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IMITADME A MÍ

Sermón 2

San Pablo en su escritorio

TEOLOGÍA PAULINA DE LA CRUZ


FATELA

FRANCISCO JAVIER RIVERA MARDONES

IGLESIA ALIANZA CRISTIANA Y MISIONERA – CORDILLERA

Santiago, Chile, Febrero 2010

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Amados cristianos hay que aprender a conducirse en la casa de Dios y no me refiero al recinto

físico aunque por cierto en los templos hay que tener una conducta apropiada. Pablo escribe al

joven ministro Timoteo para que sepas cómo debes conducirte en la casa de Dios, que es la

iglesia del Dios viviente, columna y baluarte de la verdad (1° Tim 3:15). Uno de los grandes

problemas de la cristiandad contemporánea es la disociación entre la vida de iglesia y la vida

familiar y laboral. El llamado de la cruz implica saber cómo conducirse en el trabajo, el

testimonio laboral es también expresión de la iglesia. La gente tiene que ver a Cristo en la

conducta familiar, ya sea marido, mujer, padre e hijos, soltero, viuda, separada todos forman

parte de algún tipo de familia y en ese entorno es como debemos también ser iglesia.

La cruz no es una dicotomía entre el cielo y la tierra, muy por el contrario es el punto de

encuentro entre ambas realidades. Jesús mismo nos dijo ejemplo os he dado para que como

yo he hecho, también vosotros hagáis, ¿se acuerdan cuando lavó los pies? San Pedro reitera

este modelo dándonos ejemplo para que sigáis sus pisadas, (1° Pedro) La consecuencia de

seguir sus huellas, así como ser ejemplo es obligación para todo cristiano ya sea joven, niño,

adulto, soltero, viudo cualquiera sea su circunstancia Dios nos llama a ser ejemplo.

Provengo de una familia numerosa con doce hermanos, a pesar que mi padre era ingeniero,

los gastos de alimentación y colegio para todos eran muchos entonces mi madre además de

mantener la vida hogareña tenía que ayudar y contribuir a la economía familiar por lo que ella

nos confeccionaba la ropa. Recuerdo muy bien que después de almuerzo los días sábado

desocupaba la mesa del comedor y extendía unos moldes que venían en la revista Burda. No

sé si ustedes conocen eso, creo que ahora es poco usado porque con el progreso textil y la

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ropa china hoy poca gente hace su ropa, pero era muy común el siglo pasado. Esos moldes

eran jeroglíficos de líneas, diferentes segmentos de distintos colores, mi madre nos hacía

extender un papel mantequilla transparente y nos decía: tienes que seguir esta línea punteada

roja y uno calcando seguía los segmentos de línea y terminaba sin darse cuenta con el diseño

de una manga, de un cuello, seguía otra verde y modelaba un pantalón, o un delantal, una

blusa. Los famosos moldes de Burda llegaban por medio de la revista a 90 países. Cientos de

miles de personas repetían con un mismo molde su vestimenta. En la vida espiritual es

semejante. Dios nos llama a ser personas ejemplares imitables, modelo para muchos. Le

pregunto a cada uno de ustedes, ¿es capaz de pararse aquí delante y decir imítenme a mí en

todo? no solamente imitarme el domingo en la mañana pues por cierto es una buena cosa que

asistan a la casa del Señor, pero en todo, pararse delante de su prójimo, del vecindario, de la

sociedad diciendo imítenme a mí sigan mi ejemplo, mi molde, ¿es capaz de decirlo? Eso es lo

que Dios quiere.

San Pablo decía imítenme a mí como yo imito a Cristo, eso significa que uno tiene que ser un

cristiano íntegro, analizar cómo está su vida laboral, su vida familiar, su vida en soledad, lo

que hacemos cuando nadie nos ve, nuestros pensamientos más profundos, nuestros

sentimientos recónditos, nuestros actos secretos todo eso tiene que ser limpiado. Debemos

hacerlo todo en el nombre de Jesús, si las cosas son santas y buenas vamos a invocar y decir

esto lo hago en el nombre del Señor Jesucristo, así que la pureza tiene que ver con eso, con

integridad, consecuencia de vida. Hace mucha falta hoy en la sociedad contemporánea

personas íntegras, que no tengan dicotomía entre lo que dicen y lo que hacen, entre lo que

piensan y lo que practican sino que ambas cosas vayan unidas. Debemos imitar al Señor,

tomar la cruz cada día y seguirlo (Mt. 10:38). El apóstol lo hizo y nos insta a que seamos

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ejemplo en conducta, en fe, en paciencia, benignidad, en soportar incomprensiones, críticas,

comentarios, cuestionamientos. La propia iglesia que él había formado en Corinto fue una de

las más rebeldes y él se ve obligado a desarrollar una apologética personal para defenderse de

los criticones dentro de la iglesia.

Pero él va aún más allá en este principio espiritual de la imitación, no solamente dice

imitarme a mí (1 Cor. 4:16, Fil 3:17, sino agrega imitarnos a nosotros (2° Tes. 7 y 9, (1° Tes.

1:6). y habla de su equipo, sus colaboradores, quienes le acompañan en su ministerio, en sus

viajes. Eso aplica a los líderes en las congregaciones. El Directorio en su conjunto debe ser

ejemplo, quienes dirigen en el ministerio de jóvenes, Escuela Dominical, Mujeres, etc.

También vemos la importancia de ser modelo no solo en el liderazgo sino en la familia. En

nuestra iglesia tenemos un lema tomado de Josué cuando dijo “yo y mi casa serviremos al

Señor” (Josué 24:15). Dios anhela que la familia completa sea ejemplar. Tarea nada de fácil

pues a veces los padres andan con el Señor y algunos de los hijos no camina con Cristo o

viceversa. Los jóvenes han de constituir hogares el día de mañana, que importante es que

puedan formar familia con este lema, con este cimiento profundo, yo y mi casa desde

pequeño, el cónyuge, los hijos que Dios quiera darles también sigan a Cristo.

La imitación se debe dar aún en los momentos de adversidad ¿cómo los enfrentamos?

Normalmente las dolorosas circunstancias de tribulación y apremio son excelentes

oportunidades para aplicar los principios espirituales que hemos aprendido y como los

ponemos en práctica. Las personas estarán mirando nuestro comportamiento. Conmovedor

ejemplo nos da san Pablo he aprendido a contentarme cualquiera sea mi situación. Sé vivir

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humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar

saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad.

Todo lo puedo en Cristo que me fortalece. (Fil 4:11,12)

Esta actitud no es fruto de la improvisación ni se logra de un momento a otro sino es reflejo

de una vida dependiente del Señor, de un diario y perseverante caminar en santidad aplicando

a cada instante las máximas escriturales y orando en todo instante y mayormente en los

momentos de aflicción.

La palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a

nosotros, es poder de Dios (1 Cor1:18). Esa palabra les dice también por medio de Pablo a los

tesalonicenses, vosotros soy imitadores de la iglesia de Cristo Jesús que están en Judea (1°

Tes. 2:14). La iglesia de Judea, era una iglesia solidaria, en Latino América hay países que

tienen 20 millones de pobres casi un 50%, una iglesia tiene que ser sensible y también a

colaborar y cooperar, ser dadivosa. Las buenas actitudes se van imitando, son moldes que se

repiten y son inspiradores para muchas personas. Este principio lo podemos ver aún en la

historia contemporánea pues hay iglesias que han tenido mucha influencia en otras cruzando

fronteras como la Paul Yonggi Cho de Corea, la Metodista Pentecostal de Chile, Saddleback

Church y Flamingo Road de USA, las iglesias Encuentro con Dios de Lima, por citar algunas.

La relación entre el ejemplo y la cruz es tan íntima que cuando exhorta a los Filipenses que lo

imiten y que consideren, miren, observen a quienes así se conducen según el ejemplo que

tenéis en nosotros agrega la contraparte, quienes así no lo hacen sino al contrario

desenmascara porque por ahí andan muchos, de los cuales os dije muchas veces, y aún ahora

lo digo llorando, que son enemigos de la cruz de Cristo (Fil 3:18).

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Muchas veces el ejemplo habla más fuerte que mil palabras. Me llama la atención lo que dice

Esteban antes de ser apedreado refiriéndose a Moisés…y era poderoso en sus palabras y

obras… (Hch. 7:22) Asimismo el testimonio de Cleofas respecto de Jesús cuando caminaban

desolados hacia Emaús la tarde del domingo fue varón profeta, poderoso en obra y en

palabra delante de Dios y de todo el pueblo (Lc. 24:19). El mismo apóstol dirigiéndose a los

corintios no fue con excelencia de palabras o de sabiduría…sino con demostración del

Espíritu y de poder (1 Cor. 2:1 y 4). Lo que ratifica pocas líneas más adelante porque el reino

de Dios no consiste en palabras sino en poder (1 Cor. 4:20).

Resumiendo, la cruz es negación de sí mismo y al mismo tiempo imitación de Cristo, como

consecuencia debemos ser ejemplo a la grey y al mundo en lo personal, en lo familiar, en lo

laboral y en lo eclesiástico: imitarme a mí, imitarnos a nosotros, imitar a la iglesia es el

desafío para ser faro que ilumine la ciudad y comunidad en la que están insertos y que vuestro

ejemplo pueda transformar a muchas otras personas en distintos lugares. Que así sea. Amén.

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