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Aparentemente esta pregunta parece absurda, ¿Cómo no van a existir los bellos
colores de los paisajes que podemos observar a diario? El azul del cielo, el verde
de las hojas de los árboles... parece evidente que los colores existen y son uno
de los atributos más fundamentales de todos los objetos que observamos.
Como todo el mundo sabe para observar un objeto necesitamos luz, con luz
podemos en principio observar y describir cualquier objeto (excepto si éste es
totalmente transparente o si es negro y se encuentra sobre un fondo negro).
Podemos ver los objetos porque la luz se refleja en ellos y llega hasta nuestros
ojos. Sabemos que un espejo refleja la luz ya que podemos ver nuestra cara
reflejada en él pero ¿un trozo de madera, una piedra o un trozo de acero también
reflejan la luz? ¿por qué objetos tan distintos reflejan la luz? ¿por qué unos son
transparentes y otros no?
Como sabemos todos los objetos están compuestos por átomos. Los átomos a
su vez se componen de un núcleo central formado por protones (carga +) y
neutrones (sin carga) y de una "nube" de electrones (carga -) que "giran" a su
alrededor.
Son estos electrones los que permiten que veamos los objetos. Los electrones
se distribuyen alrededor del núcleo formando capas como los de una cebolla,
las capas más cercanas al núcleo tienen mayor energía ya que el núcleo con su
carga positiva los atrae con mayor fuerza mientras que los electrones de las
capas más exteriores poseen menor energía al estar más lejos.
Por tanto, la energía del fotón emitido depende de la diferencia de energía entre
los distintos niveles de energía permitidos.
De izquierda a derecha soluciones de: Co(NO3)2 (rojo); K2Cr2O7 (naranja); K2CrO4 (amarillo); NiCl2
(turquesa); CuSO4(azul); KMnO4 (violeta).
Espectro de absorción de la clorofila: como se ve en la imagen esta molécula absorbe los colores azul
oscuro y rojo oscuro y refleja todos los colores intermedios. Los conos de la retina detectan y mezclan
estos colores lo que resulta en una media predominante del color verde, por eso vemos las hojas de los
árboles de color verde.
La naturaleza de la luz y del color es, obviamente, idéntica... para los profanos;
porque son conceptos bien distintos. La primera es, técnicamente, una banda de
radiación del espectro electromagnético, el conjunto de “las ondas
electromagnéticas que los humanos somos capaces de percibir con nuestro
sistema visual”, define Hernández-Andrés. El sistema, formado por los ojos y
el cerebro, solo es sensible a las ondas cuyas longitudes de onda están entre los
380 y los 780 nanómetros. Por contra, “el color no es una cualidad física de la
luz, sino una percepción que se produce en nuestro cerebro”.
Por ejemplo, el arco iris se produce cuando un rayo de luz se encuentra con una
gota de agua, mucho mayor que su “tamaño”: la luz se descompone en sus
diferentes colores, sus distintas longitudes de onda, cuando atraviesa la primera
pared de la esfera de agua, luego rebota en la pared posterior y vuelve a
descomponerse al salir de la gota, en sentido casi opuesto al que tenía cuando
entró. En la jerga física: se refracta, se refleja y vuelve a refractarse. Por contra,
cuando la luz que procede del sol se encuentra en la atmósfera con una molécula
de oxígeno, que es mucho más pequeña que la longitud de onda de la luz visible,
el resultado es bien distinto: solo nos llegan ciertas longitudes de onda de la luz,
de manera que percibimos el cielo azul de mediodía y el rojo de la tarde. El
fenómeno se conoce como scattering (dispersión), y está íntimamente ligado a
la plasmónica, una especialidad en pleno auge.
A la velocidad de la luz…
“Cuando la luz tiene una longitud de onda muy corta, con determinados metales
se puede conseguir una amplificación de la luz muy grande”, resume
Pecharromán. El scattering de la luz en nanopartículas de oro, plata y cobre se
convierte en una especie de lupa para identificar moléculas. “Si, por ejemplo,
quieres hacer un análisis químico muy complicado, en el que tienes muy poca
cantidad de la sustancia que buscas, lo que puedes hacer es poner la muestra en
la zona iluminada y es como si multiplicaras la concentración 10.000 veces”,
explica el físico. Este proceso es clave en sistemas de detección de moléculas
que pasarían inadvertidas por su baja concentración, como en algunos casos de
contaminación biológica. También supone un importante paso adelante en las
técnicas de análisis clínico.
La luz alienígena…
Mientras algunos iluminan la escala más diminuta del mundo, otros exploran el
viaje del color en el universo. La luz y el color ofrecen una información muy
valiosa a científicos como la directora del departamento de Planetología y
Habitabilidad del Centro de Astrobiología, la geóloga Olga Prieto. Por ejemplo,
Marte, el Planeta Rojo, se ve desde lejos en unos tonos rojizos que se asocian a
un entorno rico en hierro, oxidado, muerto. Más cerca, parece que sí, que está
globalmente oxidado, pero que entre la sequedad hay minerales que han
retenido la humedad. El hielo da colores blancos, las dunas pasan del blanco al
negro según los minerales que las forman. Esta información cuenta un relato, la
historia del planeta.
Pero los científicos quieren saber cómo veríamos los planetas extrasolares. Y
un artículo publicado el año pasado en la revista científica The Astrophysical
Journal Letters causó revuelo. El equipo liderado por Thomas Evans y Frédéric
Pont describía en él, por primera vez, el color de un planeta extrasolar: “Azul
en su hemisferio diurno y, al ser tan cálido, de un brillo rojo apagado en su
hemisferio nocturno”, según Evans, satisfecho de contribuir a expandir la
frontera del teatro del aire libre.
El negro perfecto.
En 1810 Goethe propuso una interesante Teoría de los Colores que involucra
a estos directamente con las sensaciones del ser humano; los colores dejan
de ser sólo una percepción visual y se convierten en simbolismos
relacionados con el contexto histórico y sociocultural del hombre. Cada tono
se transforma en un elemento de asignación y representación en el medio,
natural y como estructura social. Partiendo de esta idea, los colores se
entienden como un lenguaje no verbal que representan conceptos con los que
se abordan las distintas interpretaciones del mundo.
Escenas repletas de color y sensaciones son confeccionadas por factores socio-
culturales y estéticos plasmados por hombres que alcanzaron la inmortalidad
entre los mortales gracias a su talento, conocimiento y pasión.
Las paletas de color para los artistas fungen como gama de emociones y
sentimientos, esos que salen por las manos y quedan plasmados en lienzos que
les otorgan inmortalidad no sólo con quienes conviven, pues la inmortalidad se
hace presente en la sala de una casa cualquiera con la copia de uno de sus
cuadros, en una computadora con “Los girasoles” como fondo de pantalla o una
taza cafetera con el autorretrato de un pintor.
Esta aplicación permite al usuario obtener una vista previa de más de 2 mil
colores y encontrar la combinación perfecta para cualquier proyecto de
decoración.
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colores.jpg
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