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HALLAZGOS DE LABORATORIO EN
ENFERMEDADES PEDIÁTRICAS MÁS COMUNES
CURSO : PEDIATRÍA I
MAYO 2018-I
Contenido
I. HALLAZGOS DE LABORATORIO EN SEPSIS ..................................................... 3
1.1. HEMOGRAMA COMPLETO ........................................................................... 3
1.2. GLUCOSA SÉRICA ........................................................................................ 3
1.3. HEMOCULTIVO ............................................................................................. 3
1.4. ANÁLISIS DE ORINA ..................................................................................... 4
1.5. UROCULTIVO ................................................................................................ 4
1.6. LACTATO SERICO ........................................................................................ 4
1.7. CREATININA SÉRICA .................................................................................... 4
1.8. ESTUDIOS DE COAGULACIÓN .................................................................... 4
1.9. CULTIVO DE LAVADO BRONCOALVEOLAR ................................................ 4
II. TOS FERINA: ........................................................................................................ 4
III. HALLAZGOS DE LABORATORIO DE ACUERDO AL TIPO DE PATOLOGÍAS:
INFECCIONES VIRALES ............................................................................................. 6
3.1. DENGUE ........................................................................................................ 6
3.2. FIEBRE TIFOIDEA ......................................................................................... 8
3.3. PARASITOSIS INTESTINAL .............................................................................. 9
AMEBIASIS ........................................................................................................... 9
GIARDIASIS ........................................................................................................ 10
CRIPTOSPORIDIASIS (CRYPTOSPORIDIUM): ................................................. 10
ASCARIOSIS (ASCARIS LUMBRICOIDES) ........................................................ 10
ANQUILOSTOMIASIS O UNCINARIASIS (ANCYLOSTOMA DUODENALE Y
NECATOR AMERICANUS) ................................................................................. 10
TRICHURIASIS (TRICHURIS TRICHURA) .......................................................... 10
OXIURIASIS (ENTEROBIUS VERMICULARIS) .................................................. 10
ESTRONGILOIDIASIS (STRONGYLOIDES STERCOLARIS) ............................. 11
TENIASIS (TAENIA SAGINATA Y SOLIUM) ....................................................... 11
HIMENOLEPIASIS (HYMENOLEPIS NANA) ....................................................... 11
IV. LEUCEMIA ....................................................................................................... 11
V. INFECCIÓN DE TRACTO URINARIO ................................................................. 12
VI. HEPATITIS ...................................................................................................... 13
VII. INFECCIÓN POR TBC..................................................................................... 14
VIII. INFECCIONES INTRAUTERINAS ................................................................... 17
I. HALLAZGOS DE LABORATORIO EN SEPSIS
1.1. Hemograma completo
Un recuento de leucocitos anormal (es decir, por encima o por debajo del
rango normal para la edad o >10% de leucocitos inmaduros) es uno de
los criterios diagnósticos clave para el síndrome de respuesta inflamatoria
sistémica (SRIS). No obstante, un recuento de leucocitos elevado o
reducido no es específico para el diagnóstico de la sepsis. Un recuento de
leucocitos bajo o normal es una característica de la fase inicial de la
enfermedad en la sepsis grave y debe dar lugar a sospechas del
diagnóstico si se observan signos clínicos que sugieren sepsis.
La trombocitopenia (es decir, el recuento de plaquetas <80,000/microlitro
o una reducción del 50% con respecto al valor más alto en los últimos 3
días) en el contexto de sepsis es indicio de coagulación intravascular
diseminada, si está asociada a una coagulopatía.
Prueba de diagnóstico definitiva, con una especificidad del 100%. Sin embargo,
una cultura negativa no excluye la tos ferina.
2.2. Serología
En general, las pruebas serológicas son útiles para el diagnóstico en etapas
posteriores de la enfermedad, por lo general dentro de 2 a 8 semanas de inicio
de la tos. Aun así, la serología se puede realizar en la muestra recolectada hasta
12 semanas después de la aparición de la tos. La serología también se
recomienda para personas que no han sido inmunizadas contra la tos ferina.
2.3. Hemograma
Predominantemente llevado a cabo para evaluar otras etiologías de la tos.
3.1. DENGUE
El dengue es una enfermedad viral aguda, endémo-epidémica, transmitida por
la picadura de mosquitos hembras del género Aedes, principalmente por Aedes
aegypti, que constituye actualmente la arbovirosis más importante a nivel
mundial en términos de morbilidad, mortalidad e impacto económico.
La etapa febril, que es de duración variable (entre 3 a 6 días en niños y 4 a 7
días en adultos), se asocia a la viremia, durante la cual existe una alta posibilidad
de transmisión de la enfermedad si la persona es picada por un mosquito vector.
En esta etapa el paciente puede tener además de la fiebre, dolor muscular y
articular, cefalea, astenia, exantema, prurito, y síntomas digestivos tales como:
discreto dolor abdominal y, a veces, diarrea. Es frecuente la presencia de
leucopenia con linfocitosis relativa, trombocitopenia e incremento de las
transaminasas. Algunos pacientes pueden desarrollar manifestaciones
hemorrágicas leves tales como epistaxis, gingivorragias, petequias, púrpuras o
equimosis, sin que correspondan a un cuadro de dengue grave.
La etapa crítica, se caracteriza por la extravasación de plasma (escape de
líquidos desde el espacio intravascular hacia el extravascular), que puede llevar
al shock hipovolémico (piel fría, pulso débil, taquicardia, hipotensión). Debido a
la extravasación de plasma el hematocrito sube, lo que constituye un
método confiable para el monitoreo de la fuga de plasma.
Las plaquetas pueden descender progresivamente desde la etapa febril, pero
este descenso se hace más intenso en la etapa crítica. No se ha demostrado
que, en el dengue, exista una estricta correlación entre la trombocitopenia y el
sangrado. No obstante, esta disminución progresiva de las plaquetas constituye
una indicación para un control repetido y estricto del paciente, porque puede ser
un marcador de progresión de enfermedad.
La plaquetopenia o trombocitopenia en esta enfermedad no es debida a un déficit
de producción sino a la destrucción masiva periférica, por un mecanismo
inmunomediado (anticuerpos antivirales con reacción cruzada contra las
plaquetas), de carácter transitorio, por lo cual van a iniciar su recuperación de
manera espontánea, después de un breve período. Cuando las plaquetas
comienzan a elevarse, indican que el paciente ha iniciado su mejoría.
En la etapa de recuperación generalmente se hace evidente la mejoría del
paciente pero, en ocasiones, existe un estado de sobrecarga de volumen, así
como alguna infección bacteriana agregada. En esta etapa es importante vigilar
sobre todo a aquellos pacientes que tengan dificultades en el manejo de los
líquidos (insuficiencia renal crónica, insuficiencia cardíaca, pacientes ancianos).
También puede aparecer en esta etapa un exantema tardío entre el 6º y 9º hasta
incluso el 15º día que, con frecuencia, afecta las palmas de las manos y las
plantas de los pies, asociado a un intenso prurito.
El diagnóstico de laboratorio de la infección por el virus del dengue se establece
directamente mediante la detección de componentes virales en suero o
indirectamente por serología. La sensibilidad de cada enfoque depende de la
duración de la enfermedad del paciente. Detección de ácido nucleico viral o
antígeno viral tiene una alta especificidad pero es más mano de obra intensiva y
costosa; serología tiene menor especificidad, pero es más accesible y menos
costosa.
Durante la primera semana de la enfermedad, el diagnóstico de la infección por
el virus del dengue puede establecerse a través de la detección de ácido nucleico
viral en el suero mediante la reacción en cadena de la polimerasa con
transcriptasa inversa (RT-PCR) (por lo general positiva durante los primeros
cinco días de la enfermedad) o mediante la detección del antígeno viral proteína
no estructural 1 (NS1, por lo general positiva durante los primeros siete días de
la enfermedad). En la infección primaria, la sensibilidad de detección de NS1
puede exceder del 90 por ciento, y la antigenemia puede persistir durante varios
días después de la resolución de la fiebre; en la infección secundaria, la
sensibilidad de detección de NS1 es más bajo (60 a 80 por ciento)
La inmunoglobulina (Ig) M puede ser detectado tan pronto como cuatro días
después de la aparición de la enfermedad. La detección de IgM en una única
muestra obtenida de un paciente con un síndrome clínico consistente con
dengue es ampliamente utilizado para establecer un diagnóstico presuntivo. El
diagnóstico se puede confirmar a través de la seroconversión de IgM entre la
fase aguda y convaleciente emparejado (obtenido de 10 a 14 días después de la
fase aguda) especímenes; un diagnóstico de la infección por el virus del dengue
aguda puede ser establecida por un aumento de cuatro veces o mayor del título
de anticuerpos.
La probabilidad de detección de IgG depende de si la infección es primaria o
secundaria. Infección por dengue primario se caracteriza por una respuesta de
anticuerpos título lento y baja; IgG es detectable a partir de un título bajo siete
días después de la aparición de la enfermedad y aumenta lentamente. La
infección por dengue secundaria se caracteriza por un rápido aumento en el título
de anticuerpos a partir de cuatro días después de la aparición de la enfermedad,
con amplia reactividad cruzada.
AMEBIASIS
Las pruebas complementarias son a menudo poco llamativas en la colitis
amebiana no complicada, aunque puede observarse una leve anemia. En el
absceso amebiano hepático las pruebas de laboratorio muestran una ligera
leucocitosis, una anemia moderada, un aumento de la velocidad de
sedimentación y elevaciones de las enzimas hepáticas (en especial la fosfatasa
alcalina).
El examen de las heces en busca de amebas es negativo en más de la mitad de
los pacientes con abscesos amebianos hepáticos documentados.
GIARDIASIS
El enzimoinmunoanálisis (EIA) de las heces o las pruebas de detección de
anticuerpos frente a antígenos de Giardia son las pruebas de elección para
giardiasis en la mayoría de las situaciones.
EIA es menos dependiente del persomal que lo lleva a cabo y es más sensible
para la detección de Giardia que la microscopía. Ayunos estudios han informado
que una única muestra de heces es suficientemente sensible para la detección
de Giardia por EIA, mientras que otros sugieren que la sensibilidad es mayor al
realizar el test com 2 muestras. Tradicionalmente, el diagnóstico de giardiasis se
establecía por documentación microscópica de trofozoítos o quistes en muestras
de heces, pero se requieren 3 muestras de heces para lograr una sensibilidad >
90 %.
CRIPTOSPORIDIASIS (Cryptosporidium):
La infección puede ser diagnosticada por microscopía utilizando una tinción
ácido-alcohol resistente modificada o por reacción en cadena de la polimerasa
(PCR), pero el enzimoinmunoanálisis es el método de elección para el
diagnóstico. En heces, los ooquistes aparecen como pequeños cuerpos
esféricos (2-6 um) que se tiñen de rojo con una tinción ácido-alcohol resistente
modificada.
Como Cryptosporidium no invade más allá de la capa epitelial de la mucosa, no
se encuentran leucocitos fecales en las muestras de heces. La excreción de
ooquistes en las heces puede ser intermitente, por lo que deben recogerse varios
especímenes fecales (por lo menos 3 en un huésped inmunocompetente) para
el examen microscópico.
IV. LEUCEMIA
Por definición, los pacientes con LBL de células B precursoras se presentan con
una lesión en masa y tienen <25 por ciento de blastos en la médula ósea. A
diferencia del LBL de células T precursoras, las masas mediastínicas son raras,
pero los ganglios linfáticos y los sitios extraganglionares, como el hueso y la piel,
están más frecuentemente implicados.
En los frotis de sangre periférica, los linfoblastos varían desde células pequeñas
con citoplasma escaso, cromatina nuclear condensada y nucléolos indistintos
hasta células más grandes con cantidades moderadas de citoplasma, cromatina
dispersa y nucléolos múltiples. Algunos gránulos citoplásmicos azurófilos
pueden estar presentes. Las varillas de Auer están ausentes.
Entre los niños que tienen más de dos años, la mayoría de los síntomas son
referidos al sistema urinario y al abdomen, por lo que es más fácil realizar el
diagnóstico de sospecha. Cuando estos síntomas están presentes, acompa-
ñados o no de fiebre, se recomienda la realización de un análisis de orina.
VI. HEPATITIS
Se define como una inflamación aguda del hígado por cualquier noxa patológica
y que suele conllevar una transaminitis. Esta definición va más allá del concepto
de “hepatitis aguda“ atribuido generalmente a los virus mayores hepatotropos
específicos.
6. Microbiología:
– Muestras: en el niño, dada la dificultad para expectorar, se realiza estudio en
jugo gástrico, recogiendo 3 muestras en días consecutivos estando el paciente
en ayunas mediante sonda nasogástrica. Tras la obtención del jugo se inyectan
3 cc de agua estéril y se aspira de nuevo, añadiendo lo obtenido al jugo previo.
Una nueva técnica es la obtención de esputo inducido.
Se realiza administrando salbutamol inhalado y posteriormente ClNa nebulizado
durante 15 minutos. De esta manera se facilita la expectoración de los niños o la
obtención de material mediante aspirado nasofaríngeo.
Otras muestras: esputo (adolescentes), LCR, líquido sinovial, material de
biopsia…
– Laboratorio: baciloscopia o visión directa de BAAR mediante fluorescencia con
auramina o tinción de Ziehl-Neelsen. Cultivo: en medios sólidos (tipo
Lowenstein, 4-6 semanas) o líquidos (tipo Middlebrook, 15 días-1 mes).
BIBLIOGRAFÍA
Gómez J, Gobernado M. Enfoque clínico de los grandes síndromes
infecciosos. 5.a ed. Majadahonda (Madrid). Ergón; 2013. ISBN: 978-84-
15351-42-9.
Nader Shaikh. Urinary tract infections in infants and children older than
one month: Clinical features and diagnosis. Uptodate 2018. Disponible
en:https://www.uptodate.com/contents/urinary-tract-infections-in-infants-
and-children-older-than-one-month-clinical-features-and-
diagnosis?search=infection%20urinary%20un%20children&source=sear
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