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Nuevos Tiempos, Nuevas Ideas.
CODIGO: 099877820
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DEDICATORIA
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INDICE
RESUMEN………………………………………………………………………………….4
INTRODUCCION…………………………………………………………………………..5
CAPITULO 1:
Desde los orígenes de la teoría
psicoanalítica………………………….........................................................6
CAPITULO 2:
El aparato psíquico se divide en tres estratos o
elementos……………………………...……………………………………………………..7
- Consciente………………………………………………………………………………….7
- Pre-consciente……………………………………………………………………………...8
- Inconsciente………………………………………………………………………………..9
CAPITULO 3:
Indicadores para la evaluación de cambio psíquico en
patologías…………………………………………………………………………………..12
CAPITULO 4:
Indicadores en el tratamiento psicoanalítico en
niños………………………………...……………………………………………………...23
- Investigación 1……………………………………………………………………………23
- Investigación 2………………………………………………………….………………...24
CAPITULO 5:
Conclusiones y Bibliografías de
consulta……………………………..……………………………………………………...26
- CONCLUSIONES………………………………………………………………………..26
- BIBLIOGRAFIA………………………………………………………………………....27
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RESUMEN
A lo largo de toda la obra de Freud, la psique aparece como un aparato que, en cuanto tal,
tiene dos características fundamentales: primero, se entiende mecánicamente y, segundo, es
irreducible a cualquier órgano anatómico materialmente aprehensible. Esta concepción de la
psique explica por qué Freud, desde muy temprano en su trabajo, buscó analogías con
aparatos tecnológicos (cámaras fotográficas, telescopios y microscopios) para explicar el
funcionamiento del aparato psíquico. Pero el insistente uso de estas analogías no responde
exclusivamente ni a una intención pedagógica ni a la necesidad de transmitir un saber todavía
en formación, sino que revela también del diseño mecánico que el mismo Freud daba a un
aparato que, podemos decir, era exclusivamente “producto de su imaginación”. En 1900, en
La interpretación de los sueños, Freud hace una petición manifiesta al lector de imaginar este
aparato; dice: “Nos mantenemos en el terreno psicológico y sólo proponemos seguir esta
sugerencia: imaginarnos el instrumento del que se valen las operaciones del alma como si
fuera un microscopio compuesto, un aparato fotográfico, o algo semejante.”
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INTRODUCCION
El tema fue denominado "aparato psíquico", y está abordado desde el punto de vista desde la
génesis, engloba la segunda tópica de Freud, fundamentalmente me aboque a las formaciones
de las distintas instancias: la formación del yo como diferenciación de ello, relacionado con
la identificación, la formación del superyó relacionado al complejo de Edipo,
fundamentalmente será desarrollado este punto por estar vinculado a todo lo referente a la
constitución de la identidad sexual, la estructuración de la personalidad psíquica y la
constitución del sujeto gracias a la castración simbólica.
Según la primer teoría freudiana (1900), el aparato psíquico está divido en tres niveles, el
consciente, el preconsciente y el inconsciente. Esta estructura está compuesta por tres
instancias que coexisten y se inter Relacionan entre sí, integrándose a los diferentes niveles.
Estas instancias son el Ello, el Yo y el Superyó, las cuales son descritas desde la segunda
tópica o teoría propuesta por Freud en 1923 para comprender el funcionamiento de la psiquis.
De este modo, el aparato psíquico está constituido por sistemas que poseen características
propias y diferentes funciones. Interactuando entre sí y generando las distintas elaboraciones
psíquicas.
El aparato psíquico tiene como función principal mantener la energía interna en constante
equilibrio, siendo el principio de homeostasis la regla bajo la cual trabaja.
Su objetivo es mantener lo más bajo posible los niveles de excitación, es decir la creciente
de la energía psíquica que puede ser producida tanto por factores internos como externos.
Para Freud, el aparato psíquico es el resultado de la elaboración del complejo de Edipo por
medio del cual se producen en el niño, las identificaciones con los progenitores.
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CAPITULO 1
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CAPITULO 2
Consciente
Consciente es un término utilizado por Sigmund Freud, como adjetivo para calificar un
estado psíquico, o bien como sustantivo, para indicar la localización de ciertos procesos
constitutivos del funcionamiento del aparato psíquico. En este sentido, el consciente, junto
con el preconsciente y el inconsciente es una de las tres instancias de la primera tópica
freudiana. Para la filosofía, la conciencia es la facultad humana para decidir acciones y
asumir la responsabilidad de las consecuencias según la concepción del bien y del mal. Una
persona consciente, en este sentido, es aquella responsable, que no actúa con negligencia y
que trata de minimizar las consecuencias negativas de sus actos.
Lo consciente designa al conjunto de vivencias de las que el sujeto puede dar cuenta mediante
un acto de percepción interna. Es común indicar que para el psicoanálisis lo consciente
designa la capa más superficial de la mente poniendo el acento en el valor que tiene el
inconsciente en la vida del sujeto, en particular en todo lo relativo a la esfera del sentimiento
y la motivación. Pero no hay que olvidar que el psicoanálisis hace descansar en la toma de
conciencia del sujeto de los impulsos y deseos reprimidos el fundamento de la terapia
psicoanalítica y de la curación misma.
Sea que se trate del adjetivo o del sustantivo, Freud utiliza a menudo el término consciente
como sinónimo de conciencia, salvo cuando se trata de la "conciencia moral" (proceso
psíquico relacionado con la constitución del ideal del yo y del superyó).
Se asocia con la consciencia, entendida como el acto psíquico por medio del cual el individuo
se percibe a sí mismo como alguien diferenciado del mundo que lo rodea. Este sistema
relaciona directamente al sujeto con el mundo exterior a través de la percepción.
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El consciente tiene un carácter moral, y es entre los tres niveles, el que va a demandar orden
a los otros dos sistemas con los que se relaciona.
Pre-consciente
El nivel preconsciente, es el nivel más cercano a la conciencia, están relacionados entre sí,
ya que disponen de cierta movilidad. Es decir, que los contenidos o representaciones que se
encuentran en este nivel, ingresan fácilmente al nivel consciente porque han sido olvidados
transitoriamente. Este nivel está formado por sentimientos, pensamientos, fantasías,
vivencias, etc. que no están presentes en la conciencias pero que pueden hacerse presentes
en cualquier momento. Los contenidos que se encuentran en este nivel, están allí porque de
algún modo no pueden entrar en la conciencia por falta de espacio.
Existe un olvido voluntario, premeditado, pero cuando es sujeto necesita recordar estos
contenidos, los mismos pueden emerger a la conciencia, algunos de ellos producen cierta
angustia, pero es un dolor o displacer tolerable, por ello es que emergen tal como son y
comparten las características y modos de funcionamiento. Este nivel funciona al igual que el
consciente respondiendo al principio de realidad y a las leyes lógicas. Cuando una persona
necesita recordar algo, desde el nivel consciente activa los mecanismos de búsqueda y el
preconsciente inmediatamente permite que esa información aflore a la consciencia.
El sistema preconsciente podría ubicarse entre los otros dos sistemas. En él se hallan los
pensamientos o vivencias que dejaron de ser conscientes pero que pueden volver a serlo
mediante el esfuerzo de esta en rememorarlos.
Es en este sistema donde se encuentran los pensamientos que no están en la consciencia pero
tampoco en el sistema inconsciente, dado que no han sido sometidos a ninguna censura.
Es decir, los pensamientos alojados en este sistema han sido despojados de la consciencia
porque esta se encuentra percibiendo constantemente.
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Es de este modo como la información que llega a través de las percepciones dejará de estar
en el sistema consciente para pasar al sistema preconsciente, pudiendo pasar de un sistema a
otro sin mayores inconvenientes.
Este sistema por lo tanto, contiene elementos que provienen del mundo exterior y de la
consciencia. También aquellos que avanzan desde el inconsciente hacia la consciencia,
actuando como filtro para impedir el paso de los que puedan llegar a ocasionarle algún daño.
Inconsciente
ES ATEMPORAL: Es decir que en este nivel coexisten diferentes ideas sin importar
orden cronológico. Por ej. Deseos infantiles, junto a deseos adultos, y los mismos, se
mezclan todo el tiempo. Por ej: Un hombre sueña que está en una clase de su
universidad pero tiene puesto el guardapolvo de su primaria y la profesora es su
maestra de primer grado. Hay presencia de contradicción: los deseos o sentimientos
pueden coexistir sin que resulte conflictivo. Por ej.: Una mujer sueña con que entra a
un lugar hermoso, armónico, iluminado, donde todo está en orden, pero quiere irse
rápido porque no está a gusto en el lugar.
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SE RIGE POR EL PROCESO PRIMARIO: El inconsciente funciona a través de
dos mecanismos, es gracias a esto que pueden algunos contenidos emerger a la
conciencia, a través del sueño, el chiste, los actos fallidos y los síntomas neuróticos.
El sistema inconsciente es aquel que contiene todos los pensamientos y percepciones que han
sido rechazados por la conciencia y en los cuales ha operado una censura.
Estos elementos intentan acceder a la consciencia generando una fuerza o especie de tensión
psíquica la cual es limitada o frenada por medio de la censura.
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Este sistema se describe como el espacio donde yacen los impulsos, los sentimientos, los
deseos y los recuerdos reprimidos en tanto entran en conflicto con la moral de la consciencia.
Siendo por ello que estos elementos son inaccesibles para ésta.
El inconsciente se caracteriza por ser atemporal. No tiene noción de pasado o futuro, sino
más bien siempre es presente. Todo lo que ocurre en él es de carácter actual.
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CAPITULO 3
Creo que ya es un lugar común entre nosotros que partimos de una concepción del aparato
psíquico como no-homogéneo, con aspectos neuróticos, y otros que no podrían pensarse
desde el modelo de la neurosis. Me refiero al problema de los modos de funcionamiento
dominantes en los distintos momentos, aludiendo a una concepción diversificada del aparato,
que supone pensar “interferencias” de estructuras, o de corrientes psíquicas diferentes,
sustentadas por sus respectivas lógicas, coexistentes en el mismo sujeto. Se complejiza de
este modo una metapsicología cuyos referentes principales eran la neurosis de transferencia
y la angustia de castración, al quedar incluidas problemáticas centradas en la labilidad de las
fronteras entre el yo y el objeto (angustia de separación y de intrusión).
Sabemos que los paradigmas que silenciosa e inadvertidamente “hacen fondo” a nuestro
pensamiento, la teoría del conocimiento que opera desde nuestro preconsciente, y la
nosografía que utilizamos condicionan nuestra observación y nuestras intervenciones. Estos
paradigmas, en este caso el que legitima la inclusión de problemas e interrogantes acerca de
la heterogeneidad del funcionamiento psíquico, inciden tanto en el modo de pensar nuestro
objeto de estudio, como en los abordajes y dispositivos, al tiempo que la clínica se constituye
como una permanente exigencia de trabajo, un campo de tensión estimulado por el
surgimiento de lo diverso.
Una metapsicología pensada como caja de herramientas permite ir articulando las teorías
centradas en torno del deseo y de la realidad y los posicionamientos singulares que cristalizan
en neurosis, perversiones y psicosis, con otros hallazgos e interrogantes.
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Me refiero a pacientes en los que el objeto primario constitutivo y estructurante ha fallado
como barrera de protección y modulación frente a estímulos y excitaciones; su presencia
intrusiva o por el contrario, su inaccesibilidad han afectado la constitución de la ausencia
como categoría que inaugura las matrices del pensamiento, quedando así dificultado el
atravesamiento de otras problemáticas tempranas como el fort/da y la experiencia del
“extraño” (Rodulfo R.), y también interferidas las posibilidades futuras del soñar,
relacionarse, jugar y trabajar. Para que se constituyan ciertos logros y sus matices afectivos,
se requiere de la captación de la empatía o la ternura de quienes se hayan hecho cargo del
cuidado del niño.
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En La interpretación de los sueños, La represión y Lo inconsciente, Freud plantea una
teoría tópica en la que alude a diferentes estratos mnémicos, sobrevenidos en períodos
sucesivos del desarrollo psíquico, regidos por lógicas cada vez más sofisticadas, a las cuales
es necesario retraducir los contenidos representacionales. David Maldavsky, siguiendo a
Freud, refiere que en las patologías del déficit y el desvalimiento los procesos iniciales de re
traducción solo han podido tomar en cuenta las urgencias ligadas a lo auto conservativo y,
por lo tanto, ciertas re traducciones no tienen lugar. El sistema sensorial se rige por sus
criterios más elementales, de modo tal que cualquier canal perceptual, capta básicamente
frecuencias, concepto que también usa Lacan. Habría una simplificación, una complejizarían
no alcanzada, degradación del potencial de los canales perceptuales.
Mahler hace referencias a la “desinvestidura del sensorium”; Meltzer refiere que sobreviene
una suspensión de la vida mental similar a los estados de petit mal, y describe una percepción
bidimensional, plana y, en los estados de mayor regresión, unidimensionales.
Según David Maldavsky, la percepción opera más bien con una función de ventosa, al
servicio de la adhesividad.
En el trabajo con pacientes nos es dado observar un predominio de una actividad perceptiva
que carece de modulaciones sutiles, disociada de la actividad imaginaria, y con una deficiente
vectorización hacia la formación posterior de conflictos intrapsíquicos y formaciones de
compromiso, es decir, fallas en procesamientos simbólicos en los que la metáfora está
implicada; “el campo perceptivo, desmesuradamente simplificado, excluye toda irrupción de
lo imaginario. Hay una disyunción entre la actividad perceptiva y la actividad imaginaria;
disyunción, (es decir) algo más violento que una oposición”(Sami-Alí)
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Este estrechamiento de lo imaginario (Sami-Alí; P.Marty; Rodulfo) vinculado, como se
señaló antes, al empobrecimiento de fenómenos como el juego, el afecto, la transferencia y
el soñar, coexiste con una hipertrofia de la sobre adaptación, un afán de “rendimiento” e
hiperactividad vertiginosa.
Es sabido que Bion señala que la construcción de un aparato para pensar los propios
pensamientos forma parte de un proceso de complejizarían, y en la misma línea podría
establecerse la constitución de matices afectivos. Entonces podríamos pensar el
desvalimiento como pobreza elaboraría, “predominio de la vivencia de
satisfacción”(Rodulfo), una somatización no lograda por falta de re traducción de hechos que
no quedan transcriptos como ex per-ciencia (atravesamiento de la iancia).
Puede observarse, entonces, una relación particular con el modo de captar los estímulos del
mundo en que lo percibido pierde significatividad o no alcanza a tenerla. Los estímulos
provenientes de un mundo desinvertido, captados por un sujeto que está en un estado de
retracción narcisista, se convierten en intrusiones dolorosas y pasan entonces a tener otra
configuración poco cualificada, por ejemplo como golpes o frecuencias.
También cabe destacar que en tanto el dormir como fenómeno normal puede ser categorizado
como repliegue libidinal y restablecimiento energético, en las patologías que estamos
considerando podría ser pensado como modo de entregarse a la inercia, darse de baja, dejarse
morir (abulia) y el insomnio podría ser una tentativa de defenderse de ese destino. Este
dejarse morir se expresa, en el plano económico, como desinvestidura del yo, y parece ser
una de las expresiones de la eficacia de la pulsión de muerte. El universo simbólico es
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sustituido por otro, numérico, de cálculos económicos, especulativo. Aparecen sensaciones
de abulia, somnolencia, sopor y dolor carente de conciencia.
Podría conjeturarse o inferirse un núcleo temprano autista en estos pacientes , (como sucede
con el Hombre de los Lobos), pero que aun así han logrado un cierto desarrollo psíquico en
otros aspectos de su yo. Tustin, por ejemplo, ha hecho referencia a nexos existentes entre el
autismo y las patologías alexitímicas, en las que se evidencia una imposibilidad para
cualificar los afectos, sobre todo el dolor. En su lugar aparecen estados, ya mencionados de
sopor, abulia, apatía, astenia, desgano, letargo que no estarían disponibles para la memoria o
el pensamiento.
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“A diario trabajamos con pacientes que han padecido intrusiones desmesuradas acumuladas,
que no logran ser reprimidas y no pueden convertirse en experiencia psíquica” (M. Khan,
Locura y Soledad). En ese texto parece plantearse la diferencia entre registrar, internalizar,
incorporar, introyectar e identificar como procesos de diferente complejidad.
Estamos en el terreno de traumas que han anegado y desbordado las posibilidades del aparato.
Cuando las corazas antiestímulo han sido arrasadas, se hace difícil transformar lo cuantitativo
en cualidad. Algunos autores (Grinberg, L. y R. Psicoanálisis de las migraciones y del exilio,
y Maldavsiky, Pesadillas en vigilia ), han planteado situaciones tales como las migraciones
definitivas en condiciones extremas de desamparo, destacando el papel de duelos “en
suspenso” por la pérdida de objetos, espacios y tiempos significativos, sobre todo la pérdida
de un contexto y de un idioma, a lo que se puede agregar el suponerse borrado o suprimido
de la memoria de los que permanecen en el país de origen, lo que a veces queda configurado
como auto expulsión.
Se observa una presencia y utilización del número o equivalentes de cantidad, por ejemplo a
través de la alta investidura que tienen las transacciones comerciales, en lugar de vida de
fantasía.
Asimismo, las palabras duplican hechos y tienen una débil conexión con la actividad
fantasmática. La pobreza representacional, carente de valor simbólico es característica del
pensamiento operatorio. Esta tendencia, sumada a la descarga, se observa por ejemplo en el
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seudodesplazamiento: el sujeto emplea el nombre de una cosa para designar otra, sin que sea
posible detectar la menor actividad fantasmática subyacente. Los cambios en el proceso
delinearían una mayor disponibilidad para la evocación, espesor fantasmático, potencialidad
de asociar libremente, permeabilidad a los retoños del inconsciente.
Otro indicador de cambio sería una cierta transformación del discurso no onírico en
“onirizable”( M.Khan; Pontalis; Green) la capacidad de cierta auto-desorganización del
discurso (por lo menos para los principios de la lógica formal), y que está más del lado de la
asociación libre y de la atención libremente flotante. El discurso asociativo ya implica una
cierta desligazón que admitiría ser religada de otra manera .La “desligadura” en el discurso
connota un riesgo de fragmentación del sí-mismo; por eso el paciente resguarda un discurso
cohesivo y catártico que prevenga toda desligazón posible.
Utilización de la angustia señal que pone en marcha otras defensas, frente a la angustia
masiva y abrumadora, estallidos y ataques de pánico o angustia difusa permanente.
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Trabajo del sueño: Enriquecimiento progresivo de las funciones oníricas.
Pasaje desde sueños ausentes, operatorios, crudos, repetitivos, a sueños con elaboración
secundaria que muestra el trabajo del preconciente. Condensación, desplazamiento y riqueza
plástica. El proceso primario admite un cierto grado de secundariedad (elaboración
secundaria del sueño), así como el trabajo del pensamiento está abierto a procesos primarios.
Massud Khan y Pontalis proponen que soñar constituye una experiencia y un suceso
psíquicos diferenciables del texto del sueño recordado.
Pasaje de la depresión “no sentida” como tal, hacia otras formas subjetivantes de dolor:
La depresión esencial (Marty, 1976) es una depresión sin conciencia. Se caracteriza por
apatía, abulia, letargo, sopor, astenia, atonía vital , expresión del instinto de muerte).
Disminución marcada de la libido. Crisis sin ruido. La desorganización social del sujeto se
esconde detrás de una máscara social de decoro. Sobre adaptación.
Se diferencia de los estados depresivos porque no hay autor reproches, tristeza, abatimiento o
dolor. Se trata de una tristeza cuyo rasgo más llamativo reside en que falta el matiz afectivo.
Ideales: De las exigencias del yo ideal paralizante (las pérdidas narcisistas son colapsos) a
un ideal del yo en el marco de un super yo edípico que admita posibilidades de negociación.
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A veces se advierte la tendencia a autoimponerse proyectos desmesurados como forma de
perpetuar el desamparo.
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Cuando el recorrido inicial de la vida del infans ha sido “suficientemente bueno” y se ha
consolidado el “espacio interior” donde reconocer las resonancias afectivas, el sujeto humano
podrá oscilar, aún con inquietud, en la incertidumbre de la alternancia y la diversidad, en un
equilibrio inestable entre lo incesantemente movedizo y lo definitivamente coagulado.
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CAPITULO 4
1. Investigación 1
Los hallazgos más sobresalientes con respecto a las tres áreas fueron: En relación a la
presentación de las dificultades del niño y su caracterización: Todos coincidieron en que la
temática preponderante eran las dificultades atencionales. Las madres las relacionaron
predominantemente con problemáticas familiares. El 60% de los niños fueron presentados
como inhibidos. Dicha inhibición podría estar en conexión con importantes estados de
angustia, acerca de los cuales los pequeños no pueden dar cuenta, pero que los lleva a
desinvestir aquellos fragmentos de la realidad que les resultan dolorosos - modo de pensar la
desatención - . La actividad en exceso es señalada por las madres y docentes en el 45% de
los casos. Es significativo que ningún niño lo mencione como problema. Dicha actividad en
exceso podría ser pensada como un intento fallido de tramitar lo intramitable. Las relaciones
de los niños con sus pares las presentaron como problemáticas 90% de los padres y 75% de
los niños.
Con respecto al análisis de las historias libidinales: se encontraron en el 100% de los casos
importantes dificultades para historizar; predominio de la soledad materna (85%), así como
reiteradas situaciones de violencia (65% de casos) Los hallazgos más significativos fueron
los aspectos silenciados en la totalidad de las historias, que generaban importantes capturas
en todos los niños. Vivencias de alta “potencialidad traumática”, en tiempos de constitución
subjetiva, sin ninguna oferta para su tramitación simbólica. En relación a la producción
simbólica y la modalidad cognitiva y atencional del niño, se observó que en los aspectos
proyectivos de los gráficos prevalecieron los dibujos bidimensionales (20/20), los elementos
sin sostén (15/20), la falta de interacción y la indiferenciación generacional (14/20). En los
relatos predominó el tiempo presente (17/20), con pocas posibilidades de salir de lo
descriptivo (12/20), y cuando esto ocurría, a instancias de las preguntas del terapeuta,
irrumpía lo traumático, lo desligado. Con respecto a la modalidad cognitiva y atencional, fue
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significativo que la mayoría de los niños presentaran un índice de distractibilidad acorde
(12/20) o por encima de su media (6/20). (Untoiglich, G., 2011)
2. Investigación 2
A partir de las entrevistas realizadas a los psicoanalistas se analizaron las intervenciones que
promueven cambios psíquicos en los niños con dificultades atencionales, agrupándolas en 4
ejes:
EJE 3: TRABAJO CON PADRES: Promover en los padres una mirada diferente,
introduciendo la dimensión del dolor a la base de la desatención, la inquietud y el movimiento
del niño (80%). - El trabajo con padres supone escucharlos y contenerlos (60%).
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adaptación a las necesidades del niño. - “Atender” al más allá de la conducta e integrar la
complejidad de las variables a la base de la inquietud psicomotriz.
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CAPITULO 5
CONCLUSIONES
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BIBLIOGRAFIA
- FREUD, ANNA, El Yo y los mecanismos de defensa. (1937.) PAIDOS, Bs. As. 1950
- Freud y Derrida: escritura en el aparato psíquico, ROSAURA MARTÍNEZ RUIZ.
- https://www.monografias.com/trabajos59/aparato-psiquico/aparato-psiquico2.shtml
- Freud, S: Lo inconsciente. Obras Completas. Tomo XIV. Amorrortu. Buenos Aires,
1986.
- INTERVENCIONES PSICOANALÍTICAS EN NIÑOS CON DIFICULTADES
ATENCIONALES E INQUIETUD- Untoiglich, Gisela - Forer, Gisela - Paganini,
Albana
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