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JURISPRUDENCIA SOBRE INCONSTITUCIONALIDAD DE LEYES.

EL TRIBUNAL FEDERAL DE JUSTICIA


FISCAL Y ADMINISTRATIVA DEBE APLICARLA CUANDO SEA PROCEDENTE, SIN ANALIZAR SI EL ACTO
O RESOLUCIÓN IMPUGNADOS CONSTITUYEN EL PRIMERO O ULTERIOR ACTO DE APLICACIÓN DEL
PRECEPTO LEGAL QUE LO FUNDA.

CONTRADICCIÓN DE TESIS 43/2004-PL. ENTRE LAS SUSTENTADAS POR LOS TRIBUNALES


COLEGIADOS PRIMERO Y NOVENO EN MATERIA ADMINISTRATIVA DEL PRIMER CIRCUITO.

MINISTRO PONENTE: SERGIO SALVADOR AGUIRRE ANGUIANO.

SECRETARIA: MARÍA ESTELA FERRER MAC-GREGOR POISOT.

CONSIDERANDO:

TERCERO. El Primer Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Primer Circuito al resolver la
revisión fiscal 356/2003-4702, el diez de diciembre de dos mil tres, sostuvo lo siguiente:

"CUARTO. Del contenido de la sentencia recurrida se advierte que la Sala determinó que la
resolución impugnada en el juicio de nulidad era ilegal porque la autoridad demandada al detectar
irregularidades consistentes en la omisión de ingresos y errores en la determinación de la renta
gravable base del reparto de utilidades a los trabajadores de la actora, con fundamento en el artículo
14 de la Ley del Impuesto sobre la Renta vigente en mil novecientos noventa y nueve, la modificó
estableciendo un reparto de utilidades por la cantidad de $3'111,148.00, en sustitución del
manifestado por la contribuyente por un monto de $1'042,296.00, cuando ese precepto ha sido
declarado inconstitucional por el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en las
jurisprudencias P./J. 76/99 y P./J. 75/99, consultables en el Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta, Novena Época, Tomo X, agosto de 1999, cuyos rubros son: ‘RENTA. EL ARTÍCULO 14 DE LA
LEY DEL IMPUESTO RELATIVO VIOLA LO DISPUESTO EN EL ARTÍCULO 16 DE LA CONSTITUCIÓN
FEDERAL.’ y ‘RENTA. EL ARTÍCULO 14 DE LA LEY DEL IMPUESTO RELATIVO VIOLA LO ESTABLECIDO
POR EL ARTÍCULO 123 DE LA CONSTITUCIÓN FEDERAL (EN VIGOR A PARTIR DEL PRIMERO DE ENERO
DE MIL NOVECIENTOS OCHENTA Y NUEVE, CONFORME AL ARTÍCULO OCTAVO DEL DECRETO
PUBLICADO EN EL DIARIO OFICIAL DE LA FEDERACIÓN EL TREINTA Y UNO DE DICIEMBRE DE MIL
NOVECIENTOS OCHENTA Y OCHO).’. La Sala precisó que de conformidad con los artículos 192 y 193
de la Ley de Amparo, las tesis de jurisprudencia antes citadas le eran obligatorias y que su
acatamiento, contrario a lo que alegaba la autoridad demandada, no implicaba en modo alguno la
interpretación de constitucionalidad de la norma y que al acatarlas sólo se atendía al aspecto de
legalidad. Así, concluyó que, como la autoridad demandada había aplicado de manera indebida un
precepto jurídico, se actualizaba la causal de ilegalidad prevista en el artículo 238, fracción IV, del
Código Fiscal de la Federación y, consecuentemente, procedía declarar la nulidad lisa y llana de la
resolución administrativa impugnada. Ahora, en su oficio de agravios la recurrente alega, en esencia,
que la Sala aplicó indebidamente la jurisprudencia que declara la inconstitucionalidad del artículo
14 de la Ley del Impuesto sobre la Renta, debido a que la contribuyente ya había aplicado el
procedimiento para determinar la renta gravable base del reparto de utilidades, previsto en dicho
precepto, por lo que procesalmente no se encontraba legitimado para que se le aplicara la
jurisprudencia. Lo anterior, dice la recurrente, implica que la actora consintió el precepto aludido,
toda vez que no lo impugnó en la forma y en los términos previstos por los artículos 103 y 107 de la
Constitución Federal y 21, 22 y 114 de la Ley de Amparo, esto es, con motivo de su primer acto de
aplicación. Refiere que la Sala debió analizar si la demandante había consentido la aplicación del
artículo 14 de la Ley del Impuesto sobre la Renta, a fin de que no se distorsionara la esencia de lo
dispuesto en los artículos 21, 22, 73, fracción XII, 192 y 193 de la Ley de Amparo, puesto que por vía
de nulidad, la actora eludía y hacía inoperante el contenido de los numerales 21, 22 y 73, fracción
XII, de la citada ley. El agravio expuesto por la recurrente es inoperante por lo siguiente: Como se
observa de la sentencia recurrida, la Sala responsable declaró la nulidad de la resolución
administrativa impugnada por estimar que se funda en el artículo 14 de la Ley Impuesto sobre la
Renta, que fue declarado inconstitucional por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, según las
tesis de jurisprudencia invocadas con antelación, es decir, declaró la nulidad del acto administrativo
impugnado aplicando la jurisprudencia que declara la inconstitucionalidad del citado precepto por
la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Ahora bien, la inoperancia del agravio radica en el hecho
de pretender que la Sala responsable analice el consentimiento tácito del artículo 14 de la Ley del
Impuesto sobre la Renta, al no haber promovido la contribuyente el juicio constitucional con motivo
del primer acto de aplicación de dicho precepto, lo que lleva consigo un pronunciamiento que se
encuentra fuera de su jurisdicción, porque es un planteamiento en materia de constitucionalidad
de leyes y el consentimiento de una ley constituye una causal de improcedencia que opera, en todo
caso, en el juicio de amparo, que corresponde calificarla y determinarla a los órganos judiciales del
Poder Judicial de la Federación en términos del artículo 103 constitucional, en relación con la Ley
Orgánica del Poder Judicial de la Federación. Conviene dejar en claro que la legitimación procesal
para que una tesis de jurisprudencia sobre inconstitucionalidad de una ley sea aplicada, como en el
caso, por un tribunal administrativo al resolver un juicio de nulidad, depende de que la
jurisprudencia exista, de que haya sido verdaderamente aplicada la disposición de que se trate, esto
es, que los efectos y consecuencias que en forma abstracta, general e impersonal estableció su
creador, se vean efectivamente reflejados o concretizados en el acto gubernamental, de tal forma
que el dispositivo jurídico constituya basamento de la decisión contenida en aquél, y que esa
aplicación, desde luego, haya sido perjudicial. Esto es, la correcta aplicación o la procedencia de la
jurisprudencia que declara inconstitucional una ley, estriba fundamentalmente en que haya
identidad entre la norma interpretada jurisprudencialmente y la aplicada al particular, pudiendo así
determinarse la ilegalidad del acto o resolución fundados en tal ley, dado que no deben subsistir los
actos impugnados ante un tribunal cuando se funden en preceptos declarados, por jurisprudencia
obligatoria de la Suprema Corte de la Nación, como contrarios a la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos. Lo anterior se advierte de la jurisprudencia P./J. 38/2002 del Pleno de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, consultable en el Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta, Novena Época, Tomo XVI, agosto de 2002, que la propia recurrente invocó en su oficio de
expresión de agravios, de rubro: ‘JURISPRUDENCIA SOBRE INCONSTITUCIONALIDAD DE UNA LEY. EL
TRIBUNAL FEDERAL DE JUSTICIA FISCAL Y ADMINISTRATIVA SE ENCUENTRA OBLIGADO A APLICARLA,
SIEMPRE QUE SEA PROCEDENTE, AL JUZGAR LA LEGALIDAD DE UN ACTO O RESOLUCIÓN FUNDADOS
EN ESA LEY.’. La Sala responsable se limitó precisamente a realizar un estudio de legalidad relativo
a si la resolución impugnada respetó el artículo 16 constitucional, concluyendo en sentido negativo
al apreciar que se sustentó en el artículo 14 de la Ley del Impuesto sobre la Renta declarado
inconstitucional por jurisprudencia obligatoria del Máximo Tribunal del país. Esto es, la Sala Fiscal
juzgó en relación con la resolución contenida en el oficio 330-SAT-VIII-7588, dictada por el
Administrador Central de Fiscalización a Grandes Contribuyentes Diversos del Servicio de
Administración Tributaria de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público el veintiséis de febrero de
dos mil dos, en que determinó que por el ejercicio fiscal de mil novecientos noventa y nueve la
actora debía efectuar un reparto adicional de utilidades por un monto de $2'068,852.00 (dos
millones sesenta y ocho mil ochocientos cincuenta y dos pesos en moneda nacional); sin que haya
juzgado en forma alguna la ley, concretamente, el artículo 14 de la Ley del Impuesto sobre la Renta,
aunado a que, contrariamente a lo que alega la recurrente, la actora no combatió en el juicio de
nulidad ese precepto, ni habría sido la instancia, desde luego. De ahí que si la pretensión de la
recurrente era que se sobreseyera en el juicio de nulidad, tal pretensión resulta inconducente,
puesto que la litis de ese juicio es totalmente ajena a la litis de un amparo contra leyes y por
consiguiente no puede considerarse que exista obligación de la Sala de analizar si la demandante
había consentido o no el artículo 14 de la Ley del Impuesto sobre la Renta. En un amparo directo,
de conformidad con los artículos 73, fracción XII, párrafo último, 158 y 166, fracción IV, párrafo
segundo, de la Ley de Amparo, se puede cuestionar la constitucionalidad de leyes vía excepción a
través de los conceptos de violación, como un argumento más para decidir sobre la
constitucionalidad de la resolución reclamada y en tales casos respecto del precepto aplicado debe
verificarse si se actualiza alguna de las hipótesis que, si se tratare de un juicio de amparo indirecto,
determinaría la improcedencia del juicio en su contra y el sobreseimiento respectivo, en virtud de
que, en ese supuesto, los conceptos de agravio relativos resultarían inoperantes, conforme lo
dispone una de las tesis que cita la autoridad recurrente en su escrito de expresión de agravios; sin
embargo, es evidente que la Sala Fiscal no conoció de un juicio de amparo directo, de tal forma que
resulta totalmente inconducente pretender que actuara conforme a las normas establecidas en la
Ley de Amparo y la jurisprudencia relativa. Por la misma razón es de concluirse que en el caso
tampoco resultan aplicables las tesis que cita la recurrente de rubros: ‘JURISPRUDENCIA DE LA
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA. LA OBLIGATORIEDAD DE SU APLICACIÓN, AUN EN SUPLENCIA DE LA
DEFICIENCIA DE LA QUEJA, ESTÁ SUJETA A QUE EN EL CASO CONCRETO SEA PROCEDENTE SU
APLICACIÓN.’, ‘AMPARO CONTRA LEYES. CASO EN QUE DEBE ESTIMARSE CONSENTIDO EL ACTO DE
APLICACIÓN.’, ‘AMPARO DIRECTO. SON INOPERANTES LOS CONCEPTOS DE VIOLACIÓN INVOCADOS
EN CONTRA DE LA LEY APLICADA EN LA SENTENCIA RECLAMADA, SI AQUÉLLA FUE CONSENTIDA CON
ANTERIORIDAD.’ y ‘ACTOS CONSENTIDOS. AMPARO CONTRA LEYES (IMPUESTOS).’. Como se ve,
tales tesis son aplicables en el juicio de amparo, mas no así en el juicio de nulidad. En el mismo orden
de ideas, cabe reiterar que la causa de improcedencia que la recurrente invoca a lo largo de su oficio
de expresión de agravios, esto es, la contenida en el artículo 73, fracción XII, de la Ley de Amparo,
es propia del juicio de garantías, no así del juicio de nulidad, pues basta acudir al artículo 202 del
Código Fiscal de la Federación para advertirlo. También es importante señalar que ningún sentido
tiene examinar las pruebas a que hace referencia la autoridad recurrente, puesto que, como ha
quedado de manifiesto, la Sala no tenía por qué verificar si la resolución impugnada constituía el
primer acto de aplicación del artículo 14 de la Ley del Impuesto sobre la Renta, esto es, aun
verificando que la resolución combatida en el juicio de nulidad se trate de un ulterior acto de
aplicación de la referida ley, lo cierto es que no es una cuestión que debiera examinar la Sala, porque
para aplicar la jurisprudencia que declara la inconstitucionalidad de esa norma sólo era necesario
verificar que en el acto administrativo impugnado se haya aplicado como fundamento de la decisión
autoritaria. Por último, la tesis que cita la recurrente al final de su oficio de expresión de agravios,
contrariamente a lo que afirma, se trata de la tesis aislada I.9o.A.53 A, emitida por el Noveno
Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Primer Circuito, publicada en el Semanario Judicial
de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XVI, agosto de 2002, de rubro: ‘JURISPRUDENCIA
DE LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN QUE DECLARA INCONSTITUCIONAL UN
PRECEPTO, APLICACIÓN DE LA. DEBE ACREDITARSE ANTE EL TRIBUNAL FEDERAL DE JUSTICIA FISCAL
Y ADMINISTRATIVA QUE LA CONSULTA REALIZADA A UNA AUTORIDAD ADMINISTRATIVA
CONSTITUYE EL PRIMER ACTO DE APLICACIÓN DE ESE PRECEPTO.’, tesis que este tribunal no
considera aplicable y, además, no le es obligatoria. En estas condiciones, se debe confirmar la
sentencia recurrida."

CUARTO. El Noveno Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Primer Circuito al fallar la
revisión fiscal 77/2002-993, el dieciocho de abril de dos mil dos, sostuvo lo siguiente:

"QUINTO. Son parcialmente fundados los agravios hechos valer por la recurrente. Aduce,
esencialmente, que indebidamente la Sala Fiscal declaró la nulidad de la resolución impugnada, con
apoyo en la tesis jurisprudencial que declaró inconstitucional el artículo 78-A de la Ley del Impuesto
sobre la Renta, por las siguientes razones: a) Que la Sala Fiscal debió sobreseer en el juicio de nulidad
en virtud de que la actora consintió la aplicación del artículo 78-A de la Ley del Impuesto sobre la
Renta, por lo que se actualizaba la causal de improcedencia prevista en la fracción IV, último párrafo,
del artículo 202 del Código Fiscal de la Federación. b) Que el Tribunal Federal de Justicia Fiscal y
Administrativa carece de facultades para resolver de controversias que se susciten por leyes o actos
de la autoridad que violen la Constitución, puesto que dicha facultad está reservada únicamente a
los Tribunales de la Federación. c) Que al apoyar la Sala Fiscal la resolución impugnada en la referida
tesis, hace suyos los razonamientos vertidos por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que la
llevarán a pronunciarse respecto de la constitucionalidad del artículo 78-A de la Ley del Impuesto
sobre la Renta, no obstante que la parte quejosa consintió el referido concepto de violación al no
haber atacado su inconstitucionalidad desde el primer acto de aplicación. d) Que de conformidad
con lo dispuesto por el artículo 192 de la Ley de Amparo se establece la obligatoriedad de acatar la
jurisprudencia emitida por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, ello es únicamente en relación
con cuestiones de legalidad y no de constitucionalidad. e) Alega que si en el caso la Sala estaba
obligada a acatar la jurisprudencia en términos de lo dispuesto por el artículo 192 de la Ley de
Amparo, debió cerciorarse de que el acto combatido era el primer acto de aplicación del
ordenamiento cuya inconstitucionalidad fue declarada por la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, esto es, debió analizar la procedencia del juicio. Precisado lo anterior, este órgano colegiado
estima que fue parcialmente correcta la decisión de la Sala Fiscal, por lo siguiente: En primer
término, debe decirse que contrariamente a lo señalado por la recurrente, la Sala Fiscal
correctamente desestimó la causal de improcedencia que hizo valer, al considerar que la actora
consintió el primer acto de aplicación del artículo 78-A de la Ley del Impuesto sobre la Renta. Lo
anterior es así, en virtud de que el artículo 202, fracción IV, del Código Fiscal de la Federación,
establece en lo conducente: ... (transcribe). Ahora bien, en el caso, lo que el actor impugnó a través
del juicio de nulidad fue la respuesta que dio la autoridad hacendaria a la consulta que le presentó
en relación con la inaplicación del artículo 78-A de la Ley del Impuesto sobre la Renta, emitida el
cuatro de agosto del año dos mil, respecto de la dicho juicio (sic) fue promovido en tiempo, sin que
sea motivo para sobreseer en el mismo por actualizarse la causal de improcedencia invocada, el que
la parte actora hubiese consentido la aplicación del artículo en comento, pues ello es materia de
análisis del fondo del asunto. Por otra parte, para dar respuesta a los demás conceptos de agravio
hechos valer por la recurrente, conviene precisar lo siguiente: El vocablo jurisprudencia proviene
del latín ‘iurisprudentia: f. Ciencia del derecho. 2. Conjunto de sentencias de los tribunales, y
doctrina que contienen. 3. Criterio sobre un problema jurídico establecido por una pluralidad de
sentencias concordes.’ (Diccionario de la Lengua Española, Real Academia Española, Tomo A-Zurrón,
España, 1984, página 805). ‘Del latín: iurisprudentia, que proviene de ius y prudentia, y significa
prudencia de lo justo.’ (Diccionario Jurídico Mexicano, Instituto de Investigaciones Jurídicas, Ed.
Porrúa, 10a. ed., México, 1997, página 1891). Actualmente tratadistas contemporáneos como el
doctor Eduardo García Máynez define a la jurisprudencia como ‘el conjunto de principios y doctrinas
contenidas en las decisiones de los tribunales.’ (García Máynez, Eduardo, Introducción al Estudio del
Derecho, Ed. Porrúa, 40a. ed., México, 1988, página 68). Por otra parte, para el maestro español
José Castán Tobeñas la jurisprudencia es: ‘la doctrina sentada por los tribunales, cualquiera que sea
su clase y categoría, al decidir las cuestiones sometidas a ellos.’ (Castán Tobeñas, José, Derecho Civil
Español, Común y Foral, Tomo I, Vol. I, 12a. ed, España, 1988, página 581). Juventino V. Castro y
Castro define a la jurisprudencia como el ‘hábito de interpretar rectamente las leyes y aplicarlas
oportunamente a las cosas que ocurren.’ (Diccionario Jurídico Mexicano, obra citada, página 1892).
El Diccionario Jurídico Mexicano define a este concepto de la siguiente manera: ‘la jurisprudencia
judicial es la interpretación que hacen los tribunales competentes al aplicar la ley a los supuestos de
conflicto que se someten a su conocimiento.’ (ídem). Por otra parte, el Ministro Arturo Serrano
Robles conceptualiza a la jurisprudencia como: ‘el conjunto de reglas o normas que la autoridad
jurisdiccional, que cuenta con atribuciones al respecto, deriva de la interpretación de determinadas
prevenciones del derecho positivo, que precisan el contenido que debe atribuirse y el alcance que
debe darse a éstas, y que, al ser reiteradas cierto número de veces en sentido uniforme, no
contrariado, son obligatorias para quien debe decidir casos concretos regidos por aquellas
prevenciones.’ (Suprema Corte de Justicia de la Nación, Manual del Juicio de Amparo, Ed. Themis,
2a. ed., México, 1994, página 175). Para Cabanellas la jurisprudencia es: ‘La ciencia del derecho. El
derecho científico. La ciencia de lo justo y de lo injusto, según parte de la definición justiniana, que
luego se analiza. La interpretación de la ley hecha por los Jueces. Conjunto de sentencias que
determinan un criterio acerca de un problema jurídico u oscuro en los textos positivos o en otras
fuentes del derecho. La interpretación reiterada que el Tribunal Supremo de una nación establece
en los asuntos que conoce. La práctica judicial constante. Arte o hábito de interpretar o aplicar las
leyes.’ (Cabanellas, Guillermo, Diccionario Enciclopédico de Derecho Usual, Edit. Heliastra,
Argentina, 1981, Tomo V, página 55). Por último, para José Alberto Garrone la jurisprudencia tiene
el siguiente sentido: ‘El concepto de jurisprudencia es multívoco: etimológica e históricamente
designó las opiniones de los autores, pero paulatinamente se la ha transformado en la opinión de
los tribunales a través de sus decisiones judiciales. Como fuente de manifestación del derecho y en
especial del derecho procesal, la acepción más aceptable es la que considera a la jurisprudencia
como la reiterada y habitual concordancia de las decisiones de los órganos jurisdiccionales del
Estado sobre situaciones jurídicas idénticas o análogas.’ (Garrone, José Alberto, Diccionario Jurídico
Abeledo-Perrot, Argentina, 1986, Tomo II, página 389). En el caso de México, la jurisprudencia
judicial es la interpretación e integración de la ley firme, reiterada, y de observancia obligatoria, que
emana de las ejecutorias pronunciadas por la Suprema Corte de Justicia, funcionando en Pleno o
por Salas, y por los Tribunales Colegiados de Circuito. El párrafo sexto del artículo 94 constitucional
determina que la Ley de Amparo fijará los términos en que será obligatoria la jurisprudencia que
establecen los tribunales del Poder Judicialde la Federación sobre interpretación de las leyes y
reglamentos federales y locales, y tratados internacionales celebrados por el Estado mexicano, así
como los requisitos para su interpretación y modificación. Los artículos 192 a 197, A y B, de la Ley
de Amparo regulan la jurisprudencia y reconocen como materia de ella la interpretación de la ley,
le atribuyen de manera expresa la característica de obligatoriedad y exigen que los criterios que la
integren sean firmes y reiterados. En efecto, el citado precepto constitucional y los artículos 192 y
193 de la Ley de Amparo establecen que la materia de la jurisprudencia es la interpretación de las
leyes y reglamentos federales o locales y de los tratados internacionales celebrados por el Estado
mexicano. Dichos preceptos establecen: ... (transcribe). Ahora bien, es conveniente precisar si la
labor de los órganos jurisdiccionales encargados de crear la jurisprudencia se limita a interpretar las
normas jurídicas. Para Philipp Heck el derecho realmente importante para la vida es aquel que se
realiza en la sentencia judicial. Una ley de la que todo el mundo supiera que los tribunales no la
aplican perdería toda su importancia para la vida. Los principios de la decisión judicial son un objeto
de la ciencia jurídica, pero influyen también a su vez en todo trabajo científico. Según este autor, ‘el
legislador quiere sentar preceptos para el futuro. Pero el futuro no es absolutamente previsible,
perceptible. La complejidad de la vida moderna es casi infinita. Las condiciones y los problemas de
la vida están sometidos a un cambio constante. Los medios expresivos del legislador son limitados.
La consecuencia de estas dificultades es que incluso la mejor ley presenta innumerables lagunas que
el Juez se encuentra con situaciones que debe solucionar concorde con las necesidades vitales y con
las intenciones generales del legislador, pero para las cuales no cuenta con ningún precepto legal y
el problema radica en estos casos en el comportamiento del Juez, el cual debe seguir un
procedimiento al que este autor denomina la complementación coherente de la norma, el cual no
limita al juzgador a la realización de la norma reconocida, sino que le permite completar o suplir las
normas insuficientes y dar a las imprecisas la determinación de que carecen. No obstante, al hacerlo
no debe proceder sin propias valoraciones, sino que tiene que estar vinculado por las intenciones
del legislador, por la valoración de los ideales e intereses vitales que están en el fondo de la norma
legal. La complementación coherente y dependiente de la norma puede considerarse como
actividad creadora de derecho.’ (Philipp Heck, El Problema de la Creación de Derecho, Colofón, S.A.,
México, 1994, páginas 39-42). Por su parte, el señor Ministro Genaro David Góngora Pimentel
considera que: ‘no existe contradicción alguna al sostener que la jurisprudencia no debe
considerarse como medio creador de normas formalmente legales y en otro aspecto, sostener la
función creadora de la misma institución citando el caso de un criterio que se convirtió
posteriormente en precepto legal, pues es evidente que el citado criterio fue adoptado como norma
formalmente legal por medio de un acto del Congreso de la Unión acaecido posteriormente a la
sustentación de dicha opinión, o sea que la jurisprudencia en cuestión no constituyó una regla de
conducta formalmente legal, hasta que fue sancionada por el Poder Legislativo.’ (Góngora Pimentel,
Genaro, Introducción al Estudio del Juicio de Amparo, Ed. Porrúa, 5a. ed., México, 1995, página 532),
concluyendo que ‘la jurisprudencia sí es una fuente material del derecho en México, tanto por llenar
las particularidades técnicas que caracterizan a dichas fuentes, como por contar con los atributos
de generalidad, abstracción y obligatoriedad antes mencionados, en su aspecto de interpretación
de la ley.’ (ídem; página 533). La Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, ha
sostenido que la jurisprudencia es la obligatoria interpretación y determinación del sentido de la
ley, tal como puede corroborarse con las siguientes tesis: ‘INTERPRETACIÓN Y JURISPRUDENCIA.’ ...
(transcribe). ‘JURISPRUDENCIA, NATURALEZA.’ ... (transcribe). El artículo 14 constitucional restringe
las facultades del juzgador en cuanto a la forma en que deberá de resolver los conflictos que son de
su competencia: ‘... En los juicios del orden civil, la sentencia definitiva deberá ser conforme a la
letra o a la interpretación jurídica de la ley, y a falta de ésta se fundará en los principios generales
del derecho.’. Como puede concluirse, la jurisprudencia que emite el Poder Judicial de la Federación
se encuentra limitada por la propia ley y su integración debe ser coherente con la misma. La
jurisprudencia no es una norma general, toda vez que en cuanto su contenido, forma de creación y
aplicación se encuentra limitada por la ley, y sólo la podrán aplicar los órganos jurisdiccionales a
casos concretos y de manera excepcional. Los órganos que cuentan con atribuciones para sustentar
tesis que sientan jurisprudencia son: a) El Pleno de la Suprema Corte de Justicia; b) Las Salas del
mismo Alto Tribunal; y c) Los Tribunales Colegiados de Circuito (artículos 192 y 193). Respecto a la
formación de la jurisprudencia, cabe agregar lo siguiente: Como ya se mencionó, el artículo 94
constitucional determina que la Ley de Amparo fijará los términos en que será obligatoria la
jurisprudencia que establecen los tribunales del Poder Judicial de la Federación sobre interpretación
de las leyes y reglamentos federales y locales, y tratados internacionales celebrados por el Estado
mexicano, así como los requisitos para su interpretación y modificación. Las referidas disposiciones
de la Ley de Amparo, determinan como tribunales facultados para sentar jurisprudencia obligatoria,
exclusivamente a la Suprema Corte de Justicia (Pleno y Salas) y a los Tribunales Colegiados de
Circuito. De manera que la jurisprudencia por ellos emitida es obligatoria, en esencia, para todos los
tribunales de la República sujetos a su jerarquía o cuyos actos pueden ser sometidos a sus
respectivas jurisdicciones. Ahora bien, para estar en posibilidad de determinar si la jurisprudencia
puede ser equiparable a la ley, también se considera importante hacer algunas reflexiones respecto
de esta última. El vocablo ley deriva de la voz latina lex, la cual a su vez, según la opinión más
generalizada, tiene su origen en la palabra legere por referencia al precepto o regla que se lee. Con
este sentido, la lex representaba para los romanos el ius scriptum o derecho escrito por oposición
al derecho consuetudinario o no escrito. Desde el punto de vista jurídico se habla de ley en un doble
sentido: uno amplio para designar a toda norma jurídica instituida en determinado tiempo y lugar;
y uno estricto, para denominar a las normas jurídicas elaboradas por órganos estatales con potestad
legislativa. De conformidad con el artículo 40 constitucional, hay en México leyes federales y leyes
locales: las primeras para toda la República y las segundas para cada uno de los Estados federados,
bajo el concepto de que para la formulación de las últimas, la respectiva Constitución Política
particular de cada entidad federativa fija el correspondiente proceso legislativo, y para las leyes
federales y las locales del Distrito Federal lo hace la Constitución Federal en su artículo 73, fracción
VI. Ahora bien, conforme a los artículos 71 y 72 de ésta, en relación con los artículos 3o. y 4o. del
Código Civil, las etapas del proceso legislativo son las siguientes: iniciativa, discusión, aprobación,
sanción, promulgación, publicación e iniciación de vigencia. Características de la ley. Las
características que los tratadistas atribuyen a la ley son: la generalidad, la obligatoriedad y la
irretroactividad. 1) La generalidad de la ley es una característica esencial de la norma jurídica.
Generalidad equivale a aplicabilidad a cuantas personas se encuentren en un supuesto
determinado. La ley no mira al individuo sino a la comunidad. No se da para individuos
determinados; el objeto de la ley, como norma de conducta humana, es regirla pero no
considerándola como una actividad aislada sino en conexión con otras, para señalar de modo
general, la esfera de lo lícito y de lo ilícito. 2) La ley debe cumplirse necesariamente. El
incumplimiento de la ley, como dañoso a la normalidad del orden jurídico, encuentra correctivo
adecuado en la realización del derecho por vía de proceso. El carácter obligatorio de la ley se deriva
del interés social que existe en su acatamiento. Como consecuencia ineludible de la obligatoriedad,
se plantea el problema de la ignorancia del derecho. La ley, una vez publicada, se pone de
conocimiento general. 3) Las leyes disponen para el porvenir. El pasado no es objeto de la actividad
del legislador, sino del historiador. Este principio es admitido como general, pero tiene sus
excepciones. Como corolario de todo lo anterior, se pueden establecer de manera precisa las
diferencias entre jurisprudencia y ley: a) La jurisprudencia es obra de los órganos jurisdiccionales, y
la ley del órgano legislativo. b) La jurisprudencia no es una norma general ya que sólo se aplica a los
casos particulares, mediante la vía del proceso. c) La jurisprudencia sólo es obligatoria respecto de
los órganos jurisdiccionales que deben aplicarla. d) La jurisprudencia es la interpretación que los
tribunales hacen de la ley. La Primera Sala del más Alto Tribunal sostuvo, en las dos tesis que
adelante se invocan, que la jurisprudencia no es ley, sino interpretación de la ley: ‘JURISPRUDENCIA,
NO ES LEY SINO INTERPRETACIÓN DE LA LEY.’ ... (transcribe). ‘JURISPRUDENCIA.’ ... (transcribe). e)
La ley es estática, requiere de su modificación o derogación mediante el proceso legislativo. La
jurisprudencia es dinámica, ya que puede cambiar la interpretación respecto de una misma ley con
determinados requisitos, pero sin las formalidades que la propia ley requiere. f) La jurisprudencia
encuentra sustento en decisiones jurisdiccionales que han sido dictadas en casos específicos
anteriores, la ley no, ya que es única y rige para el futuro. g) La interpretación e integración que
realiza el Juez tiene su apoyo en la propia ley (artículo 14 constitucional, último párrafo). h) La
creación de normas individuales para colmar las lagunas de la ley mediante principios generales de
derecho, es un caso de excepción previsto en el referido artículo 14 constitucional y, por tanto, la
labor del órgano jurisdiccional se encuentra constreñida en la mayoría de los casos al derecho
positivo. Precisado lo anterior, este órgano colegiado estima que incorrectamente la Sala determinó
declarar la nulidad de la resolución impugnada, pues si bien es cierto que se encuentra obligada a
aplicar la tesis de jurisprudencia que invoca la recurrente, misma que es de aplicación obligatoria
en términos de lo establecido por el artículo 192 de la Ley de Amparo, para los tribunales
administrativos, como en el caso lo es el Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa, también
lo es que de autos se desprende que la consulta presentada por la actora a la autoridad demandada
no fue el primer acto de aplicación del artículo declarado inconstitucional por la Suprema Corte de
Justicia de la Nación. Esto es, del escrito inicial de demanda de nulidad se desprende que el actor
manifestó que desde el año de mil novecientos noventa y ocho se le otorgó un préstamo con
garantía hipotecaria en términos de lo dispuesto por el artículo 78-A de la Ley del Impuesto sobre
la Renta; que con motivo de que dicho precepto fue declarado inconstitucional por la Suprema Corte
de Justicia de la Nación, realizó la consulta que dio origen al acto impugnado en el juicio de nulidad,
por lo que se estima que la consulta realizada a la demandada no fue el primer acto de aplicación
del precepto cuya inconstitucionalidad fue decretada, único caso en el que este órgano colegiado
estima que era procedente la declaratoria de nulidad por parte de la Sala responsable. Da sustento
a lo anterior la tesis cuyos datos de publicación y rubro establecen lo siguiente: Octava Época.
Instancia: Segunda Sala. Fuente: Apéndice de 1995. Tomo I, Parte SCJN, tesis 93, página 104, de
rubro: ‘CONSULTA. EL DESAHOGO DE UNA, POR LAS ADMINISTRACIONES FISCALES FEDERALES
CONSTITUYE ACTO DE APLICACIÓN DE LA LEY EN QUE SE FUNDA.’ ... (transcribe). Así, la demandante
de nulidad pretende el reconocimiento de que el artículo que origina la obligación fiscal no debe
perjudicarle por haber sido declarado inconstitucional por la Suprema Corte de Justicia de la Nación,
lo que es incorrecto, en virtud de los principios de relatividad de las sentencias y de instancia de
parte agraviada que rigen al juicio de amparo; con base en ellos, la declaratoria simple de
inconstitucionalidad de una ley sólo beneficia a quien promovió el juicio contra tal norma, sin
embargo, la declaratoria de inconstitucionalidad de la ley en el presente caso no es simple, sino
calificada, al constituir jurisprudencia. En tal estado de cosas, como lo alega la autoridad
demandada, no es exacto que la existencia de las tesis citadas por la demandante y la autoridad
resolutora conlleven la nulidad de la respuesta impugnada para los efectos decretados en la
sentencia recurrida, pues ha de distinguirse la fecha a partir de la cual resulta obligatoria la
jurisprudencia invocada, lo que impide considerar que los créditos contratados por la demandante
de nulidad puedan ser excluidos del cumplimiento de la ley declarada inconstitucional, pues ello
sólo puede ser declarado, en su caso, a partir de que se conformó la jurisprudencia de marras. Lo
anterior impone declarar fundado el recurso, para el efecto de que se deje insubsistente la sentencia
recurrida y, en su lugar, se pronuncie otra en la que, siguiendo los lineamientos de esta ejecutoria,
se resuelva la litis efectivamente planteada."

El anterior criterio dio lugar a la tesis I.9o.A.53 A del Noveno Tribunal Colegiado en Materia
Administrativa del Primer Circuito, publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta,
Novena Época, Tomo XVI, agosto de dos mil dos, página 1316, que establece:

"JURISPRUDENCIA DE LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN QUE DECLARA


INCONSTITUCIONAL UN PRECEPTO, APLICACIÓN DE LA. DEBE ACREDITARSE ANTE EL TRIBUNAL
FEDERAL DE JUSTICIA FISCAL Y ADMINISTRATIVA QUE LA CONSULTA REALIZADA A UNA AUTORIDAD
ADMINISTRATIVA CONSTITUYE EL PRIMER ACTO DE APLICACIÓN DE ESE PRECEPTO. Si bien es cierto
que en términos de lo dispuesto por el artículo 192 de la Ley de Amparo, los tribunales judiciales,
administrativos y del trabajo están obligados a aplicar la jurisprudencia emitida por la Suprema
Corte de Justicia de la Nación, como en el caso el Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa,
también lo es que cuando a través de dicha jurisprudencia se declare inconstitucional un precepto,
únicamente estará obligada a resolver conforme a la misma cuando se acredite que la consulta
realizada constituye el primer acto de aplicación del precepto declarado inconstitucional por la
Suprema Corte de Justicia de la Nación. Esto es, debe acreditarse que la demanda fue oportuna y
que de los autos no conste que exista anterior acto de aplicación de la ley impugnada, ya que de no
demostrarse ello el Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa no se encuentra obligado a
aplicar la jurisprudencia establecida por el más Alto Tribunal de la República."
QUINTO. Este órgano colegiado estima que sí existe la contradicción de tesis denunciada, pues los
Tribunales Colegiados contendientes examinaron un mismo problema jurídico, partiendo de iguales
elementos y, no obstante ello, en las consideraciones de sus respectivas resoluciones sostuvieron
criterios opuestos.

Efectivamente, el Primer Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Primer Circuito consideró
que la Sala del Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa responsable, correctamente
declaró la nulidad de la resolución impugnada al fundarse en una disposición legal declarada
inconstitucional por jurisprudencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en virtud de que
está obligada a aplicar la jurisprudencia sobre inconstitucionalidad de una ley, siempre que sea
procedente, en los términos establecidos en la jurisprudencia del Tribunal Pleno intitulada:
"JURISPRUDENCIA SOBRE INCONSTITUCIONALIDAD DE UNA LEY. EL TRIBUNAL FEDERAL DE JUSTICIA
FISCAL Y ADMINISTRATIVA SE ENCUENTRA OBLIGADO A APLICARLA, SIEMPRE QUE SEA
PROCEDENTE, AL JUZGAR LA LEGALIDAD DE UN ACTO O RESOLUCIÓN FUNDADOS EN ESA LEY.", lo
que supone que sólo debe verificar que la jurisprudencia exista y que haya sido verdaderamente
aplicada la disposición legal de que se trate en perjuicio del gobernado, sin que esté en aptitud de
analizar si dicha disposición fue consentida tácitamente por no haberse promovido el juicio de
amparo en contra del primer acto de su aplicación, ya que ello encierra un pronunciamiento que se
encuentra fuera de su jurisdicción pues es un planteamiento en materia de constitucionalidad de
leyes y el consentimiento de una ley constituye una causal de improcedencia que opera, en todo
caso, en el juicio de garantías, que debe ser determinada y calificada por los órganos judiciales del
Poder Judicial de la Federación, por lo que el tribunal administrativo no tiene que verificar si la
resolución impugnada en el juicio de nulidad constituye el primer acto de aplicación de la norma
declarada jurisprudencialmente inconstitucional, ya que aunque esa resolución se tratara de un
ulterior acto de aplicación, ello no puede ser examinado por dicho tribunal.

En cambio, el Noveno Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Primer Circuito sostuvo que
la Sala del Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa responsable no se apegó a derecho al
declarar la nulidad de la resolución impugnada por estar fundada en una norma legal declarada
inconstitucional por la jurisprudencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, ya que si bien
está obligada a aplicar esa jurisprudencia, en el caso, se advierte que la resolución impugnada en el
juicio de nulidad no constituía el primer acto de aplicación de dicha norma en perjuicio del actor,
por lo que la pretensión de éste respecto a que se reconozca que la disposición legal aplicada en la
resolución impugnada no debe perjudicarle por haber sido declarada inconstitucional por la
jurisprudencia de la Suprema Corte, no procede en virtud de los principios de relatividad de las
sentencias y de instancia de parte agraviada que rigen al juicio de amparo.

Como puede advertirse, los Tribunales Colegiados contendientes partiendo de iguales elementos
examinaron un mismo problema jurídico, a saber, si el Tribunal Federal de Justicia Fiscal y
Administrativa al determinar sobre la legalidad de la resolución impugnada fundada en una
disposición legal declarada inconstitucional por la jurisprudencia de la Suprema Corte de Justicia de
la Nación, debe o no examinar si dicha disposición legal fue consentida tácitamente al no haberse
promovido el juicio de amparo en contra del primer acto de su aplicación, esto es, si debe o no
verificar si la resolución impugnada constituye el primer acto de aplicación o un acto ulterior de
aplicación de la norma legal declarada inconstitucional por la jurisprudencia para el efecto de
declarar su nulidad en caso de tratarse del primer acto de aplicación, o bien, declarar su validez si
se trata de un ulterior acto de aplicación.

No obstante lo anterior, los Tribunales Colegiados contendientes, en las consideraciones de sus


respectivas resoluciones, sostuvieron criterios opuestos, ya que el Primer Tribunal Colegiado en
Materia Administrativa del Primer Circuito consideró que en el supuesto referido, el Tribunal Federal
de Justicia Fiscal y Administrativadebe nulificar la resolución impugnada, sin que esté facultado para
examinar si esta resolución constituye el primer acto de aplicación o un acto ulterior de aplicación
de la norma declarada jurisprudencialmente inconstitucional, esto es, si fue o no consentida dicha
norma por no haberse promovido el juicio de amparo contra el primer acto de su aplicación,
mientras que el Noveno Tribunal Colegiado en la misma materia y circuito estima que en el supuesto
de que se trata el Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa debe reconocer la validez de la
resolución impugnada cuando ésta no constituya el primer acto de aplicación de la norma declarada
inconstitucional por la jurisprudencia, lo que supone que examine si se trata de un acto ulterior de
aplicación, es decir, si la norma fue consentida.

Refuerza lo determinado el criterio contenido en la jurisprudencia 26/2001 de este Tribunal Pleno,


publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XIII, abril de
dos mil uno, página 76, que establece:

"CONTRADICCIÓN DE TESIS DE TRIBUNALES COLEGIADOS DE CIRCUITO. REQUISITOS PARA SU


EXISTENCIA. De conformidad con lo que establecen los artículos 107, fracción XIII, primer párrafo,
de la Constitución Federal y 197-A de la Ley de Amparo, cuando los Tribunales Colegiados de Circuito
sustenten tesis contradictorias en los juicios de amparo de su competencia, el Pleno de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación o la Sala que corresponda deben decidir cuál tesis ha de prevalecer.
Ahora bien, se entiende que existen tesis contradictorias cuando concurren los siguientes
supuestos: a) que al resolver los negocios jurídicos se examinen cuestiones jurídicas esencialmente
iguales y se adopten posiciones o criterios jurídicos discrepantes; b) que la diferencia de criterios se
presente en las consideraciones, razonamientos o interpretaciones jurídicas de las sentencias
respectivas; y, c) que los distintos criterios provengan del examen de los mismos elementos."

SEXTO. Con el fin de determinar el criterio que debe prevaler con carácter jurisprudencial, resulta
pertinente tener presente lo que esta Suprema Corte de Justicia de la Nación ha establecido en
torno a la aplicabilidad de las jurisprudencias sobre inconstitucionalidad de leyes.
La Segunda Sala, al resolver la contradicción de tesis 40/2001-PL, en sesión veintiséis de abril de dos
mil dos, por unanimidad de cinco votos, sostuvo el criterio consistente en que las autoridades
administrativas, al fundar y motivar sus actos, no están obligadas a aplicar la jurisprudencia que
haya declarado la inconstitucionalidad de una ley, como quedó asentado en la tesis de
jurisprudencia 2a./J. 38/2002, publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta,
Novena Época, Tomo XV, mayo de 2002, página 175, que establece:

"JURISPRUDENCIA SOBRE INCONSTITUCIONALIDAD DE LEYES. LAS AUTORIDADES


ADMINISTRATIVAS NO ESTÁN OBLIGADAS A APLICARLA AL CUMPLIR CON LA GARANTÍA DE FUNDAR
Y MOTIVAR SUS ACTOS. La obligación de las autoridades administrativas de fundar y motivar sus
actos consiste en citar de manera específica la ley exactamente aplicable al caso, así como en
expresar las circunstancias especiales, razones particulares o causas inmediatas que se hayan tenido
en consideración para la emisión del acto y la adecuación entre los motivos aducidos y las normas
aplicables y no, en citar también la jurisprudencia respectiva, esto es, la obligación de fundar los
actos en la ley, no implica hacerlo en la forma en que haya sido interpretada por los órganos
competentes del Poder Judicial de la Federación, dado que la jurisprudencia tiene notables
diferencias con la ley y no puede ser equiparable a ésta, principalmente porque la jurisprudencia es
obra de los órganos jurisdiccionales y la ley del órgano legislativo, es decir, la jurisprudencia no es
una norma general y sólo se aplica a casos particulares, conforme al principio de relatividad de las
sentencias que rige al juicio de garantías, por lo que resulta erróneo sostener que los actos de las
autoridades administrativas sean violatorios del artículo 16 constitucional por no apoyarse en la
jurisprudencia que declare la inconstitucionalidad de una ley, habida cuenta que por remisión del
octavo párrafo del artículo 94 de la Constitución Federal, los preceptos 192 y 193 de la Ley de
Amparo, establecen con precisión que la jurisprudencia obliga solamente a los órganos
jurisdiccionales."

Por otro lado, este Tribunal Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, al resolver la
contradicción de tesis 6/2002, en sesión de veintiséis de agosto de dos mil dos, por unanimidad de
diez votos, estableció que el Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa está obligado a
aplicar la jurisprudencia sobre inconstitucionalidad de una ley, siempre que resulte procedente, al
juzgar sobre la legalidad de un acto o resolución fundados en dicha ley, según se advierte de la
siguiente transcripción de la jurisprudencia plenaria 38/2002, consultable en el Semanario Judicial
de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XVI, agosto de 2002, página 5:

"JURISPRUDENCIA SOBRE INCONSTITUCIONALIDAD DE UNA LEY. EL TRIBUNAL FEDERAL DE JUSTICIA


FISCAL Y ADMINISTRATIVA SE ENCUENTRA OBLIGADO A APLICARLA, SIEMPRE QUE SEA
PROCEDENTE, AL JUZGAR LA LEGALIDAD DE UN ACTO O RESOLUCIÓN FUNDADOS EN ESA LEY. De
acuerdo con lo establecido por los artículos 94, párrafo octavo, de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos y 192 de la Ley de Amparo, que fijan los términos en que será obligatoria
la jurisprudencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el tribunal jurisdiccional referido debe
aplicar la jurisprudencia sustentada sobre la inconstitucionalidad de una ley, porque en el último
dispositivo citado no se hace ningún distingo sobre su obligatoriedad atendiendo a la materia sobre
la que versa; además, si bien es cierto que los tribunales de esa naturaleza carecen de competencia
para resolver sobre la constitucionalidad de leyes, también lo es que al aplicar la jurisprudencia
sobre esa cuestión se limitan a realizar un estudio de legalidad relativo a si el acto o resolución
impugnados respetaron el artículo 16 constitucional, concluyendo en sentido negativo al apreciar
que se sustentó en un precepto declarado inconstitucional por jurisprudencia obligatoria de la
Suprema Corte, sin que sea aceptable el argumento de que al realizar ese estudio se vulnera el
principio de relatividad de las sentencias de amparo, pues éste se limita a señalar que en las mismas
no se podrá hacer una declaración general sobre la inconstitucionalidad de la ley o acto que
motivare el juicio y que sólo protegerán al individuo que solicitó la protección constitucional, ya que
en el supuesto examinado el Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa, al cumplir con la
obligación que se le impone de aplicar la jurisprudencia en relación con el caso concreto que
resuelve, no invalida la ley ni declara su inaplicabilidad absoluta. Por otro lado la obligatoriedad
referida responde al principio de supremacía constitucional establecido en el artículo 133 de la Carta
Fundamental, conforme al cual no deben subsistir los actos impugnados ante un tribunal cuando se
funden en preceptos declarados jurisprudencialmente por la Suprema Corte como contrarios a
aquélla. El criterio aquí sostenido no avala, obviamente, la incorrecta aplicación de la jurisprudencia
que declara inconstitucional una ley, de la misma manera que, guardada la debida proporción, una
norma legal no se ve afectada por su incorrecta aplicación."

En relación a la aplicación de la jurisprudencia sobre inconstitucionalidad de leyes por parte de los


Tribunales Colegiados de Circuito en los juicios de amparo directo, la Segunda Sala al fallar los
recursos de revisión en amparo directo 6/2004 y 1909/2003, en sesión de veintiséis de marzo de
dos mil cuatro, por unanimidad de cinco votos, estableció los criterios siguientes:

a) La obligación de suplir la queja deficiente cuando el acto reclamado se funde en leyes declaradas
inconstitucionales por la jurisprudencia de la Suprema Corte, contenida en el artículo 76 Bis, fracción
I, de la Ley de Amparo, se estableció para lograr un eficaz control de la constitucionalidad de las
leyes para hacer prevalecer la Constitución como Ley Suprema, por lo que deben superarse los
factores y cuestiones técnicas y procesales que sean incompatibles con tal propósito. Este criterio
quedó plasmado en la tesis 2a. XXXI/2004, publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta, Novena Época, Tomo XIX, junio de 2004, página 387, en los siguientes términos:

"SUPLENCIA DE LA QUEJA DEFICIENTE TRATÁNDOSE DE LEYES DECLARADAS INCONSTITUCIONALES


POR JURISPRUDENCIA DE LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN. ES OBLIGATORIA EN EL
AMPARO, A FIN DE HACER PREVALECER LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS
MEXICANOS COMO LEY SUPREMA. El imperativo legal de suplir la queja deficiente en materia de
amparo cuando el acto reclamado se funde en leyes declaradas inconstitucionales por
jurisprudencia de este Alto Tribunal, contenido en el artículo 76 bis, fracción I, de la Ley de Amparo,
se instituyó con el propósito de lograr un eficaz control de la constitucionalidad de las leyes a fin de
hacer prevalecer la Constitución como Ley Suprema; de ahí que sea imprescindible superar los
factores y cuestiones técnicas o de índole procesal que sean incompatibles con los propósitos
apuntados, lo que implica la obligación para los juzgadores de amparo de suplir en esos casos la
deficiencia de la queja, en forma absoluta, para hacer efectiva la referida declaración de
inconstitucionalidad. Ello, porque la finalidad esencial de garantizar el principio de supremacía de la
Constitución es superior a cualquier interés particular, pues se busca evitar la aplicación de leyes
contrarias a ella; consecuentemente, ante el interés público que como bien supremo del Estado
debe imperar en todo caso, es necesario que se acate puntualmente la obligación de suplencia de
la queja en los términos señalados, sin que pueda estimarse justificado el incumplimiento de ese
imperativo legal y menos aún la inobservancia de la jurisprudencia emitida por este Alto Tribunal."

b) La suplencia de la queja deficiente tratándose de actos fundados en leyes declaradas


inconstitucionales por la jurisprudencia de la Suprema Corte debe aplicarse a fin de hacer prevalecer
la Constitución, sin que obste que se reclame el primero o ulteriores actos de aplicación de esas
leyes, pues aun cuando hubiera operado el consentimiento tácito por falta de impugnación del
primer acto de aplicación, no debe impedirse que los actos ulteriores sean declarados insubsistentes
si se fundan en ley declarada jurisprudencialmente inconstitucional, según se advierte de la
siguiente transcripción de la tesis 2a. XXXII/2004, consultable en el Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XIX, junio de 2004, página 386:

"SUPLENCIA DE LA QUEJA DEFICIENTE. OPERA SIN QUE OBSTE QUE SE RECLAME EL PRIMERO O
ULTERIORES ACTOS DE APLICACIÓN DE LEYES DECLARADAS INCONSTITUCIONALES POR
JURISPRUDENCIA DE LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN. Los derechos fundamentales
reconocidos en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos pueden ser vulnerados por
la aplicación de leyes inconstitucionales cuya subsistencia puede motivar el quebranto de los valores
y principios del sistema constitucional; por ello, la protección federal contra su aplicación es
fundamental para garantizar la supervivencia de esos valores y principios, así como la supremacía
de la Constitución. En ese sentido, el control constitucional de las leyes, e inclusive la interpretación
de las normas constitucionales, deben ser compatibles con el fin esencial del juicio de amparo y con
el propósito fundamental que llevó al legislador a prever la suplencia de la queja deficiente cuando
exista jurisprudencia que declare inconstitucional la ley impugnada, sin que obste que se reclamen
en amparo el primero o ulteriores actos de aplicación de la ley, en tanto que la finalidad de tal
suplencia en esos casos y de la aplicación de la jurisprudencia de este Alto Tribunal es hacer
prevalecer la Constitución como Ley Suprema, cuya violación se encuentra implícita en cualquier
acto de autoridad fundado en una ley inconstitucional, lo que lleva a considerar que aun en la
hipótesis de que hubiera operado el consentimiento tácito por falta de impugnación del primer acto
de aplicación, no debe impedirse que ulteriores actos sean declarados insubsistentes, si la ley en
que se fundan ya fue declarada inconstitucional en jurisprudencia de esta Suprema Corte, lo cual
procede en suplencia de la queja deficiente, conforme a lo dispuesto en el artículo 76 bis, fracción
I, de la Ley de Amparo."
c) La suplencia de la queja deficiente tratándose de actos fundados en leyes declaradas
inconstitucionales por la jurisprudencia de la Suprema Corte, implica que esa jurisprudencia se
aplique a casos diversos a los que motivaron su emisión, aun cuando no se haya invocado por la
parte quejosa, en atención al mandato contenido en el artículo 76 Bis, fracción I, de la Ley de Amparo
y a la observancia obligatoria determinada en el artículo 192 de la propia ley, sin que ello signifique
dar efectos generales a la declaración de inconstitucionalidad de la ley, dado que sólo producirá su
inaplicación a los casos concretos que se controviertan. Este criterio se contiene en la tesis 2a.
XXXIII/2004, visible en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XIX,
junio de 2004, página 386, que textualmente señala:

"SUPLENCIA DE LA QUEJA DEFICIENTE. LA JURISPRUDENCIA DE LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE


LA NACIÓN QUE DECLARA LA INCONSTITUCIONALIDAD DE UNA LEY TIENE APLICACIÓN A CASOS
DIVERSOS A LOS QUE MOTIVARON SU EMISIÓN, SIN QUE ELLO IMPLIQUE DARLE EFECTOS
GENERALES. La suplencia prevista en la fracción I del artículo 76-bis de la Ley de Amparo, se refiere
a los conceptos de violación y a las omisiones en que incurra el quejoso al enderezar su demanda
contra actos fundados en una ley inconstitucional. Ese tipo de suplencia implica que la
jurisprudencia por la que se declara inconstitucional una ley o norma general pueda tener aplicación
a casos diversos a los que motivaron su emisión, aun cuando no se haya invocado por el quejoso,
en atención al mandato contenido en el precepto legal citado y a la observancia obligatoria
determinada en el artículo 192 de la propia ley, sin que tal actuación signifique dar efectos generales
a la declaración de inconstitucionalidad de la ley, dado que sólo producirá su inaplicación a los casos
concretos que se controviertan."

d) En el amparo directo en que se plantea la inconstitucionalidad de leyes debe suplirse la queja


deficiente aun cuando se trate de ulteriores actos de aplicación, si la ley en que se fundan fue
declarada inconstitucional por jurisprudencia de la Suprema Corte, ya que la sentencia que se dicta
en este tipo de juicios produce efectos directos en relación únicamente con la resolución
impugnada, mas no con la ley combatida, observándose así el principio de relatividad de las
sentencias de amparo, pues la declaración de inconstitucionalidad no da lugar a la anulación de la
ley con efectos erga omnes, por lo que no procede desestimar los conceptos de violación respecto
de la ley, aun cuando se trate de ulteriores actos de aplicación. El anterior criterio se contiene en la
tesis 2a. XXXIV/2004, publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena
Época, Tomo XIX, junio de 2004, página 383, que establece:

"AMPARO DIRECTO DONDE SE PLANTEA LA INCONSTITUCIONALIDAD DE LEYES. DEBE SUPLIRSE LA


QUEJA DEFICIENTE AUN CUANDO SE TRATE DE ULTERIORES ACTOS DE APLICACIÓN, SI LA LEY EN
QUE SE FUNDAN FUE DECLARADA INCONSTITUCIONAL POR JURISPRUDENCIA DE LA SUPREMA
CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN. Tratándose de la impugnación de leyes en amparo directo, el
ordenamiento legal no se reclama como un acto autónomo de las autoridades, sino que su
inconstitucionalidad debe hacerse valer en los conceptos de violación planteados en la demanda,
por encontrarse condicionada la inconformidad del promovente a la aplicación de la norma en la
resolución reclamada, de modo que los efectos de la sentencia de amparo no incidirán directamente
en la ley en sí, sino en la resolución en que ésta fue aplicada y, en esos términos, no puede
considerarse que el reclamo de su inconstitucionalidad se encuentre constreñido al primer acto de
aplicación al gobernado, como sucede en el juicio de amparo biinstancial, ni a las mismas reglas de
procedencia de la acción. En ese sentido, la impugnación de una norma en un juicio de amparo
uniinstancial no excluye la posibilidad de que incluso el mismo quejoso al que se le haya otorgado
la protección constitucional contra el primer acto de aplicación de la ley declarada inconstitucional,
esté en posibilidad de acudir a impugnarla nuevamente en amparo directo, al aplicársele en un
segundo o ulterior acto de ejecución dicha ley, dado que la sentencia que se emite en ese tipo de
juicios produce efectos directos en relación únicamente con la resolución reclamada, mas no con la
ley impugnada, con lo cual se observa el principio de relatividad de las sentencias de amparo, pues
la declaración de inconstitucionalidad no da lugar a la anulación de la ley con efectos erga omnes,
por lo que no procede desestimar los conceptos de violación hechos valer en un juicio de amparo
directo respecto de una ley, aun cuando se trate de ulteriores actos de aplicación."

e) El trámite y resolución del amparo directo contra la aplicación de leyes declaradas


inconstitucionales por la jurisprudencia de la Suprema Corte deben despojarse de tecnicismos y
cuestiones de cualquier índole que impidan sean un eficaz medio de control de la constitucionalidad,
por lo que la función judicial debe orientarse a superar todos los factores o situaciones que incidan
en la consecución del propósito de hacer efectiva la declaratoria de inconstitucionalidad de normas
contrarias a la Ley Suprema, de suerte que ninguna cuestión puede prevalecer sobre la
jurisprudencia ni justificar su inobservancia, tal como deriva de la tesis 2a. XXXV/2004, consultable
en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XIX, junio de 2004,
página 384, que dispone:

"AMPARO DIRECTO EN QUE SE ADUCE LA APLICACIÓN DE LEYES DECLARADAS


INCONSTITUCIONALES POR JURISPRUDENCIA DE LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN.
Por la importancia que reviste dentro del sistema jurídico mexicano el control de la
constitucionalidad de la leyes encomendado a esta Suprema Corte de Justicia de la Nación, la
función sustancial que realice debe estar dirigida a hacer eficaz la declaratoria de
inconstitucionalidad de las normas contrarias a la Constitución Federal de la República; para ese fin,
el trámite y la resolución del amparo directo contra la aplicación de leyes declaradas
inconstitucionales por jurisprudencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación deben despojarse
de tecnicismos y cuestiones de cualquier índole que impidan sea un eficaz medio de control de la
constitucionalidad, de modo tal que la función judicial habrá de estar orientada a superar aquellos
factores o situaciones que incidan en la consecución de ese propósito, porque anular su eficacia iría
en detrimento del principio de supremacía constitucional, de ahí que ninguna cuestión pueda
prevalecer sobre la jurisprudencia y menos aún justificar su inobservancia."

La Segunda Sala estableció al fallar la contradicción de tesis 27/2004-SS, en sesión de veintitrés de


junio de dos mil cuatro, por unanimidad de cinco votos, los siguientes criterios:
a) Si bien las autoridades administrativas no están obligadas a aplicar la jurisprudencia
sobreinconstitucionalidad de leyes al emitir sus actos, sí deben cumplir las sentencias en las que,
con base en esa jurisprudencia, el Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa declare la
nulidad de dichos actos, ya que al dictar la resolución de cumplimiento no están acatando
propiamente la jurisprudencia, ni se les está obligando a someterse a ella, sino a la sentencia del
mencionado tribunal en que se aplicó. Tal criterio se contiene en la jurisprudencia 2a./J. 89/2004,
publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XX, julio de
2004, página 281, que establece:

"JURISPRUDENCIA SOBRE INCONSTITUCIONALIDAD DE LEYES. AUNQUE LAS AUTORIDADES


ADMINISTRATIVAS NO ESTÁN OBLIGADAS A APLICARLA AL EMITIR SUS ACTOS, SÍ DEBEN CUMPLIR
LAS SENTENCIAS EN LAS QUE, CON BASE EN AQUÉLLA, EL TRIBUNAL FEDERAL DE JUSTICIA FISCAL Y
ADMINISTRATIVA DECLARE SU NULIDAD. El Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa al
estar obligado, en términos del artículo 192 de la Ley de Amparo, a aplicar la jurisprudencia, aun la
que declara la inconstitucionalidad de una ley, debe, con base en aquélla, decretar la nulidad de las
resoluciones administrativas que se hayan fundado en una ley declarada inconstitucional, por
constituir un vicio de legalidad contrario al artículo 16 de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos. En ese caso, las autoridades administrativas deberán cumplimentar la sentencia
dictada por el tribunal conforme a los lineamientos ahí establecidos, pues si bien es cierto que dichas
autoridades al emitir sus actos, no están obligadas a acatar la jurisprudencia que haya declarado la
inconstitucionalidad de una ley, por no preverlo así los artículos 192 y 193 de la Ley de Amparo,
también lo es que al dictar la resolución de cumplimiento no están acatando propiamente la
jurisprudencia, ni se les está obligando a someterse a ella, sino a la sentencia del mencionado
tribunal en que se aplicó."

b) El Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa no debe aplicar la jurisprudencia sobre


inconstitucionalidad de leyes cuando el juicio de nulidad es improcedente, ya que su obligatoriedad,
en términos de lo previsto por el artículo 192 de la Ley de Amparo, no es irrestricta, sino que está
condicionada a que el juicio de nulidad sea procedente, lo que no ocurre cuando los actos
impugnados fueron consentidos por el actor, sin que lo anterior impida la aplicación de la
jurisprudencia en juicios ulteriores que sean procedentes, pues al igual que en el juicio de amparo
directo, la sentencia dictada en los juicios de nulidad produce efectos sólo contra la resolución
impugnada, pero no contra la ley que sirve de fundamento. Este criterio se contiene en la
jurisprudencia 2a./J. 90/2004, publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta,
Novena Época, Tomo XX, julio de 2004, página 282, que establece:

"JURISPRUDENCIA SOBRE INCONSTITUCIONALIDAD DE LEYES. EL TRIBUNAL FEDERAL DE JUSTICIA


FISCAL Y ADMINISTRATIVA NO DEBE APLICARLA SI EL JUICIO DE NULIDAD ES IMPROCEDENTE. La
aplicación que debe realizar el Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa de la
jurisprudencia que declara la inconstitucionalidad de una ley, en términos del artículo 192 de la Ley
de Amparo no es irrestricta, sino que está condicionada a que el juicio de nulidad sea procedente,
lo que no sucede cuando los actos fueron consentidos por el actor; lo anterior, no impedirá la
aplicación de la citada jurisprudencia en juicios ulteriores que sean procedentes, pues al igual que
en el juicio de amparo directo, la sentencia dictada en los juicios de nulidad produce efectos
únicamente contra la resolución impugnada, mas no contra la ley que sirve de fundamento."

Las consideraciones que dieron lugar a la tesis jurisprudencial transcrita anteriormente son las
siguientes:

"En relación con el segundo tema, esto es, si para la aplicación que conforme al artículo 192 de la
Ley de Amparo debe realizar el Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa de la
jurisprudencia que declara la inconstitucionalidad de una ley, existe alguna condicionante o
restricción, conviene hacer las siguientes precisiones: En las ejecutorias transcritas se destacó que
los obligados directos a acatar la jurisprudencia, son los órganos del Poder Judicial de la Federación,
aun en el supuesto de que el quejoso no la haya invocado, toda vez que el artículo 107 de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos establece la suplencia de la deficiencia de la
queja cuando el acto reclamado en un juicio de amparo se funde en leyes declaradas
inconstitucionales por jurisprudencia de la Suprema Corte de Justicia, disposición que tiene como
finalidad el hacer prevalecer la Constitución como Ley Suprema, cuya violación se encuentra
implícita en cualquier acto de autoridad fundado en una ley declarada inconstitucional. Que el
principio de suplencia de la queja en leyes declaradas inconstitucionales por jurisprudencia, lo
retoma el artículo 76 Bis, fracción I, de la Ley de Amparo, y procede en el amparo directo aun en la
hipótesis de que hubiera operado el consentimiento tácito del primer acto de aplicación por no
haber sido impugnado, pues no debe impedirse que ulteriores actos sean declarados insubsistentes,
si la ley en que se fundan ya fue declarada inconstitucional en jurisprudencia, toda vez que la
sentencia dictada en los amparos directos produce efectos únicamente contra la resolución
reclamada, mas no contra la ley en que se funde. De ahí que la declaración de inconstitucionalidad
de la ley impida desestimar los conceptos de violación hechos valer en esa vía, aun cuando se trate
de ulteriores actos de aplicación. Asimismo, es criterio establecido por esta Segunda Sala, que los
tribunales que no conforman el Poder Judicial de la Federación carecen de facultades
competenciales para analizar la procedencia de la impugnación de la ley, debiendo limitar su
actuación a determinar si en el caso concreto sometido a su conocimiento, resulta o no aplicable la
jurisprudencia de este Alto Tribunal al acto reclamado. Por lo que se refiere al principio de
relatividad de las sentencias, se ha determinado que dicho principio no se opone en forma alguna a
que un tribunal de legalidad, como el Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa, en
aplicación de la jurisprudencia que declare la inconstitucionalidad de una ley, determine la nulidad
del acto que en ella se funde. Por tanto, ese principio no puede justificar el excluir o exceptuar a los
tribunales que no conforman el Poder Judicial Federal de la obligatoriedad contemplada en el
artículo 192 de la Ley de Amparo para que apliquen la jurisprudencia de la Suprema Corte de Justicia
de la Nación sobre inconstitucionalidad de leyes pues, dichos tribunales, al igual que los del Poder
Judicial de la Federación, aplicarían la jurisprudencia en los casos concretos que se sometan a su
jurisdicción cuando ello resulte procedente. Y que la aplicación de la jurisprudencia de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación donde se determine la inconstitucionalidad de una norma legal,
implique la inobservancia de ésta en los casos concretos en que proceda, no significa contravención
alguna al principio de relatividad de las sentencias de amparo, pues la aplicación de la jurisprudencia
que llevará a la inobservancia del precepto legal será realizada por los tribunales a los que el propio
texto constitucional les impone el deber de aplicarla y sólo en esos casos concretos sometidos a su
jurisdicción. Respecto de la forma de aplicar la jurisprudencia quedó establecido que la sola cita de
los criterios jurisprudenciales es insuficiente para fundar las resoluciones que dicten los tribunales
con motivo de su función pública jurisdiccional pues, no obstante que, la jurisprudencia puede
considerarse norma positiva de acatamiento estricto, la obligación constitucional de fundar y
motivar sus resoluciones, conlleva la de que los órganos jurisdiccionales asienten las
consideraciones lógicas que demuestren, cuando menos, la aplicabilidad de la tesis jurisprudencial
al caso concreto, con el propósito de que la norma general, es decir, la jurisprudencia, pueda regir
la litis planteada, generando la norma individual que resuelva el conflicto, independientemente de
que, si es necesario, el juzgador complemente la aplicación del criterio jurisprudencial donde se
apoye, con los razonamientos adicionales que aseguren el cumplimiento de esa garantía
constitucional. De ahí que antes de aplicar una jurisprudencia sobre la inconstitucionalidad de una
ley, el tribunal obligado en su aplicación debe determinar si procesalmente ello puede hacerse; si
es procedente hacerlo la aplicará, si no procede, se abstendrá de hacerlo; pero esta última
determinación no significa que la jurisprudencia no le sea obligatoria, sino solamente que por las
características del caso, no procedía aplicarla. Ahora bien, en los juicios de amparo tramitados ante
los órganos del Poder Judicial de la Federación, la aplicación de una jurisprudencia que declara la
inconstitucionalidad de una ley está sujeta, entre otros supuestos, a la procedencia del juicio, pues
obviamente, a pesar de que esa jurisprudencia exista, no podría concederse el amparo y protección
de la Justicia Federal si el juzgador se encuentra imposibilitado procesalmente para analizar la
constitucionalidad del acto de autoridad reclamado. Lo mismo sucede tratándose de los juicios
sometidos a la jurisdicción de los tribunales comunes, entre ellos, el juicio de nulidad ante el Tribunal
Federal de Justicia Fiscal y Administrativa; para que ese órgano esté en aptitud de analizar la
legalidad del acto impugnado y pueda aplicar la jurisprudencia que le resulta obligatoria, es requisito
sine qua non, que el juicio de nulidad sea procedente, es decir, que no se actualice ninguno de los
supuestos de improcedencia previstos en el artículo 202 del Código Fiscal de la Federación, donde
se establece: ‘Artículo 202. Es improcedente el juicio ante el Tribunal Federal de Justicia Fiscal y
Administrativa en los casos, por las causales y contra los actos siguientes: I. Que no afecten los
intereses jurídicos del demandante. II. Cuya impugnación no corresponda conocer a dicho tribunal.
III. Que hayan sido materia de sentencia pronunciada por el Tribunal Federal de Justicia Fiscal y
Administrativa, siempre que hubiera identidad de partes y se trate del mismo acto impugnado,
aunque las violaciones alegadas sean diversas. IV. Respecto de las cuales hubiere consentimiento,
entendiéndose que hay consentimiento únicamente cuando no se promovió algún medio de
defensa en los términos de las leyes respectivamente o juicio ante el Tribunal Federal de Justicia
Fiscal y Administrativa en los plazos que señala este código. V. Que sean materia de un recurso o
juicio que se encuentre pendiente de resolución ante una autoridad administrativa o ante el propio
tribunal. VI. Que puedan impugnarse por medio de algún recurso o medio de defensa, con excepción
de aquéllos cuya interposición sea optativa. VII. Conexos a otro que haya sido impugnado por medio
de algún recurso o medio de defensa diferente. Para los efectos de esta fracción, se entiende que
hay conexidad siempre que concurran las causas de acumulación previstas en el artículo 219 de este
código. VIII. Que hayan sido impugnados en un procedimiento judicial. IX. Contra ordenamientos
que den normas o instrucciones de carácter general y abstracto, sin haber sido aplicados
concretamente al promovente. X. Cuando no se hagan valer conceptos de impugnación. XI. Cuando
de las constancias de autos apareciere claramente que no existe el acto reclamado. XII. Que puedan
impugnarse en los términos del artículo 97 de la Ley de Comercio Exterior, cuando no haya
transcurrido el plazo para el ejercicio de la opción o cuando la opción ya haya sido ejercida. XIII.
Dictados por la autoridad administrativa para dar cumplimiento a la decisión que emane de los
mecanismos alternativos de solución de controversias a que se refiere el artículo 97 de la Ley de
Comercio Exterior. XIV. En los demás casos en que la improcedencia resulte de alguna disposición
de este código o de las leyes fiscales especiales. XV. Que hayan sido dictados por la autoridad
administrativa en un procedimiento de resolución de controversias previsto en un tratado para
evitar la doble tributación, si dicho procedimiento se inició con posterioridad a la resolución que
recaiga a un recurso de revocación o después de la conclusión de un juicio ante el Tribunal Federal
de Justicia Fiscal y Administrativa. XVI. Que sean resoluciones dictadas por autoridades extranjeras
que determinen impuestos y sus accesorios cuyo cobro y recaudación hayan sido solicitados a las
autoridades fiscales mexicanas, de conformidad con lo dispuesto en los tratados internacionales
sobre asistencia mutua en el cobro de los que México sea parte. La procedencia del juicio será
examinada aun de oficio.’. Especial relevancia adquiere para resolver el segundo tema de la
presente contradicción, la causa de improcedencia prevista en la fracción IV, referente a los actos
consentidos, respecto de los cuales se establece que hay consentimiento únicamente cuando no se
promovió algún medio de defensa en los términos de las leyes, respectivamente, o juicio ante el
Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa en los plazos que señala ese código. A esa clase
de actos, resultan aplicables, entre otras, las tesis que se transcriben a continuación: ‘ACTOS
DERIVADOS DE OTROS CONSENTIDOS. JUICIO DE NULIDAD FISCAL. Ha sido esta Suprema Corte de
Justicia, en su función interpretativa, quien ha sustentado la tesis de jurisprudencia relativa a que el
amparo es improcedente contra actos derivados de otros consentidos; y la razón de esa tesis, que
consiste en que de emitirse juicio sobre la ilegalidad de un acto que deriva de otro consentido y que
no se impugna por vicios propios, se afectaría el acto antecedente, del cual aquél es consecuencia
legal necesaria, lo que no es aceptable dada la firmeza inherente al acto consentido, es sin duda
aplicable a los juicios de nulidad ante el Tribunal Fiscal de la Federación.’ (Sexta Época. Instancia:
Segunda Sala. Fuente: Semanario Judicial de la Federación. Volumen CXVI, Tercera Parte, página 11)
‘AUTORIDADES JUDICIALES, ACTUACIÓN DE LAS. La actuación de las autoridades penales no puede
ser examinada ni en juicio fiscal de nulidad ni en la demanda de garantías, por tratarse de actos
consentidos.’ (Sexta Época. Instancia: Segunda Sala. Fuente: Semanario Judicial de la Federación.
Volumen XIX, Tercera Parte, página 20). ‘FIANZAS PENALES. SOBRESEIMIENTO DEL JUICIO DE
NULIDAD CONTRA EL REQUERIMIENTO DE PRESENTACIÓN DEL FIADO. Debe sobreseerse en los
juicios de nulidad cuando se está en presencia de actos derivados de otros consentidos, como en el
caso en que la afianzadora quejosa, pudiendo promover los recursos procedentes en contra del
requerimiento de presentación de su fiado y del acuerdo que ordena se haga efectiva la fianza, en
los términos en que lo establece el artículo 101 de la Ley Federal de Instituciones de Fianzas, no lo
hace.’ (Sexta Época. Instancia: Segunda Sala. Fuente: Semanario Judicial de la Federación. Volumen
X, Tercera Parte, página 20). Conforme a esa secuencia de análisis, es de concluirse que la aplicación
a realizar por el Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa, de la jurisprudencia que declara
la inconstitucionalidad de una ley, en términos del artículo 192 de la Ley de Amparo, no es irrestricta,
sino que está condicionada a que ello resulte procedente, pues antes de efectuar esa aplicación, el
órgano jurisdiccional debe justificar que procesalmente es factible hacerlo; circunstancia que no
sucede tratándose de actos en contra los cuales el juicio de nulidad resulta improcedente, como los
consentidos por el actor; sin que ello demerite la obligación que tiene el tribunal de aplicar la
jurisprudencia, sino solamente implica que ante la improcedencia del juicio, esa aplicación no
procede. Ahora bien, el hecho de que en un juicio de nulidad no proceda la aplicación de la
jurisprudencia que declare la inconstitucionalidad de una ley porque los actos impugnados en ese
procedimiento se consideren consentidos, tal circunstancia no impide que el actor impugne actos
ulteriores; y que, de ser procedente, éstos se declaren nulos aplicando la misma jurisprudencia,
pues al igual que sucede en el amparo directo, la sentencia dictada en los juicios de nulidad produce
efectos únicamente contra la resolución impugnada, mas no contra la ley en que se funde dicha
resolución. De ahí que la inaplicación de la jurisprudencia que declara la inconstitucionalidad de una
norma legal respecto de los actos consentidos, no impide que pueda hacerse en ulteriores actos,
respecto de los cuales el juicio de nulidad sea procedente."

Por último, al fallar la contradicción de tesis 52/2004, entre las sustentadas por la Primera y Segunda
Salas de esta Suprema Corte de Justicia de la Nación, en sesión de veinticinco de octubre de dos mil
cinco, este Tribunal Pleno estableció los siguientes criterios:

a) La suplencia de la queja que autoriza el artículo 76 Bis, fracción I, de la Ley de Amparo opera de
manera absoluta, esto es, incluso ante la ausencia de conceptos de violación o agravios, tanto en el
amparo directo como en el amparo indirecto.

b) La suplencia de la queja cuando el acto reclamado se funda en una disposición legal declarada
inconstitucional por la jurisprudencia de la Suprema Corte opera aun cuando no se reclame la ley
en el amparo indirecto, o bien, no se haga valer su inconstitucionalidad en un concepto de violación
en el amparo directo.

c) Procede suplir la deficiencia de la queja cuando el acto reclamado se funda en una disposición
legal declarada inconstitucional por la jurisprudencia de la Suprema Corte, aun cuando se trata de
un segundo o ulterior acto de aplicación de esa disposición.

Como puede advertirse, los diferentes criterios que ha establecido esta Suprema Corte de Justicia
de la Nación por lo que toca a la aplicabilidad de la jurisprudencia sobre inconstitucionalidad de
leyes por parte de las autoridades administrativas, del Tribunal Federal de Justicia Fiscal y
Administrativa y de los órganos del Poder Judicial de la Federación en los juicios de amparo directo,
pueden resumirse de la siguiente manera:
Respecto de las autoridades administrativas:

a) No están obligadas a aplicar la jurisprudencia que sobre inconstitucionalidad de leyes establezca


la Suprema Corte, al cumplir con la garantía de fundar y motivar sus actos, ya que los artículos 192
y 193 de la Ley de Amparo disponen con precisión que la jurisprudencia sólo obliga a los órganos
jurisdiccionales.

b) Sin embargo, las autoridades administrativas sí deben cumplir las sentencias en las que, con base
en dicha jurisprudencia, el Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa declare la nulidad de
los actos o resoluciones impugnados en el juicio de nulidad, ya que al dictar la resolución de
cumplimiento no están acatando propiamente la jurisprudencia, ni se les está obligando a
someterse a ella, sino a la sentencia del mencionado tribunal en que se aplicó.

Respecto del Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa:

a) Está obligado a aplicar la jurisprudencia que sobre inconstitucionalidad de leyes establezca la


Suprema Corte, siempre que sea procedente, en términos de lo dispuesto por los artículos 94,
párrafo octavo, constitucional y 192 de la Ley de Amparo, ya que este último artículo no hace ningún
distingo sobre la obligatoriedad de la jurisprudencia atendiendo a la materia sobre la que versa.

b) Los tribunales que no conforman el Poder Judicial de la Federación, como lo es el Tribunal Federal
de Justicia Fiscal y Administrativa, carecen de facultades competencialespara analizar la procedencia
de la impugnación de la ley, así como para juzgar sobre su constitucionalidad; sin embargo, al aplicar
la jurisprudencia sobre inconstitucionalidad de leyes su actuación se limita a realizar un estudio de
legalidad relativo a si el acto o resolución impugnados respetan el artículo 16 de la Ley Suprema,
concluyendo en sentido negativo al apreciar que se funda en un precepto declarado
jurisprudencialmente inconstitucional, sin que al realizar este estudio se vulnere el principio de
relatividad de las sentencias de amparo, pues éste señala que en las mismas no se podrá hacer una
declaración general sobre la inconstitucionalidad de la ley o acto reclamado y que sólo protegerán
al individuo que solicitó la protección constitucional, mientras que el referido tribunal
administrativo, al aplicar la jurisprudencia, no invalida la ley ni declara su inaplicabilidad absoluta.

c) La aplicación que debe realizar el Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa de la


jurisprudencia que declara la inconstitucionalidad de una ley no es irrestricta, sino que está
condicionada a que el juicio de nulidad sea procedente, lo que no ocurre cuando los actos
impugnados fueron consentidos por el actor, lo que no impide la aplicación de la jurisprudencia en
ulteriores juicios de nulidad que sean procedentes, pues al igual que en el juicio de amparo directo,
la sentencia dictada en los juicios de nulidad produce efectos sólo contra la resolución impugnada,
mas no contra la ley que le sirve de fundamento.

Respecto de los órganos del Poder Judicial de la Federación al conocer de los juicios de amparo
directo:

a) La suplencia de la queja deficiente cuando el acto reclamado se funda en ley declarada


inconstitucional por la jurisprudencia de la Suprema Corte, que contempla el artículo 76 Bis, fracción
I, de la Ley de Amparo, se instituyó para lograr un eficaz control de la constitucionalidad de las leyes
a fin de hacer prevalecer la Constitución como Ley Suprema, lo que hace imprescindible superar los
factores y cuestiones técnicas o de índole procesal que sean incompatibles con los propósitos
apuntados, lo que supone que los juzgadores de amparo suplan la queja deficiente en forma
absoluta para hacer efectiva la declaratoria de inconstitucionalidad.

b) La suplencia de la queja deficiente cuando el acto reclamado se funda en ley declarada


inconstitucional por la jurisprudencia de la Suprema Corte opera aun cuando no se haga valer
concepto de violación en contra de la ley y sin que obste que se reclame el primero o ulteriores
actos de aplicación, ya que resulta procedente aun cuando haya operado el consentimiento tácito
de la ley por falta de impugnación del primer acto de aplicación, pues ello no debe impedir que
ulteriores actos sean declarados insubsistentes al fundarse en ley declarada inconstitucional.

c) La jurisprudencia sobre inconstitucionalidad de leyes tiene aplicación a casos diversos a los que
motivaron su emisión, sin que ello implique darle efectos generales a la declaración de
inconstitucionalidad de la ley, dado que sólo producirá su inaplicación a los casos concretos que se
controviertan.

d) En el amparo directo en que se plantea la inconstitucionalidad de una ley, debe suplirse la queja
deficiente aun cuando se trate de ulteriores actos de aplicación, si la ley en que se fundan fue
declarada inconstitucional por jurisprudencia de la Suprema Corte, ya que la impugnación de una
norma legal en el amparo uniinstancial no excluye la posibilidad de que el mismo quejoso al que se
le haya otorgado la protección constitucional contra el primer acto de aplicación de la ley declarada
inconstitucional, esté en posibilidad de impugnarla nuevamente en amparo directo, al aplicársele
en un segundo o ulterior acto de aplicación, ya que la sentencia que se emite en este tipo de juicios
produce efectos directos en relación únicamente con la resolución reclamada, mas no con respecto
a la ley impugnada, observándose así el principio de relatividad de las sentencias de amparo, pues
la declaración de inconstitucionalidad no da lugar a la anulación de la ley con efectos erga omnes.
Ahora bien, atendiendo a los diferentes criterios que ha establecido este Alto Tribunal en torno a la
aplicabilidad de la jurisprudencia sobre inconstitucionalidad de leyes, a los que se ha hecho alusión,
se determina, respecto a la materia de la presente contradicción de tesis, que el criterio que debe
prevalecer con carácter jurisprudencial es en el sentido de que el Tribunal Federal de Justicia Fiscal
y Administrativa, al cumplir con la obligación que le imponen los artículos 94, párrafo octavo,
constitucional y 192 de la Ley de Amparo, consistente en aplicar la jurisprudencia sobre
inconstitucionalidad de leyes que establezca la Suprema Corte de Justicia de la Nación al juzgar
sobre la legalidad o ilegalidad del acto o resolución impugnados en el juicio de nulidad, no está
facultado para analizar si la disposición legal que funda ese acto o resolución y que se ha declarado
jurisprudencialmente inconstitucional, fue consentida tácitamente por el actor al no haberse
promovido el juicio de amparo en contra del primer acto de su aplicación, esto es, no debe verificar
si la resolución impugnada constituye el primero o un ulterior acto de aplicación de dicha
disposición, ya que, por un lado, dicho tribunal carece de competencia no sólo para juzgar sobre la
constitucionalidad de la ley sino también para analizar la procedencia de su impugnación y, por otro
lado, porque la aplicación de la jurisprudencia de que se trata opera sin que obste que el acto o
resolución impugnados en el juicio de nulidad constituyan el primero o un ulterior acto de aplicación
de la norma inconstitucional, pues en este tipo de juicios, al igual que en el juicio de amparo directo,
la sentencia que se dicta produce efectos únicamente contra el acto o resolución impugnados, mas
no contra la ley que les sirve de fundamento.

Conforme a lo razonado, este Tribunal Pleno determina, con fundamento en lo dispuesto en los
artículos 192, último párrafo, 195 y 197-A de la Ley de Amparo, que el criterio que debe prevalecer
con carácter jurisprudencial queda redactado con los siguientes rubro y texto:

JURISPRUDENCIA SOBRE INCONSTITUCIONALIDAD DE LEYES. EL TRIBUNAL FEDERAL DE JUSTICIA


FISCAL Y ADMINISTRATIVA DEBE APLICARLA CUANDO SEA PROCEDENTE, SIN ANALIZAR SI EL ACTO
O RESOLUCIÓN IMPUGNADOS CONSTITUYEN EL PRIMERO O ULTERIOR ACTO DE APLICACIÓN DEL
PRECEPTO LEGAL QUE LO FUNDA.-El Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa, al cumplir
con la obligación que le imponen los artículos 94, párrafo octavo, de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos y 192 de la Ley de Amparo, consistente en aplicar la jurisprudencia sobre
inconstitucionalidad de leyes que establezca la Suprema Corte de Justicia de la Nación al juzgar
sobre la legalidad o ilegalidad del acto o resolución impugnados en el juicio de nulidad, no está
facultado para analizar si la disposición legal que los funda y que se ha declarado
jurisprudencialmente inconstitucional, fue consentida tácitamente por el actor al no haber
promovido el juicio de amparo en contra del primer acto de su aplicación, esto es, no debe verificar
si la resolución impugnada constituye el primero o ulterior acto de aplicación de dicha disposición,
ya que, por un lado, el referido tribunal carece de competencia no sólo para juzgar sobre la
constitucionalidad de la ley sino también para analizar la procedencia de su impugnación y, por otro,
la aplicación de la jurisprudencia respectiva opera sin que obste que el acto o resolución
impugnados en el juicio de nulidad constituyan el primero o ulterior acto de aplicación de la norma
declarada inconstitucional, pues en ese tipo de juicios, al igual que en el amparo directo, la sentencia
dictada produce efectos únicamente contra el acto o resolución impugnados, mas no contra la ley
que le sirve de fundamento.

Por lo expuesto y fundado, se resuelve:

PRIMERO.-Sí existe la contradicción de tesis a que este expediente se refiere.

SEGUNDO.-Se declara que debe prevalecer, con carácter jurisprudencial, el criterio establecido en
la presente resolución, conforme a la tesis que ha quedado redactada en la parte final del último
considerando de dicha resolución.

Notifíquese; remítanse testimonio de esta resolución a los Tribunales Colegiados contendientes y la


tesis jurisprudencial que se establece a la Dirección General de la Coordinación de Compilación y
Sistematización de Tesis, así como de la parte considerativa correspondiente para su publicación en
el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, y hágase del conocimiento de las Salas de esta
Suprema Corte de Justicia de la Nación, de los Tribunales Colegiados de Circuito y de los Juzgados
de Distrito la tesis jurisprudencial que se sustenta en esta ejecutoria, en acatamiento a lo dispuesto
en el artículo 195 de la Ley de Amparo; y, en su oportunidad, archívese el expediente.

Así lo resolvió el Tribunal Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, por unanimidad de
ocho votos de los señores Ministros Aguirre Anguiano, Luna Ramos, Díaz Romero, Ortiz Mayagoitia,
Valls Hernández, Sánchez Cordero de García Villegas, Silva Meza y presidente Azuela Güitrón; No
asistieron por estar cumpliendo con comisión de carácter oficial los señores Ministros Cossío Díaz,
Góngora Pimentel y Gudiño Pelayo. Fue ponente el primero de los Ministros antes mencionados.

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