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UNIVERSIDAD PRIVADA DEL VALLE

CARRERA DE MEDICINA

NIVELES DE ANSIEDAD Y DEPRESIÓN EN PACIENTES


HOSPITALIZADOS DE LA CAJA NACIONAL DE SALUD
OBRERO

2018
INVESTIGADORES

INT. HERNAN HINOJOSA TERRAZAS

INT. WENDY MARIELA FERNANDEZ ORTUÑO

TUTOR

DR. LEONARDO VALLEJOS ABASTO

COCHABAMBA-BOLIVIA

DICIEMBRE 2018

1
Información General del Proyecto. Cuadro Resumen

TÍTULO DEL PROYECTO:"Niveles de ansiedad y depresión en pacientes hospitalizados en la caja nacional


de salud obrero # 2."
RESUMEN:
Los trastornos ansioso-depresivos son enfermedades impregnadas de estigmas, prejuicios, carencia de
conocimiento y falta de herramientas para el diagnostico, convirtiéndose en un problema de salud pública.
Los trastornos depresivos y ansiosos se caracterizan por una intensidad o duración lo suficiente como para
interferir en la funcionalidad y en la calidad de vida del paciente hospitalizado.
Se realizo un estudio descriptivo y analítico, de carácter retrospectivo y de corte transversal, con el objetivo
de determinar la gravedad de la sintomatología y algunos factores de riesgo que estén relacionados con los
trastornos ansiosos y depresivos, como ser la edad, el sexo, el grado de instrucción. Los datos fueron
obtenidos de un muestreo no probabilístico, con 128 pacientes hospitalizados que llenaron los cuestionarios:
Inventario de depresión de Beck - II y el Inventario de Ansiedad de Beck, se utilizo el SPSS y para el
procesamiento de los datos obtenidos. Los resultados determinaron que existe un gran número de pacientes
hospitalizados con trastorno ansioso en un (60.94%) y trastorno depresivo en un (41,41%). también se pudo
determinar que los niveles de ansiedad y la depresión presentan una correlación lineal ascendente según la
gravedad de los síntomas, así no pudiendo encontrarse un trastorno depresivo que no esté acompañado de
un trastorno ansioso, tal como concuerda el estudio de la Dr. Mónica Teresa González Ramírez. De acuerdo
a los factores de riesgo existe mayor número de pacientes hospitalizados varones con un trastorno ansioso
en un (37.5%) y un trastorno depresivo en un (30.4%) a comparación de las mujeres que presentan
resultados menores para un trastorno ansioso en un (23.4%) y para un trastorno depresivo en un (10.9%).
según el grado de instrucción, los niveles que alcanzaron la colegiatura presentan un(39.7%) de trastorno
ansioso y un (28%) de trastorno depresivo, resultados que concuerdan con la investigación del Dr.
Roosevelt Renzo García Panizo. Por otro lado según el grupo etario los pacientes que cursaban la vejez en
un (49.1%) presentaron un trastorno ansioso y un (29.5%) presentaron un trastorno depresivo, lo que
confirma que la ansiedad y depresión incrementan con la edad como se observa en los resultados del Dr.
Manuel De Jesús Rojas Gómez. En el estudio se evidencia una correlación marcada en lo que es la
ansiedad y depresión donde ambas enfermedades se presentan juntas, sin casos de depresión aislada y
casos de ansiedad leve que podrían convertirse en depresión en el trascurso del tiempo. En conclusión se
evidencia mayor afectación del sexo masculino a diferencia del femenino que representa. Según la edad los
pacientes que cursaban la vejez en comparación con los jóvenes y adultos presentaron mayor frecuencia en
desarrollar trastorno ansioso o depresivo. De acuerdo al grado de instrucción se ve mayor cantidad de
pacientes con ansiedad y depresión en aquellos que cursaron la colegiatura sin un grado de instrucción
superior, por otro lado en aquellos pacientes que no cuentan con ningún tipo de grado de instrucción la
frecuencia de la ansiedad y depresión es baja.
Palabras Clave: Depresión, Trastorno, Morbilidad, Mortalidad, Enfermedad Mental, Síndrome.
Línea de Investigación: Determinar los niveles del trastorno ansioso y depresivo en pacientes
hospitalizados y algunos factores de riesgo.
Duración del proyecto: Un mes, desde el 1 de Diciembre del 2018 al 31 de Diciembre del 2018
Presupuesto solicitado: 255 Bs
Investigadores responsable: INT. HERNAN HINOJOSA TERRAZAS
INT. WENDY MARIELA FERNANDEZ ORTUÑO
Email: hhthernan@gmail.com Teléfono fijo:4722500 N° de celular: 60340530
Chipi:3@hotmail.com 60287820
Nombre del Tutor: DR. LEONARDO VALLEJOS ABASTO Especialidad. Médico Internista
Email: LEO:VAAB@GMAIL.COMN° de celular: 77982816
Carrera: MEDICINA SEDE. Cochabamba

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Contenido
1. INTRODUCCIÓN ................................................................................................................................2
2. ANTECEDENTES DEL PROBLEMA ................................................................................................3
a. Prevalencia de depresión en pacientes hospitalizados en el servicio de medicina interna
en un hospital nacional del Perú, febrero 2015 ................................................................................3
b. Relación entre la depresión, la ansiedad y los síntomas psicosomáticos ...........................3
c. INCIDENCIA DE DEPRESIÓN EN PACIENTES HOSPITALIZADOS, DEPARTAMENTO DE
MEDICINA INTERNA, HOSPITAL REGIONAL DE OCCIDENTE, AÑO 2010 ...................................4
3. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA ..............................................................................................5
4. JUSTIFICACIÓN ................................................................................................................................7
5. MARCO TEÓRICO O CONCEPTUAL ..............................................................................................8
¿Qué es la ansiedad? ..........................................................................................................................8
¿Qué es la depresión?.........................................................................................................................9
Factores de riesgo para la ansiedad................................................................................................ 10
Factores de riesgo para la depresión .............................................................................................. 12
1) Factores personales y sociales ................................................................................................ 13
2) Factores cognitivos .................................................................................................................... 14
3) Factores familiares y genéticos ................................................................................................ 15
Riesgo de suicidio en personas con trastorno depresivo. ........................................................... 15
Diagnóstico del trastorno ansiedad. ................................................................................................ 16
Fuente(14) ........................................................................................................................................... 17
Diagnóstico del trastorno depresivo. .............................................................................................. 17
Criterios diagnósticos ....................................................................................................................... 18
A. Clasificación Internacional de Enfermedades, décima revisión (CIE-10) ........................ 19
B. Clasificación de la American PsychiatricAssociation, quinta edición (DSM-5) .............. 22
Diagnóstico diferencial...................................................................................................................... 27
Los signos y síntomas de la ansiedad. ........................................................................................... 29
los signos y síntomas de la depresión. ........................................................................................... 30
Evaluación psicológica de la ansiedad y la depresión ................................................................. 31
Instrumentos de evaluación de la ansiedad y la depresión en enfermos crónicos ..................................... 33
Fuente:(6) ............................................................................................................................................ 33
Inventario de Depresión de Beck-II (BDI-II) ..................................................................................... 33
Inventario de Ansiedad de Beck (BAI) ............................................................................................ 37

3
Relaciones de la ansiedad y la depresión con las enfermedades médicas ............................... 39
Cáncer .............................................................................................................................................. 40
Infección por el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) ...................................................... 41
Trastornos cardiovasculares ........................................................................................................ 41
Trastornos dermatológicos ........................................................................................................... 42
Trastornos endocrinos .................................................................................................................. 43
Trastornos gastrointestinales ....................................................................................................... 43
Enfermedades neurológicas ......................................................................................................... 46
Trastornos respiratorios ................................................................................................................ 47
Trastornos reumatológicos ........................................................................................................... 48
¿Cómo experimentan los ancianos la depresión? ........................................................................ 48
Tratamiento ......................................................................................................................................... 49
Manejo inicial .................................................................................................................................. 49
Psicoterapia..................................................................................................................................... 50
Farmacoterapia ............................................................................................................................... 50
Terapia electroconvulsiva (TEC) .................................................................................................. 51
Fototerapia ...................................................................................................................................... 51
Otros tratamientos.......................................................................................................................... 52
Tratamiento farmacológico de la Ansiedad ................................................................................ 53
El tratamiento farmacológico de la depresión comprende tres fases ..................................... 55
6. OBJETIVOS ..................................................................................................................................... 59
Objetivo General................................................................................................................................. 59
Objetivos Específicos ........................................................................................................................ 59
7. HIPÓTESIS. No amerita .................................................................................................................. 59
8. METODOLOGÍA............................................................................................................................... 60
Diseño de la Investigación ................................................................................................................ 60
Secuencia de pasos a seguir ............................................................................................................ 60
Universo .............................................................................................................................................. 61
1. Criterios de inclusión ............................................................................................................. 61
2. Criterios de exclusión............................................................................................................. 62
Elaboración propia, Agosto-Diciembre 2018. ................................................................................. 62
Plan de análisis de datos .................................................................................................................. 63

4
Programas que utilizar para análisis de datos ........................................................................................... 63
9. CONSIDERACIONES ÉTICAS ................................................................................................................ 63
10. PRESUPUESTO ..................................................................................................................................... 63
Elaboración propia, Agosto-Diciembre 2018. .......................................................................................... 64
11. CRONOGRAMA ..................................................................................................................................... 64
12. RESULTADOS........................................................................................................................................ 65
Elaboración propia, Agosto-Diciembre 2018. .......................................................................................... 65
Elaboración propia, Agosto-Diciembre 2018. .......................................................................................... 66
Elaboración propia, Agosto-Diciembre 2018. .......................................................................................... 66
Elaboración propia, Agosto-Diciembre 2018. .......................................................................................... 67
Elaboración propia, Agosto-Diciembre 2018. .......................................................................................... 68
Elaboración propia, Agosto-Diciembre 2018. .......................................................................................... 68
Elaboración propia, Agosto-Diciembre 2018. .......................................................................................... 69
Elaboración propia, Agosto-Diciembre 2018. .......................................................................................... 70
13. DISCUSIÓN ............................................................................................................................................. 78
14. CONCLUSIONES ................................................................................................................................... 81
15. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ................................................................................................... 82
16. ANEXOS. ................................................................................................................................................. 84

5
La adquisición y el disfrute del bienestar físico, la tranquilidad mental y la paz
espiritual son bienes de un valor inestimable para quien los posee, si es que
existe alguien tan afortunado entre nosotros actualmente.

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NIVELES DE ANSIEDAD Y DEPRESIÓN EN PACIENTES HOSPITALIZADOS
DE LA CAJA NACIONAL DE SALUD OBRERO

2018

RESUMEN:

Los trastornos ansioso-depresivos son enfermedades impregnadas de estigmas, prejuicios,


carencia de conocimiento y falta de herramientas para el diagnostico, convirtiéndose en un
problema de salud pública. Los trastornos depresivos y ansioso se caracterizan por una
intensidad o duración lo suficiente como para interferir en la funcionalidad y en la calidad de
vida del paciente hospitalizado.

Se realizo un estudio descriptivo y analítico, de carácter retrospectivo y de corte transversal,


con el objetivo de determinar la gravedad de la sintomatología y algunos factores de riesgo
que estén relacionados con los trastornos ansiosos y depresivos, como ser la edad, el sexo,
el grado de instrucción. Los datos fueron obtenidos de un muestreo no probabilístico, con
128 pacientes hospitalizados que llenaron los cuestionarios: Inventario de depresión de Beck
- II y el Inventario de Ansiedad de Beck, se utilizo el SPSS y para el procesamiento de los
datos obtenidos. Los resultados determinaron que existe un gran número de pacientes
hospitalizados con trastorno ansioso en un (60.94%) y trastorno depresivo en un (41,41%).
también se pudo determinar que los niveles de ansiedad y la depresión presentan una
correlación lineal ascendente según la gravedad de los síntomas, así no pudiendo
encontrarse un trastorno depresivo que no esté acompañado de un trastorno ansioso, tal
como concuerda el estudio de la Dra. Mónica Teresa González Ramírez. De acuerdo a los
factores de riesgo existe mayor número de pacientes hospitalizados varones con un trastorno
ansioso en un (37.5%) y un trastorno depresivo en un (30.4%) a comparación de las mujeres
que presentan resultados menores para un trastorno ansioso en un (23.4%) y para un
trastorno depresivo en un (10.9%). según el grado de instrucción, los niveles que alcanzaron
la colegiatura presentan un (39.7%) de trastorno ansioso y un (28%) de trastorno depresivo,
resultados que concuerdan con la investigación del Dr. Roosevelt Renzo García Panizo. Por
otro lado según el grupo etario los pacientes que cursaban la vejez en un (49.1%)
presentaron un trastorno ansioso y un (29.5%) presentaron un trastorno depresivo, lo que
confirma que la ansiedad y depresión incrementan con la edad como se observa en los
resultados del Dr. Manuel De Jesús Rojas Gómez. En el estudio se evidencia una correlación
marcada en lo que es la ansiedad y depresión donde ambas enfermedades se presentan
juntas, sin casos de depresión aislada y casos de ansiedad leve que podrían convertirse en
depresión en el trascurso del tiempo. En conclusión se evidencia mayor afectación del sexo
masculino a diferencia del femenino que representa. Según la edad los pacientes que
cursaban la vejez en comparación con los jóvenes y adultos presentaron mayor frecuencia
en desarrollar trastorno ansioso o depresivo. De acuerdo al grado de instrucción se ve mayor
cantidad de pacientes con ansiedad y depresión en aquellos que cursaron la colegiatura sin

1
un grado de instrucción superior, por otro lado en aquellos pacientes que no cuentan con
ningún tipo de grado de instrucción la frecuencia de la ansiedad y depresión es baja.

1. INTRODUCCIÓN

El trastorno depresivo y Ansioso son enfermedades que están impregnada de estigmas,


prejuicios, carencia de conocimiento, desinterés del personal de salud y falta de herramientas
útiles que ayuden al diagnóstico de manera oportuna de estas enfermedades. Y entre los
grupos de pacientes que se encuentran al alcance tenemos los pacientes hospitalizados, que
en muchas oportunidades el médico tratante se limita a tratar las enfermedades que
demanda su especialidad, evadiendo una atención integrada a los pacientes.

Estas deficiencias en él diagnóstico y tratamiento oportuno de los trastornos depresivos y


ansiosos, se debe a la mala organización del sistema de salud y la escasa inversión que se
da a la salud mental, no existe un programa de pesquisa para diagnosticar a estos pacientes
que sufren estas enfermedades, y que contribuye una morbilidad y mortalidad cada vez
mayor a nivel mundial.

Los trastornos depresivos y Ansiosos se caracterizan por presentarse en una intensidad o


una duración lo suficiente como para interferir en la funcionalidad y en la calidad de vida de
las personas. Es frustrante que no se cuente con estudios en nuestros propios hospitales que
puedan dar información de la gravedad y la relación con los factores de riesgo que son
proclives a desarrollar estos trastorno ansiosos y depresivos.
La caja nacional obrero # 2 es un importante punto de referencia para realizar el estudio por
ser uno de los hospitales más grandes a nivel nacional y poseer la capacidad para albergar
gran cantidad de pacientes cada día, por lo que consideramos que los estudios en este
nosocomio son validos, replicables y que podrían servir de punto de referencia para otras
investigaciones posteriores.

2
2. ANTECEDENTES DEL PROBLEMA
a. Prevalencia de depresión en pacientes hospitalizados en el servicio de
medicina interna en un hospital nacional del Perú, febrero 2015
Autor: Dr.Rousvelt Renzo García Panizo
Resumen:
Introducción: La literatura señala una alta prevalencia de depresión en los pacientes
hospitalizados, en hospitales generales.
Objetivo: Determinar la prevalencia de depresión que existe en los pacientes hospitalizados
en el servicio de Medicina Interna del Hospital Nacional Daniel Alcides Carrión en Febrero
2015.
Metodología: Se realizó un estudio descriptivo de corte transversal, buscando determinar la
prevalencia de punto en cuanto a depresión (prevalencia puntual: número de casos nuevos y
antiguos, existentes en un momento determinado). Se aplicó la Prueba de Depresión de
Beck-II a los pacientes que se encontraban hospitalizados en el Servicio de Medicina Interna
del Hospital indicado.
Resultados: De un total de 52 pacientes evaluados, entre varones (61.5%) y mujeres
(38.5%), se encontró una prevalencia de depresión de 48% en mujeres y varones. Los
varones obtuvieron mayor puntaje en la Prueba de Depresión de Beck-II respecto a las
mujeres. En cuanto a depresión en relación al grado de instrucción, la mayor prevalencia de
depresión tanto en varones como en mujeres, se da en el grupo de pacientes con instrucción
secundaria.
Conclusiones: Existe una alta prevalencia de depresión en pacientes hospitalizados, siendo
mayores los puntajes de depresión según la Prueba de Depresión de Beck-II, en pacientes
varones y en pacientes con grado de instrucción incompleto. Se sugiere la aplicación de
pruebas de depresión, para un diagnóstico y tratamiento oportuno.

b. Relación entre la depresión, la ansiedad y los síntomas psicosomáticos

Autor: Mónica Teresa González Ramírez


Objetivo. Determinar la relación existente entre la ansiedad, la depresión y los síntomas
psicosomáticos en una muestra de estudiantes universitarios del norte de México.

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Métodos. Se realizó un estudio exploratorio a partir de cuestionarios de auto informes
aplicados a una muestra de conveniencia de 506 estudiantes de psicología de dos
universidades de Monterrey, estado de Nuevo León, México. Para evaluar los síntomas
psicosomáticos se utilizó el cuestionario sobre la salud del paciente, para la depresión se
empleó el inventario de Beck y la ansiedad se evaluó mediante la escala social para
adolescentes. Se utilizó la correlación de Spearman para determinar el nivel de significación
de la relación entre las variables y la prueba de Kruskal-Wallis para comparar los niveles de
ansiedad y depresión en los grupos de estudiantes conformados según la intensidad de los
síntomas psicosomáticos.
Resultados. De los participantes, 129 (25,5%) presentaron síntomas psicosomáticos de
intensidad media o alta, solo 4 (0,8%) manifestaron depresión intensa y únicamente 2 (0,4%)
estudiantes presentaron niveles de ansiedad por encima del 75% de la puntuación máxima
de la escala. La intensidad de los síntomas psicosomáticos aumentó a la par que
aumentaban los niveles de ansiedad y depresión. Los síntomas psicosomáticos más
frecuentes y que causaban mayor preocupación en la muestra fueron: dolores de cabeza,
menstruales y de espalda, así como sentirse cansado y dificultades para dormir.
Conclusiones. Se confirmó la relación directa entre la intensidad de los síntomas somáticos,
la depresión y la ansiedad. Se recomienda incluir en los programas de prevención o
tratamiento de cualquiera de estos tres trastornos a los otros dos. Se deben implementar
programas específicos para los jóvenes universitarios.

c. INCIDENCIA DE DEPRESIÓN EN PACIENTES HOSPITALIZADOS,


DEPARTAMENTO DE MEDICINA INTERNA, HOSPITAL REGIONAL DE
OCCIDENTE, AÑO 2010

Autor: Manuel De Jesús Rojas Gómez


INTRODUCCION Depresión, un problema con una alta prevalencia a nivel mundial, se
encuentra frecuentemente en pacientes hospitalizados, el cual puede incrementar su
morbilidad, uso de medicamentos, tiempo de estancia intrahospitalaria, y costos para el
hospital.

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OBJETIVO Conocer la frecuencia de pacientes hospitalizados en el departamento de
medicina interna del hospital regional de occidente, así como sus principales características
epidemiológicas, uso de medicamentos, y número de hospitalizaciones previas.
TIPO DE ESTUDIO Prospectivo-descriptivo.
MÉTODO 150 pacientes hospitalizados en el departamento de medicina interna del hospital
regional de occidente durante el año 2010, a quienes se les realizo una entrevista y se aplicó
la escala para la medida de depresión de Zung y conde.
RESULTADOS De 150 personas estudiadas, 77 (51.3%), presentaron características
depresivas, y 23 (15.4%), depresión clínica. Se evidenció mayor prevalencia de depresión en
el género Masculino, edades entre 43 a 72 años, solteros, amas de casa y pacientes sin
oficio. Además, proporcionalmente a la severidad de la depresión y la frecuencia se
incrementaba con la edad. De los pacientes con depresión únicamente tres tomaban algún
tipo de antidepresivo desde antes de su hospitalización.
CONCLUSION La mayoría de estudiados (51.3%), presentó características depresivas, y un
15.4% presentó depresión clínica.

3. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

La depresión y la ansiedad son enfermedades frecuentes en todo el mundo, y se calcula que


afecta a más de 300 millones de personas. La depresión es distinta de las variaciones
habituales del estado de ánimo y de las respuestas emocionales breves a los problemas de
la vida cotidiana, en cuanto la ansiedad son aceptables niveles óptimos para un correcto
funcionamiento tanto físico como mental, pero se convierten dañinos cuando sobrepasan
este nivel óptimo. Puede convertirse en un problema de salud serio, especialmente cuando
es de larga duración e intensidad moderada a grave, y puede causar gran sufrimiento y
alterar las actividades laborales, escolares y familiares. En el peor de los casos puede llevar
al suicidio. Cada año se suicidan cerca de 800 000 personas, y el suicidio es la segunda
causa de muerte en el grupo etario de 15 a 29 años.

La depresión es una enfermedad poco comprendida y muy ignorada afecta a todos los
grupos de edades, erróneamente se cree que los niños y ancianos son invulnerables a esta
enfermedad, pero hoy en día se sabe que la padecen, aunque no con el cuadro clínico típico
de la enfermedad. Es lamentable que en muchos centros de salud se haga muy poco o nada
5
para poder diagnosticarla y mucho menos tratarla a tiempo. Pese a las consecuencias que
esta enfermedad puede tener en una persona, afectando las dimensiones biológicas,
psicológicas y sociales.

La ansiedad es parte de la vida. Puede sentirse ansioso antes de presentar una prueba o al
caminar por una calle oscura. Este tipo de ansiedad es útil puede permitirle estar más alerta
o ser más cuidadoso. Suele terminar poco tiempo después de que salga de la situación que
la provocó. Pero, para millones de personas, la ansiedad no desaparece y empeora con el
tiempo. Pueden sentir dolores en el pecho y tener pesadillas.

Los pacientes hospitalizados son un grupo de personas vulnerables a este padecimiento y


pese a que se los tiene al alcance, no se presenta la debida atención para diagnosticarlos y
mucho menos se les brinda tratamiento oportuno. Entre los obstáculos a una atención eficaz
se encuentran la falta de recursos y de personal sanitario capacitados, además de la
estigmatización de los trastornos mentales y la evaluación clínica atípica según el grupo
etario. Aunque hay tratamientos eficaces para la depresión y la ansiedad, más de la mitad de
los afectados en todo el mundo (y más del 90% en muchos países) no recibe esos
tratamientos.

La realidad de los hospitales es que no se brinda una atención integrada y mucho menos se
tomó en cuenta el estado mental del paciente, las consultas se reducen a meras entrevistas
unidireccionales que buscan la causa de un problema concreto, ignorando otras área del
sujeto, que de igual manera son importantes, pero poco comprendidas o ignoradas por el
personal médico.

Según la OMS La carga mundial de depresión y de otros trastornos mentales está en


aumento. En una resolución de la Asamblea Mundial de la Salud adoptada en mayo de 2013
se abogó por una respuesta integral y coordinada de los países al problema de los trastornos
mentales.

Actualmente no contamos con los suficientes estudios al respecto de los principales


nosocomios del país, por ello se pretende dar una idea de la gravedad del problema,
investigando a las personas que padecen un trastornó de depresión o de ansiedad, tomando
en cuenta solo a los pacientes hospitalizados en la CNS obrero # 2 en la ciudad

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Cochabamba, y teniendo a considerar algunos atributos que acompañan al cuadro depresivo
o ansioso, tales como la edad, el sexo, el servicio que los hospitalizo, la escolaridad.

4. JUSTIFICACIÓN

La depresión y ansiedad es el resultado de interacciones complejas entre factores sociales,


psicológicos y biológicos. Quienes han pasado por circunstancias vitales adversas
(desempleo, luto, traumatismos psicológicos) tienen más probabilidades de sufrir ansiedad
que puede convertirse en depresión. A su vez, la depresión puede generar más estrés y
disfunción, y empeorar la situación vital de la persona afectada y, por consiguiente, la propia
depresión, formando un ciclo vicioso.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la depresión y la ansiedad son


trastornos altamente incapacitantes. La depresión y ansiedad puede afectarnos a todos:
hombres y mujeres de todas las edades, niveles educativos, estatus social y económico. Por
lo general, afecta todas las áreas de la vida de una persona, tanto a nivel familiar, como en
relación con las amistades, el trabajo, los estudios y los aspectos financieros. Es frecuente
que los episodios depresivos y ansiosos sean recurrentes y pueden volverse persistentes o
crónicos si no se realiza el tratamiento adecuado.

Pueden ser más severas si se combina con otras enfermedades médicas como el cáncer,
artritis, infarto cerebral, enfermedades cardiovasculares u otros trastornos psiquiátricos o el
abuso de sustancias.

En consecuencia, la falta de diagnóstico y la gravedad de los trastornos ansiosos o


depresivos en la clínica es profundo y preocupante: los trastornos depresivos y ansiosos
producen elevada discapacidad e impacto en la calidad de vida y se asocian con mayor
utilización de los recursos sanitarios, importante morbilidad, enormes costes económicos y
marcada mortalidad por suicidio, así como elevada asociación a enfermedades físicas
concomitantes. Todo lo cual, la convierte en un problema de salud pública de primer orden.

7
Los pacientes hospitalizados constituyen el espacio idóneo para el abordaje de esta clase de
problemas y así lo recomienda la OMS, promoviendo el diagnostico oportuno y el tratamiento
eficaz.

El médico de general y el especialista son capaces para identificar y tratar la depresión y la


ansiedad en fase temprana, y derivar al psiquiatra en casos más graves, por lo que también
resulta frustrante que no se cuente con herramientas adaptadas a nuestro entorno para la
pesquisa de estos trastornos o estudios del propio entorno sobre todo en hospitales grandes
donde se tiene la mayor cantidad y disponibilidad de hospitalizados, que describan la
gravedad de los trastornos ansiosos y depresivos y algunos atributos que los acompañen,
como el sexo la edad, el nivel de escolaridad.

5. MARCO TEÓRICO O CONCEPTUAL

¿Qué es la ansiedad?

La ansiedad es parte normal de la vida y constituye una respuesta habitual a situaciones


cotidianas de la persona. Ante una señal o amenaza de peligro, se produce una reacción que
nos ayuda a enfrentarnos y responder. Así, cierto grado de ansiedad es incluso deseable
para el manejo normal de las exigencias del día a día (preparar un examen, ir a una
entrevista de trabajo, tener que hablar en público, etc.).

La ansiedad es una emoción, que se acompaña de reacciones corporales tales como la


tensión muscular, la sudoración, el temblor, la respiración agitada, el dolor de cabeza, de
pecho o de espalda, las palpitaciones, los “nudos en el estómago”, la diarrea y otras muchas
más.(5)

Cuando se sobrepasa una intensidad que la hace intolerable o cuando dificulta la capacidad
de adaptarse de la persona, la ansiedad puede afectar a la vida cotidiana y puede convertirse
en un problema

8
¿Qué es la depresión?

Ocasionalmente, todos nos sentimos melancólicos o tristes, pero estos sentimientos, por lo
general, son pasajeros y desaparecen en unos días. Cuando una persona tiene un trastorno
depresivo, este interfiere con la vida diaria y el desempeño normal y causa dolor tanto para
quien padece el trastorno como para quienes se preocupan por él o ella. La depresión es una
enfermedad común pero grave y la mayor parte de quienes la padecen necesitan tratamiento
para mejorar. Muchas personas con una enfermedad depresiva nunca buscan tratamiento.

Pero la gran mayoría, incluso aquellas con los casos más graves de depresión, pueden
mejorar con tratamiento. Intensivas investigaciones de la enfermedad han resultado en el
desarrollo de medicamentos, psicoterapias, y otros métodos para tratar a las personas con
este trastorno incapacitante.

La depresión se presenta como un conjunto de síntomas de predominio afectivo (tristeza


patológica, apatía, anhedonia, desesperanza, decaimiento, irritabilidad, sensación subjetiva
de malestar e impotencia frente a las exigencias de la vida) aunque, en mayor o menor
grado, también están presentes síntomas de tipo cognitivo, volitivo y somático, por lo que
podría hablarse de una afectación global psíquica y física, haciendo especial énfasis en la
esfera afectiva.

La posibilidad diagnóstica de un trastorno depresivo se suele plantear a partir de datos


observacionales poco específicos, como el deterioro en la apariencia y en el aspecto
personal, enlentecimiento psicomotriz, tono de voz bajo, facies triste, llanto fácil o
espontáneo, disminución de la atención, verbalización de ideas pesimistas (culpa,
hipocondría, ruina) alteraciones del sueño y quejas somáticas inespecíficas. La base para
distinguir estos cambios patológicos de los ordinarios, viene dada por la persistencia de la
clínica, su gravedad, y el grado de deterioro funcional y social.(6)

Muchos casos de depresión son claramente apreciables en la práctica clínica, aunque resulte
difícil establecer su autonomía diagnóstica respecto a otras entidades psicopatológicas. Así,
por ejemplo, frecuentemente se percibe el trastorno depresivo asociado a ansiedad con

9
diversas combinaciones sintomáticas en sus manifestaciones. La depresión también puede
concurrir con el abuso de alcohol y otras sustancias, y con algunas enfermedades orgánicas
cerebrales y sistémicas(4). También es frecuente su asociación con trastornos de la
conducta alimentaria y algunos trastornos de la personalidad. Además, es más común entre
personas con enfermedad física crónica y la relación entre ambas es recíproca, ya que los
problemas físicos pueden exacerbar la depresión y a su vez la depresión puede afectar
negativamente al curso de la patología física. La depresión también es un factor de riesgo
para algunas patologías físicas, como es el caso de las enfermedades cardiovasculares.

La depresión se puede iniciar a cualquier edad, aunque su mayor prevalencia se produce


entre los 15 y 45 años, por lo que tiene un gran impacto en la educación, la productividad, el
funcionamiento y las relaciones personales. La sintomatología del trastorno puede ser
distinta con la edad: los jóvenes muestran síntomas fundamentalmente comportamentales,
mientras que los adultos mayores tienen con mayor frecuencia síntomas somáticos.

Factores de riesgo para la ansiedad

En la aparición y mantenimiento de la ansiedad como trastorno influyen tres grandes grupos


de factores: los factores predisposicionales, los factores activadores, y los factores de
mantenimiento.

Factores predisposicionales: Con este término nos referimos a variables biológicas y


constitucionales, hereditarias o no, que hacen más probable que un individuo desarrolle
alteraciones de ansiedad si se ve expuesto a situaciones capaces de activarla. Dentro de
este grupo de factores podríamos considerar también algunos referidos a la personalidad,
dependiente de la historia del individuo, condicionada por la biología y el aprendizaje.

Estos factores predisposicionales no son la ansiedad ni condenan a padecerla. Son factores


de vulnerabilidad. Dicho en otras palabras, hay personas que cuentan con un sistema de
alerta más sensible, por un lado, y más complejo de desactivar una vez disparado, por otro.
En cierto sentido, son personas que se encuentran regularmente en una especie de pre-
alerta que condiciona su disposición hacia el medio externo o interno, la advertencia y

10
el registro de determinados acontecimientos, y la prefiguración de un tipo de respuestas
defensivas como más probables.

Algunos de estos factores predisposicionales se desconocen aún, aunque se presume su


existencia. Otros son conocidos, pero, para un buen número de ellos, sobre todo el origen
genético, no se han desarrollado aún terapéuticas específicas. Sí existen tratamientos para la
corrección de algunos de los efectos causados por dichos factores y expresados en los
sistemas de neurotransmisión, lo que permitiría la reducción de su influencia, en algunos
casos muy importantes, la consiguiente mejora, y la reducción de la vulnerabilidad.

Factores activadores: Con esta expresión nos referimos a aquellos hechos, situaciones o
circunstancias que son capaces de activar el sistema de alerta, la preparación para
responder ante ellas y la respuesta propiamente dicha. Hemos señalado anteriormente que
la ansiedad está fundamentalmente vinculada a la percepción de amenaza, por lo tanto,
esencialmente, los factores activadores de la ansiedad son aquellos que están relacionados
con la amenaza y su naturaleza.

Hemos indicado, también, que la percepción de riesgo, es decir de lo considerado


amenazante, depende fundamentalmente de un proceso de evaluación, consciente o
automático, determinado por la valoración de qué pasa y cómo nos afecta, por un lado; y qué
podemos hacer frente a ello, por otro. Básicamente, en términos generales, la ansiedad
procede de dos grandes tipos de problemas. En primer lugar, de la posible obstaculización o
entorpecimiento de planes, deseos o necesidades, aún en desarrollo, cuya consecución es
para nosotros importante o necesaria. Por ejemplo, la superación de un examen para
acceder a un puesto de trabajo. En segundo lugar, del posible deterioro o problematización
de objetivos que ya hemos alcanzado, logros con los que ya contamos o forman parte de
nuestro estatus. Así, percibiríamos como amenazante la pérdida de la salud o el trabajo.
También se encuentran en este grupo de factores otros que por diversas vías inducen una
sobre estimulación del organismo: podemos mencionar especialmente el estrés y el consumo
de sustancias, particularmente las estimulantes.

11
Factores de mantenimiento: Este grupo de factores afectan fundamentalmente a aquellos
casos en que los problemas originarios de ansiedad no se resuelven satisfactoriamente, o
bien cuando la ansiedad alcanza límites de trastorno. Una vez que la ansiedad se manifiesta
como problema tiene ciertas probabilidades de incrementarse.

En el momento en que la ansiedad aparece, debido a los factores activadores, ayudados en


más o en menos por los factores predisposicionales, si es excesiva y sostenida, propicia la
aparición de problemas de salud.

Estos problemas, que previamente no existían, son debidos a la ansiedad, pero, a su vez, la
multiplican. La salud es un bien valorado en sí mismo. Si se problematiza, por cualquier
motivo incluida la propia ansiedad, genera un incremento del estado de alerta e indefensión.
Se ha de considerar, además, que la salud es una condición necesaria para la realización de
otros planes que pueden resentirse por el nuevo estado del organismo, lo que llevaría a la
aparición de nuevos problemas, distintos de los que originariamente motivaron la ansiedad,
pero que contribuyen a su retroalimentación.

Finalmente, dentro de los factores de mantenimiento, hemos de citar las estrategias


contraproducentes de afrontamiento: soluciones intentadas, fallidas, que, destinadas a
regular la ansiedad, sus motivos o sus efectos, no sólo no lo consiguen, si no que
contribuyen a su incremento y perpetuación. Estos procedimientos son variados y afectan
tanto control de los síntomas, como de los pensamientos, del medio y de la conducta. Por
poner un ejemplo que ilustre a qué nos estamos refiriendo, valga citar la hiperventilación.
Algunas personas, ante la sensación de ahogo y falta de aire, responden con una respiración
rápida, superficial, e intensa, cuya consecuencia es una caída brusca de los niveles de
dióxido de carbono, lo que a su vez genera un incremento del ahogo, del calor, de la tasa
cardiaca, de los mareos, del hormiguero, etc., síntomas que exacerbarían más la ansiedad.

Factores de riesgo para la depresión

La depresión es un proceso multifactorial y complejo cuya probabilidad de desarrollo


depende de un amplio grupo de factores de riesgo, sin que hasta el momento haya sido

12
posible establecer su totalidad ni las múltiples interacciones existentes entre ellos. Se
desconoce el peso de cada uno de ellos en relación a las circunstancias y al momento de la
vida en que se desarrolla.

La investigación de los factores de riesgo de la depresión cuenta con algunas limitaciones:


primero, es difícil establecer diferencias entre los factores que influyen en el inicio y/o el
mantenimiento de la depresión; segundo, muchos de los factores de riesgo interactúan de tal
manera que podrían ser causas o consecuencias de la misma. Además, pocos estudios han
valorado su grado de influencia.

Las variables que incrementan el riesgo de depresión se pueden clasificar en factores


personales, sociales, cognitivos, familiares y genéticos.

1) Factores personales y sociales

La prevalencia e incidencia de los trastornos depresivos es mayor en mujeres que en


hombres, comenzando en la adolescencia y manteniéndose en la edad adulta. Además,
aunque la depresión es una importante causa de discapacidad tanto en hombres como en
mujeres, se ha estimado que la carga de la depresión es 50% más alta en las mujeres que
en los hombres.

Las enfermedades crónicas, tanto físicas como mentales y la posible asociación con el
consumo de alcohol y tabaco también son factores de riesgo importantes, los rasgos
neuróticos de la personalidad se asocian con una mayor incidencia de casos y recaídas de
depresión mayor y probablemente, aumentan la posibilidad de desarrollar depresión ante los
acontecimientos adversos de la vida. También se asocian a otras formas de psicopatología,
especialmente con los trastornos de ansiedad. Los trastornos de ansiedad son en general
factores de riesgo para el desarrollo del primer episodio de depresión mayor y también la
distimia se ha visto como un importante predictor del desarrollo posterior de un cuadro
depresivo mayor.

13
Por otra parte, se ha observado que pacientes, fundamentalmente varones, con
antecedentes de ataques de pánico, tienen mayor riesgo de desarrollar depresión mayor.
Dicha correlación no se ha encontrado con otros trastornos mentales.

Se ha descrito una asociación entre migraña y depresión, de manera que los pacientes con
depresión mayor presentaban mayor riesgo de sufrir migraña y a su vez, los que presentaban
migraña (no otro tipo de cefalea) tenían mayor riesgo de depresión mayor.

También, la presencia de enfermedad cardiaca y diversas patologías endocrinas, como la


diabetes, el hipo o hipertiroidismo, el síndrome de Cushing, la enfermedad de Addisson y la
amenorrea hiperprolactinémica, parecen aumentar el riesgo de depresión.

Dentro del papel atribuido a las circunstancias sociales se ha destacado el bajo nivel de
recursos económicos y las circunstancias laborales. Las personas en desempleo y baja
laboral presentan depresiones con mayor frecuencia. En un estudio de cohortes prospectivo
publicado recientemente se desprende que las personas de los grupos socioeconómicos y
ocupacionales más desfavorecidos tienen índices más altos de depresión, indicando que el
riesgo de depresión sigue un gradiente socioeconómico, especialmente cuando el trastorno
es crónico.

El estado civil (estar soltero, divorciado o viudo) y el estrés crónico parecen relacionarse con
una mayor probabilidad de desarrollar depresión, y también se observa que la exposición a
adversidades a lo largo de la vida está implicada en el comienzo de trastornos depresivos y
ansiosos.

2) Factores cognitivos

La investigación sobre el papel de los factores cognitivos en la depresión se ha guiado


predominantemente por el modelo de Beck, en el que los esquemas negativos,
pensamientos automáticos, distorsiones cognitivas y creencias disfuncionales tienen un
papel fundamental en el procesamiento de la información. Estos y otros factores como la

14
reactividad cognitiva hacia los eventos negativos, el estilo rumiativo de respuesta y los
sesgos atencionales se consideran claves en el desarrollo y mantenimiento de la depresión.

3) Factores familiares y genéticos

Los descendientes de pacientes con depresión constituyen un grupo de riesgo tanto para
enfermedades somáticas como para trastornos mentales. Así, los familiares de primer grado
de pacientes con trastorno depresivo mayor tienen el doble de posibilidades de presentar
depresión que la población general, proporción también importante en los de segundo grado.
El patrón de presentación del cuadro también puede ser diferente, encontrando como señal

Más temprana un trastorno de ansiedad. No obstante, estos estudios familiares por sí


mismos no pueden establecer qué cantidad de riesgo proviene de los factores genéticos y
qué cantidad del ambiente familiar compartido.
Uno de los acercamientos más frecuentes en la investigación de los genes implicados en el
desarrollo de la depresión es el análisis del papel de las monoaminas. De entre todas las
variantes genéticas estudiadas, un factor que podría influir en su desarrollo es la presencia
de un polimorfismo del gen que codifica el transportador de la serotonina, lo que produciría
una disminución del transporte de este neurotransmisor. Este gen podría ser un predictor de
la respuesta al tratamiento antidepresivo.

Riesgo de suicidio en personas con trastorno depresivo.

La depresión es uno de los factores más asociados a la conducta suicida. Se ha estimado


que el riesgo de suicidio es cuatro veces mayor en las personas con depresión en
comparación con la población general, y 20 veces mayor en el caso de la depresión grave.
Debido a ello diferentes GPC de depresión recogen la importancia de la evaluación del riesgo
de suicidio ante un paciente depresivo.

La conducta suicida es el resultado de la confluencia de distintas situaciones y factores que


se combinan entre sí para generar un abanico que iría desde la ideación hasta el suicidio
consumado. En la actualidad se considera que el suicidio se mueve a lo largo de un

15
continuum de diferente naturaleza y gravedad, que va desde la ideación (idea de la muerte
como descanso, deseos de muerte e ideación suicida) hasta la gradación conductual
creciente (amenazas, gestos, tentativas y suicidio).

El riesgo de suicidio se puede incrementar durante el episodio de depresión y en el período


de remisión parcial. Algunos de los factores que se han asociado con mayor riesgo de
suicidio en pacientes con depresión son: sexo masculino, historia familiar de trastorno
mental, intento de suicidio previo, niveles más graves de depresión, presencia de
desesperanza y trastornos comórbidos, especialmente ansiedad y abuso de alcohol y otras
drogas. Otros factores que se han asociado al suicidio en pacientes con depresión son el
Trastorno límite de la personalidad y niveles altos de impulsividad y agresividad.

Cuando existe riesgo de suicidio en un paciente con depresión se recomienda considerar la


derivación a atención especializada, de modo urgente cuando el riesgo es elevado.

Diagnóstico del trastorno ansiedad.

Se utilizan diferentes herramientas para poder establecer el diagnóstico de un trastorno


ansioso.

 Historia clínica: el médico le preguntará sobre algunos aspectos de su historia familiar


o de otras enfermedades que pueda tener.
 Exploración física: ayuda a su médico a saber si sus síntomas tienen otra causa que
no sea el trastorno de ansiedad.
 Cuestionarios: puede que en su centro se utilice algún cuestionario específico para
ayudarle en su diagnóstico o para ver los cambios que se experimentan con el tiempo.

Para descartar cualquier otra enfermedad, es posible que su médico vea necesario que se
realice alguna prueba.

Hay diferentes tipos de trastornos de ansiedad, pero la ansiedad generalizada es el más


común en Atención Primaria. Se caracterizan por los siguientes síntomas:

16
Fuente(14)

Diagnóstico del trastorno depresivo.

 Criterios clínicos (DSM-5) o CIE-10)


 Hemograma, electrolitos y tirotrofina, vitamina B12 y folato para descartar trastornos
físicos que puedan producir depresión

El diagnóstico de los trastornos depresivos se basa en la identificación de los signos y


síntomas presentes en los criterios clínicos descritos en el (DSM-5) o CIE-10). Para poder
diferenciar los trastornos depresivos de los cambios de ánimo normales, debe existir angustia
significativa o deterioro en el funcionamiento social, laboral o en otras áreas importantes.

Existen varios cuestionarios breves disponibles para el examen de detección que ayudan a
provocar algunos de los síntomas de depresión, pero no pueden usarse sólo como la única
herramienta de diagnóstico. Una serie de preguntas cerradas específicas ayudan a
determinar si los pacientes tienen los síntomas que requiere el DSM-5 o el CIE-10, para el
diagnóstico de depresión mayor.

La gravedad se determina por el grado de dolor y discapacidad (físico, social, ocupacional) y


también por la duración de los síntomas. Un médico debe preguntar delicada pero
directamente a los pacientes sobre cualquier pensamiento o planes de dañarse a sí mismos
o a los otros, cualquier amenaza o intento de suicidio previos, y otros factores de riesgo. La
psicosis y la catatonía indican depresión grave. Las características melancólicas indican
depresión grave o moderada. Los problemas físicos coexistentes, los trastornos por abuso de
sustancias y de ansiedad agravan el cuadro.
17
El trastorno depresivo que se caracterizan por una tristeza de una intensidad o una duración
suficiente, (más de 2 semanas) como para interferir en la funcionalidad y, en ocasiones, por
una disminución del interés o del placer despertado por las actividades. Se desconoce la
causa exacta de esta enfermedad, pero probablemente tiene que ver con la herencia,
cambios en las concentraciones de neurotransmisores, una alteración en la función
neuroendocrina y factores psicosociales.

Los síntomas depresivos son susceptibles de valoración y ordenamiento según criterios


diagnósticos operativos. Los más utilizados como se dijo antes, tanto en la clínica como en
los estudios de investigación, son las clasificaciones CIE-10 (Clasificación Internacional de
Enfermedades) y DSM-IV (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales).

Criterios diagnósticos

Los criterios diagnósticos de depresión más utilizados, tanto en la clínica como en la


investigación, son los de la Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades y
Problemas Relacionados con la Salud (CIE) y los de la clasificación de la American
Psychiatric Association (DSM)5.

El Código Internacional de Enfermedades (CIE 10), elaborado por la Organización Mundial


de la Salud, tiene como propósito permitir el registro sistemático, análisis, interpretación, y
comparación de los datos de mortalidad y morbilidad recolectados en diferentes países o
áreas, y en diferentes épocas.

DSM (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders) es el Manual Diagnóstico y


Estadístico de los Trastornos Mentales de la Asociación Americana de Psiquiatría (American
Psychiatric Association, APA) y contiene descripciones, síntomas y otros criterios para
diagnosticar trastornos mentales (5).

Estos criterios de diagnóstico proporcionan un lenguaje común entre los distintos


profesionales (psiquiatras, psicólogos clínicos e investigadores de las ciencias de la salud)
que se dedican a la psicopatología, estableciendo claramente los criterios que los definen y
ayudando a asegurar que el diagnóstico sea preciso y consistente.

18
A. Clasificación Internacional de Enfermedades, décima revisión (CIE-10)

La CIE-10 clasifica la depresión dentro los trastornos del humor o afectivos (F30- F39). La
categoría F32 incluye el episodio depresivo y la F33 la de trastorno depresivo recurrente, y la
primera se subdivide a su vez en:

– F32.0 Episodio depresivo leve


– F32.1 Episodio depresivo moderado
– F32.2 Episodio depresivo grave sin síntomas psicóticos
– F32.3 Episodio depresivo grave con síntomas psicóticos
– F32.8 Otros episodios depresivos
– F32.9 Episodio depresivo, no especificado

La CIE-10 utiliza una lista de 10 síntomas depresivos y divide el cuadro depresivo mayor, en
leve, moderado o grave (con o sin síntomas psicóticos). En cualquiera de estos casos
siempre deben estar presentes al menos dos de los tres síntomas considerados típicos de la
depresión: ánimo depresivo, pérdida de interés y capacidad para disfrutar y aumento de la
fatigabilidad y el episodio debe durar al menos dos semanas. Criterios diagnósticos
generales de episodio depresivo según CIE-10 (Tabla 1):
A. El episodio depresivo debe durar al menos dos semanas.
B. El episodio no es atribuible a abuso de sustancias psicoactivas o a trastorno mental
orgánico.
C. Síndrome Somático: comúnmente se considera que los síntomas “somáticos tienen un
significado clínico especial y en otras clasificaciones se les denomina melancólicos o
endógenomorfos.
-Pérdida importante del interés o capacidad de disfrutar de actividades que normalmente
eran placenteras.
-Ausencia de reacciones emocionales ante acontecimientos que habitualmente provocan una
respuesta.
-Despertarse por la mañana 2 o más horas antes de la hora habitual.
-Empeoramiento matutino del humor depresivo.
-Presencia de enlentecimiento motor o agitación.
-Pérdida marcada del apetito.
19
-Pérdida de peso de al menos 5% en el último mes.
-Notable disminución del interés sexual.

En la tabla 2 se exponen los criterios de gravedad de un episodio depresivo, según CIE-10.

20
Fuente. (1)

21
B. Clasificación de la American Psychiatric Association, quinta edición (DSM-5)

Recientemente se ha publicado la quinta edición del DSM (Diagnostic and Statistical Manual
of Mental Disorders). Esta nueva propuesta divide la anterior clasificación de “trastornos del
estado de ánimo” en “trastornos depresivos” y “trastornos bipolares”. El DSM-5 no introduce
cambios significativos respecto a los criterios diagnósticos del DSMIV- TR para el episodio de
depresión mayor, a excepción de las modificaciones y especificaciones para describir el
estado clínico actual que se comentan a continuación. La característica esencial continúa
siendo un período de al menos 2 semanas consecutivas en el que la persona manifiesta un
mínimo de 5 síntomas de los cuales al menos 1 tiene que ser estado de ánimo depresivo y/o
disminución del interés o placer por todas o casi todas las actividades (tabla 3). El cuadro
depresivo mayor puede dividirse en leve, moderado o grave.

En general, el DSM es el sistema de clasificación de trastornos mentales con mayor


aceptación, tanto para el diagnóstico clínico como para la investigación y la docencia y es
importante tener presente que siempre debe ser utilizado por personas con experiencia
clínica, ya que se usa como una guía que debe ser acompañada de juicio clínico además de
los conocimientos profesionales y criterios éticos necesarios.
El término depresión se utiliza especialmente para referirse a cualquiera de los trastornos
depresivos. En la quinta edición del Diagnostic and Statistical Manual of Mental
Disorders (DSM-5)(8), se clasifican algunos tipos de trastornos según los síntomas
específicos:

 Trastorno depresivo mayor (a menudo denominado depresión)


 Trastorno depresivo persistente (distimia)
 Otro trastorno depresivo especificado o no especificado

Otros son clasificados por la etiología:


 Trastorno disfórico premenstrual
 Trastorno depresivo debido a otra enfermedad
 Trastorno depresivo inducido por sustancias/fármacos

22
A continuación, se expone mejor algunos tipos de trastornos según los síntomas específicos
y su etiología.

1) Depresión mayor (trastorno unipolar)

Los pacientes tienen un aspecto triste, con ojos llorosos, ceño fruncido, comisuras de la boca
hacia abajo, postura decaída, escaso contacto visual, ausencia de expresión facial, pocos
movimientos corporales y cambios en el habla (p. ej., voz baja, falta de prosodia, uso de
monosílabos). El aspecto puede confundirse con el de una enfermedad de Parkinson,(8).En
algunos pacientes, el estado de ánimo depresivo es tan profundo que se acaban las
lágrimas; dicen que son incapaces de sufrir las emociones habituales y sienten que el mundo
se ha vuelto anodino y apagado.

La nutrición puede sufrir un deterioro importante, que requiere una intervención inmediata.

Algunos pacientes con depresión descuidan su higiene personal o incluso a sus hijos, otros
seres queridos o a sus mascotas.

Para el diagnóstico, ≥ 5 de los siguientes síntomas deben haber estado presentes casi todos
los días durante un período dado de 2 semanas, y uno de ellos debe ser el estado de ánimo
depresivo o pérdida de interés o placer:

 Estado de ánimo depresivo la mayor parte del día

 Marcada disminución del interés o placer en todas o casi todas las actividades la
mayor parte del día

 Significativo (> 5%) aumento o pérdida de peso, o disminución o aumento del apetito

 Insomnio (a menudo insomnio de mantenimiento del sueño) o hipersomnia

 Agitación o retardo psicomotor observado por otros (no informado por uno mismo)

 Fatiga o pérdida de energía

 Sentimientos de inutilidad o de culpa excesiva o inapropiada

 Capacidad disminuida para pensar o concentrarse, o indecisión

23
 Pensamientos recurrentes de muerte o suicidio, intento de suicidio o un plan
específico para suicidarse

Fuente. (2)

2) Trastorno depresivo persistente

Los síntomas depresivos que persisten durante ≥ 2 años sin remisión se clasifican como
trastorno depresivo persistente, una categoría que consolida trastornos anteriormente
denominados trastorno depresivo mayor crónico y trastorno distímico.
24
Los síntomas generalmente comienzan de forma insidiosa durante la adolescencia y pueden
durar muchos años o décadas. La serie de síntomas a menudo fluctúa por encima y por
debajo del umbral del episodio depresivo mayor.

Los pacientes afectados pueden presentarse habitualmente negativos, pesimistas, sin


sentido del humor, pasivos, obnubilados, introvertidos, hipercríticos respecto de sí mismos y
de los demás y quejumbrosos. Los pacientes con trastorno depresivo persistente también es
más probable que tengan ansiedad subyacente, abuso de sustancias o trastornos de la
personalidad (p. ej., personalidad de tipo límite).

Para el diagnóstico, los pacientes deben haber tenido un estado de ánimo depresivo la
mayor parte del día, con más días presente que ausente durante ≥ 2 años, más ≥ 2 de los
siguientes:

 Falta o exceso de apetito

 Insomnio o hipersomnia

 Baja energía o fatiga

 Baja autoestima

 Falta de concentración o dificultad para tomar decisiones

 Sentimientos de desesperanza

3) Trastorno disfórico premenstrual

El trastorno disfórico premenstrual implica síntomas de ánimo y ansiedad que están


claramente relacionados con el ciclo menstrual, con inicio en la fase premenstrual y un
intervalo libre de síntomas después de la menstruación. Los síntomas deben estar presentes
durante la mayoría de los ciclos menstruales durante el pasado año.

Las manifestaciones son similares a las del síndrome premenstrual pero son más intensas,
causando malestar clínicamente significativo y/o notable deterioro de la actividad laboral o
social. El trastorno puede comenzar en cualquier momento después de la menarquia; puede
empeorar a medida que la menopausia se acerca, pero cesa después de la menopausia. La

25
prevalencia se estima en 2 a 6% de las mujeres que menstrúan en un intervalo dado de 12
meses.

Para el diagnóstico, los pacientes deben presentar ≥ 5 síntomas durante la semana anterior a
la menstruación. Los síntomas deben comenzar a remitir a los pocos días después de la
aparición de la menstruación y son mínimos o nulos en la semana después de la
menstruación. Los síntomas deben incluir ≥ 1 de los siguientes:

 Notables cambios de ánimo (p. ej., repentina tristeza o ganas de llorar)

 Notable irritabilidad o furia o aumento de los conflictos interpersonales

 Estado de ánimo notablemente deprimido, desesperanza o pensamientos de


desvalorización

 Marcada ansiedad, tensión o nerviosismo

Además, debe estar presente ≥ 1 de los siguientes:

 Disminución de interés en las actividades habituales

 Dificultad para concentrarse

 Falta de energía o fatiga

 Marcado cambio en el apetito, atracos o antojos de alimentos específicos

 Hipersomnia o insomnio

 Sentimiento de que las cosas lo superan o que está fuera de control

 Síntomas físicos tales como hipersensibilidad en las mamas o hinchazón, dolor


articular o muscular, distensión abdominal y aumento de peso

4) Otro trastorno depresivo

Los conjuntos de síntomas con características de un trastorno depresivo que no cumplen


todos los criterios para otros trastornos depresivos, pero que causan malestar clínico
significativo o deterioro del funcionamiento se clasifican como otros trastornos depresivos
(especificados o no especificados).
26
Se incluyen los períodos recurrentes de disforia con ≥ 4 otros síntomas depresivos que duran
<2 semanas en personas que nunca han cumplido los criterios para otro trastorno del ánimo
(p. ej., depresión breve recurrente) y los períodos de depresión que duran más tiempo, pero
que no incluyen suficientes síntomas para el diagnóstico de otro trastorno depresivo.

Diagnóstico diferencial

El diagnostico diferencial del episodio depresivo debe orientarse a constatar si la etiología es


idiopática o puede estar relacionada con otra patología médica, trastorno mental, consumo
de drogas o alguna medicación prescrita.

En la (tabla 4) se presentan las principales enfermedades que pueden manifestarse con


sintomatología depresiva. Es importante tener en cuenta su posible presencia con el fin de
realizar las pruebas pertinentes que orienten a estas patologías.

Fuente (9).

Además, existen drogas y fármacos que pueden causar sintomatología depresiva, por lo que
también deberían tenerse en cuenta a la hora de realizar el diagnóstico diferencial.

27
Fuente (6)

Algunos ejemplos:

 Tristeza normal, que aparece a cualquier persona que le ocurra un evento adverso.
 Trastornos de ansiedad que, aunque puedan tener síntomas compatibles con tristeza,
éstos son secundarios o inferiores en tiempo e intensidad al cuadro ansioso.
 Depresión bipolar, prácticamente indistinguible de la depresión unipolar, pero con
antecedentes de hipomanía o manía.
 Demencia, que debido al deterioro cognitivo la persona se aísla, puede no responder
bien, estar abúlica, puede no querer interactuar pues olvida nombres, temas, deja de
hacer otras cosas porque se desorienta y tiende a perderse.
 Esquizofrenia con síntomas negativos, en la simple y residual y residual.
 Uso de sustancias depresoras (alcohol, benzodiacepinas, apiades, anticonvulsivantes)
 Distimia (disminución crónica del estado de ánimo que no llega a cumplir con los
criterios diagnósticos de la depresión pero que está presente por más de 2 años y que
no tiene respuesta tan buena a los fármacos, la ciclotimia es un trastorno en el cual el
estado de ánimo fluctúa tanto con episodios medio depresivos y episodios
hipomaniacos o medio hipomaniacos lo suficientemente observables, evidenciadles
intensos como para producir cierto menoscabo en las actividades de la persona. la

28
ciclotimia se asocia con personas que tienen dotes muy creativas, poetas, cantantes,
el t. bipolar igual).

Los signos y síntomas de la ansiedad.

Las manifestaciones sintomatologías de la ansiedad son muy variadas y pueden clasificarse


en diferentes grupos:

Físicos: Taquicardia, palpitaciones, opresión en el pecho, falta de aire, temblores,


sudoración, molestias digestivas, náuseas, vómitos, “nudo” en el estómago, alteraciones de
la alimentación, tensión y rigidez muscular, cansancio, hormigueo, sensación de mareo e
inestabilidad. Si la activación neurofisiológica es muy alta pueden aparecer alteraciones del
sueño, la alimentación y la respuesta sexual.

Psicológicos: Inquietud, agobio, sensación de amenaza o peligro, ganas de huir o atacar,


inseguridad, sensación de vacío, sensación de extrañeza o despersonalización, temor a
perder el control, recelos, sospechas, incertidumbre, dificultad para tomar decisiones. En
casos más extremos, temor a la muerte, a la locura, o al suicidio.

De conducta: Estado de alerta e hipervigilancia, bloqueos, torpeza o dificultad para actuar,


impulsividad, inquietud motora, dificultad para estarse quieto y en reposo. Estos síntomas
vienen acompañados de cambios en la expresividad corporal y el lenguaje corporal: posturas
cerradas, rigidez, movimientos torpes de manos y brazos tensión de las mandíbulas, cambios
en la voz, expresión facial de asombro, duda o crispación, etc.

Intelectuales o cognitivos: Dificultades de atención, concentración y memoria, aumento de los


despistes y descuidos, preocupación excesiva, expectativas negativas, rumiación,
pensamientos distorsionados e importunos, incremento de las dudas y la sensación de
confusión, tendencia a recordar sobre todo cosas desagradables, sobrevalorar pequeños
detalles desfavorables, abuso de la prevención y de la sospecha, interpretaciones
inadecuadas, susceptibilidad, etc.

Sociales: Irritabilidad, ensimismamiento, dificultades para iniciar o seguir una conversación,


en unos casos, y verborrea en otros, bloquearse o quedarse en blanco a la hora de preguntar

29
o responder, dificultades para expresar las propias opiniones o hacer valer los propios
derechos, temor excesivo a posibles conflictos, etc.

No todas las personas tienen los mismos síntomas, ni éstos la misma intensidad en todos los
casos. Cada persona, según su predisposición biológica y/ o psicológica, se muestra más
vulnerable o susceptible a unos u otros síntomas.

Los signos y síntomas de la depresión.

La depresión es una enfermedad que afecta a la mente y al cuerpo, produciendo cambios a


nivel del sueño, el apetito y la percepción que tenemos de nosotros mismos y el mundo en
general. La depresión no es una señal de debilidad ni tampoco es una elección personal. La
depresión va más allá del sufrimiento normal: si estás deprimido tendrás algunos signos y
síntomas que pueden durar semanas o incluso meses y años si no se sigue el tratamiento
adecuado.

Algunos signos y síntomas frecuentes en la depresión son:

 Tristeza, ansiedad o sentimiento de vacío persistentes


 Pérdida de interés en actividades que antes producían placer, incluyendo la actividad
sexual
 Fatiga o pérdida de energía
 Pérdida de apetito (pérdida de peso) o aumento del apetito (aumento del peso)
 Problemas para dormir, insomnio, problemas para mantener el sueño o dormir
demasiado
 Pérdida de la expresión emocional (emociones aplanadas)
 Sentimiento de desesperanza, pesimismo, culpa o inutilidad
 Retraimiento social
 Problemas para concentrarse, recordar o tomar decisiones
 Irritabilidad
 Problemas físicos persistentes como jaquecas o cefaleas, problemas digestivos, dolor
crónico, que no responden al tratamiento
 Pensamientos o ideación suicida, intentos de suicidio o auto-lesiones.

30
La depresión suele acompañarse de ansiedad y de dificultades en las relaciones familiares,
amistades y a nivel laboral.

Algunos síntomas son más comunes en los niños (problemas de conducta), adolescentes
(irritabilidad), o personas mayores (retraimiento, apatía o ideas delirantes). La depresión
incluye también procesos biológicos y los síntomas físicos son frecuentes.

Síntomas físicos asociados a la depresión:

 Sensación de tensión interna


 Reducción del apetito y pérdida de peso
 Pérdida de interés sexual
 Cefaleas/Jaquecas
 Mareos
 Dolor de espalda
 Problemas para respirar
 Problemas de corazón
 Problemas gastrointestinales
 Dolor abdominal

En ocasiones, las personas que tienen depresión suelen reconocer primero algunos de estos
síntomas físicos. Sin embargo, muchas veces estos síntomas no son reconocidos y
relacionados con la depresión. Además, las molestias físicas (por ejemplo: dolores de
espalda), previos a la depresión, es normal que se agudicen durante un episodio depresivo.

A pesar de que los síntomas físicos están presentes en, aproximadamente dos tercios de los
casos de depresión, a veces puede ser difícil para el médico de atención primaria establecer
esta relación.

Los síntomas de ansiedad también son muy frecuentes en la depresión y pueden expresarse
a nivel físico como una opresión en el pecho, falta de aire, nauseas o sensación de mareo.

Evaluación psicológica de la ansiedad y la depresión

Entre los instrumentos para evaluar la depresión podemos observar que existen diversas
modalidades de evaluación, entre las que se encuentran los autorregistros, escalas de
31
clasificación clínica, métodos de observación directa y evaluaciones de personas
significativas. Algunos autores señalan que no existe ningún procedimiento de evaluación
completo por sí mismo, sino que la combinación de ciertas entrevistas y autoinformes ofrece
la opción ideal para llevar a cabo un examen de la depresión o ansiedad basado en la
evidencia empírica.

Aún así, vamos a centrar la revisión en los métodos más empleados en la investigación y en
la práctica de la psicología de la salud y que se refieren a los síntomas depresivos y de
ansiedad o alguna de las manifestaciones clínicas de la depresión y la ansiedad. Así, desde
el punto de vista de los autoinformes que miden la intensidad de los síntomas, los
instrumentos clínicos más empleados son las escalas autoaplicadas, como el inventario de
depresión de Beck II y el Inventario de Ansiedad de Beck (BAI) (cuadro 1).

Entre las escalas de valoración psiquiátrica, la más usada es la de Hamilton (1960). Para una
revisión más amplia de instrumentos consúltese Vázquez (1995) y el capítulo de este mismo
manual sobre instrumentos de evaluación en psicología de la salud. En cuanto a los
instrumentos de evaluación de la ansiedad, a lo largo de la ya dilatada historia de la
Psicología, el estudio de la ansiedad se ha revelado como la respuesta emocional más
estudiada. Probablemente esto sea debido a dos razones fundamentales: la primera, su
carácter de respuesta emocional específica y paradigmática; la segunda, porque los avances
en su conocimiento revisten innumerables aplicaciones clínicas, dado su papel en numerosos
trastornos psicopatológicos y psicosomáticos (Cano-Vindel y Miguel-Tobal, 2001), (10).

Existen numerosos instrumentos de autoinforme, pruebas de observación, medidas


psicofisiológicas, etc., si bien al igual que en el caso de la depresión, sólo algunas de las
pruebas han venido relacionándose en mayor medida que otras con los procesos de
enfermedad física. Entre éstas, destacan instrumentos como el Inventario de Ansiedad
Estado-Rasgo (Spielberger, Gorsuch y Lushene, 1970), la Escala de Ansiedad de Hamilton
(1959) o el Listado de 90 Síntomas de Derogatis (1983)(12).

Por último, han existido algunos intentos de crear pruebas que abarcan tanto la ansiedad
como la depresión y en algunos casos su relación con la calidad de vida y la salud. En este
sentido, la Escala Hospitalaria de Ansiedad y Depresión (HAD; Zigmong y Snaith, 1983)(13)
fue diseñada con la intención de crear un instrumento de detección de trastornos depresivos

32
y ansiosos en el marco de los servicios hospitalarios no psiquiátricos. A continuación en la
imagen se citan las pruebas de evaluación de la ansiedad y la depresión más empleadas en
psicología de la salud así como alguno de los estudios más recientes que se han realizado
con ellas.

Instrumentos de evaluación de la ansiedad y la depresión en


enfermos crónicos
INCTRUMENTO DE EVALUACIÓN ESTUDIO

Inventario de Depresión de Beck - Cáncer (Saleeba, Weitzner y Meyers,1996)


(BDI, Beck eJ al¸, 1961) - Esclerosis múltiple (Moran y Mohr, 2005).
- Fibromialgia (Evren, Evren, Yapici y Güler,2005)
- Infarto cerebral (Aben, Verhey, Lousberg, Loddery
Honig,2002)
DEPRECIÓN

Escala de Hamilton para la Depresión - Esclerosis múltiple (Moran y Mohr,2005)


(HDRS¡ Hamilton, 1960) - Fibromialgia (EvreneJ al¸,2005)
- Infarto cerebral (Aben eJ al¸,2002)

Inventario de Depresión Infantil - Enfermedades infantiles (ShemesheJ al¸, 2005)


(CDI, Kovacs y Beck, 1977¡ Kovacs, 1985)

Escala de Depresión Cardiaca - Trastornos coronarios (Hare y Davis, 1996).


(CDS, Hare y Davis, 1996).

Escala Analógica Visual de Depresión Cardiaca - Trastornos coronarios (Di Benedetto eJ al¸, 2005)
(CD-VA, Di Benedetto, Lindner, Hare y Kent, 2005).

Inventario de Ansiedad Estado-Rasgo - Cáncer (SaleebaeJ al¸, 1996)


(SpielbergereJ al¸, 1970).
ANCIEDAD

Cuestionario de 90 Síntomas - Dolor crónico (Hardt y Gerbershagen, 2001).


(SCL-90-R, Derogatis (198G). - Fibromialgia (EvreneJ al¸,2005)
- Infarto cerebral (Aben eJ al¸,2002)

Escala de Hamilton para la Ansiedad - Fibromialgia (EvreneJ al¸, 2005)


(HARS¡ Hamilton. 1959).

Escala Hospitalaria de Ansiedad y Depresión - Calidad de vida en pacientes con cáncer (Mystakidou)
ANCIEDADI

(HADS¡ Zigmong y Snaith, 198G) eJ al¸,2005)


- Dolor reumático (Værøy, Tanum, Bruaset, Mørkridy
Førre, 2005).
- Trasplante hepático(Pérez,Martín,AsíanyPérez,
2004)
- Infarto cerebral (Aben eJ al¸,2002)

Fuente:(6)

Inventario de Depresión de Beck-II (BDI-II)

El Inventario de Depresión de Beck-II (BDI-II) es un autoinforme de lápiz y papel compuesto


por 21 ítems de tipo Likert. El inventario inicialmente propuesto por Beck y sus versiones
posteriores han sido los instrumentos más utilizados para detectar y evaluar la gravedad de
la depresión. De hecho, es el quinto test más utilizado por los psicólogos españoles (Muñiz y
Fernández-Hermida, 2010). Sus ítems no se derivan de ninguna teoría concreta acerca del
constructo medido, sino que describen los síntomas clínicos más frecuentes de los pacientes
psiquiátricos con depresión. El BDI-II ha experimentado algunas modificaciones respecto a

33
las versiones anteriores para representar mejor los criterios para el diagnóstico de los
trastornos depresivos recogidos en el DSM-IV (Manual diagnóstico y estadístico de los
trastornos mentales, cuarta edición, American Psychiatric Association, 1994)(14). Y CIE-10
(Clasificación estadística internacional de enfermedades y problemas relacionados con la
salud, Organización Mundial de la Salud, 1993).

La prueba ha de ser destinada preferentemente para un uso clínico, como un medio para
evaluar la gravedad de la depresión en pacientes adultos y adolescentes con un diagnóstico
psiquiátrico y con 13 años o más de edad.

Entre sus puntos fuertes destacaríamos los siguientes:

1. Se ha realizado un cuidado proceso de adaptación de la prueba. La traducción se ha


llevado a cabo siguiendo en lo sustancial las recomendaciones para la traducción y
adaptación de la International Test Commission.(5).

2. El impreso que contiene las instrucciones y los ítems está muy bien editado y es de fácil
comprensión y administración. El completo manual del test incluye los fundamentos de la
prueba, los estudios psicométricos y una amplia bibliografía sobre la misma.

3. Los estudios psicométricos de la versión española del BDI-II se han llevado a cabo con
varias muestras de tamaño moderado o alto, extraídas en su mayor parte de la Comunidad
de Madrid: pacientes adultos con diversos trastornos psicológicos que seguían tratamientos
psicológicos ambulatorios, adultos de la población general y estudiantes universitarios de
diversas facultades. Los ítems presentan altas saturaciones en un factor o dimensión básica
de depresión. Las puntuaciones presentan una alta fiabilidad, estimada mediante diseños de
consistencia interna. La validez convergente con otras medidas de depresión es adecuada.
4. Las puntuaciones muestran una alta discriminación entre personas con un trastorno
depresivo mayor y sin depresión, diagnosticadas mediante entrevistas estructuradas, tanto
en muestras de pacientes como en muestras de estudiantes universitarios.

En el Manual se incluyen tablas con índices estadísticos valiosos para seleccionar los puntos
de corte más apropiados para diversos propósitos.

Entre los puntos a mejorar, destacaríamos los siguientes:

34
1. No se aportan en el Manual algunos datos que pueden ser de interés, como indicadores
de la estabilidad de las puntuaciones (fiabilidad test-retest) de la versión española, estudios
sobre el funcionamiento diferencial de los ítems, y baremos que puedan facilitar más la
interpretación de las puntuaciones.

2. Se podría considerar incluir en el Manual información sobre las implicaciones teóricas y


prácticas acerca de las relaciones del BDI-II con el sexo y la edad. En este sentido, podría
ser de utilidad disponer de puntuaciones de corte específicas para la población española, por
sexo y edad. Asimismo, vendrían bien estudios que evalúen los efectos de los sesgos de
memoria y respuesta en el BDI-II (tal y como se ha hecho para versiones anteriores como,
por ejemplo, en el BDI-IA).

El BDI-II es un autoinforme que proporciona una medida de la presencia y de la gravedad de


la depresión en adultos y adolescentes de 13 años o más. Se compone de 21 ítems
indicativos de síntomas tales como tristeza, llanto, pérdida de placer, sentimientos de fracaso
y de culpa, pensamientos o deseos de suicidio, pesimismo, etc. Estos síntomas se
corresponden con los criterios para el diagnóstico de los trastornos depresivos recogidos en
el DSM-IV (Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, cuarta edición,
American Psychiatric Association, 1994) y CIE-10 (Clasificación Estadística Internacional de
Enfermedades y Problemas relacionados con la Salud, Organización Mundial de la Salud,
1993). En concreto, se incluyen todos los criterios propuestos en las dos referencias citadas
para el diagnóstico de un episodio depresivo mayor y casi todos los propuestos para el
diagnóstico de distimia (en concreto, todos los del DSM-IV y el 75% del CIE-10). (5).

El BDI-II es fácil de utilizar. Se puede aplicar de forma individual o colectiva, con formato de
papel y lápiz o de forma oral. En general, requiere entre 5 y 10 minutos para ser completado;
aunque los pacientes con depresión grave o trastornos obsesivos a menudo pueden tardar
más tiempo en cumplimentarlo. Las instrucciones para el BDI-II solicitan a las personas
evaluadas que elijan las afirmaciones más características que cubren el marco temporal de
las últimas dos semanas, incluido el día de hoy, para ser consistente con los criterios del
DSM-IV para la depresión mayor. Cada ítem se responde en una escala de 4 puntos, de 0 a
3, excepto los ítems 16 (cambios en el patrón de sueño) y 18 (cambios en el apetito) que
contienen 7 categorías. Si una persona ha elegido varias categorías de respuesta en un ítem,
se toma la categoría a la que corresponde la puntuación más alta. Las puntuaciones mínima
35
y máxima en el test son 0 y 63. Se han establecido puntos de corte que permiten clasificar a
los evaluados en uno de los siguientes cuatro grupos: 0-13, mínima depresión; 14-19,
depresión leve; 20-28, depresión moderada; y 29-63, depresión grave

Se ha utilizado una metodología adecuada para traducir y adaptar los ítems a la población
española. El contenido de la prueba incluye todos los criterios propuestos por DSM-IV y
CIE10 para el diagnóstico de un episodio depresivo mayor y casi todos los propuestos (todos
los del DSM-IV y el 75% de los del CIE-10) para el diagnóstico de distimia. No se aportan
resultados de consultas a expertos.

Los estudios empíricos de validación de las puntuaciones aportan evidencias procedentes


del análisis de la estructura interna del instrumento, de su utilidad diagnóstica y de
correlaciones con marcadores relevantes de los constructos de depresión y ansiedad (MCMI-
II, LED, STAI y BAI).

En lo que se refiere a la estructura interna, se realizaron análisis factoriales exploratorios en


los que se replicaron los resultados de estudios factoriales en población clínica realizados por
los autores de la prueba, obteniéndose dos factores: una dimensión somática (pérdida de
energía, fatiga, pérdida de placer e interés, cambios en el patrón del sueño, etc.) y un factor
cognitivo (autocríticas, insatisfacción con uno mismo, inutilidad, pensamientos o deseos de
suicidio, etc.). Dada la alta asociación entre ambos factores, es razonable considerar que la
prueba mide un factor dominante de gravedad de la depresión. De hecho, el primer factor en
la extracción inicial daba cuenta de un porcentaje de varianza sensiblemente superior (mayor
del 30%) al de los factores sucesivos (menores del 7%).

Las puntuaciones de la prueba presentaron una adecuada validez convergente: elevadas


correlaciones (superiores a 0.50) con las medidas de depresión del MCMI-II y del LED. La
validez discriminante resultó más comprometida. Por un lado, se obtuvieron correlaciones
moderadas con la medida de ansiedad del STAI. Por otro, sin embargo, se observaron altas
correlaciones con la medida de ansiedad del BAI. Los autores argumentan que esta elevada
asociación se explica por la presencia de síntomas compartidos en las definiciones clínicas
de depresión y ansiedad. De hecho, los análisis factoriales conjuntos de los ítems del BAI y
el BDI-II revelan la presencia de dos factores correlacionados pero distinguibles: uno de

36
depresión y otro de ansiedad. No se aportan estudios sobre el funcionamiento diferencial de
los ítems asociado al sexo, la patología (grupos normales y clínicos), etc.

Los resultados expuestos indican que el BDI-II es un test apropiado para la medición de la
presencia y gravedad de la sintomatología depresiva en la población española, tanto en
ámbitos clínicos como de investigación. Sin embargo, estas buenas propiedades no justifican
que el juicio diagnóstico sobre si una persona padece o no un trastorno depresivo recaigan
solo en los resultados que el test ofrece. El BDI-II es un (13)test útil para identificar síntomas
depresivos y cuantificar su intensidad, lo que obviamente es muy importante para evaluar,
por ejemplo, la gravedad de un paciente o su progreso terapéutico. Sin embargo, el
diagnóstico de un trastorno depresivo se debe efectuar teniendo en cuenta no solo el tipo y
número de síntomas presentes, sino también ciertos criterios de duración, gravedad, curso,
incapacidad y ausencia de ciertas causas posibles o de ciertos diagnósticos concurrentes.

Inventario de Ansiedad de Beck (BAI)

El BAI se ha diseñado específicamente para medir “la ansiedad clínica", el estado de


“ansiedad prolongada" que en un entorno clínico es una evaluación muy relevante. Mientras
que varios estudios han demostrado que varias medidas de la ansiedad (por ejemplo, el
STAI) están muy correlacionadas o son indistinguibles de las de la depresión, el BAI se
muestra menos contaminado por el contenido depresivo. Son varios sus puntos fuertes y de
ellos destacaríamos los siguientes:

1. Puede aplicarse a una variedad de diferentes grupos de pacientes y a la población normal,


a adultos y adolescentes (13 años o más). En el estudio de Piotrowsky & Gallant (2009),
citado en el Manual, se indica que es el instrumento más utilizado en la investigación
psicológica.(14).

2. Los materiales son adecuados, claros y sencillos de utilizar.

3. Los ítems representan bien el dominio de los trastornos de ansiedad.

4. En el Manual se aportan datos convincentes sobre su fiabilidad de consistencia interna y


su validez de constructo. Se aportan resultados sobre la dimensionalidad de las

37
puntuaciones y su validez discriminante. También se ofrecen resultados adecuados en
cuanto a la validez diagnóstica del test.

5. La adaptación se ha realizado con mucho cuidado. Se han conseguido varias muestras,


clínicas y no clínicas, con un tamaño conjunto de 1467 evaluados.

En cuanto a las posibles mejoras, que pudieran eventualmente incorporarse en futuras


ediciones, se recomiendan las siguientes:

1. A pesar de que el BAI fue desarrollado para reducir al mínimo su superposición con las
escalas de depresión, como el BDI, el Manual muestra que la media de las correlaciones
entre BAI y BDI es 0.53, lo que indica que ambas pruebas no son del todo independientes.
No parece entonces que pueda discriminar adecuadamente entre desórdenes de ansiedad y
depresiones ansiosas.

2. No se indica en el Manual cual pudiera ser el comportamiento esperado con el paso del
tiempo de la versión adaptada del test, lo que podría tener consecuencias sobre sus posibles
usos. Convendría completar los estudios de fiabilidad realizados con análisis adicionales de
la estabilidad de las puntuaciones, la obtención de los errores típicos y alguna información de
cómo afectan dichos errores típicos a la interpretación de las puntuaciones.

3. En cuanto a los estudios de validez, hay varios aspectos a considerar. En primer lugar,
sería oportuno aportar evidencia de validez convergente en relación con otras medidas auto
informadas de la ansiedad, particularmente aquellas que están muy establecidas, como son
la escala de Valoración de la Ansiedad de Hamilton y el test StateTrait Anxiety Inventory,
algo que sí se hizo en el cuestionario original. En segundo lugar, podría proporcionarse
evidencia más convincente sobre la invariancia métrica del cuestionario si fuera posible
incorporar un estudio de invariancia entre las muestras que contestan al cuestionario original
y las que lo hacen a la adaptación española. En tercer lugar, podría explorarse más a fondo
si realmente son uno o dos factores los que subyacen a los4 resultados, aplicando los
procedimientos de detección del número de factores con ítems tipo Likert, publicados
recientemente, que precisan y cuestionan la eficiencia del procedimiento MAP de Velicer
aplicado(15).

4. Los puntos de corte para clasificar el nivel de ansiedad como “mínima”, “leve”, “moderada”
o “grave”, que se proporcionan en la adaptación española, son los especificados en la
38
versión original. El Manual no ofrece una justificación apropiada de los puntos de corte
establecidos para la versión original y tampoco justifica que sean apropiados para la versión
adaptada. La muestra con la que se hizo el estudio de validez diagnóstica con la curva COR
(165 estudiantes universitarios) pudiera ser poco representativa de la población a la que
previsiblemente se va a administrar la prueba.

5. Los materiales y las instrucciones, como se ha indicado, están muy bien y son fáciles de
seguir, aunque una posible mejora sería modificar la hoja de respuesta con el fin de facilitar
la correspondencia entre cada ítem y los recuadros en los que hay que consignar la
respuesta.

En resumen, se trata de una herramienta útil para valorar los síntomas somáticos de
ansiedad, tanto en desórdenes de ansiedad como en cuadros depresivos. Dada su facilidad
de utilización se ha recomendado su empleo como criba en la población general.

Relaciones de la ansiedad y la depresión con las enfermedades médicas

Lejos de la opinión mantenida por la investigación psicosomática en sus inicios respecto al


carácter causal de las emociones en las enfermedades, en la actualidad se admite que los
factores psicológicos pueden ser causa necesaria pero no suficiente para la aparición de
determinados trastornos. Se señala la multicausalidad y la interrelación entre los diferentes
factores causales como la explicación etiológica más plausible. Esta multicausalidad,
centrada en considerar simultáneamente las factores genéticos, ambientales,
psicofisiológicos y principalmente el peso de la interacción como elemento de predisposición
del individuo a padecer una determinada enfermedad, es el gran mérito de la investigación
psicológica actual en este campo.

Se han hipotetizado diversas vías para explicar las interrelaciones de los factores
emocionales en el proceso de salud-enfermedad:

1. Las reacciones de ansiedad y de tristeza-depresión que alcanzan niveles demasiado


intensos o que se mantienen en el tiempo, podrían producir cambios en la conducta, de
manera que se olvidan los hábitos saludables y se desarrollan conductas adictivas o
inadecuadas que pondrían en peligro nuestra salud.

39
2. Estas reacciones emocionales mantienen niveles de activación fisiológica intensos, que
podrían deteriorar nuestra salud si se cronifican.

3. Esta alta activación fisiológica puede estar asociada a un cierto grado de


inmunodepresión, lo que nos vuelve más vulnerables al desarrollo de enfermedades
infecciosas o de tipo inmunológico, o bien la supresión o control de estas emociones puede
acarrear altos niveles de activación fisiológica y un cierto grado de inmunosupresión.

A continuación, señalaremos los trastornos sobre los que existe una mayor evidencia de la
influencia de la ansiedad y la depresión. Como se observará, la práctica totalidad de
sistemas orgánicos aparecen relacionados con factores psicológicos que juegan un papel
importante en el inicio, desarrollo y mantenimiento de enfermedades.

Cáncer

El cáncer sigue siendo una de las principales causas de muerte en los países desarrollados,
aunque se ha logrado la curación de ciertos tipos de neoplasias y otras se han convertido en
enfermedades crónicas. En la actualidad, las cifras totales de supervivencia alcanzan el 50%.

Existen varias hipótesis que intentan explicar la influencia de los factores psicológicos en el
comienzo y la progresión del cáncer, que van desde su influencia en la función inmunitaria,
pasando por su influencia sobre hábitos como el tabaco y el alcohol, hasta el peso que estos
factores psíquicos ejercen sobre el paciente para decidir el momento de solicitar atención
médica. Estudios psiconeuroinmunológicos han analizado la influencia del estrés, la ansiedad
y la depresión como factores de riego etiológicos en el crecimiento de la neoplasia no
existiendo en la actualidad consenso acerca de su papel de variable desencadenante, pero si
como variable moderadora que influye en la velocidad del proceso cancerígeno. Así,
Shekelle(1981) hallaron en su estudio que las personas que presentaban puntuaciones
elevadas de depresión en un cuestionario de personalidad mostraban, diecisiete años más
tarde, una probabilidad doble de haber muerto a causa de un cáncer.

La relación entre depresión y cáncer se ha estudiado desde diferentes perspectivas,


encontrándonos con multitud de estudios con resultados contradictorios. Por tanto, no se ha
demostrado una asociación clara entre los factores psicológicos y el comienzo, exacerbación
o la evolución de la enfermedad neoplásica, aunque estudios más recientes con mayor
40
solidez metodológica han sugerido que la progresión del cáncer, y no su inicio, puede verse
influida en mayor medida por factores psicosociales. Parece claro que los enfermos
oncológicos sufren reacciones psicológicas negativas ante la enfermedad de cáncer, tales
como ansiedad y depresión. Estas manifestaciones psicológicas se encuentran asociadas a
la gravedad de la neoplasia e influyen claramente en la respuesta a la enfermedad y en las
expectativas de vida.

Infección por el virus de inmunodeficiencia humana (VIH)

Los pacientes infectados por el VIH también presentan sintomatología ansiosa, como la
excesiva preocupación, el miedo y la obsesión por ser portador del VIH o de presentar
alguna de las llamadas enfermedades oportunistas, tales como el SIDA. La persona
seropositiva está sometida a numerosos estresores que pueden ocasionar trastornos de
adaptación, de ansiedad y depresión, entre otros. Los síntomas más predominantes son la
ansiedad generalizada, la hipocondría, los comportamientos obsesivos, los pensamientos
depresivos, la culpabilidad y el auto castigo. Las pruebas para detectar el VIH son un
importante estresor. Se ha descrito una prevalencia alta de ansiedad y depresión en
pacientes en periodos anteriores a la realización de las pruebas y descenso de dichos
síntomas tras realizarlas. Así, el 25% de los pacientes diagnosticados como seropositivos
desarrollan tras las pruebas, trastornos de adaptación y trastornos mixtos ansioso-depresivos
además de existir en ellos un riesgo de suicidio 36 veces superior a la población normal.

Trastornos cardiovasculares

Varios estudios han mostrado que la depresión es un factor de riesgo significativo de


enfermedad coronaria, infarto de miocardio y mortalidad cardiaca, así como también la
ansiedad y el estrés. También existe una evidencia acumulada sobre la alta prevalencia de
los trastornos psiquiátricos comórbidos con la enfermedad cardiovascular, concretamente
con el episodio depresivo mayor (29%), trastorno distímico (15%), trastorno depresivo mayor
recurrente (31%), trastorno de estrés postraumático (29%) y trastorno de ansiedad
generalizado (24%)). Otro grupo de investigaciones han estudiado la asociación entre
depresión y ansiedad con el pronóstico de pacientes cardíacos. Así, la depresión se ha
relacionado con una peor evolución de los pacientes coronarios, ya que predispone a nuevos
infartos y a la aparición de trastornos del ritmo cardíaco. Respecto a la ansiedad, no sólo el
41
trastorno de ansiedad generalizado sino también los trastornos fóbicos se han asociado al
aumento de riesgo cardíaco en diversas poblaciones.

En resumen, algunas investigaciones han encontrado que la depresión está asociada con
alta mortalidad, en tanto en cuanto la ansiedad está asociada con baja mortalidad, si bien no
se ha documentado una relación causal directa la hipertensión arterial primaria o esencial
por ser un factor de riesgo cardiovascular donde la ansiedad juega un papel importante. Es
una alteración con etiología pluricausal donde uno o varios factores de riesgo están
presentes para provocar una elevación de la presión arterial, siendo esos factores de riesgo
principalmente conductuales. La Organización Mundial de la Salud ha reconocido el
importante papel que puede jugar el estrés en la HTA, aunque también reconoce la dificultad
de cuantificar esa influencia en el desarrollo de esta enfermedad (OMS, 1986), (13).

Entre los factores psicológicos que muestran mayor evidencia de correlación con la
hipertensión, destacan la ansiedad y la ira, que desempeñan un importante papel en su
desarrollo y mantenimiento, ya sea directamente por efectos sobre el sistema cardiovascular
o indirectamente por su influencia en los factores conductuales, tales como el hábito
alimenticio, el ejercicio físico, etc.

Un perfil de sujeto hipertenso se caracteriza por un alto rasgo general de ansiedad, alta
reactividad en los sistemas de respuesta cognitivo y fisiológico, y en menor medida en el
sistema motor; y con reacciones de ansiedad intensas ante las situaciones de prueba o
evaluación, las situaciones potencialmente fóbicas, las habituales en su vida diaria y, en
menor medida, ante las situaciones interpersonales.

Trastornos dermatológicos

Desde el punto de vista fisiológico, la piel es uno de los órganos más sensibles a las
emociones. Probablemente sea responsable de ello el origen embriológico común
ectodérmico de la piel y del sistema nervioso que hace que ambas estructuras tengan en
común multitud de neuromoduladores, péptidos vasoactivos y sistemas bioquímicos de
información interna. Los trastornos dermatológicos o cutáneos han sido considerados
tradicionalmente como pertenecientes a la psicosomática, ya que se conoce que pueden ser
precipitados o exacerbados por el estado emocional de la persona. En diferentes trastornos

42
cutáneos, tales como la psoriasis, la dermatitis atópica, la urticaria, la alopecia areata, etc.,
se mantiene que existen muchos factores que pueden actuar como desencadenantes de los
brotes o desempeñen un importante papel como factor mantenedor de esta. Entre éstos se
hallan el estrés y las alteraciones emocionales como la ansiedad o la depresión, que pueden
causarlos o exacerbarlos. También el acné se ha relacionado al estrés emocional, ya que es
exacerbado mediante la liberación de determinadas hormonas como los glucocorticoides y
andrógenos como consecuencia de la respuesta emocional a los estresores. Diversos
estudios han sugerido también que los trastornos dermatológicos presentan una alta
comorbilidad con trastornos ansiosos y afectivos. En principio esto estaría relacionado con la
desfiguración facial o de otra parte del cuerpo que podría generar problemas psicológicos,
tales como sentimientos de inferioridad, soledad y baja autoestima, así como retraimiento
social. Sin embargo, solo una pequeña proporción de personas desarrolla trastornos
psíquicos serios, como fobia social, ansiedad generalizada o depresión mayor.

Trastornos endocrinos

Investigaciones recientes apoyan la existencia de una relación entre eventos vitales


estresantes y el comienzo diabético. Debido a que estos estudios se han realizado con
pequeñas poblaciones, deben interpretarse sus resultados con prudencia; sugieren que
algunas personas son más vulnerables que otras a los efectos del estrés. El estrés crónico
en una persona predispuesta a padecer diabetes (obesa y edad avanzada) puede constituir
un elemento coadyuvante para desarrollar la enfermedad. Así, los factores estresantes
pueden precipitar su inicio menoscabando la regulación del metabolismo de los hidratos de
carbono en el paciente, tanto asintomáticamente como produciendo hiperglucemias en la
fase de estado. Otros estudios han señalado que la presencia de síntomas depresivos
incrementa el riesgo de desarrollar diabetes en un 22%.

Por último, algunos autores han señalado que los diabéticos presentan una mayor
prevalencia de trastornos de ansiedad y depresión en contraste con la población no
diabética.

Trastornos gastrointestinales

43
La función principal del sistema gastrointestinal es acomodar y guardar los alimentos
ingeridos para, a continuación, molerlos, triturarlos y, finalmente, liberarlos de una manera
coordinada a la luz intestinal. Dado que la función primordial del estómago es el vaciado
gástrico, los problemas motores que se han relacionado con este fenómeno se pueden dar a
cualquier nivel del aparato digestivo, tanto a nivel del esófago, como del estómago y/o de los
intestinos. Por ello vamos a describir qué papel juegan la ansiedad y la depresión en el
funcionamiento de cualquiera de estos órganos.

En cuanto al esófago, algunos trabajos destacan una mayor comorbilidad entre trastornos
afectivos, trastornos de ansiedad y trastornos de la motilidad esofágica. También existen
datos a favor de que un trastorno psíquico ansioso o depresivo puede iniciar un trastorno
esofágico y a su vez, la anormalidad en la motilidad del tracto puede incrementar la
ansiedad.

En cuanto al funcionamiento del estómago, el estrés y los factores emocionales son


considerados factores de riesgo en algunas enfermedades de la motricidad gástrica.
Diversos estudios describen a un grupo de pacientes con manifestaciones típicas de
gastroparesia o retraso de vaciado gástrico en los cuales no se halla causa orgánica
identificable. Se trata de personas jóvenes, en quienes los factores psicológicos desempeñan
un papel fundamental, por ejemplo en las pacientes con anorexia nerviosa o en los pacientes
sometidos a situaciones de estrés. Determinadas condiciones clínicas como la infección por
Helicobacter pylori, la dispepsia funcional no ulcerosa o el síndrome del colon irritable se han
asociado en este grupo de pacientes con manifestaciones clínicas de gastroparesia.

Respecto a la úlcera péptica, la teoría fisiopatológica más conocida es que el estrés produce
una intensa secreción ácida e hipersecreción de peptina, mediada por la estimulación vagal,
que acaba lesionando la mucosa, y ha sido considerada como paradigma de enfermedad
psicosomática. Sin embargo, el descubrimiento del Helicobacter pylori y la evidencia de
personas hiperestresadas sin lesión, así como la presencia de úlceras en personas sin
psicopatología significativa han obligado a replantear la cuestión. Aún así, varios estudios
recientes siguen corroborando que el estrés es un factor de riesgo independiente para el
desarrollo y la recurrencia de la enfermedad ulcerosa. Concretamente, periodos transitorios
de estrés se asocian a una mayor probabilidad de desarrollar ulceras de estomago que
periodos de estrés largos y prolongados.
44
En la actualidad, aunque existe controversia acerca del papel de los factores psicológicos, lo
que sí parece claro es que la úlcera péptica debe ser considerada como un problema de
salud de tipo biopsicosocial y a partir de ahí abrir un nuevo campo de estudio para esclarecer
la relación entre los diferentes factores implicados.

También se llegó a describir una personalidad ulcerosa, persona con necesidades intensas
de dependencia y deseos íntimos de ser cuidado y protegido, pero la evidencia actual
rechaza este tipo de personalidad. En cambio, parece existir acuerdo en cuanto a que
determinados factores psíquicos, independientes de la personalidad ulcerosa, podrían influir
tanto sobre estas conductas de riesgo como en la percepción y valoración de los síntomas
ulcerosos por el paciente. Nos referimos a los hábitos de consumo (tabaco, alcohol, etc.),
factores emocionales (personalidad con hostilidad, ansiedad) y antecedentes familiares.

Otros trabajos muestran una comorbilidad alta de la depresión mayor, los trastornos de
pánico y agorafobia con la dispepsia no ulcerosa Por otra parte, parece contrastada la
importancia de los factores psicológicos en la caracterización de los trastornos intestinales.
Los datos de diferentes estudios indican que los individuos con síntomas gastrointestinales
presentan mayor prevalencia de trastornos psíquicos que quienes están libres de estos
síntomas.

Dos de los trastornos más estudiados han sido la enfermedad inflamatoria intestinal (colitis
ulcerosa y enfermedad de Crohn) y el síndrome de intestino irritable. Existen datos a favor de
la influencia de las emociones y los hábitos conductuales en la fisiología gastrointestinal, más
concretamente en la enfermedad inflamatoria intestinal. Parece demostrada una clara
relación entre el estrés emocional y la exacerbación del proceso inflamatorio, así como con la
percepción de las molestias sintomáticas. Incluso se han descrito rasgos de personalidad
característicos, obsesivo compulsivos y alexitímicos. Concretamente, se ha hallado una
elevada incidencia de trastornos depresivos y ansiosos entre los pacientes con enfermedad
inflamatoria intestinal. Respecto al síndrome del intestino irritable es una de las
enfermedades más frecuentes del aparato digestivo. Las hipótesis sobre su etiología son
variadas aunque se sabe que los factores psicológicos tienen un papel importante. Según
algunos de los trabajos publicados, hasta el 70% de los pacientes cumple criterios para algún
trastorno psiquiátrico, siendo los trastornos de ansiedad y los depresivos los más frecuentes,
mientras que otros encontraron en su investigación que, en un notable porcentaje, los
45
trastornos de ansiedad ya se encontraban presentes antes de la aparición de los síntomas
gastrointestinales.

Enfermedades neurológicas

Las enfermedades neurológicas son las que presentan una mayor coexistencia con la
depresión y la ansiedad. El dolor de cabeza es el síntoma neurológico más frecuente y uno
de los motivos de consulta más frecuentes en general (se estima que entre un 10%-20% de
los casos es el síntoma principal). Existen diferentes tipos: cefalea tensional, migraña,
cefalea en racimos y dolores de cabeza diversos. Tanto la ansiedad como la depresión son
comunes en los dolores de cabeza crónicos.

Respecto a la cefalea tensional, muchas personas son susceptibles a los dolores de cabeza
en épocas de mayor estrés emocional y puede constituir un síntoma importante en
síndromes ansiosos y depresivos. La explicación a estas cefaleas es que el exceso de
ansiedad suele producir contracción de la musculatura de la cabeza y el cuello. Si ésta se
prolonga varias horas se produce constricción vascular e isquemia, que sería la causante del
dolor. Las personas caracterizadas por patrones de personalidad del tipo A son
especialmente proclives a este trastorno. Se ha estimado que hasta el 95% de estos
pacientes padecen síntomas de ansiedad y/o depresión, bien de naturaleza reactiva o
endógena. Además, algunos estudios indican que el padecimiento de cefaleas prolongadas
puede desencadenar trastornos psicológicos que, a su vez, pueden convertirse en variables
mantenedoras del trastorno psicológico y potenciando la gravedad de la cefalea en futuros
ataques. Concretamente, algunos estudios epidemiológicos indican que estos enfermos se
caracterizan por rasgos de ansiedad, neuroticismo y depresión anormalmente altos.

En cuanto a la relación temporal, según algunos estudios la depresión se inicia después de la


cefalea, existiendo una comorbilidad superior al 20%. El estrés y los trastornos de ansiedad
también son un precipitante de la migraña. Según los estudios epidemiológicos, los
trastornos de ansiedad preceden a la migraña, aunque probablemente interaccionan con
otros precipitantes que aumentan su vulnerabilidad, pero sin desencadenarla
necesariamente.

46
Así pues, el estrés puede iniciar directamente la migraña en pacientes biológicamente
propensos y puede potenciar indirectamente o intensificar el desencadenamiento de la
misma. Posteriormente, las migrañas presentan mayor riesgo de asociación a crisis de
pánico o ansiedad. Existen otras enfermedades neurológicas más graves que también
presentan una comorbilidad alta con el trastorno depresivo mayor, así como alto riesgo de
suicidio en los 5 años siguientes a la lesión, especialmente en pacientes con epilepsia,
esclerosis múltiple o lesiones de la medula espinal. También se ha documentado una
incidencia en torno al 40% de depresión asociada a accidentes vasculares cerebrales
agudos.

Otra enfermedad muy estudiada es la demencia. Algunos estudios consideran que esta
enfermedad neurológica desencadena trastornos depresivos. Otra enfermedad neurológica
como el Parkinson, también presenta altos niveles de psicopatología asociada, tanto
ansiedad como depresión. Sin embargo, algunos autores recuerdan que hay que ser
cuidadoso con esta asociación Parkinson depresión, ya que el estado de ánimo del paciente
puede deberse a estados transitorios de disforia más propios de las exacerbaciones de la
enfermedad neurológica. Por último, se ha hallado una asociación entre la ansiedad y la
depresión y la esclerosis múltiple. Así, hasta el 75% de personas con esta enfermedad lleva
asociado problemas psicológicos y psiquiátricos (trastorno de pánico, trastorno depresivo,
trastorno bipolar, etc.). Además, la depresión y la ansiedad influyen en la relación entre la
Esclerosis Múltiple y la calidad de vida, ya que los individuos con más síntomas de ansiedad
y depresión presentan mayor incapacidad física y peor calidad de vida.

Trastornos respiratorios

Actualmente no se ha podido demostrar la influencia etiopatogénica en la enfermedad


respiratoria de los factores psicológicos, pero sí se acepta la posible influencia de los factores
psicosociales sobre la evolución del asma bronquial o en el mantenimiento de algunos de los
síntomas. Así, existen múltiples estudios metodológicamente rigurosos que demuestran el
importante papel que la ansiedad asociada a las crisis de asma desempeña sobre la
evolución del asma bronquial y de la enfermedad respiratoria en general.

La ansiedad de algunos pacientes se asocia a una peor evolución de la enfermedad, al


aumentar la sintomatología y transmitir una mayor sensación de gravedad, lo que lleva a
47
tratamientos más urgentes, frecuentes, agresivos y costosos. La depresión también puede
influir negativamente sobre la evolución del paciente asmático, conduciendo a un
autocuidado pobre, con incumplimiento de las prescripciones médicas y tendencia a la
indiferencia ante los síntomas respiratorios.

Trastornos reumatológicos

Muchas enfermedades reumatológicas cursan de forma crónica, produciendo dolor,


deformación e incapacidad funcional. Repercuten directamente sobre la calidad de vida del
paciente, afectando su actividad laboral, social y familiar. Con frecuencia los síntomas y
signos de la alteración músculo-esquelética se solapan con la sintomatología propia de una
afectación emocional.

En una enfermedad como la artritis reumatoide, el dolor y el deterioro físico pueden causar
distintos síndromes psiquiátricos, de los que el más estudiado es el depresivo. Se estima la
prevalencia de depresión mayor en torno al 17% y la de distimia en torno al 40%.

Estos factores emocionales han sido implicados en la evolución de la artritis reumatoide de


forma desfavorable, en el sentido de poca motivación, depresión no asociada al dolor y mal
control de impulsos. En pacientes con dolor crónico se considera que la presencia de
síntomas de ansiedad es muy significativa y tanto la ansiedad como la depresión es un factor
facilitador de la percepción del dolor.

En cuanto a la fibromialgia, existe unanimidad en la literatura con relación a la presencia de


alteraciones emocionales en estos pacientes. Se puede decir que síntomas como tristeza,
ansiedad, fatiga, insomnio, irritabilidad, falta de concentración, desinterés, apatía e
hipocondría forman parte del cuadro clínico. Es frecuente la concomitancia de la fibromialgia
con otras enfermedades médicas con acreditado contenido psicológico, como el síndrome
del intestino irritable, la migraña, problemas de sensibilización alérgica y en especial el
síndrome de fatiga crónica.

¿Cómo experimentan los ancianos la depresión?

La depresión no es algo normal del envejecimiento y existen estudios que muestran que la
mayoría de los ancianos se sienten satisfechos con sus vidas a pesar del aumento de
48
dolores físicos. Sin embargo, cuando la depresión se presenta en ancianos, puede ser
pasada por alto porque ellos pueden mostrar síntomas menos evidentes y porque pueden
estar menos propensos a sufrir o reconocer sentimientos de tristeza o pena.

Además, los ancianos pueden tener más condiciones médicas tales como enfermedad
cardiaca, derrame cerebral, o cáncer, las cuales pueden provocar síntomas de depresión, o
pueden estar tomando medicamentos cuyos efectos secundarios contribuyen a la depresión.
Algunos adultos mayores pueden padecer lo que algunos médicos llaman depresión
vascular, también llamada depresión arterioesclerótica o depresión isquémica subcortical. La
depresión vascular puede suceder cuando los vasos sanguíneos pierden flexibilidad y se
endurecen con el tiempo y se contraen. Este endurecimiento de los vasos evita que el flujo
normal sanguíneo llegue a los órganos del cuerpo, incluyendo el cerebro. Las personas con
depresión vascular pueden tener o estar en riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular o
derrame cerebral coexistente.

Aunque muchas personas suponen que las tasas más altas de suicidio se dan entre los
jóvenes, en realidad se dan entre los hombres blancos mayores de 85 años. Muchos sufren
una enfermedad depresiva que los médicos no pueden detectar, a pesar del hecho de que
estas víctimas de suicidio a menudo visitan a su médico dentro del mes anterior a su muerte.

La mayoría de los ancianos con depresión mejoran cuando reciben tratamiento con
antidepresivos, psicoterapia, o una combinación de ambos, 18 Investigaciones han
demostrado que tanto la medicación sola como los tratamientos combinados son eficaces
para reducir la tasa de reaparición de la depresión en adultos. La psicoterapia sola también
puede prolongar los períodos sin depresión, especialmente en ancianos con depresión leve y
es particularmente útil para aquellos que no pueden o no desean tomar antidepresivos.

Tratamiento

Manejo inicial

Hasta que la mejora comience, un médico puede requerir ver a los pacientes 1 vez por
semana o cada 15 días para darles el apoyo y la educación necesarios y para controlar su
evolución. Llamadas telefónicas pueden complementar las visitas al consultorio.

49
Los pacientes y sus seres queridos pueden estar preocupados o sentirse avergonzados por
la idea de tener un trastorno mental. El médico puede ayudarlos explicando que la depresión
es un trastorno médico grave causado por alteraciones biológicas que requiere un
tratamiento específico, que la mayoría de las veces es un problema auto limitado y que el
pronóstico con tratamiento es bueno. Los pacientes y los seres queridos deben ser
tranquilizados respecto de que la depresión no refleja ningún defecto del carácter (p. ej.,
pereza, debilidad). Si se informa a los pacientes que el camino de la recuperación tiene
altibajos, esto les ayuda a mirar con otra perspectiva los sentimientos de desesperanza y
mejora el cumplimiento.

Hay que alentar a los pacientes a aumentar gradualmente las actividades simples (p. ej., dar
paseos, hacer ejercicio sistemático) y a seguir manteniendo las interacciones sociales
aunque se sepa que el paciente quiere evitarlas. El médico puede sugerirle a los pacientes
que no se culpen a sí mismos y explicarles que esos pensamientos oscuros forman parte del
trastorno y que terminarán por desaparecer.

Psicoterapia

Numerosos ensayos controlados han demostrado que la psicoterapia, en particular la terapia


cognitivo-conductual y la terapia interpersonal, es eficaz en pacientes con trastorno depresivo
mayor, tanto para el tratamiento de los síntomas agudos como para disminuir la probabilidad
de recaída. Los pacientes con depresión leve tienden a tener mejor pronóstico que aquellos
con depresión más grave, pero la magnitud de la mejora es mayor en las personas con
depresión más grave.

Farmacoterapia

Varias clases de fármacos y medicamentos se pueden utilizar para tratar la depresión:

 Inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS)


 Moduladores de la serotonina (antagonistas de los receptores 5-HT2)
 Inhibidores de la recaptación de serotonina-noradrenalina
 Inhibidor de la recaptación de noradrenalina-dopamina
 Antidepresivos heterocíclicos
 Inhibidores de la monoaminooxidasa (IMAO)

50
 Antidepresivo melatonérgico

La elección del fármaco puede depender de la respuesta previa a un antidepresivo


específico. De otra forma, los ISRS son los fármacos de primera elección. Aunque los
distintos ISRS son igualmente eficaces en los casos típicos, ciertas propiedades los hacen
más o menos apropiados para determinados pacientes (Antidepresivos).

Terapia electroconvulsiva (TEC)

Las siguientes entidades a menudo se tratan con TEC si los medicamentos son ineficaces:

 Depresión suicida grave


 Depresión con agitación o retraso psicomotor
 Depresión delirante
 Depresión durante el embarazo

Los pacientes que dejan de comer pueden necesitar la terapia electroconvulsiva para impedir
la muerte. La TEC es particularmente eficaz para la depresión psicótica.

La respuesta a las 6 a 10 sesiones de terapia electroconvulsiva suele ser espectacular y


salvar la vida. La recidiva es frecuente y debe mantenerse el tratamiento farmacológico
después de interrumpir la terapia electroconvulsiva.

Fototerapia

La fototerapia se conoce mejor por sus efectos sobre la depresión estacional, pero parece
tener la misma eficacia para la depresión no estacional.

El tratamiento puede administrarse desde el domicilio con 2.500 a 10.000 lux a una distancia
de 30 a 60 cm durante 30 a 60 min/día (más tiempo cuando la fuente de luz sea menos
intensa).

En los pacientes que se van a dormir tarde por la noche y que se levantan tarde por la
mañana, la fototerapia es más eficaz por la mañana y a veces se complementa con 5 a 10
min de exposición entre las 3 PM y las 7 PM. En los pacientes que se van a dormir y se
levantan temprano, la fototerapia es más eficaz entre las 3 PM y las 7 PM.

51
Otros tratamientos

A veces se utilizan psicoestimulantes (p. ej., dextroanfetamina, metilfenidato) junto con


antidepresivos, pero estos agentes no han sido estudiados en ensayos clínicos controlados.

Algunos pacientes utilizan productos derivados de hierbas. El hipérico (Hypericum


perforatum, hipericón, corazoncillo, hierba de San Juan)puede ser eficaz para la depresión
leve, aunque los datos son contradictorios. El hipérico puede interactuar con los
antidepresivos u otros fármacos. Algunos estudios controlados con placebo de
suplementación con omega-3 utilizado como agregado o como monoterapia han sugerido
que el ácido eicosapentaenoico 1 a 2 g. 1 vez al día tiene efectos antidepresivos útiles.

La estimulación del nervio vago incluye su estimulación intermitente con un generador de


pulsos implantado. Puede ser útil para la depresión refractaria a otros tratamientos, pero
suele tardar 3 a 6 meses en hacer efecto.

El uso de estimulación magnética transcraneal repetitiva (EMTr) para el tratamiento


agudo del trastorno depresivo mayor tiene un apoyo sustancial de ensayos controlados. Se
puede aplicar EMTr de baja frecuencia a la corteza prefrontal dorsolateral derecha, y EMTr
de alta frecuencia a la corteza prefrontal dorsolateral izquierda. Los efectos adversos más
comunes son dolor de cabeza y las molestias del cuero cabelludo; ambos ocurren con más
frecuencia cuando se utiliza más EMTr de alta frecuencia que de baja frecuencia.

La estimulación cerebral profunda dirigida al cíngulo subgenual o la cápsula interna ventral


anterior/estriado ventral ha tenido resultados prometedores en series de casos no
controlados(1). Se están realizando ensayos controlados.

Los objetivos del tratamiento del trastorno depresivo en los ancianos consisten en mejorar la
calidad de vida, optimizar el funcionamiento, lograr la remisión de los síntomas y prevenir las
recaídas y recurrencias.

Muchos pacientes no logran la recuperación completa de un episodio con el tratamiento y


continúan presentando síntomas residuales que, aunque no cumplen criterios para depresión
mayor, se convierten en un fuerte predictor de recaídas y de riesgo suicida. Se hace

52
necesario lograr la remisión completa del cuadro clínico y el tratamiento adecuado de la
sintomatología residual en caso de que persista.

Tratamiento farmacológico de la Ansiedad

La mayoría de los tratamientos psicofarmacológicos empleados en la actualidad por la


psiquiatría actúan químicamente sobre los sistemas de neurotransmisión tratando de regular,
convenientemente, la actividad de determinadas áreas del sistema nervioso implicadas en el
trastorno que se desea tratar.

En el tratamiento de la ansiedad, se emplean habitualmente dos tipos de fármacos: los


ansiolíticos, y los antidepresivos.

Los ansiolíticos más utilizados pertenecen al grupo de las benzodiacepinas de alta potencia
(Alprazolam, Loracepam, Diacepam, Cloracepam, etc.). Producen un efecto tranquilizante.
Actúan reduciendo los síntomas de ansiedad en cuestión de minutos y disminuyendo tanto la
intensidad como la frecuencia de los episodios de angustia.

Los principales efectos adversos de las bezodiacepinas consisten en somnolencia,


alteraciones de la memoria, alteraciones de la atención y de la concentración. El deterioro de
estas funciones cognitivas suele ser transitorio (se experimenta mientras se está tomando el
medicamento) y sólo se produce con dosis elevadas y prolongadas en el tiempo. Otro
inconveniente es que su consumo prolongado puede generar efectos de dependencia
(adicción) y tolerancia (pérdida progresiva de efectividad).

Los antidepresivos comúnmente empleados hoy en día en el tratamiento de los trastornos de


angustia son los ISRS (Inhibidores Selectivos de la Recaptación de la Serotonina).
Constituyen el tratamiento de elección primaria. Diversos estudios apuntan a la implicación
de la serotonina como principal neurotransmisor involucrado en los trastornos de ansiedad,
aunque hay otros. El grupo de los ISRS está constituido por la Fluoxetina, Paroxetina,
Fluvoxamina, Sertralina, Citalopram y Escitalopram. Poseen una alta especificidad contra la
ansiedad y escasos efectos colaterales (principalmente la ganancia de peso, somnolencia, y
disfunción sexual). Apenas presentan interacciones con otros medicamentos y no crean
dependencia.

53
Como inconvenientes de los ISRS citaremos los efectos secundarios de los primeros días
(náuseas, cefaleas, incremento transitorio de la ansiedad, etc.) Por ello es conveniente iniciar
el tratamiento con dosis bajas, y asociar tranquilizantes las primeras semanas. En algunos
pacientes, dependiendo también del fármaco elegido, pueden ocasionar alguna ganancia de
peso, o cierta pérdida de apetito o respuesta sexual. Normalmente, el médico informará al
paciente sobre el carácter leve y transitorio de estos posibles síntomas adversos. Otro
inconveniente es que el efecto terapéutico no se inicia hasta las 2-3 semanas de iniciar la
toma del antidepresivo.

Existe con mucha frecuencia una reticencia inicial al tratamiento psicofarmacológico,


fundamentada principalmente en el desconocimiento del paciente respecto a la medicación y
el temor por su parte a hacerse dependiente de la toma de éstos medicamentos, o a que le
ocasione una excesiva sedación.

En muchos casos, tras lograrse el efecto terapéutico y remitir o desaparecer la


sintomatología, el enfermo ya se cree curado y en ocasiones abandona precipitada y
bruscamente la medicación. El profesional deberá advertirle de los riesgos inherentes a esta
suspensión brusca o prematura. La retirada del medicamento deberá ser programada por el
médico en el momento apropiado y de una forma paulatina. Así mismo el profesional deberá
insistir en el correcto cumplimiento de las tomas del fármaco como única vía para lograr el
deseado efecto terapéutico. Deberá informar también al paciente sobre la posibilidad de otras
alternativas farmacológicas distintas a las benzodiacepinas y los ISRS para el caso que no
se lograse con ellos una evolución clínica favorable. De la misma manera informará al
enfermo sobre los riesgos de la automedicación.

Como co-ayudante al tratamiento psicofarmacológico se deberá intentar una modificación de


los posibles hábitos que pudieran influir negativamente en la mejoría de la ansiedad (por
ejemplo: consumo de cafeína, alcohol, cannabis, etc.)

El abordaje psicoterapéutico de los trastornos de angustia consiste principalmente en


eliminar los temores que pueden dar lugar a los síntomas somáticos que el paciente percibe,
así como suprimir las interpretaciones erróneas de las diferentes sensaciones corporales,
junto a la anulación de las posibles conductas de evitación respecto a los estímulos
ansiógenos.

54
Existen numerosos estudios que demuestran las ventajas de los tratamientos combinados
(psicofarmacológico y psicoterapéuticos) de los trastornos de ansiedad.

Parece que incluso en ciertos casos la estrategia de utilizar tratamientos combinados


produce un resultado terapéutico inmediato superior al obtenido con un abordaje
psicoterapéutico o psicofarmacológico por separado. También se ha observado que a largo
plazo, y en ciertas ocasiones que estas ventajas parecen ser menores o incluso desaparecer.
La secuenciación adecuada de farmacoterapia y psicoterapia cognitivo-conductual puede
ofrecer muy buenos resultados. Las técnicas cognitivo-conductuales pueden ayudar,
también, en los procesos de discontinuación de la medicación, muy particularmente en el
caso de largos periodos de consumo de ansiolíticos.

El tratamiento farmacológico de la depresión comprende tres fases

1ra fase: del tratamiento se denomina aguda y el objetivo en ella es la remisión de los
síntomas. En esta fase se implementan las diversas medidas terapéuticas, ya sea
psicoterapia o farmacoterapia o una combinación de ambas modalidades. Los antidepresivos
tienen un período de latencia de dos a tres semanas para el inicio de su acción
antidepresiva, y el grado máximo de reducción sintomática se da por lo general entre la
semana ocho y la doce. Cuando se ha logrado una mejoría significativa se pasa a la
siguiente fase.

2da fase: en la cual se debe mantener el antidepresivo a la misma dosis durante un lapso de
tiempo que varía entre los cuatro y nueve meses, con el fin de prevenir recaídas. Si el
paciente ha presentado más de dos episodios depresivos, después de la fase de
continuación debe pasar a la siguiente.

3ra fase: la de mantenimiento, en la cual se continúa el antidepresivo de manera indefinida


con el propósito de prevenir recurrencias.

En la actualidad existe una amplia gama de psicofármacos antidepresivos que no muestran


mayores diferencias en cuanto a eficacia (Tabla 2). Una revisión sistemática publicada en
Cochrane en el año 2009, en donde se analizaron los estudios que compara varias clases de
antidepresivos, concluyó que la eficacia de los diferentes grupos es similar, en especial los

55
antidepresivos tricíclicos comparados con los inhibidores selectivos de la recaptación de
serotonina (ISRS).

La principal diferencia entre estos grupos de psicofármacos radica en la tasa de abandono


del tratamiento, que según la misma revisión, es mayor para los tricíclicos y se asocian al
peor perfil de efectos adversos. Los efectos adversos de los antidepresivos tricíclicos en los
ancianos son: hipotensión ortostática, trastornos del ritmo cardíaco, visión borrosa,
estreñimiento, retención urinaria, boca seca, sedación, aumento de peso y un mayor riesgo
de desarrollar un cuadro de delirium.

Por su lado, los trastornos gastrointestinales: náuseas, diarrea, disfunción sexual, insomnio,
temblor y ansiedad, se encuentran entre los efectos adversos secundarios a la
administración de los ISRS.

El tratamiento de primera línea para este grupo etario son los ISRS dado su mejor perfil de
efectos adversos que suele derivar en una menor tasa de abandono. Entre estos, el
escitalopram cuenta con una mínima acción sobre otro tipo de receptores y una menor
posibilidad de interacción farmacológica con otros medicamentos, constituyéndose en una
buena elección para este tipo de pacientes.

La administración de los inhibidores de la recaptación de noradrenalina y serotonina, como la


venlafaxina, es considerada segura en los ancianos y su perfil de efectos adversos es similar
al de los ISRS. Sin embargo, es importante tener en cuenta el riesgo potencial de ocasionar
cambios en la frecuencia cardíaca y generar crisis hipertensivas. Otras opciones
farmacológicas en personas de la tercera edad las constituyen la mirtazapina y el bupropión,
la primera por la poca interacción con otros medicamentos y el bupropión por su menor
riesgo de producir efectos sexuales adversos.

En conclusión, la selección de un tipo especial de antidepresivo requiere la individualización


del paciente, la consideración de sus condiciones médicas asociadas, la respuesta previa a
un tipo de tratamiento y, por supuesto, la preferencia del paciente. Además, es de suma
relevancia considerar los cambios en la absorción, distribución y metabolismo de los
fármacos que se dan en el organismo de los adultos mayores, lo cual implica tener mucha
precaución con la polimedicación y la potencial interacción medicamentosa que se pueda
presentar.
56
Fuente (11).

Las dosis iniciales de los antidepresivos deben ser bajas y es recomendable realizar una
titulación gradual, “iniciar lento e ir lento”, a continuación se expone una tabla con la dosis
optimizada de algunos antidepresivos disponibles en el mercado

57
Fuente(13).

La psicoterapia es otro componente muy importante del tratamiento de la depresión en los


pacientes ancianos. La mayoría de publicaciones resaltan la eficacia de la psicoterapia en el
manejo de la depresión en ancianos y la comparan con la del tratamiento farmacológico. Sin
embargo, recomiendan tomar estas conclusiones con precaución, dadas las limitaciones
metodológicas de los ensayos realizados concernientes al tema. Causan mayor tasa de
abandono y con los que se debe tener mayor precaución

58
Dentro de los planteamientos psicoterapéuticos, los tipos de intervención que cuentan con
mayor evidencia son la psicoterapia cognitivo conductual, la terapia cognitiva, la psicoterapia
centrada en soluciones y la interpersonal).

La TEC es otra herramienta importante a tener en cuenta en el tratamiento de los cuadros de


depresión en este grupo etario. Hoy en día se ha constituido en una opción segura, con
mínimos riesgos para los pacientes, y está indicada en el tratamiento de la depresión con
síntomas psicóticos, pacientes con grave riesgo de suicidio, cuadros refractarios al
tratamiento farmacológico y en casos de buena respuesta previa a este tipo de
procedimiento.

6. OBJETIVOS

Objetivo General

"Determinar los niveles de depresión y ansiedad de los pacientes hospitalizados año 2018 en
la Caja Nacional de Salud obrero # 2"

Objetivos Específicos

-Clasificar los niveles de ansiedad y depresión según la gravedad de su sintomatología.

-Correlacionar los niveles de ansiedad y depresión de los pacientes hospitalizados.

-Determinar el porcentaje de ansiedad o depresión según el sexo de los pacientes


hospitalizados.

-Determinar el porcentaje de ansiedad o depresión según la edad de los pacientes


hospitalizados.

-Determinar el porcentaje de pacientes con depresión o ansiedad según el grado de


escolaridad.

7. HIPÓTESIS. No amerita

59
8. METODOLOGÍA

Diseño de la Investigación

 Según su contenido:

La investigación fue una investigación de tipo descriptiva y transversal, puesto que se


estudiará a una determinada cantidad de pacientes y se los describirá cuantitativamente
según los objetivos que persigue esta investigación, también se expondrá algunos factores
de riesgo que pueden contribuir a desarrollar los trastornos ansioso y depresivo.

 Según su diseño:

La presente investigación es de carácter retrospectivo, ya que se recolectó, procesó y


se analizó la información generada en un tiempo atrás determinado.

Secuencia de pasos a seguir

Paso 1: seleccionar un establecimiento de salud representante en el sistema de salud de


Bolivia, este establecimiento tendrá que poseer la suficiente capacidad para hospitalizar una
gran parte de los pacientes cada día, y ser dinámico con los ingresos y egresos.
Paso 2: clasificar a los pacientes según los criterios de inclusión y exclusión, se excluirán
pacientes que no pertenezcan a los servicios de cirugía y medicina interna, pacientes con
negatividad en el trabajo de investigación, pacientes con afecciones graves del estado
cognitivo, se pretende utilizar los criterios de diagnostico de un trastorno depresivo mayor
según la CIE - 10 y el DSM 5, y criterios de diagnostico de un trastorno de ansiedad
generalizada según el DSM 5.
Paso 3: durante un periodo de treinta y un días del 01/12/18 al 31/12/18, se aplicaran las
encuestas a una muestra de los servicios de cirugía y medicina interna, a los pacientes que
ya fueron hospitalizados y los que serán hospitalizados.

60
Paso 4: se les explicara a los participantes sobre las metas que pretende llegar el presente
trabajo de investigación, los beneficios que se lograran por su participación y la
confidencialidad y profesionalidad con el que se manejara la información aportada.
Paso 5: Se aplicar dos tipos de cuestionarios en un mismo tiempo, inventario de ansiedad de
Beck (BAI), y inventario de depresión de Beck (BDI-2), ambos cuestionarios presentan su
ficha técnica en los anexos y se describen sus alcances en el marco teórico.
Paso 6: se tabularan los resultados obtenidos, en un sistema operativo como el SPSS,
clasificando según las correlaciones de las siguientes variables que pretenden alcanzar los
objetivos
Paso 7: Se analizaran los resultados obtenidos, y se los expondrá gráficamente para una
mayor comprensión.
Paso 8: Se llegaran a conclusiones puntuales de los resultados obtenidos.
Paso 9: Se discutirá los resultados obtenidos.
Paso 10: se devolverá la información a los pacientes, recomendando atención con un
especialista si es que padecieran un trastorno depresivo.

Universo

El universo con el que se trabajara en esta investigación corresponde a 128 pacientes


hospitalizados en la caja nacional de salud obrero # 2 en los servicios de medicina interna y
cirugía.

1. Criterios de inclusión

 Pacientes hospitalizados que presenten algún nivel de ansiedad o depresión en el


servicio de Medicina Interna y cirugía de la caja nacional de salud obrero # 2.
 Pacientes con capacidad cognitiva conservada.
 Pacientes mayores de 14 años.
 Pacientes sin ningún grado de instrucción académico, con colegiatura concluida y con
grado de instrucción superior.
 Pacientes con más de 24 horas de hospitalización.
 Pacientes que fueron sometidos a un procedimiento quirúrgico.
 Pacientes que den su Consentimiento Informado.

61
2. Criterios de exclusión

 Pacientes con negativa de participar en el presente estudio.


 Pacientes que no posean capacidad cognitiva conservada o que no posean la capacidad
de que se les aplique el instrumento para el presente trabajo.
 Pacientes con tiempo de hospitalización igual o menor a 24 horas.
 Pacientes menores de 14 años.

Operacionalización de variables
Valores o Categorías Tipo de
Variable Indicador
Variable
Edad Fecha de nacimiento -Juventud (14 - 26 años) Continuas
-Adultez (27 - 59 años)
-Vejez (60 años y más).
Sexo Caracteres sexuales Masculino – Femenino Nominal
secundarios
Servicio de atención Registro de la hoja de -Servicio de cirugía Nominal
admisión. -Servicio de medicina interna
Gravedad de la Paciente Sin trastorno depresivo. Ordinal
sintomatología diagnosticado con Con trastorno depresivo leve.
depresiva. algún grado de Con trastorno depresivo moderad.
trastorno depresivo
Con trastorno depresivo severo.
según el Inventario de
Depresión de Beck
(Beck-II)
Gravedad de la Paciente Sin trastorno Ansioso. Ordinal
sintomatología diagnosticado con Con trastorno Ansioso leve.
ansiosa algún grado de Con trastorno Ansioso moderad.
trastorno ansioso
Con trastorno Ansioso severo.
según Inventario de
Ansiedad de Beck
(BAI)
Grado de instrucción Llenado de los datos -Sin escolaridad Ordinal
personales. -colegiatura.
-Superior

Elaboración propia, Agosto-Diciembre 2018.

62
Plan de análisis de datos

Se pretende la creación de tablas, tortas e histogramas, que indiquen los diferentes grados
de severidad del trastorno ansioso o depresivo de los pacientes hospitalizados
correlacionando con el sexo, la edad, el grado de instrucción y el servicio al que pertenece.

Programas que utilizar para análisis de datos

SPSS es un programa estadístico informático muy usado en las ciencias sociales y


aplicadas, además de las empresas de investigación de mercado.
Es uno de los programas estadísticos más conocidos teniendo en cuenta su capacidad para
trabajar con grandes bases de datos y una sencilla interfaz para la mayoría de los análisis.
El programa consiste en un módulo de base y módulos anexos que se han ido actualizando
constantemente con nuevos procedimientos estadísticos.

9. CONSIDERACIONES ÉTICAS

La investigación respetara todos los derechos de los participantes y consideraciones éticas


que todo trabajo de investigación debe presentar.
Se pedirá la colaboración amablemente de los participantes respetando su decisión de
querer o no participar de la investigación, explicando sobre el objetivo general que se
pretende del trabajo de investigación, sus alcances y beneficios que ellos pueden obtener,
aclarando la confidencialidad y la profesionalidad de sus resultados.
Entre los beneficios se encuentra el ser diagnosticado oportunamente con un trastorno
ansioso o depresivo y orientarlo a la consulta con un especialista para un oportuno
tratamiento, no se identifica riesgos para los participantes.

10. PRESUPUESTO

El presupuesto estimado para hacer factible esta investigación será para la impresión del
cuadernillo que contendrá las encuestas de: La Escala de Depresión Geriátrica (GDA) y El
Inventario de Depresión de Beck (BDI-2) y lapiceros de color negro para que los participantes
puedan llenar la encuesta.(Cuadro 4).

63
Cuadro 4 Presupuesto
Ítem Cantidad Descripción Precio unitario Precio total
(Bs) (Bs)
1 150 inventario de ansiedad de Beck (BAI) 0,50 75

2 150 Encuesta de Inventario de Depresión de Beck 1 150


(BDI-2)
3 30 Lapiceros color negro 15 30
Total 255
Elaboración propia, Agosto-Diciembre 2018.
11. CRONOGRAMA

Mes y Semana año 2018


FASE Oct-17 ENE FEB MAR ABR MAY JUN JUL AGO SEP OCT NOV DIC
1 2 3 4 1 2 3 4 1 2 3 4 1 2 3 4 1 2 3 4 1 2 3 4 1 2 3 4 1 2 3 4 1 2 3 4 1 2 3 4 1 2 3 4 1 2 3 4

Capacitación
Metodología de
la Investigación
Planteamiento
del problema a
estudiar.
Actualización
documentos y
revisión de
marco teórico
Búsqueda de
herramientas
factibles.

Elaboración del
protocolo

Recolección de
la información

Codificación y
creación de
base de datos

Análisis e
interpretación
de resultados

Elaboración del
informe final

Defensa del
trabajo de
investigación

64
12. RESULTADOS

Respondiendo a nuestro objetivo general, en el grafico 1. Observamos que el 39,06% de los


pacientes hospitalizados en la caja nacional de salud obrero # 2no presentan un trastorno
ansioso, por otro lado observamos que el 36,72% de los pacientes presentan una ansiedad
leve, el 13.28% presentan una ansiedad moderada, y finalmente el 10,94% presentan una
ansiedad grave, dando un total de 60,94% de pacientes que sufren algún grado de ansiedad.

GRAFICO 1."Nivel de ansiedad en pacientes hospitalizados en la caja nacional de


salud obrero # 2" del 01/12/18 al 31/12/18

Elaboración propia, Agosto-Diciembre 2018.

En el grafico 2 observamos la frecuencia de pacientes que se sometieron al estudio, dando


un total de 128 pacientes hospitalizados, de los cuales 50 pacientes no presentan un
trastorno Ansioso, 47 pacientes presentan un trastorno ansioso leve, 17 pacientes
presentan un trastorno ansioso moderado, y 14 pacientes presentan un trastorno ansioso
grave, por tanto 78 pacientes presentan un trastorno ansioso.
65
.
GRAFICO 2. "Gravedad de ansiedad en pacientes hospitalizados en la caja nacional de
salud obrero # 2" del 01/12/18 al 31/12/18

Elaboración propia, Agosto-Diciembre 2018.


Finalmente la tabla 1 resume el grafico 1 y 2

TABLA 1 "NIVELES DE ANSIEDAD EN PACIENTES HOSPITAIZADOS EN LA CAJA NACIONAL DE


SALUD # 2" DEL 01/12/18 AL 31/12/18
GRAVEDAD DE LA ANSIEDAD FRECUENCIA PORCENTAJE %
EN PACIENTES
HOSPITALIZADOS
SIN ANSIEDAD 50 39.06%
ANSIEDAD LEVE 47 36.72%
ANSIEDAD MODERADA 17 13.28%
ANSIEDAD GRAVE 14 10.94%
PACIENTES CON ANSIEDAD 78 60.94%
TOTAL 128 100.0%
Elaboración propia, Agosto-Diciembre 2018.

66
En el grafico 3. Observamos que el 58.59 % de los pacientes hospitalizados en la caja
nacional de salud obrero # 2 no presentan un trastorno depresivo, por otro lado observamos
que el 26,56% de los pacientes presentan una depresión leve, el 9,38% presentan una
depresión moderada, y finalmente el 5,47% presentan una depresión grave, Por tanto
41,41% de los pacientes hospitalizados presenta algún grado de depresión.

GRAFICO 3. "Nivel de depresión en pacientes hospitalizados en la caja nacional de


salud obrero # 2" del 01/12/18 al 31/12/18

Elaboración propia, Agosto-Diciembre 2018.

En el grafico 4. Observamos que 75 pacientes no presentan un trastorno depresivo,


34pacientes presentan un trastorno depresivo leve, 12 pacientes presentan un trastorno
depresivo moderado, y 7 pacientes presentan un trastorno depresivo grave, por tanto 53
pacientes presentan depresión.
.

67
GRAFICO 4. "Gravedad de Depresión en pacientes hospitalizados en la caja nacional
de salud obrero # 2" del 01/12/18 al 31/12/18

Elaboración propia, Agosto-Diciembre 2018.


Finalmente la tabla 2 resume el grafico 1 y 2

TABLA 2 "NIVELES DE DEPRESION EN PACIENTES HOSPITALIZADOS EN LA CAJA NACIONAL DE


SALUD # 2" DEL 01/12/18 AL 31/12/18
GRAVEDAD DE LA DEPRESION FRECUENCIA PORCENTAJE %
EN PACIENTES
HOSPITALIZADOS
SIN DEPRESION 75 58.59%
DEPRESION LEVE 34 26.56%
DEPRESION MODERADA 12 9.38%
DEPRESION GRAVE 7 5.47%
PACIENTES CON DEPRESION 53 41.41%
TOTAL 128 100.0%
Elaboración propia, Agosto-Diciembre 2018.

68
Correlacionando los valores de ansiedad y depresión, observamos que en el grafico 5. 50
pacientes están libres de ansiedad o depresión, 25 pacientes presentan ansiedad leve sin
depresión, 25 pacientes presentan ansiedad leve sin depresión, 22 pacientes presentan
ansiedad y depresión leve, 12 pacientes presentan ansiedad moderada con depresión leve,
5pacientes presentan depresión y ansiedad moderada, 7 pacientes presentan ansiedad
grave con depresión moderada, 7 pacientes presentan depresión y ansiedad grave. Se
observa una correlación líneal entre la gravedad de la sintomatología del trastorno ansioso y
depresivo.

GRAFICO 5."Correlación de la ansiedad y depresión según sus niveles de gravedad en


pacientes hospitalizados en la caja nacional de salud obrero # 2" del 01/12/18 al
31/12/18

RELACION
RELACION
50

25
22
. 12
5 7
7

Elaboración propia, Agosto-Diciembre 2018.

En la tabla 3.Se puede observar los porcentajes según la correlación entre los trastorno
ansioso y depresivo

69
TABLA 3 "CORRELACIÓN DE LA ANSIEDAD Y DEPRESIÓN SEGÚN SUS NIVELES DE
GRAVEDAD EN PACIENTES HOSPITALIZADOS EN LA CAJA NACIONAL DE SALUD
OBRERO # 2" DEL 01/12/18 AL 31/12/18
FRECUENCIA PORCENTAJE%
SIN ANSIEDAD NI DEPRESION 50 39.06%
SIN DEPRESION CON ANSIEDAD LEVE 25 19.53%
CON DEPRESION LEVE Y ANSIEDAD LEVE 22 17.2%
CON DEPRESION LEVE Y ANSIEDAD 12 9.4%
MODERADA
CON DEPRESION MODERADA Y 5 3.9%
ANSIEDADA MODERADA
CON DEPRESION MODERADA Y 7 5.4%
ANSIEDAD GRAVE
CON DEPRESION GRAVE Y ANSIEDAD 7 5.4%
GRAVE
TOTAL 128 100%

Elaboración propia, Agosto-Diciembre 2018.

Entre los objetivos específicos del trabajo de investigación se encuentra identificar la


gravedad del trastorno depresivo en pacientes hospitalizados según el sexo. observamos en
el grafico 6, que 26 pacientes hombres presentan una depresión leve a comparación de 8
pacientes mujeres que presentan una depresión leve, 6 pacientes hombres presentan una
depresión moderada a comparación de 6 pacientes mujeres que presentan una depresión
moderada, y finalmente solo 7 pacientes hombres presentan una depresión grave.

70
GRAFICO 6. GRAVEDAD DEL TRASTORNO DEPRESIVO EN PACIENTES
HOSPITALIZADOS SEGÚN EL SEXO

Elaboración Propia, Agosto-Diciembre 2018

Según la ansiedad. Observamos en el grafico 7, que 28 pacientes hombres presentan una


ansiedad leve a comparación de 19 pacientes mujeres que presentan una ansiedad leve, 10
pacientes hombres presentan una ansiedad moderada a comparación de 7 pacieres mujeres
que presentan una ansiedad moderada, y finalmente 10 pacientes hombres presentan una
ansiedad grave a comparación de 4 mujeres que presentan una ansiedad grave.

71
GRAFICO 7. GRAVEDAD DEL TRASTORNO ANSIOSO EN PACIENTES
HOSPITALIZADOS SEGÚN EL SEXO

Elaboración Propia, Agosto-Diciembre 2018.

Finalmente en la tabla 4 se resume en grafico 6 y 7, con los porcentajes para cada categoria.

TABLA 4. GRAVEDAD DEL TRASTORNO ANSIOSO Y DEPRESIVO EN PACIENTES HOSPITALIZADOS


SEGÚN EL SEXO
GRAVEDAD HOMBRE PORCENTAJE % MUJER PORCENTAJE %
ANSIEDAD LEVE 28 21.9% 19 14.8%
ANSIEDAD MODERADA 10 7.8% 7 5.5%
ANSIEDAD GRAVE 10 7.8% 4 3.1%
TOTAL 48 37.5% 30 23.4%
DEPRESION LEVE 26 20.3% 8 6.25%
DEPRESION MODERADA 6 4.7% 6 4.7%
DEPRESION GRAVE 7 5.5% 0 0
TOTAL 39 30.4% 14 10.9
Elaboración propia, Agosto-Diciembre 2018.

72
Otro de los objetivos específicos del trabajo de investigación es identificar la gravedad del
trastorno depresivo en pacientes hospitalizados según la edad. Observamos en el grafico 8,
que 34 pacientes viejos presentan una depresión leve, 2 pacientes jóvenes presenta una
depresión moderada, 9 pacientes adultos presentan una depresión moderada, 1 paciente
viejo presenta una depresión moderada, 1 paciente joven presenta una depresión grave, 3
pacientes adultos presentan una depresión grave y 3 pacientes viejos presenta una
depresión grave.

GRAFICO 8. GRAVEDAD DEL TRASTORNO DEPRESIVO EN PACIENTES


HOSPITALIZADOS SEGÚNLA EDAD

Elaboración Propia, Agosto-Diciembre 2018.

73
observamos en el grafico 9, que 47 pacientes viejos presentan una ansiedad leve, 2
pacientes jóvenes presenta una ansiedad moderada, 2 pacientes adultos que presentan una
ansiedad moderada, 13 paciente viejos que presenta una ansiedad moderada, 1 paciente
joven presenta una ansiedad grave, 10 pacientes adultos presentan una ansiedad grave y 3
pacientes viejos presenta una ansiedad grave.

GRAFICO 9. GRAVEDAD DEL TRASTORNO ANSIOSO EN PACIENTES


HOSPITALIZADOS SEGÚN EL SEXO

Elaboración Propia, Agosto-Diciembre 2018.

74
Finalmente en la tabla 5 se resume en grafico 8 y 9, con los porcentajes para cada categoria.

TABLA 5. GRAVEDAD DEL TRASTORNO ANSIOSO Y DEPRESIVO EN PACIENTES HOSPITALIZADOS SEGÚN LA


EDAD
Gravedad juventud porcentaje % Adultez 27 - porcentaje % vejez 60 o más porcentaje %
14-26 años 59 años años
ANSIEDAD LEVE 47 36.7%
ANSIEDAD 2 1.6% 2 1.6% 13 10.1%
MODERADA
ANSIEDAD 1 0.78% 10 7.8% 3 2.3%
GRAVE
TOTAL 3 2.38% 12 9.4% 63 49.1%
DEPRESION LEVE 34 26.5%
DEPRESION 2 1.6% 9 7% 1 0.78%
MODERADA
DEPRESION 1 0.78% 3 2.3% 3 2.3%
GRAVE
TOTAL 3 2.38% 12 9.3% 38 29.58%

Elaboración propia, Agosto-Diciembre 2018.

Finalmente otro objetivo específico del trabajo de investigación es identificar la gravedad del
trastorno depresivo en pacientes hospitalizados según el grado de instrucción. Observamos
en el grafico 10, que 4 pacientes sin escolaridad presentan una depresión leve, 20 pacientes
con colegiatura presentan una depresión leve, 10 pacientes con instrucción superior
presentan una depresión leve, 12 pacientes con colegiatura presenta una depresión
moderada. 2 pacientes sin escolaridad presenta una depresión grave, 4 pacientes con
colegiatura presentan una depresión grave y solo 1 pacientes con instrucción superior
presenta una depresión grave.

75
GRAFICO 10. GRAVEDAD DEL TRASTORNO DEPRESIVO EN PACIENTES
HOSPITALIZADOS SEGÚNEL GRADO DE INSTRUCCION

Elaboración Propia, Agosto-Diciembre 2018.

Observamos en el grafico 11, que 6 pacientes sin escolaridad presentan una ansiedad leve,
27 pacientes con colegiatura presentan una ansiedad leve, 14 pacientes con instrucción
superior presentan una ansiedad leve, solo 1 paciente sin escolaridad presenta ansiedad
moderada, 13 pacientes con colegiatura presenta una depresión moderada, 3 pacientes con
instrucción superior presentan ansiedad moderada. Finalmente 2 paciente sin escolaridad
presenta una ansiedad grave, 11 pacientes con colegiatura presentan una ansiedad grave y
solo 1 paciente con instrucción superior presenta una ansiedad grave.

76
GRAFICO 11. GRAVEDAD DEL TRASTORNO ANSIOSO EN PACIENTES
HOSPITALIZADOS SEGÚN EL GRADO DE INSTRUCCION

Elaboración Propia, Agosto-Diciembre 2018.

77
Finalmente en la tabla 6 se resume en grafico 10 y 11, con los porcentajes para cada
categoria.

TABLA 6. GRAVEDAD DEL TRASTORNO ANSIOSO Y DEPRESIVO EN PACIENTES HOSPITALIZADOS SEGÚNEL


GRADO DE INSTRUCCIÓN
Gravedad Sin porcentaje % Colegiatura porcentaje % Instrucción porcentaje %
instrucción Completa superior
ANSIEDAD LEVE 6 4.6% 27 21% 14 10.9%
ANSIEDAD 1 0.78% 13 10.1% 3 2.3%
MODERADA
ANSIEDAD 2 1.6% 11 8.6% 1 1.6%
GRAVE
TOTAL 9 6.98% 51 39.7% 18 14.8%
DEPRESION 4 3.1% 20 15.6% 10 7.8%
LEVE
DEPRESION 12 9.35
MODERADA
DEPRESION 2 1.6% 4 3.1% 1 0.78%
GRAVE
TOTAL 6 4.7% 36 28% 11 8.58%

Elaboración propia, Agosto-Diciembre 2018.

13. DISCUSIÓN

Los trastornos ansioso y depresivo son enfermedades que está impregnada de estigmas,
prejuicios, carencia de conocimiento y falta de herramientas útiles que ayuden al diagnostico
de manera oportuna, convirtiéndose en un problema de salud pública, es frustrante que no se
posean estudios en nuestro medio que puedan orientar sobre los factores de riesgo o la
gravedad de la sintomatología a los profesionales para que puedan diagnosticar y tratar
oportunamente estas enfermedades, sobre todo en una población que está al alcance como
son los pacientes hospitalizados

Estos a su vez se caracterizan por una intensidad o duración lo suficiente como para
interferir en la funcionalidad y en la calidad de vida del paciente, actualmente son
enfermedades incapacitante con mayor morbilidad y mortalidad en todo el mundo, muy pocos
casos son diagnosticados y mucho menos tratados oportunamente, según dice García
Herrera Brian, 2011 (8).

78
En la caja nacional de salud obrero #2 un poco menos de la mitad de los pacientes
hospitalizados en los meses de octubre a diciembre presentan un trastorno depresivo o
ansioso, que en su mayoría no fue ni será diagnosticado hasta su alta hospitalaria y mucho
menos tratado por la inexistencia de estudios en nuestro medio que ayuden en un
diagnostico oportuno de dichas patologías , para entender la gravedad de su sintomatología
los clasificamos en leves moderados y graves, evidenciamos que los pacientes que se
encuentran sin ningún trastorno depresivo corresponde al 58.59% con un trastorno depresivo
leve el 26.29%, con un trastorno moderado 9.4% y con un trastorno depresivo grave el 5.5%,
lo mismo podemos decir con los pacientes en cuanto al trastorno ansioso con 39.1%
aquellos que no presentan ningún tipo de trastorno ansioso, el 36.7% representa un trastorno
ansioso leve, el 13.3% un trastorno ansioso moderado y el 10.9% un trastorno ansioso grave,
se puede observar que la mayoría de los pacientes del estudio presenta un trastorno ansioso
o depresivo concomitante a su patología de base, también existe una correlación directa de
estos dos trastornos que se relacionan con la gravedad de su sintomatología, así pues, no se
evidencia trastornos depresivos aislados, viendo que en el 100% de los casos de depresión
presentan un nivel de ansiedad acompañado, si se puede evidenciar el trastorno ansioso
leve aislado en un 19.53% esto es comprensible debido a que el trastorno ansioso es el
principal factor de riesgo para desarrollar un trastorno depresivo a si lo menciona la Dra.
Mónica Teresa González Ramírez, 2005 (3). Y se corrobora con los resultados de la presente
investigación.

Siguiendo los objetivos específicos de la investigación y describiendo algunos factores que


podrían estar relacionados con la gravedad de los trastornos como el sexo de los pacientes,
la edad y el grado de instrucción. Se observa que los pacientes varones hospitalizados tienen
mayor riesgo de presentar un trastorno ansioso o depresivo a comparación de las mujeres,
así tenemos que, el 21% de los hombres del estudio presenta un trastorno ansioso leve,
7,8% un trastorno ansioso moderado, 7,8% un trastorno ansioso grave, el 20.3% una
trastorno depresivo leve, el 4.7% un trastorno depresivo moderado y el 5,5% un trastorno
depresivo grave. A diferencia de las mujeres que presentan un14,8% un trastorno ansioso
leve, 5,5% un trastorno ansioso moderado, 3,1% un trastorno ansioso grave, el 6,25% una
trastorno depresivo leve, el 4.7% un trastorno depresivo moderado y el 0% un trastorno
depresivo grave, datos que concuerdan con la investigación del Dr. Roosevelt Renzo García

79
Panizo, en su investigación “prevalencia de depresión en pacientes hospitalizados en el
servicio de medicina interna en un hospital nacional “ en 2015 (3)

La gravedad y frecuencia del trastorno ansioso leve 36.7% y moderado 10,1% como de la
depresión leve 26,5% parece estar presente con mayor frecuencia en la población mayor de
60 años que cursa la vejez y que se encuentra hospitalizada, resaltando la presencia de
trastorno ansioso leve en el rango de edad mayor a 60 años , por otro lado los pacientes
adultos en un rango de edad de entre 27 a 59 años presentan mayor frecuencia en
trastornos de ansiedad grave 7,8% y depresión moderada 7% y solo en la depresión grave
los pacientes adultos y los que cursan la vejez presentan los mismos resultados en un 3%,
estos datos concuerdan con la investigación del Dr. Manuel de Jesús Rojas Gómez, en su
investigación “Incidencia de depresión en pacientes hospitalizados, departamento de
medicina interna, hospital regional de occidente, en el año 2010”(2)
En cuanto al grado de instrucción se establece una relación inversamente proporcional entre
depresión y escolaridad, ya que a medida que el nivel educativo de los pacientes
hospitalizados aumenta, la sintomatología depresiva tiende a disminuir, por otro lado también
se evidencio que los niveles de depresión disminuyen drásticamente en los pacientes que no
cursaron con ningún grado de instrucción académica. Del mismo modo en nuestro estudio de
acuerdo a la gravedad de los trastorno ansioso y depresivo según el grado de instrucción
demuestran que los pacientes hospitalizados que cuentan con una colegiatura presentan
mayor frecuencia a desarrollar una ansiedad leve con 21%, una ansiedad moderada con
10,1% una ansiedad grave con 8,6% una depresión leve con 15.6% una depresión moderada
con 9,35% y una depresión grave con 3,1%, siendo el grupo dominante de esta categoría a
diferencia de las personas que no cuentan con instrucción con un 6% a desarrollar una
ansiedad leve, 0.78% a desarrollar una ansiedad moderada, un 1,6% a desarrollar una
ansiedad grave, 3,1% a desarrollar una depresión leve, 1,6% a desarrollar una depresión
grave. Y finalmente los pacientes que cuentan con una instrucción superior presentan un
10.9% de desarrollar una ansiedad leve, 2,3% de desarrollar una ansiedad moderada, 1.6%
de desarrollar una ansiedad grave, 7,8% de desarrollar una depresión leve y 0.78 de
desarrollar una depresión grave.

80
El análisis de los resultados de la investigación demuestra que la población más susceptible
de cursar con un nivel de depresión y ansiedad es la población masculina en relación a la
población femenina, dentro de los rangos de edad la población comprendida entre la vejez
desarrollara un nivel de depresión y ansiedad leve en comparación con la población adulta
en un rango de edad de 27 a 59 años de edad que desarrollara algún nivel de ansiedad y
depresión grave, de acuerdo al nivel de instrucción se encuentra predominante el grupo que
solo tuvo la colegiatura concluida.

14. CONCLUSIONES

El trastorno depresivo y ansioso son una realidad en nuestro medio, cada día muchos
pacientes son hospitalizados en diferentes nosocomios, donde se tiene la posibilidad de
diagnosticarlos y tratarlos oportunamente, pero debido a la incapacidad, interés, falta de
conocimiento o de herramientas útiles, además de la carencia de programas especiales que
se dediquen a la pesquisa de esta enfermedad esto no sucede.

Esta son enfermedades aun desconocidas y que abre muchos puertas para futuras
investigaciones, esta agarrando fuerza en el siglo XXI y en un par de décadas se convertirá
en una de las principales causas de morbilidad y mortalidad a nivel mundial.

Como observamos en los resultados la mayor parte de los pacientes hospitalizados en la


caja nacional obrero # 2 se encontraban con algún grado de ansiedad o depresión, que en su
mayoría no fueron diagnosticados y mucho menos tratados, esta prevalencia que sobrepasa
más de la mitad de nuestro muestreo, presenta una tendencia hacia el sexo masculino, con
mayor frecuencia a los ancianos pero mayor gravedad a los adultos, con predominio en
pacientes que cursaron hasta la colegiatura.

81
15. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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Medicina Interna del Hospital Militar de Santiago. [Online].; 2011 [cited 2018 noviembre 11.

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5. Belló M. Prevalencia y diagnóstico de depresión en población adulta en México.

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Depresion en Atencion Primaria. Barcelona: Servicio Andaluz de salud; 2011. p. 122-156.

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11. Vázquez JSyC. CONSEJOS GENERALES DEL COLEGIO DE PSICOLOGOS.

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82
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13. Alzate YPR. PREVALENCIA DE TRASTORNOS ANSIOSO. [Online].; 2016 [cited 2018 noviembre 15.

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[Online].; 2011 [cited 2018 noviembre 10. Available from: https://www.redalyc.org.

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Available from: https://adaa.org.

83
16. ANEXOS.

ESCALA DE ANSIEDAD DE BECK

1. Realiza el test de la escala de ansiedad Beck a un paciente,


preferentemente en un ambiente tranquilo para minimizar la influencia del
exterior. Este examen se puede aplicar a personas entre 17 y 80 años y
se puede encontrar en inglés y en español. Si el paciente no puede o no
desea completar el examen por escrito, lo puede hacer oralmente.
2. 2

Revisa los resultados de la autoevaluación de la escala de ansiedad


Beck. Controla que cada pregunta tenga su respuesta correspondiente y
el resultado sea claro.

3. 3

Asigna 0 punto a cada respuesta "para nada"; 1 punto a cada respuesta


"ligeramente"; 2 puntos a cada "moderadamente" y 4 puntos a cada
respuesta "severamente".

4. 4

Suma todos los puntos para obtener el resultado total del test. La escala
de puntos va de 0 a 63.

5. 5

Evalúa el resultado total para determinar el nivel de ansiedad. De 0 a 7


puntos indica un nivel mínimo de ansiedad; de 8 a 15, nivel de ansiedad
leve; de 16 a 25 puntos indica un nivel moderado y de 26 a 63 puntos
indica ansiedad severa. Las personas que presentan un nivel moderado
de ansiedad por lo general presentan efectos colaterales físicos y pueden
requerir ayuda profesional para evaluar su estado y reducir la ansiedad.
Los pacientes con ansiedad severa requieren, con frecuencia, asistencia
profesional inmediata para reducir el estrés, evaluar su condición y
encontrar soluciones rápidas para reducir su nivel de ansiedad y volver a
un estado saludable.

84
ESCALA DE ANSIEDAD DE BECK

Nombre: ________________________________________ Edad: ________


Fecha de aplicación: ____________________ Sexo: _______________
Escolaridad: __________________________

Por favor selecciones a continuación con qué frecuencia ha experimentado los siguientes
síntomas durante la última semana e incluso hoy.

1.- Entumecimiento u hormigueo.

Poco nada Más o menos Moderadamente Severamente

2.- Sentir oleadas de calor o bochorno (no debido al calor).

Poco nada Más o menos Moderadamente Severamente

3.-Debilitamiento de las piernas.

Poco nada Más o menos Moderadamente Severamente

4.- Dificultad para relajarse.

Poco nada Más o menos Moderadamente Severamente

5.- Miedo a que pase lo peor.

Poco nada Más o menos Moderadamente Severamente

6.- Sensación de mareo.

Poco nada Más o menos Moderadamente Severamente

7.-Opresión en el pecho o latidos acelerados.

Poco nada Más o menos Moderadamente Severamente

8.- Inseguridad.

Poco nada Más o menos Moderadamente Severamente

9.- Terror.

85
Poco nada Más o menos Moderadamente Severamente

10.-Nerviosismo.

Poco nada Más o menos Moderadamente Severamente

11.- Sensación de ahogo.

Poco nada Más o menos Moderadamente Severamente

12.- Manos temblorosas.

Poco nada Más o menos Moderadamente Severamente

13.- Cuerpo tembloroso.

Poco nada Más o menos Moderadamente Severamente

14.- Miedo a perder el control.

Poco nada Más o menos Moderadamente Severamente

15.- Dificultad para respirar.

Poco nada Más o menos Moderadamente Severamente

16.- Miedo a morir.

Poco nada Más o menos Moderadamente Severamente

17.- Asustado.

Poco nada Más o menos Moderadamente Severamente

18.- Indigestión o malestar estomacal.

Poco nada Más o menos Moderadamente Severamente

19.- Debilidad.

Poco nada Más o menos Moderadamente Severamente

86
20.- ruborizarse.

Poco nada Más o menos Moderadamente Severamente

21.- Sudoración (no debida al calor).

Poco nada Más o menos Moderadamente Severamente

87
Inventario de Depresión de Beck (BDI-2)

Nombre:……………………………Estado Civil……………… Edad:…………… Sexo…..


Ocupación ……………………. . . . Educación:…………………Fecha:……………

Instrucciones: Este cuestionario consta de 21 grupos de afirmaciones. Por favor, lea


con atención cada uno de ellos cuidadosamente. Luego elija uno de cada grupo, el que
mejor describa el modo como se ha sentido las últimas dos semanas, incluyendo el
día de hoy. Marque con un círculo el número correspondiente al enunciado elegido Si
varios enunciados de un mismo grupo le parecen igualmente apropiados, marque el
número más alto. Verifique que no haya elegido más de uno por grupo, incluyendo el
ítem 16 (cambios en los hábitos de Sueño) y el ítem 18 (cambios en el apetito)

1. Tristeza

0 No me siento triste.

1 Me siento triste gran parte del tiempo

2 Me siento triste todo el tiempo.

3 Me siento tan triste o soy tan infeliz que no puedo soportarlo.

2. Pesimismo

0 No estoy desalentado respecto del mi futuro.

1 Me siento más desalentado respecto de mi futuro que lo que solía estarlo.

2 No espero que las cosas funcionen para mi.

3 Siento que no hay esperanza para mi futuro y que sólo puede empeorar.

3. Fracaso

0 No me siento como un fracasado.

1 He fracasado más de lo que hubiera debido.

2 Cuando miro hacia atrás, veo muchos fracasos.


88
3 Siento que como persona soy un fracaso total.

4. Pérdida de Placer

0 Obtengo tanto placer como siempre por las cosas de las que disfruto.

1 No disfruto tanto de las cosas como solía hacerlo.

2 Obtengo muy poco placer de las cosas que solía disfrutar.

3 No puedo obtener ningún placer de las cosas de las que solía disfrutar.

5. Sentimientos de Culpa

0 No me siento particularmente culpable.

1 Me siento culpable respecto de varias cosas que he hecho o que debería haber

hecho.

2 Me siento bastante culpable la mayor parte del tiempo.

3 Me siento culpable todo el tiempo.

6. Sentimientos de Castigo

0 No siento que este siendo castigado

1 Siento que tal vez pueda ser castigado.

2 Espero ser castigado.

3 Siento que estoy siendo castigado.

7. Disconformidad con uno mismo.

0 Siento acerca de mi lo mismo que siempre.

1 He perdido la confianza en mí mismo.

89
2 Estoy decepcionado conmigo mismo.

3 No me gusto a mí mismo.

8. Autocrítica

0 No me critico ni me culpo más de lo habitual

1 Estoy más crítico conmigo mismo de lo que solía estarlo

2 Me critico a mí mismo por todos mis errores

3 Me culpo a mí mismo por todo lo malo que sucede.

9. Pensamientos o Deseos Suicidas

0 No tengo ningún pensamiento de matarme.

1 He tenido pensamientos de matarme, pero no lo haría

2 Querría matarme

3 Me mataría si tuviera la oportunidad de hacerlo.

10. Llanto

0 No lloro más de lo que solía hacerlo.

1 Lloro más de lo que solía hacerlo

2 Lloro por cualquier pequeñez.

3 Siento ganas de llorar pero no puedo.

11 Agitación

0 No estoy más inquieto o tenso que lo habitual.

1 Me siento más inquieto o tenso que lo habitual.

90
2 Estoy tan inquieto o agitado que me es difícil quedarme quieto

3 Estoy tan inquieto o agitado que tengo que estar siempre en movimiento o
haciendo algo.

12 Pérdida de Interés

0 No he perdido el interés en otras actividades o personas.

1 Estoy menos interesado que antes en otras personas o cosas.

2 He perdido casi todo el interés en otras personas o cosas.

3. Me es difícil interesarme por algo.

13. Indecisión

0 Tomo mis propias decisiones tan bien como siempre.

1 Me resulta más difícil que de costumbre tomar decisiones

2 Encuentro mucha más dificultad que antes para tomar decisiones.

3 Tengo problemas para tomar cualquier decisión.

14. Desvalorización

0 No siento que yo no sea valioso

1 No me considero a mi mismo tan valioso y útil como solía considerarme

2 Me siento menos valioso cuando me comparo con otros.

3 Siento que no valgo nada.

15. Pérdida de Energía

0 Tengo tanta energía como siempre.

1. Tengo menos energía que la que solía tener.


91
2. No tengo suficiente energía para hacer demasiado

3. No tengo energía suficiente para hacer nada.

16. Cambios en los Hábitos de Sueño

0 No he experimentado ningún cambio en mis hábitos de sueño.

1ª. Duermo un poco más que lo habitual.

1b . Duermo un poco menos que lo habitual. 2a Duermo mucho más que lo habitual.

2b. Duermo mucho menos que lo habitual 3ª. Duermo la mayor parte del día

3b . Me despierto 1-2 horas más temprano y no puedo volver a dormirme

17 . Irritabilidad

0 No estoy tan irritable que lo habitual.

1 Estoy más irritable que lo habitual.

2 Estoy mucho más irritable que lo habitual.

3 Estoy irritable todo el tiempo.

18. Cambios en el Apetito

0 No he experimentado ningún cambio en mi apetito.

1 Mi apetito es un poco menor que lo habitual.

1b. Mi apetito es un poco mayor que lo habitual. 2a. Mi apetito es mucho menor que
antes.

2b. Mi apetito es mucho mayor que lo habitual 3ª . No tengo apetito en absoluto.

3b. Quiero comer todo el día.

19. Dificultad de Concentración

0 Puedo concentrarme tan bien como siempre.


92
1 No puedo concentrarme tan bien como habitualmente

2 Me es difícil mantener la mente en algo por mucho tiempo.

3 Encuentro que no puedo concentrarme en nada.

20. Cansancio o Fatiga

0 No estoy más cansado o fatigado que lo habitual.

1 Me fatigo o me canso más fácilmente que lo habitual.

2 Estoy demasiado fatigado o cansado para hacer muchas de las cosas que solía

hacer. hacer.

3 Estoy demasiado fatigado o cansado para hacer la mayoría de las cosas que
solía

21. Pérdida de Interés en el Sexo

0 No he notado ningún cambio reciente en mi interés por el sexo.

1 Estoy menos interesado en el sexo de lo que solía estarlo.

2 Estoy mucho menos interesado en el sexo.

3 He perdido completamente el interés en el sexo.

Puntaje Total:

93
94

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