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EL SUJETO KANTIANO Y LA TEORÍA

DE LA RELATIVIDAD

Ana Fabricio

Instituto de Profesores Artigas

Filosofía de las ciencias

Montevideo, 2008

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INTRODUCCIÓN

En el siguiente trabajo intentaremos hacer una breve reseña de lo


que se entiende como sujeto epistémico en la modernidad, especialmente
atendiendo al sujeto epistémico trascendental, como es planteado por
Kant (que es el que nos parece que ha tenido mayor influencia en la
concepción epistemológica de dicha época) en relación con la física clásica
de Newton-Euclides.

Luego centraremos la atención en la teoría de la Relatividad de


Einstein, como punto de partida para entender la nueva construcción del
concepto de sujeto epistémico actual, donde el planteo se distancia del
sujeto trascendental kantiano.

Dentro de lo que respecta a la concepción de sujeto trascendental


estudiaremos cómo Kant elabora esta idea como fundamento de todo
conocimiento necesario y universal, es decir, las condiciones absolutas de
cualquier experiencia dada a todo ser humano. Y cómo esto está unido con
la concepción de la física clásica de Newton, así como es concebido dentro
de un espacio que se piensa con una geometría euclídea.

Luego de esto nos centraremos en una descripción de lo que es la


Teoría de la Relatividad y cómo esta rompe con la visión clásica de las
ciencias, estableciendo la relatividad del espacio y el tiempo, así como la
necesidad de que la velocidad de la luz sea constante en el vacío. También
haremos referencia a la necesidad de una nueva geometría, donde existan
cuatro dimensiones a diferencia de las tres dimensiones euclídeas.

Y por último intentaremos hacer una aproximación a la concepción


de sujeto epistémico que surge a partir de los cambios de paradigma que
plantea dicha teoría, pasando a dejar de lado la idea de que el sujeto es
quien aporta categorías universales, dadas, al conocimiento, para
entender las “teorías” como construcciones mentales, no universales ni
absolutas. Así como también la idea de La Ciencia se cambia por la de “Las
Ciencias” debido al alejamiento de la idea de un universo predecible,
simple y determinado.

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El sujeto trascendental y la física clásica.

Según la física de Newton nos encontramos situados en un espacio


que necesariamente, para su teoría, va a tener carácter de absoluto.
Esta característica se convierte en necesaria justamente porque Newton se
propone explicar el movimiento de los cuerpos. Si consideramos que un
cuerpo se mueve debemos hacerlo en función de otro cuerpo que está
inmóvil, es decir, un referente para determinar las relatividades. Este
referente, aunque sin probarlo por completo, va a ser, para Newton el
espacio absoluto, que va a ser considerado como real, en oposición a lo
aparente y relativo del movimiento habitual.

Este espacio es concebido dentro de la geometría de Euclides,


donde el mismo, es el espacio de la intuición, y se concibe en tres y solo
tres dimensiones, representado como una multiplicidad, infinita, continua
y plana.

Para Newton el espacio es real, y precede a las cosas que en él se


encuentran; de ahí (y de acuerdo con la geometría euclídea) que podamos
entonces hablar de “cuerpos”. Estos son las realidades que experimentan
el movimiento, ya sea el movimiento como tal, o en su fase inmóvil de
reposo. Estos cuerpos, por lo tanto, pueden ser descritos según las tres
dimensiones en las que se manifiestan (alto, largo y ancho) dando por
sentado que se encuentran dentro de un espacio que es absoluto e
inmóvil, y que puede ser tomado como referencia a la hora de estudiar el
movimiento de dichos cuerpos.

Para Newton el espacio es representable en la metáfora de un


“balde vacío” ya que sería previo a todos los cuerpos, ya que los contiene
a todos, y además sería independiente de toda apreciación subjetiva.

Para Kant, sin embargo, esta precedencia física de la que habla


Newton, solo existe como precedencia lógica. El espacio, y el tiempo, van
a ser considerados por Kant como representaciones singulares. No son
conceptos ya que no hay más de un espacio o tiempo de los cuales
podamos abstraer para formular dicha noción, sino que son intuiciones.
Mientras que para Newton y Euclides el espacio es algo absoluto y externo

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al sujeto, Kant va a decir después que este es absoluto, pero que
solamente tiene carácter subjetivo.

Según Kant, el espacio no es objeto externo de quien lo


experimenta, sino más bien una forma subjetiva de la intuición del
observador. Es la forma en que nos afecta el mundo que experimentamos
a través de los sentidos. Cuando experimentamos algo que decimos “está
en el espacio” en realidad solo podemos decir que estamos siendo
afectados por algo.

Así pasamos a tener una concepción de “objetividad” distinta de la


que se tenía hasta entonces con Newton. Si bien antes era considerada
como el reflejo fiel de la realidad, ahora la objetividad pasa a ser con Kant
considerada como una “construcción conceptual” de la realidad. El sujeto
deja de ser el “relator” pasivo para ser el constructor activo. Podemos
decir entonces que el sujeto somete a la realidad sus esquemas.
Estos esquemas son construidos, entonces, por un sujeto, es decir un “yo-
trascendental”, la pura forma del sujeto, que por lo tanto tiene carácter
abstracto, universal y necesario.

Vale la pena aclarar que si bien parece que se tratara de quitarle


relevancia a la existencia del mundo exterior o de reducir el conocimiento
a un mero solipsismo, Kant afirma que el conocimiento del que trata su
sistema se da en el plano de lo fenomenológico, y que solo conocemos del
mundo sus fenómenos, como estos nos son dados al entendimiento, o
también podríamos decir que solo conocemos aquello que es revelado a
las condiciones universales de racionalidad. Y la aparición de objetos en el
entendimiento implicaría entonces la existencia de dichos objetos en un
espacio euclidiano.

Por lo tanto estamos ante una ciencia subjetiva, ya que no podemos


conocer la “cosa en sí”, sino solo los fenómenos, pero esto no quita que
sean reales.

El sistema kantiano claramente impone límites al conocimiento. Es


un subjetivismo que limita lo que podemos conocer, ya que el sujeto
queda encerrado en lo a priori del entendimiento.

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El surgimiento de la teoría de la Relatvidad

En 1921 Albert Einstein es galardonado con el Premio Nobel de Física,


debido a sus descubrimientos. El punto de partida para sus investigaciones
fue el rechazo de las hipótesis de Agustín Fresnel, físico francés, que
sostenía que en el espacio existía una sustancia o fluido denominado éter.

Esta noción es utilizada desde Descartes, y es un supuesto de la física que


consiste en un fluido elástico que explicaba la propagación de las ondas de
gran frecuencia en el espacio. Este fluido era capaz de oscilar tan
rápidamente como la luz, pero a su vez permitía el movimiento muy lento
de los astros.

Esto conlleva muchas dificultades, siendo una de las más importantes, la


imposibilidad de explicar la transmisión de la luz de las estrellas. Para
hacerlo, el éter debería llenarlo todo, e interactuar con la materia,
afectando dicha luz por el índice de refracción.

Einstein, por su parte, rechazó estas hipótesis, estableciendo el principio de


la velocidad constante de la luz. Así se apartó de las formulaciones clásicas
para las cuales la velocidad de la luz en el vacío era infinita, y el espacio y
el tiempo tenían carácter absoluto.

Según esta nueva concepción, no se podía determinar por medios físicos el


movimiento de ningún objeto perceptible con relación al espacio, por lo
tanto tiempo y espacio pasaban a ser relativos.Demostró la relatividad de

estas magnitudes a través de una equivalencia entre masa y energía, la


cual al igual que la materia posee masa inercial y gravitatoria. La fórmula
E=mc2 establece que la E (energía) es igual a la m (masa) multiplicada por
c (velocidad de la luz en el vacío, o sea 300.000 km/s).

A su vez Einstein se sirvió de otros trabajos como los de Mxwell, y su teoría


de los campos electromagnéticos sin base de tiempo y espacio absolutos; el
concepto de “campo” elaborado por Hertz y Lorentz le fue muy operativo
porque expresaba una realidad física co-geométrica independiente del
movimiento del observador; y finalmente adopta la teoría del espacio-

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tiempo pseudo-euclídeo de Hermann Minkowski, así como también
incorpora la noción de curvatura de Riemann.

Así, a partir de estos supuestos, elabora su teoría de la Relatividad General,


que a grandes rasgos sostiene que: “cuando un cuerpo está en libertad
queda fuera de la acción de toda fuerza, y su forma de movimiento expresa
únicamente propiedades del espacio-tiempo en los lugares por donde este
cuerpo pasa. Contrariamente a las leyes de la física clásica, la geometría del
universo no es euclídea, es una geometría de cuatro dimensiones – una
geometría en el espacio y en el tiempo – que delimita un universo cerrado y
finito (el espacio se curva en la proximidad de los cuerpos con masa).”1

Esta teoría transforma las nociones de distancia y duración y junto a la


teoría cuántica de Planck, junto con la teoría del átomo de Bohr, y la nueva
teoría cuántica, que aquí no profundizaremos, obligó a la física a rehacer
sus fundamentos.

El postulado fundamental de esta teoría de la Relatividad General es que las


leyes de la ciencia deben ser las mismas para todos los observadores en
movimiento libre, independiente de su velocidad. Dice Hawkings: “… todos
los observadores deben estar de acuerdo en lo rápido que viaja la luz. Ellos
continuarán, no obstante, sin estar de acerdo en la distancia recorrida por la
luz, por lo que ahora ellos también deberán discrepar en el tiempo
empelado. (El tiempo empleado es, después de todo, igual al espacio
recorrido, sobre le que los observadores no están de acuerdo, dividido por
la velocidad de la luz, sobre la que los observadores sí están de acuerdo).
En otras palabras, ¡la teoría de la Relatividad acabó con la idea de un
tiempo absoluto! Cada observador debe tener su propia medida del tiempo,
que es la que registraría un reloj que se mueve junto a él, y relojes
idénticos moviéndose con observadores diferentes no tendrían por qué
coincidir. …Debemos aceptar que el tiempo no está completamente
separado del espacio, sino que por el contrario se combina con él para

1
“El significado de la relatividad” A. Einstein. Ed. Planeta de Agostini, 1985

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formar un objeto llamado espacio-tiempo”2 y que este nuevo objeto va a
depender entonces del observador, siendo este el punto de referencia.

Con respecto a la gravedad estamos ante una ruptura clara con la


física de Newton. Según esta, los cuerpos se mueven de acuerdo a la
dinámica de fuerzas que generan entre sí.

Con la aparición de la nueva teoría la gravedad no aparece como


una fuerza como las fuerzas newtonianas, sino que sería una mera
consecuencia de un espacio-tiempo no plano. Según Einstein el espacio-
tiempo está curvado o “deformado” por las distribuciones de masas y
energías de este. Y los cuerpos no se mueven de acuerdo con fuerzas que
se les imponen, sino que se mueven en una trayectoria que él llama de
línea recta en un espacio curvo.

2
“Historia del tiempo. Del big bang a los agujeros negros” S. Hawkings. Ed. RBA Editores, 1993

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Relatividad y Subjetivismo no-kantiano.

El espacio, como hemos visto, a partir de la Relatividad no es


absoluto y, además, no es exclusivamente euclidiano. Si bien el espacio en
el que nosotros nos movemos puede seguir siendo representado a través
de la geometría de Euclides, y por lo tanto el sujeto trascendental de Kant,
aunque limitado, sigue teniendo vigencia para las representaciones a
nuestra escala, este último no puede ser considerado como El Sujeto
Epistémico por excelencia.

A partir de la teoría de la Relatividad estamos ante la negación de


una sola realidad en sí, imposible de conocer por el Sujeto Trascendental.
Esta ha dado una nueva concepción del universo en la cultura de nuestra
época.
Si consideramos dos observadores que presencian un mismo
acontecimiento, como en el caso de la piedra que es arrojada desde el
tren al terraplén, lo único que podemos considerar real es la percepción de
cada observador en el momento del hecho.

Mientras que en la física clásica se consideraban distintos hechos


como relativos con respecto de una realidad supuesta, absoluta,
invariable, ahora, por el contrario, estaremos ante una Relatividad de la
realidad misma, siendo las observaciones de cada sujeto lo que se
considera como absoluto, y lo relativo pasa a ser la Realidad. Siguiendo
con el ejemplo: si el sujeto A, que tira la piedra desde el tren, ve que esta
cae en línea recta, y el sujeto B, que observa el hecho desde una distancia
“x” ve que cae según un arco de parábola, la Realidad será distinta para
cada uno de los observadores. No podemos determinar de qué forma
cayó la piedra sin observador.3

Si suponemos que un cuerpo que se mueve con MRU no a de


modificar su trayectoria a menos que se le imponga un fuerza, y que por

3
En relación con el espacio absoluto surge una cuestión no menor: si este deja de ser
absoluto y único, dejamos de estar ante una intuición para pasar a situarnos frente a lo

que sería un concepto de Espacio.

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lo tanto ha de seguir moviéndose de acuerdo con el espacio rectilíneo
(euclídeo) en el que se encuentra; estamos dejando de lado que tal
geometría no garantiza este hecho, sino que quien lo garantiza es la “pura
razón”, que además postula esta configuración espacial como la única
posible ya que el humano solo puede captar esta geometría con sus
sentidos.
Esto es lo que algunos autores consideran como un giro “Ptolomeico” dado
por Kant, además de una revolución Copernicana, ya que vuelve a poner
en el centro del universo al Hombre. Si bien Copérnico ha desterrado la
idea de que el universo “gira en torno al hombre”, Kant de alguna manera
vuelve a centrar en este toda posibilidad de conocimiento, pretendiendo
que el entendimiento es capaz de conocer La Realidad, como algo
absoluto. Cuando a partir de la teoría de la Relatividad, el entendimiento y
sus posibles configuraciones de la realidad pasan a tener carácter relativo.

De todos modos esto (el hecho de que la Realidad sea relativa al


observador) no implica un relativismo del tipo protagórico, donde el
conocimiento es relativo a quien conoce.

Lo que queremos decir es que solo podemos contar con la


apreciación del sujeto, y este sujeto no se encuentra en un espacio
absoluto, sino que al ser la realidad relativa al observador. En vez de
determinar cómo deben ser las cosas, e indicarlo categóricamente en
función de la Razón, estamos ante un sujeto que se limita a su perspectiva
y contingencia. A esto nos referimos cuando hablamos de “subjetivismo
no-kantiano”.
La teoría de la relatividad no es relativista, y esto se argumenta por a la
“simetría de las leyes”. Esto significa que si un experimento se realiza en
dos lugares diferentes, esta será la misma mientras se trasladen todas las
partes del sistema referente a la experiencia en cuestión. Y también
encontramos una “simetría de tiempo” que dice que no varía un
experimento si se lo realiza en dos tiempos distintos sucesivos.

La teoría de la Relatividad de alguna manera suplanta al sujeto


kantiano, ya que es esta, y no el sujeto, la que define lo que es una
experiencia dada, siendo así productora de cotidianeidad.

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Mientras que para Kant el sujeto construye el fenómeno a través de
intuiciones directas, en la teoría de la Relatividad el sujeto no puede tener
experiencia directa de los sucesos de la realidad, sino que los conoce a
través de la teoría, ya que es esta la que crea la experiencia haciéndola
aparecer como una cosa u otra, relativas en el espacio y en el tiempo.

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CONCLUSIONES

Si bien con la física clásica los movimientos de los cuerpos se


consideraban como dados por dinámicas de fuerzas, a partir de la teoría
de la Reatividad, estos movimientos han pasado a considerarse como una
cuestión geométrica. Se deja de lado entonces la geometría euclídea para
tomar en cuenta un espacio-tiempo curvo, donde los cuerpos se
comportarían de acuerdo a las propiedades específicas del mismo.
Por lo tanto las observaciones que se realicen sobre los cuerpos en el
espacio deberán ser consideradas en función de las características del
mismo. Es decir, relativos al espacio-tiempo.

A consecuencia de la concepción newton-eculideana del universo, el


sujeto trascendental kantiano puede conocer debido a que puede tener
intuiciones dadas en dicho espacio. Para esto es necesario estimar
absolutos tanto al espacio como al tiempo.

Con la teoría de la Relaividad no podemos considerar como


absolutos al espacio ni al tiempo, sino que estos son un nuevo objeto
denominado espacio-tiempo. La realidad aquí deja de ser un concepto
absoluto para pasar a depender de la observación que de ella se realice.

Tenemos que mientras que en la concepción clásica el sujeto


formula apreciaciones relativas de la realidad en base a una suposición de
que esta es absoluta. Mientras que en la relatividad lo único absoluto es la
observación del sujeto y la realidad pasa a ser relativa.

La visión de la ciencia clásica alcanza así su límite, siendo


reemplazada por una nueva visión. Ahora se deja de suponer la existencia
de una “verdadera realidad” quedando como únicas posibilidad aceptar las
distintas observaciones de los distintos sujetos como lo absoluto, mientras
que la Realidad, o sea lo conocido por este, adquiere un carácter relativo.
Esto hace que se desestime el valor del sujeto epistémico kantiano, es
decir el trascendental, y se de paso a un nuevo sujeto, más modesto, que
observa desde su perspectiva sin que esta necesariamente quede
construida como el objeto.

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BIBLIOGRAFÍA

• Hawking, S. “Historia del tiempo. De el big bang a los agujeros


negros” Ed. RBA, 1993.
• Kant, I. “Crítica de la razón pura” Ed. Del Libertador, 2004.
• Einstein, A. “El significado de la relatividad” Ed. Planeta de Agostini,
1985.
• Landau, L. “¿Qué es la teoría de la relatividad?” Ed. Universitaria de
Bs. As, 1969.
• Ortega y Gasset, J. “El sentido histórico de la teoría de Einstein”
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