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ÍNDICE

LA PLANIFICACIÓN EN LA CONSTRUCCIÓN DE PROYECTOS 2

- LO LÚDICO COMO EJE DE PROPUESTA

- PLANIFICAR MÁS ALLÁ DE LA ACTIVIDAD

- PLANIFICACIÓN OPERATIVA

- PARA CONCLUIR

BIBLIOGRAFÍA 11

- LECTURAS SUGERIDAS

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La planificación en la construcción
de proyectos sociales
LO LÚDICO COMO EJE DE PR OPUESTA

Al Intentaremos llevar adelante algunas ideas y conceptos en torno


a planificar proyectos, acciones, intervenciones desde una lógica
comunitaria.

Así mismo avanzaremos en la pretensión de vincular los conceptos


de Juego y de Planificación. Lo primero que podemos pensar en relación
a esto es: ¿cómo podría un juego habitar una planificación sin dejar
de ser lo que es? Y, de otra forma, ¿cómo una planificación puede dar
lugar a un juego?

Una afirmación que decidimos caminar es entender a lo lúdico


como herramienta de transformación social, cultural y política lo cual nos
pone de cara a que la proposición de dispositivos y propuestas lúdicas
impulsan un sentido cultural, social y político.

Entendemos a la intervención lúdica y comunitaria desde y como


un modo de participación popular.

Es preciso comprender que el juego es libre, ficcional, que si bien


posee reglas estas suelen modificarse desde la propia interacción entre
los sujetos. Todo esto supone un tipo de planificación lo suficientemente
amplia y flexible para que el juego pueda existir y desenvolverse. La
planificación deberá generar un marco que permita en el juego una
intención más allá del mero jugar, si solo de jugar se tratase
posiblemente no se establecería una planificación para esto.

A menudo la palabra planificación nos adormece y la cargamos de


un tinte denso y complejo. No obstante si volvemos nuestra mirada sobre
nuestras acciones de la vida cotidiana permanentemente estamos en
procesos de planeamiento. Planificar es prever y tomar decisiones.

Abunda bibliografía y matices conceptuales respecto de la


planificación. Históricamente primaron ideas tradicionales de la
planificación la cual comprende que el proceso de planeamiento debe ser
realizado por actores externos. Desde esta lógica son los técnicos –
tecnócratas- son quienes saben las prioridades sociales, necesidades
objetivas, las mejores soluciones y la estrategia a aplicar.

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En este sentido la autoridad planificadora no se plantea
negociación alguna con los demás actores que pudieran estar
involucrados y supone que el contexto en que pretende insertar su acción
será relativamente estable y/o predictible a lo largo del curso de ejecución
del proyecto.

Cabe decir que muchas veces será preciso acudir a esta lógica de
planificación tradicional dado que las circunstancias así lo requieren. Hay
problemas sociales que en determinado contexto y situaciones requiere de
toma de decisiones que vayan en esta lógica más lineal y asistencial si se
quiere. Lo que objetamos o advertimos es que habrá que poder distinguir
qué acciones o proyectos ameritan ir por esta perspectiva y cuáles irían
por procesos más estratégicos y participativos. Justamente en oposición y
a veces de manera complementaria nos arrimamos a la idea de una
planificación estratégica.

Es un proceso de construcción colectivo donde se busca reducir


las distancias entre la reflexión y la acción, entre el conocimiento y la
práctica. Permite comprender mejor los procesos de cambio,
reproducción y transformación en los espacios en que actuamos. Dicho
enfoque comprende que la problemática y lo que decidimos ir en busca de
transformar es un campo de confrontación y tensión. Es decir que se abre
la puerta a vivir, sentir y comprender que los conflictos son una
manifestación singular de las complejidades que cada sociedad va
construyendo. Por lo tanto, como vemos, esta mirada incluye a los sujetos
como protagonistas de las acciones y comprende a la realidad como
turbulenta e impredecible.

La planificación estratégica contará con las siguientes


características y en ellas reside la potencia de albergar a las propuestas
lúdicas en su forma más rica:

- Está construida de forma colectiva. La planificación estratégica


no es bajada unidireccionalmente desde el promotor/coordinador
al resto de los participantes. El promotor deberá garantizar lo
necesario para que los deseos y los intereses de todos sean
incluidos dentro de la planificación. Como así también el mismo
será pensado como parte orgánica de ese grupo y no un sujeto
ajeno a esto.
- Contemplará el contexto, en el cual se desarrollen las actividades,
esto alude no solo a las cuestiones materiales como el espacio con
el que se cuenta, el equipamiento, los dispositivos tecnológicos
sino también por ejemplo los modos y las costumbres del lugar, los
intereses y las creencias, los contextos sociopolíticos, las
realidades cotidianas etc.

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- Será sumamente flexible, y en esto debemos destacar que la
interpretación de lo inesperado no solo será una posibilidad sino un
hecho en sí mismo. Debemos comprender que para asegurar la
libertad del juego como fenómeno grupal debemos asegurar cierto
marco de sorpresa incluso, o, sobre todo, para nosotros mismos.
No podríamos proponernos provocar el juego si ya tenemos los
destinos del mismo demarcados.

La planificación, si pretende trascender lo inmediato, deberá


poderse comunicar y ser un instrumento que aporte en un sentido más
global. Una pieza que permita armar un rompecabezas donde las
preguntas y las respuestas son generadas desde nuestras propias
miradas como promotores de lo lúdico. Si la planificación puede ser
leída y pensada por otros puede sumar a ese valioso nuevo campo del
saber que está en permanente construcción y que pretende pensar
nuestra propia existencia y no solo leer lo que otros han pensado de
nosotros y para nosotros.

Por otro lado, en los ‘70 surge la llamada planificación


participativa. Básicamente recupera saberes populares para incluirlos
en la toma de decisiones que implican los procesos de planificación.
La planificación participativa concibe al otro como un semejante, un
ciudadano, cuyo saber es complementario, con derechos y
responsabilidades para intervenir en la gestión, desde la identificación
de los problemas, la determinación de prioridades, la intervención en
las actividades y la evaluación (Nirenberg, 2013).

PLANIFICAR MÁS ALLÁ QUE LA ACTIVIDAD

Los procesos de planificación en los colectivos sociales suponen


simultaneidades. Es decir, mientras podemos estar planificando una
actividad para intervenir en una plaza con una fecha determinada también
podemos estar planificando-nos como organización. En este sentido,
queremos apostar a trascender lo concreto de situar la planificación a una
actividad y pensar a su vez en el conjunto que le da sentido a esa actividad.
Es decir, en qué trama institucional, social, cultural y política se encarna
esa actividad o proyecto.

Retomando, la idea de planificación estratégica, es definida


como un proceso grupal que ayuda a decidir en forma anticipada qué se
quiere lograr, para quién, cómo lograrlo, dónde y con qué recursos e
instrumentos. Así mismo aparece como un proceso de reflexión
orientado y dirigido a la acción. Es el momento en que se diseñan y

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ordenan las acciones que cada etapa requiere para alcanzar los objetivos
propuestos. Es un medio, una herramienta de trabajo que puede ser
utilizada en los distintos niveles de toma de decisiones.

En esta concepción estratégica de la planificación se entiende


que el impulso de transformación no surge de “arriba para abajo” o de
“abajo para arriba” sino desde donde se puede, desde donde se generan
las propuestas más innovadoras o la estrategia más exitosa.

Toda planificación es un desafío, que puede articular la lógica


de la formulación con la lógica de la realización. Es decir que exista
coherencia entre lo que proyectamos hacer y lo que hacemos finalmente.

Para ello retomamos algunas preguntas orientadoras:

¿CON QUIÉNES?

La planificación estratégica concibe la necesidad de incluir en el


proceso de planificación la mayor cantidad posible de los actores que
están vinculados a la situación que se desea transformar.

¿CÓMO PIENSA A ESOS ACTORES?

Cuando hablamos de actores no solo nos referimos a personas


individuales sino también colectivas. Cada actor tiene una percepción
distinta sobre las situaciones que se presentan, esas percepciones están
vinculadas con el proceso de desarrollo y socialización de cada uno, por
el cual se va conformando un marco cultural que nos provee de
instrumentos conceptuales para ver ciertas cosas y no otras, para
relacionarlas e integrarlas de determinadas maneras.

- Los actores se diferencian en ese escenario en términos de sus


intereses, objetivos y escalas de valores.

- Cada actor posee recursos, conocimientos y/o capacidades


diferentes que puede aportar a la acción e interacciones que se
produzcan.

- Cada actor tiene una posición dentro del escenario la cual está
ligada a los recursos de poder que controla.

- Todo actor tiene una posición ideológica o sistema de valores


que actúa resaltando ciertos hechos al tiempo que oculta o minimiza la
importancia de otros.

- Todo actor pone en juego su experiencia y tenderá a repetir


aquellas que han sido exitosas.

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Es conveniente que la planificación incluya el mayor grado de
participación que sea posible, con responsabilidad compartida de todos los
involucrados.

Debe procurarse que cada actor exprese sus problemas y


necesidades, intereses, preocupaciones y expectativas y combinar todos
los puntos de vista.

¿POR QUÉ?

Existen dos cuestiones básicas: la primera deriva de una


determinada forma de pensar la realidad en la cual estamos inmersos y es
una idea “conceptual”, la segunda corresponde a una visión “operativa”
que se deriva de la anterior.

La realidad es concebida como una totalidad de la cual el sujeto


que planifica forma parte y sobre la cual proyecta actuar. Esta realidad se
presenta al sujeto como una serie de fenómenos, hechos, sucesos, y a la
vez oculta lo que llamamos su esencia, constituida por las múltiples
relaciones, determinaciones que la constituyen. La forma de acceder a
dicha “esencia” es a través de un proceso intelectual –de reflexión- y no
accedemos a la comprensión de la misma en su totalidad.

La planificación implica realizar ese proceso de reflexión sobre la


realidad e incorporar la característica que tiene de ser dinámica,
multiactoral e histórica. Constituye una forma de abordar la complejidad de
la realidad actual.

¿PARA QUÉ?

En principio tiene como objetivo el “transformar una situación no


deseable”.

Esta situación es percibida o evidenciada como un problema, como


que “algo no está bien”, pero una vez que el problema o esta percepción
es enunciado implica que “demanda ser atendido”.

Ahora debe tenerse en cuenta que cuando un problema es


“enunciado” esto implica que ya existe una determinada elaboración sobre
el mismo.

Es una herramienta para la toma de decisiones, es decir para


escoger una alternativa entre aquellas viables, considerando los factores
involucrados y las diferentes posibilidades.

¿CÓMO?

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Toda planificación implica las siguientes instancias:

- Investigación y diagnóstico: se obtienen datos e información y


se determinan cuáles son los problemas, necesidades y recursos
más importantes y urgentes, al mismo tiempo que se hace una
línea de acciones a futuro.
- Programación: consiste en definir qué se quiere hacer, para qué,
porqué, quienes, cómo, cuándo, dónde y con qué. Es lo que
llamamos la “formulación del proyecto”.
- Ejecución: algunos autores no la incluyen como instancia de
planificación, pero si pensamos al proyecto como herramienta de
trabajo debe ser adicionada. Esta es la puesta en marcha de las
actividades previstas y programadas. En ella debemos mantener
una coherencia entre el pensamiento y la acción, tratando de tener
una actitud reflexiva, pues toda actividad debe ser sometida a un
análisis grupal. En este momento se confronta lo planificado con la
realidad existente, es cuando se deberá replantear o reafirmar lo
establecido.
- Evaluación: instancia de revisión y medición del proceso de
planificación.

¿CON QUÉ?

En principio, toda planificación supone un buen conocimiento de


los medios de que se dispone: personas con las que se cuenta,
recursos materiales, técnicos, financieros, etc.

Respecto de los recursos humanos adherimos a una concepción


estratégica que considera que los recursos humanos no están “dentro”
de las organizaciones sino que más bien “son” las organizaciones y
que estas son recortes de la estructura social donde la coacción, la
cooperación, la competencia o el conflicto forman parte de una
dinámica específica pero atravesada por los determinantes más
amplios de la sociedad en su conjunto a la que contribuyen a construir.

¿CUÁNDO?

La planificación es una reflexión para intervenir en una realidad que


tiene su propia dinámica. Por lo cual no es posible imaginar una
intervención que ignore las fuerzas que han construido este presente
y que incluye los gérmenes de un futuro posible. Por eso hablamos de
una imprescindible articulación entre historia y planificación.

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En cuanto a la cuestión operativa las instancias o momentos no
podrían guardar entre sí ninguna rigidez secuencial, debe ser posible
comenzar por cualquiera de ellos y de allí “subir”, “bajar”, “retroceder”
o “avanzar” en un sentido dinámico. Pero tampoco podrían ser
independientes, ya que cualquier cambio en uno de ellos puede obligar
a cambiar el cálculo de todos los otros.

Vinculado a lo anterior, la flexibilidad como la capacidad de


adaptarse a las circunstancias cambiantes es un requisito en el
proceso de planificación.

Finalmente, debe tenerse en cuenta que los procedimientos


operativos son válidos para un determinado grupo, período de tiempo
y lugares, no tienen validez a-histórica y a-temporal.

PLANIFICACIÓN OPERATIVA

La planificación operativa es una desagregación de la planificación


estratégica (de largo plazo) en programas y proyectos (de corto plazo).
Dicha desagregación se realiza a partir de ciertos pasos metodológicos
específicos, que se ordenan en una secuencia lógica de acciones y que
posibilita:

Materializar objetivos, organizar las actividades y acciones


concretas, unificar criterios y tomar decisiones a corto y mediano plazo,
prever recursos, prevenir dificultades (nuevos problemas), medir
resultados.

Un proyecto implica un grupo de acciones que tienen como


propósito lograr determinados cambios en relación a la problemática en la
que se interviene.

Todo proyecto social es:

 Un escenario en el que interactúan (o no) diferentes actores


sociales: organizaciones populares, técnicos y funcionarios del Estado,
organizaciones no gubernamentales, partidos políticos;

 Una unidad de planificación social, con coherencia interna y


externa, con tiempo y recursos acotados, que se inserta en procesos
preexistentes de la realidad, en interacción con contextos más amplios y
que modifica las relaciones de todo tipo entre los actores involucrados;
Un espacio de intercambio de información y articulación de grupos e

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instituciones, en un juego de alianzas y resistencias, de negociación y de
incertidumbres;

 Un ámbito para el aprendizaje social de todos los actores y


particularmente para la transferencia de conocimientos y habilidades en
materia de planificación y desarrollo organizacional que potencie a todos
los actores sociales involucrados.

Toda planificación operativa se entiende desde tres ejes:

1. Actores e intereses, que operan de manera diferente en


distintas fases o momentos del proyecto.

2. Organizaciones, que proporcionan reglas del juego de manera


formal o informal.

3. Protagonistas, que tienen diferentes oportunidades para


influenciar decisiones a lo largo del proceso.

A su vez encontramos cuatro complejidades presentes en


todo planeamiento:

 Cuando se aprueba o se lanza un proyecto la historia recién


comienza.

 No hay fórmulas que aseguren la mejor manera de llevarlos


adelante.

 Tanto la formulación escrita como el modo de gestionar y llevar


adelante el proyecto tienen una influencia determinante en los “efectos”
del mismo.

 La planificación estratégica funciona como la navegación con


cartógrafo a bordo.

PARA CONCLUIR

Retomamos la pregunta inicial respecto de cómo hacer dialogar el


supuesto estructurante del tiempo planificado y el carácter impredecible
del juego y lo lúdico; entre lo planificado y lo improvisado. Queremos
dejar en claro la necesidad de generar un acercamiento practico entre
estos dos conceptos. La planificación debe servir como andamiaje en la
tarea del promotor pero no por eso limitarla. La improvisación aparecerá

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cada vez que alguien proponga un juego, adaptando y reformulando cada
vez que haga falta. Si creyéramos que todo puede ser planificado la
práctica cotidiana nos demostraría que no, bastaría con preguntarle a
cualquiera en cualquier parte que se haya acercado a otro teniendo “todo
planeado” para aseverarlo. Por otro lado, la improvisación si se exagera
evitará que la intervención tenga el sentido que nos proponemos, que se
contemplen los contextos y las realidades, que se valoren los deseos y las
expectativas de los otros. En fin, la práctica será vacía por completo.

Sería interesante proponer una planificación que aumente las


posibilidades del juego en lugar de obturarlas, que le ponga un piso a
nuestra tarea pero nunca un techo, que sea creada y recreada por el
promotor en vínculo permanente con el otro. Que sepa y respete
quienes somos y desde ese lugar nos invite a jugar.

Por último, redoblar la apuesta a que la construcción de una


intervención lúdica debe poder conectar con cuestiones que
trasciendan el en-sí de los juegos que proponemos. Debemos poder leer
y provocar la dimensión que los trasciende y los contiene. Estamos
convencidos que en esa trascendencia, en esa apuesta se anida la clave
de comprender al juego y al jugar como herramientas de transformación
social, cultural y política.

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BIBLIOGRAFÍA

- DGCyE (2004) La planificación, una hipótesis para orientar la


enseñanza en Educación Física.
- Fournier, et al (2015) Gestión de organizaciones sociales.
CENOC. UNSAM. Módulo 2. Diplomatura en fortalecimiento de
las capacidades de gestión de organizaciones sociales
territoriales.
- Natalini, Marisa (2004) Programa de Formación Lúdica y Técnica.
Recursos Lúdicos para el Voluntariado Social. Asociación Civil
Agora Ludus. Ministerio de Derechos Humanos de GCBA 2004.
Apuntes de Taller de Elaboración de proyectos de Intervención
Comunitaria.
- Nirenberg, Olga (2013). Las intervenciones sociales. Buenos
Aires.

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