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CeRP del Sur

Profesorado de Literatura
Metodología de la investigación y análisis literario
Profesora Lucía Bruzzoni

La violencia como discurso de denuncia


Carolina Álvarez
C I: 5.121.573-5

Atlántida, octubre de 2017


Objetivo:

Reconocer la violencia, en el lenguaje marginal que se utiliza en el cuplé “La


violencia” de la murga Agarrate Catalina, como una respuesta a las estructuras 1

institucionales hegemónicas.

Hipótesis:

El discurso del cuplé busca dar voz a los sectores marginados, haciendo
visible las estructuras de poder.

Estado de la cuestión:

Para el tema elegido no encontré trabajos académicos que lo aborden desde la


perspectiva seleccionada.

Por tener tratamiento similar se referencian en la bibliografía una nota y un


comentario de páginas web. En la nota de Jorge Fierro “Lucha de complejos”, se
mencionan algunos elementos que desarrollaré en el marco teórico, como los
fenómenos de dominación y opresión, y la diferencia de clases. Dicha nota no
invalida este trabajo ya que el tema es abordado desde un marco teórico diferente.
También se referencia un pequeño comentario de Rodrigo Duarte, titulado “Discursos
sociales, un marco simbólico que justifica situaciones de violencia” (Argentina
Investiga), por compartir similitudes en el planteo del tema, como podemos observar
en el título.
Introducción y marco teórico:
2
Para el siguiente anteproyecto utilicé como bibliografía de consulta teórica, El
orden del discurso de Michel Foucault (1992) e Ideología y aparatos ideológicos del
Estado de Louis Althusser (1988).

Foucault plantea que a lo largo de la historia el poder ha manejado


procedimientos de exclusión, siendo el más evidente el del tratamiento de lo
prohibido: no se tiene derecho a decirlo todo, no se puede hablar de todo en cualquier
sitio o momento. Pero la prohibición es solo uno de los tantos métodos de exclusión,
uno de los más fuertes y que tiene su auge en la Edad Media, es el de la separación y
el rechazo. En dicho período se demarca discriminativamente la línea entre la razón y
la locura: “el loco es aquél cuyo discurso no puede circular como el de los otros […]
su palabra es considerada como nula y sin valor, […] no pudiendo testimoniar ante la
justicia, no pudiendo autentificar una partida o un contrato” (Foucault, 1992, 6).

En nuestro país hoy en día, en la categoría de locos (así como se entendía en


la Edad Media) entrarían, además de los enfermos psiquiátricos, los marginados y las
voces desautorizadas por no responder a la razón y lógica de la sociedad actual. Si
una persona es condenada a prisión por cometer un delito, pasa a formar parte de un
sistema que lo etiqueta con un número y lo estigmatiza bajo una concepción
infrahumana. Esa persona ya no es un miembro activo en la economía y la sociedad,
pero sí es un útil eslabón del sistema de mercado, traigo aquí algunos versos de “La
violencia” en los que se denuncia: “Vengo del basurero que este sistema dejó al
costado, / las leyes del mercado me convirtieron en funcional”.
¿Cómo se vuelve funcional alguien que ha cometido un delito? El sistema
capitalista tiene como base la relación entre las distintas clases sociales, para que
exista capital debe producirse cierta cantidad de ganancias que permitan a la clase
dominante seguir detentando los medios de producción. Sin la clase dominada los
trabajos “no deseados” (trabajos que demandan fuerza física, o asociados a tareas de
riesgo), estarían vacantes y la economía se estancaría. A través de la estigmatización 3
se consigue que se les limiten las oportunidades a las clases menos favorecidas y por
tanto tengan que satisfacer sus necesidades por medios ilegales, por ejemplo.
Althusser plantea que para que toda formación social exista y produzca se
debe dar la reproducción de los medios de producción (según la concepción de
Marx), y la reproducción de la fuerza de trabajo. Para este anteproyecto nos importa
la segunda. De forma muy sintética, diremos que la reproducción de la fuerza de
trabajo se da por dos medios: el salario y la calificación. La segunda refiere a que la
fuerza de trabajo sea competente, y se da por fuera del ámbito de trabajo, ocurre por
medio de la educación capitalista y otras instancias e Instituciones (aspectos jurídico-
políticos, sistema penitenciario, instituciones religiosas, medios masivos de
comunicación).
La escuela a la que refiere Althusser enseña habilidades y técnicas, que serán
usadas en los distintos puestos de la producción, equivale a lo que hoy en día
denominamos “educación en competencias” 1. Pero, ¿dónde queda la reflexión que
fomenta el libre pensamiento?, ¿dónde se enseña para la autonomía?, ¿en dónde se
incentiva a perseguir los deseos personales? Muy bien disfrazada bajo la bandera de
la patria, la escuela excusa que su formación es para la vida en sociedad, colectiva y
funcional, y que batalla contra el individualismo. Pero esto no deja de ser una fachada
que oculta la educación para la dominación de clase.
La educación, por más que sea, de derecho, el instrumento gracias
al cual todo individuo en una sociedad como la nuestra puede acceder
a no importa qué tipo de discurso, se sabe que sigue en su
distribución, en lo que permite y en lo que impide, las líneas que le
vienen marcadas por las distancias, las oposiciones y las luchas

1
Según documento de ANEP-CODICEN (2017) las competencias son aprendizajes considerados
imprescindibles, conocimientos útiles orientados a la aplicación de los saberes adquiridos en diferentes
situaciones y contextos, el “saber hacer”, integración de los conocimientos poniéndolos en relación con
los diferentes tipos de contenidos (dentro de las siguientes áreas: lectura, redacción, matemáticas,
capacidad para escuchar, habilidad de expresión).
sociales. Todo sistema de educación es una forma política de
mantener o de modificar la adecuación de los discursos, con los
saberes y los poderes que implican. (Foucault, 1992, 27)
En la escuela se aprenden las reglas de buen uso, de moral y conciencia
4
cívica, lo que en realidad, siguiendo a Althusser, significa reglas de respeto a la
división social-técnica del trabajo.
La reproducción de la fuerza de trabajo no sólo exige una
reproducción de su calificación sino, al mismo tiempo, la
reproducción de su sumisión a las reglas del orden establecido, es
decir una reproducción de su sumisión a la Ideología dominante por
parte de los obreros y una reproducción de la capacidad de buen
manejo de la ideología dominante por parte de los agentes de la
explotación y la represión, a fin de que aseguren también «por la
palabra» el predominio de la clase dominante. (Althusser, 1988, 3-4)

Siguiendo con nuestro ejemplo, podemos afirmar que una persona que ha ingresado al
sistema penitenciario –movido, quizás, por la falta de oportunidades– ha sido limitada
en su libertad y conciencia. El sujeto pasa a ser una pieza en el engranaje del
capitalismo, una vez que cumpla su condena y se reintegre a la sociedad (si la misma
se lo permite) podrá ocupar un puesto de trabajo acorde a sus competencias, pero no
acorde a su elección, su deseo, o sus proyectos. Este proceso no es lineal, es circular y
se vuelve vicioso, similar al teorema de Thomas que establece que “Si las personas
definen las situaciones como reales, éstas son reales en sus consecuencias” (Ubertone,
1990, 347), para nuestro caso esto implica la capacidad que tienen los grupos
marginados de considerar real su situación más allá de la construcción social del
estigma que le han impuesto, eso es lo que se plantea en el cuplé cuando se sostiene:
“Yo soy el error de la sociedad, / soy el plan perfecto, que ha salido mal.” Lo que
comienza con un prejuicio construye una barrera imaginaria que separa al marginado
del resto de la sociedad, lo que lo obliga a optar por medidas ilegales, y así confirmar
forzosamente el prejuicio inicial.

Debemos analizar qué ocurre con los discursos de esos sectores marginados.
La hipótesis principal de Foucault plantea que “en toda sociedad la producción del
discurso está a la vez controlada, seleccionada y redistribuida por un cierto número de
procedimientos que tienen por función conjurar los poderes y peligros, dominar el
acontecimiento aleatorio y esquivar su pesada y terrible materialidad” (1992, 5). El
autor establece que el discurso se ha construido sobre la exigencia de la forma y el 5
prestigio, y ocurre un “enrarecimiento” de los sujetos que no cumplen con tales
exigencias, por lo tanto se los excluye y se vuelve inválida su enunciación. Los
marginados de nuestra sociedad han perdido el prestigio del que habla Foucault, han
perdido la capacidad de ser escuchados, y por eso alguien más opta por tomar su
palabra.

El texto con el que trabajé utiliza lenguaje plancha y lunfardo2 –ambos son
propios de sectores en los que las personas se vieron llevadas a crear un tipo de
“código” que los diferencie e identifique–. En primer lugar el concepto plancha
“venir de la cabeza” está asociado a una idea de locura, de desenfreno e impulso, esto
nos muestra de entrada la actitud agresiva en la protesta, fruto de una acumulación de
injusticias sufridas (como explicita la letra después) que los llevan al “hoy no me
cabe nada”, en una suerte de declaración de inconformidad y deseo de expresarse con
urgencia. Si bien este es el discurso elegido para la denuncia social que se hace,
ocurre que el lenguaje de barrabrava y lunfardo se mezcla, a lo largo del texto, con
términos que no le son propios, que pertenecen a formulaciones del ámbito intelectual
(“sistema”, “leyes de mercado”, la idea de “funcional”, “linaje acumulativo”).
Gracias a este uso conjunto de ambas formas del lenguaje, la denuncia funciona de
manera que todos los sectores involucrados puedan comprender e identificarse.

De acuerdo con Foucault, la formulación de que lo válido debe estar basado


en un soporte y una distribución institucional tiende a ejercer sobre los otros
discursos una presión y un poder de coacción que los lleva a excluirse. Es por esto
que el cuplé “La violencia” busca apoderarse del discurso marginado, la murga –una
voz aceptada socialmente y con gran influencia en nuestro país– hace eco del discurso

2
Aquí hago un detalle de conceptos importantes. Anexo la letra del cuplé y señalo las palabras
pertenecientes al lenguaje plancha y lunfardo, con su correspondiente significado.
de la barra brava, de los “chorros”, y de los drogadictos, en una suerte de
reivindicación de su palabra. La construcción discursiva es violenta, en respuesta a la
misma violencia que estos sectores sufren por parte de las estructuras institucionales 6
hegemónicas.
ANEXO Vengo del basurero que este sistema
dejó al costado, las leyes del mercado
me convirtieron en funcional.
La violencia | Tabaré Cardozo3

Soy un montón de mierda brotando de


Vengo de la cabeza, soy una banda las alcantarillas, soy una pesadilla de la
descontrolada, hoy no me cabe nada, que no vas a despertar.
vas a correr porque sos cagón. Vos me despreciás, vos me
Son todos unos putos, unos amargos, buchonéas6,
unos buchones, llaman a los botones4, pero fisurado7, me necesitás.
vinieron todos se quedan dos.

Soy parte de un negocio que nadie


Hoy vas a correr, porque sos cagón, puso y que todos usan, en la ruleta rusa
con el culo roto, porque mando yo. yo soy la bala que te tocó.
Cargo con un linaje acumulativo de
misciadura8, y un alma que supura
Voy a salir de caño, ya estoy re duro, veneno de otra generación.
estoy re pasado, como ya estoy jugado
me chupa un huevo matarte o no.
Mi vida es un infierno, mi padre es Yo no sé quién soy, yo no sé quién sos,
chorro, mi madre es puta, vos me el tren del rebaño se descarriló.
mandás la yuta5 y yo te mando para el
cajón.
Ya escucho la sirena la policía me está
encerrando, uno me está tirando me
Yo soy el error de la sociedad, dio en la gamba, le di a un botón.
soy el plan perfecto, que ha salido mal. Pasa mi vida entera como un tornado
escupiendo sangre, manga de hijos de
puta me dieron justo en el corazón.

3
Cuplé escrito para la murga Agarrate
Catalina, para el concurso de Carnaval 2011,
Uruguay. 6
Buchón (lunfardo): delator. Informante de la
policía.
4 7
Botón (lunfardo): agente policial, vigilante. Fisurado (plancha): arruinado | Drogado.
8
Alcahuete, delator. Misciadura (mishiadura) Arg. coloquial:
5
Yuta (lunfardo): policía, autoridad. Pobreza extrema.
Bibliografía:

Althusser, Louis. Ideología y aparatos ideológicos del estado. Buenos Aires: Nueva
Visión, 1988.

ANEP-CODICEN. “Educar por competencias en educación de personas jóvenes y


adultas” ANEP. 2013. Internet. Oct. 2017
<http://www.anep.edu.uy/anep/index.php/material-de-apoyo-
pedagogico?download=208:educar-por-competencias-en-educacion-de-
jovenes-y-adultos>

Cardozo, Tabaré. “La violencia.” Agarrate Catalina 2011. Internet


<http://www.musicafusion.com/letra-cancion-la-violencia-agarrate-
catalina.html>

Duarte, Rodrigo. “Discursos sociales, un marco simbólico que justifica situaciones de


violencia” Argentina Investiga. 2014. Internet. Oct. 2017
<http://argentinainvestiga.edu.ar/noticia.php?titulo=discursos_sociales_un_m
arco_simbolico_que_justifica_situaciones_de_violencia&id=2211>

Rodriguez, Adolfo Enrique. “Diccionario lunfardo” Todo Tango. s/d. Internet. Oct.
2017 <http://www.todotango.com/comunidad/lunfardo/>

Fierro, Jorge. “Lucha de complejos (sobre “La violencia” de Agarrate Catalina)”


Sujetos sujetados. 2013. Internet. Oct. 2017
<https://sujetossujetados.wordpress.com/2013/12/20/la-violencia-de-agarrate-
catalina-por-jorge-fierro/>

Foucault, Michel. El orden del discurso. Buenos Aires: Tusquets Editores. 1992.

Ubertone, Fermín. “¿Teorema de Thomas?” Lecciones y ensayos 54 (1988): 347-348.

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