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GARANTIAS DE LA DEUDA CEDIDA

Cuando las garantías las ha establecido una persona distinta del deudor original,
pues seguramente ésta se obligó por consideraciones a dicho deudor original y no
por el deudor sustituto que asume la obligación, pues no sería justo que éste
respondiera por una persona desconocida. Como establece el Artículo 2055:

“cuando un tercero ha constituido fianza, prenda o hipoteca para garantizar la


deuda, estas garantías cesan con la sustitución del deudor, a menos que el
tercero consienta en que continúen”

Si un tercero constituyó derechos reales de hipoteca, prenda o celebró contrato de


fianza, dichas garantías cesan al realizarse la transmisión de la deuda, salvo que el
tercero acepte que subsistan.

En cuanto a las excepciones, como el deudor sustituto queda obligado sólo en los
términos en que lo estaba el deudor original puede oponer al acreedor excepciones
que se originen de la naturaleza de la deuda, es decir el deudor sustituto recibe “la
deuda en la medida y extensión que la detentaba el cedente”. Hay excepciones
derivadas de la deuda que recibe, y además las personales que el transmisionario
tenga con el acreedor.

Al hablar de las excepciones derivadas de la deuda cedida, el nuevo deudor


podrá oponerse a las pretensiones del acreedor, haciendo valer todas las
excepciones que se deriven del acto que constituyó la obligación entre el deudor
original y el acreedor. Pero el transmisionario nunca podrá oponerle al acreedor, las
excepciones personales que hubiera tenido con el cedente, como puede ser la
compensación.

En cuanto a las excepciones personales del trasmisionario, éste puede oponer


al acreedor la compensación cuando se trate de un crédito propio, esto se regula en
el Artículo 2056 que establece que:

“el deudor sustituto puede oponer al acreedor las excepciones que se originen de
la naturaleza de la deuda y las que le sean personales; pero no puede oponer las
que sean personales del deudor primitivo.”

Si el que asume la deuda ha prometido asumirla en cambio de una contraprestación


del deudor, entonces no tiene el derecho, en caso de que no se ejecute su
contraprestación, de oponer al acreedor alguna excepción.

La ley no establece alguna forma específica para la validez de la cesión de deuda y


por eso la conclusión deriva en que dicho acto es meramente consensual, un
contrato consensual.
Para que la cesión de deudas pueda perfeccionarse es necesario que tanto el
transmisionario como el deudor original tengan plena capacidad para realizar actos
de dominio, pues el hecho de asumir la calidad de transmisionario, implica un acto
de dominio, ya que está gravando con él su patrimonio pecuniario, con una
obligación que anteriormente no tenía, y por la otra parte el acreedor también está
realizando un acto de dominio, pierde un deudor al admitir la cesión, y adquiere otro,
y el acreedor puede no saber que éste es menos solvente, y por eso pone en peligro
la integridad de su patrimonio pecuniario.

Resumiendo, el sustituto debe tener capacidad para obligarse y su representante


facultad de obligarlo, y el acreedor debe tener capacidad para disponer de su crédito
y su representante facultad para ello.

Hay varios efectos por causa de la cesión en cuanto a estos dos sujetos, el deudor
cedente se libera de la obligación que adquirió frente al acreedor al momento de
originarse el crédito, como consecuencia de esto, el acreedor no puede respecto de
su deudor original hacer efectivo su derecho, salvo pacto en contrario, en caso de
que el transmisionario resultara insolvente, como establece el Artículo 2053 del
C.C.:

“el acreedor que exonera al antiguo deudor, aceptando otro en su lugar,


no puede repetir contra el primero, si el nuevo se encuentra insolvente,
salvo convenio en contrario.”

Es decir, el deudor original sale de la relación jurídica y queda exonerado de la


deuda, no podrá ser perseguido de nuevo, ni aun en el supuesto de que el nuevo
deudor resultara insolvente.

En el caso de que resulte nula la cesión, el deudor cedente vuelve a quedar


obligado, como dispone el Artículo 2957 C.C.:

“Cuando se declara nula la sustitución de deudor, la antigua deuda


renace con todos sus accesorios; pero con la reserva de derechos que pertenecen
a tercero de buena fe”.

Entonces cuando se declara nula la sustitución del deudor debe subsistir la misma
relación jurídica con el deudor cedente, en virtud de que, si no llegó a operarse la
transmisión, trae como consecuencia el cambio de deudor, y es necesario que
continúe el mismo vínculo jurídico.

Al mencionar que la “antigua deuda renace” no significa que una antigua deuda ha
sido sustituida por una nueva, pues eso es característico de la novación, mientras
que en la cesión de deuda simplemente “renace la relación jurídica que antes había
entre el acreedor y el antiguo deudor.”
Al ser la cesión declarada nula, al ser borrados todos sus efectos por dicha nulidad,
se mantendrá ligado al deudor que se pretendió sustituir, es obvio que la deuda es
la misma, y que el cambio de deudor no ocurrió por efecto de la nulidad y que la
obligación del deudor original no renació, sino que sobrevivió, pues el acto por el
que iba a ser sustituido ni fue eficaz ni válido, y por ese motivo el deudor original
siguió ligado y comprometido.

ASUNCION ACUMULATIVA O DE REFUERZO

La ley no fija forma alguna para este acto, y por eso se concluye válidamente que
se trata de una operación meramente consensual. Sin embargo, por analogía, debe
aplicarse el artículo 2033 en materia de cesión de derechos, y considerar que
cuando la ley exija el título del crédito que se cede conste en escritura pública, la
asunción debe hacerse también en éste tipo de documento.

Se precisa en los dos plena capacidad para realizar actos de dominio, toda vez que
el asumir la calidad de trasmisionario, implica precisamente un acto de este tipo ya
que está gravado con él su patrimonio pecuniario, con una obligación que antes no
tenía; por parte del acreedor está realizando también un acto de dominio, ya que
está perdiendo un deudor al admitir la cesión, pues aunque adquiere otro, éste sin
saberlo el acreedor pudiera ser menos solvente, y con ello pone en peligro la
integridad de su patrimonio pecuniario

Efectos de asunción de deuda entre trasmisionario y deudor cedente


Surte entre ellos el efecto de que el deudor cedente, desplaza su obligación al
trasmisionario en la medida y razón que la detentaba frente al acreedor.
Las bases y términos de, a lo que se obliga el cedente frente al trasmisionario para
que se haga cargo de la deuda, se regirá por el convenio que al efecto entre ellos
celebren.

Efectos de la asunción entre acreedor y deudor cedente


Son triples estos efectos:

a). - El deudor cedente se libera de la obligación que adquirió frente al acreedor al


momento de originarse el crédito.
Como consecuencia de este primer efecto,
b). - El acreedor no puede ya respecto de su deudor original hacer efectivo su
derecho, salvo pacto en contrario, en caso de que el trasmisionario resultare
inocente.
Si resulta nula la asunción, vuelve a quedar obligado el deudor cedente; el artículo
2957 dispone:
“Cuando se declara nula la sustitución del deudor, la antigua deuda renace con
todos sus accesorios; pero con la reserva de derechos que pertenecen a tercero
de buena fe.”

Efectos de la asunción de deuda con relación a tercero

Son varios a saber:


a). -Si la asunción se hace por el transmisionario en fraude de su acreedor, -tercero
para los efectos de la operación- el acreedor tiene la posibilidad de ejercitar la acción
pauliana.
En efecto, si una persona asume una deuda que es de otra persona, con ello
aumenta su patrimonio pasivo, y ese aumento produce su insolvencia, su acreedor
está en la posibilidad de ejercitar la acción mencionada, para revocar o nulificar
según sea el caso, ese acto que produce su insolvencia.
b). - Si al verificarse la asunción estaba el crédito asegurado por garantías
constituidas por un tercero, éste deja de estar obligado para con el acreedor, pues
como ya se vio, conforme al artículo 2055 la prenda, hipoteca o fianza se extinguen,
toda vez que ese tercero se obliga por el primer deudor, pero no por el
trasmisionario, salvo que así se pacte; así lo dispone el artículo 2055 ya antes
comentado.

c). - Si al verificarse la asunción admite el acreedor que se cancelen las garantías


que hubiera constituido el propio cedente para asegurar el pago del crédito, y
después la cesión se declara nula, el cedente reasume la deuda la cual se garantiza
con las mismas seguridades que tenía antes de transmitirse, pero ello sin perjuicio
del derecho que se hubiere constituido a favor de tercero, en el inter.

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