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I. ANTECEDENTES
∗
Fiscal Adjunto Provincial Penal Titular de Lima. Post Grado en Ciencias Penales por la
Universidad San Martín de Porres
1 La Exposición de Motivos del D.L. N° 982 no fue publicado en el Diario Oficial “El Peruano”,
pero a solicitud del Ministerio de Justicia, ha sido enviado por el Consejo de Ministros
mediante Oficio N° 097-2008-DP/SCM, de fecha 12 de febrero de 2008, del cual
consideramos importante el siguiente extracto: “El crimen organizado, como modalidad de
delinquir, tiene una doble consecuencia; por un lado, la objetiva inseguridad de los bienes e
intereses ciudadanos y públicos cuya protección compete al Estado; y, por el otro, el
incremento del sentimiento ciudadano de que tales bienes no están suficientemente
resguardados”.
1
II. NATURALEZA JURÍDICA
de la tutela penal”, Universidad de Valladolid, Valladolid, 1999, pp. 30-31; Cfr. también su
análisis en ROJAS VARGAS, Fidel, “El Delito, Preparación, Tentativa y Consumación”,
Idemsa, Lima, 2009, pp. 124-125.
4 Cfr. ZAFFARONI, Raúl, “Derecho Penal – Parte General”. Editorial EDIAR. Buenos Aires,
2002, p. 811; el autor sostiene que la prohibición de penar “actos preparatorios”, no obstante
tratarse de una regla elementalísima, también admite excepciones, aunque menos de las que
usualmente se aceptan, y que para ello se siguen dos caminos diferentes, (a) el primero
consistente en extender lo prohibido excediendo el ámbito de la “tentativa” hasta abarcar una
parte de la actividad preparatoria, siendo que en este grupo de casos se compone de “delitos
incompletos” más amplios que la “tentativa”, (b) el otro es la tipificación independiente de
ciertos actos preparatorios, pero que implican otras lesividades que exceden las del delito
tentado, lo que da lugar a una tipicidad que, a su vez -según los casos- puede admitir la
2
como se encuentra en algunos casos en nuestro Código Penal5. Partir por
hacer esta distinción resulta medular y crucial a la hora de analizar la fuente
legal y doctrinaria que estudie la conspiración.
tentativa, lo que no podría suceder en el anterior supuesto. Cfr. también BUSTOS RAMÍREZ,
Juan, “In-seguridad y Lucha contra el Terrorismo”, en “El Derecho ante la Globalización y el
Terrorismo”, LOZANO, Mario G. / MUÑOZ CONDE, Francisco (Coordinadores), Tirant lo
blanch, Valencia, 2004, p. 409; para dicho autor la criminalización de la conspiración se
debería porque de un Derecho penal del hecho hay un deslizamiento subrepticio a un Derecho
penal de autor.
5 En nuestro país, el Prof. Dr. Víctor Prado Saldarriaga es el jurista pionero que ha
propuesto incorporarlo a nuestro Código Penal bajo esos alcances, Cfr. PRADO
SALDARRIAGA, Víctor, “Nuevo Proceso Penal, Reforma y Política Criminal”, Idemsa, Lima,
2009, p. 507.
6 Véase GARCÍA DEL BLANCO, María Victoria, “El mutuo acuerdo: Problemas de
imputación objetiva y subjetiva en coautoría”, en “La Respuesta del Derecho Penal ante los
Nuevos Retos”, CUERDA RIEZU, Antonio (Director), Dykinson, Madrid, 2006, p. 290.
7 DÍAZ y GARCÍA CONLLEDO, Miguel (Director), “Protección y Expulsión de Extranjeros en
3
En la doctrina argentina, ZAFFARONI con una postura sumamente
crítica de la viabilidad jurídico-penal de dicha institución ha expresado: “En
cuanto a la conspiración, también en esta ley se entromete una extraña figura
que tiene definición y que no es la vieja asociación ilícita que tenemos
nosotros, la cual no es ninguna de las figuras de participación. Quien la puso
no se dio cuenta de que la conspiración en el derecho anglosajón es una forma
de violar el principio de legalidad, que inventaron los anglosajones a medida
que se les iba imponiendo el derecho escrito”9.
parte general de los códigos penales”, en AAVV, “El Funcionalismo en Derecho Penal. Libro
Homenaje al Profesor Günther Jakobs”, Tomo I, Universidad Externado de Colombia,
Bogotá, 2003, p. 159.
11 GROPP, Walter, “Strafrecht, allgemeiner Teil”, Springer, Berlin, 2005, p. 338
4
clase de delito, pudiendo ser cualquiera previsto y sancionado en su
normatividad penal a nivel estatal o federal. Sobre su función político-
criminal, SÁNCHEZ GARCÍA DE PAZ sostiene que la figura de la conspiracy o
conspiración para delinquir de Estados Unidos se ha diseñado
tempranamente con otros instrumentos dirigidos a una lucha más eficaz
contra la delincuencia organizada12.
Civitas. Madrid. 2003, pp. 79-80; POLAINO-ORTS, Miguel, “Derecho penal del enemigo.
Desmitificación de un concepto”, Grijley, Lima, 2006, pp. 156-157.
15 Cfr. al respecto: CARO JOHN, José Antonio, “Normativismo e Imputación Jurídico Penal,
Estudios de Derecho Penal Funcionalista”, ARA Editores, Lima, 2010, pp. 115-126; GARCÍA
CAVERO, Percy, “Derecho Penal. Parte General”, 2da edición, Jurista Editores, Lima, 2012, p.
195-198; MEINI MÉNDEZ, Iván, “Notas sobre el derecho penal del enemigo y los derechos
humanos”, en “Los caminos de la justicia penal y los derechos humanos”, MACEDO,
Francisco (Coord.), Idehpucp, Lima, 2007, pp. 151-153; PRADO SALDARRIAGA, Víctor,
“Nuevo Proceso Penal, Reforma y Política Criminal”, Idemsa, Lima, 2009, p. 457; PÁUCAR
CHAPPA, Marcial, “El nuevo delito de financiamiento del terrorismo en el Perú” en Gaceta
Penal & Procesal Penal № 42. Gaceta Jurídica, Lima, 2012, pp. 135-150; ALCÓCER POVIS,
5
Este ilícito penal puede ser cometido por cualquier persona, por lo que
al no requerirse ninguna cualidad especial al agente podemos sostener que es
un “delito común”. Asimismo, es en mi opinión, no es un tipo penal
plurisubjetivo porque no requiere la corroboración de una pluralidad de
agentes, por consiguiente, el autor puede ser detenido, procesado y
sancionado individualmente, sin que tampoco sea necesario verificar su
pertenencia o conexión a una organización criminal o banda.
Eduardo, “La Inclusión del Enemigo en el Derecho Penal”, Editorial Reforma, Lima, 2009,
pp. 91-110; MONTERO CRUZ, Estuardo, “El ciudadano y el enemigo en el Derecho penal
peruano: Una aproximación política y científica desde la teoría de los sistemas sociales
autopoiéticos”, en PARIONA ARANA, Raúl (Coord.), “20 Años de Vigencia del Código Penal
peruano”, Grijley, Lima, 2012, pp. 53-54; TALAVERA ELGUERA, Pablo; “El Derecho
Procesal Penal del enemigo en la Legislación comparada (Parte I)” en Justicia y Democracia
№ 10/2011, AMAG, Lima, 2011, pp. 35-63; en la Jurisprudencia nacional, véase también las
STC N° 003-2005-PI/TC y STC N° 0014-2006-PI/TC.
16 PRADO SALDARRIAGA, Víctor Roberto, “Criminalidad Organizada”, Idemsa, Lima, 2006,
pp. 69-70.
17 PEÑA-CABRERA FREYRE, Alonso R., “Una nueva manifestación tipológica del derecho
penal del enemigo: el delito de reglaje en el Perú”, en “Libro Homenaje al Profesor José
Hurtado Pozo. El Penalista de dos mundos”, Idemsa, Lima, 2013, pp. 565-566.
6
3.2.1. Actos de acopio de información
7
solicitar sin expresión de causa la información que se requiera y a recibirla de
cualquier entidad pública, en el plazo legal, con el costo que suponga el
pedido, pero dado que ningún derecho es absoluto, se presentan algunas
excepciones a la regla, como por ejemplo las informaciones que afectan la
“intimidad de las personas” y las que expresamente se “excluyan por ley” o
incluso “por razones de seguridad nacional”.
8
alegar como causa de justificación o ejercicio de un derecho, el haber
empleado información que es de acceso público no restringido, si tuvo como
propósito emplearla para la comisión o facilitación de los “delitos-fin”21. Bajo
esa línea de análisis, podemos afirmar entonces que los actos de acopio de
información importan el acopio de datos relevantes, necesarios para poder
asegurar el éxito de la operación criminal22.
21 Cfr. sobre los delitos-fin, SILVA SÁNCHEZ, Jesús María, “La ‘Intervención a través de la
organización’, ¿Una forma moderna de participación en el delito?”, en CANCIO MELIÁ,
Manuel/ SILVA SÁNCHEZ, Jesús María, “Delitos de organización”, Editorial B de F, Buenos
Aires, 2008, p. 100; POLAINO-ORTS, Miguel, “Delitos de organización como Derecho penal
del enemigo”, en JAKOBS, Günther/ POLAINO-ORTS, Miguel, “Delitos de Organización: Un
desafío al Estado”, Grijley, Lima, 2009, pp. 126-128; CASTILLO ALVA, José Luis,
“Asociación para delinquir”, Grijley, Lima, 2005, p. 15.
22 PEÑA-CABRERA FREYRE, Alonso R., “Una nueva manifestación tipológica del derecho
penal del enemigo: el delito de reglaje en el Perú”, en “Libro Homenaje al Profesor José
Hurtado Pozo. El Penalista de dos mundos”, Idemsa, Lima, 2013, p. 568
23 Cfr. sobre las modalidades de extorsión que existen en nuestro país: MINISTERIO
PÚBLICO, “Boletín del Observatorio de la Criminalidad”, Año 2, N° 08, Agosto 2011, pp. 6-7.
24 SALINAS SICCHA, Ramiro, “Derecho Penal. Parte Especial”, 5ta edición, Grijley/Iustitua,
9
actividades y horarios que realiza al interior de dichos lugares. Aquí también
estarán comprendidos los actos donde el agente realice las denominadas
“señas ocultas” en las paredes de los domicilios de las posibles víctimas, con el
propósito de clasificar los inmuebles que han de estar seleccionados para ser
el blanco de robos.
A) Posesión de armas
10
para el que la porta26, y que estén en disposición de funcionar aunque lo
hagan en forma defectuosa27.
B) Posesión de vehículos
armas de fuego”, en AAVV. “El Nuevo Código Penal peruano”, Fondo Editorial del Congreso,
Lima, 2011, p. 368.
28 CASTAÑEDA SEGOVIA, Mateo, “Límites entre la posesión irregular y la tenencia ilegal de
11
C) Posesión de teléfonos
29 Cabe precisar que la Primera Disposición Complementaria y Final señaló una Exención de
responsabilidad penal en este dominio: “La persona privada de su libertad que
voluntariamente entregue armas de fuego o arma blanca, municiones, (...) así como
teléfonos celulares o fijos o sus accesorios antes de la vigencia de la presente Ley, estará
exenta de responsabilidad penal”; siendo importante hacer mención que la norma entró en
vigencia a los sesenta días calendario de su publicación.
12
200), en tanto que en el delito tipificado en el Art. 368°-D, 2 y 3 p., tiene un
radio de acción que comprende cualquier ilícito penal (tanto del código penal
como de leyes especiales).
30 En el Código Penal existen otras figuras donde el legislador ha encuadrado dicha condición
en el sujeto activo, así por ejemplo, en la circunstancia cualificada descrita en el 4to p. del Art.
46°-A: “... cuando el sujeto activo desde un establecimiento penitenciario donde se encuentre
privado de su libertad, comete en calidad de autor o partícipe...”; o en el delito de fuga,
sancionado en el Art. 413°: “El que, estando legalmente privado de su libertad, se evade por
medio de violencia o amenaza...”.
31 Véase la Sentencia del Tribunal Constitucional N° 0010-2002-AI/TC-Lima, FJ. 49-51,
13
sistemática y en función a los bienes jurídicos protegidos, a efectos de verificar
su coherencia y armonía con el principio de proporcionalidad.
4.1. Dolo
14
especial condición de sus elementos esenciales determinan para su
configuración típica sólo el “dolo directo”, sin la posibilidad que sean
admisibles los casos de dolo eventual.
V. CONSUMACIÓN
categoría de delito consumado por medio de la Ley N° 29859”, Gaceta Penal & Procesal
Penal N° 35, Mayo 2012, p. 151.
34 Cfr. PAUCAR CHAPPA, Marcial Eloy, “La investigación del delito de lavado de activos”,
15
Adicionalmente, es un “delito de peligro abstracto” por cuanto la
norma no señala o consigna normativamente cuál es el peligro que debe
realizar el sujeto activo, sino que existe un merecimiento de pena por ser la
conducta típicamente peligrosa por sí misma35.
35 Cfr. ROXIN, Claus, “La Imputación Objetiva en el Derecho Penal”, Traducción de Manuel
Abanto, 2da edición, Grijley, 2012, p. 165; este autor los denomina “delitos de abstracta puesta
en peligro”, y son aquéllos en los cuales se pena una conducta típicamente peligrosa por sí
misma, sin que se necesite la producción de un resultado de peligro en el caso concreto.
36 PRADO SALDARRIAGA, Víctor. Determinación Judicial de la Pena y Acuerdos Plenarios.
16
funcionario o servidor público en base a los alcances del Art. 425°, sino que
además, se debería corroborar que el agente se prevalió de su posición
especial para cometer el injusto, esto es, debe configurarse un “delito de
prevalimento”37, es decir, el agente de un delito toma ventaja de una concreta
y especial situación de predominio, confianza, influencia o autoridad con
respecto a la víctima para poder ejecutar con éxito el tipo penal. Para subsanar
dicha deficiencia en la técnica legislativa proponemos de lege ferenda se
reemplace dicho texto por la fórmula “si el agente comete el hecho abusando
del ejercicio de la función pública” 38.
Este vínculo debe de ser de una naturaleza tal que impulse a la víctima
a depositar su confianza en aquél. Puede tratarse de una relación maestro y
alumno, de vendedor a comprador, de empresario y proveedor, amigos,
vecinos, familiares cercanos o lejanos, repartidores de diarios u otros
productos, etc. En realidad se pueden tomar los mismos criterios dogmáticos
adoptados para el caso del delito de violación sexual de menor (Art. 173°,
párrafo in fine): “si el agente tuviere cualquier posición (...) que le dé
particular autoridad sobre la víctima o le impulse a depositar en él su
confianza”.
Perú”, en Gaceta Penal & Procesal Penal, N° 42, Diciembre 2012, p. 150; aquí, ya
anteriormente también hemos presentado la misma crítica sobre los alcances de la segunda
circunstancia agravante del 2do p. del Art. 4°-A, donde proponemos de lege ferenda dicha
fórmula.
17
realizar los actos de marcaje y reglaje. Sobre el segundo supuesto, debemos
precisar que la “justicia penal de menores” es un tema de amplio de debate en
la doctrina, pues tal como afirma ROXIN39, lo correcto es afirmar que se trata
de una regulación de la exclusión de la responsabilidad que puede basarse
bien en que el menor todavía no era normativamente asequible o bien en que
no existe ninguna necesidad preventiva de punición.
39 ROXIN, Claus, “Derecho Penal, Parte General”, Tomo I, Civitas, Madrid, 1997, p. 847
18
funcionario de una entidad bancaria. En estos casos la pena privativa
de libertad será no menor de seis ni mayor de diez años.”
VIII. BIBLIOGRAFÍA
19
MONTERO CRUZ, Estuardo, “El ciudadano y el enemigo en el Derecho penal
peruano: Una aproximación política y científica desde la teoría de los
sistemas sociales autopoiéticos”, en PARIONA ARANA, Raúl (Coord.), “20
Años de Vigencia del Código Penal peruano”, Grijley, Lima, 2012.
NÚÑEZ PÉREZ, Fernando Vicente, “El acto preparatorio de marcaje o
reglaje elevado a la categoría de delito consumado por medio de la Ley N°
29859”, Gaceta Penal & Procesal Penal N° 35, Mayo 2012.
PAUCAR CHAPPA, Marcial Eloy, “La investigación del delito de lavado de
activos”, ARA Editores, Lima, 2013.
PÁUCAR CHAPPA, Marcial Eloy, “El nuevo delito de financiamiento del
terrorismo en el Perú” en Gaceta Penal & Procesal Penal № 42. Gaceta
Jurídica, Lima, 2012.
PEÑA-CABRERA FREYRE, Alonso R., “Una nueva manifestación tipológica
del derecho penal del enemigo: el delito de reglaje en el Perú”, en “Libro
Homenaje al Profesor José Hurtado Pozo. El Penalista de dos mundos”,
Idemsa, Lima, 2013.
PEÑA-CABRERA FREYRE, Alonso R., “Una nueva manifestación tipológica
del derecho penal del enemigo: el delito de reglaje en el Perú”, en “Libro
Homenaje al Profesor José Hurtado Pozo. El Penalista de dos mundos”,
Idemsa, Lima, 2013.
POLAINO-ORTS, Miguel, “Delitos de organización como Derecho penal del
enemigo”, en JAKOBS, Günther/ POLAINO-ORTS, Miguel, “Delitos de
Organización: Un desafío al Estado”, Grijley, Lima, 2009.
POLAINO-ORTS, Miguel, “Derecho penal del enemigo. Desmitificación de un
concepto”, Grijley, Lima, 2006.
PRADO SALDARRIAGA, Víctor Roberto, “Criminalidad Organizada”,
Idemsa, Lima, 2006.
PRADO SALDARRIAGA, Víctor Roberto, “Nuevo Proceso Penal, Reforma y
Política Criminal”, Idemsa, Lima, 2009.
PRADO SALDARRIAGA, Víctor Roberto, Determinación Judicial de la Pena
y Acuerdos Plenarios. Idemsa, Lima, 2010.
ROJAS VARGAS, Fidel, “El Delito, Preparación, Tentativa y Consumación”,
Idemsa, Lima, 2009.
ROXIN, Claus, “Derecho Penal, Parte General”, Tomo I, Civitas, Madrid,
1997.
ROXIN, Claus, “La Imputación Objetiva en el Derecho Penal”, Traducción de
Manuel Abanto, 2da edición, Grijley, 2012.
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específicos elementos subjetivos del injusto”, en AA.VV., Libro Homenaje al
Dr. Marino Barbero Santos: In Memorian, vol. II, Ediciones Universidad de
Salamanca, Cuenca, 2001.
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Grijley/Iustitua, Lima, 2013.
SÁNCHEZ GARCÍA DE PAZ, Isabel, “Perfil Criminológico de la Criminalidad
Transnacional Organizada”, en “Serta – In Memoriam Alexandri Baratta”,
Fernando Pérez Álvarez (Ed.) Universidad de Salamanca, Salamanca, 2004.
SÁNCHEZ GARCÍA DE PAZ, M. Isabel; “El moderno derecho penal y la
anticipación de la tutela penal”, Universidad de Valladolid, Valladolid, 1999.
20
SANCINETTI, Marcelo A. “Exigencias mínimas de la dogmática del hecho
punible en la parte general de los códigos penales”, en AAVV, “El
Funcionalismo en Derecho Penal. Libro Homenaje al Profesor Günther
Jakobs”, Tomo I, Universidad Externado de Colombia, Bogotá, 2003.
SILVA SÁNCHEZ, Jesús María, “La ‘Intervención a través de la organización’,
¿Una forma moderna de participación en el delito?”, en CANCIO MELIÁ,
Manuel/ SILVA SÁNCHEZ, Jesús María, “Delitos de organización”, Editorial
B de F, Buenos Aires, 2008.
TALAVERA ELGUERA, Pablo; “El Derecho Procesal Penal del enemigo en la
Legislación comparada (Parte I)” en Justicia y Democracia № 10/2011,
AMAG, Lima, 2011.
VÁZQUEZ-PORTOMEÑE SEIJAS, Fernando, “La circunstancia agravante de
prevalimiento del carácter público (Art. 22.7ª del código penal)”, Tirant lo
Blanch, Valencia, 2001.
ZAFFARONI, Raúl, “Derecho Penal – Parte General”. Editorial EDIAR.
Buenos Aires, 2002.
21
EL DELITO DE MARCAJE O REGLAJE ¿EXPRESIÓN DE UN
I. INTRODUCCIÓN
como la utilización de las medidas penales para movilizar a la opinión pública, sin
que se resuelvan en el fondo los problemas que se promete solucionar5.
a. una que decreta una amnistía para los que posean armas sin licencia7;
5
KIllias,
Martin:
La
criminalisation
de
la
vie
quotidienne
et
la
politisation
du
droit
pénal:
en
Societé
Suisse
des
Juristes;
Rapports
et
Communications;
N°
4;
1995;
p.
429.
6
Edición
del
Diario
El
Comercio
del
01
de
julio
del
2012;
p.
A10.
7
Ley
nada
novedosa
pues
estas
leyes
se
dictan
con
cierta
regularidad.
3
El propósito del presente trabajo es analizar los alcances de este nuevo tipo
penal, a efecto de determinar si es capaz de generar valor público9, en el ámbito
de la política de seguridad ciudadana, o si por el contrario, genera más inseguridad
jurídica, sin solucionar el problema.
8
Artículo
317-‐A.
Marcaje
o
reglaje.-‐
“El
que
para
cometer
o
facilitar
la
comisión
de
los
delitos
tipificados
en
los
artículos
106,
107,
108,
121,
124-‐A,
152,
153,
170,
171,
172,
173,
173-‐A,
175,
176,
176-‐A,
177,
185,
186,
188,
189
o
200
del
Código
Penal,
realiza
actos
de
vigilancia
o
seguimiento
de
personas;
o
tiene
en
su
poder
armas,
vehículos,
teléfonos
u
otros
instrumentos
para
facilitar
la
comisión
del
delito,
será
sancionado
con
pena
privativa
de
libertad
no
menor
de
tres
ni
mayor
de
seis
años.
Constituye
circunstancia
agravante
si
el
sujeto
activo
es
funcionario
o
servidor
público
o
mantiene
o
hubiese
mantenido
con
este
último
vínculo
que
lo
impulse
a
depositar
en
él
su
confianza
o
utilice
para
su
realización
a
un
menor
de
edad.
En
estos
casos
la
pena
privativa
de
libertad
será
no
menor
de
seis
ni
mayor
de
diez
años.
9
Entendiendo
por
valor
público
el
estándar
que
sirve
para
medir
el
rendimiento
real
de
las
políticas
públicas,
resolviendo
eficaz
y
eficientemente
un
problema
colectivo.
Cfr.
Moore,
Mark:
Gestión
Estratégica
y
Generación
de
Valor
en
el
Sector
Público;
Paidos;
1998.
4
IV LEGISLACIÓN COMPARADA
10
“El
que
para
cometer
los
delitos
de
homicidio,
robo,
extorsión
o
secuestro,
realiza
actos
de
acopio
de
información
y
obtiene
nombres
de
personas,
lista
de
directorios,
direcciones
domiciliarias,
números
telefónicos;
o
realiza
actos
de
vigilancia
y
seguimiento
de
personas;
o
tiene
en
su
poder
armas,
vehículos,
teléfonos
u
otros
instrumentos
para
facilitar
la
comisión
de
los
delitos
de
homicidio,
robo,
extorsión
o
secuestro,
será
sancionado
con
pena
privativa
de
libertad
no
menor
de
seis
ni
mayor
de
diez
años.
Constituye
circunstancia
agravante
si
el
sujeto
activo
es
funcionario
o
servidor
público
o
empleado
de
empresas
del
sistema
financiero,
centro
comercial
o
mantiene
vínculo
laboral
con
el
sujeto
o
mantiene
con
este
último
vínculo
que
le
impulsa
a
depositar
su
confianza.
En
estos
casos,
la
pena
privativa
de
libertad
no
será
no
menor
de
diez
ni
mayor
de
quince
años”.
5
estamos estudiando. Y ello porque las legislaciones de esos países aun son
prevalentemente tributarias del derecho penal clásico.
c. Los actos preparatorios se sancionan igual que para los delitos proyectados.
Pero, se deja al juez la posibilidad de rebajar hasta en dos tercios de sus
límites mínimos.
V. TERMINOLOGÍA
Ahora bien, para comenzar a conocer una nueva institución, en este caso,
un nuevo tipo penal, es necesario hacer una primera aproximación, a través del
rótulo que se usa para designarla.
6
¿En qué contexto normativo debemos situar este nuevo tipo penal?
11
Cfr.
Villa
Stein,
Javier:
Derecho
Penal.
Parte
General;
3ra
edición;
Ed.
Grijley;
Lima
2008;
p.
332.
12
Hurtado
Pozo,
José;
Manual
de
Derecho
Penal.
Parte
general
I;
3ra
edición;
Grijley;
Lima
2005;
p.
810
y
s.
7
Por el contexto en que se dictó esta ley, debemos entender que lo que se
busca es reforzar la seguridad ciudadana, combatiendo de manera antelada los
homicidios, lesiones, secuestros, extorsiones, violaciones o robos.
Pero el Congresista Luis Iberico señaló, saludando esta ley, que lo que se
pretende es reprimir los actos de inteligencia14. Si consideramos los alcances de la
definición de inteligencia como generación de información, diríamos que este acto
rebasa las posibilidades de los delincuentes ocasionales o individuales. Entonces la
13
Alonso
Peña
Cabrera
Freyre,
señala
otros
casos
que
podrían
ser
considerados
en
realidad
como
delitos
de
peligro
abstracto.
Cfr.
Derecho
Penal.
Parte
General;
2da.
Edición;
Ed.
Rhodas;
Lima
2007;
p.
394
y
s.
14
Debemos
entender
que
con
la
frase
expresada
por
el
Congresista,
se
está
aludiendo
al
proceso
sistemático
de
recolección,
evaluación
y
análisis
de
información,
cuya
finalidad
es
producir
conocimiento
útil
para
la
toma
de
decisiones.
8
Del mismo modo, es legítimo que el Estado ejerza su poder punitivo para
garantizar la indemnidad de bienes que sin ser personales, son necesarios para el
funcionamiento de la sociedad; esto es proteger a bienes institucionales, como la
administración, la fe, la paz y la salud públicas, así como la seguridad nacional.
¿A qué conduce esta evolución doctrinaria? A que los principios liberales del
derecho penal sean relativizados e incluso anulados por el derecho penal de riesgo.
El primer gran problema de este nuevo tipo penal, está relacionado con su
ubicación en el itinerario del delito.
16
Fase
de
desarrollo
de
la
sociedad
moderna
donde
los
riesgos
sociales,
políticos,
económicos
e
industriales
tienden
cada
vez
más
a
escapar
a
las
instituciones
de
control
y
protección
de
la
sociedad
industrial".
Cfr.
Risikogesellschaft
-‐
Auf
dem
Weg
in
eine
andere
Moderne;
Suhrkamp;
1986.
17
Cfr.
Derecho
Penal
Simbólico
y
Protección
de
Bienes
Jurídicos;
en Varios
Autores:
Pena
y
Estado;
Santiago:
Editorial
Jurídica
Conosur,
1995,
pp.
23-‐36.
10
bien jurídico protegido18. Por ello se sostiene con razón que solo en Códigos
autoritarios o poco democráticos se sancionan masivamente actos preparatorios19
A. BIEN JURÍDICO
B. SUJETOS ACTIVOS
especiales que hay que reprimir más. Sin embargo, debe restringirse su
aplicación en dos aspectos.
c. Con relación a las armas, debe entenderse que se trata de las armas
propias; esto es, las que son fabricadas o elaboradas con el fin expreso de
ser usadas para atacar o defenderse.
14
La imputación objetiva forma parte del tipo objetivo. Es decir no basta con
constatar una conducta, sino que ésta deba haber creado o incrementado
sustancialmente el riesgo al bien jurídico protegido.
Al respecto, qué duda cabe que quien facilita dolosamente un arma a otro
para que cometa un robo, se encuentra en el ámbito del riesgo prohibido. Pero la
relevancia penal de esta conducta, está condicionada a que la conducta facilitada
se haya por lo menos intentado.
¿Qué van a tener que hacer los jueces, cuando el fiscal plantee su caso por
delito de marcaje o reglaje? ¿Cómo va a determinar ese elemento de tendencia
interna trascendente, distinto al dolo, si el agente no ha pasado al acto ni ha
realizado ningún acto de auxilio concreto? Es altamente improbable que el
intervenido confiese sus intenciones de cometer un delito o de facilitarlo. No cabe
además la prueba directa. Peor aún, la flagrancia ¿la flagrancia con relación a qué?
¿de estar poseyendo un vehículo, un celular? ¿de estar siguiendo a otra persona?
¿de estar vigilándola?
16
Tendría que recurrirse a la prueba por indicios. Esto es, acumular una
cantidad de indicios de cargo, fuertes, concurrentes, no contradichos por
contraindicios que permitan hacer una inferencia válida y contundente y probar el
hecho. Surge aquí otra dificultad: ¿qué hecho tendría que probarse
indirectamente? En realidad no hay un hecho a probar pues el proyectado por el
agente no está en el mundo de la realidad. En otras palabras, no se puede
pretender probar el pensamiento del acopiador, del seguidor, del vigilante, del
poseedor22. A menos que se quiera llamar hecho a la subjetividad del imputado, a
lo que pensaba hacer, pero lo que se quería hacer no es lo que ha hecho.
Lo peligroso de este tipo penal es que puede dar lugar a derivas represivas,
que terminen criminalizando conductas de vida. Así, en nombre de la seguridad
ciudadana se podría intervenir a personas con un modo de vestir distinto o incluso
22
Distinta
es
la
situación
de
la
probanza
de
la
intención
del
agente
en
un
caso
de
lesiones
seguidas
de
muerte,
pues
en
este
supuesto
hay
un
hecho
externo
ilícito
y
dañoso
de
un
bien
jurídico.
17
extravagante, en función por ejemplo del uso de gorras, doble polo, tatuajes,
cicatrices, pelo mal alisado, zapatillas…
XIII. PENALIDAD
XIV CONCLUSIONES
d. Los jueces tendrán que optar por hacer control difuso si estiman que el
nuevo tipo penal, viola el principio de afectación de bienes jurídicos, de
culpabilidad o de legalidad.
El 19 de julio del presente año, se publicó en el Diario Oficial El Peruano la “Ley que modifica el
artículo 316 e incorpora el artículo 316-A al Código penal, tipificando el delito de apología de
terrorismo”. Los cambios legislativos realizados a través de la Ley n.º 30610 son los siguientes:
- Se ha incorporado en la redacción del delito de apología los verbos rectores “exaltar, justificar o
enaltecer”, en reemplazo de la imprecisa expresión: “hace la apología”. Se trata así de definir de
mejor manera la conducta prohibida y delimitar los alcances del tipo penal; sin embargo —como
expondremos más adelante— tal medida no soluciona el conflicto existente entre la proscripción
de la apología y el respeto que se debe brindar al derecho a la libertad de expresión.
- El delito de apología sigue presentando un párrafo que agrava la sanción en casos particulares1,
pero no regula más los actos apologéticos del delito de terrorismo. Ahora tal conducta se prohíbe
mediante el art. 316-A, donde se castiga a un individuo “Si la exaltación, justificación o
enaltecimiento se hace del delito de terrorismo (…)”. La apología del terrorismo (art. 316-A) es
entonces un delito derivado de la apología simple (art. 316 CP). Por tanto, para su configuración
no solo debe exigirse la realización de sus particulares circunstancias, sino también las del tipo
base.
- En la redacción del delito de apología del terrorismo se excluyó cualquier mención a que la
exaltación, justificación o enaltecimiento de un acto terrorista se realice públicamente. Esta
forma de describir la conducta típica podría conducir a que —desde una interpretación
estrictamente literal— se sostenga la existencia de una “apología en privado”. Semejante
prohibición sería una arbitraria, manifiesta e intensa intromisión en el derecho a la opinión, que
de ninguna manera superaría el examen de legitimidad constitucional al que debe ser sometido
toda norma penal, a fin de garantizar las libertades de los ciudadanos. Sin embargo, al tratarse
de un delito derivado de la apología simple, la exigencia de que el acto apologético se realice
públicamente se deberá deducir del tipo base. Pese a esto, lo más acertado será que el legislador
corrija dicha omisión.
- Se advierte el claro interés del legislador por incluir distintas agravantes en función del sujeto
activo que realiza la conducta proscrita (autoridad, docente o personal administrativo de una
institución educativa), la utilización o facilitación de sujetos vulnerables (presencia de menores
de edad) o, incluso, al medio usado para su difusión (libros, escritos, imágenes, audios, imprenta,
radiodifusión, medios de comunicación social, el uso de tecnologías de la información o de la
comunicación, entre otros). No obstante, la amplitud de estas agravantes, usualmente presentes
en cualquier acto de apología del terrorismo, vaciaría de contenido el tipo básico, pues ninguna
conducta se subsumiría ya en este, sino, casi siempre, en el tipo agravado. Por lo demás, la
inclusión de estas modalidades agravadas se realiza sin las suficientes garantías frente al riesgo
de una afectación intensa a la libertad de expresión.
- El extremo de la etiqueta de la Ley n.º 30610 donde se señala que “(…) incorpora el artículo 316-
A al Código penal, tipificando el delito de apología de terrorismo” podría inducirnos a
considerar que solo a partir de esta ley se criminaliza la realización de un acto apologético a favor
Abogada por la Pontificia Universidad Católica del Perú.
Abogado. Magister en Derecho Penal por la Pontificia Universidad Católica del Perú.
1En el segundo párrafo del art. 316 se establece una agravación del castigo para los casos en que se realice una
pública exaltación, justificación o enaltecimiento de un delito previsto en los artículos 152 al 153-A, 200, 273 al 279-
D, 296 al 298, 315, 317, 318-A, 325 al 333, 346 al 350 o de los delitos de lavado de activos, o de la persona condenada
por sentencia firme como autor o partícipe.
1
11 Instituto de Ciencia Procesal Penal
del delito de terrorismo, o de una persona que fue condenada por intervenir en un hecho de
tales características. Eso es incorrecto, ya que con anterioridad a la emisión de la citada ley, el
art. 316 CP contenía una agravante en la que sancionaba la apología del delito de terrorismo con
la misma pena que ahora se impone a través del art. 316-A.
- La inhabilitación planteada a modo de castigo por la comisión del delito de apología del
terrorismo (2do y 3er párrafo del art. 316-A) es la de incapacidad definitiva, que se encuentra
prevista en el inc. 9 del art 36 CP.
Ahora bien, el aspecto más importante que debemos advertir sobre la actual redacción del delito
de apología del terrorismo, es que los verbos rectores “exalta, justifica, legitima o enaltece” no
son suficientes para definir de manera precisa la conducta típica, toda vez que se estaría
sancionando un delito de opinión, esto es, la disidencia pública o la libre expresión de un
pensamiento2, lo que colisionaría no solo con el derecho a la libertad de expresión, sino que
también le restaría autonomía al individuo, afectándose, además, el principio de ofensividad al
castigarse una opinión (libertad de crítica) que no comprende incitación alguna a la comisión de
un acto terrorista.
La citada autora agrega que “en un orden político en el que rige el principio de soberanía popular
tiene que presuponerse una comunidad de sujetos autónomos, esto es, «de seres que se rigen
por su razón y, en consecuencia, han de ser capaces de decidir correctamente por sí mismos,
examinando todos los argumentos, incluso los que presuntamente conducen a una solución
incorrecta». De este modo, si una tercera persona decide delinquir voluntariamente con base en
manifestaciones de otros que son producto de la libertad de expresión y del pluralismo político
propios de un Estado democrático, se «rompe el nexo de imputación entre la expresión y el
daño»”4.
En ese sentido, cabe indicar que la omisión de la exigencia de la incitación directa a delinquir ha
sido duramente criticada por un sector mayoritario de la doctrina española que sostiene la
inconformidad de la tipificación del enaltecimiento del terrorismo con el marco constitucional.
La profesora Rodríguez Montañés señala al respecto lo siguiente:
“Sin duda de ello se deriva —como sostiene la doctrina mayoritaria— que una
interpretación estrictamente gramatical del tipo de enaltecimiento del
terrorismo (art. 578 CP), que se conforme con la exteriorización [de] palabras
que enaltezcan o justifiquen los delitos de terrorismo a través de cualquier medio
de expresión pública o difusión, sin exigir ningún componente incitador ni
objetivo (ni incitación directa, ni indirecta), ni subjetivo (no se requiere que el
2LLOBET ANGLI, Mariona. Derecho penal del terrorismo. Límites de su punición en un Estado democrático, Madrid: La
Ley – Wolters Kluwer, 2010, p. 442.
3 LLOBET ANGLI, Mariona. Derecho penal del terrorismo. Límites de su punición en un Estado democrático, Madrid: La
2
11 Instituto de Ciencia Procesal Penal
dolo abarque más allá del elogio) es inasumible porque no encuentra encaje
en nuestro marco constitucional”5.
Tal propuesta se encuentra en sintonía con las exigencias del derecho a la libertad de expresión
derivadas del Pacto de Derechos Civiles y Políticos, así como de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos, que presentan disposiciones que prohíben —en forma absoluta y
permanente— cierta clase de expresiones:
“En efecto, el artículo 20 del Pacto señala que toda propaganda en favor de
la guerra estará prohibida por la ley, y que toda apología del odio nacional,
racial o religioso, que constituya incitación a la discriminación, la hostilidad
o la violencia, estará prohibida por la ley; asimismo, el párrafo 5 del artículo
13 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos dispone que estará
prohibida por la ley toda propaganda en favor de la guerra y toda apología
del odio nacional, racial o religioso, que constituya incitación a la violencia o
cualquier otra acción ilegal similar contra cualquier persona o grupo de
personas, por cualquier motivo, incluso los de raza, color, religión, idioma u
origen nacional. Por consiguiente, estas disposiciones imponen a los Estados
la obligación de prohibir determinado tipo de expresiones, y la obligación de
abstenerse ellos mismos de toda propaganda o apología de esa naturaleza,
o de alentar incitaciones a la violencia o la discriminación”9. (resaltado
nuestro)
5RODRÍGUEZ MONTAÑES, Teresa. Libertad de expresión, discurso extremo y delito. Una aproximación desde la
Constitución a las fronteras del derecho penal, Valencia: Tirant lo Blanch, 2012, p. 327.
6
Sobre este punto, es pertinente señalar que un sector de la doctrina considera que la libertad de
expresión y de opinión, como todos los derechos, no son absolutos, y que tipificar el delito de apología
como solo enaltecimiento de actos delictivos tan graves como el terrorismo, no afectaría de manera
intensa estos derechos. No obstante, aun cuando en sentido abstracto esta postura puede significar un
punto de debate, consideramos que, conforme lo señalamos anteriormente, el Derecho penal en un
Estado Social Democrático de Derecho solo debe reaccionar ante conductas especialmente ofensivas que
justifiquen la grave intromisión en la libertad de los ciudadanos que significa la imposición de una pena.
razón por la cual, para la configuración legítima del delito de apología, además del enaltecimiento, será
necesaria la exigencia de una incitación directa a delinquir para el común de los delitos, o de una incitación
material, para el caso de los delitos más graves, como el terrorismo.
7 RODRÍGUEZ MONTAÑES, Teresa. Libertad de expresión, discurso extremo y delito. Una aproximación desde la
Constitución a las fronteras del derecho penal, Valencia: Tirant lo Blanch, 2012, pp. 326 y 327.
8 LLOBET ANGLI, Mariona. Derecho penal del terrorismo. Límites de su punición en un Estado democrático, Madrid: La
3
11 Instituto de Ciencia Procesal Penal
en función de la gravedad del hecho. De ahí que no cualquier expresión de
opinión favorable sobre un acto terrorista, o su autor, constituya delito; sino
que deben respetarse ciertos límites. Estos son:
10
STC n.° 010-2002-AI/TC. Caso: Tineo Silva (FJ. 88)
4
LEGISLACIÓN ANTITERRORISTA
(D. Ley 25475)
Profesor Walter Palomino Ramírez
LA VEGA
UNIVERSIDAD INCA GARCILAZO DE
Estudios de Doctorado en Derecho en la UNMSM. Magíster en Derecho Penal por la
Pontificia Universidad Católica del Perú. Certificación Internacional en temas de
prevención de lavado de activos (Florida International University). Especialista en
Compliance y Buenas Prácticas Corporativas (Universidad del Pacífico). Especialista en
Cumplimiento Normativo en Materia Penal (Universidad Castilla-La Mancha).
Especialista en Compliance y Buenas Prácticas Corporativas (PUCP/Universidad Católica
de Chile). Egresado del Programa Peruano de Capacitación para la Implementación de
la Reforma Procesal Penal (Centro de Justicia de las Américas). Profesor de Derecho
penal y Derecho penal económico. Abogado integrante del área de litigios penales del
Estudio Oré Guardia. Autor de múltiples artículos especializados en material penal y
procesal penal.
1
Evolución legislativa del delito de
terrorismo
Punto de partida: D. Legislativo n.° 46, del 10 de marzo de 1981
Artículo 1.- El que con propósito de provocar o mantener un estado de zozobra, alarma o terror en la
población o un sector de ella cometiera actos que pudieren crear peligro para la vida, la salud o el
patrimonio de las personas, o encaminados, a la destrucción o deterioro de edificios públicos o privados, vías
y medios de comunicación o transporte o de conducción de fluidos o fuerzas motrices u otras análogas,
valiéndose de medios capaces de provocar grandes estragos o de ocasionar grave perturbación de la
tranquilidad pública o de afectar las relaciones internacionales o la seguridad del Estado, será reprimido con
penitenciaría no menor de diez años ni mayor de veinte años
LA VEGA
UNIVERSIDAD INCA GARCILAZO DE
- Comportamiento delictuoso: (1)realizar (a) actos que pudieran crear peligro para la vida, la salud o el
patrimonio (b) actos encaminados a la destrucción de edificios públicos o privados, vías y medios de
comunicación o transporte o de conducción de fluidos o fuerzas motrices u otras análogas.
•Se debe utilizar medios capaces de (a) provocar grandes estragos, (b) de ocasionar perturbación a la
tranquilidad pública, (c) de afectar las relaciones internacionales o la seguridad del Estado
•Móvil: provocar o mantener un estado de zozobra, alarma o terror en la población.
•Consumación: no es necesario que se cree realmente un estado de zozobra, alarma o terror en la población,
basta el propósito. No es necesario causar un perjuicio efectivo.
•Delito de peligro abstracto
•Agravante: cuando como efecto del delito se produce daño considerable en el patrimonio público o
privado.
2
Evolución legislativa del delito de
terrorismo
Art. 2 del D. Ley n.° 25475
• El tipo penal del delito de terrorismo fue insertado en el CP de 1991 (art. 319) mediante D. Leg.
635, pero luego este fue modificado por el D.Ley n.° 25475, art. 2. Modificación que fue analizada
por el Tribunal Constitucional.
• Art. 2: El que provoca, crea o mantiene un estado de zozobra, alarma o temor en la población o en
un sector de ella, realiza actos contra la vida, el cuerpo, la salud, la libertad y seguridad personales
o contra el patrimonio, contra la seguridad de los edificios públicos, vías o medios de comunicación
o de transporte de cualquier índole, torres de energía o transmisión, instalaciones motrices o
LA VEGA
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cualquier otro bien o servicio, empleando armamentos, materias o artefactos explosivos o
cualquier otro medio capaz de causar estragos o grave perturbación de la tranquilidad pública o
afectar las relaciones internacionales o la seguridad de la sociedad y del Estado, será reprimido con
pena privativa de libertad no menor de veinte años
• Comportamiento típico: dos actos: (1)provocar, crear o mantener un estado de zozobra, alarma o
temor y (2) realizar actos contra la vida, el cuerpo, la salud y la libertad y seguridad personales o
contra la seguridad de determinados bienes o servicios.
• El propósito del D. Leg. 46, es transformado en comportamiento típico.
• Delio de resultado (primer párrafo) y de peligro (segundo párrafo)
• Dos grupos de bienes jurídicos perjudicados: (1) bienes individuales: la vida, el cuerpo, la salud, la
libertad, la seguridad y el patrimonio, y (2) bienes colectivos: seguridad de ciertos bienes (edificios
públicos, vías de comunicación) o servicios (prestados, mediante torres de energía o
comunicación, por ejemplo) 3
• Tipo penal alternativo. Delito consiste, sea en provocar, crear o mantener una situación de alarma,
sea en realizar uno de los actos mencionados mediante uno de los medios señalados
Evolución legislativa del
delito de terrorismo
TC
• El delito de terrorismo exige necesariamente la
concurrencia de los tres elementos o modalidades del tipo
LA VEGA
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penal, además de la intencionalidad del agente. De modo
que la falta de uno de los elementos objetivos hace
imposible la tipificación.
• Modalidades: (1) atemorizar a la población, (2) actos contra
bienes o servicios y (3) ¡examen de los medios típicos?
• ¿Se trata de un tipo alternativo?
• Pautas poco claras
4
Delito de terrorismo
• Artículo 2.- Descripción típica del delito.
El que provoca, crea o mantiene un estado de zozobra, alarma o
temor en la población o en un sector de ella, realiza actos contra la
vida, el cuerpo, la salud, la libertad y seguridad personales o contra
el patrimonio, contra la seguridad de los edificios públicos, vías o
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medios de comunicación o de transporte de cualquier índole, torres
de energía o transmisión, instalaciones motrices o cualquier otro
bien o servicio, empleando armamentos, materias o artefactos
explosivos o cualquier otro medio capaz de causar estragos o grave
perturbación de la tranquilidad pública o afectar las relaciones
internacionales o la seguridad de la sociedad o de cualquier
Estado, será reprimido con pena privativa de libertad no menor de
veinte años. (modificado por el D. Leg. 1249 del 26 de noviembre de 2016)
5
Sanciones
Artículo 3.- Penas aplicables. La pena será:
a. Cadena Perpetua:
Si el agente pertenece al grupo dirigencial de una organización terrorista sea en calidad de líder,
cabecilla, jefe, secretario general u otro equivalente, a nivel nacional, sin distingo de la función que
desempeñe en la organización.
Si el agente es integrante de grupos armados, bandas, pelotones, grupos de aniquilamiento o
similares, de una organización terrorista, encargados de la eliminación física de personas o grupos de
personas indefensas sea cual fuere el medio empleado.
b. Pena privativa de libertad no menor de treinta años:
Si el daño ocasionado a los bienes públicos y privados impide, total o parcialmente, la prestación de
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servicios esenciales para la población.
Si el agente, acuerda, pacta o conviene con persona o agrupación dedicada al tráfico ilícito de
drogas, con la finalidad de obtener apoyo, ayuda, colaboración u otro medio a fin de realizar sus
actividades ilícitas."
c. Privativa de Libertad no menor de veinticinco años:
Si el agente miembro de una organización terrorista se vale de extorsión, asalto, robo, secuestro de
personas, o se apropia por cualquier medio ilícito de dinero, bienes o servicios de una autoridad o de
particulares.
Si el agente hace participar a menores de edad en la comisión de delitos de terrorismo.
Si como efecto de los hechos contenidos en el Artículo 2 de este Decreto Ley, se producen lesiones
graves a terceras personas.
LA VEGA
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7
Delito de colaboración con el
terrorismo
Artículo 4.- Colaboración con el terrorismo: Será reprimido con pena privativa de libertad no menor de
veinte años, el que de manera voluntaria realiza los siguientes actos de colaboración de cualquier modo,
favoreciendo la comisión de delitos comprendidos en este Decreto Ley:
a) Suministrar documentos e informaciones sobre personas y patrimonios, instalaciones, edificios
públicos y privados y cualquier otro que, específicamente coadyuven o facilite las actividades de
elementos o grupos terroristas o terroristas individuales en el país o en el extranjero.
b) La cesión o utilización de cualquier tipo de inmueble o alojamiento o de otros medios susceptibles de
ser destinados a ocultar personas o servir de depósito para armas, municiones, explosivos,
propaganda, víveres, medicamentos y de otras pertenencias relacionadas con los grupos terroristas,
terroristas individuales o con sus víctimas.
LA VEGA
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c) El traslado, a sabiendas, de personas pertenecientes a grupos terroristas, terroristas individuales o
vinculadas con las actividades delictuosas comprendidas en este Decreto Ley, en el país o en el
extranjero, así como la prestación de cualquier tipo de ayuda que favorezca la fuga de aquellos.
d) La organización, preparación o conducción de actividades de formación, instrucción, entrenamiento o
adoctrinamiento, con fines terroristas, de personas pertenecientes a grupos terroristas, terroristas
individuales o cualquier persona, bajo cualquier cobertura.
e) La fabricación, adquisición, tenencia, sustracción, almacenamiento, suministro, tráfico o transporte de
armas, sus partes y componentes accesorios, municiones, sustancias y objetos explosivos, asfixiantes,
inflamables, tóxicos o cualquier otro que pudiera producir muerte o lesiones, que fueran destinados a
la comisión de actos terroristas en el país o en el extranjero. Constituye circunstancia agravante la
posesión, tenencia y ocultamiento de armas, municiones o explosivos que pertenezcan a las Fuerzas
Armadas y Policía Nacional del Perú.
f) La falsificación, adulteración y obtención ilícita de documentos de identidad de cualquier naturaleza u
otro documento similar, para favorecer el tránsito, ingreso o salida del país de personas
pertenecientes a grupos terroristas, terroristas individuales o vinculadas a la comisión de los delitos
comprendidos en este Decreto ley, en el país o el extranjero. 8
Colaboración con el terrorismo: comportamiento
típico, diferencias con conductas neutrales
• El comportamiento típicamente relevante de colaboración terrorista
DEBE encontrarse explícitamente relacionado con las actividades y
finalidades de la organización terrorista en cuestión; y DEBE
favorecer, ayudar y/o contribuir materialmente en las actividades
propiamente terroristas.
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• “No es punible el mero apoyo o respaldo moral, sino que se requiere
una actuación de colaboración en las actividades de la organización”
[RN n.° 1062-2004. Sala Penal Permanente Corte Suprema. Caso
Médico.
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“cualquier acto de colaboración” con la
actividad terrorista.
Juicio normativo de
imputación objetiva de la
conducta para determinar:
O, si debe evaluarse el hecho de que el acto
médico contiene un significado propio de
inocuidad y neutralidad, respecto de los
comportamientos de los directamente
beneficiados, siendo en tal sentido no solo un
acto esencialmente lícito sino un deber 10
específico extrapenal que se obliga a cumplir.
Financiamiento del terrorismo
• Artículo 4-A. El que por cualquier medio, directa o indirectamente,
al interior o fuera del territorio nacional, voluntariamente provea,
aporte o recolecte medios, fondos, recursos financieros o
económicos o servicios financieros o servicios conexos o de
cualquier naturaleza, sean de origen lícito o ilícito, con la finalidad
de cometer cualquiera de los delitos previstos en este decreto ley,
cualquiera de los actos terroristas definidos en tratados de los
LA VEGA
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cuales el Perú es parte, la realización de los fines o asegurar la
existencia de un grupo terrorista o terroristas individuales, será
reprimido con pena privativa de libertad no menor de veinte ni
mayor de veinticinco años e inhabilitación de conformidad con los
incisos 1), 2) y 8) del artículo 36 del Código Penal.
La pena será privativa de libertad no menor de veinticinco ni mayor de
treinta y cinco años si el agente ofrece u otorga recompensa por la
comisión de un acto terrorista o tiene la calidad de funcionario o
servidor público. En este último caso, además, se impondrá la
inhabilitación prevista en los incisos 1, 2, 6 y 8 del artículo 36 del
Código Penal 11
(modificado por el D. Leg. 1249 del 26 de noviembre de 2016)
Afiliación a organizaciones
terroristas
• Artículo 5.- Los que forman parte de una organización
terrorista, por el sólo hecho de pertenecer a ella, serán
reprimidos con pena privativa de libertad no menor de veinte
años e inhabilitación posterior por el término que se
establezca en la sentencia. (*)
LA VEGA
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(*) De conformidad con el Artículo 2 del Decreto Legislativo Nº
921, publicado el 18-01-2003, la pena temporal máxima para el
delito previsto en el presente artículo, será cinco años mayor a la
pena mínima establecida en el mismo.
12
Reclutamiento de personas
Artículo 6-A.- Reclutamiento de personas:
El que por cualquier medio, recluta o capta personas para
facilitar o cometer actos terroristas, será reprimido con pena
privativa de libertad no menor de veinte ni mayor de veinticinco
años.
LA VEGA
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La pena será no menor de veinticinco ni mayor de treinta años,
si el agente recluta o capta menores de edad con la misma
finalidad.
Cuando se trate de funcionario o servidor público, se le
impondrá adicionalmente la inhabilitación prevista en los incisos
1), 2), 6), y 8) del artículo 36 del Código Penal.
(Artículo incorporado por el Artículo 1 del Decreto Legislativo Nº 985, publicado el 22 julio 2007)
13
Conspiración para el delito de
terrorismo
• Artículo 6-B.- Será reprimido con pena privativa
de la libertad no menor de 15 años ni mayor de
20 años, quien participa en una conspiración
para promover, favorecer o facilitar el delito de
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terrorismo, en cualquiera de sus modalidades»
14
Obstaculización de acción de la
justicia
• Artículo 8.- Obstaculización de acción de la
justicia.El que por cualquier medio obstruya,
dificulte o impida la acción de la justicia o las
investigaciones en curso sobre delito de
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terrorismo, será sancionado con pena privativa
de libertad no menor de cinco ni mayor de diez
años.
15
Otras disposiciones
• Artículo 9.- Reincidencia. Los reincidentes, serán reprimidos con
pena privativa de libertad no menor de treinta años. Para efectos del
presente Decreto Ley contra el terrorismo, se considera reincidente
al delincuente que habiendo sufrido pena privativa de libertad,
impuesta por sentencia nacional o extranjera, incurra en la comisión
de un nuevo delito antes de transcurrir diez años de la condena
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precedente.
LA VEGA - WPR
UNIVERSIDAD INCA GARCILAZO DE
Estudios de Doctorado en Derecho en la UNMSM. Magíster en Derecho Penal por la
Pontificia Universidad Católica del Perú. Certificación Internacional en temas de
prevención de lavado de activos (Florida International University). Especialista en
Compliance y Buenas Prácticas Corporativas (Universidad del Pacífico). Especialista en
Cumplimiento Normativo en Materia Penal (Universidad Castilla-La Mancha).
Especialista en Compliance y Buenas Prácticas Corporativas (PUCP/Universidad Católica
de Chile). Egresado del Programa Peruano de Capacitación para la Implementación de
la Reforma Procesal Penal (Centro de Justicia de las Américas). Profesor de Derecho
penal y Derecho penal económico. Abogado integrante del área de litigios penales del
Estudio Oré Guardia. Autor de múltiples artículos especializados en material penal y
procesal penal.
1
Tipo penal
Incorporado con Ley n.° 29859 (2012) Modificación Ley n.° 30076 (2013)
Artículo 317-A.- El que para cometer o facilitar la Artículo 317-A.- Será reprimido con pena privativa de
comisión de los delitos tipificados en los artículos 106, libertad no menor de tres ni mayor de seis años el que
107, 108, 121, 124-A, 152, 153, 170, 171, 172, 173, para cometer o facilitar la comisión de cualquiera de
173-A, 175, 176, 176-A, 177, 185, 186, 188, 189 o 200 los delitos previstos en los artículos 106, 107, 108, 108-
del Código Penal, realiza actos de acopio de A, 121, 152, 153, 170, 171, 172, 173, 173-A, 175, 176,
información; o realiza actos de vigilancia o seguimiento 176-A, 177, 185, 186, 188, 189 o 200 del Código Penal,
de personas; o tiene en su poder armas, vehículos, acopia o entrega información, realiza vigilancia o
teléfonos u otros instrumentos para facilitar la comisión seguimiento, o colabora en la ejecución de tales
del delito, será sancionado con pena privativa de conductas mediante el uso de armas, vehículos,
libertad no menor de tres ni mayor de seis años. teléfonos u otros instrumentos idóneos.
LA VEGA
UNIVERSIDAD INCA GARCILAZO DE
La pena privativa de libertad será no menor de seis ni
Constituye circunstancia agravante si el sujeto activo es mayor de diez años cuando el agente:
funcionario o servidor público o mantiene o hubiese
mantenido vínculo laboral con el sujeto pasivo o 1. Es funcionario o servidor público y aprovecha su
mantiene o hubiese mantenido con este último vínculo cargo para la comisión del delito
que lo impulse a depositar en él su confianza o utilice 2. Mantiene o mantuvo vínculo laboral con la
para su realización a un menor de edad. En estos casos víctima u otro vínculo que la impulse a esta última
la pena privativa de libertad será no menor de seis ni a depositar su confianza en el agente.
mayor de diez años.” 3. Utilice a un menor de edad.
4. Labora, pertenece o está vinculado a una
empresa del sistema financiero y, por razón de su
cargo u oficio, tiene conocimiento de los ingresos
económicos, operaciones bancarias u otros datos 2
sobre el patrimonio de la víctima.
5. Actúa en condición de integrante de una
organización criminal."
Naturaleza jurídica
• Se ha adelantado la intervención del Derecho penal, pues se está
sancionando la comisión de actos preparatorios que, en principio,
deberían ser impunes.
• Para Marcial Paucar, se trata de una subespecie del delito de
“conspiración para delinquir”, tanto por la criminalización de actos
preparatorios, como por la finalidad de cometer, planificar o facilitar
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a futuro delitos-fin.
• La propia redacción de aquel tipo penal es confusa y podría llevar a
que se castigue con una pena de prisión a una persona que ejerce
libremente su profesión, ya que en el plano objetivo no habría
diferencia alguna entre una conducta inocua y otra prohibida (en
atención al especial peligro que genera). Ejemplo: El periodista, que
a pesar de ejercer su profesión (actividad cotidiana o estereotipada,
conforme a un “rol”) cumpliría con el elemento objetivo del delito
de marcaje/reglaje. 3
• Es una muestra del “Derecho penal del enemigo”:
Amplio
adelantamiento
de la
intervención del
Derecho penal
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Derecho
penal del
enemigo
Falta de una
Relajación o
reducción de la
supresión de
pena
garantías
proporcional a
individuales de
orden procesal
dicho 4
adelantamiento
Comportamiento típico
Sujeto activo: Delitos fin:
•106 CP (Homicídio simple
• Delito común •107 CP (Parricidio)
• No requiere la corroboración de una •108 CP (Asesinato)
pluralidad de agentes, es decir, no es •108-A CP (Homicidio calificado por la condición de la
víctima)
necesario que pertenezca a una •121 CP (Lesiones graves)
organización criminal
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•152 CP (Secuestro)
•153 CP (Trata de personas)
•170 CP (Violación sexual)
•171 CP (Violación sexual de persona en estado de
inconciencia)
•172 CP (Violación sexual de persona incapaz)
•173 CP (Violación sexual de menor de edad)
•173-A CP (Violación sexual de menor de edad seguidas de
muerte)
•175 CP (Seducción)
•176 CP (Actos contra el pudor)
•176-A CP (Actos contra el pudor de menores)
•177 CP (Violación sexual agravada)
•185 CP (Hurto simple),
•186 CP (Hurto agravado)
•188 CP (Robo) 5
•189 CP ( Robo agravado)
•200 CP (Extorsión)
Comportamiento típico Se trata de actos de
averiguación, a
través de los cuales
indagará por
intermedio de otras
personas (terceros)
datos relevantes
que sirvan para la
Conductas típicas: comisión o
• Acopiar información facilitación de los
• Entregar información (Ley n.° 30076) delitos-fin
• Realizar vigilancia o seguimiento
Tipo penal alternativo • Colaborar en la ejecución de tales
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conductas mediante el uso de armas, “actividad estática de
vehículos, teléfonos u otros observación” a víctimas
instrumentos idóneos (antes: potenciales.
posesión, ¿”tales conductas” son los
delitos-fin?)
TIPICIDAD SUBJETIVA
• Dolo
• Tendencia interna
trascendente
(finalidad: cometer o 6
facilitad delitos f8in)
Comportamiento típico
Consumación
No se requiere de la verificación de ningún resultado, por lo que
solo se necesita que el agente realice la conducta típica, razón
por la cual es un “delito de mera actividad”.
Es un “delito instantáneo”, pues resulta irrelevante cuánto tiempo
el agente se haya encontrado realizando los actos de acopio de
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información, de vigilancia o seguimiento, o mantenido en su
poder objetos para la comisión de delitos, basta que los haya
ejecutado por un espacio de tiempo breve, o cuanto menos
momentáneamente.
Tampoco se requiere confirmar la materialización de alguno de
los “delitos-fin” (artículos 106, 107, 108, 121, 124-A, 152, 153,
170, 171, 172, 173, 173-A, 175, 176, 176-A, 177, 185, 186, 188,
189 o 200 del Código Penal), siendo irrelevante por tanto que con
posterioridad éstos hayan tenido éxito o no. 7
Críticas
Para deslindar un comportamiento prohibido de otro que no lo es, habría que recurrir al
plano subjetivo con la finalidad de averiguar la especial intención del supuesto sujeto
activo, ocasionándose una difícil distinción entre comportamientos que en el plano objetivo
son muy similares y que podrían encontrarse insertos dentro del marco general de
actuación.
En el Derecho penal de un Estado de Libertades lo que se busca es el control de lo externo;
mientras que, la pregunta acerca de lo interno solo estará permitida para la interpretación
de aquellos fenómenos externos que son en sí mismos perturbadores, pues no siempre
será legitimo acudir al lado subjetivo de una persona, siendo necesario una razón
LA VEGA
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especialmente cualificada para ello: la desaprobación objetiva o la relevancia objetiva de la
conducta realizada.
Resulta sumamente complejo poder diferenciar cuáles son los comportamientos realmente
considerados como penalmente relevantes en atención a su especial lesividad, en
comparación a otros, que no serían otra cosa que expresión de la libertad jurídicamente
reconocida. Por lo que, decaería la función motivadora general que el tipo tiene asignado,
pues a los ciudadanos difícilmente se les podría exigir que reconozcan los comportamientos
que se encuentran prohibidos y que, en atención a ello, deban ser evitados
Es manifiesta la falta de una reducción de la pena proporcional a dicho adelantamiento de
la barrera de punibilidad, ya que, teniendo en cuenta que la pena privativa de libertad
prevista es no menor de tres ni mayor de seis años, esta irónicamente resulta mayor que la
prevista para algunos de los delitos que se pretenden evitar con la tipificación autónoma de
tal acto preparatorio. Ello sucede en casos como con el tipo base de actos contra el pudor
(art. 176 CP) y con el hurto simple (art. 185 CP). 8
Conclusiones
No se debe aceptar un discurso o postura que legitime la supresión del estatus de persona
y con ello las garantías que rodean su procesamiento de cara a una pena cualificadamente
grave.
LA VEGA
UNIVERSIDAD INCA GARCILAZO DE
Se observa que el delito de marcaje/reglaje no atiende las exigencias propias del principio
de legalidad ni con su redacción permite el satisfactorio desarrollo de las funciones que se
encomiendan al tipo penal.
I. Introducción
1 Ejecutoria suprema de la Sala Penal Permanente de la Corte Suprema que estableció como prece-
dente vinculante, en su FJ 6 y 7, precisiones sobre los alcances típicos del delito de colaboración
terrorista y la atipicidad del acto médico por su adecuación a un estándar profesional. Su texto
puede encontrársele en: San Martín Castro 2006: 129 ss; Ávalos Rodríguez/Robles Briceño 2005:
325 ss.
184
Delito de colaboración terrorista, acto médico e imputación objetiva
185
Fidel Nicolás Mendoza Llamacponcca
186
Delito de colaboración terrorista, acto médico e imputación objetiva
6 Téngase en cuenta que el límite máximo de la penalidad por delito de colaboración terrorista,
fue establecido por el artículo 2 del Decreto Legislativo N. 921 (publicado el 18/01/03); señala
expresamente la ley: «La pena temporal máxima para los delitos previstos en los artículos (...) 4° del
Decreto Ley N° 25475, será cinco años mayor a la pena máxima establecida»; lo cual conduciría a
imponer pena privativa de libertad por un máximo de 30 años.
187
Fidel Nicolás Mendoza Llamacponcca
188
Delito de colaboración terrorista, acto médico e imputación objetiva
8 En tal sentido, los citados requisitos expuestos constituyen, pues, cuestiones valorativas que in-
cumben al órgano jurisdiccional decisor. Para más detalles, véase el Acuerdo Plenario N. 2-2005/
CJ-116, en: Diálogo con la jurisprudencia 2007: 209 ss.
189
Fidel Nicolás Mendoza Llamacponcca
190
Delito de colaboración terrorista, acto médico e imputación objetiva
zación de diversas actividades que tenían por objeto cumplir con los fines propios
de la organización terrorista, como lo fue el haber procurado que los militantes
renuentes al grupo, no se aparten de aquel.
191
Fidel Nicolás Mendoza Llamacponcca
Flores, médico de profesión, desde 1984 hasta su detención en 1996 trabajó como
médico pediatra adscrita al Instituto Peruano de la Seguridad Social Policlínico
«Chincha» en Lima. A raíz de su detención, la señora De la Cruz Flores estuvo
privada de libertad por más de 8 años (desde marzo de 1996 hasta julio de
2004). Su actuación presuntamente delictiva fue haber proporcionado atención
médica, curaciones, operaciones, entregar medicinas e instrumental médico, en
la atención de delincuentes senderistas, así como el no haberlos denunciado ante
las autoridades pertinentes por sus actividades terroristas10.
Dichas consideraciones condujeron a que la Corte Interamericana de Dere-
chos Humanos fije, mediante sentencia de fecha 14/11/06 (fundamento jurídico
102), que: «El Estado Peruano incurrió en una violación del principio de legali-
dad: por tomar en cuenta como elementos generadores de responsabilidad penal
la pertenencia a una organización terrorista y el incumplimiento de la obligación
de denunciar y, sin embargo, solo aplicar un artículo que no tipifica dichas con-
ductas; por no especificar cuál o cuáles de las conductas establecidas en el artículo
4 del DL 25475 eran las cometidas por la presunta víctima para ser responsable
del delito; y, por penalizar el acto médico que no solo es un acto esencialmente lí-
cito, sino que es un deber de un médico el prestarlo; y por imponer a los médicos
la obligación de denunciar posibles conductas delictivas de sus pacientes con base
en la información que obtengan en el ejercicio de su profesión».
Es, precisamente, este caso resuelto por la Corte Interamericana de Derechos
Humanos el que nutre de contenido material a lo expuesto por nuestro Supremo
Tribunal en la resolución del caso materia de análisis: el acto médico se caracteriza
por ser no solo un derecho del médico prestarlo —facultado por su Código de
ética profesional—, sino un deber extrapenal a él exigido, en la medida en que el
resguardo por los bienes jurídicos de mayor predominancia y valor (como lo son
192
Delito de colaboración terrorista, acto médico e imputación objetiva
11 En tal sentido, Silva Sánchez 1986: 64; Lloria García 2004: 171 ss.; Gracia Martín 1994: 77;
Lascuraín Sánchez 2005: 100.
12 Acercando en sus trabajos monográficos las relaciones existentes entre el Derecho penal y la com-
prensión sintética del Estado moderno, producto de la unión dialéctica de principios propios del
Estado liberal y del Estado social, añadido a una característica democrática, Mir Puig 1994: 31 ss.
13 Reyna Alfaro 2006: 18.
14 En ese sentido, señala Bernardo Feijóo, lo siguiente: «la legitimidad del derecho penal depende de la
del orden constitucional al que sirve, y no puede ser más legítimo el derecho penal que el sistema al
que sirve [...]. En la Constitución y en su papel constitucional es donde ha de encontrar el derecho
penal su legitimación. La función del derecho penal no es más que un apartado de la teoría del Esta-
do. La concepción del Estado condiciona el papel del derecho penal». Feijóo Sánchez 1997: 27 ss.
15 Señalan Jescheck/Weigend 2002: 3 lo siguiente: «Así como la Constitución quiere garantizar la
libertad de acción de las personas, el derecho penal únicamente puede disponer limitaciones cuando
ello sea inevitable para la protección de la sociedad [...]. El derecho penal debe crear, mediante el
193
Fidel Nicolás Mendoza Llamacponcca
rechazo de la violencia y la arbitrariedad, un espacio de juego dentro del cual el ciudadano pueda
decidir libremente y adoptar sus resoluciones según su discrecionalidad. Por ello el derecho penal
no solo limita, sino que también crea libertad». En este mismo punto de partida, pero con referen-
cia al instituto de la imputación objetiva, Jakobs 2000: 183, señala: «La función de la imputación
objetiva será la de crear espacios de libertad de acción jurídicamente reconocida». También, Feijóo
Sánchez 1997: 70, sostiene en el mismo sentido: «la imputación penal cobra, así, legitimidad
porque desempeña una función en la sociedad de libertades y crea libertad jurídica».
16 Baldó Lavilla 1994: 47 ss.
17 Constitucionalmente reconocido, conforme el artículo 2, inciso 1 (derechos fundamentales de la
persona) de la Constitución.
18 Hurtado Pozo 2005: 437 ss.
19 Señala José Antonio Caro: «El alto grado de tecnificación y complejidad de las sociedades moder-
nas ha conducido a un fenómeno de diferenciación, de modo que la sociedad se compone de roles
diferenciados e intercambiables». Caro John 2006b: 355.
20 Robles Planas 2003: 34.
21 Du Puit 2009: 510.
194
Delito de colaboración terrorista, acto médico e imputación objetiva
22 Describen esta problemática, Jorge Barreiro 1990: 126 ss.; Hava García 2001: 42 ss.
23 Señala Enrique Varsi Rospigliosi que: «El acto médico es un acto humano, especial y complejo.
La libertad, en concreto, la autonomía, es un elemento clave, dado que el médico debe actuar con
independencia en la toma de sus decisiones, obviamente dentro de los parámetros fijados por el
paciente en su consentimiento o la mejor situación, cuando aquella sea imposible de conseguir.
Son características del acto médico: Profesionalidad, ejecución regular o típica y licitud». En tal
sentido, Varsi Rospigliosi 2006: 56.
24 Varsi Rospigliosi 2006: 149.
25 Se trata, pues, de un deber médico, impuesto por la deontología, no solo respecto a la naturaleza de
la dolencia, sino incluso, se logra extender a toda otra circunstancia cuya divulgación pudiera per-
judicar al paciente o su familia; a decir de la profesora Carolina Loayza Tamayo: «establece que toda
persona que ejerza una actividad médica no pueda ser obligada a brindar información alguna sobre
los heridos y enfermos que estén asistidos o hayan sido ya asistidos». Loayza Tamayo 2006: 185.
26 Sobre la predominancia valorativa de lo señalado en las máximas de experiencia establecidas en los
Código de ética profesional, detalladamente, Puppe 2007: 4; Puppe 2006: 8; Eser 2001: 83.
195
Fidel Nicolás Mendoza Llamacponcca
27 Sostiene Loayza Tamayo 2006: 185, que existen principios de carácter ético que regulan la activi-
dad médica, tales como el de humanidad, independencia, autonomía, especificidad, interés supe-
rior del paciente, secreto profesional, no discriminación; todos estos originariamente establecidos
en el «juramento hipocrático».
28 En ese sentido, Feijóo Sánchez 2001: 224. Ello se plasma, por ejemplo, en el juramento que debe
realizar todo profesional médico al optar por el ejercicio de su profesión. En nuestro país, se pre-
senta como exigencia del Colegio Médico del Perú, conforme su Código de ética y deontología.
196
Delito de colaboración terrorista, acto médico e imputación objetiva
29 Robles Planas 2003: 33 ss.; Blanco Cordero 2001: 9 ss.; Frisch 2004: 101 ss.; Landa Gorostiza
2002: 10.
30 Ransiek 2003: 333; Wohlers 2003: 424; García Cavero 2003: 498.
31 Reaño Peschiera 2006: 366.
197
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198
Delito de colaboración terrorista, acto médico e imputación objetiva
199
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35 Feijóo Sánchez 1999: 82. En la misma línea, Robles Planas 2003: 293.
36 Feijóo Sánchez 2001: 297.
200
Delito de colaboración terrorista, acto médico e imputación objetiva
201
Fidel Nicolás Mendoza Llamacponcca
40 Art. 394 del Código Penal: Manipulación genética: «Toda persona que haga uso de cualquier téc-
nica de manipulación genética con la finalidad de clonar seres humanos, será reprimida con pena
privativa de la libertad no menor de seis ni mayor de ocho años e inhabilitación conforme al
artículo 36, incs. 4 y 8».
41 Art. 322 del Código Penal: Cooperación de profesional en torturas: «El médico o cualquier pro-
fesional sanitario que cooperara en la perpetración del delito de torturas, será reprimido con la
misma pena de los autores».
202
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208
Temas penales en la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
Anuario de Derecho Penal 2008
I. Introducción
Gorriti 1990: 43 ss. Sobre movimientos armados anteriores, consultar Ministerio de Guerra,
Las guerrillas en el Perú y su represión.
Hurtado Pozo 1984: 9 ss.
José Hurtado Pozo
264
Constitucionalidad del tipo legal del delito de terrorismo
STC, Exp. N. 010-2002-AI/TC, Lima. Marcelino Tineo Silva y más de 5.000 ciudadanos,
de fecha 3 de enero de 2003, en Diario oficial El Peruano del 4 de enero de 2003, 236530 a
265
José Hurtado Pozo
III. Interpretación
236553, y rotulada «Declaran inconstitucionales diversos artículos de los Decretos Leyes Nos.
25475, 25659, 25708, 25880 y 25744».
García Belaunde; Revista Electrónica de Historia Constitucional http://www.garciabelaunde.
com/articulos/NotasobreelcontroldelaconstitucionalidadenelPeru.pdf.
Sobre otros aspectos de la sentencia, ver: Comisión de la Verdad y Reconciliación, http://www.
cajpe.org.pe/RIJ/bases/juris-nac/c-verdad.htm; Landa 2004: 431 ss.; Bernales Ballesteros 2003:
85 ss.; Rojas Vargas 2003: 79 ss.; Meini 2003: 101 ss.; Eguiguren Praeli 2002: 50 ss.;
Hassemer 1977: 271; Larenz 1973: 309.
García Belaunde 2006.
10 Espinoza 2006: 203 ss.
266
Constitucionalidad del tipo legal del delito de terrorismo
267
José Hurtado Pozo
268
Constitucionalidad del tipo legal del delito de terrorismo
El tipo legal del delito de terrorismo fue insertado en el CP de 1991 (art. 319),
promulgado mediante el DLeg N. 635. Luego modificado por el DL N. 25475,
art. 2, y cuya conformidad a la Constitución de 1993 es analizada en la sentencia
del TC comentada y es objeto del presente trabajo.
La nueva disposición incrimina el delito de terrorismo en los términos si-
guientes:
El que provoca, crea o mantiene un estado de zozobra, alarma o temor en
la población o en un sector de ella, realiza actos contra la vida, el cuerpo, la
salud, la libertad y seguridad personales o contra el patrimonio, contra la segu-
ridad de los edificios públicos, vías o medios de comunicación o de transporte
de cualquier índole, torres de energía o transmisión, instalaciones motrices o
cualquier otro bien o servicio, empleando armamentos, materias o artefactos
explosivos o cualquier otro medio capaz de causar estragos o grave perturba-
ción de la tranquilidad pública o afectar las relaciones internacionales o la
seguridad de la sociedad y del Estado, será reprimido con pena privativa de
libertad no menor de veinte años.
269
José Hurtado Pozo
La lectura que hacen los jueces constitucionales del art. 2 DL N. 25475 está
condicionada por las impugnaciones que hacen los recurrentes, lo que les impide
apreciar mejor todas las implicancias de la manera como se describe la conducta
delictiva.
Su conclusión es que el delito de terrorismo «exige necesariamente la
concurrencia de los tres elementos o modalidades del tipo penal, además de la
270
Constitucionalidad del tipo legal del delito de terrorismo
271
José Hurtado Pozo
Para responder a los requerimientos de los recurrentes, los jueces analizan los
aspectos de la disposición legal que ellos consideran imprecisos y, por tanto, no
conformes al principio de legalidad previsto en la Constitución. De esta mane-
ra, argumentan que la expresión «realiza actos» debe ser entendida en el sentido
de comisión de «delitos». Los que corresponden, primero, a aquellos que atacan
los bienes jurídicos personales mencionados: delitos contra la vida el cuerpo y
la salud, contra la libertad, contra el patrimonio, contra la seguridad personal.
Este último caso, a diferencias de los restantes, no corresponde a la sistemática y
terminología del Código penal, de modo que queda oscuro saber de qué delitos
se trata. Segundo, a delitos que atacan bienes colectivos. Así, las fórmulas «contra
la seguridad de [...] vías o medios de comunicación o de transporte de cualquier
índole» se referirían «a las conductas constitutivas del delito contra la seguridad
pública que afecten a vías o medios de transporte o comunicación». Del mismo
modo, las expresiones «contra la seguridad de [...] cualquier otro bien o servicio»
estarían relacionadas «únicamente a bienes o servicios que posean tutela penal
específica en las diferentes modalidades de delitos contra la seguridad pública,
previstos en el Título XII del Libro Segundo del Código Penal». Sin embargo, las
dudas persisten, por ejemplo, en saber si también están comprendidos los delitos
contra la tranquilidad pública (Título XIII), contra el Estado y la defensa nacio-
nal (Título XV), a los que se refiere el texto legal cuando caracteriza los medios (y
no los actos que deben realizarse) que debe utilizar el delincuente y dice: «cual-
quier otro medio capaz de causar estragos o grave perturbación de la tranquilidad
pública o afectar las relaciones internacionales o la seguridad social o estatal».
Si la comprensión de la norma y de la interpretación practicada por el TC nos
resulta, a pesar de poseer mayores conocimientos en derecho penal que el común
de los ciudadanos, bastante complicada, no es del todo convincente la siguiente
afirmación que hacen los jueces:
Por todo ello, el Tribunal Constitucional considera que el texto del artículo 2º
del Decreto Ley N.° 25475 emite un mensaje que posibilita que el ciudadano
conozca el contenido de la prohibición, de manera que pueda diferenciar lo
que está prohibido de lo que está permitido. Solo existe indeterminación en
el tipo penal en relación con la necesidad de precisar el alcance de la expre-
sión «actos» que debe ser entendida como hechos ilícitos, para precisar una
más exacta delimitación conceptual. Dentro de los márgenes de indetermina-
ción razonable que contiene esta norma, la aplicación de este dispositivo debe
orientarse en el sentido indicado en las pautas interpretativas de esta sentencia,
por lo que las interpretaciones que inobserven estas pautas vulneran el princi-
pio de legalidad (lex stricta).
272
Constitucionalidad del tipo legal del delito de terrorismo
14 Al respecto vale citar a Bernales Ballesteros 2003: 87, quien destacando el valor de la sentencia
dice: «Lo que podemos detectar aquí es una sensibilidad especial que nos permite situarnos
frente a una sentencia donde se admite como sustrato o como fundamentación de la misma,
no solamente una declaración formal sino la seguridad ciudadana, el orden democrático y las
libertades públicas. No se puede a mi juicio leer esta sentencia sin entender estos fundamentos
últimos que enmarcan y determinan el por qué unas normas son declaradas inconstitucionales,
otras son interpretadas para releerse entre los marcos de la interpretación y otras son declaradas
constitucionales».
273
José Hurtado Pozo
274
Constitucionalidad del tipo legal del delito de terrorismo
TC15, que «una norma que prohíbe que se haga algo en términos tan confusos
que hombres de inteligencia normal tengan que averiguar su significado y difieran
respecto a su contenido, viola lo más esencial del principio de legalidad» (FJ N.°
6 de la sentencia americana).
275
José Hurtado Pozo
hubieran sido más claras, pero hacerlo hubiera exigido admitir que el art. 2 del
DL N. 25475 no cumplía con las exigencias del principio constitucional de la
legalidad.
Por último, con la finalidad de motivar una reflexión sobre la conformación
misma del tribunal que va decidir respecto a un caso concreto, vale la pena pre-
guntarse si uno de sus miembros, debido a que siendo parlamentario promovió la
legislación antiterrorista y defendió su constitucionalidad, no debería haberse in-
hibido de conocer el recurso que dio lugar a la sentencia comentada. La respuesta
solo puede ser dada analizando la constitución del TC y la manera de elegir a sus
miembros, cuestiones que no han sido materia de este breve comentario.
276