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Una marca es una identificación, que, cuando se habla de aspectos comerciales, es la que
representa una identidad simbólica de una empresa, producto o servicio. ¡Conoce sobre su
creación! Continúa la lectura:
Han pasado cientos de años desde que se infundió el temor en nuestras mentes de ser invadidos
por cierta especie capaz de dominar nuestros sentidos y voluntad. Seres con el talento de invadir la
Tierra con sus gigantescas flotas y enormes ejércitos con superpoderes de control.
Cientos de historias hemos escuchado y nos han hecho creer que son realidad. Cuentos, relatos,
curiosidades y vivencias de invasiones tan ciertas como falsas, ¿quién puede determinar la última
verdad?
No obstante, y para sorpresa de todos nosotros, sí existe una especie capaz de invadir nuestras
existencias, o por lo menos así sucede en occidente. Si bien no tienen naves, sí rodean y recorren
nuestro mundo tan rápido como la luz.
En gran medida, son producto de nuestra mente, pues, son tan fuertes en tanto decidamos creer en
ellas. Dependen de nuestro pensamiento y de la voluntad que le entreguemos.
Una creación del hombre, tangible en cierto sentido y que hoy por hoy, desde hace décadas enteras,
hacen parte de nuestro desarrollo cultural y personal.
De la ficción a la realidad
No, lo anterior no fue el guion de una película próxima a estrenar, es la realidad.
Nuestro mundo, nuestra actualidad y nuestro pensamiento, queramos o no, están expuestos a una
gran cantidad de marcas. Coexistimos con ellas, las encontramos en todas partes y siempre están
presentándose ante nosotros mediante diversos medios.
Se ha llegado al punto de que nosotros mismos somos el medio de divulgación, somos los que
portamos las marcas a los demás.
Una invasión de marcas. Eso es lo que estamos viviendo. Inmersos en la costumbre de vivir entre
ellas con cierta aceptación; acostumbrados a escuchar diariamente miles de mensajes impartidos
por ellas, y es ahí cuando surge la pregunta: ¿a cuál de todas escuchar?
Y dentro de la invasión, las marcas también se preguntan: ¿qué podemos hacer para sobrevivir y
sobresalir frente a la abundancia?
La respuesta no es más que generar valor agregado. Siendo diferente a las demás.
No tenemos cuando prescindir de las marcas a pesar de la gran cantidad existente. Mucho menos
podemos deshacernos de ellas cuando nos introducimos en el tema de la generación de negocios,
sin importar si se trata de uno pequeño o de uno ya fuertemente establecido.
Es de hecho, un tema indispensable y esencial para un negocio pero que muchos aún no saben su
razón de ser y la tratan como una acción cualquiera, sin mayor gracia y sin explicación.
Una marca tampoco debe ser vista como la que facilita la diferenciación entre el costo de un
producto con respecto a otros precios de venta, sino más bien, como la que representa la suma de
todas las cualidades valiosas de un producto para el consumidor.
Ahora bien, una marca es la que está compuesta por elementos sicológicos, por distintivos verbales
y gráficos que portan en sí, vínculos emocionales y mezclas de valores intangibles y culturales que
finalmente son compartidos con los clientes.
Consumir una marca no es tan solo decidir la etiqueta que acompañará las camisas o los zapatos
que usamos. Tampoco es tan solo el nombre de la gaseosa que tomamos al almuerzo sino que es
también el estar inscrito en una universidad, contratar los servicios de luz o de acueducto, como así
mismo, elegir un canal de televisión en lugar de otro. Consumir una marca es tan simple como tomar
un bus específico para asistir cada día a nuestro lugar de trabajo.
Vivimos entre las marcas, cada mañana despertamos encima de una marca, comemos marcas,
olemos como marcas, caminamos a través de las marcas.
Para terminar, una marca es aquella que tiene la fuerza de hacernos asociar momentos de nuestras
vidas con productos o servicios. Hacen parte de nuestra cultura y de nuestro cotidiano. Es
una filosofía de vida, es la huella diferencial, es una forma de pensar que va de acuerdo a
una promesa otorgada por un algo que consumimos.
Explicar qué es una marca y cómo se crea en tan solo uno, dos o tres artículos, es realmente muy
difícil. Por algo existen estudios enteros dedicados al tema y personas que pasan largos años
investigando, experimentando y hallando métodos nuevos para llevar a cabo tal profesión.
Sin embargo, soy partidaria de que debemos seguir promoviendo el conocimiento sobre conceptos
como este, y más cuando hay gran cantidad de personas que aman el tema de los negocios y del
mercadeo como yo.
Además, es que informarnos sobre el tema, también nos ayuda a todos a construir marcas según las
expectativas del mundo actual.
Eso sí,
*Advertencia: de ser posible, siempre será importante contar con un profesional en el tema para
proceder con éxito.
1. Calentamiento
Requiere de un calentamiento previo, el cual puede comenzar respondiendo las siguientes
preguntas:
2. Investigación
De igual modo, es importante realizar, a la par de las preguntas, investigaciones profundas acerca
de la cultura en la que estarás inmerso y de las promesas que las personas estarían esperando recibir
de tu parte.
Son tan solo ejemplos, de ahí las investigaciones pueden ser tan profundas a como tu necesidad de
conocimiento lo requiera.
3. Mentes creativas
En este punto, la idea es comenzar a definir una plataforma de conceptos que te serviría de base
para la creación de la identidad de tu marca a largo plazo, además de ser la fuente de inspiración y
energía.
Es decir, se establecerán los conceptos, las emociones y las asociaciones con las que quieres atraer,
comunicar tus ideas y ser recordado.
En el despliegue creativo es en donde surgen asuntos como el Naming: nombre de tu marca, como
también la arquitectura: el conjunto de estrategias y tácticas que se requieren para construir
portafolio, identificar relaciones, definir jerarquías y descubrir oportunidades.
De igual modo, este aquí es el momento para forjar la personalidad que te definirá, la identidad
verbal, visual, y la promesa por la que tu marca luchará.
Breve
Sencilla
De fácil lecturabilidad y de pronunciación
Eufónica
Vistosa
Asociable
Original
Distinta
Evoque memorización
1. Define tu marca
La sintonía es la clave del éxito en toda marca. Ten siempre presente que tu marca tiene una razón
de ser y es aportarle momentos significativos a tu público, por ello, investígalo a profundidad y
constrúyete de acuerdo al resultado que te arroje.
Una vez elegido tu carácter, procura mantenerte en él, sé siempre fiel a tu promesa de marca y gira
entorno al tono de comunicación que ya te habías planteado seguir.
Las personas sienten mayor identificación y sentido de pertenencia con aquello que se muestre
humano, más que en algo sin vida y que se asemeje a una máquina.
Por otro lado, la personalidad ayuda a las marcas a ser fieles a quienes son y esto es su principal
diferencial con respecto a otras marcas. Pasa como en las personas: ninguna es igual a la otra, por
tanto, con las marcas debería suceder lo mismo.
Para comenzar, cabe decir que el nombre de una marca no es más que la palabra mágica. Es aquella
enunciación con la que serás conocido, así que debes tener mucho cuidado al elegir el nombre de
tu marca.
El nombre de marca es el activo más importante de toda empresa y negocio. Como se mencionó en
puntos anteriores, un nombre de marca efectivo es aquel fácil de pronunciar, de escribir y de
recordar.
Evita malas asociaciones y sé estratégico con el nombre. Pregúntate qué significaría en otros
idiomas; no vaya a ser que hieras susceptibilidades o te conviertas en el chiste de tus consumidores.
Evita las malas interpretaciones.
4. Crea un logotipo
El logotipo será la síntesis de la promesa, del tono de comunicación, del valor y del nombre. Por lo
tanto, procura que sea atractivo y preciso con lo que quieres dar a conocer de tu marca.
Al igual que el nombre, el logotipo debe ser sencillo, atractivo, comprensible, memorable, adaptable
pero con la capacidad de permanecer en el tiempo.
Debe funcionar en las diferentes escalas de tamaño, es decir, que sea comprensible independiente
si se ubica en enormes vallas o en pequeñas tarjetas de presentación. Igualmente, un buen logotipo
es el que funciona tanto a color como a escala de grises.
Algunos expertos en el tema dicen que un logotipo exitoso, es también aquel que fácilmente puede
ser dibujado por los clientes tan solo utilizando un lápiz y un papel.
5. El eslogan
Crea una frase cuyo éxito esté en su sonoridad. Haz que sea pegadizo, contagioso y de fácil
recordación. El propósito del eslogan es el de complementar la identidad de la marca y hacer que
las personas logren recordarla sin necesidad de ver el nombre o el logo.
6. Plantear un diferencial
Todo es cuestión de creatividad.
Identifica las características y los beneficios que hagan de tu marca algo diferente de las demás. ¡Ah!
Por cierto, que sean características y beneficios reales y creíbles. Lo ideal es que constantemente
estés dando a conocer a tu público, ambos factores.
7. Define tu público
Es de vital importancia definir un público objetivo, pues, a este será a quién le dirigirás toda la
comunicación de tu marca. Como un consejo dentro de este: vale la pena segmentar a este público
objetivo para así llegarle de forma más apropiada y de manera más directa.
10. Coherencia
Todos los mensajes que envíes a tu público, procura que vayan movidos por una misma línea de
comunicación y que siempre apele por la verdad y el cumplimiento de tu propuesta, pues así
mantendrás la fidelidad de tu marca y los clientes siempre verán una correspondencia clara entre
lo que dices y haces.
12. Sé auténtico
No trates de imitar el aspecto ni la comunicación de las grandes marcas; mejor sé tú mismo. Si estás
iniciando, puedes aprovechar tu posición para atraer clientes que estén buscando originalidad.
Independiente de estos 12 consejos o más que puedas encontrar, lo más importante es que seas
innovador. Atrévete a ser tú.
Como ejercicio, piensa en una marca que para ti sea bastante conocida y construye una respuesta
acerca de la marca según los 12 consejos. Esto te ayudará a ir comprendiendo la dinámica en la que
se basa la construcción de las marcas.
Crear el entorno ideal para así apoyar a los productos o servicios que comercializamos.
Ofrecer un valor adicional a nuestros clientes, mejorando, de este modo, la relación y la
fidelización.
Crear una comunidad de clientes que generen sentimiento de pertenencia.
Aumentar el interés por nuestra oferta
Aumentar el valor de nuestra oferta
Reforzar la imagen de la empresa o negocio
Construir el posicionamiento
Mejorar la reputación
Ahorra presupuesto en medios tradicionales
1. Segmentar:
Es difícil ser una marca multitarget, es decir, que se dirija a muchísimos públicos a la vez, así que lo
ideal es escoger uno y enfocarnos a darle lo mejor de nuestra propuesta.
Entre más cerrado esté el segmento de público, más fácil será encontrar elementos comunes en
ellos, por tanto, más fácil será la comunicación y más fácil podrás encontrarlos. El que mucho
abarca, poco aprieta, entonces mejor abarca con éxito un nicho de acuerdo a tus verdaderas
capacidades de atención.
2. Investigar:
Hay que indagar constantemente, incluso si la marca ya está elaborada. Busca información
constantemente sobre tu consumidor y entiende siempre sus necesidades.
Investiga el mercado, tu categoría y competencia directa e indirecta, productos complementarios,
suplementarios, entre otros. Qué se está vendiendo, qué precios tiene el mercado para tu producto,
servicio o idea. Qué gusta, qué motiva, entre otros.
3. Enfocarte:
Trata de que tu marca ofrezca una sola idea y no muchas a la vez; pues, es difícil, como en una
persona, ser exclusivo, seguro, práctico, cómodo, económico, sorprendente entre otros, a la vez.
Muchas de las formas de ser ni siquiera son compatibles, por tanto, continúa revisando
contantemente quién eres como marca y esfuérzate por potencializar esa característica
demostrándolo no solo en lo que ofreces sino también en cómo lo ofreces.
4. Identificarte:
Dale personalidad a tu marca, eso sí, no significa que no puedas redefinirte. ¡Por el contrario!
Evalúate constantemente, al igual que como humanos lo hacemos con nosotros mismos.
Según vaya transcurriendo el tiempo, verás que el interés de tu público, del entorno y de ti mismo,
irán cambiando sin siquiera planearlo. No obstante, la clave es siempre revisarte para poder dar el
paso al cambio en el momento adecuado.
5. Hacerte físico:
Llegó la hora de hacer todos nuestros distintivos, es decir, todos aquellos objetos que entregaremos
a nuestros clientes para forjar su recuerdo hacia nosotros. Hablo del manual de marca, de cómo se
verá visualmente nuestra comunicación, nuestra tarjeta de presentación, bolsas, membretes entre
otros.
6. Comunicarte:
Bebé que no llora, no toma tetero. La comunicación es la clave del éxito en todos los ámbitos de la
vida. Sin comunicación, no podemos dar a conocer lo que tenemos para ofrecer, por tanto, ¡que
comience la divulgación y que no se detenga!
Hay diversos métodos para comunicar: está la forma tradicional, basada en la Publicidad y el
Mercadeo Clásico, como también existen otros métodos tales como el Inbound Marketing y dentro
de este el Marketing de Contenidos.
¿Cuál elegir? Te recomiendo revisar nuevamente tus objetivos, tus alcances, incluso tu presupuesto
e intenciones como marca; pues allí siempre estarán las respuestas para elegir los métodos de
comunicación que más te benefician.
Paso 2:
¿Listo para iniciar la siguiente conquista del mundo con tu marca?
Existen muchos métodos para llevar a cabo la creación de una marca y dependen siempre de
muchos factores tales como tu presupuesto, disponibilidad, tamaño de tu negocio y por supuesto,
de la persona a la que te acerques para que te ayude a coordinar todo lo que requiere.
Una vez esté tu marca creada, no podrás parar de sostenerla, atenderla y seguir a su lado durante
mucho tiempo. Le has dado vida a un ser, si es que así puede llamársele, por tanto, ¡del dicho al
hecho! Y que prospere con los debidos cuidados que requiere.