarenta, no eran todavía las dieciocho horas,

estaba medio tardecita” (…) “A. me llamó a mí para preguntarme donde suelo

comprar los chocolates para submarinos, y me consultó si comprábamos medio

cajón o cajón completo de naranja (…) “Preguntado para que diga si recuerda el

tiempo que duró la conversación, dijo: fue como de cinco minutos, donde hablamos

bastantito, recuerdo que me preguntó cómo estaba, que estaba haciendo y yo le dije

lo que estaba haciendo, que estaba arreglando un burro de arranque, y recuerdo


que ahí en forma de charla me dijo ehhh cuando vas a volver a trabajar, pero era

una charla normal, porque nosotros siempre charlamos así…”. Que, en el acta de

constatación (fs.91) queda acreditada la llamada referida entre el imputado y el

testigo la que se produjo a las 17:48 horas, con una duración de cinco minutos y

cuarenta segundos. Con lo que no solamente se acredita lo manifestado por el

imputado en su declaración, sino que por sobre ello, se advierte como unos minutos

luego de la hora denunciada por la supuesta víctima, el imputado, con total

tranquilidad, se comunicó con un empleado, se preocupó por como estaba, habló de

temas corrientes, le hizo chistes y se fue a hacer las compras… circunstancias que

denotan actitudes, estado anímico y emocional, que nada tienen que ver con la

conducta de una persona que supuestamente acaba de abusar sexualmente de una

mujer, la que habría huido de la casa despavorida, lo que no es advertido por la

S.F.I.- Asimismo, de la declaración testimonial de la comisionado P.R. (fs.84 vta./

85), surge “… Que también en el día de la fecha siendo las 9:30 horas me hice

presente en la escuela XXX ubicada en XXXX de la localidad de XXX, Dpto. San

Alberto, Pcia, de Córdoba, donde el jardín de dicho establecimiento educativo se

encuentra ubicado frente del domicilio de A. y una vez constituida en el lugar procedí

a entrevistar a la Directora de la escuela de nombre N.L., consultada sobre los

horarios de la jornada escolar que tienen los alumnos, la misma informó que los

quinto y sexto grados ingresan a las 13:00 horas y se retiran a las 17:30 horas, y que

los que cursan primer, segundo, tercero y cuarto ingresan a las 13:30 horas y se

retiran a las 17:30 horas. Asimismo, consultada en relación a la presencia de los

inspectores de tránsito en las afueras del establecimiento, ésta comunicó que los

mismo se hacen presente tanto en el ingreso como en el horario de salida, que sería
en el horario de diecisiete y treinta horas, que se quedan controlando el tránsito

durante por el transcurso de quince minutos, que suelen ubicarse en frente de la

escuela sobre calle XXX, que en relación al jardín de infantes, procedí a entrevistar a

la secretaria docente, de nombre O.T., quien consultada también por el horario de la

jornada de los alumnos de la tarde, manifestó que los alumnos del jardín ingresan a

las 12:30 horas y se retiran a las 16:30 horas, y que los inspectores de tránsito se

hacen presentes tanto al ingreso como a la salida de los chicos, que sería a las

16:30 horas, y que generalmente suelen hacerse presente dos inspectores…”.- Lo

que concuerda en pleno con lo declarado por el imputado al momento de ejercer su

defensa material, en razón a ello el hecho, siempre según los dichos huérfanos de la

denunciante, se habría producido en un horario en que la puerta de ingreso de la

casa del imputado se encontraba atestada de padres buscando a sus hijos del

colegio, pues era el horario de salida, y de inspectores de tránsito. Sin embrago la

supuesta víctima al supuestamente “huir” de la casa del A., no hizo manifestación

alguna a los padres de alumnos, ni a los inspectores de tránsito que había en la

puerta, ni pidió ayuda a nadie, incluso encontrándose a metros de la seccional

policial, nada dijo. Así las cosas, y en detrimento a lo dicho por la S.F.I, en la

resolución puesta en crisis se advierte como se le otorga preponderante valor

probatorio a la declaración testimonial de la Sra. M.A.J. a (fs.11 vta.) quién

manifiesta: “… que en semana santa fue la última vez que vio F., y que luego de esta

fecha no volvió a contactarse, hasta el día lunes 07 del corriente mes y año SIENDO

APROXIMADAMENE LAS 17:30 HORAS…” lo que nada tiene que ver con lo

declarado por V. quien si bien habla del llamado ubica al mismo a las 19 horas. Lo

que tampoco coincide con lo declarado por P.J. (esposo de M.A.J.) quien ubica el
llamado “…entre las 17 y 18 horas…”, por lo que en este caso al supuesto llamado

se habría producido antes de que, siempre según la denúnciate, haya acaecido el

hecho. Al igual que con el horario del llamado, existe una flagrante divergencia entre

lo manifestado por la Sra. M. A.J., P.J. y su hija H.J. toda vez que la primera no hace

referencia alguna a su hija H.J. en todo el relato, el segundo manifiesta que al

momento en que V. se habría comunicado con su mujer se encontraban en su casa

con su esposa, su hija H.J. y sus nietos, y esta última refiere que no se encontraba

junto a sus padres al momento en que V. se comunicó con su madre, es más

manifiesta que se entera por un llamado telefónico de la Sra. M.A.J., y que se dirige

a la casa de la supuesta víctima en su vehículo, lo que da cuenta del “sinuoso” relato

de los testigos con los que la S.F.I. apoya la huérfana versión de los hechos de la

supuesta víctima. Que del análisis del Informe de Procesamiento de las

Telecomunicaciones de fs. 241/249, solicitado por la defensa, se desprende que, a

diferencia de lo expuesto por V. y M.A.J., hubo una llamada entrante al teléfono de

V., efectuada a las 18:35 proveniente del teléfono de la Sra. M.A.J., lo que termina

de echar por tierra el relato de la supuesta víctima y de los J., en razón a que,

independientemente del horario, no fue V. quién llamo M.A.J. sino al revés, luego de

que esta manifestó que desde Pascua no la llamaba, y justo lo hace el día del

supuesto hecho… lo que unido a la situación de chantaje descripta abona a lo

expuesto por la defensa, la denuncia, no es más que el elemento en el cual

descansa el interés pecuniario de una gavilla de inescrupulosos que solo actúan

azuzados por tal vil finalidad. Por último, resta analizar prueba científica objetiva, la

que es tendenciosamente valorada por la S.F.I., consistente en los diversos informes

médicos obrantes en autos (Fs.04-16-40). El primero de ellos, contiene los


resultados de la revisión médica efectuada en la persona de la denunciante, el día

del supuesto hecho a las 21 horas, por el Dr. XX del que se desprende: “NO

PRESENTA LESIONES VISIBLES ACTUALES”. Asimismo, a Fs. 16 obra el informe

médico del examen físico y genital efectuado por la Dra. Esp. en Medicina Legal XX,

en la persona de la denunciante, del que se desprende: “NO SE OBSERVAN

LESIONES FÍSICAS EXTERNAS”. Por lo que debemos pensar que la fuerza

ejercida por nuestro asistido en el cuerpo de la denunciante para la supuesta

comisión del hecho, en la que supuestamente le perdura el dolor en los brazos luego

de 48 horas, no dejo rastro alguno ni en los brazos ni en la vagina de V., lo que es

corroborado por las fotos obrantes en autos, lo que es imposible. Más aun teniendo

en cuenta el informe de la revisión médica practicada en la persona del imputado,

del que se desprende: “NO PRESENTA LESIONES VISIBLES ACTUALES”, por lo

que tampoco existen lesiones “defensivas” que se producen en los agresores en el

tipo de hechos denunciado, en razón a ello por más que la testigo manifieste dolor

en los brazos, todos los médicos que la revisaron no pudieron observar lesiones de

ningún tipo, las que deberían existir en razón a la modalidad y la fuerza que describe

la testigo en relación al modo de acometimiento del hecho denunciado. Cuestiones

que nos conducen a una pregunta fundamental, porqué habrá denunciado V. a A..

Para dar respuesta a ello, se debe valorar la declaración testimonial de la Sra.

A.B.C., esposa del incoado A., de N.A. y F.F.. La Sra. M.A.J. hecha luz al porqué de

la sibilina denuncia radicada por V., al ser preguntada por la instrucción a

requerimiento de la Defensa para que diga cuándo y cómo tomo conocimiento de la

presente causa, dijo : “… el día catorce de mayo por la mañana voy a trabajar a la

oficina de XXX, cuando salgo me voy a mi estudio que está frente al hotel y cuando
llego veo a mi esposo con el Dr. L., me llaman, me acerco porque algo tenían que

decirme, nos vamos a la confitería, nos sentamos en la vereda, el Dr. L., mi esposo y

yo, en ese momento mi hija M. que estaba en su negocio sale a la vereda y mi

esposo le dice que se acerque para escuchar algo, y ahí sentados los cuatro, el Dr.

L. comenta, que aquí en tribunales se había entrado a través del periodista XX que

había una denuncia en contra de A., que la verdad no me acuerdo si era abuso o

acoso, la verdad no le presté tanta atención a eso. Obviamente nos quedamos

helados todos, previo a eso mi esposo había hablado con L.L. que es una chica que

trabaja en el hotel, había empezado una licencia el día tres de mayo y se había

reintegrado esa mañana. Ni bien llega mi marido al hotel L. le comenta que la habían

llamado a declarar por una denuncia que había en contra de él, el Dr. L. en ese

momento pregunta si L.L. estaba trabajando a lo que le decimos que sí y sugiere

que la llamemos, luego L.L. viene se sienta con nosotros y relata que la habían

llamado a declarar por una denuncia de V., que también ella se quedó sorprendida y

luego cuenta más o menos lo que le habían preguntado, en relación a lo que había

pasado el día que declaro. Lo que si destaca L.L. que cuando declara que la ve a V.

en el momento que fue a declarar, que no se si fue a la comisaria o donde, la verdad

que no presté atención, y nos dice que la ve a V. acompañada por el matrimonio J.,

que habían sido sus patrones anteriores. Luego una vez que L.L. se va, quedamos

los cuatro conversando en la vereda. Estando este matrimonio J. y siendo los padres

del abogado Dr. J., Dr. L dice que se le podría preguntar al abogado Dr. J. que es lo

que sabía de esto, porque no entendíamos nada, y de ahí quedamos en eso. Al día

siguiente, cuando vengo a trabajar al estudio, nuevamente sentados en la vereda

tomando un café está mi esposo con el Dr. L., luego me acerco, al ratito viene mi hija
también y ahí el Dr. L. cuenta que lo vio al Dr. J.. La primera acotación que hace Dr.

L. es que cuando lo ve al Dr. J., lo primero que le dice es que apague el teléfono,

entonces de la conversación surge cuando habla con el Dr. J., que este tema solo se

arregla con plata, pero con mucha plata, no le podía precisar cuánto, porque tenía

que hablarlo con sus padres, que eran un poco los protectores de V., y que si no lo

arreglaban así nos enteraríamos la esposa refiriéndose a mí y sus hijos, y que

también irían a los medios. También dijo que esto debía arreglarse entre esa

semana y la siguiente, y bueno nosotros ahí le preguntamos al abogado que opinaba

de esto, y él nos dijo que esperáramos un poquito hasta ver qué pasa. En ese

momento me voy ya que yo tenía que buscar a mi nietito en el jardín, creo que mi

hija también se va y ahí fue lo que paso esa mañana. A la noche nos encontramos

en la casa de mi hija de nombre T. casada con F.F., luego F.F. que conocía del tema

también, ya que toda la familia estaba enterada de este tema, le conto a su hermano

G. de toda esta historia que había, y G. que por algún motivo distinto tenía que verlo

al Dr. J., en ese día particularmente, yo entiendo que habla con el Dr. J. ese día.

Luego a la noche nos encontramos en la casa de mi hija, está G. y los papás, ya

que nos reunimos a comer, y ahí G. manifiesta que el Dr. J., le dice que esto se

arregla con mucha plata y le da valores que eran trescientos mil dólares al empezar

el tema este, doscientos mil dólares para terminarlo. Ante esta situación y viendo el

panorama que estábamos enfrentando es que decidimos buscar a un profesional

que no sea de acá, de XXX, que conociéramos de su honestidad y de su buen

trabajo y por eso se consulta con el Dr. Pérez Moreno…” Lo que concuerda con la

declaración testimonial de la Sra. N.A., quien declara en los mismos términos que la

A.B.C., “…Que el día catorce de mayo del corriente año, casi al medio día siendo
aproximadamente a las once de la mañana, estaba en mi local, en ese momento

salía de la vereda, que estaba mi papá y mi mamá, y el Dr. L.. Luego mi papá me

llama para que me acerque a la mesa, luego me dice que me siente y escucho lo

que estaba conversando, ahí L.L. me comenta que se había enterado en el Juzgado

por el periodista XX que había una denuncia hacia mi papá por acoso o abuso, la

verdad que no recuerdo, ahí mi papá comentó en ese momento que al llegar al hotel,

se encontró con una chica que trabaja en el mismo de nombre L.L., y que ella le

comentó que la habían llamado a declarar unos días antes por ese tema. Entonces

el Dr. L. en ese momento nos pregunta si L.L. todavía estaba trabajando en el hotel,

a lo que nosotros le dijimos que sí, nos pidió si la podíamos llamar así le

preguntábamos un poco sobre lo que le habían preguntado, y cuando vino L.L., nos

dijo que la habían llamado que había ido no sé a dónde a declarar, y nos dijo que en

ese momento cuando declaró estaba la denunciante V. con el matrimonio J. que la

estaban acompañando. Nosotros no entendíamos porque se encontraba con el

matrimonio J. y ahí nos dijo que eran sus ex patrones, ella contó lo que le habían

preguntado, de cómo era el trato, quiénes sabíamos estar ahí, y en verdad que no

me acuerdo, a mí en ese momento me sorprendió tanto, tanto a mí como a mi papá,

ya que estábamos shoqueados con la noticia. Preguntada por la instrucción a

requerimiento de la defensa para que diga quienes estaban presentes, dijo: estaban

mi mamá, mi papá, el abogado Dr. L. y hasta ese momento L.L.. Luego L.L. se retira

y nos quedamos conversando los cuatro, entre la conversación surgió que como

estaban los padres del abogado Dr. J. involucrados, pensamos que el abogado Dr.

J. podría estar al tanto del tema, y Dr. L. se ofrece para ir a preguntarle sobre el

tema, así fue que me enteré. Después al otro día, que fue el día quince alrededor de
la misma hora, pero antes del mediodía, yo estaba trabajando en el regional y lo veo

a mi papá, a mi mamá y al Dr. L. sentados en una mesa del bar afuera, me acerco y

ahí el Dr. L. comenta que se había encontrado, o que lo había visto al Dr. J.,

comentó que apenas lo vio lo hizo apagare el teléfono y le dijo que eso se arreglaba

con plata, mucha plata, que no le podía decir el valor en ese momento porque lo

tenía que conversar con los padres de él ya que eran los protectores V. o algo así, sí

nos dijo Dr. L. que Dr. J. le comento que lo teníamos que resolver entre esa semana

o como máximo la semana siguiente y le dijo que nos íbamos a enterar mi mamá y

los hijos, luego Dr. L. comentó que le dijo que estábamos todos al tanto, y que él se

había sorprendido de que sabíamos todos, y también dijo que podría ir a los medios

a sacar la noticia. Bueno en verdad que sorprendidos, no sabíamos que era todo

esto nosotros nos sentíamos extorsionados en realidad, luego le preguntamos a Dr.

L. que debíamos hacer y el nos sugirió que no comentáramos nada, que esto

quedara en la familia y que esperáramos un poco …Esa noche en un primer

momento cuando estábamos los cuatro primeros, comenta G que había ido a ver al

abogado J. por otras razones, y ahí le pregunta sobre el tema, ahí el Dr. J. le dijo

que eso se arreglaba con plata que para empezar eran unos trescientos mil dólares

y para finalizar unos doscientos mil dólares, luego seguimos conversando, ya que

era una locura todo esto, de una mentira, que te estén extorsionando, nos estaban

pidiendo plata de la cual no estábamos dispuestos a arreglar, y por eso decidimos

buscar un abogado que no fuera de la zona ya que no estábamos tranquilos con

nadie…”.- Asimismo, contamos con la declaración de la otra persona que conoció

acerca del pedido de dinero sufrido por la familia de A., así declara FF, “…Al otro día

cerca del mediodía me llama A. y me pregunta donde estoy, ahí le digo que estoy en
el campo, me dice “te paso con el Dr. L. así te dice lo que me dice a mí”, bueno le

digo, ahí le digo “hola Dr. L. que pasó”, y me dice que había ido a hablar con Dr. J., y

que este le había comentado, que se solucionaba con mucha plata, que él lo quería

solucionar esa misma semana, más tardar la otra, sino Dr. J. se iba a encargar de

comentarlo a toda la familia, y que además iba a salir por todos los medios, ahí Dr. L.

me dice “vos que pensas”, yo ahí le dije “que no estoy de acuerdo, porque si es una

mentira porque hay que pagar”…” “… Una vez que lo llamo (a F.F.) me dijo que si lo

conocía a J. y me pregunta que había pasado, ahí le cuento la situación y me dice

“que tengo que ir más tarde a juntarme con el por otras cosas”, que era por unos

dólares y de paso le pregunto…” “… A la noche cuando yo vengo del campo, mi

hermano va a mi departamento, y ahí me cuenta que había ido a hablar con él y que

le había dicho que esto se arreglaba con trescientos mil dólares para empezar y

doscientos al finalizar…”.- Con lo que se patentiza el porqué de la sibilina denuncia

de la Sra. V., quien habría actuado “apadrinada” por la familia J., quienes movidos

por espurios intereses económicos, denuncian y apoyan una falacia en contra de

nuestro asistido, por lo que a diferencia de lo expuesto por la S.F.I, no se pueda

afirmar que los elementos probatorios reunidos hasta el momento sean bastantes

para tener como probable la existencia del hecho y la posible autoría en cabeza del

incoado, exigido por el art. 281 del C.P.P, correspondiendo en consecuencia

disponer el inmediato recupero de la libertad de nuestro ahijado procesal.

PRIVACIÓN DE LA LIBERTAD: Comienza el análisis de la S.F.I. haciendo una

valoración respectiva a la “… La gravedad del delito atribuido a A. conduce

indefectiblemente a un pronóstico hipotético de una pena de cumplimiento efectivo lo

que permitiría inferir ya por sí solo la existencia de peligro de fuga. Esto es así, toda
vez que encontrándose acreditados los extremos fácticos y así definida legalmente

la imputación, entiende la Suscripta que, atento la pena dispuesta para el tipo

delictivo atribuido al incoado A. - de seis a quince años de prisión - no podrá serle

aplicado al mismo, en caso de que en la etapa del plenario se lo condene, pena de

ejecución condicional (art. 26 a contrario sensu, 40 y 41 del C.P. y 281 del C.P.P.).

Conforme a lo dicho, ante la imposibilidad prima facie de condena condicional ya

que, en caso de condena la misma será de cumplimiento efectivo (art. 281 CPP), se

configura un indicio de peligrosidad, entre otros como se verá, a partir del cual puede

inferirse la necesidad del encarcelamiento preventivo…”.- A lo que esta defensa

debe decir que, si bien la prognosis punitiva para el caso particular informa, en caso

de condena, el cumplimiento efectivo de la pena, esto no es suficiente para el

dictado y la mantención de la medida de coerción ahora puesta en crisis. A más de

ello, como Usía bien conoce, una adecuada aplicación del estándar judicial fijado por

la Corte Suprema de Justicia de la Nación, in re: “Loyo Fraire”, S.C.L.,196, L.XLIL –

del 6 de marzo de 2014- y seguido por la Sala Penal del Tribunal Superior de

Justicia, en Sentencia n° 34, del 12/3/2014, permite sostener que, más allá de que la

prognosis negativa realizada por el Juzgador en orden a la procedencia de la

condena de ejecución condicional constituya un indicio de peligrosidad procesal, lo

cierto es que –en términos prácticos- la gravedad de la escala penal de los delitos

que se le atribuyen a un imputado no puede justificar por si sola la prisión preventiva

(CIDH, Sentencia de 30 de octubre de 2008 en el caso "Bayarri vs. Argentina",

parágrafo 74), siendo dirimente realizar una evaluación conjunta de dicho dato con la

existencia o no de otros indicadores que permitan inferir la existencia de un peligro

concreto de fuga o de entorpecimiento en la averiguación de la verdad, como así


también de contraindicios que puedan desvirtuar la aludida inferencia. Asimismo, el

pronóstico punitivo hipotético en relación al dictado de una medida de coerción se

relaciona con la posible sustracción del imputado del proceso mediante la fuga, lo

que no se advierte en autos, por el contrario, al tomar conocimiento de que se

estaría sustanciado la presente investigación, nuestro ahijado procesal se presentó

voluntariamente ante la justicia, propuso defensores, fijó domicilio real y legal en la

causa, poniendo en conocimiento de cómo está constituida su familia y todas

aquellas circunstancias que hacen a su arraigo a la localidad de XXX, habiendo

ofrecido en la oportunidad fianza real y/o personal, al momento de presentarse ante

la Fiscal, solicitando su mantenimiento de libertad. Continuando con el análisis de la

resolución puesta en crisis se desprende: “…Ahora bien, dado que tal privación de la

libertad personal resulta inviable por la repercusión que en este ámbito tiene el

principio de inocencia, debe determinarse si, en el caso concreto, existe algún otro

indicio que permita sustentarla. Y la respuesta en este caso es positiva, en efecto en

la presente causa ha quedado demostrado en relación al incoado A. los siguientes *

indicios concretos de peligrosidad procesal, que permiten sostener que el imputado

en libertad intentaría entorpecer la investigación y eludir la acción de la justicia. En

efecto, la presente investigación no está concluida, ya que restan receptar

testimonios fundamentales de los que podrían surgir otras víctimas. Que surge

asimismo de las constancias de autos - ver declaración de la Comisionada P.R. que

obra a fs. 50/51 -, que el imputado cuenta con medios económicos, entre los cuales

se puede mencionar, la administración de XXX, de categoría XXX estrellas, ubicado

en XXX de la localidad de XXX, como así también el prevenido posee título

universitario de XXX, desempeñándose en dicha profesión, que es conocido en la


localidad de XXX, que años atrás tenía comercio de nombre XXX, sumado a ello lo

declarado por la esposa del imputado A.B.C.– ver declaración de fs. 181/188 -, en

cuanto refiere (txt) “…mi marido es XXX y trabaja de su profesión, es más es el

presidente del colegio de XXX de la delegación de XXX, que no sé exactamente

cómo funciona pero si sé que está en XXX, él también atiende en el mismo estudio

que tengo yo, que su profesión no es como la de los contadores que tenés gente

todo el día, ya que ellos pueden atender en cualquier lado y trabaja mucho en casa,

y él se encarga de todo lo que es construcción y mantenimiento…”. Estas

condiciones permiten deducir a la Suscripta que dada su posición económica y social

podría contribuir a solventar y facilitar la fuga del mismo ya que el incoado podría

relacionarse con personas con influencia que le faciliten el traslado hacia cualquier

punto o incluso fuera del país, sumado al hecho que posee los recursos suficientes

como, para frustrar los fines del proceso (posee pasaporte el cual a la fecha se

encuentra vigente) – ver condiciones personales de declaración indagatoria de fs.

73/75 -.Yerra la S.F.I. al entender que las condiciones personales del A. constituyen

un indicio de peligrosidad procesal, por el contrario, las mismas dan cuenta de la

situación de arraigo del imputado en la ciudad de XXX, donde no solo tiene a su

núcleo familiar y amistades desde hace treinta años, sino que a su vez tiene la sede

de todos sus negocios e inmuebles los que oportunamente fueron ofrecidos a modo

de fianza a los fines de garantizar su apego al proceso. Asimismo, la Fiscal omite

valorar la actitud que desde el primer momento asumió nuestro ahijado procesal al

presentarse ante la fiscalía fijar domicilio y solicitar su mantenimiento de libertad,

para obtener como respuesta horas, un allanamiento en el domicilio que había fijado

en la causa donde se procedió a su detención, con el que colaboró y no opuso


resistencia. En su sesgado análisis la S.F.I. manifiesta: “…De otro costado otro

indicio a tener en cuenta es la situación de vulnerabilidad de la víctima en cuanto la

misma refiere – ver denuncia de fs. 01/03 – (txt) “…Que esta situación le provoca

angustia ya que también sufre problemas económicos, y sin trabajo no pude afrontar

sus gastos cotidianos…”, concluyendo que en libertad del imputado, podría estar

expuesta a una posible mayor influencia por parte del acusado. Asimismo que el

delito ha ocurrido aprovechándose el prevenido de la relación de dependencia

laboral momentánea. Que en libertad el acusado podría intentar influir no solo sobre

la denunciante para mejorar su situación, sino sobre otras personas que podrían ser

convocados (como por ejemplo empleados que trabajan bajo las órdenes de la

familia del imputado) Repárese que en la declaración de la Sra. A.B.C., surge que

una empleada del XX de nombre L.L., habría sido llamada por sus jefes a los fines

de preguntarle sobre lo que había declarado en calidad de testigo –ver declaración

de fs. 181/188. En respuesta a ello, obran en autos la recepción de más de una

decena de testimonios, incluso de la supuesta víctima quien declara en TRES

oportunidades y en ninguna de ellas hace referencia a que nuestro asistido ni su

entorno haya intentado contactarse con ella o intimidarla, lo que consta a fs.25 vta.

“…Preguntado para que diga si en algún momento este hombre (A.) intentó

comunicarse con usted, dijo: nunca, aparte él no tenía mi número de teléfono, la que

lo tenía era la señora A.B.C…”, lo mismo sucede con la Sra. M.A.J. y L.L. (empleada

de A.), quienes declararon con el imputado en libertad sin referir por parte de este

intimidación alguna. Más allá que el profesional actuante en primera instancia -Dr. L.-

le haya consultado, sin injerencia de ninguno de los A., a una empleada sobre qué

habría sido indagada, sin ejercer sobre este ningún tipo de recomendación o
amedrentamiento por la relación laboral preexistente por parte de los A., insistimos

fue una interrogación por parte del Dr. L., la que es puesta en conocimiento

abiertamente por ABC quien lejos de ocultar ello, lo dijo entendiendo que el

profesional hacia su trabajo legalmente, lo que dista de cualquier intento por mejorar

la situación procesal del A.. Respecto a los supuestos Indicios de Personalidad, la

S.F.I mantiene: “…Téngase en cuenta el testimonio de C.S. (fs. 119/127vta.), quien

relata haber sido víctima de abuso sexual por parte del imputado, y que también

habría prestado tareas bajo las órdenes del prevenido A., en un estudio de XXX que

este poseía, en el año mil novecientos noventa, y refiere que la familia del imputado

maneja mucho dinero, teniendo en la zona mucho poder, expresa además (txt)

“…que acá hay muchos intereses en juego, (…) ya que ellos manejan mucho dinero

y sé están repartiendo muchas cosas, y yo estoy en un situación difícil en este

momento (…) aparte ellos tienen mucho poder, yo en estos momentos siendo temor

por lo que está pasando, antes en su momento yo le tenía respeto y ahora con esta

causa tengo miedo, por lo que puede pasar, aparte yo sé cómo ellos se manejan (…)

Preguntado por la Instrucción a requerimiento de la defensa para que dé razón de

sus dichos, cuando hace referencia a que acá hay mucha plata en juego, dijo: yo

tengo contactos y gente conocida que me dice los movimientos de ellos, y si a la

misma hermana le pusieron plata encima para que ella siga callando esto, me refiero

a P.P., y que esto yo lo sé por medio de ella, de P.P., que ella me lo contó a mí.

Preguntado por la Instrucción a requerimiento de la defensa para que diga si tiene

conocimiento de que en esta investigación se haya amedrentado a alguien u

ofrecido dinero, dijo: si, por trabajo, donde no puedo dar el nombre ya que los voy a

comprometer, ya que es una persona que está trabajando con ellos, y lo


comprometo, y ella dijo refiriendo a ABC dijo que no iba a escatimar en dinero para

que su marido salga inocente (…) y sé muchos nombres de mujeres a las que les ha

pasado algo, amigas de P.P., pero que sé que no van a hablar, porque le tienen

mucho miedo, que los hechos sucedidos a esas personas ocurrieron en la época

que me sucedió a mí, posteriormente, y actual pero menos. Preguntado por la

Instrucción para que diga porque estas personas le tienen mucho miedo, dijo: le

tiene mucho miedo, por el poder económico que tienen, que los pueden dejar sin

trabajo, además por los contactos que tienen, y con la plata tapan mucho, le tiene

miedo a hablar y quedar mal…”. Que así las cosas, corresponde valorar el

testimonio de la Sra. C.S., quién, según sus propios dichos,“…se encuentra

desempleada ya que se encuentra de carpeta psiquiátrica…”, y al ser consultada por

esta defensa para que manifieste todo lo relativo al cuadro psiquiátrico referido

manifestó: “…Quiero aclarar que el certificado de discapacidad que poseo está

firmado por profesionales de la juta médica de XXX, actualmente me estoy tratando

con psicóloga y estoy yendo cada tanto al Dr. X que atiende en Córdoba, que me

atendió en forma particular, ya que estuve internada en el Morra y en el Santa María,

y las internaciones fueron el año pasado…” por lo que resulta al menos temerario

por parte de la S.F.I, el fundar el mantenimiento de la medida de coerción que pesa

sobre nuestro asistido, valorando los dichos de una persona que se encuentra

padeciendo un cuadro psiquiátrico tal. Al margen de ello, los temores que la testigo

refiere (previo a declarar durante más de 3 horas…) al manifestar: “… yo estoy en

una situación difícil en este momento, yo en este momento estoy viviendo en parte

de un condominio que pertenece a ellos, y sé que si ellos le dicen algo a la abogada,

yo quedo en la calle…”. Lo que es absolutamente falso e infundado toda vez que el


domicilio de la Sra. C.S. no pertenece a la familia A., respondiendo esos miedos

meramente al “mundo de las ideas” de la testigo. En este orden de ideas, de la

declaración de ABC, surge, al ser preguntada por la Instrucción para que diga si

recuerda haber tomado conocimiento de que en algún momento C.S. haya tenido

algún tipo de problema con su marido, dijo: “…si, mi marido dos veces ha hecho

exposiciones policiales porque hay un pasaje en común de los distintos propietarios,

donde están los garrafones y ella suele cerrar con el candado, entonces no se puede

ingresar, y sale a los gritos como loca, insultando, está totalmente desquiciada, a mi

hija le suele hacer problema cuando hay alguien arreglando en la casa, como puede

ser un albañil o un plomero, que cuando entran los insultan, es más hay una vecina,

que hace un tiempo expuso por agresión personal hacia ella, donde sé que hubo

intervención policial…”. Lo mismo sucede cuando se le consulta a la Sra. N.A.

respecto a la testigo C.S., preguntada por la instrucción a requerimiento de la

defensa para que diga si conoce a la Sra. CS, cómo la conoce y si tienen algún tipo

de relación con ella, dijo: la conozco del pueblo, no tiene relación con ella, C.S.

siempre fue vecina de la propiedad de la casa de mi abuela, que es donde yo estoy

viviendo, pero no he tenido relación con ella, más que esa. En verdad no me

interesa tener relación con ella, ya que es una persona desquiciada, he tenido en

varias ocasiones varios conflictos con ella, como por ejemplo cuando estaba

remodelando la propiedad de mi vuela para irme a vivir, ella entraba en mi propiedad

sin permiso insultando a mis albañiles, también me lo hacía a mí como a mi marido,

después hemos tenido otros problemas edilicios, en el cual hoy estoy con un

problema con ella de humedades en la pieza que hice constatar con un escribano el

problema porque no me daban solución, de todos modos siempre nos dirigimos al


dueño de la propiedad que es el Dr. B.B. que es de XXX para que nos diera solución

al problema, ya que no queríamos tener ni yo ni mi marido trato con ella, no solo por

lo que ya habíamos tenido problema nosotros, sino porque sabíamos que era una

persona que había tenido problema con una vecina, por daños físicos y mi papá ha

tenido problemas con ella en otras ocasiones por lo cual ha realizado exposiciones

hacia ella…” lo que da cuenta de la animadversión por parte de la testigo para con

nuestro asistido y su familia. Asimismo, de la declaración de la Sra. C.S. surgen

flagrantes contradicciones al contraponerla con lo que esta le habría manifestado a

la Of. Principal XXX fs. 84/85, a quien la testigo le manifestó tener 42 años de edad,

lo que es falso porque tiene 49, narrándole además: “… que lo conocía (a A.), que

cuando ella tenía la edad de veintiún años, prestó tareas como empleada doméstica

en la casa de él, que fue en el período de un año, o un año y medio, que en esa

oportunidad ella habría mantenido una relación amorosa con A., que dicha relación

en su oportunidad en un primer momento fue consentida, pero que dicha relación

duró entre uno y dos meses, que mantuvieron relaciones sexuales consentidas, y

que ella fue quien decidió terminar la relación, pero que él no aceptó. Aparte hizo

saber que antes de entablar la relación amorosa con A. este la acosaba, ya que todo

el tiempo este andaba detrás de ella, y que cuando ella terminó la relación, después

de unos días, éste la citó a la casa de él, que sería la vivienda ubicada en la calle

XXX, con la excusa de que tenía que firmar unos papeles, y que ahí él se aprovechó

de ella…” Lo que nada tiene que ver, en tiempo, modo y lugar, con la versión que la

testigo brinda al momento de prestar declaración en sede judicial. En este orden de

ideas, de la misma declaración se advierte como en al menos tres oportunidades

C.S., se negó a responder preguntas concretas formuladas por la Instrucción y la


Defensa, a saber: “… Preguntado por la Instrucción para que diga si le dijo la verdad

a la policía, dijo: no se lo voy a decir, no quiero hablar de lo que le dije a la

policía…”; Preguntada por la Instrucción a requerimiento de la defensa para que diga

si puede hacer escuchar el audio (en el que se escucharía una empleada de

tribunales consultando a una supuesta víctima si le podía pasar su número a la fiscal

porque estaba interesada en hablar con ella), dijo: no, porque se va a escuchar la

voz de la persona de tribunales…”; Preguntada por la Instrucción a requerimiento de

la defensa para que diga cuando hablo con las personas que sabe lo que le pasó …

y, no voy a decir quiénes son las personas que me contaron a mí, no voy a hablar de

otras personas…” lo que constituye un flagrante delito por parte de la testigo toda

vez que como Usía bien conoce, el artículo 275 de C.P. reprime al testigo que callare

la verdad, en todo o en parte, tal como ha sucedido delante de la S.F.I. quien estuvo

presente al receptar declaración a la testigo C.S.. En razón a lo expuesto, el colegir

la personalidad de nuestro asistido para mantenerlo privado de su libertad, como lo

hace la Fiscal, en base a las tendenciosas y mendaces manifestaciones efectuadas

por una paciente psiquiátrica, a quien cuando se le solicitó que de razón de sus

dichos se negó a responder (cometiendo falso testimonio), quien al margen de ello

cuenta con una enemistad manifiesta con nuestro asistido y su familia, en la que

abundan exposiciones policiales previas lo que da cuenta de la animadversión de

esta con A., resulta al menos temerario por parte de la Fiscal. En tal sentido, la fiscal

expresa: “…Sumado a esto, se cuenta además con lo averiguado por la

Comisionada P.R. de fs. 151/152, en cuanto refiere que podría haber otras mujeres

víctimas de abuso sexual por parte del prevenido, expresando (txt) “…de acuerdo a

las averiguaciones realizadas, más que todo en el perfil de Facebook de P.P., se


logró establecer que la misma sería amiga de D.E. de cuarenta y un años de edad

DNI N° XXX, y consultada en relación a A., la misma me informó que cuando tenía

unos doce años aproximadamente fue vecina de P.N., que sería el hombre que crio

a P.P. (…) que P.P. en una oportunidad le manifestó que A. era de buscar los

momentos en que ella estuviera sola para hostigarle sexualmente, que si bien no

tiene muchos detalles de lo que le sucedió, piensa que puede haber pasado más

cosas, ya que también por dichos de personas que no puede precisar al momento

de la entrevista, sabe que el tipo tiene ese tipo de antecedentes de ser un hombre

acosador, y que también sabe por dichos de P.P. que la mujer de A. tiene

conocimiento de lo que le pasó a ella con él, pero que no dice nada, y que

seguramente toda esa familia está enferma. También me manifestó que tiene

conocimiento de que P.H. y M.D. también habrían sufrido hechos de abuso por parte

de A., que en el caso de P.H. fue cuando ésta prestaba tareas en el negocio de

nombre XXX, y que la misma le contó a ella que en oportunidad de encontrarse

trabajando en el comercio, A. le pegaba chirlos en la cola, y que también sabe que

M.D. ha sufrido hechos por parte de A. que cree que son más graves (…) pero que

no está segura, que esto lo sabe por un comentario que en algún momento le brindo

su ex marido del cual no brindó datos. Que con estos datos aportados (…) procedí a

entrevistar a P.H., que (…) me informó que cuando tenía veintitrés años, realizó

trámites para trabajar por medio del plan “primer paso”, el cual le salió para trabajar

en el estudio de A.B.C., que sería la mujer de A., y que no sabe porque motivo al

final la mandaron a trabajar al negocio de A., y ahí estuvo trabajando por el

transcurso de más de un año (…) pero aclaró que nunca volvería a trabajar ahí,

porque A. era un viejo asqueroso, que cuando tenía oportunidad le pegaba chirlos
en la cola a ella y otra empleada de nombre A.L., que no sabe dónde vive

actualmente, que también cuando pasaba era de apoyarla en la cola con su pene…”.

Resulta dirimente la circunstancia qué la Fiscal ya no sabemos si erróneamente o

fruto de algún desconocimiento intenta dejar preso a nuestro ahijado procesal

expresando con total candidez que restan investigar supuestos, insisto supuestos,

causas qué surgirían del afanoso testimonio de la comisionada C.S., quién dice lo

que luego los testigos niegan -véase el caso de la testigo C.S.. Que, a su vez

constituye al menos un yerro de la instructora, al no existir denuncia alguna, es decir

sin haberse removido el obstáculo contenido en el artículo 72 del Código Penal, a los

fines de poder iniciar la investigación de los hechos contra la integridad sexual cuya

acción es dependiente de instancia privada. Sumado a lo expuesto resulta relevante

el manifestar que no habiendo ejercicio de acción es más que obvio que no existe

imputación alguna en contra de A. por lo que intentar fundar una medida coerción

por causas por las que no se encuentra imputado resulta al menos absurdo, puesto

que las medidas coerción sólo se pueden imponer existiendo la imputación de un

hecho que se haya probado con un grado de probabilidad tanto la existencia del

mismo como la participación del imputado y de acuerdo a la medida de coerción

personal aplicar, cuál sería el riesgo para el proceso insistimos. Lo que tampoco se

advierte en autos, en donde sólo contamos con una endeble y huérfana denuncia

que carece de todo sustento probatorio puesto que las dos constancias médicas

cuyos informes obran agregados en autos efectuados por distintos galenos y en

distintas sedes arrojan resultado negativo. No se debe perder de vista que los

hechos supuestamente denunciados o sugeridos por la testigo C.S. se encuentran

prescriptos, por lo que no es posible investigar los mismos, mucho menos valorar
aquellos como un indicio de peligrosidad procesal, pues dicho instituto tiene

características distintivas que así lo dispone. Al respecto, el Tribunal Superior de

Justicia, en sentencia n° 52 del año 2005 en autos “Folguera”, dijo: “... al momento

de la resolución aquí impugnada, había operado ya la prescripción de la acción

penal emergente del delito que se le enrostraba a Spetich y Folguera (...) Esta

circunstancia pone fin a toda discusión que involucre la faz penal del presente

proceso. Es que, reiteramos, advertida la prescripción de la acción penal emergente

del delito investigado en autos, corresponde a este Tribunal (...) dictar el

sobreseimiento de la causa (art. 350 inc. 4° C.P.P.), como consecuencia de lo cual la

impugnación deviene abstracta por sustracción de materia. Conviene añadir, incluso,

que la sola presencia de una causal extintiva de la acción -en el caso, la

prescripción- debe ser estimada cualquiera sea la oportunidad de su producción y de

su conocimiento por el Tribunal, toda vez que -en términos procesales- significa un

impedimento para continuar ejerciendo los poderes de acción y de jurisdicción en

procura de un pronunciamiento sobre el fondo…”.- Asimismo, el máximo tribunal

cordobés, pronunciándose en ese sentido (cf., por todos, “Vilarrodona”, A. n° 204,

12/10 /07) y, más recientemente, en autos “Alarcón” (A. n° 78 del 04/04/08) precisó

que, “...sin perjuicio de lo expuesto en los puntos anteriores..., corresponde efectuar

una aclaración. El art. 351 de nuestro CPP establece que, al dictarse la sentencia de

sobreseimiento, se deberán analizar las causales previstas en el art. 350 del mismo

ordenamiento, conforme el orden allí establecido, pero aclara que ello debe hacerse

en la medida en que resulte posible. Por esta razón, en supuestos como el de autos,

en que media una causal extintiva de la acción penal emergente del delito

investigado, no puede pretenderse la aplicación de tal previsión –en el sentido


referido–, precisamente porque la extinción de dicha acción impide un

pronunciamiento sobre el fondo del asunto –conforme los fundamentos ya

expuestos– y, en consecuencia, imposibilita el examen de las restantes causales

que determinan el sobreseimiento. En este marco debe interpretarse la facultad de

recurrir que el art. 352, 2° párrafo del CPP le confiere al imputado, siguiendo así la

máxima de que toda interpretación dogmática debe tender a hacer de las normas un

sistema de cerrada corrección lógica, armónico entre sus leyes superiores e

inferiores, cuya constitucionalidad en principio se presume. Esto es, cuando se

hubiere cerrado el proceso penal seguido en contra de un imputado mediante una

sentencia de sobreseimiento fundada en una determinada causal, aquél podrá

recurrirla en el caso de que, conforme las constancias de autos, hubiere procedido la

aplicación de un motivo precedente; claro está, siempre que no medie una causal

extintiva de la acción penal –en este caso, la prescripción– que, como ya dijimos,

extingue la potestad represiva del Estado e impide la prosecución del proceso, el

cual debe necesariamente culminar con la sentencia de sobreseimiento fundada en

aquel motivo, imposibilitando así cualquier pronunciamiento sobre el fondo del

asunto...”. En el mismo sentido la Cámara de Acusación cordobesa, en autos

caratulados “Sabaducci, Adriana Graciela y Zabala, Claudia Olga p.ss.aa hurto

simple” (Expte. S-27/11) ha dicho: “…Por otra parte, acerca de la naturaleza

sustancial de las distintas causales de sobreseimiento, el Excmo. Tribunal Superior

de Justicia ha establecido en forma reiterada ya que, entre ellas, las extintivas de la

acción deben ser de previa consideración, toda vez que, en términos procesales,

determinan un impedimento para continuar ejerciendo los poderes de acción y de

jurisdicción en procura de un pronunciamiento sobre el fondo (cf., entre otros,


“Cappa”, A. nº 76, 29/6/93; “Vivian”, A. nº 60, 14/6/94; “Rivarola”, A. n° 26, 19/2/99;

“Massa Linch” A. n° 62, 25/03/02; “Pérez”, A. n° 201, 20/06/02; “Benítez”, S. n° 7,

16/3/2004; “Pompas”, S. n° 28, 03/05/04; “Terraf”, S. n° 97, 04/10/04). Asimismo, en

dichos precedentes se ha dejado establecido al respecto que “...la sola presencia de

una causal extintiva de la acción debe ser estimada independientemente, cualquiera

sea la oportunidad de su producción y de su conocimiento por el tribunal... No queda

librada a la voluntad del juzgador la posibilidad de optar por realizar un análisis

objetivo o subjetivo de las causales, sino que la ley impone un camino a recorrer…

Para finalizar, destaco mi opinión en el sentido de que la prescripción de la acción

penal es: a) de orden público, b) se produce de pleno derecho, c) debe ser

declarada de oficio; d) debe ser resuelta en forma previa a cualquier otra decisión

sobre el fondo de la cuestión planteada, como así también que la Corte Suprema de

Justicia de la Nación se ha expedido a través de distintos fallos sobre cada uno de

los aspectos antes mencionados (Fallos: 186:289; 207:86; 275:241; 297:215;

301:339; 310:2246; 311:1029; 2205; 312:1351; 313:1224; 323:1785, 322:300, entre

otros) y que tales argumentos fueron recientemente considerados por la CSJN en

este mismo sentido en los autos caratulados “Podestá Arturo Jorge y López de

Belva, Carlos A. y otros s/defraudación en grado de tentativa y prevaricato”, de fecha

7/03/06…”.- En consecuencia, al margen de ser absolutamente falaces los dichos en

contra del A., al no haber sido removido el obstáculo establecido por el artículo 72

del C.P., así como el impedimento para investigar que constituye la prescripción, cae

de maduro la imposibilidad de investigar los mismos, como lo intenta la S.F.I.

enviado a preguntar por toda la ciudad y alrededores para averiguar si alguien tiene

algo para decir de nuestro asistido, cuestiones injustificables que no pueden avalar
el encierro cautelar de nuestro asistido. Continuando con el análisis efectuado por la

S.F.I., se advierte: “…Debe tenerse en cuenta asimismo que el delito habría ocurrido

en circunstancia de que el imputado se encontraba solo con la damnificada en la

vivienda ubicada en XXX, lugar donde ésta última se encontraba prestando tareas

bajo las órdenes de él, además la naturaleza del hecho de la causa en tanto se trata

de un delito contra la integridad sexual, en lo que deviene sustancial el testimonios

de personas que serían tanto del entorno de la víctima como así también lo fueron

del imputado y la necesidad de preservarlos de cualquier tipo de contaminación o

influencia. Ahora bien, y atendiendo a este fin, se concluye señalando que si el

encartado A. recuperase su libertad, conforme a toda la prueba colectada, existe una

probabilidad cierta de que pueda atentar contra los fines del proceso penal,

sustrayéndose al mismo y ejerciendo influencia sobre posibles víctimas y/o testigos.-

Lo que, a entender de esta defensa, no es más que una expresión dogmática del

S.F.I. carente de sustento probatorio alguno, en primer lugar, ya se ha receptado

declaración testimonial a más de una docena de testigos, incluso la denunciante ha

prestado declaración libremente, no haciendo referencia alguna a intimidación por

parte de nuestro pupilo procesal ni su entorno. En tal sentido, se ha demostrado

objetivamente el error en el que incurre voluntariosamente la Fiscal al manifestar

que, A. en libertad puede influenciar testigos, cuando insistimos, la denunciante

declaró en tres oportunidades y todos los testigos que fueron a prestar declaración,

según sus propios dichos, no han recibido intimidación por parte de A. y su entorno,

es más, la mejor amiga –H.J.- de la hija mayor de nuestro asistido prestó declaración

en la causa y nadie de la familia A. hablo con la misma, como así tampoco con

ningún otro testigo. Por último, la S.F.I. postula: “…Por lo expuesto, estimo que
resulta absolutamente indispensable la privación de libertad del imputado, no

advirtiéndose otra modalidad que garantice adecuadamente, en este caso particular,

el cumplimiento pleno e irrestricto de los fines procesales. No puede soslayarse que

el Estado Argentino ha asumido internacionalmente la obligación de condenar todas

las formas de violencia contra la mujer (física, sexual y psicológica), debiendo actuar

con la debida diligencia para su prevención, investigación y sanción (art. 7 inc. “b” de

la Convención de Belén Do Pará aprobada por Ley 24.632), lo que implica asegurar

la realización del debate y por ende, exige poner especial atención en aquellas

circunstancias que podrían impedirlo u obstaculizarlo, dentro de las cuales se

encuentra el entorpecimiento de la propia investigación preparatoria. Ello queda

evidenciado en lo normado en el inc. 3 del art. 281 ter del C.P.P., al estimar como

peligro de entorpecimiento cuando el hecho se encuentre vinculado a situaciones

concretas asumidas por el Estado como obligaciones internacionales, que pongan

en riesgo el cumplimiento de dicho compromiso por presentarse indicios serios de

que no se podrá concretar la investigación como corresponda, debido a la influencia

negativa del agresor en libertad sobre la víctima, testigos y demás. La Sala Penal del

Excmo. Tribunal Superior de Justicia de Córdoba, ha afirmado que en causas

vinculadas a la violencia de género “…la presencia de indicadores de vulnerabilidad,

y el hecho de que se encuentre pendiente la realización de una pericia psicológica

en la persona del imputado, se erigen en circunstancias que irradian un riesgo de

manipulación de la prueba de cargo para la audiencia oral, por las características

singulares del autor y de la víctima (capacidad de influenciar del primero y la

vulnerabilidad de la mujer). No se trata de criterios de peligrosidad material

(peligrosidad del imputado, posibilidad de reiteración de los hechos de violencia


contra la víctima) sino estrictamente de peligrosidad procesal (el riesgo que la

libertad del imputado supone para la realización del debate, atento a la relación

cercana con la víctima y la especial vulnerabilidad de esta). Ello torna razonable la

subsistencia del encarcelamiento preventivo a los fines de asegurar los fines del

proceso, en concreto, la realización del debate…” (TSJ, Sala Penal, Sent. N° 159,

19/5/2014, “Romero, Fernando Gabriel p.s.a. Lesiones Leves Calificadas y

Amenazas – Recurso de Casación”. Vocales: Tarditti, Blanc G. de Arabel y Cáceres

de Bollati)…”. Lo que para el caso particular no es aplicable, toda vez que, dicho

indicio de peligrosidad procesal se emparenta con situaciones de violencia familiar,

donde existe o existió un vínculo familiar o afectivo entre víctima y victimario, donde

por lo general existen hijos en común, o relación parental, estando latente la

posibilidad que en razón aquellos la víctima intente retractarse de sus dichos o

continuar vinculada con el imputado, es por ello que en el fallo citado por la Fiscal

del T.S.J se hace referencia “atento a la relación cercana con la víctima” lo que

claramente no sucede en autos, toda vez que no existe ni existió relación de ningun

tipo entre la denunciante V. y nuestro asistido A.. En relación a las pericias, tal como

surge de autos, hemos sido notificados de la fecha de realización de las mismas, en

fecha 05/07, luego de una demora injustificada de la fiscalía que llevo a esta defensa

a presentar un escrito en fecha 04/07, instando a que se arbitren los medios para la

agilización de aquellas, téngase presente que los oficios fueron remitidos casi un

mes luego del decreto que las ordenó. Que a su vez en lugar de continuar la

investigación la Fiscal, empleados judicial, policías y demás han preguntado a toda

la localidad XXX y alrededores en relación a la persona de A., lo que dista mucho de

una instrucción con los tiempos que se deben cumplir en causas con preso, pues
avizórese que jamás se intentó enviar algún oficio o llamar para que se agilicen las

fechas de pericias, reiteramos habiendo sido enviados los oficios un mes después de

haber sido decretados, pero si se ocuparon prolijamente de indagar en la red social

“Facebook” de una persona que vive según surge del testimonio de una psiquiátrica

en Miami, la que no existe en la causa, no siendo este el modo de conocer acerca

de la personalidad del imputado, sino mediante las pericas.- Mientras tanto no

surgen avances en la investigación más allá de la prueba telefónica solicitada por la

defensa la que, a entender de esta parte, no solo desvirtúa la falaz denuncia de V.,

sino que además descubre un siniestro negocio detrás de aquella. Todo por lo cual,

sostienen estos Representantes del Ministerio de la Defensa que resulta ajustado a

derecho el revocar el decreto de marras, ordenando la inmediata libertad de A.”.-

2).- Que atento al planteo formulado, a fs. 19 la Fiscalía de Instrucción de Feria, se

expidió en el siguiente sentido: “Villa Dolores, 11/07/2018.- A mérito de la oposición

interpuesta por los Dres. Alejandro Pérez Moreno y Luciano Pablo Meyer abogados

defensores del imputado A., en contra del decreto obrante a fs.250/273,

manteniendo el suscripto el criterio expuesto, elévense las presentes actuaciones al

Juzgado de Control de Feria (art. 338 del C.P.P.).- Habilítese la Feria Judicial.

Notifíquese.”

3).- Que al examinarse la causa principal (Expte. N° XXX), la que se acompaña con

las actuaciones de feria (Expte. N° XXX), se observa que A. se encuentra

aprehendido desde el 17/05/2018 (fs. 31), y que por decreto de fecha 05/07/2018

(fs.250/273 del expte. pral.) la Sra. Fiscal de Instrucción de Villa Cura Brochero, Dra.

Adriana María Pereyra, dictó la prisión preventiva del imputado A., como supuesto

autor del delito encuadrado penalmente prima facie como Abuso Sexual Calificado
(art. 119, 3er. párr., del C.P.), con los fundamentos que a continuación se

transcriben. En el punto “C)” de su libelo, titulado “ANALISIS Y CONCLUSIONES”

expuso: “…La prueba reseñada, conforme se analizará seguidamente, permite inferir

que existen elementos de convicción suficientes a criterio de la Suscripta, para

sostener con el grado de probabilidad exigida en esta etapa del proceso penal, la

existencia material del hecho y la participación punible del prevenido A. en el

mismo.- En efecto, en primer término se cuenta con los dichos de V. (fs. 01/03),

quien mediante la denuncia ante la Unidad Judicial, de fecha siete de mayo de dos

mil dieciocho, a las 19,29 horas, aportó la noticia criminis del referido suceso

manifestando expresamente su voluntad de remover el obstáculo de procedibilidad

de la acción penal, en razón de que al delito investigado le corresponde el ejercicio

de la acción penal pública dependiente de instancia privada (art. 72 inc. 1° del C.P. y

6 del C.P.P.), por lo que se procedió a la investigación del hecho puesto en

conocimiento; relatando en un primer momento que es oriunda de la localidad de

XXX, ubicada a unos veinticinco kilómetros hacia el Norte de la localidad de XXX, y

que se domicilia hace catorce años aproximadamente en la localidad de XXX, más

precisamente en XXX, y que habitualmente se desempeña realizando tareas de

limpieza en casas de familia, y que lo realiza desde que tiene la edad de quince

años. Continua relatando (txt) “…Que hace doce años que trabaja en la casa de la

familia J., ubicada en calle XXX s/n° de esta localidad, siendo sus empleadores

M.A.J. y P.J., haciéndolo de lunes a sábados de ocho treinta a quince horas. Pero

que el día martes 01/05/2018, M.A.J. le manifiesta a la dicente, que no podría

abonarle más su sueldo por lo que prescindiría de sus servicios…”. Refiere que

frente a su estado de desempleo comienza a buscar trabajo, y es así que por


recomendación de una amiga de nombre L.L., se entera de un puesto vacante que

había en la casa de la familia A. Relató (txt) “…que debía hacerse presente en XXX

ubicado sobre XXX de esta localidad y preguntar por la propietaria llamada A.B.C.

(…) se dirige al lugar mencionado el día jueves 03/05/2018 a las 20:45 horas

aproximadamente y en el lugar localiza a la señora A.B.C., que allí la entrevista y le

pregunta dónde había trabajado, si tenía experiencia en tarea de limpieza, si le

podría dar referencia de trabajos anteriores y que la llamaría el día viernes para

comenzar a trabajar…”. En relación al hecho ocurrido el día lunes siete de mayo del

corriente año en la propiedad del imputado A., refiere que (txt) “…siendo las catorce

horas, según lo acordado, se dirige a la vivienda de la Sra. A.B.C. donde es atendida

por la misma, ingresando a la vivienda y observando que en la zona del comedor se

encontraba una persona de sexo masculino, a quien su empleadora se lo presenta

como A. su esposo, que allí el mismo la saluda con un beso en la mejilla, se retira

del comedor y comienza a realizar sus labores. Que era la primera vez que veía al

señor A, que no lo conocía previamente, que A.B.C. después de almorzar siendo

aproximadamente las 15:00 horas se retira del domicilio, permaneciendo A. en la

vivienda. Que la dicente comenzó a realizar sus tareas, sin entablar conversación

con el señor hasta que siendo las 16:30 horas aproximadamente, cuando la dicente

le consulta al mismo donde se encontraba el lampazo, por lo que el mismo, quien se

encontraba sentado en frente de la computadora en el living de la casa, se levanta

de su ubicación y apoya sus manos en los hombros de la dicente y acompaña de

esa forma en la zona de la cocina, manifestándole “Ahí”, haciendo referencia a que

el lampazo estaba en el interior de un placard. Que esta actitud le resultó extraña a

la dicente, porque por ser la primera vez que conocía esta persona, no le pareció
respetuoso que la sostuviera de los hombros (…) Que siendo las 17:15 horas

cuando se despide de su empleador y le dice “ya termine, me voy señor”, el mismo

le manifiesta “venga acérquese”, razón por la cual se aproxima a A., y éste procede

a sostener ejerciendo fuerza con sus manos en la zona de los hombros de la

dicente, acercándole el rostro a los fines de dar un beso a la dicente, corriendo la

misma su rostro hacia el costado para evitar este contacto, seguido de a gritos

manifestarle “que le pasa”. Que en ese mismo momento A. la da vuelta a la dicente,

quedando posicionada la misma de espaldas a él, y le sostiene ambas manos a la

dicente por la zona de su espalda, con la mano izquierda de él. Que la deponente le

indicó “Suélteme, no me gusta lo que está haciendo”, intentando resistirse,

sacudiendo su cuerpo hacia los costados para soltarse y retirarse del lugar, sin

poder lograrlo. Seguidamente A. sosteniendo a la dicente de la forma descripta, le

manifiesta “Si te va a gustar vas a ver”, procediendo a introducir con fuerza, la mano

derecha del mismo en la zona de la vagina de la dicente, que desplaza su mano

derecha por la zona pélvica, por debajo de su ropa interior, ingresando a la cavidad

vaginal uno de los dedos de A. – sin precisar la deponente cuál de ellos. Que de esta

forma, ejercía fuerza realizando movimiento hacia arriba y abajo, introduciendo y

retirando la totalidad del dedo del denunciado, en la cavidad vaginal de la dicente. Es

así, que la denunciada manifestaba a gritos “soltame”, intentando con su boca

localizar el brazo derecho de A. a los fines de morderlo y que sin lograrlo, el mismo

la suelta…”.- Que con el fin de precisar mayores detalles en relación a la entrevista

de trabajo mantenida con la Sra. V., este Ministerio Público Fiscal citó nuevamente a

la damnificada, así a fs. 20/25vta., expresó (txt) “…Que el día jueves tres de mayo

del corriente año, siendo las veinte horas con cuarenta y cinco minutos
aproximadamente me hice presente en una oficina que se encuentra ubicada en

frente de XXXX que se encuentra ubicado en la calle XXX de la localidad de XXX.

Una vez que llegué ahí me encontré que había varias chicas trabajando en esa

oficina, que es el lugar donde trabajaba una señora de nombre X, y había una chica

que también iba para ser entrevistada para trabajar de limpieza en la misma casa de

la familia A., también en ese momento se encontraba la hija de A.B.C., que era una

chica rubiecita (…) Que también había otra señora que estaba sentada trabajando

en un escritorio, pero no sé qué hacía…”. En relación a la entrevista que mantuvo

con la Sra. A.B.C., dijo (txt) “… debe haber durado como quince minutos, que

hablamos un rato, donde me tomó los datos como el número de teléfono, lo que sí

puedo decir es que en la entrevista yo pude darme cuenta de que iba a quedar,

porque la señora A.B.C. me dijo que yo le caía bien, que aparentaba ser muy

educada. Después A.B.C. me dijo que en una de esa me llamaba el viernes por la

mañana o por la tarde, pero no me dio una seguridad, y después ella terminó

llamándome para trabajar el día sábado a las once y once de la mañana, y ahí me

dijo por teléfono que me tenía que hacer presente ese mismo día a las quince horas

(…) me dijo que tenía que ir a la casa de ella, ubicada en la calle XXX, que no me

acuerdo en este momento la numeración, pero recuerdo que la casa lo tenía al

número, porque tengo la leve idea de que lo vía al número, pero no me acuerdo en

este momento cual es…”. Respecto al lugar donde tenía que realizar las tareas de

limpieza, manifestó (txt) “…La casa queda ubicada en frente del colegio XXX, y la

fachada de la casa es con XXX, pintada de color XXX, con puertas de XXX, de color

XXX, que el frente de la casa da para la XXX, y donde hay portón se encuentra

ubicado para la calle XXX…” Refirió que ese día sábado cinco de mayo, se hizo
presente en el domicilio que le había indicado A.B.C. y que cuando llegó fue

atendida por la nombrada. También relató (txt) “… me hizo conocer la casa y me dijo

donde estaban las cosas de limpieza ubicadas en la cocina, allí ella también me

ayudó a acomodar y demás (…) estuve ese día cuatro horas, pero al final terminé

retirándome tipo diecinueve treinta horas, ya que nos quedamos conversando con la

señora (…) ese día en la casa estaba un empleado haciendo algo en una pared del

living de la casa, que era un hombre gringo, que alguna vez lo vi, de vista, de pasada

en la calle, y creo que alguna vez me habrá saludado, pero si tengo conocimiento

que trabaja en XXX (…) yo ya lo conocía de vista, aparte la señora A.B.C. ese día

cuando se retira este hombre, yo le pregunto a ella, si ese era su marido y ella me

contestó que no, que era un empleado que tenía hace muchos años (…) luego de

que salí de la casa de A.B.C. me fui para mi casa, pero antes de retirarme A.B.C. me

dijo que tenía que volver el día lunes siete de mayo, a las catorce horas…”.- Expresa

V., que después de ese día no mantuvo ningún tipo de contacto con la Sra. A.B.C., y

que regresó a trabajar el día lunes siete de mayo del corriente año tal cual lo habían

acordado el día sábado, donde fue atendida nuevamente por A.B.C. Que una vez

que ingresó a la propiedad pudo observar (txt) “…que en la zona del comedor se

encontraba una persona de sexo masculino, a quien su empleadora se lo presenta

como A., su esposo, que allí el mismo la saluda con un beso en la mejilla, se retira

del comedor y comienza a realizar sus labores…”. Asimismo brindó mayores detalles

en relación a lo sucedido el día lunes siete de mayo del corriente año, expresando

(txt) “…ese día ingresé por calle XXX, por el portón de XXX, y luego ingresé por una

puerta de XXX, que ahí, que es el mismo lugar por donde ingresé la vez primera que

fui. Luego una vez que ingresas a la casa, te topas con una cocina comedor, que es
todo una sola cosa, y ahí estaban ellos (…) ellos estaban recién comiendo, es decir

almorzando, ahí me atiende A.B.C. y una vez que ingresamos me presentó a su

marido que se encontraba sentado en una mesa que hay cuadrada, más bien tipo

rectangular, en ese momento ellos dos estaban solos en la casa (…) la señora debe

tener como unos sesenta años y él debe tener unos cincuenta y cinco, pero no sé

bien, aparte no me fije mucho (…) Recuerdo que ella me dijo “te presento él es mi

marido” y yo ahí lo salude nada más con un beso en la mejilla, pero fue apoyar la

mejilla nada más, por obligación y respeto ya que me lo estaban presentando (…) en

ese momento él dijo “hola”, pero así como cortante, pero nada más (…) luego me

puse a hacer mis tareas, recuerdo que empecé a limpiar el patio, platos, y después

seguí con las habitaciones, luego tres baños y un escritorio que había ahí (…) En un

momento en circunstancia que yo me encontraba en la cocina lavando los platos, y

A. se encontraba sentado en una silla giratoria de oficina, en la misma mesa que

mencioné donde en un primer momento se encontraba almorzando, ahí estaba

utilizando una computadora, que era portátil, tipo Notebook y él mientras utilizaba la

computadora me preguntó “si yo la conocía a la L.L.”, y yo le dije que la conocía

desde hace muchos años, aparte ella fue quien me recomendó para este trabajo,

pero yo como no tenía confianza con él, le contesté medio cortante, como para que

no me pregunte más nada, luego en circunstancia que yo me encontraba buscando

una bruja o lampazo y como yo no sabía dónde estaba, le pregunto con respeto

“señor no sabe dónde hay una bruja o lampazo que no encuentro”, y me dijo “venga

acá está” (…) en un momento pude observar que se encontraba jugando un juego

de cartas y después yo no quise mirar mucho, porque yo lo noté que desde que

entré me estaba como relojeando, como intentando mirarme, y de eso yo si me di


cuenta, como que estaba viendo para ver si yo lo miraba, pero yo ni, trataba de no

mirar (lo resaltado me pertenece) Preguntado para que diga dónde se encontraba

cuando le preguntó por el lampazo dijo: yo venía para la cocina y estando a una

distancia de un metro de donde estaba sentado él en la mesa, le pregunto por el

lampazo y ahí el que se encontraba sentado en el costado derecho de la mesa que

da a la pared, se levanta, camina unos pasos hacia donde estaba yo, que me

encontraba del otro lado de la mesa, pero más de costado, y se pone atrás mío me

agarra de los hombros con sus dos manos y caminando los dos casi juntos, yo

adelante y el atrás tomándome todo el tiempo de los hombros y hacemos un trecho,

que debe haber sido como un metro, y me indicó que estaba dentro de un placar de

color marrón claro, que ahí es el lugar donde tenían todos los productos de limpieza,

y cuando llegamos al lugar él me soltó y yo ahí nomás lo agarré al lampazo y seguí

limpiando (…) y luego él se fue de nuevo a la computadora, y después me fui a

limpiar a otro living más grande que hay en la casa, que es donde tiene un sillón y

butacas, un televisor grande, dos mesas ratoneras y nada más…”. En relación a la

Sra. A.B.C. refirió V. que se retiró tipo catorce treinta horas aproximadamente, había

dicho que tenía que viajar a Córdoba por un velorio y que antes de retirarse se

acercó a dónde estaba ella, que le dio un beso y luego se fue. Continua relatando

(txt) “…Después de terminar de repasar el living, ya no me quedó nada para hacer,

así que empecé a guardar todo, y me dirigí nuevamente hacia donde estaba este

hombre, que todavía seguía sentado en la computadora, y yo no pude ver que

estaba viendo en ese momento en la computadora, porque la parte de atrás del

monitor daba a mí y le dije “son las diecisiete y veinte me voy a retirar señor” y él me

dijo “bueno venga para acá”, y una vez que él se paró al lado de la silla y de la
computadora que se encontraba en la mesa, yo me acerco a él porque me había

llamado, y en momento que yo estoy parada en frente de él cara a cara, debe ser a

una distancia de medio metro, ahí él con sus dos brazos, me agarró de los dos

brazos míos de la parte de arriba de los codos pero debajo de los hombros, y ahí

nomás se da vuelta, y me lleva los brazos para atrás, ahí nomás me los suelta y con

su mano izquierda que era grande me agarra las dos muñecas mías que son

chiquitas (…) luego con su mano derecha, teniendo todo el tiempo mis dos muñecas

agarradas con su mano izquierda, me metió la mano derecha con fuerza por debajo

del pantalón y la bombacha, más precisamente de mi vagina, luego metió su dedo

en mi vagina realizando movimientos introduciendo y sacando su dedo en el interior

de mi vagina varias veces…(lo resaltado me pertenece),”. En relación a las prendas

que vestía V. al momento del hecho, dijo (txt) “…En ese momento yo tenía puesto un

pantalón jean de color negro, que tenía en la parte de adelante dos botones y un

cierre, en ese momento que él me mete la mano, apenas la mete, se me desprende

un botón, el primero, aparte era un pantalón viejo, gastado, que me quedaba grande,

y encima el primer botón se sale rápido porque el ojal lo tenía grande, entonces

como que estaba flojo, así que se desprendió de la nada, y la bombacha que tenía

puesta era cola les de color azul, que estaba bastante ajustada y en eso que me

metió la mano, él al ser alto, se tuvo que agachar un poco, como acurcándose,

entonces ahí como él estaba en esa posición, acurcado, y agachado, donde

apoyaba todo su pecho en mi espalda, yo quería todo el tiempo morderlo en su

brazo, pero no podía por la fuerza que tenía y el forcejeo, entonces el cuándo me

apoyaba su torso en mi espalda, también me apoyaba su pene, que en ese

momento lo sentí como duro, pero no puedo decir en qué parte bien lo sentí porque
estaba muy nerviosa, que no puedo decir bien. (…) en ese momento me dijo

“quédate quieta que te va a gustar”, y yo le decía “suélteme, no me gusta lo que está

haciendo” (…) ahí nomás que me metió la mano en mi vagina, de una me metió el

dedo varias veces como dije, y luego de un ratito cuando ya me había metido y

sacado el dedo varias veces, en un momento me hizo doler muchísimo, porque lo

hacía con tanta fuerza, aparte pienso que debe haber tenido las uñas largas, por el

dolor que me causó, que era muchísimo. Preguntado para que diga si recuerda las

veces que le metió los dedos, dijo: si, debe haber sido unas tipo tres o cuatro veces,

encima yo no podía hacer nada, si me tenía las dos muñecas agarradas, aparte él

tenía mucha fuerza, era un tipo gordo, bastante fortachón, todo el tiempo intenté

resistirme pero no podía, sacudía mi cuerpo hacia los costados pero no podía

soltarme, luego en un momento él me suelta y salí corriendo de una escapándome,

que recuerdo que salí por la puerta de la calle XXX, que en ese momento estaba con

llave, pero la tenía puesta en la cerradura, o sea que la pude abrir por mis propios

medios y salí corriendo para mi casa, que está ubicada mi casa a cinco cuadras de

la casa de A…”.- Refiere la denunciante, que una vez que llegó a su casa, lo primero

que hizo fue dirigirse al baño, porque le ardía la vagina, que luego procedió a lavarse

en la zona y que posteriormente se colocó una crema, que suele utilizar hidratante.

Que siendo ya entre las dieciocho y treinta y las diecinueve horas, procedió a llamar

a su ex patrona la Sr. M.A.J. para comentarle de lo sucedido, ya que la considera

como si fuera parte de su familia, refiriendo además que cuando lo hizo se

encontraba muy angustiada, con mucho miedo y estando todo el tiempo llorando.

Continua relatando (txt) “…Ese día siendo las diecinueve horas con cinco minutos

más menos (el resaltado me pertenece), se hizo presente M.A.J. con su marido de
nombre P.J., y en ese momento los hice pasar a mi casa y le conté a los dos lo que

me había pasado pero así nomás por arriba, luego una vez que P.J. sale un ratito

para afuera de mi casa, ahí yo aproveche y le conté a M.A.J., con un poco más de

detalle de lo que me había pasado y ahí nomás ellos me acompañaron a la Unidad

Judicial, que recuerdo que cuando llegamos (…) se bajó M.A.J. conmigo y P.J. se

quedó afuera en la camioneta esperando (…) Preguntado para que diga si en el

momento que A. la tocó, en algún momento la quiso besar, dijo: si cuando me llamó

este hombre y me agarró, si ahí nomás me quiso besar en la boca, y fue ahí que yo

inmediatamente le corrí la cara …”. Hace saber además que de lo sucedido ese día

también se lo pudo comentar a su pareja de nombre U.V., que lo hizo por teléfono,

luego que regresara de hacer la denuncia en la Unidad Judicial. Que en ese

momento su pareja se encontraba en la ciudad de Córdoba y que ésta al enterarse

de lo sucedió se puso mal, que se quería venir a la zona y matarlo por lo que le

había hecho. A fs. 05/08 la denunciante brindó detalles en relación a la contextura

física del imputado, refiriendo (txt) “…Que A. es una persona de contextura robusta,

de 1,70 metros aproximado de altura, de entre cincuenta y cincuenta y cinco años de

edad, de tez trigueña, de pelo corto en su totalidad, con poca barba, ojos color XXX

(…) Que A. vestía un jean azul claro, calzaba zapatos de color negro, camisa

mangas largas con puños enrollados, con fondo azul y rayas verticales de color

blanco…”, y a fs. 20/25vta., la damnificada manifiesta que mide de estatura (txt)

“…un metro cuarenta y cinco más o menos…”, y en relación a la contextura física del

imputado refiere (txt) “…debe medir como un metro setenta o setenta y cinco pero no

estoy segura, lo que sí puedo decir es que es grandote, muy fortachón, tenía mucha

fuerza…”. Asimismo se cuenta con prueba objetiva contenida en el Informe Médico


Forense de fecha diecinueve de mayo del año dos mil dieciocho, a las 09:00 horas,

obrante a fs. 16, del cual surge “…Antecedentes: Refiere haber sido víctima de

abuso sexual por parte de su empleador, La tomó de los brazos, tocó su vagina con

los dedos. Ella se escapó. El día 7 de mayo del corriente año. Examen Físico:

Colabora con el examen. No se observan lesiones físicas externas. El estado de

nutrición y aseos es bueno. Manifiesta dolor en ambos brazos. Examen Genital: El

himen presenta desgarro antiguo en hora 6. El examen anal es normal…” Se cuenta

con la declaración de la ex empleadora de la damnificada M.A.J. (fs. 10/12), persona

a la que llamó y quien acudió a contenerla, como así también a realizar la denuncia a

la Unidad Judicial Mina Clavero, que con fecha nueve de mayo de dos mil dieciocho,

declaró (txt) “…que conoce a la Señora V., hace aproximadamente diez años, que la

misma se desempeñó en los primeros años como mucama en XX, comercio que

poseía la dicente en XXX, pero luego fue vendido en el año dos mil trece. Que V. en

aquella oportunidad se hizo presente en el comercio a los fines de solicitar trabajo,

por lo que primeramente se desempeñó laboralmente en el negocio, y luego a partir

del dos mil trece, la dicente le solicitó a V. si podía trasladarse a trabajar realizando

tareas de limpieza a su vivienda particular, ubicada XXX de esta localidad, trabajo

que la damnificada aceptó y comenzó a desempeñar en el año dos mil trece. Explica

la dicente que previo a esto, no tenía una relación cercana con la denunciante, ya

que su esposo era quien principalmente se encargaba de la administración del XXX

restaurant, concurriendo en pocas oportunidades al mismo. Que V. en estos últimos

cinco años no contaba con un horario fijo, ya que la dicente solicitaba sus servicios

cada vez que la necesitaba, siendo esto aproximadamente tres veces por semana,

generalmente en horas de la mañana. Explica que la relación con V. en el momento


en que ella comienza a trabajar en su vivienda, era distante, sólo constaba de

indicaciones respecto a las tareas a realizar y retirándose la dicente de su hogar

dejándola sola a V. en su vivienda, aclarando que si bien esta no tiene llave de su

domicilio, considera a esta una persona honesta. Que esta relación continuó de la

misma forma tres años más, pero indicando que hace ya dos años que su relación

se hizo más estrecha, ya que la dicente permanecía más en su hogar, conversaban

más compartían sus asuntos personales y cotidianos. Explicando que al día de hoy,

tiene una relación estrecha, de confianza, pero que sólo se veían en horarios y en

lugar de trabajo, es decir su vivienda. Que nunca han tenido conflictos de índole

laboral, que V. realizaba correctamente las tareas encomendadas, considerándola la

dicente una persona honesta, educada y muy respetuosa, tanto con la dicente y su

familia. Que V. se apoya mucho emocionalmente en la deponente porque explica

que la familia de V. no la acepta por ser ella lesbiana, aludiendo a que V. con su

madre y hermanos, no tiene relación, por lo que ante un problema la damnificada

acudía a la compareciente. Que en la vivienda donde V. trabajaba, vivían la

deponente y su marido P.J., con quien V. también tenía una excelente relación, sin

haber tenido algún tipo de problema. Que en semana santa- sin recordar con

exactitud el día – la dicente le manifiesta a V. que prescindía de sus servicios, ya

que se mudaría a la localidad de XXX, lugar donde actualmente reside. Que V. a

esta situación la tomó bien ya que comprendía el asunto de la mudanza,

manifestándole que procedería a buscar un nuevo trabajo. Describe que V. es una

persona muy tímida, no habla de sus asuntos privados, que vive sola, que es una

persona sufrida, que es cabizbaja, introvertida y que al no tener una buena relación

con su madre, acudía a la dicente ante cualquier necesidad, aclarando que sin
embargo la dicente no es una persona de preguntar mucho, que desconoce datos de

su niñez pero que sabe que es oriunda de alrededores de la localidad de XXX, que

es una persona adecuada, honesta, que conversaban en su mayoría de temas

superficiales, que no hablaban de asuntos de la vida privada, es decir que la dicente

desconoce si la damnificada está en una relación o no, explicando que nunca le ha

conocido pareja ni amigos. Que es una persona tranquila, que si bien sabe que tiene

amigas, desconoce si concurre a eventos sociales con frecuencia. Concluye, que no

tiene con la damnificada una relación de amistad, que la dicente la llamaba cuando

la necesitaba para trabajar y la ayudaba si tenía un problema, siendo esto cada dos

meses aproximadamente por asuntos de que la madre de V. maltrataba a la

damnificada por su inclinación sexual. Que en semana santa fue la última vez que

vio a V., y que luego de esta fecha no volvió a contactarse…”. En relación a los

sucedido el día siete de mayo del corriente año, refiere (txt) “…el día lunes 07 del

corriente mes y año siendo aproximadamente las 17:30 horas, recibe un llamado

telefónico de V., que escuchaba a la misma llorar por lo que le pregunta que le

sucedía, a lo que la damnificada le responde “Fui a una casa a trabajar y el hombre

me quiso violar”, que le costaba hablar por el llanto, que la dicente le pregunta a

dónde había sido, mientras V. le dice “A la casa de A.B.C., acá frente al colegio” que

la dicente desconocía a quien se refería, que V. le dice llorando “La señora se fue a

Córdoba a un velatorio, yo me quedé trabajando y cuando termine le avise a su

marido” “El señor me violó, me agarró, me puso las manos por detrás de la espalda,

y me metió los dedos”, indica que lloraba tanto que no podía comprenderle bien lo

que decía, que eso fue lo único que recuerda que V. que le manifiesto por teléfono,

que no le dio más detalles, por lo que la dicente le pregunta “Querés que te vaya a
buscar, querés hacer la denuncia, querés que te vea un médico”, respondiendo V.

que sí, por lo que inmediatamente se dirige en su vehículo junto a su marido a la

vivienda de la damnificada, y al verla observa que la misma estaba llorando, sin

poder hablar, muy consternada, angustiada, que la trasladó a la comisaría ya que la

misma no podía tranquilizarse, ni podía parar de llorar, que allí V. no dio más

detalles del asunto, que sólo la explicación que le dio fue lo manifestado vía

telefónica…”.- Por otra parte L.L. (fs. 13/15), persona que le habría aportado el dato

del trabajo a la damnificada, con fecha nueve de mayo del año dos mil dieciocho,

expresó, en un primer momento haciendo referencia al concepto que tiene de la

damnificada (txt) “…que conoce a la señora V., hace aproximadamente quince años,

por ser vecinas del mismo pueblo y por tener amigos en común. Que no tienen una

relación de amistad, sino más bien de conocidas, que se saludan cuando se ven,

pero que no comparten momentos o encuentros sociales. Que principalmente se

conocieron cuando V. cuidó por tres meses la hija menor de edad de la

compareciente hace aproximadamente trece años (…) Describe a V. como una

persona tranquila, y sin considerarla tímida, manifiesta que es una persona

reservada, que no comparte mucho sus asuntos privados (…) que en cuestiones

laborales puede describir que es una persona excelente, ubicada, responsable, que

si bien no tiene referencias de V. en otros trabajos, la solía cruzar yendo a trabajar

todos los días lo que le hace suponer que es una persona responsable y

cumplidora…”. Seguidamente relató las circunstancias sobre cómo le habría

conseguido el puesto de trabajo a V., expresando (txt) “…Que el día primero del

corriente mes y año, recibe un mensaje de texto de V. en el cual consultaba si sabía

de algún trabajo disponible, que esta pregunta no le pareció extraña dado a que, se
dedican a tareas similares por lo que la podía ayudar, pero sí le llamo la atención

que la misma buscase trabajo porque tenía conocimiento de V. trabajaba con una

familia desde hacía ya muchos años. Es así, que al saber la dicente que su patrona

buscaba personal de limpieza en su vivienda, por haberse jubilado la anterior,

consulta con su empleadora, y a posterior le indica a V. que se llegase en horas de

la tarde del día tres del corriente mes y año, desconociendo la dicente lo sucedido

posteriormente…”. Refiere L.L. que recién vuelve a contactarse con V. el día lunes

siete de mayo del corriente año, en circunstancia que le envía un mensaje para

saber cómo le había ido con el trabajo, dijo que (txt) “…le envía a F a las 18:01 horas

un mensaje de texto vía WhatsApp que decía “Hola Gorda como te fue con el

trabajo”, que ésta le respondió siendo las 18:12 “hla te puedo llamar L.L. Por favor”,

enviándole la dicente a las 18:40 “Si que pasó”, que inmediatamente V. la llamó, sin

lograr precisar la hora de la llamada, diciéndole ¿Cómo se llama tu patrón?

Respondiendo la exponente “A. ¿Porqué? ¿Qué paso?, procediendo V. a decirle “ha

bueno, bueno chau”, y luego cortar la comunicación, que le llamó la atención la

forma en que le habló, ya que fue poco cordial. A pregunta formulada por la

instrucción como notó a V. en esa conversación, manifiesta que parecía nerviosa (lo

resaltado me pertenece), pero que fue tan breve la conversación durando sólo

segundos, que no logra precisar mayores datos, aclarando que luego de esto no se

volvió a contactar con V.…”. Por último la testigo hace saber de las labores que

desempeña bajo las órdenes de la familia A. relatando (txt) “…que se desempeña

como XXX en XXX hace nueve años aproximadamente, de diez a trece horas, y de

diecinueve a cero horas, que su empleadora actualmente es A.B.C., con quien tiene

buena relación la cual se ha desarrollado durante todos los años de trabajo, que no
han tenido conflictos, que algunos desacuerdos han tenido, pero que eran por

asuntos cotidianos por ejemplo establecer un menú. Que A.B.C. está casada con el

Sr. A. y ambos son propietarios de XXX mencionado, pero indicando que

actualmente tiene relación laboral solo con A.B.C. ya que A. si bien concurre al XXX,

se encarga de otra área. Que a A. lo ve diariamente, ya que el suele dar un vuelta

todos los días por XXX, relatando que él mismo fue quien le enseñó a cocinar, que

apenas ingresó a XXX durante dos o tres semanas, trabajó junto a la dicente

enseñándole las tareas de cocina. Que si bien actualmente tiene más relación

laboral con A.B.C. ya que la misma es quien abona los sueldos y realiza compras, A.

la asiste en caso de dudas, y la reemplaza cuando la dicente se toma días francos.

Describe a A.B.C. como una persona seria, ubicada, respetuosa, cordial,

predispuesta a ayudar, que ante un conflicto les solicita se comuniquen con ella para

resolver el asunto de la mejor manera, y que tiene buena relación con la dicente, Por

otra parte, describe a A. como una persona también seria, ubicada, que ha trabajado

mucho junto a él y según manifiesta la dicente nunca le ha faltado el respeto, que ha

compartido, mates y charlas en la cotidianidad del trabajo y siempre fue una persona

ubicada, y que con el mismo no ha tenido conflictos durante todos los años de

trabajo. Que tiene muy buena referencia de ellos, que ha escuchado quejas por

dichos de conocidos, y de sus compañeros, de demora del pago, pero que respecto

a la conducta nunca ha escuchado ningún mal comentario. Es así que su compañera

de trabajo X (…) quien desde el mes de octubre del año dos mil diecisiete hasta

enero del corriente año, quien trabajó algunas horas en XXX y también como

mucama en la vivienda de la familia de A., no se ha quejado y no le ha hecho malos

comentarios ni de A.B.C. ni de A.…”.- Obran realizados por la comisionada policial


Sargento P.A., adscripta la Brigada de Investigaciones de la U. R. D. S. A., el

Croquis Ilustrativo que obra a 17, el Acta de Inspección Ocular de fs. 18/18vta., que

dan cuenta de la ubicación de la vivienda perteneciente al imputado A., y que fuere

descripta por la víctima como el lugar dónde ésta habría realizado las tareas de

limpieza y donde refiere que le sucedió el abuso sexual, habiendo sido efectuados

por la comisionada, quien además hace saber de las tareas propias de la

investigación que efectuara y surgen reflejadas en su declaración de fs. 19/19vta, en

cuanto refiere “…que con fecha 09.05.2018 colaboró en la investigación de las

presentes actuaciones (…) que siendo las diecisiete horas la misma se constituyó en

XXX de la XXX, en donde procedió a realizar inspección ocular en una vivienda, sin

numeración visible, en la cual se observan dos ingresos, uno de los cuales se

encuentra con su frente hacia el punto cardinal Este y el otro hacia el punto cardinal

Sur, que sobre calle XXX se observa una tapia de aproximadamente cincuenta

centímetros de alto constituida de material y una reja de hierro de color XXX de un

metro de alto por 1.5 metros de ancho, aproximadamente, que cumple la función, de

portón, que la vivienda es una construcción de ladrillo de XXX plantas con aberturas

de XXX, que en el techo posee tejas de color XXX, domicilio ocupado por el

ciudadano A., de entre cincuenta y sesenta años de edad estimativamente, quien

mide aproximadamente 1,75 mts de altura, de contextura robusta, el cual es

propietarios del XXX, ubicado en XXX de la localidad mencionada, y del cual según

las averiguaciones realizadas por la dicente, no tiene antecedentes de denuncias de

índole sexual…”.- Así las cosas este Ministerio Público ordenó la detención del

imputado A. -ver decreto de fs. 59/60 -, en virtud de que se consideró necesario

dicha medida teniendo en cuenta la naturaleza y la escala penal conminada en


abstracto del ilícito endilgado que prevé una escala penal que supera los tres años

de prisión o reclusión en su mínimo, infiriéndose además el peligro de fuga de la

gravedad del pronóstico punitivo hipotético – de seis a quince años de prisión-

sumado a ello, de que restaban sumar testimonios fundamentales para la

investigación, como así también las pericias de rigor. Con estos datos se solicitó al

Juzgado de Control orden de allanamiento – ver declaración de comisionado de fs.

27 - al solo efecto de constatar, realizar inspección ocular y confeccionar croquis

ilustrativo del lugar a los fines de acreditar los extremos vertidos por la denunciante.

Así, en el domicilio referenciado en el acta de allanamiento de fs. 31/32, se logró

constatar que se trataría de un propiedad “…que se ingresa por la puerta principal

que tiene acceso por XXX, ingresando al living, y una habitación que el Sr. A utiliza

como despacho donde se observa una mesa tipo escritorio, encima de esta una

computadora, a continuación está la cocina – comedor que tiene una puerta de

salida a calle XXX, posee un pasillo el cual tiene acceso a la habitación matrimonial,

en el living una escalera el cual tiene acceso a cuatro habitaciones en planta alta y

un baño…” (ver croquis ilustrativo del lugar de fs. 33, y declaración de la

comisionada que obra a fs. 45/46), en cuanto refiere “…Que en la fecha, siendo las

17:55 horas, procedió a dar cumplimiento a Oficio Judicial de Allanamiento emanado

por el Juzgado de Control de Villa Cura Brochero (…) para el domicilio sito en XXX

de la localidad. Que una vez en el lugar, es atendida por el dueño de casa, el cual al

identificarlo dijo llamarse A., D.N.I. N° XXX, de XXX de edad, quien al notificarlo y

dar lectura de la mencionada Orden Judicial, fue firmada en conformidad al pie de la

misma, no oponiendo reparo alguno al procedimiento. Seguidamente se identificó al

segundo ocupante que se encontraba en la vivienda, la Sra. C.A. D.N.I. N° XXX, con
domicilio en el lugar, manifestando ser la hija del Sr. A.. Acto seguido, la deponentes

comenzó a realizar un minucioso registro de la morada, donde a posterior se

procedió al secuestro desde sobre una mesa de madera ubicada en el sector del

comedor, de un teléfono celular de marca Samsung, modelo Galaxy S8 de color

azul, pantalla táctil sin vidrio templado, con funda de alto impacto de plástico de color

negro, IMEI según stickers aplicado sobre su tapa N° XXX, desconociendo a que

empresa y N° corresponde el chip que tiene colocado ya que es necesario una llave

especial que da apertura a una ranura superior en donde se encuentra el mismo,

que desde la habitación ocupada por el Sr. A. junto a su esposa, más precisamente

desde un perchero de metal, se procedió al secuestro de un pantalón de jean de

color azul claro, sin marca visible, con etiqueta en su parte interna con la inscripción

“Regular”, se procedió al secuestro de dos (02) camisas, siendo una de ellas con

manga larga (dobladas) de marca “Texano”, de color gris con rayas verticales en

color gris, azul, blanco y rosa y la restante con mangas largas de seda de marca

“Crescent” talle XL de color azul con rayas transversales en color amarillo y azul,

como así también de una par de zapatos de cuero de color negro, de marca

“Rockport” los cuales los llevaba colocado el Sr. A.. Posteriormente la deponente

procedió a confeccionar inspección ocular del interior del inmueble constituido en la

planta baja por living, habitación utilizada como despacho, habitación matrimonial

con baño privado, lavadero y cocina comedor y la planta alta con cuatro habitaciones

y un baño, como así también a la confección del croquis de la misma, que

seguidamente se le notificó al Sr. A. de la orden de detención emanada de la

Fiscalía de Instrucción de Villa Cura Brochero…”. A fs. 69/69vta., la funcionaria

policial amplía su declaración testimonial, aportando mayores detalles en relación al


procedimiento de allanamiento realizado en la vivienda del imputado (txt) “…Que

también en oportunidad de realizar el registro de dicha morada, pude observar que

en uno de los ingresos de dicha vivienda, más precisamente el que se encuentra por

calle XXX que estaría ubicado hacia el punto cardinal Sur, una vez que ingresas se

accede a un comedor donde hay ubicada una mesa rectangular de color marrón

claro, con cinco sillas de madera del mismo color, y donde en la punta de la mesa,

más precisamente la que da hacia el punto cardinal Norte, se encontraba una

computadora portátil tipo Notebook, ya que era grande, de color negro, la cual se

encontraba abierta y en oportunidad de proceder a la detención del prevenido A,

antes de retirarlo de la propiedad, el mismo procedió a cerrar dicha computadora.

También en dicho comedor se encontraba un televisor viejo, más precisamente

ubicado hacia el lado izquierdo de la puerta de ingreso, que estaba apoyado sobre

una mesa de televisor. Que pegado a dicho comedor se encuentra una cocina que

tiene ubicada hacia punto cardinal Oeste la alacena, la mesada y la cocina, que

también tiene una bacha ubicada hacia el punto cardinal Sur. Que también hacia el

punto cardinal Norte se encuentran dos muebles con una altura de dos metros, de

color marrón oscuro, que son muebles que están empotrados en la pared, donde

solamente se veían las puertas, que son persianas de madera, y también se

encuentra una heladera ubicada en el medio de estos muebles, acompañándose

croquis ilustrativo del lugar…” (ver croquis ilustrativo de fs. 70).- También, en ésta

sede judicial, se receptó testimonio a P.J. (fs. 103/106), esposo de la Sra. M.A.J. con

quien habría acompañado a la damnificada a hacer la denuncia a la Unidad Judicial,

en esta sede judicial, con fecha veintitrés de mayo del año dos mil dieciocho, refirió

(txt) “…Que conozco a la señora V., desde hace aproximadamente diez u once años,
no me recuerdo bien la fecha, ya que la misma fue empleada mía, ya que

desempeñó tareas como empleada doméstica, y también como cocinera en el

restaurant que yo tenía antes de nombre XXX y también en el que está ubicado en

XXX (…) pero no era constantemente, ya que cuando se la necesitaba para alguna

ocasión se la llamaba y además ella siempre estuvo dispuesta a trabajar, aparte

quiero aclarar que el restaurant se abre únicamente por temporada y fines de

semana largos, pero no siempre, generalmente se trabaja en temporada, y también

se la llamó para que vaya a trabajar a casa una o dos veces por semana, ahora

últimamente no, pero antes trabajaba constantemente en mi casa desempeñándose

en servicio doméstico, es una persona de suma confianza tanto para mí como para

mi señora, y en mi casa nunca faltó nada estando ella trabajando, incluso hubo un

hecho de que a mí hijo se la había perdido una plata para la compra de un auto, y

ella lo encontró en un pasillo y se la devolvió íntegramente, sin faltar un peso, es una

persona sumamente honesta, integra, por eso nosotros confiamos ciegamente en

ella, y el trato de ella hacia a mí siempre fue de mucho respeto, y en mi casa

siempre se sentó a la mesa con nosotros porque uno siempre la consideró una más

de la familia (…) después que cerramos la tienda de locación que es de venta de

XXX, nosotros me refiero a mi mujer y a mí, estando los dos en la casa,

realizábamos las tareas a nivel matrimonio, y ya se la empezó a llamar menos, dos o

tres veces a la semana según la necesidad, o de la que hiciera falta, pero nunca

perdimos el contacto, y en las temporadas siempre se la llamó, pero bueno a ella

necesitaba buscara trabajo también en otros lados. (…) Nosotros conocemos

superficialmente a la familia, sabemos que son gente de campo, y tenemos

referencia de que son muy buenas personas…”. En relación a lo sucedido el día


siete de mayo del corriente año, refirió que su esposa fue quien recibió el llamado

por parte de V. a su teléfono celular con número de línea XXX, que fue alrededor de

las diecisiete o dieciocho horas, expresando que el mismo se encontraba presente

cuando sucedió. Continua relatando (txt) “…Esa tarde estábamos en las Cabañas de

XXX en la calle XXX de la localidad de XXX (…) en ese momento estábamos con mi

señora jugando con mis nietos, ya que somos abuelos, estaba yo con los dos más

chicos jugando al saltarín y mi señora estaba con mi hija charlando en la cocina, y en

ocasión de que ya nos estábamos por ir, o por subir a la camioneta mi señora recibe

el llamado de V. y ahí esta niña le comenta lo que pasó, ahí la noté loca a mi mujer,

ya que le decía a V. “Espera pero contame que es lo que te pasa” y después le dice

“espera cálmate y ya vamos a tu casa, no te muevas ahí” y yo ahí le pregunte a mi

mujer “pero que es lo que te pasa”, luego de cortar la llamada ahí mi mujer me dice

que espere y sigue hablando con V., y ya cuando corta con V. la notó que estaba

desesperada y ahí me entra a narrar que este hijo de puta, refiriéndose al señor A. la

había querido violar, quiero aclarar que yo mencioné acá la palabra hijo de puta,

pero no me acuerdo si fue textual, pero dio a entender eso ya que la vi a mi mujer

que estaba indignada, luego del trayecto de que salíamos de la cabaña

dirigiéndonos hacia XXX, habremos hecho media cuadra y fue ahí que recibe el

llamado de esta chica, y de ahí nos fuimos directamente a la casa de ella…”. Una

vez que llegan al domicilio de V., reseña (txt) “…se baja mi mujer, luego me bajo yo y

vamos para la casa de V. y cuando bajamos, golpea mi mujer la puerta, y ahí V. nos

abre la puerta, y cuando la encontramos estaba hecha un mar de lágrimas, y cuando

la ve a mi mujer ahí nomás la abraza y ahí le dice viejita, y le comenta todo lo

narrado nuevamente (…) La abraza en la puerta, que debe haber estado así unos
dos minutos, ahí mi mujer la trata en todo momento de consolar y calmarla, estando

todo el tiempo en la puerta de ingreso (…) luego estando todo el tiempo en la puerta,

le empieza a narrar lo que había pasado, estando todo el tiempo yo presente. (…)

ahí escuche lo que había narrado anteriormente, es decir el tema de la violación y de

que como había sido o algo así por el estilo, en lo cual se toma la decisión de que a

esta chica la llevamos a la policía porque quería hacer la denuncia, entonces nos

fuimos con mi mujer, mi hija, y esta chica a la Unidad Judicial a realizar la denuncia

correspondiente (…) como no fue una situación agradable para mí ver como estaba

llorando ella, me retire dos metros, que habrá sido unos segundos, y en ese

momento se quedó mi mujer hablando en ese momento con ella, pero estábamos los

tres en realidad, porque yo estaba ahí nomás. (…) de ahí nomás nos fuimos a la

unidad judicial en la camioneta (…) cuando llegamos se bajó V. con mi señora y mi

hija, y yo me quedé en la puerta, que luego de un rato como ellas se demoraban

ingresé y ahí me comenta mi señora que la sumariante le dijo que iban a esperar un

rato que se tranquilizara esta chica, así le tomaban la denuncia correspondiente.

Preguntado por la Instrucción a requerimiento de la defensa para que precise las

circunstancias en que V. tomó la decisión de realizar la denuncia, dijo: si, dentro del

mar de lágrimas que estaba, ella nos pide que le hiciéramos el favor de

acompañarla, totalmente segura de lo que decía y lo que hacía, por eso accedimos

al pedido. Preguntado por la Instrucción a requerimiento de la defensa para que diga

que escuchó que dijo la denunciante en relación a la violación, dijo: escuchamos que

había intentado violarla, y de ahí expresa que la había forzado, y ahí le sigue

narrando a mi mujer algunas cosas, y eso fue casi todo, en el mar de lágrimas y la

situación desesperante de esta niña, la tratamos de consolar, debido al hecho. (…)


Preguntado por la Instrucción para que diga si después del día de la denuncia, han

vuelto a tener contacto con la señora V., dijo: si, no recuerdo bien que día fue, una

tarde pasmos con mi mujer por la casa de ella, que charlamos unos minutos y le

pedimos que se tranquilizara que todo iba a salir (…) le dijimos eso porque todavía

seguía mal, en ese momento estuvimos un ratito, porque yo tenía otras cosas que

hacer y andábamos a mil (…) yo creo que ella se contactó con mi hijo, el Dr. J., que

es abogado. (…) porque mi mujer le dijo y yo también le dije que se contacte con

nuestro hijo, porque él es más experimentado en estos temas que nosotros (…)

Preguntado por la Instrucción a requerimiento de la defensa para que diga si

efectivamente sabe si se contactaron y cuando, dijo: si fue hace como una semana,

y creo que le dijimos que fuera a contactarlo la segunda vez que fuimos a verla a

V.…” (lo resaltado me pertenece). También se hizo comparecer a H.J. (fs.

174/176vta.), hija de M.A.J. y P.J., quien habría estado presente el día que V. realizó

la denuncia en la Unidad Judicial, y con fecha dieciocho de junio del año dos mil

doce, en sede judicial, declaró que la damnificada trabajó en su casa, por el

transcurso de diez años, más o menos, y en relación a las actividades que realizaba,

expresó (txt) “…en la casa de mis papás realizaba tareas de limpieza, y también

cuando yo me vine a vivir a la localidad, ella fue niñera de mi hija por el transcurso

de un año y lo hacía por la tarde, y en temporada trabaja para nosotros en un

parador ubicado en las Altas Cumbres. Preguntado por la Instrucción para que diga

que horarios hacía, dijo: de ocho a quince horas…”. Ahora bien, en relación a lo

ocurrido con fecha siete de mayo, expresó (txt) “…que un día que estaba dejando a

mi nena a inglés, no recuerdo fecha, pero sí que puede haber sido un lunes o

miércoles porque esos días mi hija concurre a inglés, mi mamá de nombre M.A.J. me
llama por teléfono y me avisa que V. la había llamado llorando, que el señor A. me

dijo así, no sé qué había pasado en la casa. Preguntado por la Instrucción para que

diga en qué horario recibió la llamada, dijo: a las diecinueve horas y la llamada la

recibí en mi teléfono celular (…) quedamos de acuerdo en que mis papás iban para

la casa de V. a verla, después que dejé a mi nena en ingles que la llevo a la vuelta

del Club XXX, o cerca de la sede de los club de futbol, yo me fui directamente para

la casa de V. (…) me conduje por calle XXX, luego agarré la XXX y otra calle que no

sé el nombre qué baja, y dejé el auto estacionado en la esquina, ya que es un pasaje

donde ella vive, que es una bifurcación, entonces para no hacer marcha atrás con

los vehículos, lo dejé estacionado en la esquina, como así también lo habían hecho

mis papás. Una vez que desciendo del vehículo me encuentro con mis papás y los

cuatro incluido mi hijo, nos dirigimos hacia la casa de V.. Se hace constar que la

testigo en un primer momento manifiesta “Cuando llego a la casa de V. golpeo la

puerta”, seguidamente una vez que la Instrucción vuelve a preguntar para precisar

detalles, la testigo refiere. “No una vez que llegamos mi mamá golpea la puerta,

porque yo tenía el bebé en brazos”, y salió V. que estaba llorando y me abraza a mi

fuerte. Preguntado por la Instrucción para que diga si la abrazó con su bebé en

brazos, dijo: No, porque hasta que nos abre la puerta yo bajé a mi hijo porque

pataleaba, luego ella me abraza, y me dice que un señor que no se acordaba en ese

momento, pero A. me decía ella, la había tocado, y no dejaba de llorar, lloraba

constantemente, entonces ahí mi papá le preguntaba que si quería ir la policía y ella

le dice que si quería ir a la policía y ella se va con mis papás en el auto de mis

papás. Preguntado por la Instrucción para que diga en qué lugar se entabló la

conversación, dijo: fue en la puerta de la casa de ella. Preguntado por la Instrucción


para que diga si sus padres mantuvieron algún otro tipo de dialogo con V., dijo: mi

mamá la abrazó también a V. pero fue después que yo. Preguntado por la

Instrucción para que diga si recuerda que se dijeran algo, dijo: no produjo palabra,

solamente lloraba. (…) Preguntado por la Instrucción para que diga si le dijo en

algún momento en qué lugar ocurrió, dijo: en la casa del señor A.. Preguntado por la

Instrucción para que diga en qué momento le dijo eso, dijo: cuando estábamos ahí

afuera charlando antes de que fuéramos a la policía. (…) Preguntado por la

Instrucción para que diga que pasó después, dijo: ella se va en el auto con mis

papás, y yo me fui en mi auto hasta la policía, la comisaria, y cuando llegamos V.

ingresa conmigo y mi mamá a pedir que le tomen la denuncia, y mi papá quedó

afuera con mi nenito que lo estaba haciendo jugar. Preguntado por la Instrucción

para que diga qué pasó después, dijo: V. entra a la oficina y una de las chicas le

comienza a tomar la declaración, ella se larga a llorar, y la chica que le tomó le dijo

que tenía que estar tranquila para seguir tomándole la declaración, luego yo y mi

mamá le decimos que se tranquilice, luego nos hacen salir de la oficina, y la tuvieron

esperando ahí, y yo estuve un ratito más y me fui porque mi bebé quería tomar la

leche. (…) Preguntado por la Instrucción a requerimiento de la defensa para que

diga cuanto tiempo estuvieron parados en la casa de V., dijo: tiempo exacto no sé,

pero no fue largo, fue más bien corto. Preguntado por la Instrucción a requerimiento

de la defensa para que diga si tiene conocimiento de dónde se encontraban sus

padres cuando recibió la llamada, dijo: no, estaban viniendo en XXX porque es

donde viven ellos…”.- ANÁLISIS DE LA POSICIÓN DEFENSIVA DEL IMPUTADO

A., (fs. 73/75). De la atenta lectura de lo manifestado por el incoado en oportunidad

de receptársele declaración indagatoria, debe decirse, adelantando opinión, que sus


dichos no enervan la prueba recolectada y que seguidamente se analizará, A. en un

primer momento niega el hecho y luego relata: (txt) “…que va a declarar y no va a

contestar preguntas, que niego el hecho que se me atribuye, niego haber tenido

contacto físico con esa persona, que soy padre y abuelo y esta situación me

perjudica y quiero que se sepa la verdad…”.- Con motivo de evacuar las citas se citó

al empleado de A., D.A. (fs. 87/90vta.), quien confirmó que efectivamente el día

cinco de mayo del corriente año, fue el primer día que la víctima V. se hiso presente

a prestar tareas en la casa de la familia de A., que ese día estuvo presente en dicha

propiedad colocando un calefactor en el living del domicilio mencionado, relatando

que en dicha oportunidad (txt) “…estaba mi patrona de nombre A.B.C. y la

empleada. Preguntado para que diga si recuerda el nombre de la empleada, dijo: V.,

que cuando yo llegue ella ya estaba, que hacía unos segundos que había ingresado

antes que yo, y lo sé porque yo la vi cuando ella entró a la casa, ya que no venía

caminando por la vereda más precisamente en la esquina de XXX, ella ya estaba

conversando con mi patrona del lado de adentro, se habían saludado y como era el

primer día de trabajo de la chica estaban como hablando. Preguntado para que diga

cómo tiene conocimiento de que ese era el primer día de trabajo de la chica, dijo:

porque yo tengo conocimiento de los movimientos de la casa, y sé que ese día la

llamaron a la chica para trabajar (…) mi patrona tenía el teléfono de ella, y bueno fue

ella quien la llamó para que se presente ese día (…) Preguntado para que diga cómo

sabe eso, dijo: porque A.B.C. me contó ese día sábado que me hice presente en la

casa, que cuando llegué estaba la puerta cerrada y una vez que golpee con el dedo,

me abrió la puerta A.B.C. y la veo a la empleada que estaba parada al lado de una

mesa principal, que es una mesa grande ovalada, redonda de madera, con vidrio
arriba, con seis sillas. Y una vez que ingreso la saludo a A.B.C., y después la saludo

a V., pero fue un saludo de palabra, que recuerdo que le dije a la chica “Hola V.

como te va”, y me contestó “Hola como te va” (…) También recuerdo que ese día le

dije a mi patrona y a V., que en ese momento estaban las dos conversando al lado

de la mesa grande que mencioné, y les dije que no limpien esa parte donde estaba

colocando el calefactor, porque yo iba a seguir ensuciando, aparte ese día estaba

medio lluvioso, y yo salía y entraba todo el tiempo, sumado al hecho que había

estado usando el taladro. Preguntado para que diga si ese día terminó de colocar el

calefactor, dijo: si ese día lo dejé colocado, aparte había sacado otro calefactor viejo

que había dejado de funcionar. Pero si quiero mencionar que una cosa me llamó la

atención, que ese día V. le preguntó a mi patrona si yo era su marido, y ahí A.B.C. le

contestó que “No V., D.A. es una persona de confianza y trabaja hace muchos años

con nosotros acá en la casa” ,yo cuando escuche eso recuerdo que hice un gesto de

sonrisa, en ese momento yo venía con el calefactor nuevo, lo traía cargando, que

estaba embalado iba cruzando justo por donde ellas se encontraban hablando y

cuando escuché eso como dije hice un gesto de sonrisa, pero me quedé callado…”.

También se le receptó testimonio a la esposa del imputado A.B.C. (fs. 181/188),

quien hecha las previsiones del art. 220 del C.P.P, expresó su voluntad de declarar,

manifestando en relación a V. que (txt) “…su primer día fue el sábado cinco y mi

marido estaba de viaje y estando en la casa V. ella ve a un señor D.A., que estaba

trabajando poniendo un calefactor, estando el presente me pregunta si es mi marido,

y yo delante de él le digo que no, que es un señor que hace mucho tiempo que

trabaja con nosotros…”. Por otra parte también relata lo sucedido el segundo día que

se presentó a trabajar V. en su domicilio, que fue el día lunes siete de mayo,


expresando (txt) “…El día lunes siete ella llega a las catorce horas, yo estaba con mi

marido almorzando, después de almorzar, tomamos unos mates, yo estaba

esperando a mi hija con su marido para viajar a Córdoba, ya que esa mañana había

fallecido la abuela de mi otro yerno X y organizamos un viaje de improviso, en eso

tomamos unos mates hasta que llega mi hija, V. llega e ingresa por la puerta de

ingreso de la calle XXX y la atiendo yo, que le abrí la puerta, y se pone a limpiar, y

yo viajo para Córdoba, debe haber sucedido alrededor de las dieciséis y dieciséis y

treinta horas, ya que el velatorio comenzaba tipo dieciocho treinta horas más o

menos (…) Bueno cuando yo me voy a Córdoba le digo que haga las cosas que le

faltan y que se vaya lo antes posible debido a que mi marido tenía cosas que hacer y

si le pido a él que no deje la casa sola, en virtud de que no la conocíamos a la chica

(…)”. De lo narrado por éstos testigos surgen circunstancias de tiempo y lugar de

manera coincidente con lo relatado por la damnificada, esto, en relación a la

presencia de V. en la casa del imputado, en la calidad en que lo hacía, es decir

desempeñándose como empleada doméstica.- Manifestó también el imputado A.

(txt) “…Por otro lado mi casa está ubicada frente a un colegio y que entre las

dieciséis y treinta horas que salen los chicos del jardín de infantes y las diecisiete y

cuarenta aproximadamente que salen los del primario, por ambas calles, está lleno

de gente, están los inspectores de tránsito, así que es imposible, que ocurra algo

así, y que la gente no se entere, por lo cual es mentira total esto…”.- En relación a

esto se comisionó a la Sargento P.R., a los fines de que se constituya en los

alrededores del domicilio del imputado, como así también de la escuela XXX ubicada

en XXX de la localidad de XXX, Dpto. XXX, Pcia. de Córdoba, relatando la

comisionada que (txt) “… el jardín de dicho establecimiento educativo se encuentra


ubicado en XXX del domicilio de A., y una vez constituida en el lugar procedí a

entrevistar a la Directora de la escuela, de nombre N.L., y consultada sobre los

horarios de jornada escolar que tienen los alumnos, la misma informó que los de

quinto y sexto grado ingresan a las 13:00 horas y se retiran a las 17:30 horas, y que

los que cursan primero, segundo, tercero y cuarto ingresan a las 13:30 horas y se

retiran a las 17.30 horas. Asimismo consultada en relación a la presencia de los

inspectores de tránsito en las afueras del establecimiento, ésta comunicó que los

mismos se hacen presente tanto en el ingreso como en el horario de la salida, que

sería en el horario de diecisiete y treinta horas, que se quedan controlando el tránsito

por el transcurso de quince minutos, que suelen ubicarse en frente de la escuela

sobre la calle XXX y que en relación al jardín de infantes, procedí a entrevistar a la

Secretaria docente, de nombre O.T., quien consultada también por el horario de la

jornada de los alumnos del turno tarde, manifestó que los alumnos de jardín ingresan

a las 12:30 horas, y se retiran a las 16:30 horas y que los inspectores de tránsito se

hacen presente tanto al ingreso como a la salida de los chicos, que sería a las 16:30

horas, y que generalmente suelen hacerse presentes dos inspectores, que cortan las

arterias, uno de Norte a Sur, y el otro de Sur a Norte, y consultada sobre el nombre

de los inspectores que se hacen presente a la tarde la misma informó que

desconocía, porque generalmente no está en horario de la tarde en la escuela, pero

que los inspectores suelen cortar el tránsito en XXX, que es justo al frente de la casa

del imputado A.…”.- Si bien los dichos de A. han sido corroborados por la

Comisionada, es decir, que en la esquina de la vivienda se ubican establecimientos

educativos y que justo el horario del hecho es coincidente con el retiro de los

alumnos y de la presencia de inspectores, pero ello por sí mismo no desvirtúa los


dichos de V.. No es posible sostener, como dice el incoado A., “que es imposible que

ocurra algo así y que la gente no se entere. En primer lugar, debe decirse que no

caben dudas de que los inspectores se encuentran abocados a su tarea de controlar

el tránsito y la salida de los alumnos de la escuela, y por otra parte se debe tener

presente que se desprende de la declaración de la damnificada que el hecho ocurrió

en el interior de la vivienda del prevenido y luego ella se retiró del domicilio hacia su

casa sin decir nada, saliendo por la puerta de calle XXX, la que según croquis no se

encuentra precisamente en la esquina sino distante del lugar. En definitiva, el hecho

no podría haber sido visto por nadie y la conducta posterior de V. según su relato no

fue advertida por persona alguna ya que no fue puesta en conocimiento.- * También

el prevenido A. formuló como argumento defensivo “…Que a las diecisiete y

cuarenta horas estaba hablando por teléfono con mi empleado D.A., de ahí me fui a

hacer las compras para XXX y de ahí me fui a XXX…”. En relación a estos dichos la

Instrucción citó a D.A. (fs. 87/90vta.), quien en relación a ese día refirió (txt) “…ese

día no presté tareas, ya que el último día que trabajé fue el día sábado cinco y mi

patrona de nombre A.B.C. que es la señora de A. me dio plata, ya que yo le había

pedio un adelanto de sueldo, para tomarme una semana de descanso…”. Expresó

que no obstante que se encontraba de vacaciones, mantuvo contacto con el

imputado A. vía telefónica, y que fue el día lunes a las tarde, como a las diecisiete y

cuarenta horas habló con el mismo, (txt) “…A. me llamó a mí para preguntarme

donde suelo comprar los chocolates para submarinos y me consultó si comprábamos

medio cajón o cajón completo de naranja, recuerdo que por la fecha en que

estábamos yo le conteste que comprara medio cajón de naranjas (…) Preguntado

para que diga si recuerda el tiempo que duró la conversación, dijo: fue como de
cinco minutos, donde hablamos bastantito, recuerdo que me preguntó cómo estaba,

qué estaba haciendo, ahí le dije lo que estaba haciendo, que estaba arreglando el

burro de arranque, y recuerdo que ahí en forma de charla me dijo “ehh cuando vas a

volver a trabajar”, pero era un charla normal, porque nosotros siempre charlamos

así, también me estuvo contando que se había ido de viaje el viernes por la noche, a

Rio Cuarto, que viajo con un hombre amigo de él de nombre Raúl, y que volvieron el

día sábado a la noche, y que cuando estaban de regreso por Villa Mercedes, se les

reventó la goma del carro que llevaban con unas herramientas, y ese fue el motivo

por el cual se extendió mucho la conversación (…) me dijo que que es Marcelo de

apellido XXX, que presta tareas en XXX le había pasado un pedido de cosas que

hacían falta en la XXX, de lo cual fue ahí que él me preguntó dónde yo compraba el

chocolate y lo del tema de las naranjas, en ese momento cuando me llamó estaba

todo normal, y en el tono de charla recuerdo que me dijo “D.A. casi te quedas sin

patrón”, y yo le dije “ Eh porque”, ahí nomás fue que empezó a contarme lo que le

había pasado en el viaje (…) esa fue la última llamada que tengo de él esa

semana…”. Este Ministerio Público con autorización del testigo, procedió a realizar la

constatación de la llamada que habría recibido por parte del imputado A. -ver acta de

fs. 91 -, de la cual se desprende “…se ingresa al icono “Teléfono”, donde se

despliega el menú de llamadas recientes, al desplazarse por el mismo hasta la fecha

siete de mayo de dos mil dieciocho, siendo las 17:48 horas, se registra una llamada

entrante, con una duración de cuatro minutos cincuenta y un segundo, del contacto

agendado como “Patrón”, que también figura otra llamada entrante del mismo

contacto con fecha ocho de mayo del corriente año, siendo las hora veinte con diez

minutos, con una duración de cuarenta y cuatro segundos, además figura otra
llamada entrante de fecha nueve de mayo del corriente año, siendo las once horas

con veintiocho minutos, con una duración de treinta segundos, y que el mismo día

aparecen dos llamadas salientes en los horarios de quince cero un minutos, con una

duración de cincuenta y un segundos, y la segunda de la hora diecisiete cero cuatro,

con una duración de veinticinco segundo…”:- Que si bien el testigo D.A. confirma

que efectivamente recibió un llamado por parte del imputado, el horario de esa

comunicación es a las diecisiete horas con cuarenta y ocho minutos, según acta que

obra a fs. 91. También se constató que hubo varias llamadas posteriores, siendo que

el testigo dice que fue la única comunicación que mantuvo con el prevenido esa

semana que no prestó tareas para la familia A.. Este argumento defensivo no tiene

incidencia para desacreditar los dichos de V., repárese que la llamada se registró a

las diecisiete horas con cuarenta y ocho minutos y que la damnificada manifiesta en

su denuncia de fs. 01/02 que a las 17:15 horas fue que le dijo al imputado que había

terminado con sus labores y que seguidamente fue que sucedió el hecho que

describió el que fue fijado en la plataforma fáctica como ocurrido a las 17:20 horas

aproximadamente, teniendo en cuenta las mayores precisiones brindadas a fs.

20/24. Como se advierte, entre esos horarios hubo un espacio de tiempo de

veintiocho minutos de diferencia.- * Por último el prevenido también manifestó que

“…Aparte de eso quiero decir que esta señora fue a cobrar los días trabajados,

totalmente normal, que quiero que se aclare el hecho …”. En relación a esto se

pronunció la esposa del imputado, A.B.C. (fs. 181/188), quien hecha las previsiones

del art. 220 del C.P.P, expresó su voluntad de declarar, manifestando (txt) “…El día

lunes cuando yo me voy a Córdoba, le dijo a V. que regrese al otro día a las catorce

horas, el día ocho no viene, el nueve antes de las catorce horas, le pregunto a V. por
medio de mensaje si iba a venir porque yo me tenía que organizar, y ella no me

contestó por WhatsApp, sino que vió el mensaje, pero recién me mandó el mensaje

el día doce queriendo cobrar las ocho horas de trabajo (…) el día sábado doce me

manda ella un mensaje y me dice que necesitaba cobrar las ocho horas que había

trabajado, ya que no iba a poder trabajar más, ahí mismo o al ratito le respondo yo y

le digo que no hay problema, y le digo que pase el día lunes a cobrar a las

diecinueve horas, a todo esto todavía no sabíamos nada de su denuncia. Luego el

catorce a la mañana cuando estábamos con el Dr. L. yo le cuento y le muestro los

mensajes de V. que dice de que va a venir a cobrar las diecinueve horas (…) y ahí

Dr. L. me sugiere que si ella va a cobrar que la grabe, y así efectivamente sucedió,

esa tarde cuando fue yo la grabe, y ella me dice que le encantó el trabajo, que

estuvo muy a gusto, pero que volvía a trabajar con M.A.J., porque era solo los días

de semana, y yo necesitaba en realidad que viniera también los sábados, que

cuando recibo a mi familia y mis hijos que vienen de Córdoba, ahí fue que le pagué

las ocho horas, y le hago la cuenta ya que yo le pague a un valor de setenta pesos la

hora, y multiplicado por ocho son quinientos sesenta pesos, luego me firma un

recibo, después me saluda, me da un beso, me agradece y me dice que en otro

momento tal vez vuelva, me dice que estaba muy agradecida…” Que si bien la

testigo relata las circunstancias en que la damnificada se hizo presente a cobrar las

horas trabajadas en su vivienda, narrando que la misma se encontraba totalmente

tranquila y agradecida, resulta todo coincidente con los dichos de V. los que fueron

expuestos previos a esta declaración de la Sra. A.B.C. Al respecto narró V. a fs.

20/24vta., al serle preguntado por la Instrucción, de si había vuelto a tener contacto

con la Sra. A.B.C., expresó (txt) “…si fue un día lunes catorce de mayo del corriente
año, ya que ella me mandó un mensaje el día sábado por WhatsApp, donde me

decía que tenía que ir el lunes a la oficina que mencioné donde me tomaron la

entrevista la primer vez, y fui ese día lunes como a las diecinueve horas, que me

atendió ella, y allí ella me pagó y me preguntó qué pasó, si no estaba conforme yo

con el trabajo, y me preguntó si ella me había tratado mal, yo le dije que estaba todo

bien, y le mentí de que había vuelto a trabajar con mis patrones anteriores.

Preguntado para que diga si en algún momento le comentó lo sucedido con su

esposo, dijo: no, en ningún momento, aparte yo ya había visto a un abogado, y por

consejo de él, no dije nada, aparte yo en ese momento por las preguntas que ella me

hacía, yo me imagine que ella no sabía nada, aparte me dijo que si cambiaba de

opinión, y quería volver a trabajar en la casa de ella, que volviera, que no tenía

ningún problema y ese día recuerdo que me pagó quinientos setenta pesos por los

dos días que fui…”, dejando totalmente claro, que no quiso comentarle nada del

hecho, ya que le pareció de que por las preguntas que le hacia la Sra. A.B.C. no

tenía conocimiento de lo que había sucedido y sumado al hecho de que V. ya había

ido a ver a un abogado y que por consejo del profesional no dijo nada.- De otro

costado, la esposa del prevenido hizo saber a este Ministerio Público Fiscal las

circunstancias en que su familia se habría enterado de que existiría una denuncia en

contra de su marido refiriendo (txt) “…el día catorce de mayo por la mañana voy a

trabajar a la oficina de Trasvisión, cuando salgo me voy a mi estudio, que está frente

al XXXl y cuando llego veo a mi esposo con el Dr. L., me llaman, me acerco porque

algo tenían que decirme, nos vamos a la confitería, nos sentamos en la vereda, el

Dr. L., mi esposo y yo, en ese momento mi hija que estaba en su negocio pegado a

la confitería sale a la vereda y mi esposo le dice que se acerque para escuchar algo,
y ahí sentados los cuatros, el Dr. L. comenta, que aquí en tribunales se había

enterado a través del periodista X que había una denuncia en contra de A., que la

verdad no me acuerdo si era abuso o acoso, la verdad no le preste tanta atención a

eso. Obviamente nos quedamos helados todos, previo a eso, mi esposo había

hablado con L.L., que es una chica que trabaja en el hotel, que había empezado una

licencia el día tres de mayo y se había reintegrado esa mañana. Ni bien llega mi

marido L.L. le comenta que la habían llamado a declarar por una denuncia que había

en contra de él, el Dr. L. en ese momento pregunta si L.L. estaba trabajando, a lo

que le decimos que sí y sugiere que la llamemos, luego L.L. viene se sienta con

nosotros y relata que la habían llamado a declarar por una denuncia de V., que

también ella se quedó sorprendida, y luego cuenta más o menos lo que le habían

preguntado, en relación a lo que había pasado el día que declaró. Lo que si destaca

L.L. que cuando declara que la ve a V. en el momento que fue a declarar, que no se

si fue en la comisaria o donde, la verdad que no presté atención, y nos dice que la ve

a V. acompañada por el matrimonio J., que habían sido sus patrones anteriores.

Luego una vez que L.L. se va quedamos los cuatro conversando en la vereda.

Estando este matrimonio J. y siendo los padres del abogado J., Dr. L. dice que se le

podría preguntar al abogado J. que es lo que sabía de esto, porque no entendíamos

nada, y de ahí quedamos en eso. Al día siguiente, cuando vengo a trabajar al

estudio, nuevamente sentados en la vereda tomando un café esta mi esposo con el

Dr. L., luego me acerco, al ratito viene mi hija también y ahí Dr. L. cuenta que lo vió a

J. La primera acotación que hace Dr. L. es que cuando lo ve a J., lo primero que le

dice es que apague el teléfono, entonces de la conversación surge cuando habla con

J., que este tema sólo se arregla con plata, pero con mucha plata, no le podía
precisar cuánto, porque tenía que hablarlo con sus padres, que eran un poco los

protectores de V., y que si no lo arreglaban así, nos enteraríamos la esposa

refiriéndose a mí y sus hijos, y que también irían a los medios. También dijo que esto

debía arreglarse entre esa semana y la siguiente…” (lo resaltado me pertenece) “…y

bueno nosotros ahí le preguntamos al abogado que opinaba de esto, y él nos dijo

que esperáramos un poquito hasta ver qué pasa. En ese momento me voy ya que yo

tenía que buscar a mi nietito en el jardín, creo que mi hija también se va y ahí fue lo

que pasó esa mañana. A la noche nos encontramos en la casa de mi hija T. casada

con F.F., luego el esposo que conocía del tema también, ya que toda la familia

estaba enterada de este tema, le contó a su hermano G. de toda esta historia que

había, y G. que por algún motivo distinto tenía que verlo al Dr. J., en ese día

particularmente, yo entiendo que habla con el Dr. J. ese día. Luego a la noche

cuando nos encontramos en la casa de mi hija está G. y los papás, ya que nos

reunimos a comer, y ahí G. manifiesta que el Dr. J., le dice que esto se arregla con

mucha plata y le da valores que eran trescientos mil dolores al empezar el tema

este, y doscientos mil dólares para terminarlo. Ante esta situación y viendo el

panorama que estábamos enfrentando es que decidimos buscar a un profesional

que no sea de acá, de Mina Clavero, que conociéramos de su honestidad y de su

buen trabajo y por eso se consulta con el Dr. Pérez Moreno (…) Preguntado por la

Instrucción a requerimiento de la defensa para que diga si conoce en qué

circunstancia se entera F.F, de esta situación y por quién, dijo: El lunes cuando nos

enteramos que estábamos los cuatro reunidos, a posterior yo les comento a toda la

familia lo que estaba pasando en ese momento. Luego al otro día cuando vuelve el

Dr. L., y después de ya haber tenido las reuniones en la confitería, mi esposo


estando con Dr. L., le llama a F.F. y de ahí le comenta que estoy con el Dr. L., lo que

buscan es plata, y de hecho que mi marido le pasa el teléfono a F.F. para que el

directamente hablé con Dr. L., luego Dr. L. por teléfono habla con F.F. con el mismo

teléfono de mi esposo, y ahí F.F. le dice que le parece esto una locura y que no está

de acuerdo que esto tenga que manejarse con plata, ya que esto era una extorsión

nada más. Aclaro que mi marido le habla a F.F. porque ellos tienen un muy buen

trato, aparte mis hijos se encuentran en Córdoba, y bueno F.F. pasa a ser parte de la

familia y es tratado como un hijo más, y bueno le comenta porque es parte.

Preguntado por la Instrucción a requerimiento de la defensa para que diga si con

anterioridad como familia han sufrido hechos de extorsión, dijo: Si sufrimos, hará

aproximadamente ocho años atrás más o menos, nos extorsionaron con secuestrar

a nuestros hijos a los varones, a cambio de eso nos pedían dinero, que fue un

verano, fue tan operativa la Fiscalía, ya que cuando nos extorsionan hacemos la

denuncia de amenaza, y fue todo tan operativo, que yo no recuerdo exactamente,

pero en el transcurso de una semana o diez días como mucho descubrieron quien

había realizado la extorsión, tristemente era el hijo de una prima, que recibió una

condena de dos o tres años de prisión. Previo a eso relacionado con esta extorsión

puede estar el hecho de que el abuelo de este chico, que sería hermano de mi

mamá de nombre B.D. que le llaman “X”, a quien mi mamá durante casi treinta años

le había prestado un local sin pagar un solo peso de alquiler. Luego enterándonos de

que ese tío y su familia quieren quedarse con la propiedad se le pide que la

entregue, y el caso se dilucidó en este tribunal, ya que se tiene pleno conocimiento

de eso…”. En relación a estos dichos, se pronunciaron de manera coincidente con la

Sra. A.B.C., su hija N.A. (fs. 216/219), quien también se habría encontrado presente
en las dos oportunidades que se reunieron con Dr. L. en el bar ubicado al frente del

hotel, y el yerno F.F. (fs. 220/221), quien habría conversado con el Dr. L. utilizando el

teléfono celular del imputado.- En relación a estas circunstancias que describe la

testigo A.B.C., esposa del imputado, su hija N.A., y el yerno F.F., debe decirse que lo

manifestado por estos, por un lado, no enerva la prueba que se recolectó hasta ésta

altura del proceso que dio origen a la presente investigación y que motiva el

presente resolutorio, tal como se valorará seguidamente. De otro costado, teniendo

en cuenta los dichos de la Sra. A.B.C., y los testigos antes mencionados, pudiendo

surgir la probable comisión de un hecho prima facie ilícito, deberá ser ello ser

materia de otra investigación por parte de este Ministerio Público Fiscal, en virtud de

que dicha conducta sería posterior a lo investigado aquí.- En concreto y respecto del

hecho denunciado por V. y por el que se encuentra imputado A., se cuenta con la

declaración de la víctima V., quien depuso en tres oportunidades, en forma clara,

coherente y sin contradicciones. También se cuenta con la declaración de miembros

de la familia J. con quienes trabajaba anteriormente V.. Así, M.A.J. (fs. 10/12), con

quien se comunicó la damnificada en momentos posteriores a ocurrido el sucedo, y

en un lapso de tiempo muy corto, quién relató lo que V. le comentó, siendo sus

dichos coincidente con lo expresado por esta última “…El señor me violó, me agarró,

me puso las manos por detrás de la espalda y me metió los dedos…”, en términos

similares se expresó P.J. y su hija H.J., quienes describiendo todos además la

situación de angustia por la que estaba atravesando con motivo del hecho acaecido,

manifestando M.A.J. también “que le costaba hablar por el llanto” Que lloraba tanto

que no podía comprenderle” Por su parte J dijo “estaba hecha un mar de lágrimas”

“que al llegar a la UJ la sumariante le dijo que iban a esperar un rato que se


tranquilizara esta chica así le tomaban la denuncia”. También dijo que V. le

manifestó refiriéndose a A. “que había intentado violarla … que la había forzado y de

ahí le sigue narrando a mi mujer algunas cosas”, a su vez la hija H.J. señaló que al

llegar a la casa “salió V. que estaba llorando y me abraza fuerte… me dice que un

señor que no se acordaba en ese momento, pero A. me decía ella, la había tocado…

no dejaba de llorar, lloraba constantemente…”. Sumado a ello refiere L.L. que al

contactarse con V. el día lunes siete de mayo del corriente año, en circunstancia que

le envía un mensaje para saber cómo le había ido con el trabajo, dijo que (txt) “…le

envía a V. a las 18:01 horas un mensaje de texto vía WhatsApp que decía “Hola

Gorda como te fue con el trabajo”, que ésta le respondió siendo las 18:12 “hla te

puedo llamar L.L. Por favor”, enviándole la dicente a las 18:40 “Si que pasó”, que

inmediatamente V. la llamó, sin lograr precisar la hora de la llamada, diciéndole

¿Cómo se llama tu patrón? Respondiendo la exponente “A. ¿Porqué? ¿Qué paso?,

procediendo V. a decirle “ha bueno, bueno chau”, y luego cortar la comunicación,

que le llamó la atención la forma en que le habló, ya que fue poco cordial. A

pregunta formulada por la instrucción como notó a V. en esa conversación,

manifiesta que parecía nerviosa pero que fue tan breve la conversación durando sólo

segundos, que no logra precisar mayores datos, aclarando que luego de esto no se

volvió a contactar con V.…”.- Debe considerarse asimismo que el imputado escogió

como lugar de ejecución del ilícito su domicilio, lugar donde la damnificada V.

prestaba tareas como empleada doméstica, aprovechando la circunstancia de

encontrarse solos, lo que a todas luces facilitaba en gran medida la realización del

hecho, ya que la esposa del prevenido había emprendido un viaje a la ciudad de

XXX. En éste sentido, la presencia de V. en el domicilio ese día no es desconocida


por el imputado A. y es confirmada por esposa A.B.C., ya que esta última manifiesta

que cuando se retiró del domicilio emprendiendo el viaje a la ciudad de Córdoba, con

motivo de concurrir a un velorio, dejó a la damnificada allí limpiando en el lugar.- Por

otra parte no debe soslayarse la diferencia en la contextura física del imputado A. y

la denunciante V., que el primero tiene una estatura de un metro con setenta y tres

centímetros (ver acta de allanamiento y detención de fs. 31/32, y formulario 012 que

obra a fs. 42), mientras que la damnificada tiene un estatura de un metro cuarenta

aproximadamente según su declaración de fs. 20/25vta. y la declaración de la

Comisionada P.R. de fs. 19, que confirma la estatura de V., lo que habría facilitado al

imputado abordarla y someterla de la manera como relata la denunciante en virtud

de que la misma es de evidente menor contextura, por ello es posible inferir que para

lograr su cometido, A. la haya tomado de los brazos, tal como lo manifiesta la

víctima. Repárese además que del informe médico efectuado por la forense el día

nueve de mayo del corriente año, que obra a fs. 16, se desprende que “…Manifiesta

dolor en ambos brazos…”, también le refirió a la profesional “haber sido víctima de

abuso sexual por parte de su empleador, la tomó de ambos brazos, tocó su vagina

con los dedos, ella se escapó…”, todo esto hace presumir a la Suscripta que los

dichos de V. son creíbles. En éste sentido nuestro Máximo Tribunal en relación a la

valoración del testimonio de la víctima de abuso sexual ha dicho “…De allí que cobra

especial relevancia, como sucede con la violencia sexual, el relato de la víctima

adquiere un valor convictivo de preferente ponderación en la medida que resulte

fiable y se encuentre corroborado por indicios siempre que éstos tengan una

confluencia de conjunto que conduzcan a dotar de razón suficiente la conclusión, sin

espacio razonable para el principio in dubio pro reo de base constitucional (TSJ de
Córdoba, Sala Penal, “Monzón”, S. nº 403, 28/12/11, entre otros)…” (SANCHEZ,

Leonardo Javier p.s.a. abuso sexual con acceso carnal agravado, etc. –Recurso de

Casación-”), cuestión vislumbrada en autos, en donde adquieren alto valor indiciario

las conductas de la damnificada posteriores al supuesto hecho cometido tal como ya

se analizó, resultando nuclear el testimonio de la misma para acreditar con el grado

de probabilidad necesaria el suceso delictivo de índole sexual atribuido al imputado,

dado el ámbito íntimo y cuyo interior el mismo habría sido llevado a cabo. No está de

más destacar que de los testimonios que obran en autos, conforme el relato de la

circunstancias de tiempo, lugar, y modo que rodearon el evento investigado, no

aparecen en sus dichos contradicciones relevantes que pudieran resultar llamativas

o restarle credibilidad a la versión brindada por cada uno de ellos, sin perjuicio que

se advierte de que no hay una plena coincidencia en el horario en que dice la víctima

que efectuó el llamado a su ex patrona M.A.J., y lo relatado por esta última y su

marido P.J.. Que si bien se cuenta con el Informe de Procesamiento de las

Telecomunicaciones de fs. 241/249 del cual se desprende que hubo una llamada

entrante al teléfono de V., efectuada a las 18:35 proveniente del teléfono de la Sra.

M.A.J., ésta falta de coincidencia con los horarios que describieron los testigos,

deberá ser analizado y cotejado con nuevas informativas que deberán ser

requeridas. Dicho esto, hasta esta altura del proceso la prueba legalmente

incorporada a estos autos y analizada se constituye en elementos de convicción

suficiente para sostener como probable la existencia material del hecho y la

participación penalmente responsable del imputado en el mismo, con los alcances

fijados en la plataforma fáctica.- IV) CALIFICACIÓN LEGAL: El obrar desplegado por

el prevenido A. encuadra prima facie en el siguiente delito: ABUSO SEXUAL


CALIFICADO en perjuicio de V. de treinta y ocho años de edad (arts. 119 3º párr..,

del C.P.), en calidad de autor (art. 45 del C.P.), toda vez que aprovechando las

circunstancias que le brindaba su posición en relación a las víctima por ser

empleador de la misma, con intención de menoscabar la integridad sexual y

satisfacer sus deseos sexuales, intentó besar a V., quien vitó tal acción corriendo de

inmediato la boca, tras lo cual el imputado tomó con sus manos los dos brazos de V.

entre los codos y los hombros, rápidamente el prevenido dio la vuelta, colocándose

de tras de ella, luego con ambas manos llevó los brazos de V. para atrás, a la zona

de su espalda, seguidamente A. agarró con fuerza ambas muñecas con la mano

izquierda, agachándose en todo momento y apoyando su pecho en la espalda de V.,

envolviendo fuertemente con su otro brazo el cuerpo de la víctima impidiendo que

ésta se inmovilizara, quedando V. de espalda al imputado, apoyándole todo el

tiempo su pene erecto en el cuerpo de la misma, en la parte de atrás. Acto seguido

metió su mano derecha con fuerza en la zona genital de la misma, debajo de la

bombacha, introduciendo varias veces entre dos a cuatro, uno o dos de los dedos en

la vagina realizando movimientos ascendentes y descendentes, causándole dolor, lo

que ocasionó ardor en las partes pudendas, hasta que luego de unos minutos ante el

forcejeo de V. el imputado la soltó y ésta última salió corriendo por la puerta de

ingreso que da a la calle XXX, de esta forma el prevenido A. abusó sexualmente

mediante violencia a V., realizando actos análogos al acceso carnal al introducir

partes de su cuerpo – dedos - en la vía vaginal de la víctima.- Resulta dable traer a

colación que en virtud del Decreto 340/2017, publicado el 17/05/17 en el Boletín

oficial, el Poder Ejecutivo Nacional promulgó la Ley 27.352 que modifica el artículo

119 del Código Penal de la Nación, con el objetivo de precisar las acciones que
comprende el delito de abuso sexual.- Concretamente la parte más transcendente –

pues el resto del articulado permanece intacto – dice: “Art. 119: “ La pena será de

seis a quince años de reclusión o prisión cuando mediando las circunstancias del

primer párrafo hubiere acceso carnal por vía anal, vaginal u oral o realizare otros

actos análogos introduciendo objetos o partes del cuerpo por alguna de las dos

primeras vías…”. V) PRIVACION DE LA LIBERTAD: Corresponde señalar que esta

Representante del Ministerio Público Fiscal plasmará los fundamentos de esta

decisión teniendo en cuenta la Jurisprudencia que –en su función nomofiláctica-

sobre la materia bajo estudio ha fijado el Excmo. Tribunal Superior de Justicia a

partir del cambio de criterio que el Máximo Tribunal provincial ha adoptado in re

“Loyo Freire” (T.S.J. Sala Penal, Sentencia Nro. 34, del 12/03/14), como se explicará

acabadamente infra.- En efecto, conviene primeramente recordar que nuestro

Tribunal Cimero ha expresado en su oportunidad (Sent. Nro. 24, del 30/03/05, in re

“González”) que “… Por peligrosidad procesal, debe entenderse el riesgo que la

libertad del imputado puede entrañar para los fines del proceso seguido en su

contra. Esto es, su posible afectación de los objetivos de descubrimiento de la

verdad real interponiendo obstáculos para su logro y de actuación de la ley penal

sustantiva impidiendo el normal desarrollo del juicio o el cumplimiento de la pena

eventualmente impuesta, al sustraerse de la autoridad (Cafferata Nores, José I. y

Tarditti, Aída, "Código procesal penal de la provincia de córdoba comentado", t. 1, p.

649). En definitiva, es posible que aun presentándose pronóstico de condena

privativa de la libertad de cumplimiento efectivo, concurran condiciones concretas

que restrinjan los alcances de la referida presunción, dotando a las medidas

sustitutivas de eficacia suficiente para garantizar los fines del proceso (Cafferata
Nores, José I. y Tarditti, Aída, ob. cit., t. 1, p. 647). También debe computarse a esos

efectos, el modo de ejecución de la pena privativa de la libertad de cumplimiento

efectivo que “prima facie” se estime de probable imposición, pues repercute en la

magnitud de las restricciones cuya amenaza permiten presumir “iuris tantum” la

pretensión del imputado de sustraerse de la acción de la justicia. …”.- Como se ha

anticipado, a partir del fallo “Loyo Freire” el Excmo. T.S.J. de Córdoba ha delineado

una nueva interpretación en cuanto a la aplicación del instituto de la Prisión

Preventiva, por cierto adscripto necesariamente a los criterios sentados por la Corte

Suprema de Justicia de la Nación y estimó oportuno aprovechar la oportunidad para,

obiter dictum, sentando así con las generalidades que corresponde las directrices

que entiende deben regir a futuro la aplicación de la presunción de peligrosidad

procesal.- Es entonces que bajo éstos lineamientos se analizará el caso bajo

examen a fin de establecer si en concreto se dan o no las situaciones que

doctrinariamente el Tribunal Cimero ha determinado, es decir un análisis de la

situación concreta en la que se halla el imputado respecto a lo que se denomina

“peligrosidad procesal”.- Considerando que nuestro máximo tribunal local ha dicho

que “la prueba sobre la existencia del hecho y las circunstancias que permiten inferir

el riesgo procesal son condiciones que deben concurrir simultáneamente para la

justificación de la coerción, debiendo la fundamentación del pronunciamiento que

dispone la medida, proyectarse en forma autónoma con relación a cada uno de ellos”

(T.S.J. Sala Penal “Conesa” S. nº97, 20/11/02, “Bianco” S. nº 111, 19/11/03, entre

otras). Es que respecto al análisis del presupuesto sustancial de la medida de

coerción relativa a los extremos de la imputación, estima la Suscripta que éste punto

ya ha quedado demostrado toda vez que se ha desarrollado ampliamente en el pto.


III, C), por lo que para evitar reiteraciones innecesarias me remito a lo allí analizado.

En relación al presupuesto procesal de la medida de coerción (riesgo procesal), el

T.S.J. cumpliendo las directrices antes mencionadas, en autos (“Nieto, Ramón

Eduardo y Otra p.ss.aa. Asociación Ilícita, etc. – Recurso de Casación-, S. nº 55,

31/03/2014) ha sostenido que en el análisis de los supuestos para determinar la

privación de la libertad se deben tener en cuenta la * gravedad de los delitos

atribuidos, los * indicios concretos de peligrosidad, como así también las *

características personales de cada imputado. * La gravedad del delito atribuido a A.

conduce indefectiblemente a un pronóstico hipotético de una pena de cumplimiento

efectivo lo que permitiría inferir ya por sí solo la existencia de peligro de fuga. Esto

es así, toda vez que encontrándose acreditados los extremos fácticos y así definida

legalmente la imputación, entiende la Suscripta que, atento la pena dispuesta para el

tipo delictivo atribuido al incoado A. -de seis a quince años de prisión - no podrá

serle aplicado al mismo, en caso de que en la etapa del plenario se lo condene, pena

de ejecución condicional (art. 26 a contrario sensu, 40 y 41 del C.P. y 281 del

C.P.P.).- Conforme a lo dicho, ante la imposibilidad prima facie de condena

condicional ya que, en caso de condena la misma será de cumplimiento efectivo (art.

281 CPP), se configura un indicio de peligrosidad, entre otros como se verá, a partir

del cual puede inferirse la necesidad del encarcelamiento preventivo.- Ahora bien,

dado que tal privación de la libertad personal resulta inviable por la repercusión que

en este ámbito tiene el principio de inocencia, debe determinarse si, en el caso

concreto, existe algún otro indicio que permita sustentarla. Y la respuesta en este

caso es positiva, en efecto en la presente causa ha quedado demostrado en relación

al incoado CBA los siguientes * indicios concretos de peligrosidad procesal, que


permiten sostener que el imputado en libertad intentaría entorpecer la investigación y

eludir la acción de la justicia. En efecto, la presente investigación no está concluida,

ya que restan receptar testimonios fundamentales de los que podrían surgir otras

víctimas. Que surge asimismo de las constancias de autos - ver declaración de la

Comisionada P.R. que obra a fs. 50/51 -, que el imputado cuenta con medios

económicos, entre los cuales se puede mencionar, la administración de XXX, de

categoría XXX estrellas, ubicado en XXX de la localidad de XXX, como así también

el prevenido posee título universitario de XXX, desempeñándose en dicha profesión,

que es un XXX conocido en la localidad de XXX, que años atrás tenía una XXX de

nombre “XXX”, sumado a ello lo declarado por la esposa del imputado A.B.C. – ver

declaración de fs. 181/188 -, en cuanto refiere (txt) “…mi marido es XXX y trabaja de

su profesión, es más es XXX delegación de XXX, que no sé exactamente cómo

funciona pero si sé que está en XXX, él también atiende en el mismo estudio que

tengo yo, que su profesión no es como la de los contadores que tenés gente todo el

día, ya que ellos pueden atender en cualquier lado y trabaja mucho en casa, y él se

encarga de todo lo que es XXX y XXX…”. Estas condiciones permiten deducir a la

Suscripta que dada su posición económica y social podría contribuir a solventar y

facilitar la fuga del mismo ya que el incoado podría relacionarse con personas con

influencia que le faciliten el traslado hacia cualquier punto o incluso fuera del país,

sumado al hecho que posee los recursos suficientes como, para frustrar los fines del

proceso (posee pasaporte el cual a la fecha se encuentra vigente) – ver condiciones

personales de declaración indagatoria de fs. 73/75 -. De otro costado otro indicio a

tener en cuenta es la situación de vulnerabilidad de la víctima en cuanto la misma

refiere – ver denuncia de fs. 01/03 – (txt) “…Que esta situación le provoca angustia
ya que también sufre problemas económicos, y sin trabajo no pude afrontar sus

gastos cotidianos…”, concluyendo que en libertad del imputado, podría estar

expuesta a una posible mayor influencia por parte del acusado. Asimismo que el

delito ha ocurrido aprovechándose el prevenido de la relación de dependencia

laboral momentánea. Que en libertad el acusado podría intentar influir no solo sobre

la denunciante para mejorar su situación, sino sobre otras personas que podrían ser

convocados (como por ejemplo empleados que trabajan bajo las órdenes de la

familia del imputado) Repárese que en la declaración de la Sra. A.B.C., surge que

una empleada de XXX de nombre L.L., habría sido llamada por sus jefes a los fines

de preguntarle sobre lo que había declarado en calidad de testigo –ver declaración

de fs. 181/188 -. * Indicios de Personalidad: Téngase en cuenta el testimonio de C.S.

(fs. 119/127vta.), quien relata haber sido víctima de abuso sexual por parte del

imputado, y que también habría prestado tareas bajo las órdenes del prevenido A.,

en un estudio de XXX que este poseía, en el año mil novecientos noventa, y refiere

que la familia del imputado maneja mucho dinero, teniendo en la zona mucho poder,

expresa además (txt) “…que acá hay muchos intereses en juego, (…) ya que ellos

manejan mucho dinero y sé están repartiendo muchas cosas, y yo estoy en un

situación difícil en este momento (…) aparte ellos tienen mucho poder, yo en estos

momentos siendo temor por lo que está pasando, antes en su momento yo le tenía

respeto y ahora con esta causa tengo miedo, por lo que puede pasar, aparte yo sé

cómo ellos se manejan (…) Preguntado por la Instrucción a requerimiento de la

defensa para que dé razón de sus dichos, cuando hace referencia a que acá hay

mucha plata en juego, dijo: yo tengo contactos y gente conocida que me dice los

movimientos de ellos, y si a la misma hermana le pusieron plata encima para que


ella siga callando esto, me refiero a P.P., y que esto yo lo sé por medio de ella, de

P.P., que ella me lo contó a mí. Preguntado por la Instrucción a requerimiento de la

defensa para que diga si tiene conocimiento de que en esta investigación se haya

amedrentado a alguien u ofrecido dinero, dijo: si, por trabajo, donde no puedo dar el

nombre ya que los voy a comprometer, ya que es una persona que está trabajando

con ellos, y lo comprometo, y ella dijo refiriendo a A.B.C. dijo que no iba a escatimar

en dinero para que su marido salga inocente (…) y sé muchos nombres de mujeres

a las que les ha pasado algo, amigas de P.P., pero que sé que no van a hablar,

porque le tienen mucho miedo, que los hechos sucedidos a esas personas

ocurrieron en la época que me sucedió a mí, posteriormente, y actual pero menos.

Preguntado por la Instrucción para que diga porque estas personas le tienen mucho

miedo, dijo: le tiene mucho miedo, por el poder económico que tienen, que los

pueden dejar sin trabajo, además por los contactos que tienen, y con la plata tapan

mucho, le tiene miedo a hablar y quedar mal…”.- Sumado a esto, se cuenta además

con lo averiguado por la Comisionada P.R. de fs. 151/152, en cuanto refiere que

podría haber otras mujeres víctimas de abuso sexual por parte del prevenido,

expresando (txt) “…de acuerdo a las averiguaciones realizadas, más que todo en el

perfil de Facebook de P.P., se logró establecer que la misma sería amiga de D.E. de

de cuarenta y un años edad DNI N° XXX, y consultada en relación a A., la misma me

informó que cuando tenía unos doce años aproximadamente fue vecina de P.N., que

sería el hombre que crio a P.P. (…) que P.P. en una oportunidad le manifestó que A.

era de buscar los momentos en que ella estuviera sola para hostigarle sexualmente,

que si bien no tiene muchos detalles de lo que le sucedió, piensa que puede haber

pasado más cosas, ya que también por dichos de personas que no puede precisar al
momento de la entrevista, sabe que el tipo tiene ese tipo de antecedentes de ser un

hombre acosador, y que también sabe por dichos de P.P. de que la mujer de A. tiene

conocimiento de lo que le pasó a ella con él, pero que no dice nada, y que

seguramente toda esa familia está enferma. También me manifestó que tiene

conocimiento de que P.H. y M.D. también habrían sufrido hechos de abuso por parte

de A., que en el caso de P.H. fue cuando ésta prestaba tareas en la XXX de nombre

“XXX”, y que la misma P.H. le contó a ella que en oportunidad de encontrarse

trabajando en el comercio, A. le pegaba chirlos en la cola, y que también sabe que

M.D. ha sufrido hechos por parte de A. que cree que son más graves (…) pero que

no está segura, que esto lo sabe por un comentario que en algún momento le brindo

su ex marido del cual no brindó datos. Que con estos datos aportados (…) procedí a

entrevistar a P.H., que (…) me informó que cuando tenía veintitrés años, realizó

trámites para trabajar por medio del plan “primer paso”, el cual le salió para trabajar

en el estudio contable de A.B.C., que sería la mujer de A., y que no sabe porque

motivo al final la mandaron a trabajar a XXX de A., y ahí estuvo trabajando por el

transcurso de más de un año (…) pero aclaró que nunca volvería a trabajar ahí,

porque A. era un viejo asqueroso, que cuando tenía oportunidad le pegaba chirlos en

la cola a ella y otra empleada de nombre A.L., que no sabe dónde vive actualmente,

que también cuando pasaba era de apoyarla en la cola con su pene…”. Debe

tenerse en cuenta asimismo que el delito habría ocurrido en circunstancia de que el

imputado se encontraba solo con la damnificada en la vivienda ubicada en XXX,

lugar donde ésta última se encontraba prestando tareas bajo las órdenes de él,

además la naturaleza del hecho de la causa en tanto se trata de un delito contra la

integridad sexual, en lo que deviene sustancial el testimonios de personas que


serían tanto del entorno de la víctima como así también lo fueron del imputado y la

necesidad de preservarlos de cualquier tipo de contaminación o influencia. Ahora

bien, y atendiendo a este fin, se concluye señalando que si el encartado A.

recuperase su libertad, conforme a toda la prueba colectada, existe una probabilidad

cierta de que pueda atentar contra los fines del proceso penal, sustrayéndose al

mismo y ejerciendo influencia sobre posibles víctimas y/o testigos.- Por lo expuesto,

estimo que resulta absolutamente indispensable la privación de libertad del

imputado, no advirtiéndose otra modalidad que garantice adecuadamente, en este

caso particular, el cumplimiento pleno e irrestricto de los fines procesales. No puede

soslayarse que el Estado Argentino ha asumido internacionalmente la obligación de

condenar todas las formas de violencia contra la mujer (física, sexual y psicológica),

debiendo actuar con la debida diligencia para su prevención, investigación y sanción

(art. 7 inc. “b” de la Convención de Belén Do Pará aprobada por Ley 24.632), lo que

implica asegurar la realización del debate y por ende, exige poner especial atención

en aquellas circunstancias que podrían impedirlo u obstaculizarlo, dentro de las

cuales se encuentra el entorpecimiento de la propia investigación preparatoria. Ello

queda evidenciado en lo normado en el inc. 3 del art. 281 ter del C.P.P., al estimar

como peligro de entorpecimiento cuando el hecho se encuentre vinculado a

situaciones concretas asumidas por el Estado como obligaciones internacionales,

que pongan en riesgo el cumplimiento de dicho compromiso por presentarse indicios

serios de que no se podrá concretar la investigación como corresponda, debido a la

influencia negativa del agresor en libertad sobre la víctima, testigos y demás. La Sala

Penal del Excmo. Tribunal Superior de Justicia de Córdoba, ha afirmado que en

causas vinculadas a la violencia de género “…la presencia de indicadores de


vulnerabilidad, y el hecho de que se encuentre pendiente la realización de una

pericia psicológica en la persona del imputado, se erigen en circunstancias que

irradian un riesgo de manipulación de la prueba de cargo para la audiencia oral, por

las características singulares del autor y de la víctima (capacidad de influenciar del

primero y la vulnerabilidad de la mujer). No se trata de criterios de peligrosidad

material (peligrosidad del imputado, posibilidad de reiteración de los hechos de

violencia contra la víctima) sino estrictamente de peligrosidad procesal (el riesgo que

la libertad del imputado supone para la realización del debate, atento a la relación

cercana con la víctima y la especial vulnerabilidad de esta). Ello torna razonable la

subsistencia del encarcelamiento preventivo a los fines de asegurar los fines del

proceso, en concreto, la realización del debate…” (TSJ, Sala Penal, Sent. N° 159,

19/5/2014, “Romero, Fernando Gabriel p.s.a. Lesiones Leves Calificadas y

Amenazas – Recurso de Casación”. Vocales: Tarditti, Blanc G. de Arabel y Cáceres

de Bollati).- Lo expuesto hace presumir válidamente a la Suscripta que es evidente

que con el imputado en libertad se corre el peligro procesal cierto de que se frustren

los fines del proceso, evitando la actuación de la ley. Que por todo ello se estima

acreditada la existencia de vehementes indicios que la libertad del mismo puede

entrañar un riesgo para los fines del proceso seguido en su contra lo que refleja la

peligrosidad procesal que justifica aseverar, que resulta absolutamente

indispensable la privación de la libertad del nombrado a fin de asegurar la

investigación y la actuación de la ley penal sustantiva. Por todo ello estimo que esta

medida de coerción de que tratamos se encuentra plenamente justificada, no

advirtiéndose otra modalidad que garantice adecuadamente en este caso el

cumplimiento de los fines procesales; por lo que corresponde se dicte su prisión


preventiva, debiendo encuadrarse la situación procesal del prevenido en la hipótesis

del art. 281, 281 bis, y 281 ter del C.P.P., en conjunción con los arts 282 y 336 del

C.P.P…”.-

4).- Que entendiendo el suscripto que, se encontraba justificada la habilitación de la

Feria Judicial, lo se decretó mediante proveído de fecha 12/07/2018 (fs.21), lo que

fue notificado a la defensa (fs. 22 y 23), quedando de este modo la causa en estado

de ser resuelta.-

Y CONSIDERANDO: I).- Conforme surge de los Vistos precedentes, los defensores

del imputado A., Dres. Luciano Pablo Mayer y Alejandro Pérez Moreno, han

formulado oposición a la medida de prisión preventiva dictada por la Sra. Fiscal de

Instrucción de Villa Cura Brochero con fecha 05/06/2018 (fs.250/273), en los

términos del art. 338 del C.P.P.. Los abogados defensores aseguran que la denuncia

formulada por la Sra. V. es falsa, sosteniendo -medularmente- que fue efectuada a

los fines de “chatajear” o extorsionar al Sr. A., quien habría recibido, a través de

interposita persona (Dr. J.), el requerimiento de dinero de una elevada suma en

dólares para “arreglar todo”. A ello, agregan como argumentos que, a su entender,

no existen elementos probatorios suficientes para sostener que el hecho existió y

que el imputado participó, como tampoco indicios de peligrosidad. En cuanto al

primer punto (inexistencia del hecho), refieren que su defendido dio su versión de los

hechos, asegurando que al momento del supuesto acontecimiento se encontraba

hablando con un empleado (D.A.) y luego fue a hacer las compras de su negocio;

que se constató que en el horario donde habría sucedido el ilícito que se le achaca

se encontraban frente a la casa del incoado saliendo de la Escuela XXX los alumnos

de 5° y 6° grado e inspectores de tránsito, quienes no advirtieron nada o a los que


no recurrió la damnificada; que se ha constatado que, luego del presunto suceso, la

víctima no llamó a su anterior “patrona” (M.A.J.) como manifestó en la denuncia, sino

que fue esta última la que efectuó la llamada, resaltando las contradicciones en la

que habrían incurrido los integrantes de la familia J., testigos de la causa; que no se

presenta creíble la situación denunciada dada las características “poco femeninas”

de la damnificada, remarcando que resulta llamativo que esta se haya bañado y

lavado la ropa luego del hecho anoticiado; y que de los informes médicos obrantes

en la causa se desprende que tanto la denunciante como el denunciado no

presentan lesiones. En cuanto al segundo punto cuestionado (inexistencia de peligro

procesal), los defensores resaltan que aunque el pronóstico punitivo hipotético sería

de cumplimiento efectivo, no existe en el caso concreto posibilidad de fuga;

recuerdan que el imputado se presentó voluntariamente, propuso defensores, fijó

domicilio real y procesal, ofreció fianza real y personal, tiene arraigo familiar y de

negocios en XXX, no opuso resistencia a la detención; indican que ni la víctima ni los

testigos han manifestado que su pupilo haya intentado comunicarse o influenciar en

ellos; aseveran que resulta temerario por parte de la Fiscalía actuante mantener la

medida de coerción valorando los dichos de la testigo C.S., porque se trata de una

paciente psiquiátrica con manifiesta enemistad con su defendido y su familia;

sostienen que tampoco puede mantenerse a A. privado de su libertad asegurando

que restan de investigar supuestas causas de abuso, ello así en razón de que más

allá de que no se han formulado las denuncias correspondientes, las mismas se

encontrarían prescriptas; afirman que la jurisprudencia vinculada a la pericia

psicológica faltante no es aplicable al supuesto de autos porque refiere a situaciones

de violencia familiar, donde existe un vinculo afectivo o familiar entre la víctima y el


victimario; y por último, critica la falta de avances en la investigación. Frente a estos

planteos, el Sr. Fiscal de Feria mantuvo la postura asumida por la Instructora

Natural, remitiéndose a los argumentos vertidos en el proveído de fs.250/273.-

II).- Habiendo quedado formulado el planteo de la forma señalada en el punto

anterior, corresponde entrar al tratamiento de los embates articulados en contra de

los argumentos desplegados por la Sra. Fiscal de Instrucción de Villa Cura Brochero

en el decreto de referencia, a tenor de lo normado por el art. 338 del C.P.P., lo que

exige una ponderación del mérito incriminador en base a razones ordinarias propias

del avance de la investigación, que puede derivar en su inconsistencia o que pueden

modificar la plataforma fáctica de modo que aquellos queden privados de sustento, o

en base a razones extraordinarias, como el cambio de paradigma en cuanto a la

interpretación de la normativa que rige la materia, como ha acontecido a partir de las

pautas impartidas por la Corte Suprema de Justicia de la Nación en el precedente

“Loyo Fraire”. En esta faena, no puedo dejar de mencionar que ya me expedí al

respecto cuando el co-defensor Luciano Pablo Mayer peticionó el control

jurisdiccional de la medida de detención del prevenido, lo que originó el dictado del

Auto Interlocutorio N° 31 de fecha 7 de junio del corriente año (copia a fs.24/39 de

estas actuaciones), en donde se rechazó la pretensión, por las razones que allí se

expresaron. A su vez, esta decisión fue apelada por la defensa, habiéndose

concedido el recurso por ante la Cámara Criminal y Correccional de Cruz del Eje, la

que entendió que se había tornado abstracta la impugnación, en razón del dictado

del decreto que dispuso la prisión preventiva del encartado, ordenando la remisión

de esos actuados (Expte. N°7206700) al Juzgado de Competencia Múltiple de Villa

Cura Brochero (conf. copias fs. 40/41 de estas actuaciones), no habiendo arribado a
la fecha a ese Tribunal. Desde entonces (habiéndose restituido las actuaciones a la

instrucción con fecha 12/06/2018 con 136 fojas útiles -certif. fs.288-) hasta el planteo

que nos ocupa (10/07/2018 -cargo fs.18vta.-), advierto que, no obstante lo que

manifiestan los defensores, la causa ha experimentado avances (testimoniales fs.

151/152, 158/160, 171/176, 181/182, 216/219 y 220/221, oficios, informes y pericias

fs.153, 192, 196/200, 207, 210, 226/227, 229, 232/235, 239, 241/249, exhibición de

documental fs.228), lo que necesariamente implica actividad concreta de la Fiscalía

Actuante, independientemente de si la prueba diligenciada corresponde a la ofrecida

por el prevenido o a la dispuesta por el Órgano Investigador (actualmente cuenta con

288 fojas útiles), a pesar de haberse producido hechos dilatorios ajenos a los

funcionarios instructores (licencia de la comisionada -fs.148-, e imposibilidad de la

defensa de asistir a audiencias fijadas y su reprogramación -fs.149, 155 y 156-).

Entonces, reconocida la introducción de nuevo material probatorio y en razón de la

oposición formulada, se impone un reanálisis de los noveles elementos y, por

supuesto, de la medida de coerción. Por ende y en base al esquema del art. 281 del

C.P.P. propiamente dicho, primera parte, se hace necesario determinar si existen

“elementos de convicción suficiente para sostener como probable la participación

punible del imputado en el hecho investigado, después de recibida su declaración”.

Entiendo que, teniendo en miras la fecha de formulación de la denuncia (07/05/2017)

y las vicisitudes recursivas transitadas, durante el escaso tiempo que lleva la causa

se ha recolectado, a la fecha, prueba que genera convicción suficiente sobre el

hecho, calificado como Abuso Sexual Calificado (art. 119, 3er. párrafo, C.P.), y su

autoría. Por lo tanto, considero que mantiene vigencia lo expresado en la anterior

resolución, en cuanto a que se presentan indicios serios sobre la existencia material


del ilícito y la participación del encartado, los que han sido prolijamente resaltados

por la instrucción. En efecto, resulta especialmente relevante en los casos de abuso

el testimonio claro y sin fisuras de la presunta víctima, lo que acontece con la

deposición, en tres oportunidades, de la Sra. V. (fs.01/03, 05/08 y 20/25). Asimismo,

del relato del matrimonio compuesto por los Sres. M.A.J. (fs.10/12) y P.J.

(fs.103/106), y su hija H.J. (fs.174/176), se puede concluir que el día del

acontecimiento tuvo contacto la primera de las nombradas con la damnificada,

cuando los esposos se conducían desde su cabaña a la localidad de XXX; que los

tres se dirigieron a la casa de la denunciante, habiéndolo hecho la última de las

mencionadas con su hijo menor de edad (de 2 años a esa fecha); que la Sra. V. se

encontraba muy afectada (“no paraba de llorar”) por lo que fue contenida por la

familia; efectuó, luego, un breve relato en la puerta de su casa; y que se dirigieron

con la víctima a la Unidad Judicial de XXX donde formuló la denuncia, la que tuvo

que ser interrumpida para que la denunciante pudiera calmarse. Aunque la Sra.

M.A.J. no da precisiones con quién se encontraba al contactarse con la damnificada,

el Sr. P.J. asegura que se encontraba con su hija y nietos, y la Sra. H.J. refiere que

recibió una llamada de su madre, lo cierto es que -como dije- los tres se habrían

reunido en la casa de la denunciante y la acompañaron a efectuar la denuncia,

habiendo alternado el cuidado del menor de referencia entre su madre y su abuelo,

no habiendo podido quedarse la hija del matrimonio porque su “bebé quería tomar la

leche” (fs.176). Por otro lado, también es cierto que en los distintos testimonios de la

familia J. no hay coincidencia en cuanto a la hora en que se habría producido el

contacto de la damnificada con la Sra. M.A.J.. La afectada lo ubica entre las 18,25

hs. (fs.2vta.) y las 19 hs. (fs.21vta.), mientras los esposos lo sitúan temporalmente
entre las 17,18 hs. (fs.104) y las 17,30hs. (fs.11vta.), lo cierto es que ambos aclaran

que ello fue “aproximadamente” o que “no puede ser tan preciso”, por lo que

claramente queda relativizado este dato en esos testigos. La hija, por su lado, refiere

a un llamado de su madre a las 19hs. informándole lo acecido. A pesar de esta falta

de precisión, lo cierto es que todos coinciden en que la denunciante requirió auxilio,

lo que -en base a los testimonios más precisos- habría sucedido entre las 18,25hs. a

las 19 hs. del día 07/05/2018, lo que coincide con la hora en la que fue tomada la

denuncia, esto es a las 19,29hs. (fs.01). Sin perjuicio de lo dicho hasta aquí, no

puedo más que coincidir en que resulta llamativo que del listado de comunicaciones

entrantes y salientes correspondiente al teléfono celular de la denunciante no se

desprenda el mentado llamado a su “ex-patrona”, pero tampoco puede dejarse de

advertir que luego del hecho denunciado hubo contacto de la víctima con la Sra.

M.A.J., a las 18,35hs., pero por un llamado que produjo a la inversa de lo indicado

por los deponentes. Más esta situación, por sí sola, no puede desvirtuar la totalidad

del relato de la damnificada y de la familia J., como pretenden los impugnantes,

máxime cuando se desprende de los registros que antes del mismo y luego de la

hora del hecho la víctima efectuó un llamado al teléfono de quien era o es su novia

(P.G.- véase fs.246 y certif. fs.154). Esta actitud de la afectada, independientemente

de los testigos, dista mucho de ser extraña, sino más bien lógica frente a la situación

que se encontraba viviendo, la que, además, no fue ocultada por la denunciante

(fs.25), aunque nuevamente no coincide con el orden de su relato (“le conté a mi

pareja de nombre P.G., por teléfono, luego de que regrese de la Unidad Judicial”).

Asimismo, del informe de llamadas se advierte que luego de la llamada al celular de

su novia a las 18,16hs. se produce en el lapso de apenas 32 minutos (hasta las


18,48 hs.) un sucesión de llamadas entrantes provenientes de los teléfonos de ésta

última, como de la Sra. M.A.J., los que se extienden hasta las 23,02hs. de esa

jornada, continuando los días siguientes. Estos datos, más la falta de otros informes

que serán necesarios para dilucidar la cuestión (vgr. informes de otras líneas, de

llamadas como mensajes de texto o whatsapp, apertura del celular de la víctima,

etc.), le quitan al único informe de telecomunicaciones, en el estado actual de la

causa, el carácter definitorio que pretende darle la defensa. Desde otro costado, se

desprende que la Sra. V. no recibió llamados de su ex-empleadora por lo menos

desde el 01/05/2018 hasta el día del hecho; que realizó un llamado a la Sra. L.L.

con fecha 02/05/2018, quien fue la que la contactó con la esposa del incoado para

obtener trabajo (fs.245), y otro con fecha 07/05/2018 (fs.246vta.), lo que coincide con

el pedido de información sobre el nombre completo del encartado que le requirió a

esa testigo (véase escrito fs.139). Esto, a su vez, explica el mensaje y el llamado

que reconoció haber recibido la testigo L.L., como la extensión de la comunicación y

el tono de la voz de la Sra. V. (“parecía nerviosa”- fs.13/15), a lo que hay que sumar

la relación de dependencia que une a la citada declarante con el imputado, a tal

punto que es a ella a quien recurre para confirmar la existencia de la denuncia en su

contra (conf. testimonios de su esposa e hija, Sra. A.B.C. -fs.181/188- y Srta. N.A. -

fs.216/219-). A ello se suma el hecho, resaltado por la Fiscalía Actuante, de que las

condiciones físicas que presenta el prevenido (de mayor altura y contextura) en

relación a la denunciante permiten que la mecánica del hecho se haya producido de

la forma en que ha sido relatado, pudiendo haber logrado A. el sometimiento y

neutralización de la presunta víctima con una mano, para usar la otra a los fines del

tocamiento. Asimismo, tampoco son determinantes las pericias médicas, de donde


surgen que ni la denunciante ni el denunciado presentan lesiones, ya que de la

plataforma fáctica expuesta en la denuncia no se desprende situación alguna que

amerite rastro físico alguno, más allá de que manifiesta haber intentado morder la

mano del encartado y haberse sacudido para soltarse, sin éxito, reconociendo como

únicas secuelas dolor en la zona vaginal y en los brazos. Relato que coincide con lo

manifestado a la médica que efectuó la revisación correspondiente, recién dos días

después (09/05/2018): “Refiere haber sido víctima de abuso sexual por parte del

empleador. La tomo de los brazos, toco su vagina con los dedos. Ellas se escapó. El

día 7 de mayor del corriente año… No se observan lesiones físicas externas…

Manifiesta dolor en los brazos” (fs.16 expte. pral.). Por otro costado, el hecho de que

la damnificada reconociera abiertamente haber regresado a su casa donde “se lavó

con agua fría y se colocó una crema… que es para la irritación/ardor en esa área”,

es conteste con la situación de tocamiento que dice haber vivido y con el efecto

producido en la zona afectada, en razón de que expresa que “luego de un ratito,

cuando ya me había metido y sacado el dedo varias veces… en un momento me

hizo doler muchísimo, porque lo hacía con tanta fuerza”, agregando que “aparte…

debe haber tenido las uñas largas, por el dolor que… causó, que era muchísimo”

(fs.24), por ello “sintió dolor en el interior de su vagina, que tenía la zona irritada, que

tenía ardor”, que los dolores permanecían al día siguiente ya que “al orinar le

provoca[ban] ardor, suponiendo… que sufrió lesiones internas cuando se produjo la

penetración”, aclarando que “no vio sangre en la bombacha” y que por eso procedió

a colocarla en el lavarropas, lo que realizó “automáticamente” (fs.07vta./08). En

cuanto a la crítica que se le formula a la afectada por no haber pedido ayuda a las

personas (padres, alumnos e inspectores de tránsito) que se encontraban frente a la


vivienda del incoado a esa hora, en la que salían algunos cursos de la escuela que

se encuentra en las inmediaciones, lo que fue constatado por la comisionado de

autos (fs.84vta./85), entiendo no resiste mayor análisis, porque aunque la

denunciante dice haber “huido” del lugar y que “salió corriendo”, también advierte

que no fue retenida, encontrándose la llave en la puerta de salida (lo que corrobora

la dueña de casa -fs.185-), como tampoco indica que fuese perseguida por el

imputado, u otra situación que mereciera un socorro inmediato. A ello debemos

agregar que la casa de la damnificada queda apenas a “cinco cuadras de la casa de

A.B.C.”, esposa del prevenido (fs.24). Todo ello no puede analizarse sin colocarnos

en las circunstancias descriptas por la víctima, la que trasluce desconcierto, desazón

y temor, al indicar que “nunca pensó que esto iba a pasar” y que se siente “muy mal,

abusada, sucia, con miedo, paranoica (sic), que pasó la noche sin dormir, que esto

fue traumático (sic)” (fs.7/7vta.). No debe olvidarse que el abuso sexual es un delito

pluriofensivo, que por razones de sistematización se ubica entre los delitos en contra

de la integridad sexual, pero que compromete también la integridad física y psíquica

de la víctima (conf. T.S.J., Sala Penal, Sent. N° 17 de fecha 21/02/2011, en autos

“Alfaro, Antonio Jesús p.s.a. Abuso Sexual con Acceso Carnal, Robo, etc.”). En lo

atinente a los comentarios de la defensa sobre la forma de vestir o la elección sexual

de la afectada, en razón de su tenor, me exime de mayores comentarios. Las

traumáticas experiencias de las víctimas de los delitos contra la integridad sexual

ante la maquinaria judicial -sean mayores o menores-, a menudo parecerían indicar

que primero sufren el ataque físico del violador o abusador y luego el maltrato

emocional de otros. Muchos damnificados han comprobado que las actitudes e ideas

erróneas que hay en torno de los delitos sexuales, resultan en que las sospechas
recaigan sobre la víctima. Amistades, familiares, policías, médicos, jueces,

defensores y otros actores sociales -los que deberían ayudar a la víctima- pueden

compartir tales ideas equivocadas y herir a la víctima casi tan profundamente como

el propio violador. Es tan duro que culpen al abusado o la abusada de lo sucedido

que algunos autores han llamado a este problema "la segunda violación". Hacemos

esta modesta reflexión, para que quienes actuamos en la Justicia Penal, seamos

Jueces, Fiscales o Defensores, ensayemos una mirada nueva sobre este fenómeno

creciente, ya que es otra forma más de violencia, pero con huellas psicológicas a

menudo indelebles. Debemos asumir que la violación o el abuso sexual son actos de

violencia inexplicable que cualquiera puede sufrir, prescindiendo de qué ropa vista o

que aspecto tenga, es decir, existe un peligro latente que se cierne sobre cualquier

persona, sin distinción de clases sociales, sexo o preferencias sexuales (conf.

Terrón, Sergio Manuel, “Aspectos probatorios en los delitos contra la integridad

sexual”, 20/04/2012, Id SAIJ: DACF 120029). En definitiva, existen elementos de

convicción suficiente -para la etapa inicial que transita la presente investigación- que

permiten considerar, con las aclaraciones formuladas y la necesidad de dilucidar

ciertos datos, que el hecho existió y que el imputado participó en el mismo, de la

forma denunciada por la víctima. Esta conclusión no se ve afectada por la prueba de

descargo aportada. En la anterior resolución ya me expedí en cuanto a que el testigo

D.A. (fs.87/90), empleado del incoado desde hace 19 años y amigo, en la

oportunidad de deponer ante la Instrucción, sólo confirma que mantuvo una

conversación telefónica con el prevenido A., el día del hecho, a las 17,48 hs. (según

acta de constatación de fs.91), pero no sabe precisar dónde se encontraba el mismo,

ni qué estaba haciendo. No conmueve este aserto el argumento vertido por la


defensa en cuanto a los temas que trataron y el humor demostrado por el imputado

en el diálogo mantenido, señalando su letrados que son incompatibles con lo que

habría acontecido minutos antes con la víctima, más ello no puede afirmarse sin

contar con la pericia psiquiátrica y psicológica del acusado, ya que solo a través de

ellas podrá saberse si la estructura psíquica del mismo puede o no abstraerse frente

a situaciones graves, como la denunciada, o si, por el contrario, no siendo así, en

realidad demostró calma y normalidad porque el hecho, como sostienen, no acaeció.

Por último, cabe remarcar que los impugnantes sostienen que la denuncia que dio

inicio a las actuaciones principales es falsa y que tuvo por único objetivo extorsionar

al imputado A., asegurando un complot entre la denunciante V. y la familia J. (P.J.,

M.A.J. -esposa-, H.J. -hija- y el Dr. J.-hijo-). Fundan esta tesis con los testimonios de

la esposa (A.B.C. -fs.181/188-), hija (N.A. -fs.216/219-) y yerno (F.F. -fs.220/221-)

del encartado, quienes son coincidentes en señalar que toman conocimiento el día

14/05/2018 de que la Srta. V. había formulado una denuncia por abuso en contra del

Sr. A. a través del abogado Dr. L., quien, a su vez, se había enterado a través de un

periodista (XXX). Indican que enviaron a este letrado a hablar con el Dr. J., hijo del

matrimonio que ayudó a la denunciante el día del hecho investigado, habiendo

recibido como respuesta el pedido de una suma en dinero para no hacer pública la

situación, lo que se repitió posteriormente con el hermano del yerno del imputado

(G.), a quien el citado profesional le habría pedido la cifra de Dólares Quinientos Mil

(u$s 500.000). No hay dudas que estos hechos son de gravedad, razón por la cual

coincido con la Sra. Fiscal de Instrucción que deben ser investigados, pero no puede

entenderse, por el momento y en función de los argumentos vertidos

precedentemente, que los mismos desvirtúen o desacrediten la denuncia formulada


por la Srta. V.. En efecto, que la situación pueda haber sido aprovechada por la

damnificada o por otras personas para obtener un rédito económico no implica que

el hecho denunciado no haya sucedido. Es más, no puedo dejar de advertir que ni la

Sra. V. ni su entorno acudieron a requerir dinero al acusado o a su familia, sino que

el primer contacto que habría posibilitado el pedido se debió a que, luego de

formulada la denuncia y puesta en marcha la investigación penal preparatoria, se le

requirió al primer abogado del imputado (Dr. L.) que contactara al abogado de la

denunciante (Dr. J.), situación que luego se replico con el hermano del yerno del

acusado (G.). En síntesis, los agravios en lo atinente al primer presupuesto (hecho y

participación) exigido para la procedencia de la medida cautelar dispuesta en contra

del encartado deben ser rechazados.-

III).- Ahora bien, tenido por probable el hecho y la autoría en cabeza del imputado A.,

como segundo presupuesto se erige la necesidad de efectuar el análisis en cuanto a

la existencia de “vehementes indicios de peligro de fuga o de entorpecimiento de la

investigación, los que deberá acreditarse en el caso concreto” (art. 281, segunda

parte, del C.P.P.), a cuyo fin el art. 281 bis del C.P.P. enumera indicios de los cuales

puede inferirse el peligro de fuga, y el art. 281 ter del mismo plexo legal, detalla

aquéllos que considera como reveladores del peligro procesal de entorpecimiento de

la investigación. La primera de la norma citadas coloca en primer lugar a “las

circunstancias y naturaleza del hecho”, y a “la gravedad del pronóstico punitivo

hipotético” ya sea “por no aparecer procedente, prima facie, la condena de ejecución

condicional” o porque no transcurrió el “término que establece el art. 50 del Código

Penal” (art. 281 bis, inc. 1 del C.P.P.). No puede negarse el fuerte valor indiciario de

esas condiciones y de ese pronóstico. En efecto, se impone al Estado la obligación


de demostrar los peligros que fundamentan la necesidad de recurrir a la prisión

provisional del encartado. En orden a acotar la restricción de la libertad, nuestro

Código de Procedimiento Penal preceptúa que tales peligros existen toda vez que la

amenaza penal excede de cierto límite. Estos riesgos son objetivamente presumidos

siempre que se estime prima facie que en caso de condena, ésta será de

cumplimiento efectivo, recordando que el Alto Tribunal Nacional en el precedente

“Loyo Fraire”, subrayó y recalcó que éste pronóstico punitivo no justifica, por sí

mismo, la prisión preventiva, sino que deben tenerse especialmente en cuenta las

conductas del imputado que indiquen que intentará burlar los objetivos del proceso.

En esa dirección, se observa que la atribución delictiva se tipifica prima facie como

Abuso Sexual Calificado (art. 119, 3º párr., del C.P.), a tenor del art. 306, 1ra. parte,

del C.P.P., en calidad de autor (art. 45 del C.P.). Atento lo preceptuado por el art.

281 bis del C.P.P., es menester pronosticar si el incoado, en caso de ser condenado,

lo sería o no, en la modalidad de ejecución condicional. La respuesta es negativa, ya

que, en base a la pena conminada en abstracto, es posible inferir que el acusado, en

caso de ser condenado, lo sería a pena de ejecución efectiva. Entonces la seria y

particular amenaza penal que importa la condena efectiva se erige como el primero

de los indicios, aceptado en forma pacífica por la doctrina y jurisprudencia. También

es pacífica la postura que reclama sumar al indicio derivado de la no procedencia de

la condena condicional por lo menos, según el caso, algún otro o algunos otros de

gravedad suficiente. Debo resaltar en este momento del análisis que, al entender de

la Corte Suprema, la peligrosidad procesal se configuraría si “los imputados hubieran

intentado eludir la acción de la justicia” (impidiendo el normal desarrollo del juicio o

cumplimiento de la pena), si se “hubiese dado alguna situación concreta respecto del


curso de la investigación” que importe su entorpecimiento (interponiendo

obstáculos), o si circunstancias objetivamente verificadas en la causa permitieran

derivar una directa conexión con alguno de los dos peligros referidos. En este

sentido, como subraye en la anterior resolución, concluyo que efectivamente

se advierten elementos de los que se advierte peligro concreto. Entonces,

remarque que surge de autos la posible comisión de otros hechos delictivos

por parte del imputado, también de índole sexual, algunos efectivamente

denunciados y otros insinuados, que a la fecha no han sido investigados,

pudiendo el mismo -en libertar- influir en su indagación. A la vez, aclaré que si

bien dichos hechos no forman parte de los enrostrados en estas actuaciones,

constituyen una línea investigativa que exige ser dilucidada por su posible

gravitación en el contexto del delito que se le imputa aquí, máxime cuando

existe coincidencia en el modo de actuar (con empleadas, iniciándose con

tocamientos “por detrás” y cuando se encontraban solos en un ámbito de su

propiedad). En aquél momento hice referencia al testimonio de la Sra. C.S.

(fs.119/127), quien relató que cuando ella tenía veinte años el prevenido A. la

contrató para que trabajara en XXX, denunciando, en lo que aquí interesa,

que un día, el imputado A. “vino por detrás y me empezó a manosear y tocar y

yo le dije que parara… con el paso de los días seguía intentando… luego

pasó el tiempo y en una oportunidad, que él tenía que viajar, me dijo que

cuando saliera, me llegara por su casa, que en ese momento era en XXX,

para darme unos papeles que tenía que hacer unos trámites, ya que él no iba

a estar esos día… cuando pasé me di cuenta de que estaba solo, bueno me
explicó de los papeles y en un momento me agarró fuerte de atrás y me

empezó a besar, ahí le digo “pará”, y ahí me dijo que no iba a hacer más que

eso, que me iba a besar y no iba a hacer más nada, y luego me agarró muy

fuerte, me arrastró hasta el dormitorio, que estaba la cama grande, luego me

tiró sobre la cama, recuerdo que yo tenía un jeans, ahí me lo desprendió, ahí

recuerdo que le dije “parara que me quería ir”… y él me agarró me sostuvo

por los brazos y me dijo “a vos te gusta tanto como a mí, por eso estás acá,

por eso viniste” y bueno, me bajó el pantalón y me penetró, recuerdo que en

ese momento yo gritaba, y él me tapaba la boca… en ese momento yo estaba

como shoqueada, no recuerdo mucho… y ahí como si nada, agarró los

papeles y me dijo lo que tenía que hacer al otro día… luego me dijo “ándate

ya, y no se te ocurra hablar porque te hago bosta, te destruyo, y no se te

ocurra hablar con A.B.C. [su esposa]”, aparte le preguntó “querés quedarte en

la calle, sin nada”. En aquel momento, recordé que esta deponente también

refirió a una historia que le contó P.P., quien sería hija adoptiva de los padres

de A.B.C., esposa del prevenido A. (aunque aclara que no “le dieron el

apellido”), acordándose que le contó que el encartado A. había abusado de

ella cuando tenía ocho años, cuando vivían en Córdoba y que esto duró hasta

los diecisiete años de ella. Recuerda que cuando la menor le contó que fue

abusada por el prevenido “lloraba mucho pobrecita, estaba muy nerviosa, me

dijo que estaba muy traumada… me dijo que tenía mucho miedo… que en

varias oportunidades se quiso suicidar”, razón por la cual enfrentó la


declarante al imputado interpelándolo por la situación, a lo que le habría

respondido “no sé lo que te habrá contado esa loca, no sabes que está loca

de la cabeza, no te dijo que yo la tuve que salvar porque se tiró bajo un auto,

que anda hablando pavadas por ahí…”, aportando los datos de que P.P. vive

actualmente en XXX y “quiere hablar” sobre el tema. Indica que sabe de

“muchos nombres de mujeres a las que les ha pasado algo [con A.], amigas

de P.P., pero que sé que no van a hablar, porque tienen mucho miedo, que

los hechos sucedidos a esas personas ocurrieron en la época que me sucedió

a mí, posteriormente, y actual, pero menos”. A ello se suma la posible

influencia que la libertad del imputado puede irrogar sobre las posibles

víctimas de delitos sexuales, máxime cuando cuenta con un entorno que

propicia, incentiva y potencia una actitud intimidatoria (art. 281 ter inc. 2 CPP).

Así, la testigo C.S., quien -como se dijo- también habría sido abusada por el

acusado, señala en relación a la familia A. que “…le[s] tienen mucho miedo,

por el poder económico que tienen, que los pueden dejar sin trabajo, además

por los contactos que tienen, y con la plata tapan mucho…”. En particular,

haciendo alusión al matrimonio conformado por el imputado y la Sra. A.B.C.

dijo: “…yo los conozco, son terribles, les tengo mucho miedo, se de lo que son

capaces de hacer…”. Por su parte, la esposa del encartado, lejos de

demostrarse preocupada por el descubrimiento de la verdad, habría

manifestado “que no iba a escatimar en dinero para que su marido salga

inocente”. Por eso concluí, por entonces, que dentro de este contexto, la
referencia que efectúa la Sra. Fiscal de Instrucción al poder adquisitivo del

encartado toma relevancia, tanto en cuanto medio para entorpecer como para

facilitar la posible sustracción al accionar de la justicia (arg. art. 281 bis inc. 2

CPP). No puedo dejar de señalar en este punto que la mencionada testigo

reconoce padecer de “trastorno depresivo ansioso”, atribuyéndolo -en parte- al

abuso sufrido, como de encontrarse en tratamiento y haber estado internada

en neuropsiquiátricos, habiendo sido la última vez en el año 2017. La defensa

indica que ello le quita valor a su declaración. Tengo para mí, que no pueden

desacreditarse los dichos de una persona por el solo hecho de sufrir de algún

trastorno mental, no solo porque ello no necesariamente la inhabilita para

actuar y expresarse, sino porque implicaría un prejuzgamiento irrito para el

sistema supranacional que rige la materia y que tiene amparo constitucional,

que procura para las personas con discapacidad (entre ellas psíquicas o

mentales) promover, proteger y garantizar el disfrute pleno y por igual del

conjunto los derechos humanos (arts. 4, 5 y cc. de la “Convención de los

Derechos de las Personas con Discapacidad”, Ley N° 26.378). Sin perjuicio de

ello, no puedo obviar que la defensa sostiene que la deponente mantiene

“enemistad manifiesta” con el incoado y su familia, por problemas de

vecindad, en sectores comunes que comparte con algunos de sus miembros,

llevando a estos a formular exposiciones policiales en contra de la Sra. C.S.,

lo que, en cierto modo, es reconocido por ella en su declaración, refiriendo a

un “condominio” con integrantes de ese grupo familiar. Más allá que la


enemistad no se encuentra acreditada en autos, tomando la postura más

beneficiosa para la defensa, esto es descartando hipotéticamente las

manifestaciones de la Sra. C.S., la conclusión en cuanto a que existen

elementos para sostener un patrón de conducta del encartado, compatible con

el hecho investigado y anterior al mismo, se desprende de otros sucesos que

trae al proceso la Comisionado P.R. (fs.151/152). En efecto, la investigadora

logra contactarse con una amiga de la “hermanastra” de la esposa del

encartado (P.P.), de nombre D.E., quien se reconoció que “P.P. en una

oportunidad le manifestó que A. era de buscar momentos en que ella

estuviera sola para hostigarla sexualmente, que si bien no tiene muchos

detalles de lo que le sucedió, piensa que puede haber pasado más cosas, ya

que también por dichos de personas que no puede precisar en este momento

de la entrevista, sabe que el tipo tiene ese tipo de antecedentes, de ser un

hombre acosador, y que también sabe, por dichos de P.P., de que la mujer de

A. tiene conocimiento de lo que le pasó a ella con él, pero que no dice nada, y

que seguramente toda esa familia está enferma”, agregando “que tiene

conocimiento de que P.H. y M.D. también habrían sufrido hechos de abuso

por parte de A.”, especificando “que en el caso de P.H. fue cuando ésta

prestaba tareas en el negocio de nombre “XXX”, y que la misma P.H. le contó

a ella que en oportunidad de encontrarse trabajando en el comercio, le

pegaba chirlos en la cola, y que también sabe que M.D. ha sufrido hechos por

parte de A., que cree que son más graves, pero que no está segura…”. A su
vez, los hechos fueron confirmados a la comisionado por la nombrada P.H.,

quien expreso que cuando tenía 23 años trabajó en el comercio de propiedad

del imputado por más de un año, aclarando que “nunca volvería a trabajar ahí,

porque A. era un viejo asqueroso, que cuando tenía oportunidad le pegaba

chirlos en la cola a ella y otra empleada, de nombre A.L.,… que también

cuando pasaba era de apoyarla en la cola con su pene”. Aquí debo memorar

que una de las maneras de atentar contra la integridad sexual, es mediante el

abuso coactivo e intimidatorio en el contexto de una relación de dependencia.

Ello sucede cuando la víctima está subordinada al actor, lo que ocurre, entre

otros, en el orden laboral (conf. T.S.J., Sala Penal, Sent. N° 31 de fecha

07/05/2003, en autos “Robles, Luis Darío p.s.a. Coacción”). En este estadio

del razonamiento, no puedo dejar de coincidir con la defensa en cuanto a que

no puede mantenerse la medida de privación de la libertad con fundamento en

posibles delitos de instancia privada que no han sido denunciados (art. 72

C.P.), lo que ni siquiera justifica hacer el análisis de su posible sobreseimiento

por prescripción, como proponen los impugnantes. Pero tampoco se puede

obviar como indicios serios que fortalecen la denuncia que dio origen a las

presentes actuaciones los elementos vinculados a esos otros hechos, con

todas las implicancias que derivan de un patrón de conducta impune como el

que parece perfilarse y con la posible influencia que la libertad del encartado

puede irrogar sobre testigos que sufrieron hechos de violencia sexual o de

género, sostenido por un entorno familiar que sería proclive a ocultar o


encubrir (arg. art. 281, ter, inc. 2 CPP). Como indique en su momento, el delito

de marras encuadra dentro de los llamados “delitos de violencia de género”,

adquiriendo, en consecuencia, especial relevancia las pautas fijadas por el art. 281

ter, inc. 3 del C.P.P.. Efectivamente, dicho precepto exige a la hora de analizar la

conveniencia o no de las medidas cautelares restrictiva de la libertad “tener

presentes los derechos reconocidos, los deberes impuestos al Estado y las

directrices que forman parte de las convenciones y tratados internacionales que

gozan de jerarquía constitucional” vinculados a la violencia de género. En esta

sintonía, debo memorar que la prohibición de todo tipo de violencia contra la mujer

tiene un amparo especial a nivel supranacional en la “Convención Interamericana

para Prevenir Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer” (más conocida

como la “Convención de Belém Do Pará”, aprobada por Ley 24.632). En el art. 2 de

este plexo normativo se incluye dentro del catálogo a la violencia sexual y

psicológica, ejemplificándola, entre otras, con la violación, el abuso sexual y el acoso

sexual en el lugar de trabajo. Esta estructura legal busca asegurar la posibilidad de

la víctima de asumir la facultad de comparecer al proceso de la manera más amplia

y libre de temores posible, en pos de hacer valer su pretensión sancionatoria. Esta

directriz debe respetarse con especial celo en la especie. Ello ha queda evidenciado

por el hecho de que el inc. 3 del art. 281 ter del C.P.P. exige la vinculación de la

obligación internacional asumida por el Estado a situaciones concretas evidenciadas

en el expediente que pongan en riesgo el cumplimiento de dicho compromiso por

presentarse indicios serios de que no se podrá concretar la investigación como

corresponda, debido a la influencia negativa del agresor en libertad sobre la víctima,

testigos o peritos. Pero, claro está, que esta relación expresamente delineada
(tratados-violencia de género-influencia en elementos probatorios claves), no es la

única posible, en razón de que de presentarse cualquiera de las situaciones de

riesgo contenidas en los arts. 281 bis y ter del C.P.P. puede importar el peligro de

que el Estado Argentino incumpla con la obligación asumida convencionalmente.

Aunque no se presentan hechos ciertos vinculados a la fuga, resulta que la

medida dispuesta no solo trata de prevenir ésta, sino -fundamentalmente- de

preservar el normal desenvolvimiento de lo que resta del proceso (vgr. la

indemnidad de los testimonios a rendirse durante el debate, especialmente el

de la víctima, que puede verse jaqueada por conductas amenazantes). Ello

impone -de acuerdo a los ya referidos compromisos internacionales- asegurar la

realización del debate y, por ende, demanda también poner especial atención en

aquellas circunstancias que podrían impedirlo u obstaculizarlo. En el caso concreto,

la afectación psicológica y la situación de vulnerabilidad de la víctima se presenta

patente, no solo por la condición de mujer de la damnificada, sino que -también-

resulta de sus propios dichos, cuando asegura que “esta situación le provoca

angustia, ya que también sufre problemas económicos, y sin trabajo no puede

afrontar sus gastos cotidianos” (fs.02vta.) y que “no encuentra explicación a lo

sucedido, que nunca pensó que esto iba a pasar, que hace 23 años trabaja de

mucama y es la primera vez que le sucede esto con un patrón… que se siente muy

mal, abusada, sucia, con miedo, paranoica (sic), que pasó la noche sin dormir, que

esto fue traumático (sic)” (fs.07/07vta.). A lo que se suma la constante referencia

de la capacidad económica del acusado y su entorno y su uso para lograr

acallar. Por otro lado, no puedo dejar de remarcar que la investigación penal

preparatoria está en ciernes, habiéndose formulado la denuncia el 07 de mayo


del corriente año y transcurrido un poco más de dos meses a la fecha,

faltando realizar las pericias psicológicas, tanto al imputado como a la

denunciante. Este último no es un dato menor, porque, más allá de que se

coincida o no con la pertinencia de la jurisprudencia citada oportunamente

(TSJ, Sala Penal, Sent. Nº 159, 19/5/2014, “Romero, Fernando Gabriel p.s.a.

Lesiones Leves Calificadas y Amenazas -Recurso de Casación”), la naturaleza del

hecho investigado exige contar con datos técnicos que ilustren sobre la

psiquis del imputado y las posibles secuelas emocionales de la presunta

víctima, siendo estos elementos de prueba determinantes en la especie,

opinión que es compartida por los impugnantes (ver escrito fs.213). Al

respecto, cabe remarcar que han sido diligenciados los oficios para que se

lleven a cabo los psicodiagnósticos de las partes, como la pericia psiquiátrica

del prevenido (fs.197/200, 226/237 y 282), habiéndose reprogramado incluso

esta última por motivos ajenos a la instrucción (fs.277/280). En este contexto,

los contraindicios resaltados por la defensa no resultan suficientes para

conjurar el riesgo procesal que importaría la libertad del incoado. Por todo lo

dicho, estimo que la disposición cautelar que recae en la persona del imputado A.

se encuentra plenamente justificada, no advirtiéndose otra modalidad que garantice

adecuadamente, en este caso particular y en el marco descripto, el cumplimiento

pleno e irrestricto de los fines procesales, máxime cuando, reitero, el Estado

Argentino ha asumido internacionalmente la obligación de condenar todas las formas

de violencia contra la mujer, debiendo actuar con la debida diligencia para su

prevención, investigación y sanción (art. 7 inc. “b” de la Convención de Belén Do


Pará), lo que implica -especialmente- asegurar la realización del debate y, por ende,

exige poner especial atención en aquellas circunstancias que podrían impedirlo u

obstaculizarlo, dentro de las cuales se encuentra el entorpecimiento de la propia

investigación preparatoria. Por todo lo expuesto, corresponde, pues, no hacer lugar

al recupero de libertad solicitado y, en consecuencia, confirmar el Decreto de Prisión

Preventiva de fecha 05/07/2018 (fs.250/273), dictado oportunamente por la Sra.

Fiscal de Instrucción de Villa Cura Brochero en los autos “A. p.s.a. Abuso Sexual

Calificado” (Expte. N° 7196663), el que conserva su vigencia y fundamentos,

debiendo mantenerse la medida ordenada.-

Por todo lo expuesto, normas legales, doctrina y jurisprudencia citadas; RESUELVO:

1°).- No hacer lugar a la oposición a la prisión preventiva del imputado A. solicitada

por sus defensores, Dres. Alejandro A. Pérez Moreno y Luciano Pablo Mayer.- 2°).-

Remitir estas actuaciones, firme el presente pronunciamiento, a la Fiscalía de

Instrucción de Villa Cura Brochero para su acumulación al principal.-

PROTOCOLICESE, NOTIFIQUESE, OFICIESE Y BAJEN.-

You might also like