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Traducción de Christian Delgado Suárez y Renzo I. Cavani Brain.
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Profesor adjunto de Derecho Procesal Civil de la Universidad Federal de Bahía (UFBA). Magíster por la
misma casa de estudios y Doctor por la Pontificia Universidad Católica de Sao Paulo (PUC/SP). Profesor-
coordinador de la Facultad Bahiana de Derecho. Miembros de los Institutos Brasileño e Iberoamericano de
Derecho Procesal. Abogado y consultor jurídico. <www.frediedidier.com.br>.
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Profesora de Derecho Procesal Civil de la Facultad Bahiana de Derecho y de la Universidad de Salvador
(UNIFACS). Magíster (UFBA). Abogada.
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Profesor de Derecho Procesal Civil de la Facultad Bahiana de Derecho. Maestrando (UFBA). Procurador del
Municipio de Salvador, Bahía. Abogado.
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1 Al respecto, conferir ZAVASCKI, Teori Albino. Antecipação de Tutela. 2ª edición, Saraiva, São Paulo, 1999,
pp. 18-21.
2 Las tutelas de certificación de derecho a una prestación, por regla, son inmediatamente seguidas de la tutela
de efectivización de la prestación. Por ello se dice que la tutela condenatoria conjuga certificación y efectivi-
zación –y, en algunos casos, la propia tutela declaratoria–.
3 Sobre las tutelas satisfactivas, enseña José Roberto dos Santos BEDAQUE: “Se destinan a resolver las crisis
de derecho material, los litigios traídos al proceso por las partes, a fin de restablecer el ordenamiento jurídico
y la paz social. Dichas tutelas proporcionan la plena y definitiva satisfacción del derecho, declarándose y
actuándolo prácticamente” (Tutela cautelar e tutela antecipada: tutelas sumárias e de urgência (tentativa de
sistematização). 2ª edición, Malheiros, São Paulo, 2001, p. 109).
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4 Aunque existan, como es sabido, formas anómalas de pérdida de la cautelar: a) por desistimiento de la ac-
ción cautelar (CPC 267 VIII); b) por falta de juzgamiento de la acción principal (CPC 808, I), después de la
efectivización de la medida cautelar; c) por falta de ejecución de la medida rechazada (CPC 808, II); d) por
declaración de extinción del proceso principal, con o sin pronunciamiento de mérito (CPC 808, III).
5 Processo cautelar. 3 ed. Río de Janeiro: Forense, 2006, p. 86 ss.
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6 Es el caso de Humberto Theodoro Júnior, al afirmar que “provisoriedad pertenece a la esencia de la tutela
cautelar, de manera que, en cualquier tiempo, inclusive después de la sentencia, que formalmente termina el
proceso de prevención, siempre le es posible al juez, en una nueva relación procesal, revertir la medida ya re-
chazada, sea para modificarla, sea para revocarla (Código de Proceso Civil, artículo 807)”. El maestro minei-
ro resalta, tan solamente, el caso del artículo 810 del CPC, cuando el juez, en el contexto de la cautelar, acoge
la excepción de prescripción o caducidad (Curso de Direito Processual Civil. V. II. Río de Janeiro: Forense,
2000, pp. 377-378). Similar es el posicionamiento de Galeno Lacerda que trae, sin embargo, mayor número
de excepciones. Afirma que la tesis solo se aplica a las cautelares “preventivas” y no a las “represivas” –por
ejemplo, atentado e incidente de falsedad– pues, en estas últimas, habría definitividad una vez que el juez
se inclina por los hechos del litigio para restituirlos al estado anterior (Comentários ao Código de Processo
civil. 5ª edición, v. 8, T. 1, Forense, Río de Janeiro, 1993, pp. 227-228).
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7 V. LACERDA, Galeno. Comentários ao Código de Processo civil, v. 8, T. 1, cit., p. 277 ss.; THEODORO
JR., Humberto. Curso de Direito Processual Civil, v. 2, cit., p. 377 ss. Ovídio Baptista da Silva, a pesar de
repudiar los argumentos expuestos por otros autores para justificar la inexistencia de cosa juzgada cautelar
–como la ausencia de sentencia de mérito o la provisoriedad de su decisión–, les sigue en su conclusión. El
autor defiende que la sentencia cautelar no pasa en cosa juzgada, pero por otra razones; entiende que ello
“proviene de la ausencia de cualquier declaración sobre relaciones jurídicas que puedan ser controvertidas en
la demanda cautelar. El juez, al decidir la causa, se limita a la simple plausibilidad de la relación jurídica de
la que el actor se afirma titular y la existencia de una situación de hecho de peligro. Ahora, como se sabe, la
decisión sobre los hechos jamás adquiere el sello de indiscutibilidad, pues sobre ellos no se extiende la cosa
juzgada (art. 469, CPC) (...). El juez de la futura demanda, al reapreciar la misma causa y decidir de modo
diverso, nunca podría agredir una declaración sentencial contenida en el primer juzgamiento, pues la primera
sentencia, por definición, nada declaró respecto de cualquier relación jurídica” (Processo cautelar. Ob. cit.,
p. 185).
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Pues bien.
Satisfactiva: Certifica-
ción o efectivación
Tutela definitiva
(Completa y apta a
la inmutabilidad)
No satisfactiva:
aseguratoria, cautelar.
8 PASSOS, José Joaquim Calmon de. Comentários ao Código de Processo Civil. v. 10, RT, São Paulo, 1984,
p. 237.
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9 “En efecto, concedida la tutela en base a cognición sumaria, es viable que ocurra que, con el devenir de la
instrucción (...), resulte demostrado que no es verdadera la situación fáctica invocada para la concesión de la
medida, que el riesgo de daño nunca existió, que la apariencia, en base de la cual el juez tomó su decisión,
no correspondía a la realidad. En tales casos, aunque no haya habido propiamente un cambio en el estado de
hecho, sino solamente la mudanza en el estado de la prueba del hecho, la medida podrá ser revocada o modi-
ficada. Y aquí reside el argumento básico para sustentar la inexistencia de cosa juzgada en esta especie de tu-
tela” (ZAVASCKI, Teori Albino. Antecipação de Tutela. 2ª edición, cit., pp. 35-36). Es lo que dice Zavascki,
aunque el actor encuadre la tutela cautelar como modalidad de tutela provisoria –considerándola sumaria o
precaria–.
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Anticipada satisfactiva
Tutela anticipada
Tutela provisoria
(anticipa los efectos
(Sumaria y precaria)
de la tutela definitiva)
Anticipada cautelar
10 “(...) el tiempo transcurrido entre el pedido y la concesión de la tutela satisfactiva, en cualquiera de sus moda-
lidades, puede no ser compatible con la urgencia de determinadas situaciones, que requieren soluciones inme-
diatas, sin lo que quedará comprometida la satisfacción del derecho” (BEDAQUE, José Roberto dos Santos.
Tutela cautelar e tutela antecipada: tutelas sumárias e de urgência (tentativa de sistematização). 2ª edición,
Malheiros Ed., São Paulo, 2001, p. 113).
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ii. De otro lado, en el curso del proceso, es posible que ocurran eventos
que coloquen en riesgo la futura realización del derecho ya certifica-
do (ej.: si el reo se deshace de los únicos bienes que podrían respon-
der por una eventual condena).
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12 NEVES, Daniel Amorim Assumpção Neves. “Tutela Antecipada Sancionatória”. En: Revista Dialética de
Direito Processual. Dialética, Nº 43, São Paulo, 2006, pp. 18-19.
13 ZAVASCKI, Teori Albino. Antecipação de Tutela, 2ª edición, 1999, cit., p. 27.
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14 Daniel Mitidiero adiciona otra característica a la tutela anticipada: la interinidad. Y esclarece que:
“Interinidad, aquí, no va utilizada como un sinónimo de provisoriedad, de modo como va empleada normal-
mente por la doctrina en general, aunque sea una de las acepciones posibles del término. Al registrar que la
anticipación de tutela satisfactiva, en nuestro derecho positivo, es interina, queremos referir que ella es to-
mada en determinada fase del procedimiento, no teniendo autonomía procesal. Vale decir: concedida o no la
anticipación de tutela, proseguirá el proceso hasta el final del juzgamiento” (MITIDIERO, Daniel Francisco.
Comentários ao Código de Processo Civil. Tomo III. Memória Jurídica Editora, São Paulo, 2006, p. 68).
15 “(...) la cautelar es una medida habilitada para tener siempre duración limitada en el tiempo, no siendo su-
cedida por otra del mismo contenido o naturaleza (esto es, por otra medida de garantía), razón por la cual
la situación fáctica por ella creada será necesariamente deshecha al término de su vigencia; la anticipatoria
puede tener sus efectos perpetuados en el tiempo, pues está destinada a ser sucedida por otra de contenido
semejante, la sentencia final de procedencia, cuya ocurrencia consolidará de modo definitivo la situación fác-
tica proveniente de la anticipación” (ZAVASCKI, Teori Albino. Antecipação da tutela, cit., p. 57). Nótese que
esta última lección solo es correcta en los casos de tutela anticipada satisfactiva (no cautelar).
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16 Trazando esa distinción, Luiz Guilherme Marinoni asevera que “la tutela cautelar tiene por fin asegurar la
viabilidad de la realización de un derecho, no pudiendo realizarlo. La tutela que satisface un derecho, aunque
esté fundada en juicio de apariencia, es ‘satisfactiva sumaria’. La prestación jurisdiccional satisfactiva suma-
ria, pues, nada tiene que ver con la tutela cautelar. La tutela que satisface, por estar más allá del asegurar, rea-
liza una misión que es completamente distinta de la cautelar” (A antecipação da tutela. 8ª edición, Malheiros
Ed., São Paulo, 2004, p. 124).
17 José Roberto dos Santos Bedaque, a pesar de que adopta una opinión diversa, informa que “hay quien identifique
en el género tutela de urgencia dos especies distintas: la cautelar y la anticipatoria, ambas destinadas a evitar que
el tiempo comprometa el resultado de la tutela jurisdiccional (...). Se distinguen, sin embargo, por el carácter satis-
factivo de una, inexistente en la otra. Las medidas cautelares ejercerían en nuestro sistema solamente la función de
asegurar la utilidad del pronunciamiento futuro, mas no anticipar sus efectos materiales, o sea, aquellos pretendidos
por la parte en el plano sustancial. La diferencia fundamental entre ambas residiría, pues, en ese aspecto provisoria-
mente satisfactivo del propio derecho material cuya tutela es pleiteada de forma definitiva, ausente en la cautelar e
inherente en la anticipación” (BEDAQUE, José Roberto dos Santos. Ob. cit., p. 27).
18 En el fondo, todos confundían la anticipación o adelantamiento de la ejecución (que normalmente vendría
después de la sentencia de cognición completa), tal como ocurre en las acciones ejecutivas de títulos ex-
trajudiciales, especialmente en el artículo 585, II [475-O, CPC], y la aseguración de la prestación, peculiar
solo de algunas acciones cautelares, pues está ausente de cualquier ‘ejecución’ en las acciones de producción
anticipada de la prueba y en la mayoría de las acciones de exhibición” (Comentários ao Código de Processo
Civil. 2ª edición, T. 12, Forense, Río de Janeiro, 2003, pp. 3-4, texto entre colchetes acrescentado). Sobre el
tema, también, SILVA, Ovídio Baptista da. Do Processo Cautelar. 3ª edición. Forense, Río de Janeiro 2006,
pp. 42-67.
19 Hágase el registro: esa imagen es creación de Pedro Caymmi, Profesor de la Facultad Rui Barbosa (BA),
cuando uno de los autores de este artículo fue alumno suyo, en setiembre de 1998.
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20 Adroaldo Furtado Fabrício da una importante explicación de la razón de ser de la mayor profundidad de la
cognición exigida en tutela anticipada (atributiva), digna de nota literal: “En sede cautelar, ciertamente se
hace algún examen de esa pretensión, pero con la única intención de determinar si ella es posible (presencia
del fumus boni iuris) y si la demora inherente a la actividad procesal puede poner en riesgo su resultado prác-
tico (periculum in mora). No así en la hipótesis de anticipación de tutela: ahí, el sopeso de la probabilidad del
suceso de la postulación ‘principal’ (y única) se hace para otorgar desde ya al postulante el bien de la vida
que, de no ser así, solo le podría ser atribuido por la sentencia final” (“Breves notas sobre provimentos ante-
cipatórios, cautelares e liminares”. Estudos de Direito Processual em Memória de Luiz Machado Guimarães.
José Carlos Barbosa Moreira (coord.). Forense, Río de Janeiro, 1999, pp. 27-28).
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Presupuestos
Puede presuponer urgencia o no. Siempre presupone urgencia.
(urgencia)
Completa
Cognición Sumaria Sumaria es la cognición del
derecho cautelado.
Satisfactiva: certifica-
ción o efectivización
Tutela definitiva
(completa y apta a
la inmutabilidad)
No satisfactiva: cautelar
Anticipada satisfactiva
Tutela anticipada
Tutela provisoria
(anticipa los efectos
(sumaria y precaria)
de la tutela definitiva)
Anticipada cautelar
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21 “(...) la tutela jurisdiccional presupone la afirmación de una situación material, presupone también que la
misma sea objeto de investigación judicial, culminando con el reconocimiento de la alegada situación jurídi-
ca material por el pronunciamiento judicial que decide la causa, proporcionando, así, que el proceso alcance
su propósito, que es la actuación del derecho material” (MAFFINI, Rafael Da Cãs. “Tutela Jurisdicional: um
ponto de convergência entre o Direito e o processo”. En: Revista de Direito Processual Civil. Año 4, Nº 14,
Gênesis, Curitiba, 1999, p. 725).
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22 José Roberto dos Santos Bedaque, aunque reconozca discordar de la mayoría, adopta un pensamiento diver-
so. Entiende que cautelar sería el género, del cual la tutela anticipada sería la especie: “(...) la anticipación
de los efectos de la tutela final no se revela incompatible con la naturaleza cautelar de la medida judicial.
La aceptación de esa premisa está directamente vinculada a la manera por la cual se determina el tipo de
relacionamiento entre anticipación y tutela final. Insertar el proveimiento anticipatorio en la categoría de la
tutela cautelar implica la necesidad de adecuar tal finalidad y el contenido satisfactivo a la estructura de esa
modalidad de tutela jurisdiccional. Es imperioso que el fin anticipatorio de la tutela cautelar no contraríe su
configuración estructural y legal (...). Antes de nada, conviene fijar el significado de la expresión anticipato-
rio. Si la consideramos en sentido bien amplio, toda tutela cautelar, inclusive las conservativas, tienen cierto
contenido anticipatorio. El embargo, por ejemplo, anticipa una posible garantía a ser determinada en la eje-
cución”. Más adelante, el autor esclarece que la tutela anticipada tendría naturaleza cautelar, por cuanto: “No
obstante satisfactivas, no pierden el nexo de instrumentalidad con la tutela final, esta sí destinada a solucionar
definitivamente la cuestión del derecho material. Por ello, son cautelares” (BEDAQUE, José Roberto dos
Santos. Ob. cit., pp. 127 y 134).
23 Aún defendiendo la naturaleza cautelar de la tutela anticipada, cuando se conceda con base en una situación
de peligro, tenemos a Carlos Alberto Alvaro de Oliveira (“Alcance e Natureza da Tutela Antecipatória”. En:
Revista de Processo. Nº 84, RT, São Paulo, 1996, p. 15) y Antonio Cláudio da Costa Machado (“Observações
sobre a natureza cautelar da tutela antecipatória do art. 273, I, do CPC”. En: Reforma do Código de Processo
Civil. Sálvio de Figueiredo Teixeira (coord.). Saraiva, São Paulo, 1996, pp. 216-219), Marcelo Lima Guerra
señala que, a su ver, en la hipótesis del artículo 273, I, CPC, la anticipación de tutela es prestación de tutela
cautelar, pues “tiene función idéntica a la de todas las medidas cautelares, a saber, la garantía del resultado
útil (efectividad) de la decisión final” (Estudos sobre o Processo Cautelar. Malheiros Ed., São Paulo, 1997,
p. 98).
24 Hay fundamento para esa identificación entre las tutelas anticipada y cautelar. Es que en el derecho extranjero
no se distinguen, ambas son insertadas en la rúbrica común de la tutela cautelar, no siendo raro siguiendo
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el mismo régimen procesal. Allá, lo que más importa, es contener el peligro en la demora (THEODORO
JR., Humberto. “As liminares e tutela de urgência”. Inovações sobre o Direito Processual Civil: Tutelas de
Urgência. José Manoel Arruda Alvim Netto e Eduardo Arruda Alvim (coord.). Forense, Río de Janeiro, 2003,
p. 267). Athos Gusmão Carneiro hace un interesante cuadro de derecho comparado en Da antecipação de tu-
tela. 5ª edición, cit., pp. 13-15. La aproximación sería razonable partiéndose de la premisa de que ambas son
fundadas en urgencia. Pero ello puede no suceder con la tutela anticipada satisfactiva, como hemos visto,
hecho que impide se adopte esa premisa en este trabajo.
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