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BIBLIA VII
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BIBLIA VII
CARTAS GENERALES
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CONTENIDO
Hebreos
Santiago
1 Pedro
2 Pedro
1 Juan
2 Juan
3 Juan
Judas
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HEBREOS
Autor: desconocido.
- 13 capítulos.
- 4 divisiones principales.
Distribuido a lo largo del libro hay cinco advertencias acerca de las consecuencias que
acarrea no vivir por fe en Dios.
Esto hace que Hebreos, más que una típica epístola (carta), sea una colección de
mensajes o sermones.
Jesús es superior a los ángeles, porque éstos son sólo criaturas de Dios cuyo propósito es
servir a Dios y servir a los santos, mientras que Jesús es el unigénito Hijo de Dios, digno de
toda adoración, honor y alabanza.
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En la primera advertencia (2:1-4), el escritor divinamente inspirado advierte
severamente contra la imprudencia de apartarse del mensaje de salvación por la fe sola. Los
creyentes tienen que poner una muy cuidadosa atención a la verdad.
Para los judíos Moisés probablemente era el profeta más honorable, por lo tanto era
muy significativo que Cristo fuese declarado superior a Moisés. En una serie de
comparaciones queda claro que Moisés era solamente un sirviente de casas de Dios, en
tanto que Jesús es el Hijo sobre la casa de Dios. Por lo tanto, los creyentes judíos debían
considerar a Cristo, y no a Moisés, como el ejemplo a seguir.
Desde los capítulos 3:7ª 4:13, se encuentra la segunda advertencia. El énfasis está
ahora enfocado en que los creyentes no endureciesen su corazón por la incredulidad
fracasando así en su intento de entrar por la fe, en el descanso prometido por Dios.
“El reposo” se refiere tanto a descansar en Dios como a darse cuenta de todas las
bendiciones, en esta vida y en la eternidad, que procede de obedecer a Dios.
La incredulidad (ausencia de fe) fue lo que impidió a los hebreos entrar en la tierra
prometida, por eso terminaron por andar errantes en el desierto durante 40 años. La poca fe,
es decir la duda, es lo que ahora impide a los creyentes disfrutar completamente del reposo
de Dios. Reposo que consiste en unir a la Palabra de Dios que es viva y eficaz a la fe, de
manera que obedezcamos la Palabra de Dios y reclamemos las promesas de Dios.
La forma de reposar que nos ofrece Dios en Cristo, es superior a los esfuerzos del
hombre mediante sus propios recursos para producir una vida con significado propósito y
realización.
En primer lugar, el inspirado escritor presenta a Jesucristo como nuestro Gran Sumo
Sacerdote, como aquel que puede compadecerse de nuestras debilidades, como quien ha
sido tentado en todo, pero sin pecado, como quien ha sido llamado por Dios para ser sumo
sacerdote, como la fuente de salvación para aquellos que creen, como sumo sacerdote
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según el orden de Melquisedec, que fue antes y más grande que el sacerdocio según el
orden de Aarón y que combina los oficios de rey y sacerdote.
Sacrificios administrados por débiles hombres Administrado por el Hijo de Dios como Sumo
como sacerdotes según la ley (7:28). Sacerdote (7:28).
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Cristo es mediador del Nuevo Pacto el cual, en muchos sentidos, es superior al
Antiguo Pacto.
Por último, el personal, sustitutivo y expiatorio sacrificio de Cristo ofrecido una sola vez
en la cruz es superior a los otros sacrificios porque expió permanentemente todos los
pecados, de todos los hombres, de todos los tiempos. En contraste, los sacrificios realizados
bajo el Antiguo Pacto:
Era una insensatez que los creyentes de origen judío continuasen mirando hacia el
sistema de sacrificios del Antiguo Testamento en busca de perdón de pecado; igualmente
era absurdo que los creyentes no judíos mirasen hacia cualquier otra forma de sacrificio que
no fuese la cruz de Cristo con el mismo objeto. Si eso fuese posible, entonces Cristo murió
en balde. El Antiguo Pacto, con todos sus reglamentos, sacrificios y ritos había sido
reemplazado por Jesucristo.
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La nota precautoria s no retroceder de la fe, sino creer y experimentar la plenitud de la
salvación.
El capítulo 11de Hebreos ha sido llamado “el salón de la fama de la fe” por la lista de
personajes bíblicos mencionados por haber vivido por fe. El asunto principal del capítulo es
que “…sin fe es imposible agradar a Dios”.
“Por la fe” creemos en la creación, somos salvos, vivimos una vida que es aprobada por
Dios. La gente del Antiguo Testamento hasta hoy. Siempre ha sido fe en Dios, y la fe sola,
lo que ha traído a las personas nuevamente a una correcta relación con Dios y la que ha
provisto los medios para vivir una vida digna delante de Dios.
- Correr con paciencia la carrera de la vida cristiana poniendo los ojos en Cristo.
- Reconocer los buenos propósitos que están detrás de la disciplina de Dios.
- Tomar la determinación de vivir una vida piadosa.
- Confiar en el Nuevo Pacto del cual Jesús es el mediador, en el Antiguo Pacto.
- Renovar el servicio espiritual a Dios.
El capítulo 13 termina con consejos específicos acerca de las relaciones adecuadas con
otros creyentes, la santidad del matrimonio, no estar sujetos al amor al dinero, estar
satisfechos con Jesucristo, obedecer a los líderes de la iglesia, no descuidar el hacer el bien
y en compartir con otros, ofrecer un sacrificio de alabanza a Dios y orar por otros creyentes.
“Y el Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesucristo, el gran pastor
de las ovejas, por la sangre del pacto eterno, os haga aptos en toda obra buena para que
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hagáis su voluntad, haciendo él en vosotros lo que es agradable delante de él por
Jesucristo; al cual sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén”. (13:20-21).
Todos los creyentes donde quiera que estén harían muy bien en seguir las instrucciones
de Hebreos para llegar por la fe a la madurez en Cristo.
SANTIAGO
Tema: La fe genuina.
- 5 capítulos.
- 3 divisiones principales.
Esta pequeña epístola es la obra clásica sobre la naturaleza de la fe genuina, pues la fe,
más que una actitud mental, es confianza activa en Dios la cual produce fruto de justicia en
la vida del creyente. La fe que no produce obras apropiadas no es fe genuina.
1. Salutación (capítulo 1:1). Santiago se llama así mismo siervo de Dios y del Señor
Jesucristo, dirige su epístola a las doce tribus dispersas entre las naciones. De modo
que es una de las Epístolas generales (universales) dirigida a los creyentes de
cualquier parte, especialmente de origen judío.
2. La respuesta de la fe genuina (capitulo 1:2-18).
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En las pruebas (1:2-12). La verdadera fe responderá a las pruebas, los sufrimientos y
las aflicciones de la vida, considerando tales pruebas para ser gozadas por un acto de la
voluntad, dándose cuenta de los resultados benéficos por tales pruebas, resistiendo con
objeto de crecer hasta la madurez espiritual, pidiendo a Dios sabiduría para hacer frente a
esas pruebas, aceptando que todos los hombres enfrentan pruebas durante su vida.
La fe verdadera no será abrumada por las pruebas de la vida sino que responderá de tal
manera que agradará a Dios y el creyente madurará espiritualmente. Las pruebas pueden ser
consideradas como oportunidades para confiar en Dios.
Obras tangibles (2:14-26). En lo que pudiera ser el corazón del mensaje de Santiago,
es mencionada y explicada una sencilla, pero profunda verdad: “…la fe, si no tiene obras,
es muerta en sí misma”.
Aunque las obras no salvan, la fe que salva produce buenas obras en forma natural.
Repetimos, la fe no es una simple aceptación intelectual, sino una confianza activa en Dios,
la cual produce frutos de justicia en la vida del creyente.
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Santiago hace uso del ejemplo de Abraham que fue salvo por la fe en Génesis 15:6, y
que demostró una fe genuina en Génesis 22, cuando estuvo dispuesto a ofrecer a su hijo en
sacrificio al Señor. En tanto Pablo usa la palabra “justificado” en término de salvación,
Santiago usa “justificado” en el sentido de prueba de la salvación a través de la realización
de frutos tangibles.
El control de la lengua (3:1-12). Santiago ahora con el uso que hacemos los hombres
de la lengua, pues con ella bendecimos a Dios y maldecimos a los hombres. Nuestras
palabras, más rápida que ninguna otra cosa, confirmaran o contradecirán nuestra fe. Aquel
cuya lengua no tiene control está muy lejos de demostrar que es salvo. Un corazón puro
delante del Señor produce un lenguaje puro delante de los hombres.
Verdaderas prioridades (4:1-4). La fe genuina busca las cosas de Dios, no las del
mundo. Amistad con Dios y amistad son prioridades incongruentes en el creyente.
Verdadera humildad (4:6-10). El orgullo no tiene lugar en la vida del cristiano, pues
Dios resiste a los soberbios. La fe genuina se muestra así misma en la humildad delante de
Dios sometiéndose a Dios y resistiendo a Satanás a fin de crecer en la justicia.
Sugerencias para los ricos (5:1-6). Santiago incluye una severa advertencia para que
los ricos entiendan que la riqueza que no es usada para los propósitos de Dios es un
desperdicio y tiene sólo valor temporal. El creyente cuya fe es genuina no acumulara
riquezas ni hará mal uso de ellas, sino que las empleara en los propósitos de Dios.
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conociendo la misericordia y la compasión de Dios. Dios al final vindicara la fe
verdadera de todos los creyentes como hizo con la fe de Job.
En esta vida terrenal la verdadera fe se lleva a cabo a través del poder de la oración
eficaz. Las oraciones de fe traerán sanidad espiritual, emocional y física a las personas y
alcanzaran grandes cosas para Dios, como lo demostró la vida de Elías. Los creyentes
deben orar los unos por los otros.
5. Despedida (capitulo 5:19-20). Para terminar Santiago apremia a los creyentes a que
traigan al hermano descarriado de regreso al Señor. Una y otra vez Santiago
atribuye el pecado a la falta de fe verdadera.
I PEDRO
- 5 capítulos.
- 3 divisiones principales.
Pedro escribió su epístola entre años 63-67 d. de J.C., cuando Nerón emperador de
Roma y los cristianos estaban bajo intensa persecución. Pedro escribió para animar a los
sufridos creyentes exhortándolos a reconocer el completo beneficio de la gracia de Cristo
en la vida de cada uno de ellos. La vida santa en medio de una sociedad perversa; requería
que se sometieran a toda autoridad; y les había hecho sufrir por amor a Cristo sirviéndole a
Él. La gracia es tanto un favor inmerecido para salvación, como una capacitación por
parte de Dios para vivir.
Los cristianos que sufren tienen dos caminos: pueden responder a las pruebas de la
vida y a las aflicciones con gozo y con una perspectiva correcta, o rebelarse contra las
circunstancias y oponiendo resistencia a la gracia de Dios. La fe genuina es probada y
demostrada a través de las aflicciones de la vida.
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Pedro recordó a sus lectores que Dios los había escogido, para salvación y para obediencia,
orando por que la gracia y la paz abundaran en la vida de todos y cada uno de ellos.
- Vida y seguridad eterna (1:3-5) Pedro comenzó por atraer la atención de los
sufridos creyentes a las bendiciones de la salvación traída por la gracia de Dios en
Cristo. La salvación es descrita como el renacimiento para una esperanza viva, una
herencia incorruptible en el cielo de aquellos que son guardados por el poder de
Dios.
Sabiendo que esa posición en Cristo ayuda al cristiano a enfrentar las aflicciones de la
vida adecuadamente desde un punto de vista eterno.
- Pruebas terrenales (1:6-12). Como hizo Santiago, Pedro exhortó a los creyentes a
regocijarse en el fuego de las pruebas y padecimientos que estaban experimentando,
sabiendo que Dios lo había permitido para probar, acrisolar y purificar su fe para la
gloria de Cristo. Todo este sufrimiento estaba confirmando la verdad de su
salvación y guiándolos a la final realización de ésta en el cielo.
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3. La gracia trae sometimiento a la vida del creyente (capítulos 2:11-3:7). Los
creyentes que responden adecuadamente a la gracia de Dios evidenciaran de cuatro
maneras una vida de sumisión:
- Una vida ejemplar (2:11-12). Los cristianos deben reconocer que son extranjeros
en el mundo, abstenerse de deseos pecaminosos y vivir una vida buena y ejemplar
de manera que Dios sea glorificado, y no haya motivo para que sean acusados.
- A la autoridad del gobierno (2:13-17). Es la voluntad de Dios que todos los
creyentes hagan lo que es lícito y se sometan, por amor a Cristo, a toda autoridad.
Comportándose como buenos ciudadanos cerrará la boca de los insensatos.
- A los amos (patrones) (2:18-25). Los creyentes que estén empleados deben
someterse a sus patrones o jefes de oficina ya sea afable o ásperos. Padecer por
haber hecho lo malo no trae gloria alguna a Dios, en cambio sufrir por haber hecho
lo correcto es reconocido por Dios. Pedro usa aquí el ejemplo supremo, el de Cristo,
quien sufrió injustamente y a quien deben imitar los creyentes.
El más grande ejemplo de sufrimiento injusto fue cuando Cristo, quien no cometió
pecado alguno, llevó en sí mismo los pecados de todo el mundo sobre su cuerpo en la cruz
para que los creyentes pudieran morir al pecado. Los creyentes que sufren injustamente por
amor a Cristo deben hacer como él hizo y recomendar su vida a Dios.
Pedro procedió entonces a tratar en detalle el asunto del sufrimiento por Cristo.
- No devolver mal por mal (3:8-12). La forma apropiada de responder a los insultos
y a las maldades de los demás es dejar la represalia y la venganza en manos del
Señor y devolver bien por mal. Ese es el principio general establecido por Pedro.
- Sufrir por amor a Cristo (3:13-4:19). Los creyentes han sido llamados a sufrir por
amor a Cristo de acuerdo con la voluntad de Dios haciendo lo que es correcto. Esta
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actitud trae gloria a Dios y no da lugar a que el nombre de Cristo sea vituperado.
Aún más, los incrédulos se sorprenderán al ver que los creyentes no andan en busca
de un estilo de vida pecaminoso, en cambio soportan el sufrimiento y la
persecución.
Debe ser un privilegio y un honor sufrir por Cristo. No debe ser causa para sentirse
avergonzado.
Cuando los creyentes sufren por haber hecho lo correcto deben descansar en Dios como
fiel creador que los resguarda y los protege.
- Ser pastores del rebaño de Dios (5:1-7). La gracia de Dios demanda que los
líderes espirituales sean buenos pastores de la grey que Dios les ha confiado,
sirviéndola voluntariamente, con ánimo pronto, no con señorío, con el ejemplo, con
humildad, honestidad e inteligencia.
- Ser sobrios y velar (5:8-11). Finalmente, los creyentes deben estar alerta y ser
sobrios, resistiendo a Satanás por medio de la fe, reconociendo que no están solos
en los sufrimientos y recordando las bendiciones y recompensas que les guardan.
Uno de los secretos de la victoria es mantener una perspectiva eterna de las cosas,
en medio de los sufrimientos terrenales que son transitorios.
5. Despedida (capítulo 5:12-14). A través de Silvano, Pedro escribió brevemente para
animar a los creyentes y darles testimonios de “que esta es la verdadera gracia de
Dios”, en la que deben mantenerse firmes.
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II PEDRO
- 3 capítulos.
- 3 divisiones principales.
El mensaje de 1era Pedro estaba relacionado con el conocimiento que tenía el creyente
de su posición en Cristo y la práctica, mediante la gracia, de los principios de la fe en medio
de las pruebas, aflicciones y persecuciones por parte del mundo.
2da Pedro se enfoca en los problemas dentro de la iglesia especialmente los causados
por falsos maestros, esta epístola tiene muchas similitudes con 2da de Timoteo, Tito y
Judas. El remedio contra la falsa enseñanza es rehusarse a escuchar a los falsos maestros y
permanecer firmemente establecidos en la verdad de las Escrituras. El único conocimiento
verdadero solo viene de Dios a través de su Palabra. La gracia capacita a los creyentes a
crecer en Cristo a pesar de los falsos maestros y la oposición.
- El divino poder de Dios ha concedido al creyente todo lo que necesita para vivir una
vida piadosa.
- Los creyentes han venido a ser partícipes de la naturaleza divina.
- Los creyentes han escapado a la corrupción del mundo causada por el pecado.
La respuesta del creyente a las grandes y preciosas promesas de Dios debe ser
“añadido a vuestra fe…”cualidades piadosas tales como la virtud, el conocimiento, el
dominio propio, la paciencia, etc. Crece hacia la madurez espiritual mediante el ejercicio de
la piedad evitará que el creyente esté inactivo y sea improductivo.
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El creyente insensato no vive de acuerdo con la práctica de la piedad, por lo tanto
fracasa en su intento de afirmar que fue llamado por Cristo.
Pedro les recordó a sus lectores estas cosas y cómo ellos estaban confirmados en la
verdad, no obstante necesitaban que se les recordaran, especialmente porque Pedro sabía
que pronto iba a ser llamado por el Señor a abandonar el cuerpo.
Pedro también les recordó a sus lectores que él había sido testigo ocular de la majestad,
del poder y del regreso de Cristo, por lo tanto sus palabras eran dignas de todo crédito.
Pedro se estaba refiriendo probablemente al momento de la transfiguración, que fue una
breve introducción de la segunda venida de Cristo en poder y gran gloria.
Además, junto a la personal experiencia de Pedro estaba “la palabra profética más
segura” que habían hablado los profetas.
De manera que la escritura que incluía a los profetas era la inspirada Palabra de Dios y
podía confiarse plenamente de ella. Pedro estaba estableciendo aquí un fuerte argumento
para creer lo que la palabra de Dios decía acerca de muchas cosas, entre ellas, la segunda
venida de Cristo en poder, gloria y juicio, en oposición a las falsas enseñanzas de los falsos
profetas que se burlaban de la promesa del juicio.
3. Renunciar a los falsos maestros (capítulo 2:1 – 22). En agudo contraste con los
verdaderos profetas y maestros que hablan de la Palabra de Dios a los hombres se
encuentran los falsos profetas y los falsos maestros que enseñaban a los hombres
con sus palabras.
Con palabras que se cuentan entre las más fuertes de toda la Escritura, Pedro denunció a
los falsos maestros acusándolos de gran pecado. Estos falsos maestros debían ser
rechazados porque secretamente introducían herejías destructoras, negaban al Señor que los
rescató, vivían una vida impía, según su naturaleza pecaminosa, explotaban a los creyentes
con falsas historias, despreciaban a la autoridad, blasfemaban sin conocimiento alguno,
corrompían la comunión, seducían a los débiles, prometían la libertad, pero conducían a
esclavitud del pecado, hablaban palabras vacías y jactanciosas, caían en la apostasía y
enseñaban por ganancias personales, motivados por la codicia.
Así como Dios juzgó a los ángeles que pecaron, al mundo perverso de los días de Noé
y a Sodoma y a Gomorra, Dios juzgaría y castigaría a esos falsos maestros. Quizá el más
grande peligro para la iglesia no venía de la persecución exterior sino de las contiendas, el
pecado y la corrupción interna que eran, en gran parte, resultado de la falsa enseñanza.
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4. Recordar la promesa del Señor (capitulo 3:1 – 17). Pedro mencionó el propósito
que lo llevó a escribir sus Epístolas: “… en ambas (cartas) despierto con
exhortación vuestro limpio entendimiento”. Pedro pide a sus lectores que recuerden
las enseñanzas de los santos profetas al igual que el mandamiento que dio Cristo a
través de sus apóstoles.
Una de las más grandes enseñanzas falsas que estos seudomaestros promovían era que
Cristo realmente no regresaría en juicio.
Pero Pedro advertía a sus lectores para que rechazaran lo que esos maestros burlones
decían, pues éstos habían olvidado que el mundo había sido creado por la Palabra de Dios,
que el mundo había sido juzgado por su pecado y había sido destruido por medio del agua
en el diluvio, por la palabra de Dios es mantenido el presente mundo el cual está reservado
para el juicio por el fuego, Dios no retarda su promesa, sino que desea que todos los
hombres sean salvos, el día del Señor ( el juicio) vendrá como ladrón en la noche, los cielos
y la tierra serán destruidos por fuego.
La única razón por la cual no ha sobrevenido el juicio sobre la maldad y el pecado del
mundo es porque Dios es paciente y está concediendo tiempo para que se salven todos los
hombres que han de ser salvos. Por esta razón, Pedro amonesta a los creyentes para que
vivan una vida santa y piadosa, y tengan la vista fija en el retorno de Cristo, momento en
que habrá cielo nuevo y tierra nueva como hogar eterno donde reinara la justicia.
Por lo que es imperativo que los creyentes se animen sabiendo que la paciencia de
Dios es para salvación, acerca de lo cual Pablo también había escrito. Es muy significativo
que Pedro se refiere a los escritos de Pablo como “Las Escrituras”. Para terminar Pedro
previene a los creyentes para que no fueran arrastrados por el error de los hombres inicuos.
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I JUAN
- 5 capítulos.
- 4 divisiones principales.
El apóstol Juan, uno de los hijos de Zebedeo y autor de la versión del evangelio que
lleva su nombre, escribió 1 Juan en las postrimerías de su vida, alrededor del año 90 d. de
J.C. Epístola fue escrita, probablemente, desde Éfeso y dirigida a todos los cristianos en
cualquier parte del mundo para exhortarlos a vivir una vida de amor en vista de que
Jesucristo, y parte que rechazaran toda enseñanza o tipo “conocimiento” que negar la
humanidad o la deidad de Cristo. Al igual que el evangelio según San Juan, 1 Juan señala
enfáticamente hacia la deidad de Cristo y posee un gran significado teológico.
No es posible que un cristiano tenga comunión con Dios si está viviendo en pecado
(en tinieblas). Sería tanto como vivir una mentira. Por otro lado, es una mentira enseñar que
un cristiano no puede pecar, o no peca. El creyente no está totalmente libre de la
capacidad de pecar, ni libre de pecado.
Desde luego que los creyentes caerán en pecado, pero deberán confesar su pecado y
reclamar para sí el perdón que ha sido provisto a través de la sangre derramada de Cristo, la
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cual continuamente limpia el pecado. Sin embargo, vivir libre de pecado no es lo único que
se espera de un cristiano.
Después, en el capítulo 2 del 1 al 29, Juan enumera una serie de pruebas mediante las
cuales los creyentes pueden asegurarse de que realmente conocen a Cristo, el sacrificio
expiatorio por los pecados de todo el mundo.
Sabemos que conocemos a Cristo si obedecemos sus mandamientos, vivimos una vida
como vivió Jesús, nos amamos los unos a los otros, estamos madurando en la verdad,
independientemente de que seamos niños, jóvenes o padres de fe, no amamos al mundo y
sus deseos, reconocemos el espíritu del anticristo en el mundo el cual niega la realidad de
Jesús, para el discernimiento espiritual, dependemos de la unción y la enseñanza del
Espíritu Santo que mora en el creyente, no nos dejamos arrastrar por las falsas enseñanzas
hacemos lo que es correcto, y por ultimo por la manera como vivimos y las cosas que
hacemos prueban si realmente conocemos a Cristo o no.
El amor separa al creyente de la demás gente. El amor a que se refiere Juan aquí no es
al amor emocional, ni sentimental, sino al amor representado por una profunda entrega y
cuidado que se manifiesta a sí misma por una entrega de uno mismo por otros, así como
Cristo, por amor, entregó su vida por los pecadores. El amor bíblico es desinteresado,
sacrificado y busca los mejores intereses de otras personas. El amor se aprecia más
claramente en lo que hacemos que en lo que decimos. Cuando nos amamos el uno al otro
de la manera que Cristo amó, probamos que somos hijos de Dios.
En el capítulo 4 del 1-6 y poco antes de continuar sus enseñanzas sobre el amor, Juan
volvió a insistir en la responsabilidad del creyente de tener un espíritu de discernimiento
respecto a la verdad y el error.
Negar que Cristo es el verdadero Dios y verdadero hombre es un error y una herejía.
El Espíritu Santo que mora en el creyente confirma la verdad en él.
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La sección 7-21 del capítulo 4 está dedicada al tema del amor. Juan cita aquí varias
verdades importantes acerca del amor como: “el amor es de Dios, el que no ama, no ha
conocido a Dios, porque Dios es amor, amamos a Dios porque Dios nos amó primero, Dios
mostró su amor cuando envió a su Hijo a morir en propiciación por nuestros pecados, si
Dios nos ha amado así, debemos también amarnos nosotros los unos a los otros, el amor es
la evidencia real del Dios invisible, el perfecto amor echa fuera el temor, todo aquel que no
ama a su hermano, no puede amar a Dios, el amor es la clave que confirma nuestra relación
con Dios.
Juan escribió 1 Juan para que los creyentes pudieran tener confianza en la seguridad de
que eran verdaderamente hijos de Dios y que tenían vida eterna. Esa confiable seguridad
sería apreciable también a través de la oración contestada, sabiendo que Dios contesta
siempre la oración que está de acuerdo con su voluntad.
Juan termina su primera Epístola regresando la tema del pecado y la exhortación que
hace a los creyentes para que vivan una vida de lo más exenta de pecado posible, confiando
en Cristo para que los proteja del maligno que controla al mundo.
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II JUAN
- 1 capítulo.
- 2 divisiones principales.
2 Juan fue escrita alrededor del año 90 d. de J.C., a una señora y a sus hijos en
particular como una carta preliminar en anticipación a su próxima visita. Otro punto de
vista considera a la “señora elegida” como una iglesia local y su congregación. Cualquiera
que sea el caso, Juan les alaba por andar en la verdad y a la vez los previene contra la
posibilidad de ser engañados por falsos maestros que andan por el mundo, quedándose en la
casa de los creyentes que los hospedan.
Los engañadores a que se refiere Juan eran hombres itinerantes que, en diferentes
poblaciones, buscaban ser hospedados en las casas de los creyentes para persuadirlos con
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sus falsas enseñanzas. Ofrecer hospedaje a tales engañadores era tanto como participar de
sus malas obras. La solución que da Juan era que estos falsos maestros no fueron recibidos
en las casas, hasta que fueran amonestados y sus falsas enseñanzas corregidas.
III JUAN
- 1 capitulo.
- 3 divisiones principales.
Juan escribió 3 Juan a Gayo para alabar su conducta y exhortarlo a continuar haciendo
el bien a los hermanos en Cristo; como precaución le recomienda seguir la conducta de
aquellos que hacen el bien y rechazan la actitud de los que obran mal, para lo cual le
menciona dos ejemplos.
1. Salutación y encomio (versículos 1-4). Juan escribió a Juan “el amado” a quien
amaba en la verdad.
Juan alabó a Gayo por haber escuchado informes acerca de su fidelidad en hacer las
cosas que estaban de acuerdo con la verdad. Juan también rogaba (deseaba) que Gayo
tuviera una salud física comparable a su prosperidad espiritual. Gayo era un “hijo
espiritual” de Juan.
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2. Mandamiento (versículos 5-8). El mandamiento de Juan a Gayo fue que
contribuyera generosamente al sostenimiento de sus compañeros cristianos en la
obra quienes estaban trabajando a favor de la verdad aunque fueran totalmente
desconocidos para él. Esto sería una verdaderamente demostración de amor hacia
estos hermanos.
3. Precaución (versículos 9-12). Juan comento a Gayo acerca de la diferente actitud
de los individuos. El primero, Diótrefes, cuya conducta era reprobable, Diófretes era
orgulloso, chismoso, inhospitalario e intrigante, por lo cual Juan aconseja a Gayo a
no imitar su estilo de vida.
El otro, Demetrio, de quien muchos daban testimonio de que hacia lo bueno y de que se
conducía de acuerdo a la justicia debía ser imitado, por lo que recomendaba a Gayo imitarlo
pues “el que hace lo bueno es de Dios”.
JUDAS
Autor: Judas.
- 1 capitulo, 25 versículos.
- 3 divisiones principales.
Judas hermano de Jacobo y medio hermano de Jesús (ver Hechos 15; Mat. 13:55),
escribió a los creyentes para defender la fe verdadera y para denunciar a los falsos
maestros. Judas contiene una de las más devastadoras denuncias contra falsos maestros de
toda la escritura. En este sentido es similar a Tito.
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2. Explicación del propósito (versículo 3). Aunque, aparentemente, la intención de
Judas era escribir acerca de la “común salvación” se sintió, sin embargo,
compelido a escribir una Epístola de exhortación a todos los creyentes: “… que
contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos”.
“Pero vosotros, oh amados, edificándoos sobre vuestra santísima fe, orando por el
Espíritu Santo. Conservaos en el amor de Dios, esperando la misericordia de nuestro
Señor Jesucristo, para vida eterna”.
Mostrar a estos hombres impíos el amor de Dios, a algunos que dudan convencedlos,
salvad a otros con misericordia y con temor, aborreciendo aún la ropa que su carne
contaminó.
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