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PASTORAL DE LOS SACRAMENTOS1

I N T R O D UC C I Ó N
Es parte fundamental de la pastoral de la Iglesia. Esta pastoral tiene sus referentes principales en el
sentido evangélico y la situación vital a que se refieren. Nuestro objetivo en esta obra es doble:

1. Situar la pastoral sacramental en su contexto interpretativo y aplicativo propios.


2. Sugerir para cada sacramento mediaciones pastorales coherentes.

¿Q U É E S L A P A ST OR A L S A C R A M E N TA L ? D I R E CT R I C E S E N L A I G LE S I A
A C T U AL P A R A U N A P A S T OR A L D E L O S S A C R AM E N T O S
Líneas maestras o directrices desde el Vaticano II > RS, CIC, CEC, EN, CT, FC. Analizar cómo esta
pastoral se ha plasmado y aplicado.

1. Situación cambiante y plural

Los sacramentos responden a situaciones vitales diversas (nacer, crecer, asumir, enfermar, morir),
se viven desde actitudes diferentes, se manifiestan en formas socio-culturales diversas. Los
sacramentos viven el impacto de una situación cambiante y plural del hombre.

Los Rituales no aluden a estas “situaciones” sino levemente. El Catecismo > correspondencia de los
sacramentos con las etapas o momentos más importantes de la vida. Exhortaciones de los Papas >
son las que más estudian los cambios y rasgos de estas situaciones.

2. Pastoral sacramental e imagen de la Iglesia

El gran sacramento en cuyo interior deben entenderse los demás sacramentos, es la Iglesia.
Manifiestan y expresan una imagen de Iglesia.

Esta implicación de la Iglesia arranca del hecho de que los sacramentos y la liturgia pertenecen a la
esencia o naturaleza de la Iglesia (SC 2) y a la dimensión eclesial constitutiva de los mismos.

Catecismo > “los sacramentos son de la Iglesia en el doble sentido de que existen por ella y para
ella… ‘Por la Iglesia’ porque ella es el sacramento de la acción de Cristo… ‘para la Iglesia’ porque
ellos son sacramentos que constituyen la Iglesia”.

3. Pastoral sacramental en el marco de una pastoral global

Vaticano II > tres ejes ministeriales que constituyen la misión y pastoral de la Iglesia:

a. La Palabra > suscita, educa y alimenta la fe.

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BOROBIO, Dionisio. Pastoral de los Sacramentos, Secretariado Trinitario.
b. La Comunión > actúa dirigiendo, coordinando y animando para la unidad.
c. La Caridad > realiza y verifica en compromisos y obras los diversos aspectos que
implican el ser y la misión de la Iglesia.

Catecismo > insiste en esta re-situación de la Liturgia: “la sagrada liturgia no agota toda la acción de
la Iglesia: debe ser precedida por la evangelización, la fe y la conversión”. Relación de los
sacramentos con:

 La Palabra
 La Catequesis

Evangelii Nuntiandi > intercomunicación ininterrumpida entre Palabra y sacramentos

4. Dinamismo o secuencia de la pastoral sacramental

Dinamismo pastoral común a todos y cada uno de los sacramentos. Tres momentos constitutivos
de la misma:

a. El momento antecedente: el “antes” de la preparación

“Para que los hombres puedan llegar a la liturgia, es necesario que antes sean llamados a la fe y a la
conversión… y prepararlos además para los sacramentos” (SC 9). Y así con cada documento arriba
citado. Después del Vaticano II se ha puesto el acento en este aspecto de preparación para la
renovación de la fe y de la comunidad.

b. El momento realizante o el “en” de la celebración

Sacrosantum Concilium > la liturgia es “la fuente de donde mana toda la fuerza” de la Iglesia (n. 10)
y también la “fuente primaria y necesaria en la que han de beber los fieles el espíritu
verdaderamente cristiano” (n. 14). Cuando se da una participación sincera, la liturgia alcanza su
“plena eficacia pastoral”.

Catecismo > si por una parte la catequesis sacramental debe ser mistagógica “procediendo de lo
visible a lo invisible”. Por otra parte, los mismos signos “tienen un fin instructivo” y al mismo
tiempo que significan “ a la vez la iniciativa gratutia de Dios y la respuesta de fe del pueblo” realizan
el encuentro maravilloso de los hijos de Dios con su Padre, en Cristo y en el Espíritu.

Sin una digna celebración pierden su fuerza y valor el “antes” y el “después” sacramental.

c. El momento consecuente o el “después” de la celebración

La Constitución de liturgia afirma que los sacramentos confieren ciertamente la gracia, pero
también su celebración prepara perfectamente a los fieles a recibir el fruto de la misma gracia,
rendir culto a Dios en la vida y practicar la caridad. (n. 59)

Toda celebración sacramental implica una vida sacramental > este aspecto está todavía muy lejos
de ser integrado plenamente en el comportamiento sacramental de muchos cristianos (separación
de sacramento y vida). Se requiere una pastoral de la continuidad.

5. Identidad y especificidad de la pastoral sacramental


Definición de Pastoral Sacramental:

Pastoral sacramental es la acción de la comunidad entera, por medio de sus agentes,


a través de unos medios y dispositivos concretos, adaptados a las diversas
situaciones vitales-sacramentales, y a la actitud de fe del sujeto, en orden a preparar,
suscitar, autentificar y mejorar las disposiciones del mismo y de la comunidad entera,
de modo que el sacramento sea dignamente celebrado y, en cuanto acontecimiento
celebrativo participado, exprese y realice todo lo que significa, para la renovación de
la vida personal y comunitaria, en coherencia con el Evangelio y con el sacramento
celebrado.

Conviene resaltar los siguientes aspectos:

a. Agente pasivo y activo: es la comunidad entera que interviene a través de diversos


agentes. Entre estos hay tres decisivos: el presbítero, el catequista, y la familia.
b. Los dispositivos y los medios: el diálogo, encuentro y reunión; reflexión personal,
lectura y oración (catequesis, catecumenado, testimonio de la comunidad, iniciación a
los símbolos, etc).
c. La aplicación a las situaciones:
 Situación antropológica sacramental (niño, joven, adulto)
 Situación de fe y actitudes y disposiciones del sujeto y de la comunidad
participante.
d. Los objetivos de esta pastoral son claros y diversos:
 Disposiciones subjetivas de fe libre, consciente y responsable
 “Conocimiento” del sentido, contenido y misterio de los símbolos y la liturgia
propia de modo que la participación se activa, consciente y plena.
 Pretende renovar la vida personal y comunitaria.
e. El centro de esta pastoral es siempre el sacramento celebrado.

6. Estructura catecumenal de la pastoral sacramental

Estructura pastoral que se desprende de nuestros documentos:

a) Valoración e importancia del puesto de la fe y de la preparación de sujeto y comunidad


b) Necesidad de introducir a los que piden los sacramentos a la grandeza del misterio
c) Recuperación de la dimensión eclesiológica y primariedad de la celebración
comunitaria
d) El sentido más dinámico del sacramento que implica un “antes” y un “después”
e) Insistencia que todo sacramento es una celebración y exige la participación del sujeto
y de la comunidad

En orden a conseguir esos objetivos se ordenan diversos pasos o secuencias de la pastoral


sacramental:

1) Acogida pastoral
2) Demora necesaria entre la petición a la celebración de manera que pueda realizarse la
preparación requerida.
3) Tiempo de preparación diversificado, según las circunstancias de la fe, actitudes de
vida y posibilidades reales.
4) Distinción de etapas “remota”, “próxima” e “inmediata”

7. Pastoral sacramental y diversidad de situaciones de fe

Es inevitable preguntarse por la fe antes de celebrar el sacramento, evitando las dos posturas
extremas: dar los sacramentos indiscriminadamente o negar radicalmente los sacramentos.

Discernimiento > situaciones de fe diferenciadas y grados diversos de pertenencia a la Iglesia. El


verdadero problema suele plantearse en la situación de bautizados con fe insuficiente y mediocre.
Son distintos y no consuenan con la minoría creyente. Y, sin embrago, piden sacramentos.

¿Qué pastoral ofrecerles? Pastoral de verdadera evangelización; crear espacios catecumenales. Al


final de este proceso caben dos situaciones: conversión o inconversión.

8. Condiciones para un buen hacer en la pastoral sacramental


a. Objetivos

Principal > lograr una preparación subjetiva y comunitaria, para celebrar de forma digna,
participada y fructuosa el sacramento, de modo que renueve la vida personal y comunitaria.

b. Dispositivos

Adecuados dispositivos o medios tanto personales (agentes de pastoral con calidad de testimonio),
cuanto materiales (lugar y tiempo del encuentro, de comunicación y transmisión) y formales
(articulan y armonizan la acción pastoral, ordenación lógica y dinámica).

c. Correctivos

Toda pastoral tiende a degenerarse permanentemente, debido al mal uso o abuso, a la adaptación
subjetivista, a la interpretación parcial, a la descoordinación.

9. Conclusiones: entre el ideal y la realidad

E S P E C I F IC I D AD M I ST A G Ó G I C A D E L A P A S T O R AL S AC R AM EN T A L
1. Qué es mistagogia
 Semánticamente viene de “mysta-gogein”= enseñar conjuntamente o también
conducción iniciática.
 Tradicionalemente, “mistagogia” el método catequético de los Padres sobre todo para
explicar la iniciación cristiana. Sentido diverso:
o “Mystagogeo” > iniciar a los misterios
o “Mystagogia” > iniciación de los catecúmenos
o “Mystagogos” > el iniciador en los misterios divinos (Dios, Cristo, Apóstoles).
 Teológicamente aquella explicación de los sacramentos. Integra todos los aspectos:
doctrina, ritos y símbolos, conducta moral y vida nueva.
 Magisterialmente sentido y carácter mistagogo de la liturgia.

2. Los sacramentos, momento especial de evangelización

La liturgia es evangelizadora, pero lo es “a su modo”, según su especificidad y particularidad


propias:

a. La Liturgia y los sacramentos tienen una calidad evangelizadora

SC 10 > “culmen y fuente” de toda la vida eclesial hacia la que tiende toda la actividad de la Iglesia y
por tanto la evangelización; y de la que parte el impulso evangelizador.

nn. 33-36 > también cuando la Iglesia ora, canta o actúa, la fe de los asistentes se alimenta y sus
almas se elevan a Dios. Lex orandi, lex credendi.

b. Especificidad evangelizadora de la liturgia

Signos evangelizadores pero de modo mistagógico:

 Por la presencia viva de Cristo Evangelizador


 Por la acción evangelizadora del mismo Espíritu > da inteligencia espiritual de la
Palabra de Dios a los lectores y a los oyentes.
 Por la proclamación especial y directa que se hace de la Palabra de Dios
 Por el carácter mistagógico de la homilía celebrativa
 Por la presencia de una asamblea o comunidad > evangelizada y evangelizadora
 Porque esta evangelización se hace en la liturgia prioritariamente a partir de los
símbolos y ritos

3. La liturgia y los sacramentos “culmen y fuente” de la evangelización


a. La liturgia y los sacramentos objeto – medio – y meta de la evangelización
 “Objeto” de evangelización > toda evangelización debe implicar una iniciación
a los símbolos litúrgicos.
 “Medio” por la liturgia y los signos se conduce a los evangelizandos al
encuentro con Cristo evangelizador.
 “Meta” > toda evangelización tiene como meta la celebración del misterio
b. La liturgia y los sacramentos exigitivo de una evangelización espaciada:

Es espaciada porque supone y parte de un “antes” eminentemente evangelizador; es espaciada


porque conduce a un “en” celebrativo expresa en símbolos y rito lo que está escondido y es
misterioso; es espaciada porque conduce a un “después” de realización y verificación ética-moral.

4. Peculiaridad mistagógica de cada sacramento


Todos los sacramentos son “mistagógicos”, pero cada uno a su modo.

a. El bautismo

En el bautismo no sólo debe culminar la evangelización, sino que en su mismo acto celebrativo es
catequizador-evangelizador por antonomasia. “El sentido y la gracia del sacramento del bautismo
aparece claramente en los ritos de la celebración”.

b. Confirmación

La mistagogia de la confirmación consiste, sobre todo: en la unión de la catequesis con el rito


bautismal, y otros ritos iniciatorios: a los símbolos, a la oración.

c. La eucaristía

La eucaristía es mistagógica en todo momento, pero sobre todo en su contexto dominical, donde
destacan: fiesta, reunión, comensalidad, descanso…

d. La penitencia

La explicación mistagógica es posible a partir de elementos comunes: explicación del lugar de la


celebración: confesionario, capilla; explicación de la peculiaridad del signo: encuentro…;
explicación del puesto del ministro y la comunidad; explicación de los mismos “actos del
penitente”… así como su expresión simbólica…

e. Unción de los enfermos

Se da una verdad mistagógica importante: referencia de la situación del enfermo al misterio de


“Cristo médico” y de la unción como “medicina espiritual”; explicación de los signos: unción,
imposición de manos, agua bendita, oración…; relación del sacramento con la vida.

f. El matrimonio

Verdad evangelizadora mistagógica: su relación con el bautismo y la confirmación; sentido de la


espaciación: esponsales-celebración-vida matrionial; el sentido de los ritos: interrogatorio, unión
de manos, anillos, beso, estola, y sobre todo “consentimiento”.

g. El orden

Hay numerosos elementos de evangelización mistagógica: preparación amplia y espaciad; signo de


entrega de instrumentos, unción, imposición de manos…; relación con la comunidad: obispo,
presbiterio, comunidad, parroquia, etc; relación con la vida, compromiso que sigue.

La liturgia entera, los sacramentos y sobre


todo la eucaristía, tienen una virtud
evangelizadora mistagógica, que la Iglesia
debe integrar y renovar en su propia vida de
forma más eficaz. Y esta eficacia depende de la
autenticidad con que se realicen todos los
elementos y momentos integrantes de esta
misma evangelización: palabra, testimonio,
vida, símbolos, en el “antes” preparatorio; el
“en” celebrativo; el “después” comprometido.

P A S T OR A L S AC R AME N T A L , E X P E R I E N C IA H U M A N A Y E X P R ES I Ó N
LITÚRGICA
¿Qué es lo que en concreto debe expresar el hombre creyente en la liturgia?

I. LA LITURGIA COMO EXPRESIÓN DE UNA EXPERIENCIA PLURAL

¿Qué aspectos de esta experiencia, qué centros experienciales tienden a encontrar una expresión
en el símbolo litúrgico? Los siguientes:

1. La experiencia de la limitación

Entre las aspiraciones del hombre y su capacidad se levantan mil obstáculos. El hombre siente la
necesidad de “arreglar sus cuentas”, de superar su limitación, de justificarse… Todo esto reclama
una expresión a nivel distinto. Esta expresión sólo la encuentra el hombre al nivel del símbolo
religioso: ritos purificatorios, confesión, etc.

2. La experiencia de la separación – “separaividad”

Sólo el hombre es capaz de autoconciencia, autoposesión. El que nació sin una intervención de su
voluntad, ha de morir contra su voluntad. Todo esto crea en él una conciencia de soledad, de
aislamiento, de “separatividad”. Y esta conciencia provoca la angustia. Es lo que les ocurrió a Adán
y a Eva en el Génesis… a partir de aquí nace una necesidad de superar la “separatividad”. Para eso
busca formas de relación (adoración de animales, estados orgiásticos, el amor a Dios y el amor al
hombre) La única forma, sin embargo, que hace posible superar la “separatividad”, encontrar la
comunión, es el amor. Pues bien, ¿no se explican también los símbolos religiosos, la celebración
litúrgica desde esta exigencia?

3. La experiencia de la “no-coincidencia” consigo mismo

Íntimamente unida a las anteriores. Toca de lleno el misterio del hombre, problema de su
identidad. Insatisfacción, inseguridad, confusión. Desde esta experiencia el hombre busca un lugar
donde posarse, una identidad salvadora. Y esto lo descubre en muchos casos en la religión.

4. La experiencia de la inseguridad ante lo imprevisible

El hombre se experimenta a sí mismo como un ser en camino. El presente es para él la


equidistancia entre el ser y la nada. El hombre a pesar de sus planificaciones y previsiones, no
puede arrancar al futuro su imprevisibilidad. Más aún, el futuro se muestra ensombrecido por la
muerte. Pues bien, en los símbolos litúrgicos el hombre tiende a expresar al mismo tiempo su
inseguridad y su esperanza. El símbolo y el rito son los medios privilegiados por los que el hombre
puede acercar y acercarse al futuro, sin sentirse agarrotado por la angustia, sino más bien
atravesado por la esperanza.
5. La experiencia del tránsito

Momentos de tránsito biológico o vital > el hombre hace “experiencia de tránsito” original (nacer,
crecer, casarse enfermar, morir). En todos estos momentos el hombre siente una necesidad
cuasivital de utilizar ritos y símbolos. Así nacen los que se han venido a llamar los “ritos de tránsito”
a los cuales responderán de algún sentido los sacramentos de la Iglesia.

6. Experiencia de la libertad

El hombre tiene experiencia de ser libre. Pero esa libertad es limitada. En ella experiementa el
hombre su poder y su miseria. Por eso busca una liberación plena. Es precisamente en los símbolos
religiosos, la celebración y el culto donde tiende a expresar esa aspiración y esa búsqueda. Los
símbolos religiosos son signos de una libertad en nueva clave.

7. La experiencia del gozo

El hombre aspira a la felicidad y al gozo en la vida. Pero la vida no siempre es esto. La experiencia
del gozo es intransferible pero no incomunicable. Necesita expresarse, decirse. La liturgia responde
también a esta experiencia. “El culto se sitúa en la esfera del gozo”.

8. La experiencia de la fe

Ésta es la experiencia capital que hace que la expresión de los símbolos religiosos de las otras
experiencias tenga pleno sentido. La fe es sobre todo acogida y aceptación de una persona: Cristo.

Los símbolos litúrgico-sacramentales no sólo suponen la fe, sino que la alimentan y la recrean: son
eficaces para la fe, y por eso el acto de fe de la expresión simbólica es parte integrante del
sacramento.

II. APLICACIÓN CRÍTICA A LA PASTORAL Y CELEBRACIÓN DE LOS SACRAMENTOS

¿Son nuestras celebraciones litúrgico-sacramentales expresión personal?

¿Son expresivos nuestros símbolos?

¿Es nuestro lenguaje expresivo y elocuente?

EL H O MB R E Y S U A C T I T U D D E F E E N LA A C C I Ó N S A CR A MEN T A L
Uno de los puntos en la problemática sacramental actual: el puesto del hombre en los
sacramentos. La interrelación del binomio fe-sacramentos.

1. El hombre, ser sacramental

Consideración del hombre desde su condición creatural. El hombre está capacitado para la
comunión con Dios desde la creación. El hombre es creaturalmente sacramental.

Por eso, la realidad sacramental no es algo que se le impone al hombre desde fuera, es algo que
lleva dentro.

a. Dimensión simbólica de la condición humana


El hombre es un ser simbólico. El signo sacramental es esa expresión simbólica en acción a través
de la cual se realiza la intercomunicación de los distintos personajes integrantes del sacramento:
Dios, Iglesia, sujeto. Si bien el sacramento como acontecimiento salvífico tiene su origen en Dios y
sólo en Él, en cuanto realidad simbólica responde a una necesidad del mismo hombre.

El símbolo nunca coincide plenamente con lo simbolizado: al mismo tiempo que invoca una
presencia, constata una ausencia.

b. La gracia de Dios en el fondo de la existencia

El hombre por el hecho de ser “homo creatus” y “homo salvatus” es un hombre “agraciado”. Antes
de recibir la gracia por un acto explícito de fe, el hombre puede vivir de esta gracia, puede “hacer
experiencia de la gracia”.

Los sacramentos son más el reconocimiento de una gracia actuante, que la recepción de una gracia
ausente. No por eso los sacramentos son menos necesarios.

c. Las situaciones humanas fundamentales asumidas en la fe

“Situaciones fundamentales” > el hombre es parte co-esencial del sacramento. El hombre no tiene
por qué inventar una vida distinta para el sacramento, es su vida misma en estos momentos
privilegiados y con su densidad propia la que se hace sacramento en el sacramento de Cristo y de la
Iglesia.

2. La respuesta de fe, elemento constitutivo del sacramento

Todo sacramento es un encuentro, el encuentro supone diálogo, y éste implica la respuesta. La fe


no es algo externo al sacramento, sino parte constitutiva del mismo. Fe y sacramento no se oponen
ni se excluyen, sino que se necesitan y condicionan.

a. De la fe bautismal a la fe sacramental

Todos los sacramentos son “sacramenta fidei”, pero el Bautismo lo es de manera muy especial. El
Bautismo “sella” la primera fe, la conversión primera, la opción radical por la que se decide a
aceptar a Cristo y su salvación. Toda otra fe se desprende de aquella fe. ¿Qué sucede si no existe?
Sencillamente no se conduce una existencia cristiana.

La Iglesia nunca podrá asegurar que aquellos que están bautizados, porque han recibido un rito,
lleguen a ser bautizados porque han asumido su bautismo en la conciencia de una opción de fe y en
la libertad de una pertenencia a la comunidad de creyentes. Muchas veces el acento se ha puesto
en la materialidad y el rito del sacramento, no en el acontecimiento, ni en la fe. ¿y el ex opere
operato?

b. De la fe vivida a la fe celebrada

La fe sacramental no es sólo la fe bautismal, sino la fe vivida. Quien ha creído en el misterio de


Cristo, ha aceptado a Dios en su vida. Los sacramentos son también sacramentos de la fe vivida,
una fe que inunda toda nuestra existencia. La fe necesita celebrarse para afirmarse.

c. La fe, condición para la celebración sacramental plena


Sin fe no puede haber realización sacramental plena.

 La palabra de la fe eclesial y el sacramento

Desde un punto de vista objetivo la fe que es parte fundamental del sacramento es principalmente
la fe eclesial. El sacramento es una profesión de la fe eclesial, en él, por medio de la palabra y el
gesto, la Iglesia manifiesta su fe. La concomitancia entre la palabra y el gesto indica que aquello
que se dice, se realiza.

La palabra de la Iglesia aparece salvando, purificando, divinizando “no porque es dicha, sino porque
es creída”. Esta fe presente, objetiva, eficaz, tiene dos consecuencias inmediatas:

o En el ministro: independientemente de su grado de fe personal, el ministro


sólo realiza el sacramento en cuanto acto de Cristo, si es que lo realiza en la fe
de la Iglesia, con lo que la Iglesia quiere y cree hacer cuando celebra un
sacramento. A él le corresponde dar vida a los signos.
o En el sujeto: la fe del sujeto tiene que ser una fe eclesial, es decir, en
consonancia con la Iglesia. Si el sujeto pretendiera hacer algo distinto de lo
que en esta palabra de fe expresa la Iglesia, su fe no sería suficiente para la
realización del sacramento.
 La acogida del don de Dios en la fe personal:

La palabra de fe eclesial es siempre una palabra escuchada, infalible, eficaz. La palabra de fe


personal es siempre una palabra que espera ser escuchada y acogida en el don de la gracia.

La fe del sujeto es una fe sacramental en el sentido de que el sacramento posibilita la realización de


la misma fe. Es una verdadera realización de la fe que abarca a la persona total. Objetivamente: el
sacramento transforma mi vida en Cristo, alimenta y recrea mi fe, renueva mis relaciones de
amistad con Dios y la Iglesia. Subjetivamente: suscita una nueva experiencia de la fe, saca la fe de
su racionalismo.

 La celebración del sacramento en una asamblea creyente

Celebrar un sacramento es hacer fiesta con los hermanos en la fe. La presencia de la asamblea es
un elemento fundamental. La asamblea debe ser una asamblea de fe.

d. El objeto de la fe sacramental

Celebración del sacramento supone, realiza y manifiesta: Fe de la Iglesia, fe del sujeto y fe de la


asamblea celebrante. Ciñéndonos más al sujeto ¿cuál debe ser el objeto de esta fe? La cuestión es
sumamente complicada. La Iglesia siempre debe proponer el ideal y no conformarse con el
“mínimo”.

Para que el sacramento pueda celebrarse dignamente se requiere en el sujeto una respuesta o
actitud de fe que incluya:

o Aceptación de Dios
o Aceptación de que esta intervención de Dios se manifiesta “hoy y aquí” en la
Iglesia y por la Iglesia
o Aceptación del sentido propio del sacramento
o La convicción de que esto no es algo extraño a nuestra vida sino algo que
afecta al núcleo existencial y comprometo todo nuestro ser y nuestro actuar.
3. El compromiso de la libertad y su puesto en el sacramento

El sacramento sólo pude realizarse cuando hay libre acuerdo entre estas dos personas, es decir,
cuando al ofrecimiento gratuito de Dios responde la libre acogida del hombre. Dios es al mismo
tiempo el don y el donante, es siempre el Otro absolutamente libre en su iniciativa y sus dones. El
riesgo de Dios es la libertad del hombre. El ejercicio de la libertad del sujeto es parte fundamental
del sacramento.

Por parte de Dios, todo está realizado en el sacramento, pero por parte del hombre todo debe aún
ser realizado para Dios a partir del sacramento. Por eso el sacramento es, a la vez, punto de llegada
y punto de partida.

4. Dialéctica entre el don de Dios y la respuesta del hombre

Si este es el puesto del hombre en los sacramentos ¿cuál es el de Dios?

a. Puntos para una mejor comprensión

Dios y hombre son parte constitutiva y fundamental del sacramento, pero no del mismo modo, ni
al mismo nivel. Dios está en el sacramento como el origen fontal. Dios es el Otro que sale al
encuentro del hombre porque quiere, no para cubrir una necesidad del hombre, ni para completar
lo que el hombre no puede conseguir, sino para ofrecer, sin ganancia de su parte, su salvación y su
vida.

“Opus operatum” > indica el nivel propio de Dios

“Opus operantis” > indica el nivel propio del hombre, en cuanto que acepta participar en el
sacramento.

K. Rahner > de algún modo la eficacia del sacramento es el punto de concurrencia de ambos. El
acto libre del hombre se actualiza como un acontecimiento de la gracia, en cuanto que se expresa,
y esta expresión es causa del acto sobrenatural de la gracia.

Tampoco la Iglesia queda al margen de esta eficacia del sacramento…

La fe es un regalo de Dios y un acto del hombre. La respuesta de la fe es una respuesta libre pero
“agraciada”. Nuestra fe no es causa de la acción de Dios, pero sí condición que posibilita o impide su
eficacia en nosotros.

b. Cuestiones complementarias

¿Qué sucede con los sacramentos que se reciben, sin que sea posible una respuesta actual y
personal de fe? > Bautismo de niños > falta un elemento: la acogida libre, consciente y responsable
del ofrecimiento de la salvación… > si bien es suficiente para que el Bautismo sea efectivamente
dado y recibido, no es suficiente para que el bautismo sea plenamente realizado. > La importancia
de la familia para que el niño vaya asumiendo personalmente su bautismo.
¿Qué sucede cuando los sacramentos se reciben sin fe? > no hay sacramento en sentido pleno.
Sólo Dios conoce lo que sucede en el corazón del hombre. Un sacramento recibido sin las debidas
disposiciones es infructuoso > la eficacia del sacramento no está ligada al acto puntual (cuasi-
mágico) de la celebración. El sacramento puede “culminar” en un momento posterior: la respuesta
de fe que “posibilita” su realización plena puede llegar después que ha sido celebrado.

¿Qué sucede cuando existe fe “sacramental” sin sacramento celebrado? > Respuesta actual
personal de fe en vistas al sacramento, con una actuación de la gracia de Dios incluso con una
cierta anticipación actuante de la misma gracia sacramental (a través del deseo, el “votum”). Pero
falta la celebración del sacramento > no es completo porque falta la plena manifestación. “No hay
sacramento sin fe, ni puede haber fe sin sacramento”.

RELIGIOSIDAD P O PU L A R Y P A S TO R AL DE LOS S AC R AM E N TO S
Los “cuatro sacramentos ” de la religiosidad popular > no piden sólo cuatro sacramentos, sino por
lo general piden sacramentos sólo en cuatro momentos de la vida. Los “cuatro sacramentos” de la
religiosidad popular: bautismo de niños, primera comunión, matrimonio y las exequias (con misa).

Los sujetos de la “sacramentalidad popular” serán los bautizados normalmente no practicantes.

I. ACERCAMIENTO A LA REALIDAD

Profunda crisis de la religiosidad sacramental del pueblo.

a. Causas más importantes de la crisis


 “Humanismo moderno” > ha traído como consecuencia la crisis de la cultura y
civilización religiosas.
 Nuevos fenómenos y movimientos con sabor religioso > New Age…

Algo queda claro una vez más: el hombre no puede vivir sin magia, sin mitos y sin ritos, sin religión.
Aquí o allá nacen nuevos movimientos o renacen nuevas formas religiosas > el pueblo no es
consciente de esta involución religiosa. ¿Qué actitud debe tomar la Iglesia en relación con la
religiosidad sacramental?

 Insuficiente respuesta de la Iglesia y de los mismos cristianos a los problemas de esta


religiosidad.

Nuestras celebraciones sacramentales no agradan a muchos mayores ni satisfacen a muchos


jóvenes. ¿Cómo continuar la reforma litúrgica para que pueda valorarse y mejorarse la religiosidad
sacramental de nuestro pueblo?

b. Actitudes más significativas de los sujetos

La gran masa de cristianos siguen pidiendo los sacramentos de la vida y de la muerte ¿Por qué?

 El pueblo expresa su inevitable necesidad de ritos y ritos sagrados. Algo falta cuando al
nacer, al casarse o al morir no “se hacen los ritos”. El rito es como un número
necesario de la fiesta.
 El pueblo quiere expresar su creencia religiosa y su esperanza. Sugiere más que dice. A
través de los ritos quiere expresar “su fe”, diciendo más de lo que puede o sabe decir.
Su presencia es su mayor elocuencia. Actitud de apertura a lo divino. Además el
hombre espera algo del rito. Es el deseo de poner en el ámbito de Dios nuestras
realidades (a Dios se lo necesita para no morir).
 El pueblo busca significar su identidad cristiana y su pertenencia a un sistema socio-
religioso.

II. INTERPRETACIÓN ANTROPOLÓGICA

Hombre > ser simbólico. Los símbolos sacramentales son algo que responde a una necesidad que
lleva dentro.

Los sacramentos de la religiosidad popular > necesidad cuasi-vital de sacralizar los momentos
decisivos del ciclo de la vida.

Cuando un cristiano pide un sacramento no


realiza un acto banal, sino que cumple con
una necesidad profundamente antropológica

Religiosidad sacramental > la Iglesia no puede ni rechazarla ni aceptarla sin más. Tiene que liberarla
de sus residuos mágico-míticos alienantes y, por tanto, antihumanos y antiteológicos.

III. VALORACIÓN TEOLÓGICA

La cuestión “fe-sacramento” > el sacramento significa la actualización y realización del misterio de


Cristo. Una actitud de fe sacramental que no implique referencia a Cristo no es teológicamente
aceptable. Con frecuencia el Dios de la religiosidad sacramental es un Dios “sin rostro y sin
nombre”; no histórico, sino cósmico; no cristiano, sino pagano.

El sacramento es igualmente intervención privilegiada de Dios “hoy y aquí”, en la Iglesia y por la


Iglesia. Para muchos la Iglesia > o no es nada, o lo es todo, o es una agencia ritual.

El sacramento es al mismo tiempo transformación, liberación y tarea. Con frecuencia nuestros


cristianos creen en una eficacia más o menos mágica del rito, pero no en la gratuidad del don…

Los cristianos de la religiosidad sacramental son más cristianos “religiosos” que católicos
“creyentes”. La religiosidad sacramental es una realidad con la que hay que contar, pero no un
ideal en el que hay que permanecer.

IV. CRÍTICA PASTORAL

Pastoral apropiada a la “religiosidad sacramental” debe ser:

 Realista
 Dialéctica: equilibrio de aspectos
 De evangelización
 De acogida, preparación, de discernimiento: un rito no informado por la fe es un rito
deformado en el culto
Urge entonces, modificar las disposiciones sacramentales: espaciación entre la acogida y la
celebración, etc; la generalización del catecumenado para la confirmación en la adolescencia. Una
pastoral que se hace desde el pueblo y con el pueblo.

C O N C I E N C I A M OR AL , P A S TO R AL S A CRA M E N T AL Y C EL E B RA C I Ó N D E
L O S S A C R A M E NT O S
I. LOS GRANDES CAMBIOS EN LA CONCIENCIA MORAL
1. Secularismo: valor positivo: autonomía de los cosas creadas; valor negativo: ateísmo
práctico
2. Subjetivismo: valoración de la persona y la conciencia individual; exaltación de las
decisiones individuales.
3. Relativismo: se valora más la dimensión histórica y cultural de la persona y sus valores;
se viene a una duda sobre lo válido permanente…
4. Materialismo: valoración de lo material, pragmático y utilitario; lleva una fijación
deformante en una de las dimensiones del hombre…
5. Inmediatismo: como valor el disfrute inmediato de la realidad; sin atender al pasado ni
al futuro, arrastrados por la dinámica de lo fugaz, huye de compromisos permanentes
y futuros.

Estos grandes cambios en la conciencia moral del pueblo favorecen poco una comprensión y
participación en las celebraciones de la Iglesia.

Estos crean actitudes y comportamientos concretos > “slogans de contraposición”

 Se cree más en la bondad y misericordia de Dios que en su justicia y verdad


 Se exalta la bondad natural de la sexualidad
 Se enaltece la caridad y el amor sobre el precepto y la ley

II. REPERCUSIONES EN LA PARTICIPACIÓN LITÚRGICO SACRAMENTAL

Principales repercusiones del cambio de conciencia moral.

SACRAMENTOS

La conciencia moral repercute de diversa manera según se trate de uno u otro:

Bautismo

Los cambios morales señalados han favorecido, en los cristianos creyentes a una mayor apreciación
del bautismo como opción de fe, y no tanto como rito de costumbre. En cambio, en otros cristianos
esta situación ha conducido, bien a un aferrarse al simple rito, bien a su marginación del
sacramento.

Confirmación

La confirmación parte de unas actitudes morales en los iniciandos, que no armoniza con la
exigencias de esta iniciación; se encuentra con grandes obstáculos; es incapaz de hacer aceptables
las normas de la moralidad; y no llega a consolidar en los confirmados una conducta moral. Todo
ello demuestra en qué medida se da un desfase entre conciencia moral dominante y conciencia
moral exigida, entre evangelio aceptado y moral asumida, entre sacramento deseado y conducta
practicada, entre compromisos proclamados y vida “comprometida a la carta”.

Eucaristía

Como sacramento de iniciación o primera eucaristía > teniendo una gran acogida social, el
secularismo lleva a algunos a prescindir del rito sagrado buscando otros sustitutivos. El
personalismo y subjetivismo conducen a una insistencia en la preparación catequética. Es difícil
medir la hondura religiosa desde la manifestación externa (materialismo y consumismo)….

Como sacramento central de la comunidad cristiana > Aspectos positivos: mayor aprecio de la
participación eucarística, superación de actitudes rigoristas, valoración del carácter reconciliador
de la eucaristía. Aspectos negativos: cierta ligereza al acercarse a la comunión sin examinar la
conciencia, desafección respecto del sacramento de la penitencia…

Penitencia

Es el que más se ve afectado. En él repercute de forma especial el secularismo que rechaza una
concepción religiosa del pecado; el subjetivismo reduce el pecado a una apreciación puramente
personal; materialismo eficacista no acepta la debilidad. Otros elementos en crisis: no comprensión
de la dimensión eclesial y comunitaria del sacramento.

Unción de los enfermos

Secularismo: negación de la vida como don de Dios; individualismo: negación de cuanto supone un
freno o limitación para la libertad; materialismo: marginación de lo improductivo; inmediatismo: se
demoniza la enfermedad. Hay una nueva mentalidad del sentido curativo terapéutico del
sacramento, que conduce a no relegarlo al último momento.

Matrimonio

Modificación del modelo matrimonial referente en la cultura occidental: monogamia heterosexual,


fidelidad indisoluble, la fructuosidad filial. Profunda crisis de esta concepción. Una situación
especial (conflicto entre moral y sacramentos) > participación en los sacramentos de los
“divorciados vueltos a casar”. La nueva situación está planteando nuevos retos a la misma Iglesia.

Ministerios

También se ha visto el sacramento del orden afectado, sobre todo en el ministerio presbiteral.
Secularismo: desacralización general, abandonar la imagen del sacerdote como “figura sagrada”;
subjetivismo: sobrevaloración de la libertad conduce a hacer más complicado el compromiso
definitivo; materialismo: ministerio con carencia e indigencia material. El problema es de vocación,
de identidad y posibilidades de desempeño del mismo.

Hay una época de florecimiento de “ministerios laicales”.

CONCLUSIÓN
Así como la liturgia debe ser “escuela simbólica de moralidad”, de la misma manera la moral debe
ser “realización existencial de la sacramentalidad” > el compromiso moral debe apoyarse y
conducir al sacramento como a su “culmen y fuente”.

Es necesario que los sacramentos se dejen interpelar por la conciencia moral, y que la conciencia
moral se deje aleccionar por los sacramentos.

Las “negatividades” van unidas a las “positividades” que promueve respecto a una petición,
celebración y participación más consciente, libre y responsable. Lo “crítico” de la realidad puede y
debe convertirse en lo estimulante de renovación.

L A I N I C I A C I Ó N C R IS T I A N A : E N L A M I S IÓ N A C T U AL D E L A I G L E S I A 2
Concepto conciso de IC y preguntas motivadoras

El concepto de IC es muy antiguo en la Iglesia. ¿Cómo se puede definir en general? > “No es otra
cosa que la primera participación sacramental en la muerte y resurrección de Cristo” (RICA).
Algunas notas de la IC:

 Dos protagonistas principales: DIOS y la PERSONA HUMANA


 La IGLESIA es mediadora de la experiencia vital
 La IC es una parte importante de la vida de la Iglesia

Noción y descripción más completa de ic

IC > Inserción de un candidato en el misterio de Cristo muerto y resucitado, y en la Iglesia de Cristo,


por la fe y los sacramentos. Nos pueden ayudar algunos textos del Magisterio:

 CEC > para llegar a ser cristiano se sigue un camino. Este camino comprende siempre
algunos elementos esenciales: el anuncio de la Palabra, la acogida del Evangelio, la
profesión de fe, el Bautismo, la efusión del ES, el acceso a la comunión eucarística. (cf.
1229)
 DA > La iniciación cristiana se refiere a la primera iniciación en los misterios de la fe.
 AG 14 > “Los que han recibido de Dios, por medio de la Iglesia, la fe en Cristo, sean
admitidos con ceremonias litúrgicas al catecumenado, el cual no es mera exposición
de dogmas y preceptos, sino formación, noviciado convenientemente prolongado de
toda la vida cristiana, con el que los discípulos se unen a Cristo, su Maestro. Iníciense,
pues, los catecúmenos convenientemente en el misterio de la salvación, en la práctica
de las costumbres evangélicas y en los ritos sagrados que han de celebrarse en
tiempos sucesivos, y sean introducidos en la vida de la fe, de la liturgia y de la caridad
del Pueblo de Dios”.

¿Cómo se ha realizado antes y se realiza ahora la ic?

2
S.E.R Mons. JOSÉ MARÍA ARANCIBIA, Febrero de 2010
La renovación del Concilio impulsó a un redescubrimiento del BAUTISMO como fuente primera y
principal de la espiritualidad cristiana y del compromiso de vida según el Evangelio. “Cristiano: sé lo
que eres; reconoce tu dignidad” (San León Magno). El Vaticano II restauró el Rito de iniciación
cristiana de adultos, como un catecumenado completo.

¿Es suficiente y fructífera la ic que realizamos? En muy pocos lugares, se da la oportunidad a


jóvenes adultos de seguir el proceso propiamente dicho del CATECUMENADO, descrito en el Ritual.

La actividad catequística de nuestra Iglesia

Agradezcamos que la catequesis es aceptada casi por todos, y además sigue atrayendo a muchos
fieles cristianos que sienten de corazón el llamado a colaborar con esta tarea en la Iglesia. Mientras
tanto, las amplias exigencias de la acción catequística como ahora se desarrolla, llevan a incorporar
a personas de escasa participación. ¿Es realmente adecuada nuestra forma de iniciar a la vida
cristiana?

La renovación de la Iglesia como la renovación de la catequesis debe seguir adelante.

Aspectos destacados de la ic, y de la catequesis que forma parte de ella

La ic ha de entenderse, ante todo, como obra de la santísima Trinidad en el seno de la Iglesia, que
por la catequesis y la liturgia conduce al creyente, tocado por la gracia de Dios, hacia una primera
madurez de vida cristiana. Los principales elementos de la ic:

 Kerygma
 Acogida de la Palabra de Dios
 Encuentro personal con JXto
 Conversión de mente y corazón
 Catequesis como reflexión sobre la fe cristiana
 Incorporación cordial y efectiva a la comunidad
 Mistagogia
 Inicio de la vida de oración personal y comunitaria
 Servicio de caridad y compromiso solidario
 Despertar al espíritu misionero

La CATEQUESIS propiamente dicha, se menciona aquí como “servicio a la ic” pero no se identifica
del todo con ella.

Y el Catecumenado ¿se identifica con la ic? No es lo mismo, pero se lo puede considerar como el
medio más importante para realizar la ic.

Inquietudes pastorales sobre la actual ic ofrecida por la Iglesia

Aspectos positivos:

 Esfuerzo generoso de los catequistas


 Avance en la preparación de los sacramentos
 Encuentro con Jesucristo por la Palabra
Varias diferencias:

 Existe todavía mucha ignorancia religiosa


 Son muchos los que reciben sacramentos sin la suficiente formación
 La ic ha sido pobre o fragmentada

Desafíos importantes

 La ic es parte de la Evangelización. Evangelización como proceso dinámico y completo.


En dicho proceso se ubica la ic.
 Carácter misionero en un doble sentido: 1. Porque quienes piden ser iniciados aún no
son conscientes de haber recibido el primer anuncio, ni de haber respondido con una
fe personal a Cristo. 2. Porque ha de ofrecerse a todos los bautizados. La urgencia
misionera ha de impregnar toda la obra evangelizadora.
 Encuentro personal con Jesucristo y sus misterios. Ha de ser la meta y el fruto de la ic.
 Verdadero proceso. Proceso que requiere pasos y tiempos, más la perseverancia.
Además, la importancia de una adecuada programación. En dicho programa se tendrá
en cuenta el proceso del año litúrgico y el lugar que ocupa el domingo.
 Lugares propios de la ic > renovación de la parroquia. Importancia del CPp y de la JPC.
 Otro lugar es la familia. De todas ellas se espera que acompañen debidamente a sus
hijos.
 Colegios católicos > pasos y elementos de la ic. Poner en relación la fe, la cultura, las
ciencias y las artes.
 Procurar catequistas más numerosos y aún mejor preparados.
 El catecumenado ha de ser el método inspirador de la ic, como lo propone la Iglesia.
Dar a conocer aún más el RICA.
 La ic ha de tener como fruto el compromiso de la vida expresado en servicios de
caridad y misión.
 La ic requiere un auténtico sentido eclesial.

P A S T OR A L Y C EL E BR A C I Ó N D EL B A U T IS M O
El bautismo es el primer paso de la iniciación, la cuestión decisiva no es cómo se renueva la
pastoral del bautismo, sino cómo se renueva la iniciación cristiana global.

I. LA PASTORAL DEL BAUTISMO EN UNA SOCIEDAD SECULARIZADA

¿Es capaz el hombre de hoy entender la fe y la celebración del bautismo lo mismo que ayer?

1. Del bautismo “por temor” al bautismo “por amor”

Bautismo por amor: señala más una motivación generalizada de confianza en el amor de Dios, de
esperanza en la salvación del inocente, de acogida respetuosa por parte de la comunidad creyente.
Diversos aspectos doctrinales del bautismo en que se manifiesta esto:

 Respecto al pecado original, ya no pesa tanto a la hora de pedir el bautismo.


 Necesidad del bautismo para la salvación, es vivida hoy de modo diferente. La gracia
es más que el pecado.
 Incorporación o agregación a la Iglesia, es vivida de forma nueva. No pesa tanto la
búsqueda de una protección y prestigio social, cuanto los vínculos de pertenencia.
 Obligatoriedad del bautismo “quamprimum”, existe una mayor flexibilidad.

Sin duda estos cambios de sensibilidad religiosa son la raíz de comportamientos bautismales
diversos.

2. Del escándalo por el rechazo de los fieles a la insatisfacción por parte de los pastores

Cambio importante en la actitud de los sacerdotes. Años 1950-1970 se extendió una crítica contra
el bautismo de niños, que condujo a cierto rechazo del mismo por parte de sectores cristianos,
provocando no poco escándalo en la jerarquía y pastores.

Esta situación ha cambiado. El clero ya no se escandaliza porque haya quienes retrasan o incluso
rechazan el bautismo de niños. Sin embargo, observa que la vida cristiana no mejora. Por ello, no
pocos viven cierta desazón pastoral. ¡Es una batalla inútil! Verse obligado a celebrar con quienes
no se vive, ni se comparte, ni se verifica la fe cristiana, o conduce a una situación espiritual y
pastoralmente esquizofrénica, o, lo que es quizá más peligroso para el ministerio ordenado, lleva a
la insensibilidad del funcionario religioso.

3. Del bautismo uniforme al bautismo pluriforme


a. “Casos bautismales especiales”:
 Bautismo de hijos de madres solteras
 Bautismo de hijos de padres divorciados
 Bautismo de hijos de padres separados
 Bautismo de hijos de matrimonios mixtos
 Bautismo de hijos de casados civilmente
 Bautismo de hijos de padres que viven en “libre unión”
 Bautismo de hijos de increyentes
b. Diversidad de bautismos o pluralización de procesos iniciáticos: además del Bautismo
de niños, existe el bautismo de adultos, el bautismo “diferido” y el bautismo de niños
“en edad escolar”.

¿Cómo salvar la unidad bautismal en esta pluralidad de bautismos? ¿En qué medida supone esto
una recuperación del catecumenado como elemento integrante y constitutivo de la iniciación
cristiana?

II. CATECUMENADO – FE – BAUTISMO


1. El bautismo de niños

Nadie puede negar la importancia y el valor de la praxis multisecular. Pero nadie puede exaltarla
como la única praxis de referencia. El bautismo de niños, siendo lícito, válido y deseable, es preciso
“relativizarlo” en orden a los otros elementos que lo conduzcan a su plenitud. El problema es:
“bautismo de niños en solitario – o bautismo de niños dentro del proceso integral de iniciación
cristiana”
Con todo, la pastoral del bautismo de niños debe prepararse con el máximo esmero y atención
pastoral. Para ello deben tenerse en cuenta los siguientes aspectos:

 Insertar la pastoral del bautismo de niño dentro de un “proyecto”


 Tender hacia una pastoral de preparación que promueva “proceso catecumenal” para
los padres (recuperación de la Cuaresma y cincuentena pascual como tiempos de
preparación catecumenal).
 Partir de una voluntad positiva de coordinación
 Preparar a los laicos para que puedan hacerse responsables o colaborar con esta
pastoral
 Autentificar la dinámica o proceso de preparación
 Necesario es que se tenga criterios claros para discernir las diversas situaciones de vida
y fe.

2. El bautismo o Iniciación Cristiana de Adultos

Bautismo o iniciación destinada a los “adultos”. Esta iniciación creemos es realmente el “paradigma
de toda iniciación cristiana”. Aquí las etapas catecumenales precedentes al bautismo son etapas del
mismo bautismo. Pregunta: cómo hacer para que sea eficaz en algunas comunidades:

 En primer lugar, deberá aplicarse al caso de los adultos que se convierten y piden ser
iniciados en la fe cristiana.
 Otra aplicación: “preparación para la confirmación y la eucaristía de los adultos
bautizados en la primera infancia, y que no han recibido catequesis”.
 A esto habría que añadir la situación de aquellos que reciben el bautismo y la primera
eucaristía, pero todavía no han recibido la confirmación.
 Otra situación en la que debe aplicarse el proceso catecumenal es aquella de adultos
ya bautizados, confirmados y eucaristizados que, en un momento de su vida, desean
renovar su fe y su bautismo.

Por tanto, podemos decir que la pastoral del bautismo de adultos es una pastoral extensiva a otras
situaciones, que suponen la aceptación de un talante o estilo catecumenal en la Iglesia, como el
medio más eficaz para una iniciación o reiniciación cristiana.

3. El bautismo que difiere o “diferido”

“La falta de garantías” para un desarrollo de la fe bautismal. Aquí se trata de una situación no
deseable (a diferencia de los otros bautismos). En realidad, no se niega el bautismo, sino que se
propone para otro momento.

Esta situación de adolescencia es un caso muy real. La propuesta podría ser la de un “bautismo
aplazado” y seguir estos pasos:

 Celebración del nacimiento, por un “rito de tránsito” (acogida del niño y del deseo de
los padres, clarificación de las disposiciones de fe).
 Evangelización progresiva
 Entrada en el catecumenado
 Celebración del bautismo, confirmación y eucaristía

4. El bautismo en edad de escolaridad

El RICA propone un “proceso relativamente largo de unos dos o tres años, que conducirá a los
niños a la plenitud de la fe, por la aceptación del bautismo, la confirmación y la eucaristía”.

La diferencia de este tipo de bautismo con las demás: la situación es propia, la edad diferente, la
capacidad subjetiva singular. Se trata de “en edad escolar, de enseñanza primaria”, capaces ya de
pensar, creer y crecer en la fe consciente, libre y responsablemente.

III. EL MODELO DE PASTORAL BAUTISMAL DEL VATICANO II Y SU VICISITUDES


1. Modelo de pastoral propuesto por el Vaticano II

Ritual del Bautismo para niños (RB). Ejes en los que se apoya esta pastoral: el bautismo es el
“sacramento de la fe por antonomasia (n.3); la preparación al bautismo es necesaria (n.15); la
máxima responsabilidad se coloca en los padres del niño (nn.9, 15b, 44d); la celebración del
bautismo es el comienzo de un proceso hacia la plenitud del ser cristiano.

Orientaciones prácticas:

 El encuentro personal con el sacerdote


 Los encuentros comunitarios
 La petición formal del bautismo > se ha de evitar bautizar sin una garantía suficiente de
educación cristiana del niño.

Estas orientaciones prácticas indican hitos más importantes de la estructura de la pastoral del
bautismo:

 Acogida pastoral
 Encuentros personales
 Encuentros comunitarios
 Discernimiento
 Preparación inmediata
 Celebración participada
 Continuidad

2. Valoración y recepción de la pastoral del bautismo

Una vía media > ni celebración indiscriminada del sacramento, ni negación radical del mismo, sino
evangelización, catequesis, preparación necesaria. Esta pastoral supone una opción claramente
evangelizadora. La pastoral del bautismo supone una comprensión más dinámica del bautismo,
entendido como punto de partida de un proceso, que se extiende a otras acciones y celebraciones
sacramentales y extra sacramentales.
P A S T OR A L B A UT I SM A L 3
PARA EL BAUTISMO DE NIÑOS

1. Pasos de la Pastoral Bautismal

Todos ellos forman parte del Itinerario Catequístico Permanente:

a. Pasos Remotos

La catequesis en torno al matrimonio

La familia participa de la misma misión de la Iglesia: evangelizar, enseñar, bautizar. Conviene que la
preparación inmediata al Matrimonio, explique la vocación y la dicha profunda de los padres de
transmitir la fe a sus hijos, y la obligación de bautizarlos lo antes posible.

La preparación a los encuentros catequísticos es ocasión para el trabajo en conjunto entre el


Equipo de Pastoral matrimonial y el Equipo de Pastoral Bautismal.

Acompañamiento y visita a las familias que esperan un nuevo hijo

Pastoral con ardor misionero > acercarse a las familias en los primeros meses de embarazo. Una
buena catequesis dirigida a toda la comunidad permitirá detectar y visitar a las familias que se
encuentran en esta situación.

b. Pasos próximos

Recepción del pedido de Bautismo

El secretario es ante todo un agente pastoral. El diálogo entre secretario/a y la familia debe tener
sentido evangelizador y catequístico. Para ello será conveniente algunas disposiciones previas.

La catequesis bautismal

La catequesis bautismal ocupa un lugar destacado como momento evangelizador. Se trata de


despertar en padres y padrinos el deseo de Dios y de conversión a Jesucristo. La catequesis
bautismal es un medio para acercarnos a cristianos que están alejados de la vida de fe.

En la catequesis bautismal no deberán estar ausentes los siguientes aspectos:

 Dimensión de proceso, de camino: varios encuentros


 La mirada atenta a la situación de vida de cada familia
 La Palabra de Dios que ilumina esas vidas
 La oración y el compromiso creyente
 Comunidad eclesial > marco de este camino de crecimiento.

3
ARQUIDIÓCESIS DE MENDOZA. Pastoral Bautismal: Orientaciones y Normas, 1999
El encuentro catequístico y sus pasos

“Implementar una metodología catequística que integre la enseñanza doctrinal con la experiencia
de vida”. Tener como modelo de este proceso los discípulos de Emaús. Los mismo debe ocurrir en
el encuentro catequístico.

Un proceso catequístico en varias etapas > Todo proceso requiere tiempo y organización.

La catequesis bautismal, un momento del Itinerario Catequístico Permanente

Es esencial que esté inserta en el IC que la conecte con los otros momentos del itinerario, ya sean
anteriores o posteriores.

Los contenidos de la catequesis bautismal

a) Dimensión pascual del Bautismo

Por el Bautismo el creyente participa en la muerte de Cristo, es sepultado y resucitado con Él. El
Bautismo es el sacramento pascual de la fe iniciada. Relación entre fe y Bautismo. Para el Bautismo
no se requiere una fe perfecta o madura, sino un comienzo.

b) La gracia del Bautismo

Consecuencias principales del Bautismo para la vida de los creyentes son: purificación de los
pecados y el nuevo nacimiento en el Espíritu Santo, la incorporación a la comunidad eclesial. El
Bautismo es el fundamento de toda la vida cristiana.

La catequesis bautismal tendrá como eje central el anuncio de Jesucristo, será profundamente
cristocéntrica. Será conveniente jerarquizar los contenidos en función de los encuentros que se
puedan realizar.

c) La fe bautismal en la religiosidad popular

PDP > la fe bautismal como principal camino evangelizador de la religiosidad popular. La conciencia
que tienen los mendocinos sobre el Bautismo:

 Bautismo > manera de seguir la tradición de la fe familiar


 Protege al niño de males y enfermedades
 Por el Bautismo se hace hijo de Dios
 Por el Bautismo se recibe la fe
 Por el Bautismo se logra la protección y bendición de Dios

En los encuentros tener en cuenta estas motivaciones.

El equipo y las cualidades de sus miembros

Los miembros de cada equipo parroquia han de ser elegidos y formados:

 Formación catequística y doctrinal


 Espíritu fraterno
 Espíritu de comunión eclesial
 Capacidad de acogida cordial
 Ardor misionero
 Capacidad de responder y acompañar las situaciones especiales
 Actitud de diálogo
 Capacidad para resolver problemas planteados por las familias
 Cercanía y diálogo

El equipo se reunirá periódicamente, al menos una vez al mes para: repartir tareas, evaluar,
resolver problemas, formarse (doctrina, espiritualidad, liturgia, pastoral, pedagogía).

El lugar de la realización de la catequesis bautismal

Puede ser el mismo hogar familiar. Hay que salir al barrio. Es importante también programar un
encuentro comunitario entre todos los que van a participar del Bautismo.

c. La celebración

Constituye un momento evangelizador integral. También hay que revitalizar creativamente las
formas y el estilo de su celebración para que aparezca como la fiesta cristina de la vida. La
celebración del bautismo debe estar en consonancia y ser culmen de todo el proceso pastoral.

Será conveniente tener presente los siguientes aspectos:

 Celebración litúrgica del Bautismo > momento evangelizador


 Atención a los gestos, signos y en especial a la Liturgia de la Palabra
 Celebración litúrgica del Bautismo > iniciación cristiana del creyente en el misterio
pascual de Cristo.
 La celebración deberá tener un clima de fiesta y de alegría religiosa.

d. Pasos posteriores

Responsabilidad de padres y padrinos > la comunidad deberá acompañarlos de varias maneras y


buscar caminos creativos para el seguimiento.

La comunidad no sólo las acoge (las familias) también sale al encuentro de ellas con espíritu
misionero. La Pastoral Bautismal no termina con la celebración del Bautismo, sino que se encamina
hacia otros momentos del Itinerario Catequístico Permanente:

 Visita a las familias de los bautizados


 Invitación a algunas celebraciones especiales
 Entrega subsidios

Estos pasos deben orientarse y desembocar en otros momentos del Itinerario Catequístico
Permanente: catequesis de infantes, catequesis familiar, catequesis de confirmación, catequesis de
jóvenes y de novios.

2. Atención a los casos especiales


Habrá que tener una disposición y unas actitudes humanas y pastorales que ayuden a las familias a
no sentirse rechazadas o marginadas por su situación.

Las madres solteras, los padres en situación irregular, las uniones de hecho, serán destinatarios
privilegiados del amor pastoral, de la explicación paciente de lo que la Iglesia quiere y les pide.

Estas situaciones no son en sí mismas impedimentos, no se les debe negar el Bautismo ni imponer
cargas ajenas al sentir y a la legislación de la Iglesia.

Toda persona que ofrezca esperanza fundada de educar en la fe cristiana a sus hijos, merece ser
considerada, ya que el Bautismo se otorga no sólo por la fe de los padres sino, principalmente, por
la fe de la Iglesia.

PARA EL BAUTISMO DE OTROS NIÑOS, ADOLESCENTES Y JÓVENES

Distinción de edades

Teniendo en cuenta las normas y la experiencia de la Iglesia, establece la siguiente distinción de


edades:

 Desde el nacimiento hasta los ocho años: infantes


 Desde los ocho años hasta los doce: niños y pre-adolescentes
 Desde los trece a los dieciséis años: adolescentes
 Desde los dieciséis años: jóvenes

Orientaciones pastorales

Infantes > se ha de aplicar todo lo referente al bautismo de niños

Niños y pre-adelescentes > niños que se pueden incorporar a la catequesis de primera comunión.

Adolescentes > atendiendo a la edad y condición será necesario formar un grupo específico para
ellos.

Jóvenes > a los mayores de 16 años se los admite a los grupos de “catequesis de adultos” y al
catecumenado de adultos.

PARA EL BAUTISMO DE ADULTOS

Cada vez es mayor el número de adultos que se acerca a la comunidad eclesial para pedir los
sacramentos de la iniciación cristiana.

La catequesis de adultos

Ante esta situación es necesario recordar:

 Adulto es aquel que ha superado con éxito las varias etapas de su evolución; intenta
reunir en una visión unitaria todas las experiencias de su vida personal, social y
espiritual; capaz de producir relaciones recíprocas de comunión con los demás
 Que la “catequesis de adultos es la forma principal de la catequesis… ”
 “Repensar su contenido y elaborar una metodología propia para ello en función de las
características de la vida adulta”

Asumimos como orientaciones pastorales del documento Juntos para una Evangelización
Permanente: (nombro algunos)

 Asumir el modelo de toda catequesis: el catecumenado bautismal


 Tener muy presente en el Itinerario Catequístico Permanente a las personas en
situación de marginación
 Promover una catequesis que invite claramente a la inserción en la comunidad
eclesial.

El catecumenado, respuesta a los desafíos que presenta la catequesis de adultos

La Iglesia nos ofrece como camino el catecumenado, con toda la riqueza que esta institución tiene,
con la experiencia de siglos, con sus etapas y celebraciones.

Ante el pedido de un adulto lo más conveniente será implementar el catecumenado de adultos, en


todos sus tiempos, con sus etapas y con las riquezas propias de sus celebraciones.

Profundizar en el Ritual de la Iniciación Cristiana de Adultos.

P A S T OR A L DE LA C O N F I R M AC I Ó N
I. LA CONFIRMACIÓN EN EL VATICANO II: UNIDAD CONDICIONADA

La confirmación comenzó a configurarse como sacramento “separado” del bautismo a partir del
siglo V. El Vaticano II ha acentuado algunos aspectos doctrinales y ha propuesto algunos
planteamientos pastorales en torno a este sacramento.

a. Los acentos teológicos de sentido


 La confirmación es un sacramento de y para la iniciación, lo que significa que no es el
término sino el intermedio.
 La confirmación comunica con fuerza especial y de forma singular el don del mismo
Espíritu Santo.
 Es con este don y fuerza del Espíritu que se puede cumplir el compromiso de ser
testigo.
 Testigo en la comunión con la Iglesia, unido más perfectamente a ella y a su misión.

b. Las variantes pastorales de la unidad

Diferentes “estructuras de iniciación”. Iniciación cristiana > bautismo, confirmación y eucaristía,


son tres momentos sucesivos en los que se va introduciendo al cristiano a la participación plena en
el misterio total de Cristo y de la Iglesia, cuyo culmen se expresa en la eucaristía.

El Vaticano II es consciente de que la confirmación es un lugar intermedio entre el bautismo y la


eucaristía, pero sin olvidar el otro elemento iniciático que da pleno sentido: el catecumenado.
Debido a las distintas circunstancias, ámbitos y contextos en que se celebra la confirmación, el
Ritual de la Confirmación, bajo el influjo de Pablo VI, permite un retraso del sacramento a una edad
posterior.

En la práctica se va a ver trastornado el orden “más normal” o ideal de los sacramentos de


iniciación, ya que por regla general los confirmandos ya han recibido la primera comunión. Así, la
unidad interna y dinámica de los sacramentos de iniciación, adquiere prevalencia sobre la unidad
cronológico ritual.

II. IMPLICACIONES TEOLÓGICO PASTORALES DE LA CONFIRMACIÓN COMO


SACRAMENTO DE LA INICIACIÓN CRISTIANA
1. El “conflicto de interpretaciones y pastorales”

La confirmación no es un sacramento autárquico sino referido y relacionado con el bautismo y la


eucaristía. El problema es la explicación de aquello que implica: para unos (liturgistas) debe ser
celebrada necesariamente después del bautismo y antes de la primera eucaristía. Para otros
(pastoralistas), tal unidad con los otros sacramentos puede expresarse también por otros medios.

2. Implicaciones de la unidad iniciática


a. La confirmación, un sacramento “a su modo”

“Analogía sacramental” > todo sacramento tiene una esencialidad sacramental, un denominador
común de gracia. Todos son en verdad “sacramentos”, pero no de la misma forma sino según un
“más” o un “menos” analógicamente.

La confirmación, siendo un sacramento de iniciación, no lo es ni independiente del bautismo, ni con


la principalidad del bautismo.

b. La confirmación, un sacramento bautismal

Las funciones atribuibles a la confirmación, así como el puesto que ocupe en la estructura de
iniciación cristiana, no pueden ni deben ser idénticos en un caso y en otro: si en el bautismo de
adultos la confirmación es perfeccionamiento de los “ritos bautismales”; en el de niños tiene que
ser además “perfeccionamiento de la vida cristiana”.

c. La confirmación, un momento sacramental de la iniciación

Gran parte del problema confirmatorio es la forma de entender y explicar lo que significa e implica
la ic.

Si por ic se entiende la inmersión y participación en el misterio pascual, por los símbolos y ritos
sacramentales, en la mediación de la comunidad eclesial, y con la respuesta de fe personal,
entonces hay que decir que lo más lógico es espaciar y ordenar de tal modo la iniciación, que
permita cumplir integralmente con todas sus dimensiones constitutivas.

3. Entre el ideal y la realidad de la unidad


a. Unidad en la diversidad de tradiciones y prácticas

La Iglesia actual puede y debe replantearse sus necesidades y su misión en el mundo, la forma
mejor de expresar dicha unidad iniciatoria.
b. Necesidad de un verdadero proyecto de iniciación

El problema más radical que la Iglesia buscó desde el principio fue el de la forma más adecuada
para engendrar o hacer un cristiano, introduciéndolo y haciéndole participar del misterio de Cristo
y de la vida de la Iglesia en su totalidad. La confirmación sólo puede plantearse correctamente
cuando se la devuelva al interior de la iniciación, y cuando se replantee esta iniciación en su
totalidad.

c. ¿Retrasar la confirmación sin romper la unidad?

El verdadero sentido del retraso de la confirmación sólo se descubre cuando, al mismo tiempo, se
recupera y sitúa el catecumenado en el momento precedente, y cuando se distingue y expresa
claramente la diferencia entre “primera eucaristía” y “eucaristía en la comunidad adulta”. La
experiencia nos dice que esta reordenación es posible.

III. PASTORAL DE LA CONFIRMACIÓN Y CATECUMENADO

Objetivos y notas esenciales del catecumenado

Fe, Conversión, Don de Gracia, Comunión, Compromiso > estos objetivos se especifican en el
catecumenado preconfirmatorio, requieren medios adecuados para su cumplimiento.

Entre estos medios es de suma importancia comprender, asumir y salvaguardar las notas
características que identifican todo verdadero catecumenado:

 El catecumenado es un proceso dinámico señalado por etapas.


 El catecumenado es un proceso significado por ritos
 El catecumenado es un proceso comunitario en comunidad
 El catecumenado es un proceso educativo doctrinal
 El catecumenado es un proceso vivencial
 El catecumenado es un proceso comprometente

Estructura y dinámica del catecumenado de confirmación

1. Primera etapa: “Precatecumenado”

Objetivos > identificar desde el principio lo que es un proceso catecumenal

Encuentro personal > primera entrevista que debe ser de acogida, de diálogo, de respeto y libertad.

Encuentros comunitarios > purificación de motivaciones, conocimiento mutuo, primera conversión.


Durante este tiempo (1 mes) se les iniciará en la dinámica catecumenal.

Ritos de esta etapa > 1º rito: “petición formal del catecumenado; 2º rito: “ingreso al
catecumenado” expresado ante la comunidad en un contexto de celebración de la Plabra.

2. Segunda etapa: “Catecumenado”

Objetivos > el principal es la maduración en la fe y conversión; transformación de la vida en Cristo;


iniciación a la actividad misionera de la Iglesia.
Tiempos del catecumenado > uno dedicado a “una catequesis más antropológica”, signo adecuado
es entrega de la cruz (primera parte); el dedicado a una “catequesis más teológica” es el más
amplio, tiempo que puede estar jalonado con algunas celebraciones de la Palabra, podría tener
lugar la entrega del “símbolo de la fe”; otro dedicado a la “catequesis más sacramental” centrada
en los sacramentos de la ic y la penitencia.

Ritos de tránsito a la tercer etapa > podría servir la “elección” del primitivo catecumenado. En este
rito los catecúmenos son aceptados por la comunidad para la confirmación, y ellos mismos
expresan su decisión de continuar. En cuanto al rito: podría tener dos momentos: 1. Una revisión
ante el grupo; 2. Una celebración de la Palabra con participación de algunos miembros de la
comunidad.

3. Tercer etapa: “Iluminación” o preparación inmediata

Objetivos > prepararse más intensa e inmediatamente a la celebración del sacramento de la


confirmación.

Contenido de la catequesis y dinámica del grupo > catequesis mistagógica desde los ritos de la
confirmación. Durante este tiempo sería oportuno: 1. “Elección” de los padrinos; 2. Participación
de jóvenes ya confirmados y su testimonio.

Rito preparatorio y celebración del sacramento > en las fechas inmediatas es oportuno: 1.
convivencia o retiro; 2. La misma celebración.

4. Cuarta etapa: Participación en la Eucaristía de la Comunidad Adulta

DIRECTORIO PARA LA CONFIRMACIÓN


Secretariado General del Consejo Episcopal Latinoamericano. 1995

1. Confirmación e iniciación cristiana

1.1. Los bautizados prosiguen el camino de la iniciación cristiana mediante el sacra mento
de la Confirmación, por el cual reciben el don del Espíritu Santo, que el Señor derramó
sobre los Apóstoles el día de Pentecostés. Por este Don del Espíritu Santo, los fieles se
configuran más íntimamente con Cristo, se vinculan más perfectamente a la Iglesia y
son fortalecidos, a fin de dar testimonio del Evangelio, de palabra y obra, para la
edificación del Cuerpo del Señor, en la propagación de la fe y en la práctica de la
caridad. Imprime en ellos un "carácter" o "sello del Señor", de manera que el
sacramento de la Confirmación no puede ser reiterado (LG 11; CDC 879, 889; PRC 1-2;
CIC 1285).
1.2. Todos los cristianos bautizados tienen el deber y el derecho de perfeccionar su iniciación
cristiana con este sacramento
1.3. La Confirmación, por ser uno de los sacramentos de iniciación, debe administrarse
haciendo notar su relación con el Bautismo y la Eucaristía, con los cuales forma un todo
unitario.
1.4. Por esta misma razón, es de desear que ningún cristiano parta de este mundo sin haber
recibido los tres sacramentos de iniciación cristiana. Le corresponde a los pastores
procurar que todos los bautizados reciban la Iniciación Cristiana y, por lo tanto, sean bien
preparados para la Confirmación (CDC 885; PRC 3).
2. Los que van a ser confirmados
2.1. Si bien a cualquier edad se tiene el derecho de pedir el sacramento, por razones pasto-
rales es oportuno prepararlo y celebrarlo durante la adolescencia (CDC 891; PRC 11).
2.2. Los adultos mayores de 20 años, que piden ser confirmados, recibirán una catequesis
adecuada que se llamará Catecumenado para adultos. Se prepararán juntos, siguiendo
los pasos y criterios establecidos en el Ritual de Iniciación Cristiana de Adultos. Se debe
evitar la preparación apresurada con ocasión del Matrimonio y procurar que se respete
el proceso catecumenal. Al final de esta preparación podrán recibir, en una sola
celebración (PRC 3, 11, 12).
2.3. Para los adultos que participen en una comunidad estable, bastará solamente una
preparación inmediata al sacramento, de alrededor de cinco encuentros, más un retiro y
la confesión sacramental.
2.4. Para las parejas que se preparan al Matrimonio, y no hayan recibido el sacramento de la
Confirmación, aprovéchese esta ocasión para insistir en la necesidad de recibirlo.
2.5. A los ancianos, dénseles facilidades para prepararse brevemente a estos sacramentos y
para que los puedan recibir.
2.6. Los niños en peligro de muerte, aún antes de tener uso de razón, según la tradición de la
Iglesia deben ser confirmados en tal caso, el párroco, e incluso cualquier pres bítero,
puede administrarlo (canon 883). (CDC 891, 883; PRC 11).
2.7. Los fieles que tienen uso de razón y se encuentran en peligro de muerte, deben recibir la
Confirmación con la preparación espiritual adaptada a cada caso en particular. No debe
esperarse demasiado para administrar el sacramento en estos casos (CDC 891; PRC 12).
2.8. Aprovéchense las instancias como clubes de ancianos, grupos de edad ascendente y
otros semejantes, para ir preparando a las personas de la tercera edad a este sacra -
mento. Ojalá reciban el sacramento todos los mayores de 65 años que pertenezcan o
participen de algún modo en la comunidad eclesial. Cada año podría determinarse una
fecha para la Confirmación de los ancianos que no hayan recibido el sacramento.
2.9. Los jóvenes o adultos que tienen dificultades de aprendizaje también deben recibir el
sacramento de la Confirmación. Previamente se les dará una "catequesis especial". Si la
preparación es imposible, igual se encomienda que sean confirmados.
2.10. Los jóvenes y adultos que han nacido y recibido el Bautismo fuera de la plena comunión
con la Iglesia Católica, y que no hayan recibido el Sacramento de la Confirmación, al
incorporarse a la comunión plena, una vez establecida la validez del bautismo ya
recibido, deben ser confirmados por el mismo ministro que los admite a la plena
comunión con la Iglesia Católica inmediatamente a continuación de la profesión de fe,
según lo prescrito en el capítulo V del Ritual de Iniciación Cristiana de Adultos.
Lo anterior se extiende también a los casos de readmisión en la Iglesia de quien hubiera
apostatado de la fe católica y aún no estuviera confirmado (AAS, 67, 1975, 348).

3. Preparación

3.1. Idealmente este sacramento debería administrarse antes de la Primera Comu nión. Sin
embargo, razones pastorales de peso aconsejan que este sacramento se administre
después de haber recibido los sacramentos de la Penitencia y Eucaristía.
3.2. La preparación para los adolescentes que se van a confirmar tendrá una duración, en lo
posible, de uno a dos años, y se confirmarán al final de este período.
3.3. La preparación para los adultos podrá durar un año.
3.4. La formación para el sacramento de la Confirmación debe procurar que se logren los
siguientes aspectos de la vida cristiana:
- Una actitud de conversión que transforme sus vidas según el Evangelio (cf. Mc 1, 14).
- Participación activa en la Eucaristía dominical.
- Haber adquirido el hábito de la oración personal, ya sea en conversación frecuente
con el Señor, en la meditación de la Sagrada Escritura, en la adoración eucarística, en
el rezo del rosario, u otros actos de piedad.
- Tener vida comunitaria eclesial, en el grupo propio y/o en la parroquia.
- Conocer los contenidos fundamentales de nuestra fe y leer habitualmente la
Sagrada Escritura (especialmente el Nuevo Testamento).
- Dar un testimonio de vida adecuado y un compromiso laical en su ambiente. Esto
incluye un compromiso solidario y la inquietud por la justicia y la procla mación del
Reinado de Dios.
3.5. Al final del proceso, los confirmandos deberán estar capacitados para tomar una
decisión personal en cuanto a la celebración del sacramento y deberán ser evaluados
por los catequistas que los han preparado y por el párroco del lugar.
Si los catequistas encuentran que, en lo fundamental, no se han cumplido los obje tivos de
la preparación, deberán conversar con el párroco, quien es el último responsable de la
preparación catequética y de la admisión al sacramento y, por lo tanto, quien debe
discernir la admisión al sacramento, o invitar, con especial tino, a diferir su recepción a
los que no estén preparados.

3.6. El Ministro que confiera el sacramento procurará tener una entrevista previa con el grupo
de confirmandos, invitándolos a expresar sus motivaciones e inquietudes, como también
sus compromisos actuales y futuros, a través de una carta personal dirigid a al Obispo. El
Ministro deberá comprobar personalmente su preparación doctrinal y espiritual, decirles
qué espera la Iglesia de ellos y animarlos a perseverar en el seguimiento del Señor.
El Ministro podrá decidir, en determinados casos, sobre el momento oportuno para
recibir el sacramento.

3.7. El proceso de formación no puede reducirse a una simple entrega de contenidos. Es de


desear que favorezca un aprendizaje gradual y metódico de vida cristiana, ojalá dentro de
la experiencia de una comunidad en que se experimente el crecimiento de catequistas y
catequizados.
3.8. La preparación se hará en grupos pequeños que permita un fácil diálogo y con reuniones,
en lo posible, semanales o, a lo más, quincenales, en que se dosifique convenientemente
el compartir, la exposición doctrinal, la oración y las actividades apostólicas que pueda
emprender el grupo.
3.9. Una vez finalizada la preparación debe procurarse que los confirmados continúen
perteneciendo a algún grupo o actividad permanente de la Iglesia. En todo caso, la gran
vinculación insustituible debe ser para todos la participación en la Eucaristía dominical.

4. Responsables de la preparación
4.1. Los y las adolescentes deberán prepararse para la Confirmación en sus parroquias, ya sea
a través de su Pastoral Juvenil o de un grupo de catequistas especialmente preparados
para esta catequesis presacramental. El párroco, que es el principal responsable de todo
el proceso a la Confirmación, deberá nombrar una persona adulta, debidamente
preparada, que lo represente y que sea el catequista encargado de la pastoral
sacramental quien, a su vez, anima y orienta a los monitores (guías) de la Confirmación
(CDC 890).
4.2. Los colegios particulares (aunque se confiesen católicos) salvo mejor juicio del Obispo,
sólo podrán preparar a la Confirmación cuando cuenten con la autorización expresa del
párroco, tanto para iniciar la preparación como para la celebración del sacramento. En
este caso es también el párroco el responsable de esta preparación.
4.3. Los movimientos apostólicos, enriquecidos por diferentes carismas dados por el Espíritu
Santo y aprobados por la Iglesia Diocesana, pueden preparar para la Confirmación a los
jóvenes que militan activamente en su movimiento sólo si cuentan con la expresa
autorización de su Obispo.
4.4. Todos los que trabajan en el ámbito de la pastoral escolar o de movimientos juveniles
procurarán insertar e integrar a los jóvenes en la comunidad eclesial más amplia , esto
es, la parroquia y las instituciones diocesanas, evitando caer en los particularismos de
grupo o en el sectarismo.
4.5. Los textos a usar en la preparación del sacramento deberán ser los aprobados por el
ordinario del lugar.
4.6. Los catequistas que preparan a los confirmandos son los representantes del Obispo.
Por esta razón deben ser personas formadas y de vida cristiana estable. En razón del
servicio eclesial que prestan, deben tener facilidad de diálogo, suficiente conocimiento
del proceso de formación en la fe, cierta iniciación pedagógica, y dar una imagen
atractiva del ser cristiano. No deben ser personas aisladas sino formar un equipo estable
de catequistas animadores de Confirmación.
Además, hay que procurar no sólo la formación de los confirmandos, sino también el
crecimiento en la fe de los catequistas y la formación de los padres y p adrinos. Debe
evitarse, a toda costa, que los que preparan a los jóvenes para el sacramento, sólo sean
personas de buena voluntad que no están debidamente preparadas y, menos aún,
personas que tengan dudas sobre la fe y la vida cristiana.

4.7. En las parroquias los que preparan a los jóvenes deben ser jóvenes o adultos mayores de
18 años ya confirmados, con experiencia de comunidad y que hayan tenido un proceso de
formación adecuado para los catequistas de Confirmación. Es deseable que estén en
formación permanente, que den un testimonio de vida adecuado y sean aprobadas por el
párroco.
4.8. Los párrocos y responsables del proceso de preparación deben procurar que la ca-
tequesis sea realmente buena, tanto en el contenido como en la forma, dada la
importancia del compromiso que asumirán los confirmandos. Para esta tarea deben
hacerse ayudar por algún catequista adulto con experiencia y formación adecuada.

5. Ministro de la Confirmación
5.1. El Ministro originario del Sacramento de la Confirmación es el Obispo. En caso de que él
no lo pueda hacer personalmente, procurará que lo presida otro Obispo. Si la necesidad lo
requiere, pueden también administrarlo los Vicarios Generales u otros colaboradores
cercanos al Pastor. Si esto no fuere posible, el Obispo puede conceder esta facultad a
cualquier presbítero dotado de las características necesarias para presidir el sacramento,
quien siempre hará referencia explícita a que actúa en representación del Ordinario del
lugar. Se debe procurar, sin embargo, que quien administre el Sacramento no sea el
párroco del lugar (CDC 882-884; PRC 7).
5.2. Todo presbítero que está facultado tanto para bautizar a un adulto o a un joven mayor de
15 años, como para admitir a la plena comunión en la Iglesia Católica, o a la readmisión
en ella, tiene la facultad para confirmar al candidato en la misma celebración del
Bautismo o en el acto de profesión de fe católica, a fin de destacar la unidad de los tres
Sacramentos de la Iniciación (CDC 863, 866; PRBI 12).
5.3. En caso de peligro de muerte, el párroco y todo presbítero puede confirmar conforme al
derecho canónico (CDC 883).

6. Celebración
6.1. Se aconseja vivamente una reunión con los padres y padrinos de los confirmandos antes
de celebrar el Sacramento, a fin de instruirlos en su papel de guías en la nueva etapa de la
vida cristiana que inician estos jóvenes o adultos que se van a confirmar.
6.2. Procúrese que haya una catequesis sobre los Signos de la Confirmación así como un
ensayo de la celebración en los días previos a la celebración del Sacramento. En este
ensayo deben resaltarse los signos propios del Sacramento y darse todas las indicaciones
prácticas necesarias para que la celebración se desarrolle en forma digna, religiosa,
sencilla y expedita. Prevéase que los fotógrafos tengan un lugar discreto en la
celebración; que los confirmandos ensayen cuándo y cómo acercarse al Ministro para la
signación; que todos hayan entregado su certificado de bautismo y que hayan llenado los
certificados de Confirmación.
6.3. Antes de la Confirmación se recomienda tener un retiro espiritual con quienes se van a
confirmar. Igualmente, será muy útil ofrecer un retiro a los padres y padrinos. Y, por
supuesto, se invitará a todos a confesarse antes de recibir el sacramento, o acompañar a
sus hijos o ahijados.
6.4. El Sacramento de la Confirmación debe celebrarse ordinariamente durante la Eucaristía.
En ella se debe recalcar el sentido de la renovación de las promesas bautismales,
mostrando así la relación entre los tres sacramentos de iniciación (CDC 881; PRC 4, 13).
6.5. Procúrese que las celebraciones, en lo posible, no sean demasiado masivas, con un
número excesivo de confirmandos y de familiares, porque esto va en desmedro de la
atención debida de las personas.
6.6. Procúrese que la comunidad parroquial participe de alguna manera en la celebración, ya
sea con la oración o con su participación en el día del sacramento. Es oportuno que se
presenten los jóvenes o adultos recién confirmados al domingo siguiente en la parroquia
o en alguna actividad de toda la comunidad, para que así quede claro el nexo entre el
sacramento y la comunidad eclesial (PRC 4).
6.7. La fecha determinada para la celebración debe ser comunicada con mucha anterioridad al
Obispo o al Ministro delegado.
6.8. Se recomienda que algunas de las celebraciones de la Confirmación se realicen en torno a
la fiesta de Pentecostés.
6.9. Cuando parezca oportuno se puede celebrar la Confirmación a nivel intercomunidad o
interparroquial, para que ayude a subrayar el carácter eclesial y misionero de este
sacramento, que vincula al Obispo más que a la comunidad parroquial. Ade más, es
significativo que, junto al Obispo, concelebren los presbíteros del sector, lo que aporta
otra dimensión de comunidad eclesial.
Otra posibilidad es celebrar en la parroquia, pero invitando a todos los sacerdotes del
decanato (archiprestasgo). Dentro de lo posible, los sacerdotes pónganse de acuerdo para
participar en las confirmaciones vecinas.

6.10.Durante la Confirmación, el que preside puede asociar a algún otro presbítero en la


administración del sacramento, cuando sea muy numeroso el grupo de confirmandos.
Debe dejar claro, en el momento de la celebración, que vincula a este presbí tero al
ministerio propio del Obispo.
6.11.Cuando la Confirmación se confiera, por excepción, fuera de la Misa ha de precederla
necesariamente una celebración de la Palabra de Dios (PRC 13).
6.12.Durante la Confirmación deben destacarse los signos propios de la celebración:
- La renovación bautismal
- La imposición de las manos mientras se invoca el Don del Espíritu Santo.
- La crismación unida a la imposición de la mano y a las palabras "Recibe por esta señal
el Don del Espíritu Santo", que es el gesto eficaz que confiere el Don del Espíritu Santo
y el signo de nuestra participación en la misión de Cristo, profeta, sacerdote y rey -
servidor.
- La signación con el Santo Crisma expresa el carácter indeleble con que hemos sido
marcados al recibir la unción del Espíritu, como fruto de la Cruz de Cristo (cDC 880;
PRC 9).
6.13. Es de suma importancia destacar la Palabra de Dios con que comienza el rito de la
Confirmación. También, dentro de la celebración se dará gran importancia a la
recitación de la oración dominical (Padre Nuestro) que los confirmandos r ezarán junto
con el pueblo, pues es el mismo Espíritu el que ora en nosotros y nos impulsa a decir:
"Abbá", Padre.
Conviene, cuando se pueda, hacer un breve diálogo entre el Ministro con el confir-
mando y su padrino, antes de la crismación, para personalizar el compromiso que se
adquiere con este sacramento (PRC 13).

6.14. Hay que evitar la proliferación de signos alternativos como son la entrega de cruces,
cirios o formulación de compromisos que oscurezcan o distraigan los signos rituales. La
entrega de estos elementos puede hacerse como pasos previos a la Confirmación, como
se indica en el anexo "Proyecto de Formación para la Pastoral de Confirmación" de este
directorio, o bien, al final de la celebración eucarística.

7. Deberes de los padres


A partir del Bautismo los padres se hacen responsables de la educación en la fe de sus
hijos. Por eso es también importante hacerles notar el papel que tienen de animar,
orientar y acompañar a sus hijos en la preparación del Sacramento de la Confirmación.
Análogamente, también el cónyuge y, eventualmente los hijos, tienen este deber con
respecto a su cónyuge o a sus padres que se preparan a recibir el sacramento de la Confir-
mación.
El día de la Confirmación es conveniente que toda la familia participe activamente en la
celebración del sacramento (CDC 890; PRC 3).

8. Padrinos
8.1. Los padrinos son también un signo de la extensión de la Iglesia doméstic a (la familia) y
una manifestación concreta de la participación de toda la Iglesia en la Confirmación.
Por eso, hay que procurar que el padrino y la madrina cumplan, en lo posible, con las
condiciones dadas por el canon 892. Deben ser personas de fe y capaces de ejercer una
influencia cristiana en la vida del ahijado, a fin de que se comprometan como verdaderos
miembros del Cuerpo de Cristo a cumplir fielmente los objetivos inherentes al sacramento
(CDC 892; PRC 5).

8.2. Estos deben ser elegidos por su testimonio de fe y no sólo por su vínculo familiar,
posición social o simple disponibilidad.
Lo normal es que el mismo confirmando sea quien elija a su padrino o madrina, cuyas
características deben ser que:

- Haya cumplido 16 años.


- Sea católico.
- Esté confirmado.
- Tenga una vida congruente con la fe y la misión que va a asumir.
- No esté afectado por una pena canónica.
- Si es casado, que lo sea por la Iglesia.
- No sea el padre o la madre del confirmando (salvo excepción).
- Es conveniente que el padrino de la Confirmación sea el mismo que el del Bautismo,
para poner en claro la estrecha relación entre ambos sacramentos siempre y cuando
cumpla con las condiciones requeridas.
(CDC 893; 874; PRC 5-6;).

9. Inscripción y recuerdo
9.1. El párroco inscribirá en el libro correspondiente el nombre de los confirmados, del
Ministro, de los padres y de los padrinos, el día y lugar de la Confirmación, además de la
anotación que se hace en el libro de los bautismos, según las normas del derecho.
Si el párroco de algún confirmado no hubiera estado presente, el Ministro, por sí mismo o
por otro, debe comunicarle cuanto antes la administración de la Confirmación (CDC 876;
894-896; PRC 14-15).

9.2. Es muy recomendable entregar un recordatorio, ofrecido por la parroquia, después de la


Confirmación. Si se trata de jóvenes, ellos mismos, durante la preparación, pueden
confeccionarlos. Puede ser una cruz, un pergamino, o una imagen que signifique la gracia y
el compromiso que conlleva la Confirmación.
El párroco ha de procurar el seguimiento de los jóvenes recién confirmados, con adecuadas
iniciativas pastorales.

P A S T OR A L E N T ORN O A L A E U CA R I S T ÍA
La Eucaristía es el centro sacramental de la historia de la salvación. En la Eucaristía es donde llega a
su máxima expresión nuestro ser y actuar como “adoradores en espíritu y en verdad”, ofreciendo
Dios “un culto agradable”, asociados al mismo sacerdocio de Cristo.

I. LOS OBJETIVOS DE LA PASTORAL EUCARÍSTICA

La tarea de “mejorar la celebración” es siempre una tarea permanente.

1. Valorar la dignidad e importancia de la Eucaristía

La Eucaristía será de verdad el centro de la vida, cuando seamos capaces de vivir su misterio. Es
preciso articular la fe y la vida de manera que la eucaristía sea el verdadero “culmen y fuente” de la
existencia cristiana (SC 10).

2. Mejorar el lenguaje y los gestos

“Inculturación litúrgica”. Respecto al lenguaje para una gran mayoría resulta inelocuente,
abstracto, incomprensible. Requiere al respecto una revisión. Cómo puede ser mejorado: leyendo o
proclamando bien; haciendo moniciones adecuadas; cuidando el lenguaje de la homilía.

En cuanto a los gestos a menudo son pocos comunicativos y sencillos. Estos “gestos” implican
movimiento del cuerpo, acción viva. Pueden mejorarse haciéndolos con sencillez y espontaneidad,
que sean perceptibles y significantes. El lenguaje y los símbolos deben ser mejorados siempre de
modo que comuniquen, expresen y remitan al misterio que celebramos.

3. Mejorar su capacidad evangelizadora

La Eucaristía puede y debe ser evangelizadora “a su modo”. Las peculiaridades de esta


evangelización eucarística: es una evangelización “mistagógica”. Esta especificidad mistagógica
integra a la vez palabra y signos.

4. Redescubrir la acción social de la Eucaristía

Este aspecto ha sido o descuidado o exaltado. Es preciso recuperarlo equilibradamente. Los


momentos que mejor pueden manifestar esta dimensión son: la acogida a los más débiles; la
colecta y comunicaciones de bienes.

5. Ordenar la ayuda y la caridad con los necesitados

“Eucaristía o sacrificio existencial” que muchos hermanos ofrecen en forma permanente. En


principio, toda comunidad cristiana, debería tener prevista algunas acciones.

6. Asumir el sentido profético de la Eucaristía


El misterio de la eucaristía no puede sino llevarnos a participar en el misterio de la Cruz, y atreverse
a sacar las consecuencias, para que la Eucaristía muestre todo su poder profético. Exigen una
realización y desarrollo posterior en la vida.

7. Posibilitar y promover la participación plena

Vaticano II > “participación plena, consciente y activa”. Una buena participación es la mejor forma
de celebrar, a la vez una lección social, y un auténtico acto de evangelización.

8. Catequizar al pueblo sobre la Eucaristía

La eucaristía tiene un antes evangelizador. Por otro lado, la misma celebración tiene también una
fuerza pedagógica y didascálica importante, siempre que se celebre de forma adecuada, y permita
a la asamblea profundizar en la “inteligencia” de las palabras y los signos con que celebra. Por eso
mismo la educación eucarística del pueblo debe ser una preocupación y una tarea constante.

9. Complementar la eucaristía con otras celebraciones

La eucaristía es una parte fundamental de la liturgia. Hay que dar a la liturgia un puesto equilibrado
y proporcional respecto a las otras dimensiones. Otras formas de celebraciones pueden ser:
celebración de la Palabra, liturgia de las Horas, Vigilias, etc.

II. ACTITUDES EVANGELIZADORAS PARA LA EUCARISTÍA


1. Actitud evangelizadora del ministro que preside

El sacerdote que preside es el principal responsable de que la celebración tenga un estilo


evangelizador. Para esto se debe estar convencido que la eucaristía dominical es el acto más
solemne e importante de la semana.

Además el sacerdote que preside debe conocer y respetar la forma propia, mistagógica. Valorar de
modo adecuado los gestos, los signos y símbolos. También que el presidente asuma su función
propia: presidir en nombre de Cristo; en nombre de la Iglesia; con actitud de servicio.

Por lo mismo el presidente debe esforzarse para que cada uno haga en la asamblea “todo y sólo lo
que le pertenece”, respetando y promoviendo los servicios y ministerios de los demás.

2. Actitud evangelizadora de los servicios-ministerios

Conviene que aquellos que intervienen estén verdaderamente evangelizados. Todo el que
desempeña un servicio debe estar convencido de servir a la evangelización.

3. Actitud evangelizadora de los participantes

De la misma calidad de la celebración dominical permanente, depende el que se vaya despertando


y alimentando las actitudes evangelizadoras: participación gozosa y libre, acogedora y caritativa;
participación plena, consciente y activa.

III. PASTORAL PARA LA PREPARACIÓN


1. El tiempo y el lugar
Criterios en cuanto al tiempo: momentos de mayor descanso y fiesta de la comunidad; horario de
la sociedad civil; estación y climatología.

Elección, ordenación y preparación del lugar donde se va a celebrar. Que la colocación, ordenación
y dignidad de los elementos externos sea adecuado no es algo secundario, sino principal.

2. La preparación del sacerdote que preside la celebración

Preparación espiritual y “psicológica”. El sacerdote actualiza y “se posee” de su identidad


presbiteral. Interioriza y profundiza en el mensaje que debe expresar; se dispone y con-centra para
el momento más importante de la semana.

Preparación “técnica” y seria de la celebración. Lee y estudia los textos y los elementos de la
celebración del día; estudia y prepara la homilía; vigila y cuida para que esté todo dispuesto y
ordenado; ofrece a la comunidad los medios necesarios para que ella misma prepare la
celebración.

3. Preparación de los que desempeñan servicios y ministerios

Ministerio del “animador litúrgico”, concedido y asumido por un laico adulto, con formación
teológica y preparación litúrgica. Funciones: animación y coordinación de los diversos ministeriosy
servicios.

“Equipo litúrgico” lugar en donde se prepara, en coordinación con el animador y el sacerdote, la


misa dominical.

4. Preparación de la asamblea

También la asamblea puede ser preparada a la celebración eucarística:

 Hoja parroquial
 Preparación durante la semana

IV. PASTORAL EN LA CELEBRACIÓN DE LA EUCARISTÍA


1. Realización adecuada de las diversas partes de la celebración

La eucaristía tiene una estructura. Esta estructura quiere ser una realidad viva y dinámica, al
servicio de una plena participación. Para una correcta interpretación del sentido de la estructura de
la misa hay que conocer y valorar bien cada una de sus partes, su función y valor. Recordemos
estas partes: “La Misa consta en cierto sentido de dos partes: la liturgia de la Palabra y la liturgia
eucarística… que constituyen un solo acto de culto… otros ritos pertenecen a la apertura y
conclusión de la celebración”. (OGMR n. 8).

a. Ritos de apertura

Ritos iniciales y rito penitencial: solemne y digna realización de la procesión de entrada con todos
los elementos propios; la preparación y animación de la asamblea con el canto: creación de un
ambiente festivo y gozoso.

b. Liturgia de la Palabra
Concienciar al pueblo de la importancia de llegar, escuchar, entender y vivir la Palabra. Preparar y
elegir verdaderos lectores; solemnizar la proclamación del evangelio. Todos estos elementos,
siempre que se realizan adecuadamente, implican una carga de evangelización y educación en la fe.

c. Liturgia eucarística

Elementos que ayuden a mejorar la calidad evangelizadora de la eucaristía: “Preparación y


presentación” de los dones; la “colecta” como signo en el que se expresa la caridad real. Durante la
“plegaria eucarística”, la “mejor pastoral” es la mejor participación externa, y sobre todo interna,
animar y suscitar con el silencio respetuoso, la admiración agradecida, la acogida amorosa del
misterio. Los “ritos de comunión”, la relevancia de la fracción del pan; el silencio o el canto durante
la comunión eucarística. Se trata simplemente de hacer elocuentes a los ritos.

d. Acción de gracias y ritos de despedida

Respetar y guardar un tiempo proporcionado para la acción de gracias; incluir algunos avisos que
afecten el interés común; invitar a participar de las acciones que se realizan entre semana.

2. Participación, servicios y ministerios

Participación diferenciada:

a. La participación del que preside

“Hacer todo y sólo lo que le pertenece”. Entre “lo que le pertenece”: oraciones presidenciales,
evangelio, homilía, plegaria eucarística, saludo inicial, bendición final.

En relación con la participación de los fieles. Evitar el falso “comunitarismo”; utilizar las diversas
posibilidades para que aparezca la riqueza; elegir lo mejor; no exagerar lo secundario ni hacer
ordinario lo excepcional; crear un equilibrio entre palabras, signo, silencio…

b. Participación de los servicios o ministerios en el orden de la Palabra

El lector

Puede ser un ministerio instituido o un servicio. Su función es proclamar la palabra de Dios en la


asamblea litúrgica. Hay un “antes” de preparación personal, capacitación y formación de otros
lectores. Se debe prolongar en un “después” con un servicio múltiple a la Palabra (evangelización,
catequesis, predicación).

El salmista

El monitor

Su función es introducir, ambientar, animar. Debe evitar sumir la función del diácono. Se requiere
de él capacidad de intervención oportuna, adaptada, breve, sugerente. Esto exige de él una
capacidad de sintonía y un sentido litúrgico especial.

c. La participación de los servicios o ministerios en el orden del culto=canto

Ministerio que está en referencia especial a la alabanza cultual, el canto.


 El organista > verdadero servicio, este servicio tiene una gran importancia para la
celebración, deberían ponerse los medios necesarios y posibles para crearlo.
 El director de coro > dirige la schola
 El cantor (es) > cantar los versículos o estrofas, animar y sostener el canto del pueblo,
ayudar a orar cantando. El equilibrio entre coro, solista y pueblo en la celebración
litúrgica es importante.

d. La participación de los servicios y ministerios en el orden de la caridad

El encargado de la acogida

El responsable de la colecta

El ministro extraordinario de la comunión

e. Participación de los servicios y ministerios en el orden de la Comunión

“Ministerios” laicales que se ejercen en relación con la liturgia.

El Animador litúrgico

El Acólito

V. PASTORAL EN LA CONTINUACIÓN DE LA EUCARISTÍA

“Después” > justicia, caridad, los pobres

a. La práctica de justicia en la vida

La mayor justicia consiste en reconocer y afirmar a cada uno en lo que verdaderamente es: un
sujeto singular, una persona humana, un “tú” dialogante. La justicia cristiana supera las “leyes” de
la justicia social.

b. El sacrificio sobre el altar del pobre

La “opción real por los más pobres”. Muchas son las cosas que tenemos que aprender de los
pobres: apertura, sencillez, solidaridad, capacidad de sacrificio, esperanza, humanidad… Pero sobre
todo debemos aprender de ellos que el sacrificio de la eucaristía también se encuentra en la vida.

c. Asumir responsablemente el servicio de Evangelizadores

Identidad de la Iglesia que “existe para evangelizar” (Pablo VI).

d. Ser capaces de revisar y corregir

La eucaristía que celebramos es siempre el misterio que creemos. Pero la forma como celebramos
la eucaristía no es nunca el ideal que buscamos.

e. Prolongar la eucaristía en la adoración


La liturgia eucarística y la liturgia de la vida están íntimamente unidas. Y la eucaristía, verdadero
corazón de la liturgia, es el lugar por excelencia donde, a partir de la oblación infinita y la voluntad
soberana del mismo Cristo, confluyen de modo armónico y como remitente la celebración, la
adoración y la vida. Celebración y adoración eucarística deben conducir al cristiano a una vida
realmente “eucaristizada”.

P A S T OR A L DE LA R E C O N C I L IA C I Ó N
La penitencia, como todo sacramento, es celebración litúrgica, no acto privado.

I. RENOVACIÓN DE LA PENITENCIA EN EL VATICANO II


1. Etapas de una dificultosa renovación
a. El camino para una vida penitencial renovada

El Ritual ha merecido una valoración positiva: recuperación de las diversas formas penitenciales y
proposición de tres formas de celebración del mismo y único sacramento. En conjunto, cabe decir
que el Ritual aplicó coherentemente las líneas maestras de la renovación vaticana.

b. Los reparos del CIC de 1983

Busca normativizar la disciplina relativa a este sacramento desde los principios teológicos del CVII,
se gana concreción normativa en relación a los aspectos externos. Por otra parte, se percibe una
intención limitativa para salvaguardar la doctrina tridentina.

c. El intento equilibrador de “Reconciliatio et Poenitentiae”

Comprensión del sacramento dentro de la historia salvífica; clarificación de las categorías de


pecado social y estructura de pecado; insistencia en la reconciliación con Dios e interhumana;
equilibrio terminológico entre “confesión” y “penitencia”. Aspectos más limitativos: insuficiente
clarificación del aspecto “reconciliación con la Iglesia”; limitada valoración de las formas B y C .

d. Síntesis limitada del CEC

Aspectos más positivos: variedad complementaria de nombres; centralidad y principalidad que se


le reconoce a la conversión; explicitación de la dimensión eclesiológica del sacramento.

2. Conflicto de interpretaciones sobre la celebración de la penitencia

Diversos niveles:

a. Nivel magisterial-oficial

Un análisis imparcial de los documentos señalados, nos lleva a la conclusión de que en ellos se
encuentran dos teologías: la más vaticanista y la más clásica-tridentina:

 Terminología
 Eclesiología
 Confesión oral > “el único modo ordinario de celebrar el sacramento de la penitencia,
es la confesión con absolución individual” (Normae Pastorales).
 Formas de celebrar el sacramento.

Después del Ordo Penitentiae, ningún otro documento ha vuelto a hablar de la “celebración común
de la penitencia”. En todos los documentos aparece el principio “único modo”. Con un “in
crescendo” de la excepcionalidad de la Forma C.

b. Nivel pastoral comunitario


 Praxis dominante > concreción de unos horarios de confesión; algunas celebraciones
comunitarias (Forma B) a lo largo del año; celebraciones comunitarias más frecuentes,
a veces incluso con la Forma C.
 Los extremos de interpretación teórico-práctica > negativa a todo tipo de celebración
comunitaria; la negativa a la confesión privada.
 Las nuevas formas penitenciales > celebración dentro de la eucaristía; celebración de
la forma B (espacio de satisfacción en el medio y dejando la absolución para el final).

El conflicto de la interpretación pastoral radica en la no asimilación real por parte de muchos


pastores de la renovación vaticana del sacramento de la penitencia.

c. Nivel psicológico-personal
 No hay lugar para la penitencia > el sacramento de la penitencia ha sido una de las
prácticas que más ha caído desde el CVII. Lo antiguo no vale; lo nuevo no se entiende.
 No se sabe cuándo hay un verdadero penitente > el conflicto se sitúa en la misma
celebración, y en la parte que le corresponde al penitente. El ideal del dinamismo
psicológico-simbólico penitencial encuentra obstáculos. Con frecuencia no existe una
clara conciencia de pecado, ni un sentimiento de rechazo, ni una percepción objetiva
de la interpelación divina unida a la misericordia.

En una palabra, el “conflicto de interpretaciones” es hoy de tales proporciones, que la Iglesia se ve


urgida cada vez más a poner nuevos medios, en orden a que dicho conflicto pueda encontrar
caminos de respuesta.

II. ESPECIFICIDAD LITÚRGICA DEL SACRAMENTO DE LA PENITENCIA

Tal especificidad la encontramos en los siguientes elementos:

1. Variedad estructural

El único sacramento que ha sido celebrado en una diversidad de formas, que ha afectado al mismo
signo esencial en la valoración y ordenación de sus elementos constitutivos.

2. Participación signal

La penitencia carece de una materialidad sensible “materia sacramenti”. Por eso a lo que cumplía
sus veces, es decir, a los actos del penitente se le llamó “quasi materia” del sacramento. En la
penitencia sólo existe el encuentro interpersonal, con un claro predominio de lo verbal,
acompañado de la imposición de manos. La participación del sujeto forma parte de la misma
estructura del signo sacramental.

3. Interpersonalidad especial

“Encuentro interpersonal” > esto es lo que constituye la misma estructura del signo, implica un
diálogo interpersonal activo entre penitente y ministro. En ningún otro caso, la persona del
ministro, ejerce una función tan importante y plural: padre y pastor, juez y médico, maestro y guía.

4. Comunitariedad referente

Sólo el sacramento de la penitencia puede celebrarse y recibirse comunitariamente, sin necesidad


de que el signo fundamental se repita en cada uno de los casos.

5. Sacramentalidad dinámica

Aquel sacramento que de forma más peculiar realiza la espaciación o dinamismo sacramental, es la
penitencia, por las siguientes razones: es el único sacramento en el que parte de la “quasi materia”
se debe realizar en un “antes” de la celebración ritual (conversión-contrición); es el único
sacramento en el que otra parte de esta “quasi-materia” se realiza de hecho en un “después”
sacramental, como sucede con la satisfacción.

6. Gracia compartida

La gracia no es divisible. Pero cada sacramento expresa, celebra y actualiza uno de los aspectos de
esta gracia. Es un efecto específico de gracia, no original, sino compartido con el bautismo y la
eucaristía. La originalidad se da en otros aspectos:

 La situación vital: en la penitencia se refiere a un pecador arrepentido


 Estructura signal fundamental: en la penitencia encuentro iterpersonal
 Estado de comunión subjetiva con Dios y con la Iglesia: en la penitencia se recupera en
la comunión
 Aspecto preferente del misterio representado: en la penitencia reconciliación con Dios.

III. CELEBRACIÓN INCULTURADA DEL SACRAMENTO DE LA PENITENCIA


1. Formas de celebración penitencia
a. Unir reconciliación real y reconciliación sacramental
b. Valorar la penitencia cotidiana > ayuno, limosna, oración; Misa; padrenuestro;
c. Poner en práctica el principio de la complementariedad: entre las formas de celebrar
d. Recuperar la estructura y proceso más original
e. Promover la acogida y diálogo “confesional”
f. Mejorar la Forma sacramental B
g. Reconocer el ministerio de reconciliación en laicos

2. Tiempos y ritmo de la celebración penitencial

Crear un calendario con un ritmo de celebraciones penitenciales:


 Semanal
 Mensual
 Trimestral
 Semestral
 Anual

3. Mistagogía de la celebración penitencial

No basta celebrar la penitencia. Es preciso celebrar bien. Carácter evangelizador – mistagógico y


educativo-catequético de las celebraciones. Elementos de la mistagogia especial de la penitencia:

 La palabra: riqueza mistagógica trinitaria de la fórmula propuesta para la


absolución
 La pluralidad complementaria de formas
 La espacialidad especial

P A S T OR A L M A TR I MO N I A L
I. SITUACIÓN MATRIMONIAL VARIANTE: ¿EXPERIENCIA MATRIMONIAL NUEVA?
1. Situación matrimonial variante

Los estudios sociológicos más recientes, nos hablan de un cierto retorno al aprecio y valoración del
matrimonio, y por tanto el rito de celebración matrimonial.

El hecho de que la mayoría “quiera casarse por la Iglesia”, no significa que sus actitudes y
disposiciones sean las que la fe cristiana exige y las que la Iglesia demanda. Es imposible que pueda
vivirse en plenitud el matrimonio cristiano cuando las actitudes dominantes son: permisividad,
satisfacción erótica, individualismo; la no integración del sacrificio en el amor matrimonial. A esto
hay que añadir la deficiente preparación y madurez humana y cristiana; carencia de fe.

2. ¿Experiencia matrimonial nueva?

Creemos que siendo permanente la experiencia matrimonial de la admiración y fascinación del


amor del otro y por el otro, hoy esa fascinación ya ha perdido su impulso y misterio por las
experiencias que lo preceden.

Notables variantes en la experiencia de misterio, experiencia más diluida y difusa. Corporeidad y


humanidad, sexo y eros, pasión y amor, misterio de la libertad y capacidad generativa, ya no
remiten, con la fuerza de otros tiempos, al referente absoluto. Vaciadas de su sacralidad y misterio
nada parece reclamar más sentido.

El matrimonio vive también un “permanente experiencial” aunque éste se encuentre cargado de


aspectos nuevos. En la situación matrimonial, los esposos se encontrarán siempre con la
experiencia del amor alcanzado e insatisfecho; del tú conocido y desconocido…

Ante la radical indigencia humana, sólo Dios se revela como el único que puede apagar el deseo.
Todo ello se tiende a expresar, en el caso del matrimonio a través del sacramento y los ritos de la
Iglesia. “Plus de significación”.
II. PASTORAL PREMATRIMONIAL
1. Necesidad y etapas de preparación

Es evidente la preparación al sacramento. La Iglesia hace una clara opción evangelizadora en la


preparación al matrimonio.

Resalta con cierto énfasis la colaboración de la comunidad entera, con sus oficios y ministerios, en
la preparación al sacramento. Oficios y ministerios:

 En primer lugar el de los mismos “futuros cónyuges”


 Junto a los cónyuges “la familia”
 Pero por la “cura pastoral y litúrgica” en primer lugar afecta al obispo.
 Por esta misma razón afecta al “al párroco y sus vicarios”
 Finalmente, de forma más amplia, afecta a “toda la comunidad”.

Desde esta opción es preciso comprender las diversas “etapas” que se proponen en el proceso de
preparación:

a. Preparación lejana: sucede con “la predicación, con la catequesis” tiende a instruir a
los fieles sobre el significado del matrimonio. Se trata de una preparación que abarca
la vida entera. La familia juega un papel importante. Responsables: instituciones
indicativas y de la comunidad cristiana.
b. Preparación próxima: tiene lugar con los novios cuando estos deciden casarse por
Iglesia. No todos los que desean casarse son creyentes. La duración debe ser
“suficiente para que se dé una adecuada preparación”
c. Preparación “inmediata”: precede inmediatamente a la celebración del sacramento.
Tiene lugar una catequesis más directamente litúrgica-sacramental. Ahora se
reafirman o no en su decisión de casarse por la Iglesia; se preparan las diversas partes
de la celebración. La distinción de esta etapa es fundamental.
d. Celebración litúrgica del matrimonio: momento culminante pero no único del proceso.
Momento de la expresión significante eclesial del misterio cristiano del matrimonio.
e. Etapa del seguimiento con una adecuada pastoral familiar: no termina con la
celebración.
2. Contenidos y material de preparación

Los contenidos se encuentran básicamente indicados en dos de los documentos últimos de la


Iglesia (Ritual para matrimonia y CEC). Ritual n.17:

 Evangelización inculturada
 Los elementos básicos de la doctrina cristiana: la insistencia en unos aspectos u otros
dependerá del “nivel de fe”. Se necesita, a veces, un anuncio directo y vivo del
kerygma.
 Una catequesis sobre la doctrina acerca del matrimonio y la familia.
 Catequesis sobre “el sacramento y sus ritos, preces, lecturas, para que puedan
celebrarlo de manera consciente y provechosa”: preparación mistagógica.
Centros temáticos: corporeidad y sexualidad; amor y matrimonio; matrimonio, bautismo y fe; etc.

3. Medios para la preparación prematrimonial


a. Encuentro y preparación personal

El sacramento del matrimonio “supone y exige la fe”. Para que sea verdadero debe tener esta
características: actitud más evangelizadora que jurídica; provocar autojuicio; acoger a todos, pero
no celebrar indiscriminadamente. Preparación personal: es necesario que el sacerdote pueda
ofrecer un material adaptado.

b. Cursillos prematrimoniales

“Cursillos prematrimoniales”. Suele padecer algunas limitaciones: imprecisión al quedarse en


requisitos; los agentes no siempre están bien preparados; con frecuencia los temas quedan en
cuestiones humanas; del matrimonio se habla de todo menos del “sacramento”. Con demasiada
frecuencia los “cursillos prematrimoniales” carecen de profundidad.

c. Proceso catecumenal

Algunos documentos de la Iglesia proponen como ideal de una preparación al matrimonio el


“itinerario de fe”. El modelo catecumenal fue y sigue siendo siempre un modelo para la
preparación evangelizadora a los sacramentos, lo mismo que sigue siendo el ámbito más propio de
catequesis.

d. “Itinerario convivencial”

III. CELEBRACIÓN DEL SACRAMENTO


1. Celebración “situacionada”

Tiene en cuenta la situación de fe y las disposiciones subjetivas de los contrayentes. En cuanto a la


situación de fe tres casos:

 Novios bautizados y verdaderamente creyentes


 Novios que permanecen en la increencia y rechazan la fe y el sentido del sacramento
cristiano
 Novios que permanecen en una “fe insuficiente y ambigua” y están “imperfectamente
dispuestos”.

Otras situaciones de “estado” o religión:

 “Una parte católica y una parte bautizada no católica” > c 844, 3 “communio in sacris”
 “Entre una parte católica y una parte catecúmena o no cristiana”
 “ya sean católicas o no católicas, que nunca o casi nunca participan de la celebración
del matrimonio o de la eucaristía”
2. Celebración preparada

Adecuadamente preparado por parte del sacerdote y de los novios. Cuestiones sobre las que se
debe decidir:
 Dentro o fuera de la misa
 Proclamación de una o dos lecturas
 Si se emplea una u otra de las posibles fórmulas de consentimiento
 Formulario que se elige para la bendición de anillos
 Elección de la plegaria universal y cánticos
 Atención que hay que prestar “a las costumbres locales”
3. Celebración participada

Los oficios y ministerios:

 El presbítero
 El diácono
 Pueden ser los laicos quien tomen el consentimiento de los esposos
 Otros laicos: cantores, lecturas, monitor
 Toda la comunidad

Ritos que se han de emplear

1) Dentro de la misa: vestiduras de color festivo; misa ritual por los esposos, etc.
2) Fuera de la misa

4. Celebración inculturada
a. Los rituales piden la inculturación del matrimonio

Es tarea de las Conferencias Episcopales la adaptación del rito.

b. Los cambios culturales reclaman inculturación

Las formas de vida hoy dominantes, han condicionado le celebración del matrimonio. Los jóvenes
muestran un desconocimiento e indiferencia notable respecto de los ritos. Entre los ritos que más
aprecian, destacan: acompañamiento de los padres al altar; expresión del consentimiento mutuo.

Desde el punto de vista profano, los ritos de celebración también han desaparecido.

c. El futuro de la inculturación del matrimonio:


d. Sugerencias concretas para la inculturación del matrimonio

Sugerir algunos elementos rituales:

 Liturgia de la Palabra
 Interrogatorio inicial
 Respecto al conocimiento y recepción del mismo
 Bendición y entrega de las arras
 Presentación de ofrendas
 Plegaria eucarística
 Bendición nupcial
ORIENTACIONES Y N O R M A S P A R A L A CA T E Q U E S I S M AT R I MO N I A L
I. ORIENTACIONES PARA LA CATEQUESIS MATRIMONIAL
A. LA CATEQUESIS MATRIMONIAL EN LA MISIÓN DE LA IGLESIA
1. Dimensión catequística

Catequesis matrimonial es una tarea permanente. La respuesta de la Iglesia frente a la crisis del
matrimonio y de la familia está en la pastoral familiar. La Iglesia mira a la familia con renovada
esperanza.

2. Dimensión litúrgica

Liturgia > ejercicio del sacerdocio de Jesucristo. Él es el que bautiza, confirma, reconcilia, etc. El
matrimonio se celebra en forma de alianza entre un hombre y una mujer, que es signo eficaz de la
alianza santificante de Dios con su Pueblo. Cristo da al hombre la perfección.

El matrimonio cristiano queda invadido por el misterio salvador y divinizador de Cristo >
SACRAMENTO. Y por ser un sacramento se realiza y acontece como celebración litúrgica.

La preparación al sacramento del matrimonio no debe ser algo meramente informativo sino una
verdadera catequesis litúrgica. Debe crear un clima de fe en quienes los celebran.

3. Dimensión pastoral

Cada comunidad deberá considerar la catequesis matrimonial como un verdadero desafío


evangelizador. Es importante se considere la continuidad del proceso hacia el futuro. Lo que están
comenzando a vivir tiene una continuidad a lo largo de toda una vida.

Acompañamiento a las familias > pastoral familiar. Hay una nueva esperanza que no defrauda.

4. Etapas de la preparación catequística

La formación de nuevas familias cristinas implica la preparación catequística en toda la vida de la


persona. “Ecclesia Domestica”. Acompañar a las familias con una buena formación catequística.
Una preparación inmediata al matrimonio no es suficiente.

4.1 Preparación remota

Primera etapa > formación que se brinda desde la infancia a la juventud (familia, colegios,
parroquia, movimientos).

En esta etapa se deben lograr objetivos específicos. Que cada fiel logre una comunicación personal
con Dios, aceptar por la fe la persona de Jesucristo. Ayudar a los jóvenes a adquirir capacidad
crítica, una fe dirigida a su comportamiento moral.

La formación de los adolescentes es este período anterior al noviazgo es de suma importancia. El


ejemplo de los padres es muy importante.

4.2 Preparación mediata


Esta etapa tiene lugar en el tiempo del noviazgo. La educación de los padres debe ser
complementada por un proceso de mayor reflexión. Es de suma importancia la ayuda que pueden
brindar las parroquias, los movimientos, las escuelas católicas. Esta preparación debe apoyarse en
una catequesis alimentada por la escucha de la Palabra, para que logren madurar en la fe,
testimoniarla y descubran su misión.

Se debe prestar especial atención al proceso afectivo de las personas, la educación progresiva en el
amor generoso, el entrenamiento en la entrega generosa y servicial a los demás.

Es preciso que durante este tiempo se les presente a los jóvenes las diversas vocaciones a la vida
consagrada: debe aparecer el matrimonio como una vocación que es preciso discernir y asumir.

Es preciso verificar la madurez de los valores humanos propios de la relación de amistad y diálogo
que caracteriza el noviazgo. En esta preparación se habrá de instruir a los novios acerca de las
exigencias interpersonales hombre-mujer en el plan de Dios, sobre el matrimonio y la familia, fines
del matrimonio, aspectos humanos de la sexualidad conyugal.

4.3 Preparación inmediata

La Iglesia mira a la familia con renovada esperanza. En la preparación inmediata al sacramento, el


objetivo es evangelizar a los novios a partir de su amor conyugal, para prepararlos a recibir el
sacramento. Este amor, a través del sacramento del matrimonio, es sumergido en el amor esponsal
con Cristo, y de este modo es sanado, purificado, elevado.

La gracia recibida en el sacramento del matrimonio debe hacerse fuente de santidad.

Fines de la preparación inmediata:

 Sintetizar los contenidos doctrinales, morales y espirituales.


 Efectuar experiencias de oración
 Llevar a cabo una preparación litúrgica apropiada
 Incentivar para un mayor conocimiento de cada uno, los coloquios con el párroco

Casi todos los que piden casarse por Iglesia carecen de una preparación mediata.

B. CATEQUESIS DE PREPARACIÓN INMEDIATA


1. Objetivos
 Profundizar el sentido de la vida humana y el amor auténtico
 Repasar su respuesta personal de fe
 Descubrir el amor conyugal como una vocación a la santidad
 Asumir que la familia es iglesia doméstica
 Preparar la celebración litúrgica de su matrimonio
2. Encuentros
2.1 Inscripción de los novios > hay que procurar que la inscripción sea lo más familiar y
agradable posible.
2.2 Metodología
Utilizar un método que mejor se adecue a su propio medio y a la realidad de vida de los novios.
Que resuene en el corazón de ellos el mensaje de Cristo. Deberá ser un método más participativo y
vital. Para ello, la metodología deberá considerar la Palabra de Dios como centro del encuentro. En
los encuentros se deberá:

 Impulsar una fuerte presencia del evangelio.


 Proclamar la buena nueva sobre el matrimonio
 Procurar la adhesión de vida al mensaje
 Tener presente la oración y la celebración
 Acompañamiento que responda a la problemática actual de los novios
 Combinar participación-exposición
 Animar a los novios para que dialoguen en sus casas y se preparen para el próximo
2.3 Duración de la preparación matrimonial en la etapa inmediata

Se recomienda que los encuentros tengan un total mínimo de doce horas.

2.4 Número de participantes

Depende del lugar. Importa que sea participativo y personalizado.

3. Responsables

Es responsabilidad de toda la comunidad cristiana

3.1 El equipo de catequesis prematrimonial

Estos equipos deberán ser preferentemente parroquiales; también podrán ser interparroquiales o
decanales. Es recomendable que el curso sea dictado por varios matrimonios, acompañados por un
sacerdote. Todos los responsables deben formar un equipo que trabaje en estrecha colaboración.

3.2 Los catequistas

Estos deben estar convenientemente formados en lo doctrinal y metodológico. Además se deberá


tener en cuenta otros aspectos: coherencia y autenticidad de vida, espíritu de comunión eclesial,
vida de oración, etc.

4. Contenidos

Hay que privilegiar aquellos contenidos catequísticos que se refieren directamente al matrimonio
como tal. Contenidos mínimos que deberán desarrollarse en los encuentros:

4.1 ANTROPOLÓGICOS

Ser persona

Dos son las cosas que distinguen al hombre: capaz de razonar y capaz de amar.

El hombre, imagen y semejanza de Dios, es llamado al amor en su unidad integral de un ser


corpóreo-espiritual.
El hombre es una interioridad abierta > rasgo constitutivo de la persona. Su realización personal
depende del amor a Dios y a los hombres. Los esposos son dos personas distintas marcados por
características particulares. Constituyen un nosotros en el que el tú y el yo encuentran plenitud.

El diálogo en el matrimonio

Importante para lograr una completa integración y una armonía verdadera. En el diálogo conyugal
se ponen en común los pensamientos, los sentimientos, los deseos, el propio ser. Se consolida sí un
nosotros. Fomenta espacios de gratuidad y alegría. Habilidades:

 Saber aceptar al cónyuge


 Saber escuchar
 Saber responder
 Saber hablar con palabras claras

Es de singular importancia la comunicación más aún porque el matrimonio está expuesto a


situaciones de conflicto. Es importante aquí la tolerancia.

La familia como fundamento de la sociedad

“La familia es el espacio primero de la ‘humanización’ del hombre” Es el lugar natural donde la
persona es afirmada como tal, querida por sí misma y de manera gratuita, valorada en su
irrepetibilidad y singularidad.

El contexto actual

 Profundo reduccionismo del significado de la sexualidad > dualismo antropológico en


directa contradicción con la antropología cristiana.
 La misma estructura social: preponderancia de los valores utilitarios y cuantificables:
medios de comunicación. Grave debilitamiento social del matrimonio y de la familia.
4.2 CATEQUÍSTICOS

El matrimonio: vocación de amor

 El hombre imagen del Dios amor: los novios que asisten a la catequesis ya han sentido
este amor. Sin embargo, vale la pena hablar del amor. Será importante que los novios
reflexionen sobre las cualidades del amor maduro.
 El amor esponsal. El matrimonio es una vocación. La vocación al matrimonio se
inscribe en la misma naturaleza del hombre. El amor esponsal es algo que el hombre
descubre en un momento determinado. Nace de la admiración de belleza del otro. No
es por tanto sólo un sentimiento (atracción sexual); tampoco es únicamente impulso
irracional.

La fe en Jesucristo

Actitudes de fe muy dispares. La mayoría que solicitan el matrimonio son bautizados que, sin
embargo, viven alejados de la Iglesia y de la vida sacramental.
Es el momento específico para la evangelización. Que los novios redescubran desde la Palabra de
Dios a Jesucristo, como centro de nuestra fe y esperanza, profundizando su unión con Él. Para ello
es necesario recurrir al evangelio, de manera que los novios tengan un contacto directo con la
Palabra de Dios.

El sacramento del matrimonio

 El matrimonio en el plan de Dios > a esta institución primordial, Cristo la ha elevado a


la categoría de sacramento de la nueva alianza.
 La gracia sacramental > es importante que los novios comprendan que el matrimonio
es fuente de la gracia, ya que hace que los novios puedan llevar a su plenitud
existencial la vocación a la santidad que han recibido en el bautismo.
 Los fines y las propiedades del matrimonio > el bien de los cónyuges y la procreación y
educación de los hijos. La catequesis deberá abordar con toda claridad cuáles son las
propiedades esenciales del matrimonio.
 El consentimiento matrimonial > acto de voluntad por el cual un hombre y una mujer
se entregan y aceptan mutuamente en alianza irrevocables para constituir el
matrimonio.
 Sexualidad y matrimonio > la persona humana no se da en abstracto sino en forma
masculina o femenina. La sexualidad es una característica esencial de la persona. El
único lugar en el que se hace posible la donación total es en el matrimonio.
 Paternidad responsable > fecundidad, es una de las cualidades del amor conyugal. La
Iglesia enseña un criterio más completo y formado de diversos elementos, ya que no
se reduce a encontrar un método lícito para no tener hijos. “La paternidad responsable
exige que los cónyuges reconozcan plenamente sus propios deberes para Con Dios,
para consigo mismos, para con la familia y la sociedad, en una justa jerarquía de
valores”.
 Dimensión procreadora de la sexualidad > el acto matrimonial debe quedar abierto a
la transmisión de la vida. Se excluye toda acción que impida directamente esta
finalidad procreadora.

La Familia

La familia ha sido proclamada por la Iglesia como comunidad íntima de vida y amor.

 Iglesia doméstica > de este santuario nace la vida y es el lugar privilegiado donde los
bautizados reciben la fe de los padres y abuelos, viven su primera experiencia de
comunión con Dios Trino y aprenden a compartir generosamente sus vidas con los
hermanos.
 Inserta en la sociedad > célula básica de la sociedad. “Centro y corazón de la
civilización del amor”.
4.3 LITÚRGICOS

La celebración del matrimonio


La preparación inmediata al sacramento del matrimonio debe iniciar a los novios en el rito
matrimonial. Debe prepararse cuidadosamente con la participación de los que se van a casar.

El ministro ordenado que preside la celebración como testigo de la Iglesia, debe procurar que
durante la celebración se viva un ambiente de piedad, con la participación activa y fructífera de los
asistentes.

Que los cantos y la música sean adecuados litúrgicamente al rito del matrimonio. El arreglo del
templo debe ser decoroso y sencillo. Los fotógrafos sean discretos.

La situación propia del sacramento de la unción es la fragilidad en la carne y el espíritu, que se


manifiesta en la enfermedad.

I. CONTEXTO DE UNA PASTORAL QUE SE RENUEVA

Después del Vaticano II ha pasado a ser una pastoral más valorada.

II. VERDAD DE UN SACRAMENTO QUE SE CONTEXTUALIZA

Pastoral global de los sacramentos: situado en el interior del organismo sacramental, la unción es
el sacramento que responde a la situación de enfermedad. El cristiano que nació en el bautismo, se
perfeccionó en la confirmación, se… se encuentra también con la debilidad del pecado para la que
se le ofrece la penitencia, y con la fragilidad de la carne para la que se le ofrece la unción.

El sacramento de la unción implica directamente los sacramentos de la penitencia y de la eucaristía;


indirectamente los del bautismo y la confirmación; y vocacionalmente el matrimonio o el del orden.

Pastoral de la salud “extensa”: la pastoral de la unción ha dejado de ser una pastoral reducida para
pasar a ser una acción promotora de la salud permanente. Ha abandonado la concepción del
enfermo como simple receptor. Coloca su centro más en los enfermos necesitados y desasistidos,
que en los enfermos que pueden más fácilmente disponer de medios y asistencia.

III. FUNDAMENTOS Y EXIGITIVOS DE UNA PASTORAL DE LA UNCIÓN DE LOS


ENFERMOS
1. El hombre y su salud: dimensión antropológica

La polaridad salud-enfermedad marca todo el proceso de la vida humana. Se da una situación


paradójica de exaltación y divinización de la salud y de crecimiento de las enfermedades.

En medio de esa situación y experiencia el enfermo, sobre todo cuando es creyente, no sólo se
aferra a la salud, sino que también invoca la salvación, llama a aquel que definitivamente lo puede
salvar. La gracia es esa misteriosa presencia de Dios. Esta gracia existencial en la enfermedad,
aparece en toda su significatividad y eficacia en la celebración del sacramento de la unción.

Esa situación está pidiendo una pastoral que ayuda al enfermo a vivir y asumir tal situación como
un momento especial de presencia, de cercanía, de amor, de salvación.
La pastoral de la unción de enfermos debe ser una pastoral que apuesta por la salud permanente e
integral del hombre. La enfermedad constituye una piedra de toque que devuelve a todo hombre a
un nuevo realismo. En el curso del sufrimiento y de la enfermedad el hombre sentencia su vida y
verifica sus opciones.

2. Cristo médico y la salud: fundamento cristológico

El sacramento de la unción tiene su origen, su centro, su fuerza y su impulso en Cristo:

 Jesús es el verdadero cumplidor de las promesas mesiánicas de liberación de la


enfermedad y el dolor.
 Jesús es acogedor y amigo de los enfermos
 Jesús es médico integral
 Jesús es maestro que enseña la verdad sobre la relación poder del demonio – pecado –
enfermedad.
 Jesús es amigo que salva y que pide una relación personal de confianza en él.
 Jesús es el verdadero salvador que, con su misterio pascual, también descubre de una
vez para siempre el sentido de la enfermedad y del dolor.

Si esto es así no hace falta buscar otro fundamento para la pastoral de enfermos o del sacramento
de la unción de los enfermos. Basta mirar el ejemplo de Cristo y su amor redentor en el momento
de la pasión y la muerte, de la resurrección y la victoria.

3. La Iglesia y la salud: fundamento eclesiológico

La Iglesia debe continuar también la obra y ministerio de Jesús con los enfermos. La obra de la
Iglesia con los enfermos debe ser: una obra profética, histórica, anamnética, pneumática, integral.
Esta obra se realiza en tres formas principales:

 De forma extraordinaria, por las curaciones:


 De forma ordinaria, por los carismas y dones de curación
 De forma sacramental, por el sacramento de la unción

Esta triple continuación está exigiendo de la Iglesia una pastoral adecuada, que tiene que centrarse
sobre:

 El desarrollo de unas relaciones saludables entre enfermo y comunidad


 Búsqueda de una edificación desde la diakonía
 La valoración agradecida de la aportación del mismo enfermo a la comunidad
 La misma fuerza y eficacia del sacramento
IV. PARA UNA ADECUADA PASTORAL DE LA SALUD
1. Objetivos generales
 Evangelizar la cultura de la salud actual
 Promover la responsabilidad solidaria desde valores humanos y evangélicos
 Desarrollar toda dimensión sanante del evangelio y evangelizadora de la Iglesia.
 Colaborar en la búsqueda interdisciplinar de solución a los problemas que hoy se
plantean.
2. Objetivos particulares
 Recuperar en la Iglesia la conciencia y su misión sanante
 Entender y construir las comunidades cristianas como fuentes de salud
 Recuperar la actitud evangélica de Cristo ante el enfermo y sus familiares
 Encontrar el verdadero puesto de la Iglesia y de la pastoral de la salud junto a los
enfermos más necesitados y desasistidos
 Insertar la pastoral de los sacramentos en el conjunto pastoral de la salud
3. Agentes de la pastoral de enfermos
a. El primer agente de la pastoral es la comunidad entera. Toda la comunidad se ve
afectada y concernida por los enfermos. Medios: sensibilizar y concientizar a la misma
comunidad; ayudar y apoyar a los que en nombre de la comunidad asisten a los
enfermos; promover un laicado cristiano formado y comprometido.
b. Son agentes todas aquellas personas que asumen un servicio o ministerio al respecto.
Comenzando por los ministros ordenados; pasando por los ministerios laicales; y
llegando a todos aquellos miembros de la comunidad que ejercen un servicio en orden
a la atención a los mismos enfermos. Todos ellos contribuyen a su manera a que la
comunidad entera despliegue y realice su ministerio de forma concreta y eficaz.
4. Sujetos de la pastoral de los enfermos
 Ancianos y personas mayores
 Enfermos crónicos
 Enfermos psíquicos y amentes
 Disminuidos físicos y mentales
5. Ámbitos de la pastoral de los enfermos
a. La comunidad parroquial

Es importante que los miembros de la comunidad estén mentalizados y evangelizados sobre la


importancia de la pastoral de los enfermos. Deben tenerse en cuenta los siguientes criterios:

 Conocer la realidad sanitaria de la comunidad


 Sensibilizar conciencias
 Crear un grupo parroquial de pastoral de la salud
 Facilitar la colaboración con el consejo de pastoral parroquial
 Orientar a este grupo de manera que sea “comunidad de fe”
 Integrar a los enfermos en la misma acción pastoral y evangelizadora
b. Centros hospitalarios

Los responsables de la pastoral son: el capellán del hospital, el personal sanitario cristiano. Sus
principales objetivos: promover la justicia; humanizar las relaciones del personal con los enfermos;
cristianizar las acciones y las actitudes por la palabra, el testimonio; acoger y atender de modo
especial a los más pobres y desamparados. Los medios: acogida y encuentro personal y humano; la
escucha y el servicio; la información sobre los medios cristianos; la oración y las celebraciones.

c. Las residencias de ancianos


Responsable primero: es el sacerdote o capellán. Los objetivos: defensa de la justicia y derecho de
los residentes; favorecer un trato personalizado y humano; crear relaciones de tipo “familiares”.
Las áreas de acción pastoral: en orden a la palabra, en orden a la caridad, en orden a la liturgia.

d. La familia

El enfermo no enferma en solitario. La familia como agente de pastoral, influencia que en la salud o
en la enfermedad tienen las relaciones familiares de acogida, respeto, cariño, etc. Ayudar a la
familia para que sea verdadero soporte del enfermo. La familia como sujeto receptor de una
pastoral.

V. PASTORAL DEL SACRAMENTO DE LA UNCIÓN DE ENFERMOS


1. Pastoral antecedente: preparación del sacramento

Implica:

 Una actitud evangelizadora de los diversos agentes: situar al sacramento dentro de


una actitud evangelizadora.
 Una relación con la asamblea eucarística por la comunión de enfermos: tarea del
“ministro extraordinario de la comunión”
 Diálogo pastoral y discernimiento de situaciones: esto primero con el enfermo y
después con la familia.
 Actitud de fe e iniciación simbólica del enfermo
 Preparación inmediata de la celebración
2. Pastoral concomitante: celebración del sacramento

Preparación inmediata y la digna ejecución del rito en sus diversas partes. Entre los ritos
sacramentales este es el gran desconocido. Es necesaria una iniciación simbólica a los ritos de la
unción.

 Capacidad y posibilidad de participación plena. Hay que tener en cuenta algunos


elementos: momento oportuno; lugar adecuado; sujeto dispuesto; comunidad
presente; ministerios responsables; acciones simbólicas.
 Situaciones y formas de celebración. Ocho formas propone el Ritual.
 Celebración comunitaria de la unción. Ayuda a desdramatizar el sacramento.
3. Pastoral consecuente: mistagogia del sacramento

La celebración del sacramento nunca puede considerarse como punto final. La pastoral
consecuente del sacramento puede incluir: desde un recordatorio del sacramento, la visita, el
acompañamiento, la oración y sobre todo la acogida y relación con la asamblea eucarística
dominical, etc.
Tabla de contenido
PASTORAL DE LOS SACRAMENTOS .................................................................................................................1
Introducción ..................................................................................................................................1
Unidad I: Líneas generales de la Pastoral Sacramental ....................................................................1
¿Qué es la Pastoral Sacramental? Directrices en la Iglesia actual para una Pastoral de los
Sacramentos .................................................................................................................................1
Unidad II: Aspectos de la Pastoral Sacramental ...............................................................................4
Especificidad mistagógica de la Pastoral Sacramental..................................................................4
Pastoral sacramental, experiencia humana y expresión litúrgica ................................................7
El hombre y su actitud de fe en la Acción Sacramental ................................................................8
Religiosidad popular y Pastoral de los Sacramentos ..................................................................12
Conciencia Moral, Pastoral Sacramental y celebración de los Sacramentos..............................14
Unidad III: Los sacramentos de la iniciación cristiana y su acompañamiento pastoral ..................16
La Iniciación Cristiana: en la misión actual de la Iglesia ..............................................................16
Pastoral y celebración del Bautismo ...........................................................................................18
Unidad IV: Pastoral de los sacramentos de la Iniciación Cristiana .................................................22
Pastoral Bautismal ......................................................................................................................22
Pastoral de la Confirmación ........................................................................................................26
Pastoral en torno a la Eucaristía .................................................................................................36
Unidad V: Pastoral de los sacramentos del crecimiento en la fe....................................................41
Pastoral de la Reconciliación ......................................................................................................41
Pastoral matrimonial ..................................................................................................................44
Orientaciones y normas para la catequesis matrimonial ...........................................................48
Unidad VI: Pastoral de la Unción de los enfermos..........................................................................53
Pastoral de la Salud:

Ha venido evolucionando, y una y otras cosas a veces conviven. A partir de Trento, vino vista desde
la cura de almas. Pero siempre como el cura que lo realizaba. Se caia en un sacerdotalismo y
también se caia en un salus in extremi, en extremaunción.

Es la pastoral de la angustia “que no se me muera un alma” si no llego con el sacramento se va al


infierno. Dios no puede salvar sin mi.

Se habla ahora de pastoral sanitaria: la modificación se va a producir en el sujeto de esta pastoral.


Pasa a ser todo aquel que este involucrado con el tema de la salud.

Pastoral del duelo

1 Shok: situación inesperada, que paraliza produciendo una situación de ruptura

2 Negación: puede ser absoluta, negación interrogativa

3 Negociación

4 Rebelión

5 Atonía

6 Reorientación

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