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EL PATRIMONIO MONUMENTAL DE LA CASA MONTJOY EN LAMBAYEQUE

TEMA: LA CASA MONTJOY

CAPÍTULO I. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

1.1 Descripción de la situación problemática.

Según la UNESCO; el mundo interconectado en el que vivimos, es fácil constatar que


la cultura tiene el poder de transformar las sociedades. Sus diversas manifestaciones,
que abarcan desde los más preciados monumentos históricos y museos hasta los ritos
tradicionales y el arte contemporáneo, enriquecen nuestro día a día de múltiples
maneras. El patrimonio constituye una seña de identidad y favorece la cohesión de las
comunidades que no asimilan bien los cambios rápidos o que sufren el impacto de la
crisis económica. La creatividad contribuye a la edificación de sociedades abiertas,
inclusivas y pluralistas. El patrimonio y la creatividad contribuyen a la construcción de
sociedades del conocimiento dinámicas, innovadoras y prósperas.

La mayoría de las personas reconocen cuáles son los patrimonios culturales y lo que
representan pero no todos conocemos la importancia histórica que tienen y su
relevancia para la humanidad. Es importante saber que la UNESCO considera
“Patrimonio de la Humanidad” a diversos sitios del mundo que tienen un valor
incalculable por su historia o majestuosidad arquitectónica.

En la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO, sobresalen 936 lugares de 160


países en donde incluyen también los que están en peligro. 725 son culturales, 183
naturales y 28 son mixtos. La región con mayor número de propiedades consideradas
de patrimonio mundial es Europa con un total de 480 sitios, en segundo lugar está
Asia y el Pacífico con 231 sitios, en tercero está Latinoamérica y el Caribe con 131
sitios, en cuarto está África con 80 sitios y por último está el área árabe con 77 sitios.
Por ejemplo, las ruinas de Pompeya, en Italia, se encuentran en peligro por lo
maltratada que está el área debido a los constantes derrumbes que sufre. También se
encuentra en esa lista Tombuktu en Malí, capital espiritual que se mantiene en
continua restauración.

La importancia de los patrimonios culturales no solo recae en que son lugares


reconocidos a nivel mundial, también son sitios históricos en donde ocurrieron hechos
auténticos que marcan la historia de la humanidad.
"Los sitios culturales y naturales forman el entorno del que los seres humanos
dependen psicológica, religiosa, educacional y económicamente. Su destrucción, e
incluso su deterioro, serán perjudiciales para la supervivencia de nuestra identidad,
nuestro país y nuestro planeta. Tenemos la responsabilidad de preservar estos sitios
para las futuras generaciones".

Cada país o nación tiene una herencia o patrimonio nacional, que lo identifica y lo
distingue de los demás países. Este patrimonio comprende tres aspectos: el natural, el
histórico y el cultural. Según el Ministerio de Cultura del Perú vivimos en un territorio
que se distingue por la gran diversidad que caracteriza todos los ámbitos de nuestra
existencia, y donde coexisten los más variados enclaves de vida natural, infinidad de
paisajes y las más distintas formas de ser de sus gentes. Para describir el Perú, por
ejemplo, podríamos mencionar Machu Picchu y Chan Chan, la marinera y el huayno,
el seviche y la papa a la huancaína, la Reserva Natural de Paracas, el Lago Titicaca y
el Huascarán, los Incas, el Señor de Sipán o héroes como Grau; en fin, los ejemplos
pueden ser infinitos. Lo que estamos haciendo, en este caso, es enumerar
manifestaciones que pertenecen al patrimonio cultural y natural de la nación peruana.
Sin embargo, debemos tener presente que no basta enumerar lo que tenemos; es
necesario también comprender por qué cada cultura es cómo es, por qué tiene
determinadas características y por qué se rige por diversos principios. No olvidemos
que conocer, respetar y valorar nuestra cultura es indispensable para construir un
mejor futuro.
Recordemos también que el Perú fue sede de la gran civilización Inca, entre cuyas
grandes obras se encuentra el Qhapaq Ñan o Gran Camino, red vial que significó un
gran esfuerzo de integración que cubrió los territorios que ocupan actualmente seis
países iberoamericanos. Los vestigios materiales e inmateriales de esta gran hazaña
forman parte del patrimonio cultural iberoamericano.

Por otro lado, también afrontamos problemas similares relacionados a la protección


del patrimonio cultural: somos víctimas del tráfico ilícito de bienes culturales; sufrimos
la depredación de nuestros sitios y monumentos arqueológicos e históricos; estamos
expuestos a los mismos factores de deterioro; y los combatimos en formas parecidas.
Es así que los países iberoamericanos podríamos compartir también experiencias y
proyectos para dictar mejores leyes, diseñar y ejecutar programas más eficientes de
gestión de patrimonio y turismo cultural: incorporar las nociones de conservación y
gestión del patrimonio en nuestras comunidades rurales y urbanas; educar a la
población para valorizar mejor nuestro patrimonio; convertir a los integrantes de las
comunidades en participantes activos para la conservación y preservación del
patrimonio; y compartir las técnicas de conservación y restauración de bienes
culturales, entre otros.

El Ministerio de Cultura lleva un registro de los bienes que integran el patrimonio


cultural de la Nación. Éste se realiza en base a fichas donde se indican los datos más
importantes de cada bien, acompañados por fotografías y/o dibujos, y planos en el
caso de construcciones de carácter arqueológico e histórico.

Conservar nuestro patrimonio cultural es muy importante porque tenemos la obligación


de transmitirlo a las generaciones futuras, porque es una fuente de información que
nos habla de dónde venimos y porque nos permite establecer vínculos estrechos entre
nosotros y con nuestro territorio. Al igual que todo padre y madre que quieren dejar
bien provistos a sus hijos, debemos preocuparnos para que nuestros hijos y nietos
puedan contar con los testimonios de nuestra cultura, conocer y comprender su
pasado y tener diversas posibilidades de desarrollo. Un ejemplo de ello, podría ser, la
adecuación de servicios turísticos en una zona determinada que evite su deterioro.

La herencia cultural común contribuye a formar nuestra identidad y nuestro sentido de


pertenencia a una comunidad, región y nación, pues los bienes culturales nos
permiten ahondar en el conocimiento de nuestro pasado y, muchas veces, nos ayudan
a comprender el presente. Debemos recordar que el pasado ha servido como fuente
de inspiración y creatividad a nuestros artesanos y artistas; que los conocimientos de
nuestros antepasados en medicina tradicional son una contribución a la medicina
moderna; o que el desarrollo alcanzado en el campo de la ingeniería hidráulica es
aprovechado actualmente en muchos lugares del Perú.

Si bien el Perú actual está inexorablemente inmerso en los procesos de globalización


cultural, es importante señalar que ha sabido mantiene vivas sus características
culturales propias.

Lambayeque es una región del Perú, que destaca por su clima cálido y resalta por la
calidez de sus pobladores, orgullosos herederos de culturas prehispánicas cuyos
tesoros continúan siendo develados. López (1998) afirma que Lambayeque es un
departamento del Perú, cuyas costas baña el Océano Pacífico. Sin embargo, Garayar
(2004) define a Lambayeque por un lado, como una de las regiones de menor tamaño;
y por otro, como una de las más fértiles. Lambayeque es el eje turístico del norte del
Perú (Capuñay, 2007). Este departamento en su mayor parte corresponde a la
llamada costa norte, pero abarca algunos territorios altos andinos al noroeste; por lo
que es considerada una región.

Las primeras referencias históricas que tenemos acerca del término Lambayeque se
remontan a 1586, cuando el cronista Miguel Cabello de Balboa registró en el poblado
de Mórrope, la conocida Leyenda de Ñailamp (Fernández, 2014). Guillermo García
Urrutia Mesones, poeta ferreñafano, escribió una poesía dedicada a la región
Lambayeque: “Lambayeque generosa, departamento bendito, que diste el primer grito
de libertad presurosa y que altiva y valerosa Pascual Saco proclamó. Tu suelo nos
prodigó a Ortiz, Aguirre y Ferré y para prueba de fe el Santo Ayllón floreció…”

Lambayeque no es una región homogénea. En Lambayeque se manifiestan


variantes, matices y diferencias culturales, folklóricas, artísticas, entre otras. “En ella
también se repite el misterio de la Santísima Trinidad; Chiclayo, Lambayeque y
Ferreñafe son tres ciudades distintas con tres culturas distintas y con tres
idiosincrasias diferentes” (Delgado, 2004, p. 143). El poblador lambayecano no es
igual que el chiclayano, como éste no es igual que el ferreñafano. “La población
norteña es una sola, pero no es uniforme, ni en su concepción, ni en su tradición, ni
en su pensamiento; porque el norteño es uno, y a la vez es múltiple” (Wilfredo
Kapsoli).

Según Capuñay (2007) la flora típica de Lambayeque la conforman: el sauce, el


algarrobo, la totora y el sapote. Joker (2009) afirma que el oso de anteojos, el zorrillo
y el huerequeque son las especies representativas de la región. Estas especies
tienen como hábitat natural las regiones naturales de Lambayeque. Para Garayar
(2004) la pava aliblanca es considerada el ave emblemática de la región.
Lambayeque, un bosque denso y achaparrado, es el hogar de numerosas especies
de flora y fauna, como el oso de anteojos, la pava aliblanca, el tapir de altura, una
gran legión de aves y el algarrobo.

Por consiguiente, en Lambayeque podemos rescatar entre todas sus joyas, La


arquitectura de esta casona es soberbia, presenta anchas paredes y grandes patios,
escaleras y balcones de madera tallada., en el interior tuvo hasta 30 ambientes. Fue
declarado monumento nacional en abril de 1963.
Esta casona colonial que tiene más de 400 años de construcción. Precisamente dentro de
sus atractivos está su balcón exterior de 60 m. De largo (El más grande de Sudamérica),
este descansa en 150 soportes de madera, el techo es sostenido por 36 columnas
delgadas. Actualmente está siendo refaccionado.

La vieja casona es uno de los íconos de la arquitectura lambayecana y es mundialmente


famosa por poseer el balcón más extenso de América y el segundo del mundo. Mide 67
metros de longitud y fue construida en el siglo XVI. Representa el poderío de las familias
lambayecanas de la época, poseía más de 30 ambientes y un gran número de personal
de servicio.

Está ligada a la historia de la independencia de Lambayeque y del Perú, pues fue punto
de reunión de los patriotas que participaron en la gesta libertaria

1.2 Formulación del problema (1 pág.)

La casa Montjoy, construida en el siglo XVI y declarado monumento nacional en 1963


y posee el balcón tallado más grande américa de 67 metros, el inmueble ubicado en la
intersección de las calles Dos de Mayo y San Martín hoy luce deteriorado por la
humedad y el salitre que llega en algunas zonas hasta los dos metros de altura, sin
embargo, también se encuentra vulnerable por la intervención del fenómeno del niño y
la posibilidad de colapsar parcial o talmente ante un movimiento telúrico.
1.2.1 Problema general

¿Cuál es la situación actual de la casa Montjoy?


1.2.2 Problemas específicos

 ¿A qué se debe que no conocemos el valor histórico de la Casa


Montjoy?

 ¿Se ha hecho alguna reparación?

 ¿A qué estilo arquitectónico pertenece?


1.3 Objetivos de la investigación (1 pág.)

1.3.1 General

 Analizar la arquitectura colonial de la Casa Montjoy para


determinar su nivel de intervención en ella.

1.3.2 Específicos

 Analizar la tipología de distribución de la casa Montjoy para


identificar los materiales de construcción
 Determinar los elementos ornamentales para determinar su
grado de deterioro.

 Investigar el estilo arquitectónico al que pertenece la casa


Montjoy para

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