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Empecemos por casa

5 June, 2018 by IJG argentina 371

Sensibilizar, llamar la atención sobre un


asunto pendiente, concientizar: estos son
los principales objetivos de los Días
Internacionales. Pero, ¿cuándo cobran
sentido? Cuando un ciudadano se siente
motivado para lograr el cambio con sus
pequeñas acciones.
Hoy, gracias a la iniciativa de la Organización de las Naciones Unidas, se celebra el Día
Mundial del Ambiente. Desde 1973, el 5 de junio ha ido tomando mayor relevancia y se
transformó en una oportunidad valiosa para fomentar la sensibilización sobre el mundo en que
vivimos y motivar a los gobiernos y a las comunidades a ser agentes activos del desarrollo
sostenible.

Por ejemplo, en estos últimos años, miles de pequeñas y grandes acciones ciudadanas se
ocuparon de uno de los temas más importantes: El Tráfico Ilegal de vida Silvestre. Pero, ¿de
qué hablamos cuando hablamos de Tráfico Ilegal de Vida Silvestre? Es la extracción,
comercio y tenencia ilegal de flora, fauna y sus derivados. Esto significa, por ejemplo, que
implica tanto los productos derivados de la caza furtiva de elefantes como de la tala ilegal de
árboles. El tráfico ilegal de vida silvestre es la tercera actividad más grande del mundo, en
términos de cantidad de dinero que mueve.
Una porción de este tráfico es el de Fauna Silvestre. Allí nos encontramos con el tráfico de
marfil, de cuerno de rinoceronte y de pangolines. Esto quiere decir que esta actividad incluye
productos o partes de animales, subproductos o insumos confeccionados con algún derivado de
los animales, y animales vivos.

Mientras que un porcentaje de los animales, o sus derivados, se trafica con fines medicinales,
para carne o como trofeos, gran porcentaje de los animales vivos detectados están destinados a
alguna colección privada y personal. El comercio internacional de especies exóticas como
mascotas se ha convertido en un gran negocio.

¿Qué impacto tiene la compra de animales silvestres


como mascotas?
La extracción de vida silvestre de la naturaleza de forma ilegal es la segunda causa de
pérdida de biodiversidad en el mundo. Solo en Argentina, cincuenta especies de aves y
mamíferos se pueden extinguir en los próximos años por esta causa. Lamentablemente mucha
gente adquiere estos animales por que les resulta simpáticos, desconociendo el circuito que se
encuentra detrás de cada animal. Cada animal adquirido fue extraído ilegalmente de su
ambiente, fue trasladado en condiciones deplorables, de intermediario a intermediario. Según
estadísticas recientes, de cada diez animales capturados, solo uno sobrevive para ser vendido.
El resto mueren en esta captura o el traslado. Esta situación es la que lleva a que el impacto de
la actividad sea mucho mayor de lo que se evidencia con la tenencia de los animales
sobrevivientes y, adicionalmente, existe un impacto en las poblaciones silvestres que se ven
afectadas por la actividad.

Algunos animales son afortunados al ser rescatados en decomisos, gracias a diferentes


denuncias y operativos llevados a cabo por los organismos de control. Estos animales deben ser
trasladados a lugares disponibles y con capacidades para realizar la rehabilitación.
Lamentablemente, debido al impacto de esta actividad ilícita y de las condiciones a las que los
animales fueron mantenidos, la mayoría de los ejemplares decomisados no logran recuperarse y
estar en condiciones para ser devueltos a sus hábitats . Se los halla traumatizados y
mutilados y, muchas veces, contraen enfermedades que podrían poner en riesgo la salud de las
poblaciones silvestres y los ambientes en los que habitan.

No son todas malas Noticias


En el 2017, China ha prohibido la compra-venta de marfil; a esta iniciativa se les une Hong
Kong y Singapur. Por otra parte ha bajado el número de rinocerontes cazados en Sudáfrica en
los últimos dos años y lo mismo sucede con la cantidad de tigres cazados en India (WWF
annual review 2017). ¿Qué significa esto para nosotros, en Argentina? Estas excelentes
noticias reflejan cómo el esfuerzo conjunto entre diferentes organizaciones y la difusión de la
problemática pueden generar un impacto concreto y significativo.

¿Qué podemos hacer?


Es importante tomar conciencia sobre el impacto de nuestras acciones individuales. Los
animales silvestres no son mascotas, y es importante difundir este mensaje en nuestro entorno
inmediato.

Pero, ¿qué hacer en caso de ya tener un animal silvestre como mascota? En ese caso se debe
llamar a los organismos ambientales locales y buscar asesoramiento en función de muchas
variables: la especie en cuestión, el tiempo que haya sido mantenida en una casa, su edad,
etc. Es importante recordar que los animales silvestres NO deben ser liberados en
cualquier ambiente ya que puede generar un impacto muy negativo, tanto para el entorno
y como para el propio animal.

Concientizarse, informarse y difundir. Son tres pasos simples que pueden ayudar a cambiar
nuestro ambiente inmediato para nosotros y para todos los seres vivos.

Y siempre recordar que todos somos capaces de generar un


cambio: Sin demanda, ¡no hay tráfico!

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