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TEMA:
“TRASTORNO RELACIONADO CON SUSTANCIAS”
CÁTEDRA:
Psicopatología de los Grupos Sociales I
INTEGRANTES:
Corea Valdez, Yancy Mercedes CV13010
Gálvez Henríquez, Crishaydi Linneth GH14041
Ortega Ramírez, Fátima Virginia OR15017
DOCENTE:
Lic. Vladimir Flamenco
Grupo Teórico: 01
Equipo # 3
Desde épocas muy remotas los seres humanos, por diferentes razones han recurrido al
consumo de sustancias que alteran la mente y el comportamiento, lo hacían por razones
religiosas, medicinales, recreativas o simplemente por cuestiones existenciales. A través de la
historia se reconocen personajes que fueron víctimas del abuso de sustancias como príncipes
que desencadenaban sus incontenibles fantasías a través de los alucinógenos o poetas que
estimularon su imaginación creativa con intencionada inmersión en los placeres, el consumo
de sustancias no tiene clases ni categorías, por lo que cualquier persona está en riesgo de
adquirir, consumir y padecer de algún tipo de los trastornos relacionados con sustancias.
En la actualidad, la relación de los individuos con las sustancias adictivas está determinada en
su mayoría por el contexto sociocultural, ya que es el medio para adquirir cualquier tipo de
sustancia como también donde se determina lo que se considera una droga y los tipos que
existen ya sea legales o ilegales.
La dependencia de sustancias en los seres humanos se puede dar también en relación a las
actividades que se realizan en el día a día desarrollándose una adicción como por ejemplo el
juego patológico, ya que en las adicciones se contempla la dimensión de dependencia física y
psicológica.
Es por eso que el siguiente informe permitirá conocer el concepto, clasificación, causas,
factores de riesgo y protección, y algunas técnicas de intervención relacionados con los
trastornos relacionados con sustancias.
Así mismo se presentan dos casos en los que se ven reflejados como afectan esta clasificación
de trastornos en la vida de las personas y cómo pueden llegar a desarrollarse a tal punto de
relacionarse con otros tipos de trastornos psicológicos.
Objetivos
Objetivo General:
Conocer acerca del trastorno relacionado con sustancias y el impacto que genera en el
bienestar físico, psicológico y emocional en las personas que padecen dichos trastornos,
como también factores desadaptativos que se desarrollan en el medio social.
Objetivos Específicos:
● Identificar los tipos de sustancias que están vinculadas con los diferentes trastornos
relacionados con sustancias que provocan dependencia en el ser humano
desarrollando problemas de conducta e inestabilidad psicológica.
● Mencionar factores de riesgo y factores de prevención, así como las causas que
provocan los trastornos relacionados con sustancias.
● Conocer los tipos de tratamientos psicoterapéuticos a seguir para la disminución o
erradicación de las adicciones a las sustancias.
1. Definición
Los trastornos de uso de sustancias pueden referirse al uso o a la dependencia de sustancias,
en donde generalmente implican patrones de comportamiento en los que las personas
continúan consumiendo una sustancia a pesar de experimentar problemas derivados de ello.
Estas sustancias activan directamente el sistema de recompensa del cerebro y producen una
sensación de placer, la activación puede ser tan fuerte que la persona anhela intensamente la
sustancia, y puede incluso descuidar sus actividades normales para obtener y consumir la
droga. Los trastornos por uso de sustancias pueden producirse tanto si una droga es legal o
no, tanto si su uso es o no socialmente aceptable, o si tiene o no un uso médico aceptado (con
o sin receta).
2. Clasificación
Los trastornos relacionados con sustancias se dividen en dos grupos:
A) Trastornos Inducidos por Sustancias
B) Trastornos por Consumo de Sustancias
2. Abuso de Sustancias
Consiste en un patrón desadaptativo de consumo de sustancias de abuso que origina deterioro
y malestar clínicamente significativos durante un periodo de doce meses. Este consumo tiene
repercusiones a nivel laboral, académico y familiar, se lleva a cabo incluso en circunstancias
en las que hacerlo es especialmente peligroso como conducir un automóvil o manejar
máquinas y se mantiene a pesar de los problemas que origina y las consecuencias negativas
que acarrea. Se originan problemas legales relacionados con el consumo.
4. Abstinencia de Sustancias
Se caracteriza por presentar un conjunto de síntomas a causa de la interrupción o reducción
de su consumo masivo y prolongado. Los síntomas son específicos del tipo de sustancia y
causan malestar significativo y deterioro laboral, social y familiar del individuo.
El consumo no saludable de alcohol comprende todo consumo de alcohol que pone en riesgo
la salud o la seguridad, o que provoca otros problemas relacionados. También incluye el
consumo muy elevado de alcohol, un patrón de consumo de alcohol por el cual un hombre
consume cinco o más bebidas en dos horas, o una mujer ingiere, al menos, cuatro bebidas en
dos horas.
El trastorno por consumo de alcohol puede incluir períodos de intoxicación por alcohol y
síntomas de abstinencia. La intoxicación por alcohol se genera a medida que aumenta la
cantidad de alcohol en el torrente sanguíneo. Mayor la concentración de alcohol en sangre,
mayor deterioro en el organismo. También puedes tener períodos denominados “apagones”,
donde no recuerdas los hechos. Los niveles muy altos de alcohol en sangre pueden provocar
un coma o incluso la muerte. La abstinencia al alcohol puede suceder cuando el consumo de
alcohol ha sido intenso y prolongado y luego se suspende o reduce considerablemente. Puede
suceder en el plazo de varias horas o hasta cuatro o cinco días después.
● Síntomas:
Sudoración
Aceleración de latidos del corazón
Temblores en las manos
Problemas para dormir
Náuseas y vómitos
Alucinaciones
Inquietud y nerviosismo
Ansiedad
Convulsiones
● Síntomas:
Ansiedad
Disforia
Síntomas paranoides y/o de pánico
Enrojecimiento conjuntival
Taquicardia
Hipertensión
● Síntomas:
Ansiedad
Estado emocional depresivo
Miedo a prender el control
Paranoidismo
Deterioro del juicio
El abuso regular de los inhalantes puede causar daños graves en los órganos vitales como son
el hígado, el corazón, el cerebro y los riñones.
Los trastornos por consumo de inhalantes se producen por la capacidad de los mismos para
alterar la función cerebral. Varios de los disolventes volátiles y gases anestésicos de los que
se abusan, presentan efectos neuroconductuales y mecanismos de acción parecidos a los
depresores del sistema nervioso central como son el alcohol o los medicamentos sedantes.
Por otro lado, también se ha demostrado que el sistema dopaminérgico está implicado en los
efectos de gratificación de casi todas las drogas de abuso.
Esta definición abarca una amplia gama de sustancias químicas que pueden tener diversos
efectos farmacológicos cuyo abuso es fatal para el organismo.
Se pueden clasificar a los inhalantes en 4 grupos:
Disolventes volátiles: Son líquidos que se vaporizan a temperatura ambiente. Se
encuentran en productos del día a día como los diluyentes, las pinturas, quita grasas o
gasolina, entre otros.
Aerosoles: Son rociadores que contienen propulsores y disolventes. Este tipo de
inhalantes los podemos encontrar en productos como los fijadores del pelo, las
pinturas pulverizadas, los atomizadores para desodorantes o los rociadores de aceite
vegetal para cocinar.
Gases: En este grupo se incluyen las anestesias de uso médico (éter, cloroformo,
halotano, óxido nitroso), así como aquellos gases que se utilizan en productos
domésticos o comerciales. Entre los anteriores, es el óxido nitroso el que más se
utiliza para fines recreativos.
Nitritos: A diferencia de los demás, no actúan en el cerebro, sino que dilatan los vasos
sanguíneos y relajan los músculos. Asimismo, mientras los inhalantes de los otros
grupos se utilizan principalmente para alterar el estado de ánimo, los nitritos se usan
principalmente para intensificar el placer sexual.
● Síntomas:
Dificultad para hablar
Incapacidad para coordinar movimientos
Euforia y mareo
Pérdida del conocimiento
Dolor de cabeza
● Síntomas:
Consumo en mayores cantidades de droga de las que se tiene la intención de
consumir, o consumir más tiempo del inicial.
No se puede disminuir ni controlar el consumo, se desea constantemente poder
hacerlo.
Pasar demasiado tiempo consumiendo droga o recuperándose de sus efectos.
Fuertes ansias de droga, a tal punto de no poder llevar a cabo tareas principales en
trabajo, escuela y hogar.
Se sigue consumiendo a pesar del daño que causa en las relaciones personales y la
salud.
● Síntomas:
Dificultades para pensar
Comprensión lenta
Memoria deficiente
Deterioro del juicio
Disminución del tiempo de atención
Labilidad emocional
● Síntomas:
Pupilas dilatadas, taquicardia, hipertensión e hiperalerta
Euforia, energía, altera y grandiosidad
Disminuye el apetito y la necesidad de sueño
Algunas personas sienten ansiedad, agitación, tensión y disforia sin embargo otras
personas se sienten calmadas.
Tensión en mandíbula y movimiento de forma constante.
Altas dosis pueden inducir estados psicóticos o paranoides.
● Síntomas:
A pesar de que se realicen esfuerzos serios para dejar de fumar no se puede dejar.
Síntomas de abstinencia cuando se intenta dejar de fumar, como síntomas físicos y
relacionados con el humor, por ejemplo antojos, ansiedad, irritabilidad, inquietud,
dificultad para concentrarte, depresión, frustración, ira, más hambre, insomnio,
estreñimiento o diarrea.
Se sigue fumando a pesar de los problemas de salud.
Se abandonan actividades sociales o recreativas para poder fumar.
Juego Patológico:
Existe evidencia de que los comportamientos de juego patológico activan los sistemas de
recompensa de manera semejante a las drogas de abuso, y porque éste produce síntomas
conductuales similares a los de los trastornos por consumo de sustancias.
Se han descrito otros patrones de comportamiento excesivos, como el juego en internet, pero
la investigación acerca de éste y otros síndromes comportamentales no es muy sólida. Por
tanto, no se han incorporado los grupos de comportamientos repetitivos, que algunos califican
como adicciones comportamentales, como la adicción al sexo, la adicción al ejercicio, o la
adicción a las compras, puesto que no existen suficientes datos científicos para establecer los
criterios diagnósticos y las descripciones de su curso, fundamentales para considerar estos
comportamientos como trastornos mentales.
● Síntomas:
Intenso deseo, ansia o necesidad imparable de concretar la actividad placentera.
Pérdida progresiva del control sobre la misma, hasta llegar al descontrol.
Descuido de las actividades habituales previas, tanto las familiares, como las
académicas, laborales o de tiempo libre.
Progresiva focalización de las relaciones, actividades e intereses en torno a la
adicción, con descuido o abandono de los intereses y relaciones previas, ajenas a la
conducta adictiva.
Irritabilidad y malestar ante la imposibilidad de concretar el patrón o secuencia
adictiva (abstinencia) e imposibilidad de dejar de hacerlo, pasado un corto período.
3. Causas
Las personas suelen empezar a consumir drogas por un deseo de experimentar con ellas;
luego pasan a consumirlas de manera ocasional, y finalmente acaban por usarlas de modo
intensivo y desarrollando en ocasiones un trastorno por uso de sustancias. Esta progresión
resulta compleja y se conoce sólo en parte. El proceso depende de las interacciones entre la
sustancia, el usuario y el entorno.
● Sustancia:
Las sustancias de las 11 clases que se ha mencionado antes tienen diferente capacidad para
provocar un trastorno por uso de sustancias. La probabilidad de que causen un trastorno de
este tipo se denomina capacidad de adicción. La capacidad de adicción depende de una
combinación de factores, entre los que se incluyen
Cómo se utiliza la sustancia
La intensidad con que la sustancia estimula la vía de recompensa del cerebro
La velocidad de actuación de la sustancia
La capacidad de la sustancia para inducir tolerancia y/o síntomas de abstinencia
Además, las sustancias que se encuentran legalmente y/o fácilmente disponibles, tales como
el alcohol y el tabaco, tienen más probabilidades de ser utilizadas por primera vez. A medida
que las personas siguen utilizando una sustancia, a menudo ven menos riesgo en su uso y
pueden comenzar a aumentar su uso y/o experimentar con otras sustancias. La percepción de
riesgo que tienen las personas también puede estar influida por las consecuencias sociales y
legales del uso de la sustancia.
● Usuario:
Los factores propios de los usuarios que pueden predisponer a sufrir un trastorno por abuso
de sustancias son
Características físicas
Características personales
Circunstancias y trastornos que presenten
● Entorno:
5. Factores de Protección
La mejor manera de evitar volverse adicto a una sustancia es ni siquiera probarla una vez. Si
el médico receta un medicamento que puede causar adicción, se debe tener cuidado cuando se
toma y seguir las indicaciones, ya que se debe recetar en dosis y cantidades seguras.
Algunas formas de prevenir el consumo inapropiado de sustancias son:
● Comunicación: Hablar con las personas expuestas al consumo inapropiado de
sustancias.
● Escucha: Prestar atención a las personas expuestas al consumo sobre la presión de la
sociedad y mostrar apoyo a sus esfuerzos de resistencia.
● Dar buen ejemplo: No consumir alcohol ni drogas de manera inapropiada,
especialmente frente a niños, muchos de ellos quienes sus padres consumen drogas de
forma inapropiada tienen riesgo mayor a la adicción.
● Fortalecer los vínculos: Trabajar en la relación con las personas expuestas al
consumo para aumentar la confianza.
También existen factores de protección para las personas que alguna vez fueron adictas y
tienen alto riesgo de caer nuevamente en un patrón adictivo. Entre ellas se encuentran:
● Cumplir con el tratamiento: Controlar los antojos de consumo. Las probabilidades
de alejarse de las adicciones serán mayores si se respeta el plan de tratamiento y si se
sigue asistiendo a terapia o a reuniones de apoyo.
● Evitar situaciones de alto riesgo: No regresar a los lugares donde se adquirían las
sustancias, y alejarse de los grupos que consumen.
● Obtener ayuda de inmediato si se consumen drogas nuevamente: Si se vuelven a
consumir sustancias se debe hablar con el médico, profesional de la salud mental u
otra persona que pueda ayudar de inmediato.
6. Intervención
Tanto para la desintoxicación (paliar la abstinencia) como para la deshabituación (mantener
la abstinencia y prevenir las recaídas), no hay fármacos claramente definidos, limitándose al
uso de ellos para paliar la sintomatología que aparezca. Así pues, el tratamiento debe ser
fundamentalmente psicoterapéutico, mediante la aplicación de:
7. Casos
A) Caso #1:
Descripción:
Paciente masculino de 35 años de edad diagnosticado de Trastorno Bipolar Tipo I y Trastorno
de la Personalidad, que acude por primera vez a la Unidad de Conductas Adictivas en
diciembre de 2009 por dependencia a cocaína inhalada, dependencia de alcohol y
dependencia de marihuana.
Situación Familiar:
El paciente es soltero e hijo único, sus padres se han implicado en la problemática del
paciente. En un principio era la madre quien lo acompañaba a las consultas y posteriormente
fue el padre quien acudió a la terapia de apoyo destinada a las familias. El paciente vive
actualmente solo en un piso cercano al domicilio de los padres.
Antecedentes Personales:
Último empleo en cadena de montaje durante 5 años y desde hace 4 años pasa a ser
pensionista por carecer de habilidades para mantener unas actividades sociales mínimas que
posibiliten una inserción laboral, su cuenta se encuentra mancomunada, estuvo implicado en
un único episodio de robo en una tienda aledaña al sitio donde habitaba junto a sus padres y
otro episodio de violencia en la vía pública.
Historia de la Enfermedad:
El paciente inicia a los 15 años el consumo de 30 a 40 cigarrillos de tabaco diarios, 2 a 3
porros casi todos los días y alcoholes destilados y fermentados con patrón de consumo de
forma lúdica los fines de semana.
A los 17 años prueba anfetaminas y alucinógenos. Con 18 años el patrón de consumo de
marihuana pasa a ser diario y en cantidades crecientes excediendo los 20 cigarrillos al día,
con esta edad comienza el consumo de cocaína inhalada llegando a consumir más de 1 gramo
diario, duplicando dicha cantidad al año tras interrupción de relación afectiva. A partir de los
23 años y hasta los 31 el consumo de cocaína se vuelve esporádico.
Tras derivación al Servicio de Psiquiatría por parte del equipo de exploración, a la cual acude
el paciente, es diagnosticado de Trastorno Bipolar continuando en seguimiento por el mismo
equipo de psiquiatras, a pesar de múltiples inasistencias a consulta al inicio del seguimiento.
Evolución:
En el momento actual el paciente se encuentra abstinente a cocaína y alcohol desde hace
meses, sin embargo continúa consumiendo esporádicamente marihuana, aunque se plantea
dejarla por completo. Acude a las terapias de prevención de recaídas mientras que su padre
asiste a las terapias de apoyo destinadas a las familias, tanto el paciente como el padre
comentan encontrarse muy contentos con el proceso de recuperación y los cambios que se
han producido hasta el momento. El paciente se encuentra más comunicativo, la relación con
los padres es más estrecha y sincera, además analiza mejor las alternativas que se le van
planteando, ha disminuido considerablemente el nivel de agresividad e impulsividad, tiene en
mente ayudar de manera sistemática a su padre en el trabajo. En un futuro cercano está
evaluando la posibilidad de viajar al extranjero y trabajar junto a su padre y reconoce que este
hecho puede representar un gran avance en el proceso de su recuperación.
Juicio Diagnóstico:
Diagnosticado con dependencia de cocaína y alcohol con remisión completa mantenida,
abuso de marihuana, trastorno bipolar tipo I y trastorno de la personalidad.
Discusión:
Con este caso clínico se ha demostrado un ejemplo de que los pacientes con trastorno bipolar
con frecuencia presentan en algún momento de sus vidas comorbilidad con un trastorno por
uso de sustancias, soliendo dificultar y retrasar el adecuado diagnóstico del propio trastorno
bipolar.
Además, el uso abuso y dependencia de tóxicos implica un peor curso y complica el manejo
psicofarmacológico y psicoterapéutico de los pacientes. Es importante en este caso la
necesidad de que el entorno aprenda estrategias de protección y límites ante las conductas
disruptivas del paciente, tanto por el bien de la familia como del propio enfermo ya que
pueden suponer desencadenantes para motivación hacia el cambio. Otro punto importante a
detallar es la coordinación entre diferentes servicios y el trabajo en equipo; ejerciendo un
tratamiento combinado y multimodal necesario en este tipo de situaciones.
B) Caso #2:
Descripción:
Paciente masculino de 40 años que acude al Centro de Atención a Drogodependientes por
presentar un consumo de 15 a 30 porros al día, que quiere abandonar debido a la influencia
negativa que puede ejercer en sus hijas.
Situación Familiar:
El paciente es casado desde los 21 años, tiene dos hijas de 7 y 2 años de edad, sus padres y
hermana están vivos y no son consumidores de ningún tipo de sustancia adictiva.
Desde la separación de los padres hace 11 años no mantiene ninguna relación con el padre, a
la madre la describe como muy exigente, descalificadora, muy destructiva y controladora; sin
embargo su esposa, siempre le ha apoyado.
Antecedentes Personales:
Se describe como una persona muy obsesiva, ya que se viste en el mismo orden, necesita
repetir frases antes de salir de casa, todo lo tiene ordenado y controlado, muy exigente
consigo mismo y los demás. Empezó la carrera de ingeniero industrial que abandonó y paso a
telecomunicaciones que después de un tiempo también abandonó, montando su propia
empresa informática con mucho éxito.
Historia de la Enfermedad:
El paciente refiere el inicio del consumo de cannabis a los 16 años en relación con la presión
de su grupo de amigos y su dificultad para las relaciones sociales. Desde entonces está
consumiendo sin periodos de abstinencia. La dosis siempre ha sido superior a 15 porros por
día.
Dice haber intentado abandonar varia veces el consumo sin conseguirlo, ya que se pone muy
ansioso, irritable, de mal humor y no consigue dormir. Cree que ahora los porros le ayudan
con el malestar que siente, ya que desde hace 7 años, empieza a sentirse bajo de ánimo, cada
vez más apático, sin ganas de hacer nada, ni de trabajar. Ha abandonado todas sus relaciones
sociales y ahora sólo sale de casa cuando va con su esposa o sus hijas, también ha dejado sus
aficiones ya que no le atraen ni le entretienen.
Poco a poco ha perdido la empresa que era suya por abandonarla y se ha arruinado, llegando
a perder la propia casa. La esposa empieza a trabajar fuera de casa y él se encarga de los
trabajos domésticos, no se puede concentrar y todo el día le da vueltas a los problemas,
últimamente piensa mucho en la muerte, se siente muy culpable por toda la situación pero no
sabe que hacer con ella.
Evolución:
Debido a la importancia de los síntomas y a la larga evolución de los mismos, se le pone en
tratamiento con un antidepresivo y un hipnótico. El paciente continúa consumiendo y con el
mismo estado de ánimo, a partir del segundo mes consigue la abstinencia y a los 15 días de
conseguirlo comienza a mejorar su estado anímico, empieza a estar activo y plantearse su
futuro, comenzando a trabajar y retirándose él mismo la medicación al mes, continuando la
mejoría hasta la actualidad, manteniendo la abstinencia y sin reaparición de los síntomas
depresivos.
Juicio Diagnóstico:
Se valora la posibilidad de que el paciente presente un trastorno depresivo comórbido al uso
de sustancias, en el sentido más estricto del término (es decir la aparición de dos trastornos de
etiología diferente en un mismo paciente) y un trastorno de ánimo inducido por sustancias;
pero la ineficacia del antidepresivo mientras continúa el uso de cannabis, la mejoría del
ánimo al lograr la abstinencia y el mantenimiento de su estado afectivo a pesar de haber
interrumpido la medicación precozmente, hace decantarse por un trastorno de ánimo inducido
por cannabis.
Discusión:
Cada vez existen mayores evidencias que relacionan el uso de cannabis con la aparición de
esquizofrenia en individuos vulnerables y la exacerbación de episodios psicóticos en
esquizofrénicos. Sin embargo existen pocos estudios que ahonden en la relación del uso de
cannabis y la aparición de trastornos afectivos y estos presentan además resultados poco
consistentes, ya que, en su mayoría se observa que las personas que utilizan cannabis a diario
o esporádicamente presentaban un mejor estado de ánimo y menor número de quejas
somáticas, sugiriendo estos datos que en adultos el consumo de marihuana no reporta un
mayor riesgo de depresión.
8. Conclusiones