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SOLICITA CESE DE PRISIÓN PREVENTIVA

Autos: "Pedro Arco y otro p.ss.aa Administración Fraudulenta", Expte. Letra A, Año 2001.

Sr. JUEZ:
Rosana L. Velazquez, matricula n° 107539, por la defensa técnica del imputado, ante V.E.
respetuosamente me presento y digo:
Que vengo a solicitar el CESE DE PRISIÓN PREVENTIVA de mi defendido, el Sr. Pedro Arco, en
tanto el mismo no reúne las condiciones necesarias para mantenerse prorrogado.

FUNDAMENTOS DEL PEDIDO:

Que a modo de introito del presente remedio jurídico resulta menester efectuar una serie de
consideraciones, que resulta liminares a los fines del análisis del presente caso, y que
seguramente advertirá no se pueden soslayar a los fines de poder arribar a una resolución que
resulte ajustada a derecho, conforme las circunstancias objetivas de hecho y derecho que infra
se expondrán.

I.- IMPROCEDENCIA E INCONSTITUCIONALIDAD DE LA PRISIÓN PREVENTIVA MIENTRAS SU


CONDENA NO ESTÉ FIRME:

1. Principio de Inocencia:

El presente pedido se efectúa a la luz de la CONSTITUCION NACIONAL y de los TRATADOS DE


DERECHOS HUMANOS que, conforme al art. 75 inc. 22 de la mencionada Norma Fundamental,
guardan igual jerarquía suprema.

Mi defendido como toda otra persona que se encuentre dentro de un proceso judicial debe ser
tratado como inocente, la obligación de respetar este status jurídico surge del artículo 18 de la
Constitución Nacional y de diversos Instrumentos Internacionales, “Declaración Universal de
Derechos Humanos Art. 11.1”; Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos Art. 14.2”;
Convención Americana de Derechos Humanos Art. 8.2; Reglas mínimas para el tratamiento de
los Reclusos, art. 84.2, y requiere que toda persona sea considerada inocente hasta tanto no se
obtenga el pronunciamiento de una sentencia condenatoria firme que destruya el estado
jurídico de inocencia que el ordenamiento jurídico reconoce a todos los seres humanos.

La Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH), cuya jurisprudencia – según lo


entendió la Corte Suprema (Fallos 321:3630) - debe servir de guía para la interpretación de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos (Fallos: 318:514, consid. 11, párr. 2°) ha
consagrado, dentro del contexto general de los instrumentos internacionales vigentes, que la
prisión preventiva es una medida cautelar, no punitiva, y que a su vez no debe constituir la regla
general, como expresamente lo consagra el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos
(art. 9°.3), pues de lo contrario se estaría privando de la libertad a personas cuya responsabilidad
criminal no ha sido establecida, en violación del principio de inocencia (8.2 de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos y 9.1 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos) (conf. caso Suárez Rosero, sentencia del 12 de noviembre de 1997, párr. 77). La prisión
preventiva está limitada por los principios de legalidad, presunción de inocencia, necesidad y
proporcionalidad, indispensables en una sociedad democrática. Constituye la medida más
severa que se puede imponer al imputado, y por ello debe aplicarse excepcionalmente. La regla
debe ser la libertad del procesado mientras se resuelve acerca de su responsabilidad penal.
2. Prisión preventiva como excepción:

La detención preventiva, como medida cautelar, sólo puede tener fines procesales. El carácter
procesal de la detención significa que la coerción (la privación de libertad) se utiliza para
garantizar "la correcta averiguación de la verdad y la actuación de la ley penal". No se puede
recurrir a la detención preventiva para obtener alguna de las finalidades propias de la pena.
Constituye la medida más severa que se puede imponer al imputado, y por ello debe aplicarse
excepcionalmente. La regla debe ser la libertad del procesado mientras se resuelve acerca de su
responsabilidad penal.

La prisión preventiva está limitada por los principios de legalidad, presunción de inocencia,
necesidad y proporcionalidad, indispensables en una sociedad democrática.

La Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH), cuya jurisprudencia – según lo


entendió la Corte Suprema (Fallos 321:3630) - debe servir de guía para la interpretación de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos (Fallos: 318:514, consid. 11, párr. 2°) ha
consagrado, dentro del contexto general de los instrumentos internacionales vigentes, que la
prisión preventiva es una medida cautelar, no punitiva, y que a su vez no debe constituir la regla
general, como expresamente lo consagra el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos
(art. 9°.3), pues de lo contrario se estaría privando de la libertad a personas cuya responsabilidad
criminal no ha sido establecida, en violación del principio de inocencia (8.2 de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos y 9.1 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos) (conf. caso Suárez Rosero, sentencia del 12 de noviembre de 1997, párr. 77).

3. Incongruencia de la prisión preventiva:

En reiteradas jurisprudencias la Corte IDH ha establecido que las autoridades nacionales deben
ofrecer los fundamentos suficientes que permitan conocer los motivos por los cuales se
mantiene la restricción de la libertad compatibles con el artículo 7.3 de la Convención
Americana, debe estar fundada en la necesidad de asegurar que el detenido no impedirá el
desarrollo eficiente de las investigaciones ni eludirá la acción de la justicia. Las características
personales del supuesto autor y la gravedad del delito que se le imputa no son, por sí mismos,
justificación suficiente de la prisión preventiva.

A pesar de todo lo expuesto por los tribunales Nacionales e Internacionales, se resolvió ordenar
la prisión preventiva, exponiendo como motivo “que existen elementos suficientes para
sostener como probable la participación del encartado en ilícito investigado, en el grado
indicado”. Es decir que, la privación de libertad de mi defendido en el presente proceso, no ha
residido en el fundamento de peligro de fuga o de que se obstaculice la averiguación de la
verdad, único fundamento en el que puede residir una medida de coerción en el Derecho
procesal penal, sino en un verdadero anticipo de pena. Siendo, este motivo – probable
culpabilidad -, completamente errado para resolver una medida que restringe tantos derechos
de mi protegido, considero que en el caso de autos se ha utilizado la coerción procesal como un
fin en sí mismo y no como medio para lograr el fin (sentido del instituto), es decir, se lo ha
utilizado como una sanción, como un inconstitucional anticipo de pena. Degenerando, aún más,
esta medida tan discutida y violando las garantías Judiciales del debido proceso.

4. Requisitos formales para su procedencia:

Inexistencia de peligro de fuga.


El instituto de la excarcelación no resulta un beneficio concedido graciosamente por el Juez o el
Legislador, sino que se trata de un derecho derivado del estado de Inocencia del que gozan todos
los habitantes. Y a pesar de considerar ilegal e infundada la prisión preventiva que se le ha
aplicado al IMPUTADO, pido se tenga presente que mi defendido no intentará eludir la acción
de la justicia; nos encontramos frente a una denuncia, por supuesta administración fraudulenta,
efectuada en contra de una persona reconocida en la ciudad de Córdoba por su trayectoria como
profesional, un pequeño negocio familiar de electrodomésticos, presidente del club más
prestigioso de la ciudad, esposo, casado hace más de 17 años y padre ejemplar de tres hijos.
Quien a su vez no cuenta con ningún tipo de antecedente penal, resultando la presente denuncia
un episodio aislado en su vida.

No se puede entender que las condiciones personales del Sr Arco, constituyen un indicio de
peligrosidad procesal, por el contrario, las mismas dan cuenta de la situación de arraigo del
imputado en la ciudad de Córdoba, donde no solo tiene su núcleo familiar y amistades desde
hace treinta años, sino que a su vez tiene la sede de su negocio e inmuebles los que
oportunamente fueron ofrecidos a modo de fianza a los fines de garantizar su apego al proceso.
Asimismo, el Fiscal omite valorar la actitud que desde el primer momento asumió mi defendido
al presentarse ante la fiscalía, fijar domicilio y solicitar su mantenimiento de libertad, para
obtener como respuesta, un allanamiento en el domicilio que había fijado en la causa donde se
procedió a su detención, con el que colaboró y no opuso resistencia.

El fiscal hace hincapié en los pasajes a Honolulu que se encontraron, no teniendo en cuenta que
los mismos fueron comprados mucho antes, un año antes exactamente de las supuestas
irregularidades fruto de la denuncia efectuada, en la declaración mi defendido aclaro además
que ambas familias, la propia y la del sr Reyna, se conocen desde niños, son amigos y ya han
hecho otros viajes juntos en familia, que este viaje en particular era solo con su esposa, que sus
hijos menores de edad se quedaban al cuidado de un familiar, que el mismo era un regalo por
el aniversario de casados, y que realizarían con sus amigos , Sr Reyna y esposa. Se entregaron
las pruebas pertinentes al respecto.

II.- EL TRIBUNAL NO TIENE PRUEBAS FEHACIENTES PARA TENERLO PRIVADO DE LA LIBERTAD:


A todo evento, y para el caso en que considere V.E. que proceda igualmente prorrogar la
restricción inconstitucional de la libertad del imputado, pido tenga presente que la “causa
probable” de culpabilidad en base a la cual se decidió la medida cautelar de prisión preventiva,
no existe.

CONCLUSIONES:

Es evidente que en el caso que nos ocupa no se satisface ninguno de los estándares fijados por
la Constitución Nacional y los Tratados de Derechos Humanos incorporados a ella para justificar
el encierro cautelar. Esta situación es en extremo grave, ello debido a que el bien jurídico
afectado es de imposible reparación ulterior. Por estas razones debe ser prontamente reparada,
ordenándose la inmediata libertad de mi defendido hasta tanto se decida definidamente su
situación procesal.
CUESTIÓN FEDERAL

En este caso se intenta hacer efectivo el derecho a permanecer en libertad durante la


sustanciación del proceso, amparado por la garantía de jurisdiccionalidad de las penas y por la
presunción de inocencia, ambas de raigambre constitucional y contenidas en los arts. 18 y 75
inciso 22 de la CN, así como en los arts. 7 y 8.2 de la Convención Interamericana de Derechos
Humanos y arts. 10 y 14.2 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos. Asimismo, se
impugna la validez de una norma por ser contraria a los principios constitucionales de lesividad,
proporcionalidad y culpabilidad por el hecho previstos por los arts. 19 y 75 inciso 22 de la CN;
art. 5.2 de la CADH y art. 7 del PIDCP. Por lo tanto, para el caso de obtener una resolución
negativa, dejo planteada la cuestión federal.

PETITORIO:

Por todo lo expuesto, solicito:

1. Tenga por solicitado el cese de la prisión preventiva en los términos de la ley de rito y
en base a los fundamentos esgrimidos.
2. Tenga por planteada la cuestión federal.
3. Haga lugar al mismo, sin más trámite.

Proveer en conformidad, ES DERECHO.

Rosana L. Velazquez

Legajo n° 107539

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