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GEOSFERA: La Geosfera es la parte sólida que está en el interior de la Tierra, y

representada por rocas, minerales y suelos, que forman esferas concéntricas


conocidas como sus capas (corteza, núcleo y manto). La palabra geosfera se utiliza
con un doble significado para identificar la parte sólida de la Tierra y cada una de
las partes que componen el planeta (litosfera, atmosfera, hidrosfera y bisofera). La
geosfera es la parte estructural de la Tierra que se caracteriza por ser la de mayores
temperaturas, presión, densidad, volumen y espesor.
El hombre en el transcurso de la historia, ha lanzado hipótesis y teoría, ha
desarrollado los campos de las ciencias y ha creado instrumentos y métodos con la
finalidad de darle explicación rigurosa y científicamente válida a los fenómenos y
secretos que dicha geosfera encierra. Así aparecen ciencias tales como la geología,
petrología, geofísica, mineralogía, entre otras. El conocimiento interior de la Tierra
se ha obtenido por métodos indirectos, especialmente geofísicos, como el estudio
del recorrido de las ondas sísmicas. La información sismológica ha permitido la
creación de un modelo constituido por varias capas concéntricas con composición
química y propiedades físicas específicas.

HIDRÓSFERA: En las ciencias de la Tierra, la hidrosfera o hidrósfera es el sistema


material constituido por el agua que se encuentra sobre la superficie de la tierra
sólida, y también parte de la que se encuentra bajo la superficie, en la corteza
terrestre. La hidrosfera incluye océanos, mares, ríos, lagos, agua subterránea, el
hielo y la nieve. La Tierra es el único planeta del sistema solar en el que está
presente de manera permanente el agua líquida, que cubre aproximadamente dos
terceras partes de la superficie terrestre, con una profundidad promedio de 3,5 km,
lo que representa el 97 % del total de agua del planeta.
El agua dulce representa 3 % del total y de esta cantidad aproximadamente 98,2 %
está congelada, de ahí que solo se tenga acceso al 0,08 % de toda el agua del
planeta. El agua migra de unos depósitos a otros por una combinación de procesos
de cambio de estado y de transporte que en conjunto configuran el ciclo hidrológico
o ciclo del agua. La presencia de agua en la superficie terrestre es el resultado de
la desgasificación del manto, que está compuesto por rocas que contienen en
solución sólida cierta cantidad de sustancias volátiles, de las que el agua es la más
importante. El agua del manto se escapa a través de procesos volcánicos e
hidrotermales. El manto recupera gracias a la subducción una parte del agua que
pierde a través del vulcanismo.
ATMÓSFERA: La atmósfera es la capa de gas que rodea a un cuerpo celeste. Los
gases resultan atraídos por la gravedad del cuerpo, y se mantienen en ella si la
gravedad es suficiente y la temperatura de la atmósfera es baja. La altura de la
atmósfera de la Tierra alcanza los 10 000 km, aunque más de la mitad de su masa
se concentra en los primeros 6 km y el 75 % en los primeros 11 km de altura desde
la superficie planetaria. La masa de la atmósfera es de 5,1 x 1018 kg. La atmósfera
terrestre protege la vida de la Tierra, absorbiendo en la capa de ozono parte de la
radiación solar ultravioleta, y reduciendo las diferencias de temperatura entre el día
y la noche, y actuando como escudo protector contra los meteoritos.
La atmósfera es una capa gaseosa de aproximadamente 10.000 km de espesor que
rodea la litosfera e hidrosfera. Está compuesta de gases y de partículas sólidas y
líquidas en suspensión atraídas por la gravedad terrestre. En ella se producen todos
los fenómenos climáticos y meteorológicos que afectan al planeta, regula la entrada
y salida de energía de la tierra y es el principal medio de transferencia del calor. Por
compresión, el mayor porcentaje de la masa atmosférica se encuentra concentrado
en los primeros kilómetros. Es así como el 50% de ella se localiza bajo los 5 km, el
66% bajo los 10 km y sobre los 60 km se encuentra sólo una milésima parte. La
atmósfera presenta una composición uniforme en los primeros niveles y está
estructurada en capas horizontales de características definidas.

TEMPERATURA: La temperatura es una magnitud referida a las nociones comunes


de calor medible mediante un termómetro. En física, se define como una magnitud
escalar relacionada con la energía interna de un sistema termodinámico, definida
por el principio cero de la termodinámica. Más específicamente, está relacionada
directamente con la parte de la energía interna conocida como energía cinética, que
es la energía asociada a los movimientos de las partículas del sistema, sea en un
sentido traslacional, rotacional, o en forma de vibraciones. A medida que sea mayor
la energía cinética de un sistema, se observa que este se encuentra más «caliente»;
es decir, que su temperatura es mayor.
En el caso de un sólido, los movimientos en cuestión resultan ser las vibraciones de
las partículas en sus sitios dentro del sólido. En el caso de un gas ideal monoatómico
se trata de los movimientos traslacionales de sus partículas (para los gases
multiatómicos los movimientos rotacional y vibracional deben tomarse en cuenta
también). El desarrollo de técnicas para la medición de la temperatura ha pasado
por un largo proceso histórico, ya que es necesario darle un valor numérico a una
idea intuitiva como es lo frío o lo caliente.
LUZ: La luz (del latín lux, lucis) es la parte de la radiación electromagnética que
puede ser percibida por el ojo humano. En física, el término luz es considerado como
parte del campo de las radiaciones conocido como espectro electromagnético,
mientras que la expresión luz visible señala específicamente la radiación en el
espectro visible. La luz, como todas las radiaciones electromagnéticas, está
formada por partículas elementales desprovistas de masa denominadas fotones,
cuyas propiedades de acuerdo con la dualidad onda-partícula explican las
características de su comportamiento físico. Se trata de una onda esférica.
La óptica es la rama de la física que estudia el comportamiento de la luz, sus
características y sus manifestaciones. Se ha demostrado teórica y
experimentalmente que la luz tiene una velocidad finita. La primera medición con
éxito fue hecha por el astrónomo danés Ole Roemer en 1676 y desde entonces
numerosos experimentos han mejorado la precisión con la que se conoce el dato.
Actualmente el valor exacto aceptado para la velocidad de la luz en el vacío es de
299 792 458 m/s.

VIENTO: El viento es el flujo de gases a gran escala. En la atmósfera terrestre, el


viento es el movimiento en masa del aire de acuerdo con las diferencias de presión
atmosférica. Günter D. Roth lo define como «la compensación de las diferencias de
presión atmosférica entre dos puntos». En meteorología, se suelen denominar los
vientos según su fuerza y la dirección desde la que soplan. Los aumentos repentinos
de la velocidad del viento durante un tiempo corto reciben el nombre de ráfagas.
Los vientos fuertes de duración intermedia (aproximadamente un minuto) se llaman
turbonadas. Los vientos de larga duración tienen diversos nombres según su fuerza
media como, por ejemplo, brisa, temporal, tormenta, huracán o tifón.
El viento se puede producir en diversas escalas: desde flujos tormentosos que duran
decenas de minutos hasta brisas locales generadas por el distinto calentamiento de
la superficie terrestre y que duran varias horas, e incluso globales, que son el fruto
de la diferencia de absorción de energía solar entre las distintas zonas
geoastronómicas de la Tierra. Las dos causas principales de la circulación
atmosférica a gran escala son el calentamiento diferencial de la superficie terrestre
según la latitud, la inercia y la fuerza centrífuga producidas por la rotación del
planeta.
LLUVIA: La lluvia es un fenómeno atmosférico de tipo hidrometeorológico que se
inicia con la condensación del vapor de agua contenido en las nubes. Según la
definición oficial de la Organización Meteorológica Mundial, la lluvia es la
precipitación de partículas líquidas de agua, de diámetro mayor de 0,5 mm o de
gotas menores, pero muy dispersas. Si no alcanza la superficie terrestre no sería
lluvia, sino virga, y, si el diámetro es menor, sería llovizna. La lluvia se mide en
milímetros caídos por metro cuadrado. La lluvia depende de tres factores: la presión
atmosférica, la temperatura y, especialmente, la humedad atmosférica.
El agua puede volver a la tierra, además, en forma de nieve o de granizo.
Dependiendo de la superficie contra la que choque, el sonido que producirá será
diferente. Las gotas no tienen forma de lágrima (redondas por abajo y puntiagudas
por arriba), como se suele pensar. Las gotas pequeñas son casi esféricas, mientras
que las mayores están achatadas. Su tamaño oscila entre los 0,5 y los 6,35 mm,
mientras que su velocidad de caída varía entre los 8 y los 32 km/h; dependiendo de
su intensidad y volumen.

Suelo: Se denomina suelo a la parte superficial de la corteza terrestre,


biológicamente activa, que proviene de la desintegración o alteración física y
química de las rocas y de los residuos de las actividades de seres vivos que se
asientan sobre ella. Son muchos los procesos que pueden contribuir a crear un
suelo particular, algunos de estos son: la deposición eólica, sedimentación en
cursos de agua, meteorización, y deposición de material orgánico.
Fertilidad del suelo: La concepción del término fertilidad ha ido modificándose con
el tiempo y en la actualidad más se acerca al concepto de productividad que a otra
cosa. O sea, lo que ofrece potencialidad nutricional a un suelo no es sólo su
contenido de nutrientes, sino todos aquellos factores tanto químicos como físicos y
biológicos que influyen sobre la disponibilidad y accesibilidad de los nutrientes por
la planta. Con relativa frecuencia se olvida que el secreto para lograr la expresión
concreta de toda la potencialidad de un suelo radica en contribuir a la acción
articulada de cada uno de sus fracciones particulares. O sea, hay que conocer cada
uno de esos componentes del suelo y sobre todo, la forma en que están
interactuando con el resto para poder, mediante manejo, lograr su mejor expresión.
TERMÓMETRO: El termómetro es un instrumento de medición de temperatura.
Desde su invención ha evolucionado mucho, principalmente a partir del desarrollo
de los termómetros electrónicos digitales. Inicialmente se fabricaron aprovechando
el fenómeno de la dilatación, por lo que se prefería el uso de materiales con elevado
coeficiente de dilatación, de modo que, al aumentar la temperatura, su estiramiento
era fácilmente visible. La sustancia que se utilizaba más frecuentemente en este
tipo de termómetros ha sido el mercurio, encerrado en un tubo de vidrio que
incorporaba una escala graduada, pero también alcoholes coloreados en
termómetros grandes.
El creador del primer termoscopio fue Galileo Galilei; este podría considerarse el
predecesor del termómetro. Consistía en un tubo de vidrio terminado en una esfera
cerrada; el extremo abierto se sumergía boca abajo dentro de una mezcla de alcohol
y agua, mientras la esfera quedaba en la parte superior. Al calentar el líquido, este
subía por el tubo. La incorporación, entre 1611 y 1613, de una escala numérica al
instrumento de Galileo se atribuye tanto a Francesco Sagredo como a Santorio
Santorio, aunque es aceptada la autoría de este último en la aparición del
termómetro.

VELETA: Una veleta es un dispositivo giratorio que consta de una placa que gira
libremente, un señalador que indica la dirección del viento y una cruz horizontal que
indica los puntos cardinales. El motivo puede ser muy variado (figuras de animales,
antropomorfas, entre otros). De esta ingeniosa idea tomaron sin duda origen
nuestras veletas o giraldillas en forma de cometa, de gallo, etc. Antiguamente eran
en forma de estatuas destinadas a conocer la dirección de los vientos.
El lado de una veleta es tal que el peso está distribuido equitativamente a cada lado
del eje pivotante así el puntero pueda moverse libremente en su eje, pero el área
de superficie está dividida desigualmente. El lado con el área superficial de mayor
envergadura es soplada LEJOS de la dirección del viento, así el lado menor, con el
puntero, es pivotado para ponerse de cara HACIA la dirección del viento. Por
ejemplo, en un "viento noreste" (un viento que sopla DESDE el punto cardinal
noreste) el puntero señalará hacia el punto cardinal noreste. La mayoría de las
veletas tienen marcadores direccionales por debajo de la flecha, alineados con los
puntos cardinales principales. Las veletas con figuras caprichosas no siempre
muestran la verdadera dirección. Esto se debe a que las figuras no logran el
necesario equilibrio de diseño: un área de superficie desigual pero equilibrada en
peso.
Anemometro: El anemómetro o anemógrafo es un aparato meteorológico utilizado
para medir la velocidad del viento y así ayudar en la predicción del clima. Es también
uno de los instrumentos básicos en el vuelo de aeronaves más pesadas que el aire.
En meteorología, se usan principalmente los anemómetros de cazoletas o de
molinete, especie de diminuto molino de tres aspas con cazoletas sobre las cuales
actúa la fuerza del viento; el número de vueltas puede ser leído directamente en un
contador o registrado sobre una banda de papel (anemograma), en cuyo caso el
aparato se denomina anemógrafo. Aunque también los hay de tipo electrónicos.
Para medir los cambios repentinos de la velocidad del viento, especialmente en las
turbulencias, se recurre al anemómetro de filamento caliente, que consiste en un
hilo de platino o níquel calentado eléctricamente: la acción del viento tiene por efecto
enfriarlo y hace variar así su resistencia; por consiguiente, la corriente que atraviesa
el hilo es proporcional a la velocidad del viento.

BARÓMETRO: Un barómetro es un instrumento que mide la presión atmosférica.


La presión atmosférica es el peso por unidad de superficie ejercida por la atmósfera.
Uno de los barómetros más conocidos es el de mercurio. Los primeros barómetros
estaban formados por una columna de líquido encerrada en un tubo cuya parte
superior está cerrada. El peso de la columna de líquido compensa exactamente el
peso de la atmósfera. Los primeros barómetros fueron construidos por el físico y
matemático italiano Evangelista Torricelli en el siglo XVII. La presión atmosférica
equivale a la altura de una columna de agua de unos 10.3 m de altura. En los
barómetros de mercurio, cuya densidad es unas 14 veces mayor que la del agua, la
columna de mercurio sostenida por la presión atmosférica al nivel del mar es de
unos 76 cm.
Barómetro de Fortin: El barómetro de Fortin se compone de un tubo Torricelliano
que se introduce en el mercurio contenido en una cubeta de vidrio en forma tubular,
provista de una base de piel de gamo cuya forma puede ser modificada por medio
de un tornillo que se apoya de la punta de un pequeño cono de marfil. Así se
mantiene un nivel fijo. El barómetro está totalmente recubierto de latón, salvo dos
ranuras verticales junto al tubo que permiten ver el nivel de mercurio. En la ranura
frontal hay una graduación en milímetros y un nonio para la lectura de décimas de
milímetros. En la posterior hay un pequeño espejo para facilitar la visibilidad del
nivel. Al barómetro va unido un termómetro.

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