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Kim:

“Son dioses, no los Dioses, los suyos, pero sus pies van por buen camino”.

-¿Qué aprovecha de matar hombres?

-Muy poco, ya lo sé; pero si no se matara a los hombres malvados de vez en cuando, no sería un buen
mundo para soñadores desarmados”.

“-—¿Y al final qué harás?


—Al final moriré.
—¿Y después?
—Que los dioses lo decidan. Nunca les he fastidiado con oraciones. No
creo que me molesten.”
“Los policías son unos ladrones y unos chantajistas (yo haría patrullar el
camino con una caballería, algunos reclutas jóvenes bajo el mando de un
capitán enérgico), pero al menos no toleran rivales.”
Créeme, de vez en cuando, nosotras las mujeres, oh sacerdote, pensamos
en otras cosas aparte de los hijos. Además, mi hija ya ha tenido su varón
—Nunca hagas amistad con el demonio, un mono o un chico. Nadie sabe
lo que harán a continuación —dijo su compañero.
-Nunca hables con un hombre blanco hasta que haya comido.

Este asunto de los credos es como con la carne de caballo. El hombre


sabio sabe que todos los caballos son buenos para algo, que de todos se
puede extraer un beneficio, y, si por mí fuera, podría creer lo mismo de
todas las religiones
“—Amigo de todo el Mundo —dijo Mahbub, empujando la pipa para que
el chico la limpiase—, he conocido a muchos hombres, mujeres y chicos y
no pocos sahibs. Pero en mi vida me he topado con otro diablillo de tu
especie.
—¿Y por qué? Si siempre te digo la verdad.
—Quizás por esa razón, porque este es un mundo peligroso para
hombres honrados. —Mahbub Ali se levantó del suelo, se apretó el cinto
y se fue hacia los caballos.

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