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Luis Miguel Glave PERSONERO O CABECILLA aymara es tan compleya como la de los ayllus y los sefiorfos étmicos De cualquier manera, bautizados como caciques por los espafio- les, fueron los mds importantes y polémicos personajes de la etnohistora ~y de la historia a secas— andina Los sefiores naturales andinos, que colaboraron con la conquista 0 que se mantuvieron a la cabeza de grandes 0 medianas poblaciones, agrupadas en distintos niveles segmentados de formaciones sociales y politicas, lograron mantener algunos privilegios y sirvicron a sus pueblos en la defensa de su reproducci6n Caciques gobernadores de Jos repartimtentos, alcaldes mayores de varios pueblos, capitanes de la mita de provincias enteras, alguaciles mayores de los indios de las parroquias de las ciudades, maeses de campo de provincias y ciudades en las movilizaciones armadas, fueron distintos cargos que desempefiaron ante el Estado colonial, manejando a las personas y los recursos de sus sefiorios naturales Hacia adentro, hacia sus pueblos, fueron sefiores, curacas 0 mallkus, con distintos grados de hegemonfa y poder Algunos fueron representantes étnicos leg{timos, otros legi- tumados por su influencia en el mundo exterior, muchos advenedizos y oportunistas, otros exitosos empresarios que garantizaban la media- ci6n en su poder econémico Hasta principios del siglo XVII mantu- vieron la cara étnica de la historia andina, articulada por filiaciones propias 0 reimventadas, que reprodujo formas econémicas y culturales de tipo nauvo La evolucién del conjunto socral colonial determiné que la pobla- ci6n nativa deviniera en un gran campesinado, dividido en indios de hacienda y miembros de pueblos ce indios Todos eran tributarios del Estado colonial, divididos en clases de acuerdo con su acceso a la tierra se abrfa paso una diferenciaci6n campesina de tipo econémico El cumplimiento de determinadas obligaciones a la manera de escalas I a figura hist6rica del jefe idio, el curaca quechua y el mallku DEBATE AGRARIO / 14 56 Luis MicueL GLAave permutfa acceder a los recursos y al poder, mientras en la base se mantenfa el principio de reciprocidad y las filiactones culturales regi- das por el parentesco y las pequefias tradiciones Fue el surgimiento de las comunidades andinas Como grupos fragmentarios, aislados, fueron las células sociales en las que se reprodujo la poblacién andina, con la familia campesina en la base, en un renovado ritmo demografico que dej6 atrds la crisis poblacional A nivel global, sin embargo, surgié una indianidad generalizada los runas, los indios mas alld de su ho- nizonte étnico cultural, con un imaginario colectivo que anclaba en un pasado idealizado y un suefio del futuro para ellos Apoyados en ese imaginario colectivo, los tiltimos curacas andinos del siglo XVIII, que se mantuvieron en la medida de su capacidad econémica m4s que en su legitimidad polftica hacia afuera, propusieron un proyecto de refor- mas con una mayor participacién india en el Estado Su derrota militar determin6 su exclusién polftica Después de la derrota militar de fines del siglo XVIII, la exclusi6n polftica de los curacas y la desaparici6n del funcionario colonial que representaba al Estado en la localidad —el conegidor— significaron la aparici6n de un estamento mestizo intermediario entre los fragmen- tados grupos indios y el Estado colonial La intermediacién se cobraba con parte de los excedentes campesinos apropiados a nivel local Desde entonces los podercs locales llevaron la colonia a 1a localidad, mientras el Estado colonial se derrumbaba Frente a los poderes loca- Ies, los indios se articularon en sus ayllus y parcialdades dentro de comunidades cuyos representantes fueron los alcaldes vara, los varayoc, mandones, segundas, autondades tipo cabildo cuya funci6n era patla- mentar con los poderes locales El poder, cn las comunidades, se redujo a Ja proporcién en que ellas mismas se reproducian En un contexto de cambios, las comunidades se crearon, se fusio- naron y también se fraccionaron Pero hacia fines del siglo XIX, cuando ya en el imaginario rural el Estado peruano, el Estado criollo y sus simbolos se extendian en reemplazo del antiguo orden colonial, los campesinos se vieron precisados a buscar representaciones mds amplias y legftimas, que lograran arrancar del Estado algunas normas de proteccidn 0 que renovaran los viejos pactos entre los indios y los «otros», que conocian como wiracochas Esos representantes de los campesinos indfgenas se llamaron personeros Los gamonales, los poderes locales, los denominaron cabecillas Fueron como una renovada figura de los antiguos curacas, pero esta vez avalados en un imaginano indfgena campesino —los idedlogos urbanos fueron las corrientes mdigenistas~ dentro del Estado criollo, deyando atrés las representa- ciones mentales de 1a sociedad émica Veamos un caso de representacién campesina en una sociedad rural convulsionada, en las punas del sur andino, en un pequefio poblado que surgi6 con el desarrollo de un nuevo mercado El pucblo era Tocroyoc, PERSONERO 0 CABECILLA s7 el personero, Domingo Huarca’ La idea central que se postula es que en un momento hist6rico determinado se produjo un encuentro funda- mental para la vida de los actuales hombres y mujeres de estas localidades Fue la intersecci6n entre el devemr histérico real de sus vidas y una forma 1deolégica o imagen de esa historia y del mundo que ellos se habfan hecho para enfrentar los cambios en sus existencias Ese encuentro fue parte de un proceso violento Viejas contradic- ciones, renacidas en un nuevo momento de desarrollo de las relaciones sociales y de poder, se recrearon y reavivaron Pero también se recrearon compleyas redes de solidaridades internas en el grupo indio homogene1zado en el crisol de la explotaci6n, acompafiadas de un imaginanio colectivo que les daba sustento Esa rmagen de su historia y del mundo sustent6 un fenémeno muy importante para el futuro de estas personas lo que se ha llamado el reconocimiento de las comunidades indfgenas Fueron estas instituciones, que se habian ido cristalizando en el proceso de homogeneizaci6n étnica y fragmentacién social, las que asumieron el papel de depositartas de la ideologfa y de las rescatadas formas de reproduccién cultural y econémica de los campesinos Desde entonces les corresponderfa un papel central en la formacién de una nueva cultura nacional y en la rearticulacién de los campesinos como sector social y econémico dentro de la formacién social conjunta Los que comandaron a los campesinos en todo este proceso, que va desde fines del siglo XIX hasta 1930, fueron sus representantes, personeros que obtenfan el titulo de tales ante las autoridades locales y algunas veces de los propios ministerios nacionales La historia de los pobladores canas hacia fines del siglo XIX fue la del crecimiento de una estrategia campesina de enfrentamicnto del mercado y de reproduccidn biolégica y social Ese crecimiento general de los campesinos debfa chocar conel hambre de recursos que el sector mestizo 0 misti venfa desarrollando desde mediados del siglo XIX Los abusos por expropiacién de tierras se daban desde hacfa un largo tiempo’, pero se agudizaron a fines del siglo XIX, al amparo de una ley que de alguna manera retrotrafa 1a legislacién hasta las normas liberales de micios de la repiblica Se trataba de la ley de 1893 referente a los terrenos indigenas Alguna vez se consider6 que esa ley reconoci6 implfcitamente la existencia de las Hamadas comunidades indfgenas, amparando sus propiedades colectivas en una rcedicién del apoyo estatal que desde la colonia se dio a los indios para garantizar la reserva colomial de mano de obra En esa oportunidad fueron otros los interescs que la originaron Los campesinos pudieron ver en este 1 Gtave Luis Miguel Vida sumbolos y batallas Creacion y recreactén de la comunidad indigena sighos XVI XX (en prensa) 2 Ver sobretodo Mannigue, Nelson Yawar Mayu Sociedades terratenientes serranas 1879 1910 DESCO Lima 1988

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