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Introducción
DESARROLLO
Todas las cosas me son lícitas, mas no todas convienen; todas las
cosas me son lícitas, mas yo no me dejaré dominar de ninguna
Sabemos que no estamos más bajo la ley, de hecho el apóstol Pablo jamás les
enseñó los mandamientos de la ley a la iglesia. Quienes hemos venido a Cristo
sabemos que vivimos en una extraordinaria libertad.
Es por ello que el Espíritu Santo, inspirando al apóstol Pablo, dice que todo es
lícito, pero que no todo conviene. Es importante no dejarse dominar de las cosas, sino
tener dominio de uno mismo. Lograr dominar nuestro ser es la expresión más
grandiosa de soberanía y libertad.
Cuando Dios hizo al hombre, le dio una tarea muy importante: Génesis 1: 26
“Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a
nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los
cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra
sobre la tierra. 27 Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios
lo creó; varón y hembra los creó”
Pero la obra de Cristo Jesús fue hecha para recuperar lo que el hombre había
perdido. La obra de salvación incluye recuperar la imagen de Dios que el hombre
perdió debido al pecado, así que el señorío está incluido allí.
El don del Espíritu Santo es poder, amor y dominio propio para nosotros quienes
hemos venido a Jesús. Quien anda en la carne no puede experimentar ni el poder, ni el
amor y mucho menos el dominio propio.
Pero quisiera que pudieran darse cuenta que Dios no ha dado un regalo
maravilloso para recuperar Su imagen: Poder, Amor y Dominio Propio.
Todas las cosas son lícitas, pero no todas convienen; y no nos debemos dejar
dominar por ninguna.
Andar en el Espíritu recupera tu libertad por completo, de forma tal que no seas
esclavo de la creación, ni de ti mismo; sino que señoreés sobre todo lo que existe,
incluyéndote a ti mismo.
nuestro cuerpo. Por favor tomen nota que la Palabra en éste mismo texto declara que
todo ello debe ser guardado irreprensible, lo cual solamente se logra a través de la
santificación.
Pero la Palabra no nos dice eso, sino que la palabra santo significa apartado.
Por ejemplo: los instrumentos musicales que tenemos han sido santificados, sin ningún
ritual de por medio, para la alabanza hacia Dios, es decir no se usarán para otra cosa,
sino para la alabanza. Fueron apartados para ése propósito.
Los judíos acostumbraban derramar aceite sobre los sacerdotes o sobre los
instrumentos del templo como señal de que habían sido apartados para el servicio de
Dios.
Dios desea apartarnos por completo para El, sin embargo tu tienes tus propia
decisión de permitir que Dios te aparte y qué permitir que aparte de ti. Algunos han
estado dispuestos a darle su espíritu y que sea apartado para Dios, algunos otras quizá
le han dado grandes áreas de su alma, de sus emociones, de su carácter, de sus
gustos, de su mente, sus pensamientos, etc. Pero grandemente importante es que le
puedas dar tu cuerpo también para que sea apartado para Dios. ¿Por qué?
Dios se compromete con nosotros a que si nuestro cuerpo es guardado bajo los
lineamientos de Dios entonces El completará el número de nuestros días. Dios
estableció al caer el hombre en el pecado que el número de los días del ser humano
serían 120 años. Pero los hábitos de alimentación y uso del cuerpo en las diferentes
culturas y naciones ha hecho que la esperanza de vida se situe por debajo de dicho
estandard. EL hombre ha abusado de su cuerpo al no tener en cuenta a Dios en las
prácticas que él mismo realiza.
Dios habla que la santidad del cuerpo generará ser libres de enfermedades y
poder aproximarnos al número de días que Dios estableció en el principio. Pero además
la tercera bendición de la santidad del cuerpo es que Dios ponga Su terror delante de
nosotros para consternar a todos los pueblos donde lleguemos. Mucha gente tratará de
hacerte daño pero Dios se compromete a que los demás te tendrán miedo de hacer
algo.
Todas estas bendiciones tienen que ver con la santidad de tu cuerpo. Dios está
interesado no solamente en darle salvación a tu alma, no solamente en despertar tu
espíritu sino también en que tu cuerpo sea irreprensible y sano.
Pero Eliseo había recibido una doble porción de la unción que reposaba en Elías
de forma tal que Eliseo hizo milagros increíbles. Pero fíjate bien que éste hombre
muerto que fue arrojado al sepulcro tocó los huesos de Eliseo y entonces revivió. Sin
lugar a dudas Eliseo no tenia voluntad de revivirlo porque un muerto no tiene voluntad,
pero revivió por causa de la unción en sus huesos. Es mas el otro muerto nunca le
pidió a Eliseo ser sanado ni mucho menos revivir; no lo hizo porque ya no podía
hacerlo, estaba muerto también. ¡Pero revivió por el poder de la unción! Así que
quisiera que entendieras muy bien que la unción no reposa en el espíritu ni tiene que
ver con tu alma, sino que la unción del Espíritu de Dios, el poder de Dios en tu vida está
impregnado en tu cuerpo.
Así que dice Pablo a la Iglesia en Corinto que todas las cosas nos son lícitas,
dado que ya no andamos en la ley. La ley se resume en esto: Amarás a Dios con toda
tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas y a tu prójimo como a ti mismo. Así
que reglamentos y leyes sobre que comer ó no, sobre que ver ó no ver, sobre qué meter
en el cuerpo o que no hacer no tienen caso.
Muchas cosas son las que metemos en nuestro cuerpo y muchas de ellas no
tienen ninguna conveniencia. Veamos algunas de ellas:
Comida. La comida es bien necesaria para poder vivir, es necesario comer. Sin
embargo Dios en su Palabra nos hace recomendaciones específicas de que
deberíamos de comer que alimentos debíamos de evitar. Dios dio una lista completa de
alimentos que podrían causar trastornos en la salud y que nosotros mismos conocemos
como tóxicos, sin embargo a la gente les gustan estos alimentos y los disfrutan, aunque
después paguen el precio con alguna enfermedad.
Algunas personas bien cristianas también se han dejado dominar por la comida.
El dios comida tiene un solo mandamiento: “Cómeme” y sus servidores cumplen su
mandamiento en todo momento; comen y comen; por lo cual sufren de obesidad y
después de diabetes, tienen problemas circulatorios que se complican con problemas
cardiacos y entonces son propensos a ataques del corazón ó a infecciones sin control.
Pero también existen otras bebidas que no convienen. Y aquí quiero hacer un
énfasis muy especial. Muchas Iglesias lo primero que le dicen a la gente que se
convierte es que no deben ni fumar ni tomar alcohol, entonces ya se sienten contentos,
aunque interiormente no haya cambiado nada. La familia puede seguir peleándose, sus
economías pueden seguir siendo un desastre y no perdonar a nadie, pero eso sí ya no
toman ni fuman y entonces se sienten bien cristianos, sin lugar a dudas esto es un error
de proporciones majestuosas. Sin embargo también es un error cuidar solamente el
perdón, el alma, la economía y descuidar el cuerpo siguiendo abusando del mismo con
bebidas alcohólicas.
De repente, en nuestros días, es una gracia competir para ver quien se toma
mas rápidamente la yarda de cerveza ó quien aguanta más tomando sin
emborracharse. Lo que no entienden es que están atentando contra su cuerpo y están
tentando los límites de la vida cristiana. En algún momento se rebasarán y entonces al
quedar sin voluntad demonios podrán entrar y hacer lo que quieran, aunque después se
arrepientan.
Sustancias. Mayormente dañino es ser dominado por los vicios, de los cuales
el mas común es el cigarro. El que la sociedad lo haya legalizado no significa que sea
bueno para el cuerpo. Hay una buena cantidad de cristianos que siendo sinceros con
Dios en su relación no pueden o quizá tampoco quieren dejar su vicio del cigarro.
Fuman a escondidas o a vistas. El cigarro, esta comprobado, es la fuente de
problemas de eficema pulmonar, produce cáncer de próstata en los hombres ó cáncer
de mama en las mujeres, además de problemas de disfunción eréctil. Definitivamente
quien tiene éste vicio no llegará al número de sus días y sin dudas no está respetando
su propio cuerpo.
Evidentemente otros tipos de sustancias que la gente toma como pastillas para
dormir, antidepresivos, etc. están acabando con el cuerpo. Abusar de éstas sustancias
es equiparable al consumo de drogas prohibidas.
La santidad es un proceso que Dios hace pero cuando tu decides apartar para
Dios las áreas de tu vida.
Tu puedes decir, bueno el que se enferma soy yo y quien al final del día recibirá
el pago de los vicios y del abuso de mi cuerpo soy yo; así que pues como me gusta lo
seguiré haciendo, porque el problema empieza en mí y termina en mi, a nadie estoy
afectando sino solamente a mi. Pero déjame decirte que hasta en ese argumento estás
equivocado.
El verso 20 dice que has sido comprado por precio. Por lo tanto si tu has
aceptado a Jesús y el precio que pagó por tu rescate, entonces quiero decirte que nada
de ti te pertenece, sino que fuiste comprado para Dios.
Por lo tanto Dios quiere ser glorificado en todo tu ser: en tu espíritu, en tu alma:
pensamientos, sentimientos, emociones, etc. pero también en tu cuerpo. Un cuerpo
sano y puro glorifica a Dios, un cuerpo que llega a sus días en plena salud glorifica a
Dios y deja ver que todas sus promesas son verdaderas, un cuerpo fuerte, sano y santo
está listo para ser ungido con poder de Dios.
De ésa misma forma quiero decirte que no puedes alegar que es tu cuerpo y que
haces con el lo que quieras, porque no tu cuerpo no es tuyo, es de Dios, fue comprado
con la sangre de Jesús.
Quiero invitarte a tomar una decisión el día de hoy. Decide apartar tu cuerpo
para servir a Dios, acepta la propiedad de Dios en tu cuerpo y recibe entonces todas las
bendiciones preparadas por El para ti en tu cuerpo.