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Las formas no personales tienen la capacidad de cumplir, en la oración que las contiene,
las mismas funciones que un sustantivo –el infinitivo–, que un adjetivo –el participio–, o que un
adverbio –el gerundio–. Veamos ejemplos:
Infinitivo
Le gustaba soñar – SUJETO
Como cuando tenía cinco años, intentaba sentarla en sus rodillas – COMPLEMENTO
DIRECTO
…sentía ganas de abrazarla y de parecérsele – TÉRMINO DE COMPLEMENTO
PREPOSITIVO
Participio
Sus pies se hundían en un palmo de hojarasca podrida, cubierta de una viscosidad
resbaladiza. – ADJUNTO DEL SUSTANTIVO NÚCLEO DE UN GRUPO NOMINAL
Pero su religión era sencilla, empapada en una fe ciega… – ATRIBUTO
Gerundio
El verano se acercaba…iluminando las sombras de la habitación con tintes de fuego –
CIRCUNSTANCIAL
Aprovechando las siestas de la abuela, se escapaba de casa – ADYACENTE O
ADJUNTO ORACIONAL
Quienes reconocen estas formas como palabras derivadas del verbo considerarían en
cada uno de estos casos la función sintáctica de la palabra en cuestión y reconocerían su
naturaleza „ambivalente‟, por cumplir función nominal pero mantener la capacidad de recibir
adyacentes propios del verbo. Llaman a las secuencias centradas en estas palabras:
construcción de infinitivo, de participio o de gerundio. En cambio, de acuerdo con el criterio que
las concibe como formas „verbales‟, lo característico de las formas no personales consiste en ser
el núcleo –o aparecer como únicos constituyentes– de oraciones subordinadas no flexivas que,
en el caso de los infinitivos, serán sustantivas, en el caso de los participios, serán adjetivas y en
el caso de los gerundios, predominantemente adverbiales. El presente criterio separa de estas
las formas no personales que son exclusivamente „nombres‟, sintáctica y semánticamente.
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Casi no hay transcripciones respecto del participio porque este aparece en las funciones
denominadas predicativas, a las que dedicaremos el siguiente apartado.
ATRIBUTO
Infinitivo, participio y gerundio constituyen, en ocasiones, el verdadero predicado de una
oración. Es el caso de
Luego se quedó tendido…
Estaba entumecido
…su cuerpo parecía romperse
COMPLEMENTO PREDICATIVO
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El participio pegados está relacionado con el sustantivo ojos con el que concuerda en
género y número, que se desempeña como núcleo del sujeto de la oración. El participio hinchado
está relacionado con el sustantivo corazón, que es el núcleo del objeto directo en su oración.
Una prueba de que estos participios no forman parte del sintagma nominal nucleado por su
sustantivo es que no quedan incluidos cuando se conmuta dicho sintagma por el referente
pronominal correspondiente:
…ellos le seguían pegados a su misma ropa.
[Cristián] lo sentía hinchado como un fuelle.
Recordemos que, acorde con su concepción de que el elemento nominal que no forma
sintagma con su sustantivo sino que predica de él es para Alarcos un atributo, llamaría a los
participios de los ejemplos anteriores, atributo del sujeto y atributo del objeto respectivamente.
Para algunos autores –según vimos– son casos de predicación secundaria. ¿Por qué? Estos
complementos se comportan respecto del nombre como un segundo predicado: le atribuyen un
estado o propiedad y tienen con él una relación de dependencia que se manifiesta, cuando la
naturaleza morfológica del complemento lo permite, en la concordancia de género y número.
Constituye un caso peculiar el del complemento predicativo representado por un infinitivo, como
sucede en estos ejemplos:
…le veía corretear entre los árboles, nervioso, con la cabeza alzada.
venir, con mirada inexpresiva.
Estos predicativos afectan al objeto directo de sus respectivas oraciones, que están
representados por la forma pronominal correspondiente al dativo (le), característica de la variante
dialectal que maneja la autora. En nuestra variante del español, correspondería
Lo veía corretear entre los árboles, nervioso, con la cabeza alzada.
El hombre lo miraba venir…
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negociar una tregua. Se lo ordenó, queda claro que la
construcción de infinitivo es objeto directo (mientras que al embajador funciona como objeto
indirecto). Por otro lado, la función predicativa del infinitivo solo afecta a verbos de percepción,
como ocurre en los ejemplos citados (ver, mirar), o verbos de influencia o causación (hacer,
dejar), por ej.:
Hizo desaparecer las huellas.
Dejó escapar un suspiro.
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Por su parte, el gerundio en esta función puede atribuirse al sujeto de la oración, como
en estos ejemplos del texto inicial:
cojeando, cada vez con más dolor.
llevando en la mano un trozo de pan y una botella
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En resumen, infinitivo, participio y gerundio pueden cumplir cualquiera de las funciones
atributivas: la denominada propiamente atributo y también la que implica una segunda
predicación, que es la de complemento predicativo, sea este requerido o no en la estructura
oracional. Son predicativas, además las formas no personales que integran las construcciones
que se estudian a continuación.
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Notas al pie
10 -RAE y ASOCIACIÓN DE ACADEMIAS DE LA LENGUA ESPAÑOLA (2009): 27. El
verbo (V). Las formas no personales: el gerundio y el participio. En NUEVA GRAMÁTICA DE LA
LENGUA ESPAÑOLA, § 27.6l, p. 2075.
3. 3. Construcciones incidentales
No. Cocinar no era estimulante. Coser, en cambio, era para Chichita una necesidad
cotidiana, irrenunciable. Cosía todos los días, aunque no lo necesitara. Cosía en busca de paz
interior. Era un vicio y un rito, y muerto su Angelón, llenaría una parte del gran vacío en que
cayó. Terminado el almuerzo, fregada la cocina, con varios muchachos en la escuela y otros
mataperreando por ahí, ella se sumergía en el más armonioso de los mundos a su alcance.
Antes de enarbolar su cinta y sus tijeras afiladas, se preparaba con esmero y fruición.
Daniel Chavarría: Viudas de sangre. Ed. Santillana, Montevideo, 2009, p.127
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muerto su Angelón
terminado el almuerzo
fregada la cocina
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de la oración en que están insertas, que justifica el calificativo de absolutas (esto es, desligadas,
sueltas) con que se conocen.
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2.1.3.2. CCAA PRECEDIDAS DE CON
En ocasiones, la construcción absoluta aparece precedida de la preposición con, como
ocurre en
con los brazos agarrotados.
El primero tiene como predicado una estructura prepositiva (en la escuela); el segundo,
una construcción centrada en un gerundio (mataperreando). Es interesante constatar que hay
construcciones absolutas en que el orden S-P no está invertido. Algunos gramáticos entienden
que son casos de elisión de la preposición con y, en efecto, podría reponerse. En el texto de
Matute transcripto hay dos de estas secuencias en un mismo enunciado:
el pecho tocando al suelo, la ropa empapada de escarcha y
lodo.
Tanto la construcción con gerundio como la formada con participio son estructuras
binarias, desligadas del resto de la oración, contienen una relación predicativa en la que el pecho
y la ropa respectivamente, constituyen el sujeto o tema. Hasta aquí no hay diferencias con las
CCAA. Difieren de las presentadas en 2.1.3.1 –como vimos– en que sus constituyentes suelen
seguir el orden canónico S–P (aunque no siempre); semánticamente están ligadas a las
expresión de lo modal y, por ello, tienen la posibilidad de cumplir otras funciones que la de
aditamento o adyacente oracional.
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la cabeza erguida, ante el tribunal que había de juzgarle.
Puede verse, en cualquiera de los ejemplos citados que el orden de los constituyentes
en cada una de estas construcciones absolutas, puede invertirse. Algunos gramáticos
desagregan estas construcciones de las absolutas y les dan el nombre de descriptivas. Otros no
ven diferencias sustanciales con las absolutas, y las incluyen en este grupo.
2.1.3.3. CONSTRUCCIONES INCIDENTALES
La relación predicativa puede manifestarse sin que integre la construcción el sujeto o
tema porque está en la oración principal:
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Apretados, unos contra otros, sentían en los hombros y en los codos el hombro y el
codo de sus compañeros.
Esto es lo que pasa con el participio que inicia la oración anterior, cuyo sujeto es el
mismo que el del verbo oracional sentían. (Aclaremos que la función de unos contra otros es la
misma pero no está ejercida por formas no personales.)
He aquí otros ejemplos:
bien lavados, se ponen a escurrir.
EN ORACIONES INDEPENDIENTES
A veces, infinitivo, participio y gerundio se relacionan predicativamente con un sintagma
nominal pero no están cumpliendo función en una oración que los contiene sino que forman
oraciones independientes. Un ejemplo prototípico de la estructura que acabamos de describir
está en este fragmento de Ruiz Zafón:
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Casa Marlasca tenía esa atmósfera de panteón abandonado de las grandes casas que
viven de la ausencia y la carencia. Lejos de sus días de fortuna y gloria, de tiempos en que un
ejército de sirvientes la mantenían prístina y llena de esplendor, la casa era ahora una ruina. La
pintura de las paredes, desprendida; las losas del suelo, sueltas; los muebles, carcomidos por la
humedad y el frío; los techos, caídos, y las grandes alfombras, raídas y descoloridas.
Carlos Ruiz Zafón: El juego del ángel. Ed. Planeta. Buenos Aires, 2008
Todo el último enunciado está constituido por oraciones atributivas sin cópula. Los
atributos son, mayoritariamente participios o construcciones de participio (desprendida,
carcomidos…, caídos). No podemos interpretar estas oraciones como estructuras elípticas
gramaticalmente, porque el verbo copulativo no aparece en un contexto anterior que justifique su
ausencia. Pero sí debemos reconocer que el entorno descriptivo en que se encuentra el
enunciado, hace razonable la prescindencia de la cópula.
Este tipo de estructura es también frecuente en titulares de periódicos, revistas, capítulos
de libro, en carteles publicitarios, letreros y en construcciones modalizadas como oraciones
imperativas, exclamativas, interrogativas.
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