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SALINIDAD EN PROYECTOS DE RIEGO DE LA COSTA DEL PERÚ

Ing. Fredesbindo Vásquez


Ing. Ricardo Turkowsky

I. RESUMEN

El presente trabajo, constituye una aplicación de las técnicas de “Simulación de la napa freática mediante
modelo matemático”, para predecir fenómenos de ascenso del nivel freático y consecuente degradación de
los suelos y de la calidad del agua subterránea, en nuevos proyectos de riego.

En el período 1988-1994 se simuló el impacto que experimentarían las napas freáticas de los valles de Chao
(6 802 ha), Virú (12,645 ha) y Moche (20 081 ha), localizadas en la costa norte del Perú, y que, en los años
sucesivos serían incorporadas al riego con aguas superficiales, como resultado de un gran transvase de agua
denominado Proyecto Chavimochic (Chao, Virú, Moche y Chicama).

En el presente año, después de 6, 4 y 2 años de haber llegado las aguas de transvase a los
valles referidos, es posible hacer comparaciones entre lo que se logró predecir a través de
la simulación y la situación actual de la napa freática.
La simulación fue realizada a través de la aplicación del método de Diferencias Finitas a la solución de la
ecuación hidrodinámica de flujo en medio poroso.

II. INTRODUCCIÓN

- El área de estudio corresponde a los valles de Chao, Virú y Moche; los mismos que integran parte del
Proyecto Especial Chavimochic, ubicado entre los kilómetros 400 y 450 de la costa norte del Perú (Fig. 1
del Anexo).

- El proyecto en mención viene construyéndose desde el año 1988, y tiene como meta la incorporación al
riego de 124 000 ha; de las cuales 72 000 ha corresponden a las áreas de los valles (áreas de
mejoramiento) y 52 000 ha a las áreas nuevas (1).

- Hasta antes de la llegada de las aguas superficiales (1992-1995), los valles que constituyen las áreas de
mejoramiento se regaban con recursos propios de sus correspondientes cuencas, es decir se practicaba el
uso conjunto de las aguas superficiales y aguas subterráneas; como consecuencia las condiciones de
drenaje eran excelentes.

- Sin embargo siempre existió la esperanza de que con la llegada de las aguas transvasadas desde el río
Santa, no se tendría que utilizar las aguas subterráneas, lo cual implicaba para los agricultores un
elevado costo en operación y mantenimiento. Por otra parte, para los técnicos del Programa Nacional de
Drenaje de Tierras (PRONADRET), existía la preocupación de que, al dejar de explotar las aguas
subterráneas, podrían presentarse problemas de drenaje de manera extensiva; por lo que se encargó a un
equipo técnico multidisciplinario el desarrollo de un estudio para predecir cuál sería la evolución que
experimentaría la napa freática frente a las nuevas condiciones hidrológicas que implicaba la llegada de
las aguas superficiales a los valles mencionados.

- La Organización de las Naciones Unidas para la agricultura (FAO), apoyó la realización de este estudio,
habiéndose preparado un documento técnico-guía denominado “Simulación Numérica de la Napa
Freática del Valle Virú con fines de Drenaje” (GCP/RLA/084/JPN-Documento de Campo), el que fue
presentado en el taller: “Preparación de las Guías y Manuales Técnicos sobre Prevención y Combate de
la Degradación de Tierras en el Desarrollo de la Agricultura con Riego y Drenaje en América Latina”,
realizado en Santiago de Chile en septiembre de 1990.

III. SÍNTESIS METODOLÓGICA

Para simular una napa freática mediante modelo matemático, es necesario alcanzar un
amplio conocimiento de las características físicas y de operación del medio natural donde
se desarrolla dicha napa. Frecuentemente, como ocurre en la costa del Perú, ese medio
natural viene a ser un valle agrícola bien definido en sus límites, lo cual en tercera
dimensión viene a constituir un gran reservorio acuífero. A pocos metros de dicha
superficie se encuentra el nivel freático o nivel de las aguas subterráneas, donde se inicia la
napa freática, la cual es responsable directa de los problemas de drenaje y salinización de
los suelos y aguas subterráneas.

La dinámica de una napa freática depende directamente de la situación de su balance hídrico; de tal manera
que si predomina la recarga o ingreso de agua al reservorio acuífero, entonces el nivel freático se elevará
hasta ponerse directamente en contacto con la atmósfera y se iniciará la evaporación y consecuentemente la
salinización de los suelos y del agua subterránea. De la misma manera, si predomina la descarga o egreso de
agua del reservorio acuífero, la napa freática descenderá y cesará el fenómeno de evaporación. Esta dinámica
de la napa es entonces consecuencia de la dinámica del balance hídrico; lo cual en mecánica de fluidos se
representa por la ecuación hidrodinámica del medio poroso o ecuación de la Difusividad; esta ecuación se
presenta bajo sus dos formas:

a) En régimen permanente, es decir cuando la recarga es igual a la descarga en el reservorio acuífero, en


esta situación no hay cambio definido en el nivel freático. La ecuación es la siguiente (1):
/X(T. H/x)+ /Y(T. H/Y) + Q = 0 (1)
Donde:
H= Altitud del nivel piezométrico de la napa freática (msnm), variable con respecto a
X e Y.
T= Transmisividad (m2/s), variable con respecto a X e Y; y
Q= Caudal repartido sobre la superficie (m3/s/m2) función de X e Y (que es positivo en el caso de
recarga y negativa en el caso de descarga).

b) En Régimen transitorio, es decir cuando predomina la recarga o la descarga en el reservorio acuífero


y por lo tanto hay un cambio en el nivel freático con respecto al tiempo; la ecuación que representa este
estado es la siguiente (2):
/X(T.H/x)+/Y(T.H/Y)+Q=S.H/t (2)

Donde:
S= Coeficiente de almacenamiento; y
T= Tiempo

La solución de las ecuaciones 1 y 2 se efectúa mediante el método de Diferencias finitas (3), el cual exige la
discretización del dominio físico mediante mallaje (celdas) y el establecimiento de las condiciones iniciales y
las condiciones en los límites del referido dominio.

De esta manera, mediante la aplicación de la ecuación de la difusividad a cada celda del


acuífero, se logra calcular las piezometrías; si estas piezometrías calculadas se acercan a
las piezometrías observadas, entonces se puede decir que la aplicación de la ecuación de
difusividad comienza a producir datos reales, pudiéndose entonces considerar que el
modelo matemático está calibrado y en consecuencia, se puede iniciar la formulación de
hipótesis de manejo de aguas.

IV. APLICACIÓN A UN CASO CONCRETO

- En el año 1988 se tuvo la oportunidad de aplicar la técnica de simulación de la napa freática a un caso
concreto, se quería predecir cual sería el impacto de la irrigación sobre el nivel freático en los valles de
Chao, Virú y Moche, los cuales se encontraban con niveles freáticos más o menos profundos debido a
una significativa explotación de aguas subterráneas.

- Lo primero que se efectuó fue el establecimiento del modelo conceptual; para ello se esquematizó el
reservorio acuífero en sus cuatro formas: hidroclimático, geológico, hidráulico e hidrógeno-químico.
El desarrollo de cada uno de estos esquemas fue acucioso; de tal manera que al cabo de un año de
investigaciones ya se tenía una idea casi completa del funcionamiento de los reservorios acuíferos,
asimismo con la información obtenida y utilización de Software apropiado se implementó la cartografía
automática, con lo cual se preparó las cartas de contorno del nivel freático, isoprofundidad, isopocas e
isóbatas del reservorio acuífero, cartas geológicas, geomorfológicas, ecodinámicas, hidrogeoquímicas,
hidrológicas, hidrodinámicas, de explotación y alimentación del reservorio acuífero, etc.

- Con la información señalada se determinó las condiciones iniciales de los mencionados reservorios,
condición indispensable para establecer las comparaciones necesarias; muestra de ello son las cartas de
profundidad del nivel freático, donde se observa, por ejemplo, que el 97,1% de la superficie del valle de
Chao, en el año 1988, tenía el nivel freático a una profundidad superior a los 3,50 m (fig. 2); el valle de
Virú, en el año 1990, tenía un nivel freático a una profundidad superior a los 3,50 m en el 92,3% de su
superficie (fig. 3); de la misma manera el valle de Moche, en el año 1994, tenía un nivel freático
localizado a más de 3,50 mt. de profundidad, en el 83,8% de su superficie (Fig. 4), es decir los tres
valles tenían excelentes condiciones de drenaje.

- El modelo propiamente dicho se inició con la discretización mediante mallaje de los correspondientes
reservorios acuíferos; en este caso se ha utilizado el sistema francés de celdas variables (25), con el cual
fue posible una mayor aproximación a la morfología de los valles (superficie externa de los reservorios
acuíferos). En la figura 5 se presenta como ejemplo la discretización mediante mallaje de los tres
reservorios acuíferos (Chao, Virú y Moche). Luego se procedió a la asignación de los parámetros a cada
celda, estos parámetros se obtuvieron a partir de la cartografía preparada inicialmente; por ejemplo,
distribución de transmisividades y coeficientes de almacenamiento en cada celda, espesores del
reservorio acuífero, condiciones en los límites (mallas impermeables), distribución de cargas o
potenciales iniciales, distribución de potenciales impuestos o cargas constantes, coeficientes de drenaje
y el correspondiente balance hídrico en cada celda. Este balance se refiere al caudal neto de entrada
(alimentación) o salida (explotación) en cada celda.

- Una vez que toda esta información estuvo adecuadamente disponible y acondicionada de acuerdo con
las exigencias del programa de simulación (modelo), se aplicó dicho programa y se obtuvo un primer
resultado de las piezometrías calculadas. No hay que sorprenderse que para obtener este resultado se
haya introducido como valores iniciales las piezometrías observadas; el programa de simulación
desarrolla un proceso interactivo, que al tomar como valor inicial las piezometrías observadas alcanzará
con mayor rapidez las piezometrías calculadas, siempre que los otros parámetros sean lo más
aproximados posibles. Puede también prescindirse de las piezometrías observadas, en este caso la
simulación demoraría mucho tiempo en los cálculos iterativos; algunas veces se procede de esta manera,
pero no se inicia de cero, sino que se colocan valores más o menos cercanos a la realidad; por ejemplo si
un acuífero se encuentra a 250 msnm, entonces se puede inicializar con una piezometría a 200 msnm, el
cálculo tardará un poco. Se procederá así cuando se trata de una simulación preliminar, cuando existen
muy pocos puntos de observación para hacer las comparaciones entre piezometría calculada y
observada.
- Los resultados de las piezometrías calculadas serán expresados en cartas para luego compararlos con las
cartas de piezometría observadas (calibración). Si existen desfases importantes, se ajustan las
transmisividades. Se supone que el balance hídrico asignado a cada malla es lo más aproximado
posible, en consecuencia se considera inamovible. Sin embargo, a juicio del modelista puede también
revisarse el balance si es que no se está seguro de una buena precisión. Se procede de esta manera
cuando se está simulando en régimen permanente y es posible la comparación a través de cartas
isopiezométricas del nivel freático; a este proceso se denomina calibración en régimen permanente,
como puede observarse en la figura 6, la misma que representa la calibración en régimen permanente
de la napa freática del valle de Moche. El resultado final de la calibración en este régimen es la
distribución de transmisividades.

- De la misma manera se procede para el caso de una simulación en régimen transitorio, en el que para
ejecutarlo, se debe buscar siempre la condición de régimen transitorio en la serie de datos observados.
En este caso se parte con las piezometrías observadas y con la carta de transmisividades obtenidas como
resultado de la calibración en régimen permanente, y con el respectivo balance se calcula mediante la
simulación las piezometrías para los intervalos de tiempo que se desee; días, meses, años; dependiendo
de las piezometrías observadas mensuales o anuales con los que se quiera comparar; la calibración se
habría alcanzado cuando las piezometrías observadas y calculadas coinciden, si no coinciden se mueven
los coeficientes de almacenamiento; el resultado final será la carta de distribución de coeficientes de
almacenamiento.
Conviene señalar que para efectuar la calibración en régimen transitorio, tiene que
existir algún período en que el acuífero está funcionando en este régimen y que estará
expresado por las piezometrías.

V. ALTERNATIVAS DE MANEJO DE AGUAS

Las alternativas de manejo de aguas a simularse pueden ser numerosas; en el caso del Proyecto
Chavimochic estaba previsto inicialmente, según estudio de factibilidad, que el sistema de riego a adoptarse,
tanto en las áreas nuevas como en los valles sería el de gravedad; asimismo los estudios no contemplaban el
uso de las aguas subterráneas en los balances de demanda disponibilidad; por lo que, esta opción también fue
considerada en la simulación; de la misma manera se consideró la incidencia que tendría la red primaria de
drenaje superficial que estaba previsto construirse. Toda esta orientación inicial del proyecto Chavimochic
fue simulada con mucha atención como Alternativa No. 1 o Hipótesis No. 1, porque se consideraba como la
más importante para la toma de decisiones.

VI. RESULTADOS

6.1 Alternativa 1

Los resultados de la simulación de esta alternativa, señaló lo siguiente:

Valle de Chao: De implementarse la alternativa 1, el 75% del valle (5 100 ha.), se encontraría afectado con una
napa freática superficial después de la llegada de las aguas a cabecera del valle (Figura 8).

Valle de Virú: Después de la llegada de las aguas, el valle se encontraría afectado con una napa freática
superficial en un 50% (6 322 ha) de su superficie (Figura 9).
Valle de Moche: El valle, incluyendo gran parte del área urbana, experimentarían un proceso de ascenso del
nivel freático; tal que tres años después de la llegada de las aguas a cabecera del valle, el 70% (14 056 ha) del
valle se encontraría bajo la influencia de una napa superficial. (Figura 10).

Aunque las simulaciones en los tres valles no se efectuaron simultáneamente, bastó el resultado de sólo el
valle Virú para que los técnicos del Proyecto Chavimochic optaran por un cambio en el sistema de riego de
las áreas nuevas; empezándose a desarrollar, como consecuencia, los estudios para la implementación del
riego a presión, específicamente el riego por goteo, lo cual reduciría significativamente las pérdidas por
infiltración en dichas áreas.

Después de la simulación de la Alternativa No. 1, se simularon otras alternativas que podrían considerarse
como alternativas de optimización, donde se consideró el uso conjunto de las aguas subterráneas y
superficiales y la implementación de una red primaria de drenaje superficial. Los resultados alcanzados
fueron satisfactorios, lográndose establecer aproximadamente que la combinación de aguas superficiales y
subterráneas, riego a presión en áreas nuevas y drenaje superficial primario, sería lo más conveniente para los
valles; de esta manera se obtuvo los siguientes resultados.

6.2 Alternativa óptima

Valle de Chao: (Alternativa No. 3), se estableció que limitándose la recarga a sólo 3 m3/s,
proveniente de subflujos tanto de las áreas nuevas y del propio valle (5 000 ha.) y por otro lado,
implementando un drenaje superficial primario de 0,592 m3/s y un drenaje vertical de 3 538 m3/s, originado
por 60 pozos tubulares de 50 l/s y 110 pozos anillados (tajo abierto), no se presentaría peligro de
empantanamiento, manteniéndose el nivel freático en sus niveles originales (Figura 11).

Valle de Virú: (Alternativa No. 5), Se estableció que dotándose al valle de 6 m3/s de agua superficial,
incluyendo 3 m3/s proveniente de la propia cuenca y manteniéndose la explotación del acuífero en 2,26 m3/s;
asimismo desarrollándose el riego a presión de alta eficiencia en las áreas nuevas e implementándose una red
de drenaje superficial primaria, no se presentaría el peligro de empantanamiento; ubicándose el nivel freático
más allá de los 3 m de profundidad en el 90 % del valle (Figura 12).

Valle de Moche: (Alternativa No. 5), se estableció que dotándose al valle con sólo 6 m3/s de agua
superficial, una explotación del acuífero de 2,4 m3/s, riego de alta eficiencia en las áreas nuevas y uso de
1,27 m3/s de aguas residuales tratadas, y una red de drenaje superficial primaria, se reduciría
significativamente el peligro de empantanamiento, aunque subsistiría el peligro en las áreas cercanas al lecho
del río. (Figura 13).

Para llegar a las alternativas consideradas como óptimas, se han efectuado entre 8 y 10
simulaciones para cada valle; sin embargo hubiese sido más rápido si se hubiese
implementado un programa de optimización, mediante la programación lineal.

VII. RESULTADO DESPUÉS DE LA LLEGADA DE LAS AGUAS DE TRANSVASE

Por diversos motivos, sólo en forma parcial se ha implementado las recomendaciones señaladas por la
simulación y en consecuencia la dinámica de la napa freática ha seguido evolucionando más cercanamente a
la simulación de la alternativa 1, como ha ocurrido en los dos primeros valles (Chao y Virú).

Veamos a continuación lo que ha ocurrido:

7.1 Valle de Chao. Este valle se riega actualmente por gravedad, las áreas nuevas aún no se han
implementado; en consecuencia la alimentación a la napa freática se ha limitado sólo a partir del valle; se ha
construido una red primaria de drenaje horizontal y se ha comenzado a controlar la dotación de agua
superficial; como resultado, después de seis años de haber llegado las aguas superficiales, las áreas con nivel
freático superficial se han incrementado desde 0,9% (612 ha.) en el año 1988 a 43,2% (2 938 ha.) en 1998
(Ver figura 14); actualmente existe un predominio de la recarga sobre la descarga del acuífero y como
consecuencia el ascenso del nivel freático se está incrementando en la medida que continúa la decisión de no
explotar las aguas subterráneas; el resultado final a corto o mediano plazo se acercará la alternativa No. 1.

7.2 Valle Virú. Debido a un desequilibrio significativo entre la recarga y la descarga del reservorio acuífero,
el valle Virú ha experimentado un rápido ascenso del nivel freático, a tal punto que después de 4 años de la
llegada de las aguas, la superficie con nivel freático inferior a 2,5 m. de profundidad se incrementó de 3,8%
(480,51 ha.) en 1990 a 60% (7587 ha.) en 1998 (Ver figura 15).
En el caso del valle de Virú se cumple con mayor precisión los resultados de la simulación de la alternativa
No. 1, en la cual se señaló que el 50% del valle experimentaría a corto plazo el fenómeno de
empantanamiento; sin embargo hay que señalar que en este valle también se ha producido una alteración de
la recarga señalada en la simulación, al introducirse factores estructurales que han permitido una mayor
permanencia de escorrentía superficial en el lecho del río, lo cual ha incrementado significativamente la
recarga al acuífero.

En síntesis en este valle se está produciendo una mayor dotación de agua que la señalada en la alternativa
óptima (alternativa 5); lo cual se debe a que aún no se ha construido la infraestructura para evacuar los
excedentes de agua relacionados con la ubicación de una Central Hidroeléctrica de Virú en cabecera de valle.
Por otro lado, la red de pozos de explotación de agua subterránea ha dejado de funcionar; asimismo se ha
construido un sistema de drenaje primario con bombeo de agua hacia el mar, el cual no ha logrado aliviar el
problema.

7.3 Valle Moche. Es el más reciente en cuanto a la llegada de las aguas de transvase (1996); la comparación
de las cartas del nivel freático antes (1994) y después (1998) de la llegada de las aguas de transvase, señalan
por ejemplo, que en 1994 la superficie del valle con una napa freática hasta 1.0 m. de profundidad era sólo
1,8% (361,4 ha); luego, dos años después de la llegada de las aguas, esta superficie se ha incrementado en
9,6% (1927,7 ha.); de la misma manera, la superficie del valle con napa freática hasta 2,5 m. de profundidad
se ha incrementado de 9,5% (1907,6 ha.) a 18,8% (3775,2 ha.) (figuras 16).

En realidad el ascenso del nivel freático en este valle viene desarrollándose de manera
lenta, lo cual es resultado de la explotación y uso del agua subterránea; medida que se
recomendó como resultado de la simulación. En este caso se señaló explícitamente, que si
se deja de explotar las aguas subterráneas que abastecen tanto el uso doméstico, como el
uso agrícola, la ciudad de Trujillo, que se ubica en este valle y que es una de las más
importantes del país, se empantanaría.

Actualmente se viene explotando las aguas subterráneas hasta un caudal de 1 m3/s,


significativamente menor a lo señalado en el estudio de simulación que era 2,4 m3/s; por
otro lado sólo en parte se está equilibrando el exceso de recarga mediante la construcción
de una red primaria de drenaje superficial y el control de la dotación de agua; en
consecuencia es muy probable que a mediano plazo se alcanzará las condiciones señaladas
en la alternativa 1.

VIII. DISCUSIÓN

En el Cuadro No 1, se resume la situación de las áreas afectadas con niveles freáticos elevados antes y
después del transvase, así como el pronóstico alcanzado mediante el modelo de simulación.

Cuadro No 1 - Resumen de resultados

SUPERFICIE SUPERFICIE SUPERFICIE


VALLES SUPERFICIE AFECTADA AFECTADA AFECTADA
(ha.) ANTES DEL DESPUÉS DEL SIMULADA
TRANSVASE TRANSVASE (ALTERNATIVA 1)
(ha.) (ha.) (ha.)
Chao 6 802 61.2 2 938 5 100
Virú 12 645 480.5 7 587 6 322
Moche 20 081 361.4 3 775 14 056
TOTAL 39 528 903.1 14 300 25 478

1. Valle de Chao. Del análisis del cuadro No. 1, se desprende, que en el valle de Chao, después de
aproximadamente 6 años de la llegada de las aguas de transvase, en 2 938 ha. de las 5 100 señaladas
por la simulación, el nivel freático se encuentra cerca de la superficie del suelo. El lento ascenso del
nivel freático se debe, como ya se señaló en párrafos anteriores, a que aún no se han implementado las
áreas nuevas adyacentes al valle, como lo establecía la simulación; y por consiguiente falta la
contribución de estas áreas en la recarga, por otro lado las medidas tomadas para el control de la
dotación de agua, así como la red de drenaje superficial primaria, construida inicialmente, están
contribuyendo en parte a disminuir el ascenso del nivel freático; sin embargo como lo señala la
simulación, dicho ascenso continuará y a mediano o largo plazo terminará acercándose a la superficie
simulada (5 000 ha), si es que no se implementan las recomendaciones establecidas en la simulación
de la alternativa óptima.

2. Valle Virú. En este valle, según el Cuadro No 1, la superficie afectada con nivel freático superficial
superó en 2 400 ha. a lo pronosticado a través de la simulación (Alternativa 1), esta situación indica
que en el valle, la recarga al reservorio acuífero ha sido y sigue siendo significativamente mayor a la
descarga, no se ha investigado cual es el mecanismo de esta fuente de recarga; sin embargo, se estima
que el exceso de agua que está circulando permanentemente por el lecho del río, es la principal causa.
El valle de Virú continuará degradándose si no se toma en cuenta las recomendaciones que se
desprenden de la alternativa óptima.

3. Valle de Moche. En el valle de Moche, después de la llegada de las aguas del transvase, de las 14 056
ha. afectadas, pronosticadas según el modelo de simulación (Cuadro No 1), sólo 3 777 ha. se
encuentran actualmente con napa freática superficial; el lento ascenso del nivel freático se debe, por
un lado a la red de drenaje superficial implementada oportunamente, pero principalmente se debe al
efecto de la explotación de las aguas subterráneas y a un adecuado control de la dotación de agua. En
este valle se viene desarrollando las medidas de control de la recarga del reservorio acuífero señaladas
oportunamente en el estudio de simulación. Sin embargo, la aplicación de dichas medidas no se están
efectuando con precisión, por ejemplo, la explotación de agua subterránea apenas alcanza a 1 m3/s de
los 2,4 m3 señaladas por la simulación (alternativa óptima). De la misma manera, las áreas de riego
por gravedad cubren cada vez una mayor extensión muy cerca de la ciudad de Trujillo, localizada en
este valle. Como consecuencia, actualmente la recarga está predominando sobre la descarga del
reservorio acuífero y es posible que a mediano o largo plazo el valle termine empantanándose. Lo
peligroso de esto es que puede afectar a la ciudad de Trujillo y a la ciudadela de Chan Chan, uno de
los monumentos arqueológicos hechos de barro en la época Pre-Inca.

IX. RECOMENDACIONES

1. Los proyectos de riego de la Costa del Perú, requieren de un instrumento metodológico eficaz para
manejar de manera óptima el uso de sus recursos hídricos. Este instrumento, no puede ser otro, que la
simulación mediante modelo matemático del uso conjunto de las aguas superficiales y subterráneas.

2. Todo proyecto importante de riego debería disponer de su correspondiente simulación para verificar
oportunamente las diferentes alternativas de manejo de aguas y su impacto sobre la napa freática; de
tal manera de tomarse decisiones adecuadas en relación a los caudales de agua a utilizar y el tipo de
obras necesarias; ejemplo: capacidad de canales, reservorios de regulación, redes de drenaje, baterías
de pozos, sistemas de riego, sistemas de dotación de agua y alcantarillado de ciudades, etc.

3. En el caso específico del proyecto Chavimochic, se ha podido establecer que al no haberse


implementado la recomendación de usar las aguas subterráneas en el esquema de abastecimiento de
agua, se está presentado un deterioro acelerado de grandes extensiones de tierras altamente productivas
por elevación del nivel freático.

4. En cuanto al caso específico del valle Virú, los excedentes de agua en el lecho del río tienen que
conducirse hacia el sector “Faldas de Compositan”, como bien estaba previsto en el estudio de drenaje
desarrollado por PRONADRET.

5. Finalmente, la Central Hidroeléctrica de Virú, ubicada en cabecera del valle, fue construida para
abastecer de energía las redes de pozos de captación de aguas subterráneas que contribuirían al drenaje;
al no haberse implementado este esquema, la central podría ocasionar más problemas que beneficios
por los excedentes de agua que ella origina y que contribuyen al origen y permanencia de los problemas
de drenaje en el valle.
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FIG. 1
FIGURA 14

FIGURA 15
FIGURA 16

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