ACTIVIDADES DEL BUEN TRATO

¿Qué es el Buen Trato?

El buen trato es la relación entre personas, que está basada en un profundo sentimiento de
respeto y valoración hacia la dignidad del otro.
En el cuidado infantil, el buen trato se refleja en poner en el centro la satisfacción de las
necesidades de cuidado y bienestar del niño/a, de modo que se asegure el desarrollo de sus
máximas potencialidades en ambientes cariñosos, respetuosos y seguros afectivamente.

Características del Buen Trato:

 Empatía para entender las necesidades de los demás
 Comunicación Efectiva
 Resolución NO violenta de conflictos
 Adecuado ejercicio de la jerarquía y el poder en las relaciones

Tips para fomentar el buen trato

 Para que los adultos cuidadores puedan desarrollar comportamientos de buen trato,
es necesario ejercer adecuadamente la autoridad en la crianza de los niños/as.
Aprendizaje de normas y Límites
Para educar, es importante encontrar un equilibrio entre la firmeza para poder
normar y el cariño de los padres para educar y criar desde el amor y el respeto.
 Las normas y los límites aportan enormemente a mejorar la convivencia y son
herramientas necesarias para resolver los conflictos.
Las normas y límites son una necesidad de desarrollo y es deber de los adultos
satisfacerlas, de esta manera estarán promoviendo una sana convivencia en la
sociedad.
 Elementos Clave para el Buen Trato en el Ámbito Familiar:
1. Proporcionar Afecto y apoyo.
2. Dedicar tiempo para interactuar con los hijos.
3. Comprender el comportamiento de los hijos, pues este está asociado a
una determinada edad.
4. Comunicarse abiertamente con los hijos.
5. Límites, normas y consecuencias para orientar el adecuado
comportamiento.
¿Cómo poner en práctica un estilo de disciplina Bien Tratante?
- Mantener el autocontrol emocional en el momento de corregir o
disciplinar un comportamiento.
- Comunicar al niño por qué son importantes las normas, por ejemplo, para
sentirse mejor, aprender a cuidarse, pasarla bien, etc.
- En situaciones de conflicto, evitar desgastarse con explicaciones largas
que intenten convencer al niño/a; se puede correr el riesgo de perder
autoridad y nos exponemos a perder la paciencia y el control.
- Conversar ocasionalmente sobre temas relacionados con la disciplina,
por ejemplo “por qué no es bueno ver más de una hora al día de
televisión”.
- No dar explicaciones al niño cuando este enojado porque posiblemente
no va a estar escuchando el mensaje.
- Intentar cumplir los acuerdos lo más rigurosamente posible.