You are on page 1of 32

Botulismo

El botulismo es un trastorno neuroparalítico caracterizado por una parálisis fláccida descendente


aguda, causada por la acción de la neurotóxina de Clostridium botulinum.

La enfermedad generalmente es autolimitada y si no se trata oportunamente tiene una alta


letalidad (20-25%), habitualmente por asfixia debido a la parálisis de los músculos respiratorios.

Esta enfermedad se ha clasificado de acuerdo al sitio donde se produce la toxina botulínica en el


organismo. De esta manera se han distinguido cuatro formas naturales de botulismo: alimentario,
heridas, del lactante, toxemia intestinal del adulto.

La vigilancia de botulismo se justifica porque:

Es una enfermedad que, en caso de brotes sin intervención inmediata, puede causar alta
morbilidad y mortalidad.

Es una enfermedad con medidas de prevención y control factibles de ejecutar.

Tiene potencial epidémico.

Disminuye significativa la calidad de vida.

Presenta altos costos en la atención médica y tratamiento.

El objetivo de esta vigilancia es establecer los lineamientos y directrices para la vigilancia


epidemiológica, de tal forma de comprender la dinámica y carga de esta enfermedad en el país y
poder así orientar las acciones necesarias para su control y prevención.

Brucelosis
La brucelosis, fiebre de Malta o fiebre ondulante, es una zoonosis bacteriana producida hasta
donde se conoce, por 6 especies del género Brucella. La enfermedad en humanos produce signos
inespecíficos similares a una gripe. Animales de distintas especies constituyen el reservorio de
estas bacterias, y bajo ciertas circunstancias esta infección se puede transmitir al hombre. Afecta
principalmente a países sin medidas fuertes de salud pública y salud animal. Hasta hace algunos
años, la principal fuente de infección para el hombre lo constituían los productos y subproductos
lácteos no pasteurizados. Hoy cobra cierta importancia la transmisión a través de contacto directo
con animales infectados o productos o secreciones de abortos con mucosas o piel erosionada. Las
especies animales más afectadas son los bovinos, porcinos, cabras, ovejas y perros. Los gatos no
son afectados por esta bacteria.

La brucelosis es catalogada como enfermedad ocupacional, principalmente para granjeros,


trabajadores pecuarios, trabajadores de mataderos, carniceros, personal de laboratorio y Médicos
Veterinarios, y como tal, debe notificarse y tratarse con cargo a la Ley 16.744.

La vigilancia de brucelosis se justifica porque:

Es una enfermedad que se puede prevenir, tanto en animales como humanos.


Es una enfermedad que posee riesgo ocupacional, principalmente en Médicos Veterinarios,
granjeros, trabajadores pecuarios, trabajadores de mataderos, carniceros o cualquier persona que
por su labor tenga contacto con animales, sus carnes o leche potencialmente infectados.

Es una enfermedad que puede afectar a animales en estrecho contacto con niños, ancianos,
mujeres embarazadas o personas inmunocomprometidas, como son las mascotas caninas.

Puede presentarse como cuadros clínicos graves.

Está asociado a prácticas deficientes de crianza de animales, de elaboración de productos lácteos


o de falla en la cocción de las carnes, lo que requiere ser detectado, investigado y fiscalizado.

Es un agente utilizado en el pasado como arma biológica.

Presenta elevados costos socioeconómicos, por concepto de ausentismo laboral, hospitalización,


tratamientos médicos, exámenes, consultas médicas especializadas y rehabilitación.

Genera pérdidas económicas debido al decomiso de productos y subproductos de la industria de


alimentos.

Los objetivos que se pretende lograr con esta vigilancia son los siguientes:

Detectar oportunamente cualquier caso de brucelosis en todo el territorio nacional.

Monitorear y detectar cambios en la dinámica epidemiológica de esta enfermedad.

Identificar oportunamente los factores de riesgo de transmisión como, por ejemplo, métodos
deficientes en la crianza de animales, métodos deficientes en la mantención de la inocuidad
alimentaria, venta de productos y subproductos lácteos no pasteurizados, o bien, falta de
elementos de protección personal durante faenas pecuarias (atención al parto, faenas de ordeña,
entre otras) o veterinarias (atención al parto de animales menores), para intervenir
oportunamente en su control y evitar casos secundarios o brotes.

Retroalimentar con información a otras áreas tanto del MINSAL como SEREMI de Salud para el
enfrentamiento integrado de casos y brotes.

Difundir información actualizada de la situación de esta enfermedad tanto a autoridades,


intra/intersector y población general.

Carbunco (ántrax)
El carbunco, ántrax, carbunclo bacteridiano o pústula maligna es una zoonosis bacteriana de
distribución mundial, producida por Bacillus anthracis. Afecta principalmente a animales
herbívoros que pastan campos contaminados, pero también a otras especies como perros, cerdos
y ser humano. La principal fuente de infección para el hombre son animales infectados, sus
productos contaminados o la contaminación del medio ambiente con esporas procedentes de
estos últimos, por consiguiente, no es una enfermedad que se transmita de persona a persona. Es
enzoótica en Chile, principalmente en la zona sur ya que se asocia a sectores ganaderos.
El carbunco es catalogado como enfermedad ocupacional, principalmente para granjeros,
trabajadores pecuarios, trabajadores de mataderos, carniceros, trabajadores que procesas pieles,
cueros, pelo, huesos u otros productos animales, personal de laboratorio y Médicos Veterinarios, y
como tal, debe notificarse y tratarse con cargo a la Ley 16.744.

La vigilancia de carbunco se justifica porque:

Es una enfermedad que se puede prevenir, tanto en animales como humanos.

Es una enfermedad que posee riesgo ocupacional, principalmente en personas que por su labor
tengan contacto con animales o sus productos potencialmente infectados.

Es una enfermedad que puede afectar a animales en estrecho contacto con niños, ancianos,
mujeres embarazadas o personas inmunocomprometidas, como son las mascotas caninas.

Puede presentarse como cuadros clínicos graves de alta letalidad.

Está asociado a prácticas deficientes de crianza de animales, lo que requiere ser detectado,
investigado y fiscalizado.

Es el principal agente utilizado en el pasado como arma biológica.

Presenta elevados costos socioeconómicos, por concepto de ausentismo laboral, hospitalización,


tratamientos médicos, exámenes, consultas médicas especializadas y rehabilitación.

Genera pérdidas económicas debido al decomiso de productos de origen animal.

Los objetivos que se pretende lograr con esta vigilancia son los siguientes:

Detectar oportunamente cualquier caso de carbunco humano en todo el territorio nacional.

Monitorear y detectar cambios en la dinámica epidemiológica de esta enfermedad.

Identificar oportunamente los factores de riesgo de transmisión como, por ejemplo, métodos
deficientes en la crianza de animales, consumo o venta de carne infectada, o bien, falta de
elementos de protección personal durante faenas pecuarias o veterinarias (principalmente al
enterrar animales muertos sin causa aperente) de tal forma de intervenir oportunamente en su
control y evitar casos secundarios o brotes.

Retroalimentar con información a otras áreas tanto del MINSAL como SEREMI de Salud para el
enfrentamiento integrado de casos y brotes.

Difundir información actualizada de la situación de esta enfermedad tanto a autoridades,


intra/intersector y población general.

Cólera
Cólera es una infección diarreica aguda causada por Vibrio cholerae serogrupos O1 y O139. Se
caracteriza clínicamente por la aparición de diarrea acuosa profusa, deposiciones al principio
líquidas de color normal que luego puede presentarse como “agua de arroz”. Además puede
acompañarse de deshidratación secundaria de intensidad variable, vómitos explosivos, náuseas,
lengua seca, sed intensa, sudoración, entre otros síntomas. Afecta a personas de todas las edades.
Generalmente se adquiere por la ingestión de alimentos o agua contaminada. La transmisión
persona a persona es poco común y el período de incubación es de 2 a 3 días, con un rango de 0 a
5 días.

La vigilancia de cólera se justifica porque:

Es una enfermedad que tiene un alto potencial epidémico.

Es una enfermedad que tiene medidas de prevención y control factibles de ejecutar.

Es una enfermedad objeto del Reglamento Sanitario Internacional.

En situación de brote genera gran impacto en la morbimortalidad y consecuencias económicas a


nivel de país.

Los objetivos de esta vigilancia son:

Identificar oportunamente la circulación del agente Vibrio cholerae O1 u O139 y prevenir la


transmisión de este agente.

Desarrollar oportunamente las actividades de control y prevención para evitar casos


secundarios en el país.

Identificar fuentes de contaminación (por ejemplo, agua contaminada, alimentos como


mariscos).

Coqueluche (tos ferina)


La tos ferina o coqueluche, es una enfermedad respiratoria aguda causada por la
bacteria Bordetella pertussis; un bacilo gram negativo pleomórfico de amplia distribución a nivel
mundial, cuyo único reservorio es el ser humano. También se han identificado otras especies de
bordetelas que pueden causar un cuadro clínico similar a coqueluche (1).
Clásicamente, se identifican 3 etapas en la enfermedad: catarral, paroxística y convalecencia, sin
embargo, la presentación de la enfermedad varía según factores propios del paciente tales como
la edad, historia previa de exposición, antecedentes mórbidos y vacunación, entre otros. Los niños
que no han recibido la serie primaria de vacunación contra coqueluche, presentan mayor riesgo de
enfermar, tener complicaciones propias de la enfermedad e incluso fallecer (2,3).

Coqueluche es una enfermedad inmunoprevenible por vacunación. En nuestro país, el Programa


Nacional de Inmunización (PNI), establece la aplicación de 4 dosis de vacuna pentavalente a los 2,
4, 6 y 18 meses de edad y 2 refuerzos con dTp acelular a los niños de 1º y 8º básico. A pesar de
que tanto en Chile como en otros países de la región se registran altas coberturas de vacunación
con DTP (vacuna Difteria, Tétanos, Pertussis) con porcentajes superiores al 90%, aún se registran
brotes en la mayoría de los países del continente americano, con algunas pocas excepciones (2,5).
Según el Decreto Supremo 158 de 2004, coqueluche es una enfermedad de notificación
obligatoria, universal y diaria, es decir, cada caso confirmado debe ser notificado diariamente a la
autoridad sanitaria regional y en forma semanal al Ministerio de Salud de Chile.

La vigilancia epidemiológica de coqueluche se justifica en que:

Es una enfermedad que se puede prevenir a partir de recomendaciones generales a la población


o a través del uso de la vacuna.

Posee una carga de enfermedad importante.

Afecta a población vulnerable principalmente a menores de 6 meses.

Puede producir brotes.

Permite evaluar el impacto de las medidas de prevención y control.

El objetivo de la vigilancia de coqueluche, es conocer el comportamiento de la enfermedad que


permita identificar precozmente cambios en su magnitud, tendencia y/o distribución para
fundamentar la toma de decisiones sobre la aplicación de medidas de prevención y control.

Dengue
El dengue es una enfermedad vírica aguda febril que dura de 2 a 7 días, con dos o más de las
siguientes manifestaciones: cefalea, dolor retroorbitario, mialgia, artralgia, erupción cutánea,
manifestaciones hemorrágicas y leucopenia, en un paciente procedente de zonas con presencia
del vector Aedes aegypti.

El modo de transmisión es por la picadura del mosquito Aedes aegypti, mosquito de hábitos
diurnos; se establece cerca de las viviendas donde existen condiciones deficientes de
saneamiento, encontrando ahí recipientes con aguas, generalmente, limpias que constituyen sus
criaderos.

La vigilancia de dengue se justifica porque:

Es una enfermedad sujeta a programas internacionales de vigilancia y control.

Es una enfermedad que tiene medidas de prevención y control factibles de ejecutar.

Es una enfermedad que tiene potencial epidémico.

Permite evaluar el impacto de las medidas de prevención y control.

Los objetivos de esta vigilancia son:

Pesquisar en forma oportuna casos de dengue autóctonos en Chile.

Evaluar el impacto de las medidas de prevención y control realizadas en Chile.


Diarreas
La diarrea se define como la presencia de tres o más veces al día de evacuaciones intestinales
blandas o líquidas. Según su duración, puede clasificarse como diarrea aguda (comienzo súbito
hasta 2 semanas) o persistente (duración 14 o más días).

Puede ser una manifestación de una infección del tracto digestivo, ocasionada por diversos
agentes bacterianos, víricos y parásitos. La infección se transmite vía fecal oral, por el consumo de
alimentos o agua contaminados, o bien persona a persona, como resultado de una higiene
deficiente.

La vigilancia de la diarrea aguda se justifica porque:

Es una enfermedad que en ausencia de intervención puede ocasionar alta morbilidad y


mortalidad.

Existen medidas de prevención y control factibles de ejecutar.

Es una enfermedad con potencial epidémico.

El objetivo de esta vigilancia es conocer la situación epidemiológica de las enfermedades diarreicas


agudas en niños menores de 5 años mediante centros centinela que permitan su clasificación a
través de criterios clínicos y/o de laboratorio para la detección oportuna de agentes etiológicos y
tendencia que orienten las acciones de control y prevención.

Diarreas por rotavirus

El rotavirus es la causa más importante de Enfermedad Diarreica Aguda (EDA) grave en niños
menores de 5 años en el mundo, tanto en países industrializados como en desarrollo, y es la
principal causa de hospitalización por diarrea en niños a nivel mundial. Prácticamente casi todos
los menores se infectan con el virus en los primeros dos a tres años de vida, siendo la incidencia
máxima de la enfermedad entre los 6 a 24 meses de edad.

El cuadro clínico se presenta desde una infección asintomática, hasta casos severos de vómitos,
fiebre y diarrea acuosa, que puede ocasionar deshidratación y muerte. El grupo de edad más
susceptible a una infección severa va desde los 3 meses a 2 años.

La vigilancia de EDA por rotavirus se justifica porque:

Es una enfermedad que en ausencia de intervención puede ocasionar alta morbilidad y


mortalidad.

Existen medidas de prevención y control factibles de ejecutar.

Es una enfermedad con potencial epidémico.

El objetivo de esta vigilancia es realizar la caracterización integral de las EDA por rotavirus en niños
menores de 5 años, mediante centros centinela, con el propósito de apoyar la acción de salud
pública en la prevención y control oportunos.
Difteria
La difteria es causada principalmente por cepas toxigénicas de Corynebacterium diphtheriae.
Puede provocar una infección bacteriana aguda de la vía respiratoria alta o una infección cutánea,
que es variante menos grave de la enfermedad (1).

Corynebacterium diphtheriae es un patógeno reemergente. Endémico en algunos países en


desarrollo y se ha asociado a brotes en países desarrollados.

La vigilancia de la difteria se justifica porque:

Es una enfermedad inmunoprevenible.

Es un patógeno reemergente

Permite la prevención secundaria de la propagación mediante la investigación rápida de


contactos cercanos.

Detección oportuna de brotes que pueden afectar principalmente a personas adultas con
inmunización parcial o que teniendo el esquema de vacunación completo, han disminuido su
inmunidad.

La vigilancia epidemiológica de la difteria tiene como objetivos:

1. Conocer la dinámica y carga de esta enfermedad en el país, que permita fortalecer y


fundamentar el proceso de toma de decisiones sobre la implementación de estrategias
pertinentes de prevención y control.

2. Detectar oportunamente la aparición de casos, con el fin de implementar precozmente las


medidas de prevención y control.

Enfermedad de Chagas (tripanosomiasis americana)


Enfermedad descubierta en 1909 por el Dr. Carlos Chagas, médico salubrista e investigador
brasileño. Es causada por el parásito Trypanosoma Cruzi, el cual es transmitido a personas a través
de vectores insectarios, principalmente por el Triatoma infestans, o “vinchuca”. Otras formas de
transmisión del parásito son: la vertical o congénita (de madre a hijo con traspaso del parásito a
través de la placenta); por transfusión sanguínea; por trasplante de órganos y por vía oral o
alimentaria.

También conocida como tripanosomiasis americana, la enfermedad de Chagas es endémica en el


continente americano, extendiéndose desde el sur de EE.UU hasta Argentina y Chile. Debido a la
migración de personas desde Latinoamérica a otros lugares del mundo, esta enfermedad se ha
detectado en Norteamérica, Europa, Japón, Australia y otros(1).

La infección por T. cruzi en humanos se presenta en dos fases, una aguda y una crónica, y de esta
última se distinguen dos formas, indeterminada y determinada.
También se describe la enfermedad de Chagas congénita que ocurre en recién nacidos por
transmisión vertical. El periodo de incubación de la enfermedad de Chagas depende de su tipo de
transmisión, siendo en promedio 1 a 2 semanas para la transmisión vectorial, 8 a 160 días para la
transfusional y trasplantes, y desde el nacimiento hasta varias semanas después para la vertical(3).

Enfermedad de Chagas aguda:

La mayoría de los casos son asintomáticos en esta etapa, y aquellos que presentan síntomas
suelen ser inespecíficos, como malestar general, fiebre y anorexia, también incluye
linfoadenopatías generalizadas y hepatoesplenomegalia. En algunos casos se puede presentar una
lesión cutánea indurada en el sitio de la picadura del insecto, lo que se conoce como Chagoma y se
presentan típicamente en la cara o las extremidades. Cuando el parásito ingresa por la conjuntiva
ocular, puede ocurrir inflamación y edema de ambos párpados del mismo ojo, lo que se conoce
como signo de Romaña(2).

Una pequeña proporción de las infecciones agudas (<1-5%) se presentan de forma grave, con
miocarditis aguda, derrame pericárdico y/o meningoencefalitis.
La enfermedad aguda de Chagas dura típicamente 4 a 8 semanas, luego de las cuales los síntomas
remiten, pero la persona persiste infectada crónicamente si no recibe tratamiento(3).

Enfermedad de Chagas Crónica:

Se divide en dos formas: “indeterminada” y “determinada”. La primera corresponde al periodo


después de la desaparición de los síntomas y se caracteriza por presentar serología positiva para
T.cruzi sin presentar signos o síntomas de enfermedad cardiaca o gastrointestinal. Luego de varios
años o décadas, el 30% a 40% de las personas con forma indeterminada pasaran a la segunda
forma, la cual se presenta con compromiso cardiaco o gastrointestinal (3).

El compromiso cardiaco es la forma determinada más frecuente y se manifiesta con alteraciones


de ritmo, miocardiopatía segmentaria o dilatada y tromboembolias.

El compromiso gastrointestinal se manifiesta en el esófago con alteraciones de la motilidad que


pueden ser leves a severas, pasando por la acalasia y el megaesófago. En el intestino grueso se
presenta con megacolon, manifestándose con constipación persistente, fecalomas y obstrucción
intestinal. La enfermedad de Chagas crónica también puede tener compromiso neurológico y de
otros órganos, lo cual es muy infrecuente (2)(3).

Enfermedad de Chagas congénita:

Es aquella que ocurre en recién nacidos, hijos de madres infectadas con el parásito de la
enfermedad de Chagas. La transmisión vertical del T.cruzi puede ocurrir en cualquier fase de la
enfermedad, aunque la mayoría de los casos ocurre en la presentación crónica de la enfermedad
en la madre. La probabilidad de transmisión es de un 2% a 12% en nuestra región (Argentina,
Bolivia, Chile y Paraguay) y la mayoría de los casos son asintomáticos (55%-90%) (4). La
presentación clínica de aquellos casos sintomáticos es similar a otras infecciones congénitas
pertenecientes al síndrome de TORCH. Signos y síntomas incluyen bajo peso al nacer, retraso del
crecimiento intrauterino, score de Apgar bajo, síndrome de distress respiratorio por neumonitis
parasitaria, miocarditis y, con mayor frecuencia, ictericia y hepatoesplenomegalia (5). Aquellos
infectados por transmisión vertical también tienen riesgo de presentar enfermedad de Chagas
crónica determinada en la adultez.

Enfermedad de Creutzfeldt-Jakob
En general, el término enfermedad de Creutzfeldt-Jakob (ECJ) se refiere a un grupo de
enfermedades neurodegenerativas, caracterizadas por la acumulación cerebral de una forma
anormal de una proteína celular llamada prion (del acrónimo inglés “proteinaceous infectious
particle”). Las enfermedades humanas priónicas han sido clasificadas por una combinación de
aspectos epidemiológicos, clínicos, histopatológicos y familiares. La ECJ ocurre en todo el mundo y
la incidencia anual estimada en muchos países, ha sido reportada en un caso por millón de
habitantes.

El año 1985 se inició la vigilancia epidemiológica de ECJ en Chile. Sin embargo, posterior a los
eventos ocurridos en Reino Unido en la mitad de los años ’90, la vigilancia de esta enfermedad
tomó una connotación distinta, lo que hizo necesario enfrentar el nuevo escenario epidemiológico
de la variante ECJ.

La vigilancia de la ECJ se justifica porque:

Es una enfermedad neurodegenerativa incurable, fatal y poco estudiada en nuestro país.

Es una enfermedad que se puede prevenir en sus formas iatrogénica y variante.

Es una enfermedad que presenta síndromes clínicos graves, disminución de la calidad de vida,
discapacidad e inevitablemente muerte.

Presenta elevados costos asociados a la atención clínica.

El propósito u objetivo de la vigilancia se basa en varios puntos:

Detectar oportunamente casos de variante ECJ y ECJ iatrogénica.

Desarrollar oportunamente las actividades de control y prevención de casos de variante ECJ y


ECJ iatrogénica.

Conocer la dinámica epidemiológica de la ECJ en todas sus formas.

Identificar cualquier cambio en la dinámica de la ECJ que pueda estar ligada a cuadros de
Encefalopatía Espongiforme Bovina.

Identificar oportunamente los factores de riesgo de transmisión de ECJ para evitar otros
potenciales casos de ECJ iatrogénica o variante.

Enfermedad meningocóccica
La enfermedad meningocócica es un cuadro agudo, causado por la bacteria Neisseria meningitidis
(Nm), que se caracteriza por un cuadro agudo, de aparición repentina y que es considerada como
una urgencia médica. La forma invasora, que ha sido frecuente con el aumento del serogrupo W,
se caracteriza por uno o varios cuadros clínicos como bacteriemia o septicemia, aparte de la
meningitis, entre otros. La meningococcemia o septicemia por meningococo, es la forma más
grave de infección, con erupción petequial, hipotensión arterial, coagulación intravascular
diseminada e insuficiencia de varios órganos, pudiendo llevar a la muerte.

En épocas pasadas, la letalidad era superior al 50%, lo que ha mejorado en la actualidad con el uso
de antibióticos, la atención de unidades de cuidados intensivos y la utilización de mejores medidas
de sostén; sin embargo, aún se mantiene alta, llegando alcanzar un 15% o más. Además, entre un
10 a un 20% de los que sobreviven sufren secuelas a largo plazo, como discapacidad intelectual y
pérdida de la audición o de la función de algunas extremidades.

En un período no epidémico, la portación asintomática de Nm se estima entre 10% – 25% de la


población, cifra que puede aumentar en situaciones de epidemia. La enfermedad se presenta
principalmente en niños, en especial en menores de un año y adultos jóvenes, siendo más
frecuente en hombres. El factor de mayor riesgo es la proximidad con el enfermo, especialmente
si se comparte la misma habitación y se tienen menos de 5 años de edad. Otros son el
hacinamiento, el estado inmunitario del huésped, las infecciones concurrentes de las vías
respiratorias superiores y la exposición pasiva o activa al humo de tabaco.

Existen medidas efectivas para evitar casos secundarios, como la quimioprofilaxis a los contactos y
el uso de vacunas conjugadas a la población de mayor riesgo. Así, desde fines del 2012 se inició
una campaña de vacunación entre los 9 meses y 5 años y, a partir del 2014, la vacuna se incluyó
como parte del Programa Nacional de Inmunizaciones al año de edad.

En Chile, la enfermedad meningocócica es de notificación obligatoria, universal e inmediata (DS


Nº158/2004). La justificación de contar con una vigilancia epidemiológica de esta enfermedad,
está basada en su gravedad (alta letalidad y secuelas), su potencial epidémico e impacto público.
Los objetivos de la vigilancia de la EM son: (1) Detectar casos para aplicar precozmente acciones
de control y prevención, evitando la aparición de casos secundarios; (2) Detectar brotes y actuar
precozmente en su control e identificar eventos inusitados asociados que requieren ampliar la
investigación; (3) Caracterizar la magnitud, tendencia, espectro clínico de la enfermedad en
nuestro país; (4) Detectar cambios de los serogrupos circulantes; (5) Evaluar en forma permanente
indicadores de calidad que permitan mejorar la vigilancia; (6) Contar con información de la
vigilancia secundaria que permitan caracterizar los cambios epidemiológicos producto de
intervenciones en salud pública (inmunizaciones, otros); contribuir al conocimiento global sobre la
carga de enfermedad y carga económica atribuible a EM, sobre los factores de riesgo y
determinantes sociales-ambientales, factores de virulencia, entre otros.

Brotes de Enfermedades Transmitidas por los Alimentos (ETA)


Las Enfermedades Transmitidas por Alimentos (ETA), son una importante carga de enfermedad en
todo el mundo, debido a su alta morbilidad y mortalidad principalmente en los grupos más
vulnerables como los niños menores de 5 años, embarazadas, adultos mayores y personas
inmunocomprometidas.
Según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año se registran 600
millones de casos y 420 mil muertes asociadas a ETA. Se han identificado más de 200 tipos de
enfermedades causadas por el consumo de alimentos, las cuales pueden tener distintas
presentaciones clínicas; desde un cuadro gastrointestinal agudo que es la forma más común,
pasando por otras que incluyen manifestaciones cutáneas, neurológicas o inmunológicas, llegando
incluso a manifestaciones sistémicas, cáncer y muerte.

En Chile y el mundo, los brotes de ETA se han convertido en un problema emergente debido a
diversos factores; como los cambios poblacionales que ocurren cada vez con mayor velocidad, el
cambio de las condiciones ambientales, la naturaleza de los agentes etiológicos y de las conductas
alimentarias de la población. También influye la globalización de los mercados y el aumento
creciente de los requerimientos de la industria de producir cada vez una mayor cantidad de
alimentos inocuos.

En nuestro país existe una vigilancia epidemiológica permanente y universal de los brotes de ETA
establecida en el Decreto Supremo Nº158/04 que norma el “Reglamento sobre notificación de
enfermedades transmisibles de declaración obligatoria”, el cual señala la notificación obligatoria e
inmediata de todos los brotes de ETA.

La vigilancia epidemiológica de los brotes de ETA se justifica en que:

Tienen alta morbilidad en población vulnerable: menores de 5 años, embarazadas, adultos


mayores e inmunodeprimidas.

Generan una sobrecarga importante para los establecimientos de salud.

Son enfermedades prevenibles a partir de recomendaciones generales a la población

Existen cambios permanentes en los factores ambientales que pueden incidir en la ocurrencia
de brotes de ETA

El objetivo de conocer el comportamiento de estas enfermedades para identificar precozmente


cambios en su magnitud, tendencia y/o distribución, así como también de sus determinantes
ambientales, que permita fundamentar la toma de decisiones sobre la aplicación de medidas de
prevención y control.

Fiebre amarilla
La fiebre amarilla es una enfermedad vírica aguda, hemorrágica, transmitida por mosquitos
infectados. El término “amarilla” alude a la ictericia que presentan algunos pacientes (coloración
amarilla de piel, mucosas).

Una pequeña proporción de pacientes infectados presentan síntomas graves, y aproximadamente


la mitad de estos casos, fallece en un plazo de 7 a 10 días.
Un buen tratamiento de apoyo en el hospital aumenta la tasa de supervivencia. No hay
tratamiento antivírico específico para la fiebre amarilla.
La fiebre amarilla puede prevenirse con una vacuna muy eficaz, y segura. Una sola dosis es
suficiente para conferir inmunidad y protección de por vida, sin necesidad de dosis de recuerdo. La
vacuna ofrece una inmunidad efectiva al 99% de las personas vacunadas en un plazo de 30 días.

Fiebre Q
La fiebre Q (Q fever or Query fever) es una enfermedad zoonótica producida por Coxiella burnetii,
un cocobacilo intracelular de distribución mundial. La principal fuente de infección para los
humanos es el ganado bovino, caprino y ovino, sin embargo, su reservorio es más amplio,
incluyendo mascotas, animales y aves salvajes, y artrópodos como las garrapatas. La forma más
frecuente de trasmisión es por contacto o inhalación de aerosoles o gotas que contienen la
bacteria, pero también por consumo de leche cruda o productos de esta. La trasmisión persona-
persona es poco frecuente. El periodo de incubación se estima en 3 a 30 días, aunque con mayor
frecuencia entre 2 y 3 semanas. La infección, que en un 50% sería asintomática, suele presentarse
en su fase aguda como un cuadro febril, similar a una gripe, asociado a sudoración, náuseas,
vómitos, diarrea y fatiga. Hasta un 2% de los casos podrían presentar neumonía de características
atípicas. La enfermedad aguda es autolimitada durando entre 1 y 3 semanas. En su fase crónica,
que afecta entre un 5 a 15% de los casos, se pueden producir, hepatitis, endocarditis, vasculitis,
osteomielitis y fibrosis pulmonar.

El aumento del conocimiento de este agente en los últimos años, ha dado cuenta de sus
particularidades y relevancia para la salud pública. Las características de la infección son muy
dependientes de factores ambientales y socioculturales, por lo que su situación epidemiológica es
muy disímil según regiones del mundo, encontrándose zonas endémicas y súper-endémicas, y
regiones con total falta de información respecto de la magnitud del fenómeno. Su asociación a
producción ganadera, la posiciona como una enfermedad ocupacional y su presencia determina
riesgo económico. Además, se ha descrito su potencial para generar brotes epidémicos y daño a la
salud, más allá del compromiso agudo que la caracteriza. Su alta virulencia y resistencia al
ambiente ha determinado que el Centro de Control y Prevención de Enfermedades de Estados
Unidos (CDC), haya clasificado C. burnetii como un agente de bioterrorismo clase B.

Todos estos factores (medidas de prevención y control, capacidad de producir brotes, gravedad de
los casos, agente de bioterrorismo) hacen relevante que sea una enfermedad bajo vigilancia de
laboratorio y de notificación obligatoria si se presenta como brote

Fiebre tifoidea y paratifoidea


La fiebre tifoidea es causada por Salmonella enterica subespecie enterica serovariedad Typhi (S.
Typhi). Se caracteriza por fiebre continua, cefalea intensa, malestar general, anorexia, bradicardia
relativa, esplenomegalia, tos no productiva en las fases iniciales, ocasionalmente se presentan
manchas rosadas en el tronco, y en los adultos el estreñimiento es más frecuente que la diarrea.
La fiebre paratifoidea causada por Salmonella enterica subespecie enterica serovariedades
Paratyphi A, B y C (S. Paratyphi A, B, C), presenta un cuadro clínico similar (1).
El modo de transmisión más frecuente es a través del agua y los alimentos contaminados con
heces u orina de enfermos o portadores (2). El periodo de incubación para la fiebre tifoidea varía
de 3 a más de 60 días, con límites de 8 a 14 días dependiendo del inóculo ingerido (1). En el caso
de la fiebre paratifoidea, es de 1 a 10 días (1). El uso de antibióticos es el tratamiento
recomendado, utilizándose distintos tipos de antibióticos de acuerdo a la resistencia documentada
(3).

La vigilancia de la fiebre tifoidea y fiebre paratifoidea se justifica porque:

Es una enfermedad que en ausencia de intervención causa alta mortalidad y morbilidad.

Es una enfermedad que tiene medidas de prevención y control factibles de ejecutar.

Es una enfermedad que tiene potencial epidémico.

Permite evaluar el impacto de las medidas de prevención y control.

Los objetivos de esta vigilancia son:

Identificar la magnitud, tendencia y características de los casos de fiebre tifoidea y fiebre


paratifoidea.

Evaluar el impacto de las medidas de prevención y control realizadas en Chile.

Gastroenteritis por Vibrio parahaemolyticus


La gastroenteritis por Vibrio parahaemolyticus (VP) habitualmente se presenta como un cuadro
diarreico agudo de tipo secretor y en ocasiones hemorrágico, acompañado de náuseas, dolor
abdominal cólico y a veces fiebre. Con menor frecuencia, se presentan infecciones de heridas con
este agente y septicemia secundaria en casos más graves. El período de incubación del cuadro
gastrointestinal generalmente es de 12 a 24 horas, y la evolución generalmente es autolimitada,
siendo la muerte un desenlace poco frecuente en infecciones asociadas a gastroenteritis (1%),
pero mayor en infecciones de heridas (5%) y septicemia (44%).

La principal fuente de contagio es la ingestión de pescados o mariscos, especialmente bivalvos


crudos o mal cocidos, o cualquier alimento que haya sufrido contaminación cruzada por la
manipulación de estos alimentos o por lavarlos con agua contaminada.

La vigilancia de gastroenteritis por VP se justifica porque:

Es una enfermedad que en ausencia de intervención puede ocasionar alta morbilidad.

Existen medidas de prevención y control factibles de ejecutar.

Es una enfermedad con potencial epidémico.

La vigilancia epidemiológica de gastroenteritis por VP tiene como objetivo conocer el


comportamiento de esta infección en la población, que permita fortalecer y fundamentar el
proceso de toma de decisiones sobre la implementación de estrategias pertinentes de prevención
y control.
Gonorrea
La gonorrea, también conocida como blenorragia, es producida por la bacteria Neisseria
gonorrhoeae. Esta, es capaz de infectar diferentes tipos de mucosas, de preferencia la uretra en el
hombre y el cuello uterino en la mujer. Pudiendo además encontrarse en el recto, conjuntiva,
faringe y en la vulva y vagina de la mujer, dependiendo de las prácticas sexuales1. Su principal
forma de transmisión es por relaciones sexuales no protegidas y ocasionalmente a través del
conducto del parto afectando la conjuntiva ocular de los recién nacidos2.

En general, esta infección produce mayor sintomatología en hombres, lo que permite la consulta y
tratamiento oportuno, en cambio, en las mujeres las manifestaciones son mayoritariamente
asintomáticas, lo que retarda la consulta hasta que se producen complicaciones.

La vigilancia de gonorrea se justifica porque:

Es una enfermedad que se puede prevenir.

Neisseria gonorrhoeae se encuentra sujeta a vigilancia de resistencia antimicrobiana

Afecta en mayor proporción a una población económicamente activa.

Permite evaluar el impacto de las medidas de prevención y control.

La Vigilancia epidemiológica de la gonorrea, tiene como objetivo conocer la incidencia, tendencia y


características en la población general y grupos específicos con el fin de implementar estrategias
pertinentes de prevención, control y educación de la población.

Hepatitis viral A
La hepatitis A, es una infección hepática causada por el virus de la hepatitis A. Puede producir
morbilidad moderada a grave. Es una enfermedad que se encuentra ampliamente distribuida en el
mundo y que puede presentarse en forma esporádica o epidémica con ciclos estacionales. Su
mecanismo de transmisión es fecal – oral, a través del consumo de agua o alimentos
contaminados. Esto ocurre especialmente en lugares en donde existen condiciones de
saneamiento ambiental deficiente. En nuestro país afecta principalmente población adolescente y
adultos jóvenes (1, 2, 3)

La vigilancia epidemiológica de la hepatitis A se justifica en que:

– Es una enfermedad que se puede prevenir a partir de recomendaciones generales a


la población o a través del uso de la vacuna

– Posee una carga de enfermedad importante.

– Afecta a población económicamente activa


– Permite evaluar el impacto de las medidas de prevención y control.

El objetivo de la vigilancia de hepatitis A, es conocer el comportamiento de la enfermedad que


permita identificar precozmente cambios en su magnitud, tendencia y/o distribución para
fundamentar la toma de decisiones sobre la aplicación de medidas de prevención y control.

Hepatitis viral B
La hepatitis B, es una enfermedad viral, inmunoprevenible, endémica en el mundo. Es producida
por un virus de ADN, cuyo único reservorio son los
seres
humanos. Puede transmitirse por vía
parenteral, sexual, perinatal y horizontal a través del contacto de las mucosas con fluidos
corporales infectantes. En la mayoría de las ocasiones, la infección es asintomática y constituye
una de las principales causas de cirrosis hepática y cáncer de hígado.

La vigilancia de la hepatitis B se justifica porque:

• Es una enfermedad que se puede prevenir.


• Es inmunoprevenible
• Posee una carga de enfermedad importante, disminución de la calidad de vida y muerte.
• Afecta en mayor proporción a una población económicamente activa.
• Permite evaluar el impacto de las medidas de prevención y control.

La Vigilancia epidemiológica de la hepatitis B tiene como objetivo conocer el comportamiento de


esta infección en la población, que permita fortalecer y fundamentar el proceso de toma de
decisiones sobre la implementación de estrategias pertinentes de prevención y control.

Hepatitis viral C
La hepatitis C es una enfermedad causada por un virus ARN, siendo frecuentemente de curso
asintomático, por lo cual, la mayoría de los individuos desarrollan la forma crónica de la
enfermedad.

El virus se transmite principalmente por vía parenteral, siendo uno de sus principales factores de
riesgo la exposición a productos derivados de la sangre, otros son: el uso de drogas inyectables, la
exposición a procedimientos médicos (inyecciones, diálisis y otros.) y en una proporción menor las
relaciones sexuales no protegidas y los tatuajes. En nuestro país el factor de riesgo más frecuente
es el antecedente de transfusión de productos sanguíneos, situación que significaba un grave
problema de salud pública hasta antes de la adopción del tamizaje obligatorio en bancos de sangre
en Chile (1 enero, 1996)1.

Es una enfermedad de alto impacto social y económico debido principalmente a las


complicaciones que puede generar: el virus de la hepatitis C es responsable del 27% de los casos
de cirrosis hepática y del 25% de los casos de carcinoma hepatocelular en el mundo. Se estima que
existen 180 millones de personas en el mundo infectadas con el virus de la hepatitis C, que
representan aproximadamente el 3% de la población mundial, de estos unos 130 millones son
portadores crónicos con riesgo de desarrollar cirrosis y/o cáncer.2,3

En Chile, la hepatitis C es considerada de baja endemicidad. Según la Encuesta Nacional de


Salud 2009-20104 la prevalencia de VHC fue de 0,01% (IC 95%:0,00-0,04).

La vigilancia de la hepatitis C se justifica porque:


Es una enfermedad que se puede prevenir.
Posee una carga de enfermedad importante, disminución de la calidad de vida y muerte.
Presenta elevados costos asociados a la atención clínica.
Permite evaluar el impacto de las medidas de prevención y control.
La Vigilancia epidemiológica de la hepatitis C tiene como objetivo conocer el comportamiento de
esta infección en la población, que permita fortalecer y fundamentar el proceso de toma de
decisiones sobre la implementación de estrategias pertinentes de prevención y control.

Hidatidosis (equinococosis quística)


La hidatidosis o equinococosis quística, es una enfermedad parasitaria producida por el
céstodo Echinococcus granulosus, que afecta como hospedero definitivo a los perros domésticos y
algunos cánidos silvestres y como hospederos intermediarios accidentales a varias especies
animales (ovinos, bovinos, cerdos, caprinos, equinos, camélidos, cérvidos) incluido el ser humano.

La vigilancia de la hidatidosis se justifica porque:

Es considerada una enfermedad desatendida que requiere ser priorizada.

Es una enfermedad que se puede prevenir, tanto en sus hospederos definitivos como
intermediarios.

Posee una carga de enfermedad importante expresada en años de vida ajustados por discapacidad
(DALYs), con presentación de síndromes clínicos graves, disminución de la calidad de vida y
muerte.

Afecta en mayor proporción a una población económicamente activa.

Presenta elevados costos asociados al tratamiento.

Genera altas pérdidas económicas debido al decomiso de vísceras de animales productivos.

El objetivo de esta vigilancia es comprender la dinámica y carga de enfermedad en el país y poder


así orientar las acciones y políticas necesarias para su control y prevención.
Influenza e Infecciones respiratorias agudas graves (IRAG)
La influenza es una infección de origen viral, que afecta principalmente la nariz, la garganta, los
bronquios y, ocasionalmente, los pulmones. La infección dura generalmente una semana y se
caracteriza por la aparición súbita de fiebre alta, mialgias, cefalea, malestar general importante,
tos seca, odinofagia y rinitis.

Esta enfermedad es considerada un problema de salud pública por su elevado potencial


epidémico, asociado a su transmisibilidad, su variabilidad antigénica y a la posibilidad de
intercambio genético entre los virus de origen humano y animal. Produce una elevada demanda
de atención ambulatoria y hospitalaria, así como fallecimientos especialmente en los grupos de
riesgo como adultos mayores, niños menores de 2 años, etc.

La influenza no causa un síndrome clínico específico que la distinga de otros agentes patógenos.
Dado que no se pueden detectar las personas con influenza sin una prueba de diagnóstico, no es
factible obtener muestras de todos los pacientes para identificar el agente causal para propósitos
de vigilancia. Por ello se recomienda internacionalmente usar un síndrome genérico; la
enfermedad tipo influenza (ETI), para vigilar la influenza menos grave y otras infecciones
respiratorias virales en pacientes ambulatorios, y la infección respiratoria aguda grave (IRAG), para
vigilar los cuadros más graves que requieren hospitalización.

En Chile, desde el año 2002 la influenza es una enfermedad de notificación obligatoria mediante la
modalidad centinela para la vigilancia de ETI. La vigilancia de las IRAG se inicia en el 2009 en el
contexto de la pandemia de influenza.

Nuestro país, participa en redes internacionales de la Organización Mundial de la Salud (OMS),


como son: el Sistema Global de Vigilancia y Respuesta a Influenza (GISRS), la vigilancia virológica
de influenza en una red de laboratorios que utilizan la plataforma FluNet (7) y la red de vigilancia
epidemiológica de influenza, a través de la herramienta FluID.

El Instituto de Salud Pública (ISP) realiza la vigilancia virológica y desde 1968 forma parte de la red
de laboratorios de la OMS para la vigilancia de influenza como Laboratorio Nacional de Referencia
de Influenza (9). El Departamento de Epidemiología es el responsable de la Vigilancia
epidemiológica de esta enfermedad y participa en la red de Vigilancia de las Infecciones
Respiratorias Agudas SARINET de OPS desde 2014

Los objetivos de la vigilancia de la influenza en Chile son:

Identificar oportunamente la circulación viral.

Determinar su impacto en morbilidad y letalidad.

Contribuir a caracterizar la propagación de las variantes antigénicas, información que es


necesaria para la selección de las cepas
vacúnales.
Lepra
La enfermedad de Hansen (EH), más conocida como lepra, es una infección granulomatosa
crónica, producida por el bacilo Mycobacterium leprae, que compromete, principalmente, la piel y
los nervios periféricos, pudiendo afectar también, el polo anterior del globo ocular, el tracto
respiratorio superior, los testículos y el riñón. Actualmente, rara vez es mortal, sin embargo, las
complicaciones secundarias a la neuropatía pueden ser deformantes e incapacitantes. Todas estas
complicaciones son prevenibles si se realiza el diagnóstico precoz y el tratamiento adecuado y
oportuno.

El período de incubación promedio, entre que se produce la infección y se manifiestan los


primeros síntomas es de cinco años, con un rango de 1 a 20 años o más.

La vigilancia de la EH es de notificación obligatoria universal, según D.S. 158/04 y se justifica


porque es una enfermedad que:

en ausencia de intervención causa alta morbilidad y secuelas.

tiene medidas de prevención y control factibles de ejecutar.

Los objetivos de esta vigilancia son:

Identificar la magnitud, tendencia y características de los casos de EH.

Identificar contactos para verificar presencia o ausencia de enfermedad.

Evaluar el impacto de las medidas de prevención y control realizadas en Chile.

Leptospirosis
La leptospirosis o enfermedad de Weil, es una zoonosis bacteriana producida por espiroquetas del
género Leptospira. Es una enfermedad de distribución mundial que afecta animales domésticos,
silvestres y al hombre. Uno de sus principales problemas es el diagnóstico debido a los signos
inespecíficos que produce, lo que trae como consecuencia un elevado nivel de subreporte a las
autoridades de salud en todo el mundo. El espectro de síntomas es amplio, desde un cuadro febril
inespecífico a enfermedad multisistémica con elevada mortalidad. La bacteria se mantiene en los
animales portadores (principalmente roedores) a través de una infección renal crónica siendo
eliminada a través de la orina, contaminando de ese modo el ambiente. La infección en humanos
ocurre por contacto directo con orina o tejidos infectados, o por exposición a organismos
presentes en la tierra o agua.

La leptospirosis es catalogada como enfermedad ocupacional, principalmente para granjeros,


trabajadores agropecuarios, de mataderos, carniceros, mineros, manufactureros o sanitarios,
personal de laboratorio y Médicos Veterinarios, y como tal, debe notificarse y tratarse con cargo a
la Ley 16.744.

La vigilancia de leptospirosis se justifica porque:


Es una enfermedad que posee riesgo ocupacional, principalmente en Médicos Veterinarios,
granjeros, trabajadores agropecuarios, de mataderos, carniceros, mineros, manufactureros,
sanitarios o cualquier persona que por su labor tenga contacto con animales o sus secreciones
potencialmente infectados.

Es una enfermedad que puede afectar a animales en estrecho contacto con niños, ancianos,
mujeres embarazadas o personas inmunocomprometidas, como son las mascotas caninas.

Puede presentarse como cuadros clínicos graves con alta letalidad.

Está asociado a prácticas deficientes de crianza de animales, de condiciones de vivienda o de


protección laboral, lo que requiere ser detectado, investigado y fiscalizado.

Presenta elevados costos socioeconómicos, por concepto de ausentismo laboral, hospitalización,


tratamientos médicos, exámenes, consultas médicas especializadas y rehabilitación.

Los objetivos que se pretende lograr con esta vigilancia son los siguientes:

Detectar oportunamente cualquier caso de leptospirosis en todo el territorio nacional.

Monitorear y detectar cambios en la dinámica epidemiológica de esta enfermedad.

Identificar oportunamente los factores de riesgo de transmisión de este agente.

Retroalimentar con información a otras áreas tanto del MINSAL como SEREMI de Salud para el
enfrentamiento integrado de casos y brotes.

Difundir información actualizada de la situación de esta enfermedad tanto a autoridades,


intra/intersector y población general.

Listeriosis
Listeriosis es una infección causada por la bacteria Listeria monocytogenes, patógeno ubicuo que
se transmite principalmente al consumir alimentos contaminados, especialmente los llamados
“listos para el consumo”, definidos como aquellos que no requieren tratamiento térmico previo a
su ingesta. También puede ser adquirida por exposición ocupacional por veterinarios o personas
en contacto cercano con animales (1).

Si bien puede afectar a cualquier persona, generalmente con cuadros leves e incluso en forma
asintomática, en los grupos de mayor riesgo de infección como recién nacidos, mayores de 60
años, personas inmunodeprimidas, embarazadas y adultos con enfermedades crónicas (diabetes
mellitus, daño hepático crónico, entre otras), puede causar enfermedad severa como sepsis,
meningitis o meningoencefalitis y en las gestantes, parto prematuro o infección fetal (1,2).

La vigilancia de listeriosis se justifica porque:

Es una enfermedad que se puede prevenir.

Se presenta con síndromes clínicos graves y muerte.


Tiene elevados costos asociados a la hospitalización.

Repercusión nacional e internacional, debido a la pérdida de alimentos contaminados con L.


monocytogenes que son retirados de los mercados.

El objetivo de esta vigilancia es conocer y describir el patrón de presentación de esta enfermedad


en el país; detectar precozmente brotes y poder así orientar las acciones necesarias para su
control y prevención.

Enfermedad meningocóccica
La enfermedad meningocócica es un cuadro agudo, causado por la bacteria Neisseria meningitidis
(Nm), que se caracteriza por un cuadro agudo, de aparición repentina y que es considerada como
una urgencia médica. La forma invasora, que ha sido frecuente con el aumento del serogrupo W,
se caracteriza por uno o varios cuadros clínicos como bacteriemia o septicemia, aparte de la
meningitis, entre otros. La meningococcemia o septicemia por meningococo, es la forma más
grave de infección, con erupción petequial, hipotensión arterial, coagulación intravascular
diseminada e insuficiencia de varios órganos, pudiendo llevar a la muerte.

En épocas pasadas, la letalidad era superior al 50%, lo que ha mejorado en la actualidad con el uso
de antibióticos, la atención de unidades de cuidados intensivos y la utilización de mejores medidas
de sostén; sin embargo, aún se mantiene alta, llegando alcanzar un 15% o más. Además, entre un
10 a un 20% de los que sobreviven sufren secuelas a largo plazo, como discapacidad intelectual y
pérdida de la audición o de la función de algunas extremidades.

En un período no epidémico, la portación asintomática de Nm se estima entre 10% – 25% de la


población, cifra que puede aumentar en situaciones de epidemia. La enfermedad se presenta
principalmente en niños, en especial en menores de un año y adultos jóvenes, siendo más
frecuente en hombres. El factor de mayor riesgo es la proximidad con el enfermo, especialmente
si se comparte la misma habitación y se tienen menos de 5 años de edad. Otros son el
hacinamiento, el estado inmunitario del huésped, las infecciones concurrentes de las vías
respiratorias superiores y la exposición pasiva o activa al humo de tabaco.

Existen medidas efectivas para evitar casos secundarios, como la quimioprofilaxis a los contactos y
el uso de vacunas conjugadas a la población de mayor riesgo. Así, desde fines del 2012 se inició
una campaña de vacunación entre los 9 meses y 5 años y, a partir del 2014, la vacuna se incluyó
como parte del Programa Nacional de Inmunizaciones al año de edad.

En Chile, la enfermedad meningocócica es de notificación obligatoria, universal e inmediata (DS


Nº158/2004). La justificación de contar con una vigilancia epidemiológica de esta enfermedad,
está basada en su gravedad (alta letalidad y secuelas), su potencial epidémico e impacto público.
Los objetivos de la vigilancia de la EM son: (1) Detectar casos para aplicar precozmente acciones
de control y prevención, evitando la aparición de casos secundarios; (2) Detectar brotes y actuar
precozmente en su control e identificar eventos inusitados asociados que requieren ampliar la
investigación; (3) Caracterizar la magnitud, tendencia, espectro clínico de la enfermedad en
nuestro país; (4) Detectar cambios de los serogrupos circulantes; (5) Evaluar en forma permanente
indicadores de calidad que permitan mejorar la vigilancia; (6) Contar con información de la
vigilancia secundaria que permitan caracterizar los cambios epidemiológicos producto de
intervenciones en salud pública (inmunizaciones, otros); contribuir al conocimiento global sobre la
carga de enfermedad y carga económica atribuible a EM, sobre los factores de riesgo y
determinantes sociales-ambientales, factores de virulencia, entre otros.

Parotiditis
La parotiditis infecciosa o paperas, es una enfermedad infecciosa viral e inmunoprevenible, que se
encuentra ampliamente distribuida por el mundo. El virus que la causa es un virus RNA de la
familia Paramyxoviridae, del género Rubulavirus. La enfermedad se caracteriza por la inflamación
y aumento de volumen de las glándulas salivales, especialmente las parotídeas, asociado a un
cuadro febril generalmente benigno y autolímitado.

A fines de la década de los 60, la incidencia de la enfermedad disminuyó notablemente en


aquellos países que fueron introduciendo la vacuna en sus programas de inmunización. Sin
embargo, la enfermedad aún se presenta en forma endémica aunque con incidencias menores,
pero generando brotes epidémicos de diferente cuantía de forma esporádica.

La parotiditis puede ser causada por otros agentes virales, como por ejemplo: parainfluenza tipo 1
y 3, Epstein Barr, Coxsackie A, Influenza A, adenovirus, parvovirus B19, y agentes bacterianos
como Staphylococcus aurerus y micobacterias atípicas. Existen también otras causas de
inflamación de las glándulas parotídeas de carácter no infeccioso, como tumores, drogas y
obstrucción. En general, estas etiologías de parotiditis tienden a ser esporádicas y no causar
epidemias, como en el caso del virus de la parotiditis, pero en escenarios de altas coberturas de
vacuna, pueden ser causas relevantes de parotiditis.

La parotiditis por virus de la parotiditis es el foco de la vigilancia epidemiológica que se realiza a


nivel nacional y de la información de esta página.

Virus de la parotiditis

El virus de la parotiditis pertenece a la familia Paramixovirus y al género Rubulavirus, al igual que


el virus parainfluenza tipo 2 y 4. Algunos otros virus pertenecientes a la misma familia son el virus
del sarampión, el metaneumovirus humano, el virus respiratorio sincicial, virus parainfluenza 1 y 3,
y el virus Newcastle.

El virus varía entre esférico y pleomórfico con un diámetro que va entre 100 y 600 nm y tiene en
su interior una hebra negativa única de RNA con 15.384 nucleótidos en que se encuentran
codificadas 7 proteínas. Cada partícula viral se encuentra envuelta por una membrana formada
por una doble capa lipídica y tres proteínas relacionadas con la capacidad del virus de unirse a la
célula blanco: la proteína de la matriz (M) y las glicoproteínas de superficie Hemaglutinia-
neuramidasa (HN) y de fusión (F). Una cuarta proteína asociada a la membrana es la proteína
hidrofóbica pequeña (SH)) que cumpliría la función de evasión de la respuesta del huésped. Las
demás proteínas forman parte del complejo ribonucleoproteina (núcleoproteína o NP) y del
complejo RNA polimerasa compuesto por una fosfoproteína (P) y una proteína de alto peso
molecular (L).

De acuerdo a las características de la sección que codifica la SH-proteína, se reconocen 12


genotipos de virus de la parotiditis (A a L). Estos genotipos se distribuyen en diferentes áreas
geográficas, aun cuando es posible encontrar circulando varios genotipos en una misma área. No
se reconocen serotipos virales.

Patogenia

El virus de la parotiditis infecciosa tiene como único reservorio el ser humano. Se trasmite
principalmente por vía respiratoria, a través de gotitas, pero también por contacto directo a través
de fómites. El periodo de incubación tiene un rango de 12 a 25 días, aunque con mayor frecuencia
dura entre 16 y 18 días. El periodo de transmisibilidad puede empezar una semana antes del inicio
de síntomas y prolongarse hasta una semana después del inicio de síntomas, siendo la mayor
transmisibilidad en torno al inicio de síntomas. El virus ha sido aislado a partir de saliva de
contactos asintomáticos, haciendo suponer que jugarían un rol en la trasmisión epidémica de la
enfermedad.

Producida la infección de la vía respiratoria superior, esta puede mantenerse localizada o


diseminarse por el huésped afectando diferentes órganos y tejidos. Los órganos más afectados son
las glándulas salivales, gónadas, páncreas, sistema nervioso central y riñones. El mecanismo de
diseminación del virus es desconocido; sin embargo, se piensa que el virus invadiría ganglios
linfáticos locales a partir de los cuales generaría viremias transitorias, durante la fase aguda de la
enfermedad. También se ha postulado un rol del sistema monocítico -macrófago en la
diseminación del virus.

Cuadro clínico

Previo a la introducción de la vacuna, se estimaba que de un tercio a la mitad de las infecciones


por el virus de la parotiditis eran asintomáticas o con síntomas leves no específicos, característicos
de la fase de pródromo: fiebre leve, anorexia, malestar general, dolor de cabeza. Actualmente, en
el escenario postvacunación, se desconoce qué porcentaje de los infectados es el que desarrollaría
síntomas.

El síntoma más característico de la infección, que se produce en el 95% de los casos sintomáticos,
es la inflamación y aumento de volumen de las glándulas salivales, especialmente las parotídeas,
aunque también pueden afectarse las sublinguales y submandibulares. La inflamación suele ser
dolorosa y bilateral, aunque con un desfase de días entre un lado y otro, y suele disminuir a la
semana de evolución, para resolverse en un lapso de 10 días. La inflamación glandular y daño
tisular pueden determinar un aumento de la amilasa plasmática y urinaria.

Entre un 15% y un 30% de los infectados adultos desarrollan epididimitis u orquitis, siendo rara
previo a la pubertad. La inflamación testicular suele iniciarse algunos días después de la parotiditis
y ser unilateral en la mayoría de los casos, resolviéndose en el lapso de una semana, pero
pudiendo quedar con sensibilidad testicular residual por varias semanas. La esterilidad post
orquitis es rara, aun cuando, puede haber algún grado de atrofia testicular, oligoespermia e
hipofertilidad. No hay claridad respecto de la afectación de la función endocrina testicular y no hay
evidencia que respalde el aumento del riesgo de cáncer post orquitis. Entre un 5% y un 10% de las
mujeres postpuberales desarrollarían ooferitis o mastitis. Los casos de infertilidad secundaria a
este compromiso, también son raros.

El compromiso del sistema nervioso central se ve en la mitad de las infecciones por el virus de la
parotiditis, aun cuando solo entre un 1 y un 10% de los casos presentaría clínicamente un cuadro
de meningitis y un 0,1% de encefalitis. En la era pre vacuna, dada las altas tasas de infección por
este virus, esta etiología determinaba un número importante de los casos de encefalitis. La gran
mayoría de los casos de compromiso del sistema nervioso central son autolimitados y la
recuperación es completa, sin secuelas. En general, las secuelas se dan en casos de encefalitis, más
frecuentes en adultos que en niños, siendo principalmente la hipoacusia unilateral. La mortalidad
también está asociada con el compromiso del encéfalo, siendo entre el 1% y 5% de los casos.

Otros órganos que se pueden ver comprometidos por la infección del virus de la parotiditis son el
páncreas, los riñones y el tejido miocárdico; sin embargo, la manifestación clínica de estos
compromisos es muy poco frecuente.

La infección durante los primeros meses de embarazo se asocia con aborto espontáneo, en tanto
que no hay evidencia entre la infección y el desarrollo de malformaciones congénitas o retraso del
crecimiento. Parotiditis perinatal ha sido descrita, siendo de curso benigno.

Otras manifestaciones raras de la parotiditis son: artritis, hepatitis, colecititis, queeratouveitis,


síndrome hematofágico, y trombocitopenia.

Laboratorio etiológico

El diagnóstico mediante técnicas de laboratorio puede ser a través del aislamiento del virus, la
detección de RNA viral o bien el análisis de los niveles plasmáticos de anticuerpos (IgM e IgG).

El aislamiento del virus desde el plasma es poco frecuente y se limitaría a los dos primeros días
post-inicio de síntomas. Durante la primera semana del inicio del cuadro clínico, puede ser aislado
desde muestras de saliva, líquido cefaloraquídeo (LCR), orina o líquido seminal. El hisopado de
ducto parotídeo, posterior a un breve masaje de la glándula, es el método recomendado para la
recolección de la muestra. La confirmación del virus puede ser realizada a través de técnicas
moleculares mediante RT-PCR o inmunofluorescencia con anticuerpos monoclonales específicos.

La detección de material genético a través de RT-PCR directamente de muestras de saliva, orina y


LCR ha demostrado ser más sensible que el uso de cultivo. La detección de material genético
permitiría su secuenciamiento y genotipificación.

La detección a través de técnicas de ELISA de IgM específico para el virus de la parotiditis también
permite la confirmación de la enfermedad. El momento óptimo para realizar el análisis sería entre
7 y 10 días post inicio de la enfermedad. Falsos negativos se asocian con toma precoz de las
muestras, vacunación y exposición previa al virus, siendo recomendable el análisis de la IgG
(seroconversión o aumento importante de títulos apoyarían el diagnóstico de infección reciente).

Tratamiento
La enfermedad es benigna en la gran mayoría de los casos y autolimitada, razón por la cual el
tratamiento suele ser sintomático. El uso de terapias específicas como inmunoglobulina
intramuscular o endovenosa, o interferón puede ser considerada en casos especiales, y debe ser
consultada su indicación y efectividad con el médico tratante.

Peste
La peste, plaga o muerte negra es una zoonosis bacteriana producida por Yersinia pestis, agente
aislado por primera vez en 1894 por Alexandre Yersin. Afecta a numerosos mamíferos y muy
ocasionalmente al hombre a través de la picadura de pulgas (vector).

The 3 most endemic countries are Madagascar, the Democratic Republic of Congo and Peru.

Esta enfermedad ha sido identificada en roedores silvestres y sus pulgas prácticamente en todos
los continentes con excepción de Australia. Según cifras de la Organización Mundial de la Salud
(OMS), entre los años 2010 y 2015 se reportaron 3.248 casos de peste en humanos en el mundo,
resultando en 548 muertes. Los 3 países más endémicos son Madagascar, República Democrática
del Congo y Perú. Y. pestis es uno de los microorganismos que ha sido utilizado como agente de
bioterrorismo.

La vigilancia de peste se justifica porque:

Es una enfermedad erradicada de Chile, pero presente en países vecinos, lo que constituye un
riesgo latente de reintroducción.

Es una enfermedad que ha sido utilizada en el pasado como arma biológica.

Puede presentarse como cuadros clínicos graves con alta letalidad y alta transmisibilidad.

Los objetivos que se pretende lograr con esta vigilancia son los siguientes:

Detectar oportunamente cualquier caso de peste en todo el territorio nacional, principalmente


asociada a viajeros.

Identificar oportunamente una eventual reintroducción del agente a territorio chileno.

Identificar oportunamente los factores de riesgo de transmisión de este agente.

Retroalimentar con información a otras áreas tanto del MINSAL como SEREMI de Salud para el
enfrentamiento integrado de casos.

Difundir información actualizada de la situación de esta enfermedad tanto a autoridades,


intra/intersector y población general.

Poliomielitis (Parálisis flácidas agudas)


La Poliomielitis es una enfermedad infecciosa producida por el virus polio y que se transmite
persona a persona. Afecta principalmente a niños menores de cinco años y se caracteriza por una
parálisis irreversible, generalmente de las extremidades inferiores, pudiendo ser letal cuando ésta
afecta a los músculos respiratorios. Es una enfermedad prevenible mediante vacunación,
encontrándose en vías de erradicación producto de los esfuerzos mundiales llevados a cabo al
respecto (1-3)

Chile fue el tercer país del mundo en eliminar la circulación autóctona del poliovirus salvaje en el
año 1975, sin embargo, nuestro país no está exento de riesgo de su reintroducción desde países
endémicos (2).

Por tal motivo, en nuestro país existe una vigilancia epidemiológica sindromática de todas las
Parálisis Fláccidas Agudas (PFA), justificada en que:

Es una enfermedad que genera discapacidad severa en la población infantil.

Es una enfermedad inmunoprevenible que se encuentra en vías de erradicación y que requiere de


los esfuerzos colectivos y sincronizados de todos los países del mundo (2, 3).

Existe un compromiso del país en avanzar hacia la erradicación definitiva del poliovirus del mundo.

El objetivo de la vigilancia de las PFA es identificar precozmente cualquier caso de poliomielitis y


aplicar oportunamente las medidas de control necesarias para minimizar el riesgo de
reintroducción de esta enfermedad en nuestro país.

Psitacosis
La psitacosis u ornitosis es una infección bacteriana sistémica producida por Chlamydophila
psittaci (antes llamada Chlamydia psittaci) que a menudo produce neumonía. Su nombre proviene
posterior a un estudio de casos asociados a loros (psitácidos) enfermos, sin embargo, todas las
aves y animales domésticos tienen el potencial de diseminar la infección.

Uno de sus principales problemas es el diagnóstico debido a los signos inespecíficos que produce.
El espectro de síntomas es amplio, desde un cuadro febril inespecífico a enfermedad
multisistémica.

Esta enfermedad involucra mayor riesgo a dueños de mascotas, empleados de tiendas de


mascotas, productores y trabajadores agropecuarios, de mataderos y Médicos Veterinarios. Sin
embargo, cualquier persona en contacto con un ave o animal infectado está en riesgo.

La vigilancia de psitacosis se justifica porque:

Es una enfermedad que posee riesgo ocupacional, principalmente en Médicos Veterinarios,


productores y trabajadores agropecuarios, de mataderos o cualquier persona que por su labor
tenga contacto con aves o sus secreciones potencialmente infectados.

Es una enfermedad que puede afectar a animales en estrecho contacto con niños, ancianos,
mujeres embarazadas o personas inmunocomprometidas, como son las aves ornamentales
(principalmente loros y catas) y gatos.
Es una enfermedad donde el gran número de reservorios potenciales, particularmente aves de
vida libre (por ejemplo: palomas), hacen prácticamente imposible su erradicación y mantienen
latente el riesgo de cualquier persona a infectarse.

Puede presentarse como cuadros clínicos graves con alta letalidad si el tratamiento no es
oportuno.

Está asociado a prácticas deficientes de comercio de animales, tráfico ilegal o métodos deficientes
de cuarentena, lo que requiere ser detectado, investigado y fiscalizado.

Presenta elevados costos socioeconómicos, por concepto de ausentismo laboral, hospitalización,


tratamientos médicos, exámenes, consultas médicas especializadas y rehabilitación.

Presenta elevados costos económicos y productivos por enfermedad, muerte, descarte y


decomiso de aves destinadas a consumo.

Los objetivos que se pretende lograr con esta vigilancia son los siguientes:

Detectar oportunamente cualquier caso de psitacosis en todo el territorio nacional.

Monitorear y detectar cambios en la dinámica epidemiológica de esta enfermedad.

Identificar oportunamente los factores de riesgo de transmisión de este agente.

Retroalimentar con información a otras áreas tanto del MINSAL como SEREMI de Salud para el
enfrentamiento integrado de casos y brotes.

Difundir información actualizada de la situación de esta enfermedad tanto a autoridades,


intra/intersector y población general.

Rubéola
La rubéola es una enfermedad viral benigna, transmisible , que se caracteriza por un exantema
maculo-papuloso puntiforme difuso.

Desde el punto de vista clínico es indistinguible de otros cuadros que presentan exantema,
incluido el sarampión. En niños suele presentarse con síntomas leves, pero en adultos el pródromo
puede durar hasta cinco días (febrícula, cefalea, malestar general, coriza leve y conjuntivitis). Las
linfoadenopatías retro-auriculares son el signo más característico y se presenta entre 5-10 días
antes de la aparición del exantema. La artralgia y en menor frecuencia la artritis, complican una
proporción importante de estas infecciones, particularmente en mujeres adultas. Hasta un 50% de
las rubéolas son subclínicas.

La importancia en salud pública de la rubéola es que si afecta a mujeres embarazadas puede


causar anomalías en el feto. Esta enfermedad denominada Síndrome de Rubéola Congénita afecta
hasta el 90% de los recién nacidos de madre que contrajeron la infección durante el primer
trimestre de embarazo. Los fetos infectados en los comienzos de la vida embrionaria afrontan un
mayor riesgo de muerte intrauterina, aborto espontáneo y malformaciones congénitas aisladas o
combinadas.
En Chile, el sistema de vigilancia de rubeola está actualmente integrado a sarampión, los casos son
de notificación obligatoria, universal e inmediata (DS Nº158/2004). Se justifica porque la meta de
eliminación de sarampión y rubéola está sujeta a programas y convenios internacionales y son
indicadores de los Objetivos Estratégicos para la Década 2011-2020.

Se requiere mantener la eliminación de estas enfermedades en Chile y, junto con ello, los logros
alcanzados a la fecha en América. Por otro lado, los actuales objetivos de la vigilancia son
pesquisar oportunamente casos importados de rubeola y de esa forma, limitar los brotes
asociados a importación.

Por su parte, la vigilancia de SRC se implementa en el año 2009, conjuntamente con el inicio de la
vacunación de 1999 contra la rubéola. Sin embargo, a la fecha, funciona en forma conjunta con la
Vigilancia de TORCH a cargo del Instituto de Salud Pública.

Sarampión
El sarampión es una enfermedad viral, aguda, altamente contagiosa . Los síntomas iniciales son
fiebre, conjuntivitis, coriza, tos y pequeñas manchas blanquecinas en la mucosa interna de la
mejilla (“manchas de köplik”). Entre el 3º y 7º día aparece el exantema característico, con manchas
que se inician en la cara y luego se generalizan al resto del cuerpo (ver fotografía).

El continente americano consiguió interrumpir la transmisión endémica del sarampión en el año


2002 y la de la rubéola en el año 2009. Estos logros, han permitido certificar la eliminación de
estas enfermedades en América, por lo que en mayo de 2015, la Organización Panamericana de la
Salud (OPS) certificó la eliminación de la rubeola y del síndrome rubeola congénita (SRC). Link Sin
embargo, el riesgo de reintroducción de estos virus a América es alto, comprometiendo los logros
alcanzados por los países a la fecha, y está dado por viajeros que no han tenido la enfermedad o
no se han inmunizados (susceptibles) y la aglomeración de personas, propia de los eventos
internacionales (deportivos, artísticos, etc.).

En el año 2014, la OPS debió declarar la reintroducción del virus del sarampión en 2 estados de
Brasil, puesto que el virus circuló por más de un año (inicio en 2013), sin embargo próximamente
se declarará nuevamente su interrupción.

Al igual que otros países del continente, Chile logró controlar en dos meses el brote de sarampión
asociado a importación (casos reportados entre mayo y julio), que ascendió a 9 casos confirmados
y que no se extendió más allá de la región Metropolitana (Genotipo viral H1).

Para mantener la meta de eliminación, Chile cuenta con un Plan de Acción centrado en mejorar las
coberturas de vacunación y mantener una vigilancia de alta calidad, con equipos preparados para
responder frente a la amenaza permanente de importaciones. Además, se continúan realizando
proyectos colaborativos con la OPS y la Sociedad Chilena de Infectología, lo que ha permitido
reforzar la vigilancia en todo el país y desarrollar cursos e-larning para capacitar a los médicos.

A fines del 2014 se realizó una nueva campaña de vacunación de seguimiento contra sarampión y
rubéola en niños entre 1 y 5 años, para que cuenten con una dosis extra de vacuna, y, de esa
forma, asegurar su protección contra estas enfermedades, alcanzando una cobertura de un 82,3%,
según el informe del 17/12/2015 (Fuente Programa Nacional de Inmunizaciones- MINSAL).

En Chile, el sistema de vigilancia de sarampión está actualmente integrado a la rubeola, los casos
son de notificación obligatoria, universal e inmediata (DS Nº158/2004). Se justifica porque la meta
de eliminación de sarampión y rubéola está sujeta a programas y convenios internacionales. Es por
ello que se requiere mantener la eliminación de estas enfermedades en Chile y, junto con ello, los
logros alcanzados a la fecha en América. Por otro lado, los actuales objetivos que persigue la
vigilancia son pesquisar oportunamente casos importados de sarampión y de esa forma, limitar los
brotes asociados a importación.

Sífilis
La sífilis, es provocada por la bacteria Treponema pallidum, la cual se encuentra ampliamente
distribuida en el mundo, influenciada su incidencia en función de la ubicación geográfica y el nivel
socio económico. Es adquirida principalmente a través de contacto sexual y transplacentario, pero
también puede adquirirse por transfusión de sangre humana contaminada y por inoculación
accidental directa. La historia natural de la infección se caracteriza por presentar tres etapas
clínicas sintomáticas: sífilis primaria, secundaria y terciaria. El diagnóstico precoz permite un
tratamiento oportuno, lo que reduce las complicaciones y secuelas de la infección, la que sin
tratamiento, puede convertirse en una enfermedad crónica1.

En 2009, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) puso en marcha la iniciativa regional para
reducir la tasa de sífilis congénita en las Américas a cifras menores a 0,5 casos por 1.000 nacidos2.
Chile asumió el compromiso adscribiendo a la “Iniciativa de Eliminación de la Transmisión Materno
Infantil del VIH y la Sífilis en Latinoamérica” impulsada por OPS y UNICEF3.

La vigilancia de sífilis se justifica porque:

Es una enfermedad que se puede prevenir.


Al no ser diagnosticada a tiempo significa una carga de enfermedad importante, disminución de la
calidad de vida y muerte.
Si se transmite por vía transplacentaria puede causar abortos, mortinatos y secuelas graves en los
niños.
Afecta en mayor proporción a una población económicamente activa.
Permite evaluar el impacto de las medidas de prevención y control.
La Vigilancia epidemiológica de la sífilis, tiene como objetivo conocer la incidencia, tendencia y
características en la población general y grupos específicos con el fin de implementar estrategias
pertinentes de prevención, control y educación de la población.
Síndrome cardiopulmonar por hantavirus
La infección por Hantavirus es una zoonosis endémica, cuyo reservorio en Chile es el roedor
silvestre Oligoryzomis longicaudatus, o ratón de cola larga, autóctono de la fauna Chilena.

Los primeros casos de Síndrome Cardiopulmonar por Hantavirus (SCPH) se detectaron en Estados
Unidos en 1993 y la investigación etiológica identificó a un nuevo Hantavirus denominado virus Sin
Nombre como agente causal. En Chile el primer caso se detecta en 1995 en el área sur de la región
de Los Lagos, identificándose un nuevo subtipo viral denominado virus Andes (VA),
manteniéndose hasta la fecha como una endemia, con aumento en forma estacional de los casos,
que se inicia con la primavera.

La enfermedad por Hantavirus, de acuerdo al Decreto Supremo N° 158/2004, es de notificación


obligatoria e inmediata. Esta enfermedad puede ser considerada una enfermedad profesional
cuando la exposición al virus se produce como consecuencia de actividades laborales (Decreto
Supremo Nº 73, 2006, artículo 18).

Síndrome de inmunodeficiencia adquirida (VIH/SIDA)


El virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) es un retrovirus que infecta las células T del sistema
inmune del ser humano, destruyendo o alterando su función. La infección por VIH tiene 2 etapas,
la “portación asintomática”, la cual se caracteriza por un período de latencia clínica y la etapa
Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida o SIDA, en la cual se presentan infecciones oportunistas
y neoplasias. Se puede tardar de 10-15 años para que una persona infectada por el VIH desarrolle
el SIDA. La incorporación del tratamiento antirretroviral mejora la sobrevida de las personas
infectadas.

El VIH puede transmitirse por las relaciones sexuales vaginales, anales u orales con una persona
infectada, la transfusión de sangre contaminada o el uso compartido de agujas, jeringuillas u otros
instrumentos punzantes. Asimismo, puede transmitirse de la madre al hijo durante el embarazo, el
parto y la lactancia.

La vigilancia de la VIH/Sida se justifica porque:

– Es una enfermedad que se puede prevenir.

– Posee una carga de enfermedad importante, disminución de la calidad de vida y muerte.

– Afecta en mayor proporción a una población económicamente activa.

– Presenta elevados costos asociados al tratamiento.

– Permite evaluar el impacto de las medidas de prevención y control.

La Vigilancia epidemiológica de VIH/SIDA, tiene como objetivo conocer la magnitud, tendencia y


características de la epidemia en nuestro país, los factores de riesgo para adquirir la infección por
VIH y vías de transmisión. Este conocimiento permite evaluar el impacto de las medidas de
prevención y control realizadas en Chile.
Tétanos
El tétanos es una enfermedad inmunoprevenible causada por una toxina producida por la
bacteria Clostridium tetani, que afecta al sistema nervioso central. Es potencialmente letal,
caracterizándose por la aparición de rigidez y espasmos musculares generalizados. Existe, además,
la presentación de “tétanos neonatal” que se produce como resultado de prácticas antihigiénicas
durante el parto, es más frecuente en los países donde el acceso a los servicios básicos de salud es
deficiente debido a la pobreza y a las limitaciones culturales y geográficas..

La vigilancia de tétanos y tétanos neonatal se justifica porque:

Es una enfermedad que en ausencia de intervención causa alta mortalidad y morbilidad.

Es una enfermedad que tiene medidas de prevención y control factibles de ejecutar.

Los objetivos de esta vigilancia son:

Identificar la magnitud, tendencia y características de los casos con tétanos y tétanos neonatal.

Evaluar el impacto de las medidas de prevención y control realizadas en Chile.

Triquinosis
La triquinosis es una zoonosis parasitaria producida en Chile por el nemátodo Trichinella spiralis.
Este parásito se aloja en el intestino y tejido muscular de diversos mamíferos. Se distribuye por
todo el mundo, y la principal fuente de infección para el hombre lo constituyen los productos y
subproductos derivados de la carne de cerdo y jabalí. También es posible encontrar el parásito,
aunque en menor medida en equinos, aves silvestres, osos, ciervos, pumas, ratones, mamíferos
carroñeros y algunos reptiles (cocodrilos).

La vigilancia de triquinosis se justifica porque:

Es una enfermedad que se puede prevenir, tanto en cerdos como humanos.

Afecta principalmente a individuos o grupos familiares socialmente vulnerables, de ambientes


rurales o que subsisten en base a la crianza doméstica de animales de abasto.

Puede presentarse como cuadros clínicos incapacitantes y en ocasiones síndromes clínicos graves
(miocarditis, meningoencefalitis o neumonitis).

Está asociado a prácticas deficientes de crianza de animales y de elaboración de productos


cárnicos, como también a fallas en una adecuada cocción de la carne.

Puede estar asociado a faenamiento clandestino, lo que requiere ser detectado, investigado y
fiscalizado.
Genera altas pérdidas económicas debido al decomiso de productos y subproductos de la industria
porcina.

Los objetivos que se pretende lograr con esta vigilancia son los siguientes:

Detectar oportunamente cualquier caso de triquinosis en todo el territorio nacional.

Detectar en forma indirecta (a través de la detección de casos), la existencia de otras fuentes de


infección (carnes de otras especies) distintas a las ya conocidas.

Monitorear y detectar cambios en la dinámica epidemiológica de esta enfermedad.

Identificar oportunamente los factores de riesgo de transmisión de esta enfermedad como, por
ejemplo, métodos de crianza de animales, faenamiento clandestino o venta de animales (o sus
partes) no regulada.

Desarrollar oportunamente las actividades de control y prevención para evitar casos secundarios o
brotes.

Retroalimentar con información a otras áreas tanto del MINSAL como SEREMI de Salud para el
enfrentamiento integrado de casos y brotes.

Difundir información actualizada de la situación de este grupo de enfermedades tanto a


autoridades, intra/intersector y población general.

Tuberculosis
La Tuberculosis es una infección bacteriana contagiosa que afecta principalmente a los pulmones,
pero puede comprometer cualquier órgano. Es causada por la bacteria llamada Mycobacterium
tuberculosis o Bacilo de Koch, descubierto por el alemán Robert Koch en 1882. Esta enfermedad
ha causado efectos devastadores en el mundo causando millones de muertes, siendo llamada “La
peste blanca” durante el siglo XIX. Se puede transmitir por la inhalación de microgotas
provenientes de la tos o el estornudo de una persona enferma. Si no es tratada de manera
oportuna y adecuada puede causar daños permanentes en los pulmones o incluso la muerte.

No todas las personas que se infectan con el Bacilo de Koch presentan la enfermedad, ya que la
gran mayoría de las personas controlan la infección y nunca enferman. Alrededor de un 10% de los
infectados manifestarán la enfermedad a lo largo de la vida. Se estima que un tercio de la
población mundial está infectada por el Bacilo de Koch, lo que se traduce actualmente en 9
millones de casos nuevos de tuberculosis al año y 1,5 millones de muertos por esta enfermedad.

Chile presenta una de las incidencias más bajas de tuberculosis en la región, pero aun así
anualmente se producen unos 2300 casos de esta enfermedad, de los cuales casi el 80% es de tipo
pulmonar contagioso. En la última década se ha presentado un estancamiento de las tasas de
incidencia de la tuberculosis, manteniéndose tasas estables cercanas a los 12 casos por 100.000
habitantes, con una mortalidad baja (1,5 por 100.000) pero también estable.
El Programa de Tuberculosis, pionero en Latinoamérica y con más de 40 años de evolución, es un
Programa de Salud Pública de alcance nacional que tiene por objetivo reducir el riesgo de
infección, morbilidad y mortalidad de la tuberculosis en Chile, hasta obtener su eliminación como
problema de Salud Pública.

Varicela
La varicela es una enfermedad con manifestaciones eruptivas en la piel (vesículas), producida por
el virus varicela-zoster. Su importancia en salud pública radica en su alta contagiosidad y que es
especialmente grave en el recién nacido (RN), cuya madre ha presentado varicela entre 5 días
antes a 2 días después del parto. En estos casos, el RN presenta una enfermedad multivisceral
grave que puede llegar a un 30% de letalidad.

Su presentación es endémica, con ciclos epidémicos de 3-4 años y está ampliamente distribuida en
el mundo. Se estima que más del 90% de la población ha tenido la enfermedad antes de los 15
años, con una máxima incidencia entre los 2 y 8 años de edad.

El período de incubación es de 12 a 20 días y el ser humano es el único reservorio y fuente de


infección. El principal mecanismo de transmisión es por vía aérea, mediante secreciones
respiratorias de una persona infectada a otra, cuyo período de mayor contagiosidad es de 1 o 2
días antes de que la erupción aparezca, y hasta 5 días después de la aparición de las vesículas. Otra
vía, es por contacto directo con la erupción de la varicela antes de formarse la costra, ya que el
líquido de las vesículas contiene altas concentraciones del virus.

En Chile, se implementó la vigilancia centinela de varicela en el segundo semestre de 2006, es así


que actualmente cuenta con 21 centros notificadores que representa el 5% de la población del
país. El objetivo de la vigilancia es conocer la magnitud de la enfermedad y detectar
oportunamente brotes que permitan implementar medidas de control.

You might also like