Professional Documents
Culture Documents
que, aun encontrándose fuera de la Constitución, por su contenido garantista de los derechos
humanos, tiene rango constitucional. Estas normas vinculan a los miembros de los Estados que
han ratificado tales instrumentos internacionales. Las normas internacionales amparan y
protegen; desde este punto de vista, todo ser humano posee una doble garantía de sus
derechos, por las normas internas del Estado al que pertenece o donde se encuentre, y en
forma externa por el Derecho Internacional. Esta supremacía que tienen los tratados
internacionales de Derechos Humanos está dada por la remisión que la propia Constitución
haga, la cual obliga a su aplicación directa en caso de conflicto o ausencia de regulación en el
derecho interno, como se señala en los artículos 11 numeral 3 y 426 de la Constitución, citados
a continuación:
“Así, la Constitución es criterio de validez para las normas de derecho interno, pues es ella la
que determina la forma en que esas normas deberán producirse. Sin embargo, en el caso de
las normas internacionales es el sistema internacional que lo hace, en específico la Convención
de Viena sobre los Tratados, pues allí encontramos los criterios para la elaboración de las
normas internacionales”.
Lo relevante del criterio de este autor consiste en reivindicar el papel de la Constitución
como la puerta de entrada del sistema normativo internacional al nacional de un Estado,
en tanto articula la aplicación de ese sistema en el orden jurídico interno.
Otro criterio importante del bloque de constitucionalidad consiste en ratificar y reiterar que
todos los Estados deben someterse a los principios del Derecho Internacional y de los
tratados internacionales sobre derechos humanos para no hacer una interpretación de la
CADH por debajo del contenido señalado, en relación con cada derecho, por la Corte IDH,
tanto en sus sentencias como en sus opiniones consultivas. Julián Daniel López-Murcia
señala lo siguiente: “Si cada Estado Parte pudiera apartarse “hacia abajo” de la
interpretación de los derechos señalada por la Corte Interamericana, la protección
derivada de la Convención Americana sería mínima o, incluso, inexistente, pues cada
Estado podría señalar a cada derecho el contenido que se le “antojara con el fin de que no
se declarara su incumplimiento de la Convención y su correspondiente responsabilidad
internacional.”
“Si cada Estado Parte pudiera apartarse “hacia abajo” de la interpretación de los derechos
señalada por la Corte Interamericana, la protección derivada de la Convención Americana
sería mínima o, incluso, inexistente, pues cada Estado podría señalar a cada derecho el
contenido que se le “antojara con el fin de que no se declarara su incumplimiento de la
Convención y su correspondiente responsabilidad internacional.” Los tribunales y cortes
constitucionales tienen la responsabilidad de enmarcar sus actos en los preceptos
normativos de los instrumentos internacionales sobre derechos humanos. Para ello, es
fundamental que precisen precedentes jurisprudenciales y líneas hermenéuticas para el
conjunto de operadores jurídicos y administradores de justicia, porque no se trata que
solamente los magistrados de la CC asuman el control de constitucionalidad y
convencionalidad en el cumplimiento de sus atribuciones, sino que esa se convierta en una
política constitucional de los jueces ordinarios, lo cual ha sido disminuido con sentencias
del máximo organismo constitucional -en Ecuador- sobre el control difuso de
constitucionalidad. El compromiso de los jueces de primer nivel con los derechos humanos
deben expresarse cuando activen el ejercicio del control difuso de constitucionalidad y no
cuando se ven limitados a suspender la tramitación de las causas para enviar en consulta
la constitucionalidad e inaplicación de normas que consideren contrarias a la Carta
Máxima. En tal virtud, los jueces de la CC deben expresar también sus compromisos con
el sistema interamericano mediante la definición de parámetros de interpretación que
contribuyan a fortalecer a los administradores de justicia ordinaria para que también se
fortalezcan como jueces constitucionales aplicando directamente los mandatos de
instrumentos internacionales como la CADH. (O) Lectura estimada: 4 minutos Contiene:
782 palabras Visitas: 8399 Enlace corto:
Esta noticia ha sido publicada originalmente por Diario EL TELÉGRAFO bajo la siguiente
dirección: https://www.eltelegrafo.com.ec/noticias/judicial/1/el-bloque-de-constitucionalidad-
en-la-interpretacion-constitucional
Si va a hacer uso de la misma, por favor, cite nuestra fuente y coloque un enlace hacia la
nota original. www.eltelegrafo.com.ec
DIPO 3
Como nos dice Juan Motañana Pinto en su obra denominada “La teoría constitucional
latinoamericana”[1] han existido históricamente 4 momentos trascendentes que se
pueden diferenciar en cuanto a la aplicación de los instrumentos internacionales en el
ordenamiento jurídico interno de un Estado: En un primer momento se aplicaba la teoría
clásica, en virtud de la cual existía un divorcio total entre el derecho interno y el derecho
internacional, por tanto solamente era aplicable el derecho nacional; en un segundo
momento a través de la jurisprudencia, se empezó a relativizar la prevalencia de las
normas de derecho interno y se consideró la aplicación directa e inmediata de ciertas
disposiciones internacionales de Derechos Humanos; en un tercer momento, se otorgó
un grado mayor de confianza a los tratados internacionales de derechos humanos,
consagrándose constitucionalmente la aplicación de normas de derecho internacional
por sobre el resto del ordenamiento jurídico pero con carácter infraconstitucional;
finalmente, el constitucionalismo contemporáneo o neoconstitucionalismo, se
caracteriza por el reconocimiento de la supremacía del derecho internacional de
derechos humanos por sobre todo el ordenamiento jurídico nacional, en aquellos casos
en los cuales los derechos obtengan una garantía o un reconocimiento más profundo
por parte de estos instrumentos.
Esta evolución en la aplicación de los tratados internacionales de derechos
humanos, se ve reflejada principalmente en el rol principal que tiene el Estado
de garantizar de la manera más efectiva los derechos constitucionales de las
personas, en tal virtud la aplicación del ordenamiento jurídico ya sea interno o
externo es indiferente siempre y cuando se cumpla con aquella misión estatal.
DIAPO 4
DIAPO 6
Art. 11.- EI ejercicio de los derechos se regirá por los siguientes principios:
6Y 7
Art. 424.- La Constitución es la norma suprema y prevalece sobre cualquier otra del
ordenamiento jurídico. Las normas y los actos del poder público deberán mantener
conformidad con las disposiciones constitucionales; en caso contrario carecerán de eficacia
jurídica. La Constitución y los tratados internacionales de derechos humanos ratificados por el
Estado que reconozcan derechos más favorables a los contenidos en la Constitución,
prevalecerán sobre cualquier otra norma jurídica o acto del poder público.
8
“En el Ecuador se ha reconocido que los tratados internacionales están al mismo nivel
jerárquico que la Constitución, así también la importancia que estos tienen y la
responsabilidad de que las autoridades, tanto judiciales como administrativas los
apliquen de manera directa. Se mira como uno solo el conjunto de normas
internacionales de derechos humanos sumados con el ordenamiento jurídico en esa
materia….
Así, existe el principio pro homine, el cual implica acudir a la norma más amplia o a la
interpretación más extensiva cuando se trata de reconocer derechos de firma integral,
de las eventuales víctimas de violaciones de los derechos humanos….”
Tal y como se desprende la sentencia de la Corte Constitucional citada, el
reconocimiento al bloque de constitucionalidad en el Ecuador es expreso y de
obligatorio cumplimiento tanto para autoridades judiciales como administrativas
e inclusive se llega al punto de identificar ambos sistemas normativos como un
sólo ordenamiento jurídico, lo cual nos lleva a pensar que en el Ecuador no
manejamos una teoría dualista de estos dos ordenamientos, sino que aceptamos
la teoría monista de los mismos[15].
10
Alt. 426.- Todas las personas, autoridades e instituciones están sujetas a la Constitución. Las
juezas y jueces, autoridades administrativas y servidoras y servidores públicos, aplicarán
directamente las normas constitucionales y las previstas en los instrumentos internacionales
de derechos humanos siempre que sean más favorables a las establecidas en la Constitución,
aunque las partes no las invoquen expresamente.
CONCLUSIÓN.-
Del breve análisis efectuado en la presente investigación, podemos concluir que
en el contexto constitucional del año 1998, la aplicación de los instrumentos
internacionales en el Ecuador se enmarcaba dentro del tercer momento descrito
en la parte introductoria, es decir que si bien existía un reconocimiento de la
aplicación directa de tratados internacionales de derechos humanos, se discutía
si dicha aplicación era infraconstitucional, del mismo rango que la Constitución o
inclusive supraconstitucional.