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La copia (in)evitable. De la originalidad y lo múltiple en la gráfica reproducible

Chapter · December 2017

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2 authors:

Carles Mendez Hortensia Mínguez García


Universidad Autónoma de Ciudad Juárez Universidad Autónoma de Ciudad Juárez
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La representación artística de la locura. Interpretaciones metaforológicas contemporáneas a través de la Nave de los locos View project

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Los antiguos preceptos y los procesos tradicionales que
definieron y acotaron el ámbito de la creación en la época mo-
derna se han visto inevitablemente alterados en los últimos
años. La hibridación, el eclecticismo, el nomadismo teórico, la
deconstrucción de los procesos, la libre mezcolanza de modelos
clásicos y actuales, la apropiación y reinterpretación de textos e
imágenes, han venido confabulando con las nuevas tecnologías
de la información y comunicación para, por un lado, disponer
escenarios temporales, fragmentarios y heterodoxos que se en-
frentan a la utopía moderna, y por otro, reflejar el aspecto plural
y el alcance de los medios de comunicación de masas en un cre-
cimiento exponencial de la cultura visual.
Es lógico entonces, que acontezca la descontextualiza-
ción –o al menos, el desplazamiento– del concepto de origina-
lidad como tradicionalmente ha venido sustentándose. Aque-
llo diferente, ideado, creado, inventado o producido –físico o
inmaterial–, adscrito a términos como origen, inventiva, crea-
tividad, autenticidad, novedad, modelo o singularidad, es un
constructo que, en el contexto citado, permanece impreciso, en
constante actualización dentro de la cultura, el pensamiento y
la vida social.
A su vez, siendo conscientes de que el concepto de ori-
ginalidad no es exclusivo de un campo del conocimiento es-
pecífico, ya que extiende su herencia a toda la creación física
e intangible, entendemos la necesidad de una reflexión teóri-
co-práctica que exponga los actuales procesos socioculturales y
lo focalicen como problemática en sí. De este modo, la presente
publicación pretende servir de debate y puesta en común de la
continua transformación de este concepto respecto del arte, la
cultura y las humanidades, en una época cuya perfección téc-
nica y lenguajes provenientes de las tecnologías devienen en
necesidades de redefinición. Un libro que no procura salvar
la distancia entre original y copia, sino atender a una práctica
consciente de sí misma cuya batalla es transferirse como siste-
ma en que lo original es un proceso hacia lo múltiple y viceversa.
LA

Carles Méndez Llopis


Coordinador

Universidad Autónoma de Ciudad Juárez


U    A 
 C   J    

Ricardo Duarte Jáquez


Rector

David Ramírez Perea


S ecreta r i o genera l

Manuel Loera de la Rosa


S ecreta r i o a ca d ém i cos

Erick Sánchez Flores


Di rector d el Ins ti tuto d e Arq ui tectura , Di s eño y Ar t e

Ramón Chavira
Di rector G enera l d e Di f us i ón C ul tura l
y Di v ul ga ci ón C i entí f i ca
LA
La originalidad en la cultura de la copia
Primera edición: 2017
D.R. © Universidad Autónoma
de Ciudad Juárez
Av. Plutarco Elías Calles 1210,
Fovissste Chamizal, C.P. 32310
Ciudad Juárez, Chih., México

ISBN: 978-607-520-232-7

Impreso el 31 de enero de 2017 en los talleres IMAP Color ubicados en Octavio Paz 185, Complejo
Industrial Chihuahua, 31136 Chihuahua, Chihuahua, México, con un tiraje de 500 ejemplares.

La edición, diseño y producción editorial de este documento estuvo a cargo de la


Dirección General de Difusión Cultural y Divulgación Científica, a través de la Subdirección
de Publicaciones de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez.
Prohibida la reproducción parcial o total por cualquier medio, sin autorización escrita del
titular de los derechos patrimoniales.

COMITÉ EDITORIAL EXTERNO

Salvador de León (Universidad Autónoma de Aguascalientes)


Rutilio García Pereyra (Universidad Autónoma de Ciudad Juárez)
José Luis Cueto Lominchar (Universidad Politécnica de Valencia)
Julio César Schara (Universidad Autónoma de Querétaro)
María Margarita De Haene Rosique (Universidad Autónoma de Querétaro)

Carles Méndez Llopis


Dirección y coordinación general
Hortensia Mínguez García
Ricardo Forriols González
Chi-Chang Hsieh
Subcoordinación
Yahir Horey Silva Pompa
Guillermo SarandinguaTorres
Asistencia a la coordinación
Diseño y diagramación
Karla María Rascón

Imagen de cubierta de Jesús Pastor Bravo


Título: Tractatus logico-philosophicus.
Autor: LudwigWittgenstein (2003).
Alianza Editorial S. A., Madrid.
ISBN: 978-84-206-5570-3”.
Año: 2013
Técnica: Fotografía y metacrilato sobre aluminio,
Medidas: 120 x 380 x 3 cm
ÍNDICE
7 De la originalidad como
problema 111 La copia (in)evitable. De la
Carles Méndez originalidad y lo múltiple en
la gráfica reproducible
13 Entre la originalidad y las Carles Méndez
relecturas. El mundo del y Hortensia Mínguez
d’après
Román de la Calle 125 ¿Es original-copia una
disyuntiva? Trazabilidad de
27 La cultura de la copia algunos conceptos desde el
Carmen Guerra, Mariano Pérez, grabado a la cibercultura
Carlos Tapia Eva Figueras y Josep Font

39 Transgresiones discursivas: Gráfica popular vs diseño


el trayecto ideológico de la 133 por metro en Ciudad Juárez
originalidad Silvia Verónica Ariza
Martha Mónica Curiel
y Salvador Salazar El grabado de sellos chinos
151 ¿originalidad o copia?
49 Los bigotes de la Mona Lisa Chi-Chang Hsieh
Álvaro Cuadra
Las ideas como propiedad
59 Originalidad líquida 161 privada. Reflexiones sobre la
Ma. Eugenia Hernández historia del ©
y Fausto Gómez Ricardo León

75 La retórica del clon. Los extravíos del original:


Una crítica a la 175 copias, simulacros y
instrumentalización virtualidad
racionalista en el arte Víctor Silva
contemporáneo
Juan Martínez Mímesis y genio: una
185 reflexión teórica
91 La estampa infinita frente Margarita Salazar
a la memoria tangible
del original. El potencial El principio mimético en
multiplicable de la copia, 199 la producción creativa
como argumento ontológico contemporánea
de la era posindustrial del Sara Morales
siglo xxi
Kako Castro
La originalidad en el proceso
209 creativo
Claudia Rodríguez y Luz Sáenz

Sobre clonación y
223 restauración arquitectónica:
El original es la copia
Ilia Galán

Remake: Jesse James


237 y sus clones visuales
(duplicaciones y
repeticiones para crear
realidad a partir de la
ficción)
Chema López

Obra gráfica
267
DE LA ORIGINALIDAD
COMO PROBLEMA
Carles Méndez Llopis
Ca rles Ménd ez

L
a originalidad –o cualquiera de cuando este imperio de la originalidad
sus nódulos terminológicos ad- aviva su propio cuestionamiento al ubi-
heridos a su concepción– ha sido carse en un contexto de masificación y
citada, esgrimida y monopolizada superproducción propio de las socieda-
en una inabarcable lista de publicacio- des actuales, donde esa “impersonali-
nes de cualquier campo del conocimien- dad” de la copia prevalece de forma de-
to. Es así como, hoy en día, y siguiendo terminante en la actividad popular.
en parte esta tradición heredada, la idea Surgen así nuevas prefiguracio-
de originalidad u original suele ceñirse nes de la originalidad a contemplar,
a aquello diferente, ideado, creado, in- cuyas mutaciones dependen de elemen-
ventado o producido (sea objeto o con- tos socioculturales e ideológicos que la
cepto), a partir del cual pueden generar- hacen dinámica per se. Pasaríamos por
se una serie de discursos o entidades tanto, del acto excepcional –mayormen-
tomando ese primero como patrón. No te individual y creativo–, único y singu-
podremos entonces evitar, al revisar el lar, a otro cuya superación se basa en
término en retrospectiva, y tomándolo el entendimiento de la inevitabilidad de
como agente diferenciador, que la ori- las cargas referenciales, de sus diálogos
ginalidad nos muestre su indispensable heredados y sus discontinuidades. Ecos
unión con la autenticidad y la singulari- que se deben a su insuficiencia para se-
dad, representando una explícita pugna guir en la búsqueda e indagación de su
dialéctica entre ella y la tradición, al ba- multiplicidad.
sarse ella misma en conexiones históri- Es así, que encontramos cohe-
cas insalvables y rasgos convencionales rente proyectar esta investigación como
que la hacen “comprensible”. Conven- debate, discusión y puesta en común de
cionalismos contra los que la origina- la originalidad en la cultura de la copia,
lidad se posiciona, al tiempo que sólo de su continua transformación respec-
puede ser válida en ellos. to del arte, la cultura, las humanidades
Bajo estas consideraciones, y las diferentes esferas comunicativas.
vemos que la originalidad se ha obser- Un desafío sin designación territorial,
vado tanto como imperativo –e impo- transversal a las disciplinas heredadas,
sición “moderna”–, como aspiración que pretende superar los márgenes para
de formas y expresiones “nuevas”, con transitar desde y entre la filosofía esté-
el propósito de entablar heterogéneos tica, los estudios culturales, la creación
enfrentamientos con la repetición y el plástica, sociología, antropología o edu-
entumecimiento de estas expresiones, cación, entre otros, para establecer re-
en su sentido de “diferencia”. Por ello, laciones fronterizas sustentables como
sea como aspiración, tendencia o cuali- ámbitos de encuentro intersecos. Para
dad, la originalidad está dialécticamen- ello, quizás debiéramos robustecer estas
te unida a su contrario, la tradición, para primeras páginas mediante un examen
establecerse como criterio de validez de cómo hemos llegado a un mundo
absoluto. Sin embargo, poco ha sido el “reproducible”, lleno de conocimientos
desvelo por adentrarse en su pasado multiplicados en incontables ocasiones
y su presente como problemática, o al y dispersados globalmente. De cómo la
menos, como constructo a redefinir, ac- reproductibilidad digital puede reiterar
tualizar, revincular o evaluar. Y más aún, hasta la infinitud cualquier objeto y teo-

8
De l a o r ig in al id ad co m o p ro bl ema

ría –reducidos ahora a datos–, o de cómo relevan al objeto/mercancía–, así como un


ésta produce y reproduce simultánea- sinfín de articulaciones diferentes en cual-
mente en culturas de “sírvase (y hágalo) quier aproximación al conocimiento; situa-
usted mismo” interconectadas y, en la ción que, si por un lado adopta un acento
práctica, desjerarquizadas. Sin embargo, melancólico o nostálgico sin unidad y co-
tal consumo de la copia precisa antepo- herencia, también muestra la esencia de
ner la revisión del mismo concepto de au- una época muy productiva, heterogénea
tenticidad en los territorios de la cultura, y versátil para los campos de la creación.
con sus preocupaciones y ocupaciones, Transformaciones que invitan a abandonar
pues como vemos, no parece que existan la iteración de prácticas y creencias preté-
en él lugares incontaminados. Así que ritas, que si bien suelen ser veneradas de
quizás, más que iniciar con estas inte- forma rutinaria, resultan inoperantes en
rrogantes, o la ya representativa ¿Qué es muchos aspectos actuales.
original?, urgiría cuestionarse si la origi- La originalidad en la cultura de
nalidad es una especie hoy en extinción, la copia resulta entonces, una búsque-
o al menos, la idea que tenemos de ella. da de nuevas posibilidades, ampliacio-
Posiblemente no sea ella la que esté ago- nes y reflexiones dentro del ámbito de
tada, sino que sean los logros de nuestro la creación, que pretende cierta resis-
discurso sumido en la tradicionalidad, tencia a la condición de irrepetibilidad,
incapaz de componer la pluralidad, el di- de la persistente tradición de singulari-
namismo y movilidad, los que exijan revi- dad objetual en contextos de hiper(re)
sión, vista la incapacidad para enfrentar producción y consumo cultural. Un
su propia caducidad. bálsamo que sirva para reducir la irri-
Es lógico por tanto, que desde la tación provocada por las convenciones
perfección técnica a la que se ha llegado y fijas y las estructuras normativas en los
los estudios de las nuevas estructuras idio- diferentes campos del conocimiento;
máticas provenientes de estas tecnologías aquellos que, a su vez, incuban diver-
de (re)producción, devengan necesidades sas molestias ontológicas, epistemoló-
de redefinición, pues las características y gicas, metodológicas, procedimentales,
circunstancias de la originalidad han cam- etcétera, en una insalvable situación de
biado al alterarse el sistema en el que ésta autorreflexión disciplinaria. La hibrida-
se solía localizar. La autoría, la normativa ción, el eclecticismo, el nomadismo teó-
institucional, las relaciones, el control y las rico, la deconstrucción de los procesos,
limitacionesconceptuales,lareproductibi- la libre mezcolanza de modelos clásicos
lidadtécnicaylahiperindustrialización,los y actuales, la repetición y reinterpreta-
museos, etcétera, son conceptos ahora en ción de textos e imágenes, etcétera,
constante revisión, dada esta expansión confabulan con las nuevas tecnologías
y multiplicidad que desafían la estructura de la información y comunicación para:
interna de unos dominios en actualización. por un lado, disponer escenarios tem-
De la economía de producción se ha pasa- porales, fragmentarios, heterodoxos y
do a la del consumo, en la cual germinan diversificados que se enfrentan a los
el relativismo cultural, la incorporación de desafíos de hoy; y por otro, reflejar el as-
posicionamientos estéticos alternativos, pecto plural y el alcance de los medios
nuevossistemasderelaciones–inclusofor- de comunicación de masas en un creci-
mas de capitalización suplementarias que miento exponencial de la cultura visual

9
Ca rles Ménd ez

que difícilmente coexiste con el consu- dos por la organización disciplinar, pero
mo particular de formas singulares que que finalmente elaboran un análisis
había dominado anteriormente. Y es en desde múltiples posicionamientos teóri-
esta compleja urdimbre de doctrinas, cos y filosóficos en relación con los ele-
contradicciones y superaciones, en la mentos que componen el concepto de
disolución de fronteras entre la realidad originalidad y sus inherentes relaciones
y su representación, donde se ubica la culturales, sociales y mediáticas: como
descontextualización del concepto de el de singularidad, individualidad, inno-
originalidad. Por lo que, el asunto no vación, autoría, sujeto, objeto, origen,
sería tanto salvar la distancia, por ejem- inventiva, creatividad, autenticidad, no-
plo, entre original y copia, sino de abrir vedad, modelo, singularidad, reproduc-
una práctica consciente de sí misma, tibilidad, etcétera. Constructos que en
cuya batalla es transferirse territorial- el contexto citado, permanecen impre-
mente, donde lo original es un proceso cisos, en constante actualización dentro
hacia la copia y viceversa. Así, nuestra de la cultura, el pensamiento y la vida
problemática se centrará en continuar social –únicamente clasificables dentro
con la aproximación a la idea de origi- de periodos históricos, momentos artís-
nalidad en un momento global tendente ticos o insertos a ciertas actitudes filo-
hacia la copia, y seguir con el debate sóficas– y envueltos en el dinamismo
acerca de una de las nociones más dis- que la descentralización de la autoridad
cutidas, controvertidas y castigadas del intelectual y científica propicia.
campo creativo, sea teórico o plástico. Precisamente entonces, para
Observamos por tanto, una si- cimentar esta idea de originalidad con-
tuación compleja que tiende, además, temporánea reivindicamos el fomentar
a la relatividad de una época sumida perspectivas (re)interpretativas apropia-
en constantes cambios y en una revolu- das a las culturas actuales que se des-
ción tecnológica de relevantes implica- vinculen de manipulaciones e intereses
ciones culturales. Escenario en el que ajenos a la propia problemática. Por lo
este proyecto ha asumido la postura de que partimos de un concepto de origina-
reconsiderar la caducidad manifiesta lidad no exclusivo de ningún campo del
de un concepto cuya tradición –norma- conocimiento específico, que extiende
lizadora– lo entreteje a varios niveles y su herencia a toda la creación física e
correspondencias sociales y contextua- intangible, así como de una necesidad
les necesariamente diversas, y que lo reflexiva teórico-práctica que exponga
hace transitar entre disciplinas: desde los actuales procesos socioculturales
la teoría crítica e histórica o los estudios focalizándolos como parte del conflicto.
culturales y visuales hasta las últimas Una vez impuesta la exigencia
disposiciones legales y jurídicas de au- de consumar una investigación inclu-
toría, que actualmente se han sumido siva, que funja como núcleo de debate
en la confusión proporcionada por el intercultural y transdisciplinar, reuni-
expansivo escenario técnico y de la tele- mos aquí tanto los aportes teóricos de
comunicación. especialistas en diferentes áreas de la
De este modo, la pretensión tam- creación (arte, diseño, arquitectura, li-
bién es la de avecinar e indagar en aque- teratura, estética, sociología, antropolo-
llos documentos relevantes, distancia- gía, etcétera), como las interpretaciones

10
De l a o r ig in al id ad co m o p ro bl ema

artísticas que emanan de esta temática de la aproximación deseada al concepto


conceptual. Conformando un proyecto de originalidad, que sirven a su revisión
que integra a investigadores de Espa- como criterio absoluto de valoración y
ña –Universitat Politècnica de València, juicio de autosuficiencia sin gradacio-
Universitat de València, Universitat de nes en la cultura de la copia.
Barcelona, Universidad de Vigo, Univer- En este sentido, lo que sigue es
sidad de Cantabria, Universidad de Sevi- una urdimbre, que pretende mostrar la
lla y la Universidad Carlos III (Madrid)–, heteronomía de la originalidad, llena y
de Chile –Universidad de Playa Ancha determinada por argumentos ajenos a
y la Universidad de Arte y Ciencias So- ella, aquella que contradictoriamente
ciales (arcis)–, de México –Universi- en la mayor parte de contextos adjeti-
dad Autónoma de Ciudad Juárez– y de va y acredita la autonomía de los mis-
Taiwán –National Chiayi University y la mos. Por ello es lógico que el presente
Cheng Shiu University–, como también libro sea complejo en sus dimensiones
creadores de Alemania, Argentina, Es- y estratos, así como distanciado de
paña, Estados Unidos, Francia, México, cualquier régimen de obstrucción o es-
Polonia y Taiwán. tatismo, con la pretensión de servir a
Al hilo de estas colaboraciones, una visualización, posicionamiento y
esta publicación presenta no sólo dife- recontextualización acerca del concepto
rentes visiones, sino también diversos de originalidad en la cultura actual como
posicionamientos culturales en el tema problemática abierta. Documentos que
de la originalidad, que pretenden ayu- cuestionan en la actualidad este criterio
dar a la conformación de su conocimien- de validez absoluta precisamente en su
to teórico y discurso artístico. Cimientos validez absoluta como criterio.

11
LA COPIA (IN)EVITABLE
DE LA ORIGINALIDAD Y LO
MÚLTIPLE EN LA GRÁFICA
REPRODUCIBLE
Carles Méndez Llopis y Hortensia Mínguez García

Carles Méndez Llopis


Universidad Autónoma de Ciudad Juárez
Departamento de Diseño
Gráfica contemporánea

Hortensia Mínguez García


Universidad Autónoma de Ciudad Juárez
Departamento de Diseño
Gráfica contemporánea
Ca rles Ménd ez Ll o p is y H o r tensia Míng u ez G arcí a

l desarrollo tecnológico y la in- el que habita la discusión copia/origi-

E corporación de lo electrónico-di-
gital en la vida cotidiana han
revolucionado todo estrato de
conocimiento, relaciones sociales y for-
mas de experimentar. En el campo ar-
nal, así como en la viabilidad de su que-
brantamiento a través del concepto de
lo múltiple en la actualidad. Sería ilógi-
co acotar la gráfica reproducible a partir
estándares de comercialización someti-
tístico, aparte de añadir numerosísimas dos a exigencias de un (cierto) mercado,
herramientas y procedimientos, esta pero en este sentido, sí habremos de
situación ha complejizado y ampliado ser conscientes de los alegatos unifor-
de forma globalizada e interactiva la mizantes de éste, que han limitado y
multiplicidad en los procesos creativos colmado de formulaciones y medidas de
y en sus resultados. El mundo se torna control mercantil a aquella, en un campo
además repetible y multiplicable, pre- plagado de “originales” que no admite
misa que ha obligado a la gráfica múl- copias –no certificadas al menos–. Algo
tiple a enfrentar simultáneamente dos poco concebible en contextos de alta
escenarios desde hace un tiempo: por reproductibilidad, donde la repetición
un lado, cierta desubicación valorativa de la imagen y su democratización –“ile-
respecto al legado que determinaba su gal” o no– es precisamente el desafío de
reproductibilidad, seriación y exigencia estos sistemas organizacionales.
técnica como mecanismo tradicional Del mismo modo, tampoco pode-
de definición y diferenciación; y por mos negar cierta duplicidad de posturas
otro, una incontrolable expansión de en nuestra concepción múltiple de lo co-
sus limitaciones con el advenimiento, tidiano, pues a efectos prácticos, cuan-
primero, de “materiales” provenientes do observamos un cartel o leemos un
de la industria y las tecnologías de (re) libro, cuando adquirimos unos zapatos,
producción, y de la experimentación de etcétera, somos perfectamente cons-
ellos dentro de su lenguaje, después. cientes de que aquello es múltiple, de
En cualquier caso, todo ello ha que estamos presenciando una copia de
alterado el sistema en el que estaba muchas, sin embargo, no necesitamos
localizada, así como también parte de saber del resto, no damos importancia
sus parámetros mercantiles de heren- a su cantidad, y mucho menos exigiría-
cia histórica –ya superados industrial y mos el molde, prototipo o matriz original
conceptualmente–, representando para de un coche o de una moneda (Castro,
la gráfica múltiple una expansión de las 2007). Aquello nos es único, y lo hace-
limitaciones materiales y reproductivas, mos original en su multiplicidad porque,
pudiéndose centrar en una búsqueda aun siendo un objeto reproducido, para
“poética” de autodeterminación y auto- nosotros convive en él su ser-copia y su
comprensión no coercitiva. ser-original, sin que haya por eso una
Y aunque sería viable –a la vez exclusión interna. Cada quien ubica su
que desafiante– la crítica por medio de importancia en el uso y en el valor con-
la oposición simbólica entre la singula- ferido como propiedad –quizás en pe-
ridad y la repetición de la seriación, o queñas modificaciones sobre modelos
la ausencia y presencia de la huella del estereotipados, seriados y de calidad
grabado, nos centraremos en ese espa- estandarizada–, una búsqueda de la ori-
cio fronterizo –de eterna dualidad– en ginalidad a través de la copia en un con-

112
La co p ia ( i n ) ev itabl e

texto, que sin embargo, sigue insistien- de la producción artística? Cuestión que
do en el discurso de la unicidad como ya ha merecido –y lo sigue haciendo–,
elemento indispensable de originalidad capítulos enteros dedicados a dinami-
y autenticidad. zar anclados estatutos adheridos a las
Son, por tanto, varios los escena- bases de originalidad, autoría, autenti-
rios que han atestado de interrogantes cidad, etcétera; habría que añadir ¿dón-
la práctica de la gráfica múltiple actual, de ubicaríamos entonces aquella de la
en muchos aspectos y hasta hace rela- gráfica múltiple?
tivamente poco, estancada en una lidia Resulta evidente que localizar un
con los siglos. Siempre ha resultado algo lugar preciso en este punto sería inau-
extraño entrar a los centros de divulga- dito, y más en momentos de fusión. Por
ción/legitimación artística y encontrar ello nos desviaremos del discurso des-
que “de esto que percibo, existen más criptivo, que suele exponer diversos y
copias que no están frente a mí”, pues continuados intentos por precisar y aco-
tradicionalmente, la seriación como in- tar, pues para ello ya encontramos con-
tervención reproductivo-mercantil insti- cilios, reuniones y publicaciones de es-
tucionalizada no es tan común en otras pecialistas a través de los cuales se ha
disciplinas –con mayúsculas, como pue- ido tejiendo una especie de tendencia
da ser la pintura–, dada la persistencia determinista por acordonar qué es una
de singularidad que se ha consolidado obra gráfica múltiple y por ende, qué ca-
en el arte. Puede que por ello, a la larga, racterísticas la hacen o la alejan del con-
se haya insertado dicha serie de solilo- cepto de original;1 e intentaremos na-
quios confusos en la médula espinal de vegar, como decíamos, en terrenos sin
esta práctica múltiple, tendentes en su
mayoría a una oclusión de perspectivas:
Todavía hoy pudiera pensarse que el 1 Podemos fijarnos en cómo la íntima rela-
utilizar técnicas o procedimientos que ción entre la gráfica múltiple y la técnica
–así como las consecuentes posibilida-
permiten la reproductibilidad de algo
des de reproductibilidad más o menos
nos obliga a hacer una edición, some- manuales o mecánicas que cada uno de
tiéndonos con ello a un entendimiento los sistemas de reproducción permitían–,
anatómico de lo múltiple desde la mera ha supuesto la incorporación a lo largo del
multiplicación, es decir, una concepción tiempo, por parte de los especialistas, de
términos como matriz, original, copia, ori-
basada en la copia como repetición ana-
ginal-múltiple, multioriginal o “copia cer-
tómica que reitera el cuerpo, pero no su tificada”, para explicar, justificar e incluso
esencia (Schwartz, 1996); o conceptua- legitimar en cierto modo la autenticidad y
lizar lo múltiple sin concebir y atender a honestidad de sus prácticas. Si se desea
la relación dialógica de lo único (matriz) profundizar en cómo dentro de la praxis
del arte gráfico seriable y/o reproducible,
y la copia (multioriginal); o desestimar
ha ido permutando en paralelo a nuestra
incluso, el enraizar conceptualmente al forma de concebir y acotar legislativamen-
arte múltiple no solo como aquel que te estas ideas, así como la relativización
puede hacer ediciones, sino como aquel que los procesos creativos interdisciplina-
que crea obras múltiples en sí, entre mu- res del artista contemporáneo han produ-
cido respecto al concepto de obra gráfica y
chas otras visiones.
su tradicional dicotomía “copia versus ori-
Así, a los cuestionamientos de ginal-múltiple”, recomendamos la lectura
¿dónde reside entonces la originalidad de Mínguez, H. (2013).

113
Ca rles Ménd ez Ll o pis y H o r tensi a Míng u ez G a rcí a

delineación, de fronteras difusas que se provoca la cotidiana y sutil inclusión de


alimentan de los contrarios para crear términos como edición, numeración, re-
espacios indefinibles. Es comprensible gularización, cotización o rúbrica, en el
en este punto, el temor a la desestabili- mismo saco que autenticidad, origina-
zación del campo, a la pérdida de iden- lidad, multiplicidad o autoría. Práctica
tidad después de la firmeza normativa, que cuenta con total certidumbre, como
pero quizás esos temores han dificul- axioma certificado simplemente por la
tado otro tipo de análisis. Una revisión longevidad y conservación de su uso
necesaria de la idea de multiplicidad de para los intercambios mercantiles.
la gráfica múltiple –y de la originalidad Es curioso que los cambios tec-
heredada– que permita, por un lado, nológicos, la hiperreproductibilidad
una actualización viable en la era de la industrial y la actual masificación de la
copia, y por otro, un constante cuestio- capacidad electrónica para producir,
namiento de su propia condición. reproducir, compartir e imprimir imáge-
nes, no hayan afectado demasiado la
solvencia de ciertas normativas determi-
HACIA LA ORIGINALIDAD nadas en convenciones preinformáticas,
MÚLTIPLE aunque sean factores que no hayan po-
dido obviarse en otros aspectos del que-
Pero esta necesidad de desterritoria- hacer gráfico. Así, ya en el siglo pasado,
lización de la gráfica múltiple, no pro- la gráfica múltiple percibió que, respec-
viene tanto de sus condiciones y posi- to a su quehacer y poética, lo que se te-
bilidades, sino de cómo –a través de nía como “aceptable” en el siglo xix, se
estatutos grabados a fuego– hemos ve- había transformado en defectuoso y rígi-
nido fundamentándolas. Distanciando do, y la originalidad no entendía de au-
diametral y geográficamente lo múltiple tógrafos o de genios ungidos, sino que
de lo singular, es decir, ensalzando lo atendía a procesos creativos y lenguajes
único (unicidad) como base para la ge- plásticos en conjunción con los nuevos
neración de la copia (múltiple), aquello
que ve sometida su esencia siempre a dientes que darían pie, a lo largo de su
una anterior y superior forma de exis- historia, a una discusión actualizada de
tencia: la original. la situación no han sido tan numerosas
en comparación a los cambios aconteci-
Bajo esta concepción antagóni-
dos. Fijémonos que será hasta 1990 que
ca, se han ido diseñando, estableciendo se publicaría Code d’éthique de l’estampe
y prolongando de manera internacio- originale, por parte del Conseil Québécois
nal diversos procesos de legitimación de l’Estampe, que retomaría todos estos
y control de la práctica, distribución y temas, así como en su reedición revisada
y ampliada en el 2000, donde lo original
comercialización del arte múltiple y su
se vuelve también a la hibridez con las
gráfica.2 Una sombra que finalmente nuevas tecnologías como propuesta a “lo
auténtico”. Se incorporan y admiten, por
2 Aunque hemos de decir que, pese a la ejemplo, técnicas como la fotocopia y la
enorme eficiencia que han logrado los manipulación e impresión digital de imá-
sistemas de reproducción de las imáge- genes (Mínguez, 2012), en vista de la inne-
nes y su multiplicación –hasta cosas de gable evolución en el propio desempeño
difícil cuantificación–, las argumenta- artístico y el caduco sistema de regulación
ciones abiertas y las réplicas correspon- mercantil.

114
La co p ia ( i n ) ev itabl e

medios reproductivos y de comunica- tístico, ¿dónde residiría entonces su


ción, en desplazamientos constantes. derecho de reflexionar/opinar acerca de
Migraciones que no eran posibilitadas la existencia o no de originalidad e inno-
en acotaciones exactas de lo múltiple, vación en las obras gráficas múltiples? Y
pues mercantilizaban la experimenta- no iría tan desencaminada, pues si asu-
ción con nuevos materiales, soportes mimos que todo “texto –y entiéndase
y formatos. El alegato era simple: solo también texto artístico– está hilvanado
porque no sepamos definir enteramen- por entero con citas, referencias ecos y
te lo que una disciplina es, no podemos lenguajes culturales que lo atraviesan
imponer qué debe ser –evitando las de ida y vuelta” (Lethem, 2009, p. 47) las
nuevas ideas y materiales que están por respuestas que pudieran otorgar a este
llegar– ya que, la verbalización y aposti- cuestionamiento serían provisionales
llado de fórmulas cerradas no ayudan ni o al menos, sometidas a debate cons-
a la resolución de conflictos estéticos ni tante. Y al contrario de lo que se podría
al avance conceptual y creativo de nece- pensar, estas disposiciones categóricas,
sidades e inquietudes teórico-prácticas ni auguran una absoluta comprensión
fuera de los lineamientos normativos.3 por parte del público (cabe anotar que
Un planteamiento que, aunque parezca excesivamente acostumbrado ya a in-
simple, seguía desbordando a muchos terminables especificaciones en las fi-
aún en los años setenta (Field, 1972). chas de las obras gráficas), ni protege al
June Wayne, en un artículo pu- comprador gráfico de falsificaciones ma-
blicado en el número 2 del Print Collec- lintencionadas. Es más, como comenta
tor’s Newsletters (1972), a este respecto Wayne (1972), hasta resulta cómico que
apuntó que si artistas, críticos, curado- la “falta de honestidad” de la que se
res, expertos, coleccionistas y distribui- habla –en términos comerciales– pro-
dores han de regirse bajo apriorismos venga precisamente del mercado del
al pensar qué es la gráfica múltiple y arte, por ejemplo, a través de la venta de
cuáles son sus límites como campo ar- enormes tirajes “oficiales”, utilizando
el sistema establecido para validar algo
3 Claro está que, comprendiendo que por que normalmente no sería aceptado.
definición cualquier disciplina artística No se aplica de este modo en una pin-
es dinámica, este afán de “fijar” siste- tura, pese a que comparte con la gráfica
mas ligados a escenarios de constante
semántica y lingüísticamente muchos
evolución y apertura, debe coherente-
mente volverse sobre sí mismo, tornarse procesos de ejecución, precisamente
una problemática. Comprensiblemente, porque no se entiende su ser múltiple
la gráfica múltiple se ha apoyado de los y original cualitativamente, algo que sí
sistemas de producción/reproducción hacemos cuando observamos a unos tri-
existentes en cada época, incluyéndolos
llizos4 (Wayne, 1972).
–desarrollando y convirtiendo muchos de
ellos– en diferentes procesos y técnicas
que permitieran la multiplicación de las 4 Pues como a unos trillizos no se les puede
imágenes. Así, en primer lugar, estas orto- negar la particularidad de su naturaleza
doxas (estrictas) formulaciones hubieran innata, independientemente del parecido
prescindido de obras de artistas como por que pudieran tener entre hermanos, tal y
ejemplo Warhol, Ernst o Rauschenberg, al como aventuró Wayne por aquel entonces,
excluir procesos mecánicos o fotomecáni- una obra gráfica no debía considerarse un
cos para realizar y/o reproducir las obras. múltiple en analogía al concepto clásico y

115
Ca rles Ménd ez Ll o pis y H o r tensi a Míng u ez G a rcí a

A cuarenta años de esta dis- indefinidamente cualquier modelo en


cusión, las preguntas serían: ¿qué ha origen. Un escenario en el que la añe-
cambiado? ¿Cómo hemos transformado ja dicotomía de lo original y lo múltiple
conceptualmente nuestro ámbito artís- (único versus copia), queda hoy desdi-
tico? Definitivamente, habría que hablar bujada ante un nuevo esquema para-
aquí de desplazamientos derivados de digmático en el que la disolución de los
una casi total permeabilización del arte límites entre copia y original es tan obvia
conceptual, de una transfiguración co- como la misma desestructuración acon-
municativa donde la tecnología es una tecida por nuestra actual idea de autor o
de las cavidades medulares de la prác- disciplina.5
tica artística y de la transversalización Hoy podemos, electrónica y di-
de procesos de elaboración, de forma gitalmente, clonar “a la perfección” y
mestiza e híbrida, con otros formatos, reproducir de forma cada vez más efi-
herramientas, lenguajes, disciplinas o ciente e individualizada cualquier ima-
métodos. Así, los artistas han ido im- gen e incluso producto tridimensional.
plantando, primeramente, la revelación La copia no tarda en conquistar cuales-
conceptual que propaga la negación sis- quiera de sus ámbitos –sobre todo el
temática a las obligaciones comerciales comercial–, tornándose incluso inva-
como parte del dominio artístico per se siva; quizás por ello la insistencia de
–llámese seriación o normas de edición, diferenciar las “obras reproducidas” o
por ejemplo–, y construyendo, finalmen- “copias certificadas” –todas desde una
te, formas alternas de entender lo origi- matriz legalizada– de las otras copias
nal y lo múltiple sin precedentes. impropias –ya sean mecánicas, digita-
Llegamos a un panorama actual les o electrónicas–, como síntoma de
en el que el valor de la copia “auténtica” afirmación, pero también como profun-
(Schwartz, 1996) u “original” ha pasado do temor al caos legislativo. Pareciera
de ser indispensable para la extensión pues, que la voluntad por legitimar la
del patrimonio cultural y vivencial de autenticidad y originalidad de la copia
una sociedad, a ser obsoleta en este ha permanecido constante dentro del
sentido, a no tener lugar en un contex- cerco establecido por el mercado del
to de eficacia productiva por medio de arte, aunque pudiéramos asumir ciertas
métodos industriales y electrónicos que licencias según cada momento y contex-
proveen de más ejemplares, con mayor
globalidad a menor tiempo y costo. Vivi-
mos en un mundo prácticamente repro- 5 Dos conceptos que hemos venido pur-
ducible, múltiple en esencia, en cons- gando de prejuicios clásicos, por un lado,
tante repetición, en el que los avances aceptando el acto apropiacionista, la má-
quina como una extensión o prótesis y los
tecnológicos además permiten reiterar remixes como nuevas formas de compren-
der la creación; y por otra, viendo en la hi-
peyorativo de copia, sino un multioriginal, bridación de la gráfica múltiple tradicional
es decir, un producto artístico que guarda con otras áreas y lenguajes como una nue-
en sí mismo esa doble esencia de la que va forma de explorar, revisar introspec-
hablábamos al principio, donde lo múlti- tivamente y ampliar dicho campo en pro
ple no niega lo singular, ni cede su sentir de hallar las más inusitadas posibilidades
original a la matriz, sino que es a la par creativas como si de valencias añadidas
singular y múltiple. se tratasen.

116
La co p ia ( i n ) ev itabl e

to histórico.6 En este sentido, muchos directrices existentes para definir ambos


artistas han tomado la mercantilización términos en el arte múltiple y, por tanto,
de la obra de arte como temática a tratar en la gráfica reproducible.7
en su desarrollo creativo, algunos po- Se crea, como vemos, una pugna
niendo en entredicho el sistema comer- disonante por la concepción de lo múlti-
cial del arte que determina el alcance y ple, cuyo enfoque fluctúa de forma inde-
valor de las obras, otros beneficiándose terminada entre la legitimación formalis-
de esa estructura para la elaboración de ta comercial y la resistencia simbólica de
sus proyectos. Estableciendo finalmen- la propia obra, entre la unicidad y el ori-
te, una crítica a los conceptos de origi- ginal-múltiple, la edición numerada y la
nalidad y autenticidad acreditados a lo multiplicidad, el ejemplar y la copia, la
largo de la historia por el mercado arte, firma única y la autoría colectiva, el pas-
burlándose de él, y haciendo uso, en la partú y las proyecciones gráficas sobre
mayoría de ocasiones, de sus propios un edificio, etcétera. De ahí que en las
recursos. Una muestra que relativiza las prácticas actuales se generen dinámicas
de oposición entre una oclusión mercan-
til cuantitativa –fuera de su necesidad
6 Habría que aclarar en este punto, que par-
timos de tres premisas fundamentales en
o injusticia implícita– y una expansión
lo que respecta al mercado del arte en su contestataria cualitativa.
relación con la obra gráfica original: En En resumen, hasta hace relativa-
primer lugar, que hasta el momento, las mente poco, la originalidad en la gráfica
soluciones mercantiles útiles a la tasa- múltiple ha permanecido en un territorio
ción del valor económico de la mercancía
artística, de poco han servido al desarro-
que no era de su dominio, respondien-
llo conceptual, práctico o técnico de este do como estado valorativo impuesto,
campo. En segundo lugar, que la dinámica bajo el cumplimiento de ciertas normas
sistematizante y acotadora del mercado estándar, acotaciones formales y admi-
no comprende, en su concepción, el pre- nistrativas que en la actualidad dejan de
sente “descontrol” de la copia propiciada
por el extraordinario desarrollo de la digi-
ser una necesidad –artísticamente ha-
talización, hiperindustrialización y actual
estado de la comunicación globalizada. 7 Por ejemplo, Warhol, Dalí, Burgin, Hajas,
Y por último, no debemos olvidar que, a Tichner, Broodthaers, Holzer o Barbara
pesar de ser en principio extra artístico, Kruger, por nombrar algunos, trabajan a
el mercado engrana la singularización partir del discurso institucional, haciendo
de la obra de arte, sabiéndose adaptar uso de unas reglas impuestas a las que
asombrosamente a los ataques que los se oponen, con las que ironizan los cáno-
mismos artistas le confieren, absorbiendo nes valorativos y las categorizaciones ya
sus prácticas vanguardistas, escándalos establecidas y conocidas, simulando la
y espectáculos, como método de venta. oficialidad para implementar nuevas con-
De esta forma, a pesar de los continuados sideraciones, nuevas reglas menos coerci-
intentos teóricos de Benjamin a Baudri- tivas o, al menos, unas formulaciones que
llard o los artísticos conceptuales desde actúen en consecuencia con el contexto
Duchamp, Beuys o Warhol, que ofrecen que les rodea. Comercialización, fraude,
manifestaciones radicales de desestruc- plagio, copia, reproducción, etcétera, con-
turación del mercado, la estructura mediá- vertidos en una apropiación de fórmulas
tica ha aprovechado perfectamente estos comerciales y lenguaje de la industria
discursos radicales para la implantación cultural, para satirizar el arte basado en el
de nuevas políticas informativas y de co- capital económico, así como su manipula-
municación. ción y control.

117
Ca rles Ménd ez Ll o pis y H o r tensi a Míng u ez G a rcí a

blando–. Del mismo modo que seriar un DE LA LEJANÍA ENTRE MÚLTIPLES


tiraje –de cualquier obra u objeto– no es
una obligación, sino más bien una po- La historia del arte se encuentra
sibilidad dentro de otras, permitida por encorsetada por la atención a lo
los procedimientos y las técnicas repro- único y exclusivo, así la obra seriada,
ductivas utilizadas para su multiplica- representa un reto al dominio
ción –práctica industrial por antonoma- mercantilista y la plusvalía en la
sia–, comprendemos esta formalización cultura occidental, no sólo hablando
como un plus “legitimador”, un sello de en términos económicos sino también
autenticidad que envuelve a la obra múl- ideológicos (Martínez Moro, 1998, pp.
tiple de una singularidad mercantil que 29-32).
le añade valor comercial.8 Pero en un
momento en el que el original y su copia La valoración culturalmente atri-
coexisten simultáneamente en un tiem- buida al objeto único y distante –de la
po dicotómico –pareciera que antagó- vida cotidiana– dentro de un régimen
nico–, y su transferibilidad mutua hace tradicional del que emana un aura má-
que el campo gráfico múltiple se expan- gica, ha sido dislocada, sobre todo en
da a terrenos insospechados, sería lógi- las últimas décadas, por el desuso de
co que su valoración tuviera más que ver caducos razonamientos de “lo auténti-
con el estremecimiento de su fruición co”, así como por la metamorfosis del
integral como regalo al acto creativo que autor –originados principalmente a co-
como parte de un todo mayor en nuestra lación del arte conceptual–. Sin embar-
presencia dividido.9 go, aún hoy, la reproductibilidad técnica
–ahora electrónica– no ha conseguido
que el objeto artístico se disuelva con
las imágenes cotidianas, al contrario, se
pretende consolidar esa “copia” con su
8 En este sentido, conviene no confundir el
medio con el fin. Es decir, utilizar una téc- legitimación de autenticidad: “cuanto
nica reproductiva si no se va a reproducir menos se distingue el objeto artístico del
no tiene sentido más que en una profun- objeto utilitario, como en el ready made,
dización conceptual de su lenguaje (sea tanto más se debe certificar y garantizar
desde lo múltiple o desde lo único) o sus
como objeto único, irrepetible y dotado
características propias como campo artís-
tico; así como elaborar una obra en una de autoridad cultural” (Perniola, 2002,
técnica reproductiva únicamente por la p. 73). En este sentido, el artista múltiple
posibilidad mercantil que ofrece tampoco no puede obviar que la producción sim-
asegura que sea original aunque sí autén- bólica sigue inmersa en su singularidad
tica –de autoría avalada–.
como norma de valoración en el arte.10
9 Respecto a esta idea de expansión, es
interesante recurrir aquí al desarrollo del
término copyright que Lethem dedica
en la publicación Contra la originalidad 10 Y no parece que esta perspectiva haya
(2009), cuando acudiendo a la honrosa sido superada o modificada en sus bases.
base de su creación para el “progreso de Ni siquiera que necesitemos lo original
las ciencias y las artes útiles”, acaba por para percibir esta singularidad –pues “la
convertirse en los tiempos actuales en la matriz de nuestras percepciones y concep-
“negación del elemento esencial de rega- tualizaciones, en definitiva, desaparece y
lo al acto creativo” (p. 46). es sustituida con simulacros y fetiches–:

118
La co p ia ( i n ) ev itabl e

Esta perspectiva invita a subrayar una disciplina que técnicamente permite


algunas de las formulaciones que han ve- fluctuar entre la aurática realización ex-
nido aconteciendo años atrás –y aún to- clusivista desde y para el campo artístico
davía– en la gráfica múltiple, y que en el contemporáneo, y la hiperreproductibili-
último siglo se han visto constantemente dad electrónica de imágenes próxima a
reconfiguradas, sobre todo bajo esta ne- la popularización del acto creador que, a
cesidad de singularización y de propie- su vez, “anula” –difumina, enfría, dislo-
dad única, que condensa fórmulas cuan- ca, etcétera– el poder aurático de los tra-
titativas para evidenciar la autenticidad dicionales instrumentos de distribución.
de la obra bajo una redundante política Podríamos entonces distinguir
de transparencia mercantil.11 De todos dos extremos dentro del campo de la
modos, ya hemos visto cómo la incur- gráfica múltiple: una cuantitativa, ten-
sión de las disciplinas inherentemente dente a la singularización de lo múl-
reproductivas en el campo artístico nun- tiple, que lo comprende como único y
ca se ha democratizado, pues incluso que lo automatiza como multiplicación
superada su obsesión técnica, su repro- de la unidad; y otra cualitativa, que asi-
ductibilidad ha sido tomada simplemen- mila la multiplicidad como estado de
te para subdividir el valor de la unidad, accesibilidad, ubicuidad, e incluso, in-
ofreciéndose no como ser-múltiple, sino materialidad, que la comprende en su
como partes de singularidad –suma de aproximación (re)productiva, medial y
unicidad–. Además, y específicamente de recepción; es decir, bajo una visión
en la gráfica reproducible, resulta paten- cualitativa, lo múltiple es único –podría-
te la dificultad de abordar el sentido del mos decir, un único complejo– que no
concepto de lo “múltiple” y su praxis, en unidad entendida como unicidad ma-
temática. Dos concepciones que, en su
oposición, se interconectan y difuminan
el simulacro sustituye a lo auténtico” (Dor-
en el centro.
fles, 2010).
En la concepción comercial y
11 Pensemos que incluso habiendo realizado
una obra gráfica múltiple de forma digital, cuantificable de la obra gráfica, origi-
por medio de un lenguaje electrónico nal y copia pueden ser asimilados como
asimilado y adecuado a las necesidades únicos, dada la singularización de la
plásticas de la pieza, solemos imprimirla copia multiplicada. Así, una reproduc-
para poderla poseer físicamente y dis-
ción, igual a otras “copias originales”
poner de su tiraje fuera de la virtualidad
como añadidura de valor. Del mismo de la misma matriz, serían formalmente
modo, que no resulta lógica la necesidad diferenciadas entre sí con la seriación
de imprimir físicamente una obra digital, –numeración seriada de las estampas–,
el artista múltiple tiende a asumir preten- que es aquello con lo que se le otorga-
siones pedagógicas ajenas al contenido
ría un valor de unicidad a lo que ha sido
de su obra como tal: extensas y profusas
fichas de catalogación, detallada eje- multiplicado en un contexto en el cual
cución técnica, explicación del proceso se aprecia lo irrepetible –y hasta cierto
llevado a cabo, tipo y sistema de estam- punto, irremplazable–. De esta forma,
pación y materiales, por ejemplo, con los aunque exista un tiraje, cada copia es
que se ha procedido, etcétera; a razón de
única como mercancía –es un original
justificar de todas las formas posibles por-
qué esta forma de singularidad difiere de seriado–, cuestión que, entre algunos
las habituales y tiende a la multiplicación.

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Ca rles Ménd ez Ll o p is y H o r tensia Míng u ez G arcí a

otros factores,12 determina el beneficio gen para sí el monopolio de un ámbito


monetario que pueda extraerse de la teórico o práctico específico” (Vásquez
transacción al ser vendida. Roca, 2007). Frente a la fragmentación
Esta concepción mercantilista de y la multiplicidad de discursos, sobre-
una multiplicidad gráfica fundamentada vive la totalidad financiera unificadora y
técnicamente en su reproducción multi- la validez universalista e unidireccional
plicadora, se atiene a un tiraje cerrado que legitima el proyecto institucional del
que permita entonces vender cada copia mercado artístico. Pero “Las matemáti-
como objeto único. De este modo, si úni- cas prohíben los múltiples paradójicos”
camente atendiéramos a una visión de (Farrán, 2008) y las verdades absolutas
la gráfica como “transacción”, posición dispuestas en axiomas disciplinarios no
comprensible heredada y originada his- lo son tanto cuando, tras observar sus
tóricamente en la funcionalidad edito- procesos de formación, las observamos
rial, no tendría entonces cabida alguna como resultado de colisiones con sus
considerar sus continuos compromisos contradicciones e inconsistencias.
de emancipación, ni las incorporacio- En una práctica artística en cons-
nes de la industria reproductiva o los tante transformación interdisciplinaria
procesos mecánicos de reproducción y articulación simbiótica con otros cam-
y, menos aún, las tecnologías de pro- pos –herramientas y tecnologías–, la
ducción-reproducción electrónicas de rigurosidad con la que siempre preten-
funcionamiento digital, si no fuera úni- demos regularizar al arte múltiple cada
camente bajo estándares reproductivos vez está más centrada en la indagación
y asignación de valores económicos. Por plástica, que genera esta resistencia a
ello, si aún acusamos de algunas limi- la cuantificación de la que hablamos.
taciones –cada vez menores y más di- Cuestionamientos que han de plantear-
fusas– desde la gráfica múltiple podría se si se desea ganar consistencia en la
comprenderse que partieran de una po- experimentación de lo múltiple, pues el
sición de extrema dependencia norma- acontecimiento gráfico actual ya no está
tiva, tendente además a generar unas en disposición de perseguir este tipo de
demarcaciones fronterizas cada vez más severidades ajenas a la práctica artística.
inútiles y desactualizadas. Este escena- De este modo, en contraposición
rio pareciera no contemplar la condición a la aplicación cuantitativa, donde la
múltiple posmoderna, asidua a los jue- técnica o la matemática es el sustento
gos lingüísticos sin legitimación definiti- de fidelidad que otorga originalidad al
va del discurso único, en la que se desin- mismo proceso, donde singular y múlti-
tegran las “legalidades autónomas que, ple no pueden ser uno y en el que la mul-
como sustitutivos de la totalidad, exi- tiplicidad es presentada (como medida)
pero no representada, encontramos su
12 Por ejemplo, según el número al que co- polo opuesto: la percepción cualitativa.
rresponda un ejemplar dentro de una edi- En este otro entendimiento de lo
ción, la copia es más o menos codiciada múltiple, resultaría complejo establecer
pues representa un estado del mismo ti- que la multiplicidad reproductiva esté
raje (1/30, 15/30, 30/30) y un desgaste de
fundamentada en el concepto de uni-
la propia placa. Cuestión ésta, incompren-
sible en la impresión de un archivo digital cidad o de lo irrepetible, sino más bien
donde no existe desgaste. el interés se derivaría de las posibilida-

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La co p ia ( i n ) ev itabl e

des que ofrece otro tipo de existencia tra de ello podríamos observarlo a lo lar-
y acceso a la cosa, puesto que sería el go del tiempo en diversas obras desde
concepto de “copia”, de “lo igual”, de Rauschenberg a Blanca Muñoz. Desde
“lo repetible” y “reproducible” lo que esta perspectiva cualitativa, en oposi-
formaría la obra y no tanto el material ción a la operatividad tradicional, lo ori-
mismo, los procedimientos o las técni- ginal no es unidad, sino que lo singular
cas utilizadas. Lo múltiple sería conce- es lo múltiple como reacción a la simple
bido en su complejidad y multiplicidad cantidad. La originalidad se establece
–no como muchos–; y singular lo sería entonces en la misma infinitud del pro-
como diferencia o fuera de lo ordinario ceso de la obra, abierta a otros paráme-
–y no como único–, por lo que no habría tros no fundamentados en la mercantili-
ni dualidad opositiva ni solapamiento zación, aunque necesariamente inserta
enmascarado. en ella.
En la aplicación cualitativa, la
representación misma de lo múltiple se
presenta de diversos y complejos mati- HACIA UN REPLANTEAMIENTO
ces, tomando paulatinamente terreno
a la cuantitativa como firme propuesta Encontrar la originalidad en la topo-
de una expansión gráfica actual. Acción grafía de la gráfica múltiple –como en
que, a su vez, podríamos dividir en dos: cualquier otro campo–, no depende de
por un lado, aquella en la que existe una una única vía: buscarla desde la con-
coincidencia total o vinculación estrecha cepción cuantitativa es el camino más
entre la presentación de lo múltiple y su rápido, pero supone tropezar con ella de
representación, como podríamos obser- una forma ambigua y ficcional, donde lo
var desde las Cajas Brillo (1964) de Andy múltiple se reduce al uno-único multipli-
Warhol (donde la cantidad de cajas no cado dentro de una estructura estática
se refiere al número, sino a su ser múlti- de medición, estancada en la oposición
ple, a su ser “copia”, en la que cantidad de predicados asíncronos (o es uno o
y calidad se conjugan en su multiplici- es múltiple pero no pueden existir a la
dad), hasta instalaciones más actuales vez); mientras que, escudriñar la ruta
como “Causa-Efecto” (2011-12), de Ana cualitativa requiere una concepción de
Soler; y por otro lado, cuando lo múltiple lo múltiple complejo para comprender la
es representado pero no presentado, es esencia de la copia como original y vice-
decir, cuando la multiplicidad en la obra versa, así como permitir su extensión a
gráfica es de pensamiento conceptual, otros campos, a proponer perspectivas
revelándose en su contenido pero no “invasivas” a otros territorios (Deleuze,
necesariamente en su cantidad.13 Mues- 1970), métodos, técnicas, procedimien-
tos, procesos, tecnologías, etcétera,
13 Estas dos variantes y las dos subaplica-
ciones es una propuesta teórica enfoca-
da a fenómenos artísticos, en este caso, coincidencia entre presentación y repre-
gráficos, inspirada en la concepción de lo sentación de las multiplicidades), lo sin-
múltiple en los estudios de Alain Badou, gular (multiplicidades presentadas pero
quien según Roque Farrán (2008) bási- no representadas) y lo excrecente (multi-
camente realiza una “tipología triple del plicidades representadas pero no presen-
ser de lo múltiple (…): lo normal (máxima tadas)” (s/p).

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Ca rles Ménd ez Ll o pis y H o r tensi a Míng u ez G a rcí a

abiertas a una originalidad tan llena de va forma de entender la autoría, la obra,


relecturas y referencias que resultaría así como también el mercado del arte,
casi innecesaria. Así, por un lado, esta- que se ve forzado a alterar sus precep-
ríamos maquillando la concepción tra- tos a los nuevos condicionantes, y todo
dicional de originalidad, sabiendo que ello, frente a un contexto totalmente “re-
presenta una dualidad fenomenológica producible”, que supone el directo sur-
irreconciliable, y por tanto, portadora de gimiento de perspectivas alternativas en
un enmascaramiento de lo único (múlti- la realización de gráfica múltiple. Impre-
ple en forma de singularidad numérica); sa o no, artística o industrial, la gráfica
y por el otro, estaríamos dispuestos a en su multiplicidad muestra la capaci-
afirmar la poca o nula importancia de la dad de envolver, amalgamar, describir y
originalidad o la copia en un mapa in- (re)idear, ya sea superficial, subrepticia
terconectado y complejo de infinitas di- o profundamente, las cualidades del
mensiones y posibilidades semánticas. objeto o medio en el que se presenta,
Sea como fuere, frente a la inde- alterando su origen y articulándose con
terminación, al menos se podría esta- el soporte.14
blecer la originalidad como la búsque- Esta multiplicidad gráfica invade
da y contemplar que lo múltiple, no se y conquista, a la vez que es absorbida
debe a una repetición física del objeto. por otros campos –tradicionalmente no
Enfocándolo desde un “coexistir en/con habituales–, por lo que sería lógico que
el presente” es innegable que el mundo dejáramos de ubicar su concepción ori-
electrónico permite la extensión, infinita ginal en aquello único e irremplazable
a nuestros ojos, de la reproducción que en una época en la que el arte es de rem-
supera todas las expectativas materia- plazo, cuando cualquier cosa puede ser
les de la impresión/multiplicación grá- cualquier otra.
fica. Conceptualmente, la repetición ya
no es una simple copia, sino un término
abstracto en un campo binario inabarca- 14 En este sentido, aunque existen propues-
ble. Esta situación, que pareciera “vul- tas innovadoras que exceden los límites
nerable” para el arte gráfico tradicional, dispuestos tradicionalmente haciendo
no hace más que ampliar las fronteras uso de forma natural del lenguaje gráfico
teóricas y las posibilidades técnicas de en diferentes soportes y planteamientos
actuales, éstas conviven de forma simul-
este territorio. La utilización de los me- tánea con las prácticas que suponen un
dios electrónicos ha dispuesto una nue- pensamiento anclado en el pasado.

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Schwartz, Hillel (1998). La cultura de la copia. Parecidos sorprendentes, facsímiles insólitos.


Madrid: Cátedra.
Vásquez Rocca, Adolfo (2007). “Posmodernidad, deconstrucción y pensamiento posmetafísi-
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Disponible desde: http://www.psikeba.com.ar/articulos/AVRpostmodernidad-post-
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de Th. W. Adorno) Valencia: Universidad de Valencia.

124
O b ra g r áfica

CARLES MÉNDEZ LLOPIS


MÉXICO

“Cualquier texto está hilvanado por entero con citas, referencias,


ecos y lenguajes culturales que lo atraviesan de ida y vuelta en una
inmensa estereofonía. Las citas que terminan componiendo un texto son
anónimas, no se pueden rastrear y, sin embargo, ya han sido leídas; son
citas sin comillas”

Jonathan Lethem
Contra la originalidad

La pieza se asume como una continua apropiación, permitida por la tec-


nología actual y el mundo interconectado, a fin de producir un resulta-
do que se distancie en alguna forma del primero tomado como modelo
(manteniéndose copia), y que tenga sentido propio como nueva presen-
cia independiente de aquél (manteniéndose original). De este modo, el
proceder fue el siguiente: es descargada de internet la fotografía de una
escultura; imagen que es alterada digitalmente, impresa, retocada ma-
nualmente mediante dibujo y escaneada. Una segunda digitalización que
se filtra por un programa que transforma la imagen en código ASCII, carac-
teres del alfabeto latino, y que finalmente se imprime para ser expuesta.
Pequeñas variaciones de algo ya existente, pero que es ahora otro.
La imagen apropiada es la del dios romano Jano, el Bifronte, due-
ño de las puertas –que abre y cierra a voluntad–, del tiempo –que mira
en su pasado y su futuro simultáneamente–, y por tanto, de los orígenes y
los finales. Jano es duplicidad y comunión de contrarios, en su ser lo uno
es múltiple y viceversa: la copia no existe sin el original y el original no se
concebiría sin la copia. El actual orden digital hace que se difuminen las
fronteras entre original y copia. El lenguaje binario permite la presencia
de objetos idénticos, repetidos, al mismo nivel que el primero. Original y
copia, son equivalentes.

322
La o r ig in al id ad en la c u l tu ra d e la co p ia

Múltiple
Imagen digital
50 x 70 cm
2012

323
Colaboradores en el proyecto de investigación-creación
La originalidad en la cultura de la copia:

Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ), (Ciudad Juárez, México)


a través del Instituto de Arquitectura, Diseño y Arte (IADA), Departamento de Diseño,
Cuerpo Académico “Gráfica Contemporánea”

Universitat Politècnica de València


a través de la Facultat de Belles Arts de Sant Carles

National Chiayi University

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