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La Dialéctica como clave de lectura de “Elogio de la dificultad” de

Estanislao Zuleta

Por Federico López Uribe.

Introducción:
Estanislao Zuleta, filósofo antioqueño (1935-1990). Reconocido por desempeñar su labor
intelectual en diversos ámbitos del conocimiento, así como por su formación autodidacta.
Escribió a lo largo de su vida intelectual una serie de ensayos que más tarde serían recopilados
en Elogio de la dificultad y otros ensayos en junio de 2015 por Alberto Valencia Gutiérrez.
La obra, presenta su unidad en la dialéctica. En la antigüedad tuvo diversos significados, sin
embargo, Zuleta rescata la idea socrática de dialéctica como la forma de concebir la verdad
por medio del diálogo. “De esto se ocupa Sócrates. Y lo hace precisamente a través del
diálogo. Mostrar la incoherencia de un bien, refutarlo, significa de algún modo mostrar su
irracionalidad.” (Yarza 1996).

La obra se destaca por su heterogeneidad, se tratan las disciplinas abordadas por Zuleta: la
economía, psicología, pedagogía, filosofía entre otras. En Elogio de la dificultad y otros
ensayos la dialéctica será tratada como forma discursiva intertextual que refleja la
preocupación de Zuleta por la aplicación del conflicto en todos los ámbitos. Desde el diálogo
entre autores hasta las formaciones sociales que aluden a un crecimiento infundado en el
conflicto y la diferencia, y parten del desarrollo de una dialéctica entre iguales. En esta
concepción de dialéctica se apalanca la idea de una sociedad democrática.

El propósito de la presente ponencia es indagar sobre el papel de la dialéctica en el ensayo


“Elogio de la dificultad” tomado de Elogio de la Dificultad y otros ensayos. Ésta reflexión
se deriva del trabajo de investigación en curso titulado Metodología de investigación
filosófica. La ponencia estará organizada en dos partes: en la primera Se destacarán las
principales influencias de las que Zuleta toma el concepto de dialéctica; en la segunda Se
evidenciará en los ensayos la aplicación de ésta.
Palabras clave: Conflicto, Dialéctica, Elogio de la dificultad, Estanislao Zuleta,
Intertextualidad, Polifonía textual.

Problema

La recopilación de ensayos de Estanislao Zuleta que se titula Elogio de la dificultad y otros


ensayos, supone la problemática de la trasndisciplinariedad1, en tanto que Estanislao Zuleta
pone el pensamiento en función de la resolución de problemas, es decir, aborda la realidad
como una serie de problemas que circundan la vida cotidiana, la que sirve al pensamiento.
“(...) al estudiante se le educa en función de un examen, sin que la enseñanza y el saber le
interesen o se relacionen con sus expectativas personales” (Zuleta 1985). La crítica que
establece éste a la academia –y su forma de escribir misma- implican que quien resuelva
estudiar su obra se vea en la tarea de abordarla de manera transversalizadora.

Sin embargo, más allá de una crítica a la academia Elogio de la dificultad y otros ensayos
presenta una crítica muy variada a distintas disciplinas y autores. En donde es necesario
visualizar más allá de la heterogeneidad y preguntarse por una unidad, que a lo largo de la
obra se presenta como la dialéctica. Es necesario explicar cómo obra la dialéctica en el
discurso de Zuleta, puesto que no es un concepto ajeno al autor, pero tampoco constituye un
pilar de su pensamiento, sin embargo, la dialéctica permite leer a Estanislao Zuleta sin caer
en lo que él llama “Concepción paranoide de la verdad”. (Zuleta 1980).

1
“Zuleta podía darse la licencia de saltar de un autor a otro, o salir de una corriente de
pensamiento para adoptar otra”. Jairo Gallo Acosta. “Estanislao Zuleta y la
transdisciplinariedad: deconstruyendo certezas, tendiendo puentes”. Tesis Psicológica 6
(Noviembre 2011): 146-52.
Dialéctica:

En un primer acercamiento al concepto, se sitúa su origen en la filosofía pre-socrática. El


surgimiento de la idea de dialéctica se le atribuyó, según Zequeira Torres, a Heráclito en
uno de sus fragmentos: ““Los antecedentes más antiguos de la dialéctica moderna los
encontramos en la filosofía de Heráclito de Éfeso (530-470 a.C). Porque afirma:

... la naturaleza se inclina a los contrarios, y por medio de ellos... produce lo acorde, de la
misma manera que reunió, sin duda al macho con la hembra... y dispuso por medio de los
contrarios, y no de los semejantes, la armonía primordial. . .No es posible penetrar dos
veces en el mismo río... ni tocar dos veces una substancia perecedera en un mismo estado.”
(Zequeira Torres 1991)”.

Del fragmento anterior, se puede asumir que la dialéctica parte como la idea de los contrarios
que conforman la armonía descrita por Heráclito, unidad que se divide en opuestos, que solo
es posible desde los contrarios: “Nombre del arco: vida. Obra del arco: Muerte.”(Cappelletti
1972). Un concepto de dialéctica que rescatará más adelante Engels en Dialéctica de la
naturaleza2. Donde Engels busca revindicar la dialéctica y su concepción en Heráclito.

Sin embargo, el método dialéctico será propuesto por Sócrates, como forma de buscar 3 la
verdad. La dialéctica socrática pretende explicar cuestiones éticas, es decir, cuestiones del
hombre, como la verdad, la felicidad y el bien. “De esto se ocupa Sócrates. Y lo hace
precisamente a través del diálogo. Mostrar la incoherencia de un bien, refutarlo, significa de
algún modo mostrar su irracionalidad.” (Yarza 1996). Sin embargo, la idea de dialéctica no
se enfrasca a la mirada del pensamiento Socrático, hay también quienes defienden la
dialéctica más allá de un método de concebir la verdad. "El diálogo no es solamente un
aspecto instrumental, ni un expediente para marcar su distancia con los sofistas y evitar
confusiones; es más bien la expresión de unos presupuestos diametralmente opuestos a los
de los sofistas." (Yarza 1996).

2
Friedrich Engels.1886. Dialéctica de la naturaleza. (España: Biblioteca Virtual UJCE,
1886): “Si se las lleva hasta su extremo; desarrollo a través de la contradicción, o negación
de la negación; forma de desarrollo en espiral”.
3
Ignacio Yarza.Ética y dialéctica. Socrátes, Platón y Aristoteles. ACTA PHILOSOPHICA
5(1996). 293-315.: “Ése es el saber que Sócrates busca, la episteme del bien, la ciencia
capaz de reconducir a la unidad la multiplicidad de los bienes. Saber buscado, no poseído”.
Teniendo esto en cuenta, se puede entender la dialéctica de diversas formas. Algunos
autores profundizan en el término en sí. Otros emplean la dialéctica para la construcción
discursiva, o como sistema de ordenamiento del cosmos –como se lo planteo Heráclito- sin
dejar de lado la multiplicidad de definiciones, el termino, en Platón por ejemplo, exige
siempre un ejercicio de la verdad desde el diálogo. “Para Platón, el método de la filosofía, en
el sentido del saber reflexivo que encontramos después de haberlo buscado intencionalmente
es la Dialéctica”. (Garcia Morente 2000).

Por el contrario, algunos autores difieren con la idea de la dialéctica como una extensión del
diálogo, defendiendo la concepción empleada por Heráclito de la dialéctica como
ordenamiento cósmico de contrarios. “Aristóteles explica que el razonamiento dialéctico es
una de las formas de razonamiento dialogado, pero no dice explícitamente que la dialéctica
sea una forma de diálogo. El razonamiento dialéctico no es la dialéctica, es algo dialéctico.”.
(Gourinat 2002).

Aristóteles asume una postura ética en relación al planteamiento de la dialéctica, es decir, la emplea
como método que permite busca lo verdadero, lo bueno, lo bello, etc. Es allí, donde tanto Socrátes,
Platón y Aristóteles poseen una concepción común de la dialéctica. “La fuerza argumentativa de
Sócrates, su capacidad de desnudar a sus interlocutores de sus prejuicios y de su falso saber
(...) de hacerles enfrentarse consigo mismos para que tomen con seriedad su vivir”. (Yarza
1996). Platón retoma éste ejercicio socrático como la dialéctica propuesta en la ontología.
Platón resalta que el ejercicio dialéctico de Socrátes consiste en llevar al otro a una
confrontación consigo mismo: siguiendo el principio de no-contradicción la idea de una
confrontación consigo mismo de partida supone una contradicción, sin embargo, para Platón,
ésta dialéctica de la confrontación de sí mismo se justifica siguiendo la idea de Heráclito del
orden que nace de los contrarios. ““Él llama, pues, dialéctica a ese método de la
autodiscusión.” (Garcia Morente 2000).

Se puede ya percibir en esta idea de la dialéctica ontológica indicios de la dialéctica


fenomenológica. “La palabra dialéctica no designa un esquema lógico que deba aplicarse
uniformemente. Ha habido y puede haber varias formas de sistema dialectico: las rea1idades
que han de ser pensadas dialécticamente también son variadas.” (Lefebvre 2006). Sin
embargo, cuando se piensa un antecedente que ayudó, o, mejor dicho, permitió a la dialéctica
reivindicarse en la filosofía del siglo XIX, irremediablemente se alude a Kant 4, y es
precisamente a través del discurso de la fenomenología que se entiende el porqué de la
importancia de Kant en la reivindicación de la dialéctica: “Fue restaurado en el siglo XVIII
por la dialéctica transcendental kantiana de la razón pura, en la medida en que Kant reconoció
la necesidad que arrastra a la razón a enredarse en contradicciones”. (Gadamer 1994).

El desarrollo del método dialéctico que se dio en la fenomenología, pero, en específico, en


el pensamiento hegeliano replanteo la forma dialogal de las construcciones epistémicas.
Influenciado por la dialéctica platónica, Hegel planteo un método dialéctico libre de las
acusaciones a las que era sometida la dialéctica griega. Hegel prescinde de aquel prejuicio
que se le hace a la dialéctica, en función de revindicar el valor de ésta. Gadamer lo describe
como: “una progresión inmanente, que no pretende partir de ninguna tesis impuesta, sino más bien
seguir el automovimiento de los conceptos”. (Gadamer 1994).

En definitiva, el resurgimiento de la dialéctica en sus diversas formas y su síntesis culmina con el


método hegeliano, en tanto que, es allí donde se cierra un ciclo: El del idealismo. Y así mismo, la
concepción dialéctica de la historia –con el pensamiento hegeliano- confirma la superación de la
metafísica. El remanente de la dialéctica que hasta la contemporaneidad hace eco yace en el
método hegeliano, pues se impone a toda sintesis, se reinventa: “Ciertamente, con ello se revela
la vitalidad de la dialéctica de Hegel, un método que se reafirma, una y otra vez”. (Gadamer 1994).

4
Immanuel Kant. Crítica de la razón pura. (Madrid: Librería general de Victoriano Suárez.
1928).
Polifonía textual:

Es importante recalcar que el concepto de polifonía textual es relevante a la aplicación


dialéctica en la obra de Estanislao Zuleta, en la medida en que se reconoce la influencia del
marxismo y el psicoanálisis en el pensamiento de Mijaíl Bajtín5. Zuleta y Bajtín muestran
en sus respectivas obras una clara influencia de Freud, que en ambos casos conlleva a ambos
autores a tomar la obra de Dostoievski como referente del estudio de la vida personal y
colectiva. “El concepto de “polifonía” sirve para reflejar el permanente diálogo que preside
obras tan conocidas como Los Hermanos Karamazov, El Idiota o Crimen y Castigo, y otras
que recibieron la admiración de Sigmund Freud” (Sutil 2014).

La polifonía textual se presenta primeramente en la reflexión de Bajtín respecto a


Dostoievski, en tanto Bajtín explica que Dostoievski define la idea como “comunicación
dialógica entre conciencias” (Bajtín 1972). El concepto que Bajtín dio más tarde a la
polifonía textual fue infundado desde el método dialéctico: El diálogo como forma de
difusión de la idea, no solo con el otro, si no con sí mismo. Así, se produjo una primera
definición de polifonía textual: “el grado supremo del dialogismo”. (Ugarte 1997). Sin
embargo, Bajtín se apalancó en la obra de Dostoievski para construir la definición
subsiguiente de la polifonía textual. “rasgo definitorio de la novela” (Ugarte 1997).

Con esto evoca la novela de Dostoievski para establecer una crítica profunda, desde un nivel
textual y discursivo, hasta un contexto dialógico y social. Esto lo hace estudiando las
relaciones sujeto-objeto, sujeto-sujeto. La novela de Dostoievski le permitió identificar
como diferentes voces obraban a lo largo del discurso, en un diálogo que, implícito o explicito
estaba constituido en la pluralidad. “donde las distintas voces o puntos de vista de la novela
ni son vehículos de la verdad ni se subordinan a una idea conceptualmente dominante que
pudiera estar encamada en la voz del autor”. (Ugarte 1997).

5
“Bajtín nació en Orel, cerca de Moscú, en 1895, pero vivió su infancia en Lituania y
Odessa. Después estudió en la Universidad de San Petersburgo y encabezó un grupo de
intelectuales preocupados por el lenguaje y el pensamiento”. Carlos Rodríguez Sutil.
“BAJTÍN Y LA POÉTICA DE DOSTOIEVSKI”. Fondo de cultura económica, 2014,8.
La dialéctica en Estanislao Zuleta

Proponerse a rastrear los antecedentes de la dialéctica que se mantienen presentes en la obra


de Estanislao Zuleta es una tarea que consta de dos partes: explicar el método dialéctico que
usa Zuleta para entablar el diálogo entre diferentes disciplinas. Mientras se expone la idea
de dialéctica como forma de construir una sociedad democrática basada en la diferencia y el
respeto entre iguales. La concepción más básica que Zuleta plantea para el desarrollo de la
sociedad es la diferencia, no en un sentido divisorio, sino a través de una dialéctica horizontal,
que permita la crítica y el desarrollo del conflicto. A lo largo de “Elogio de la dificultad” es
presente la dialéctica como la lucha de contrarios que converge en la armonía, se puede
rastrear en el concepto cosmológico de dialéctica de Heráclito según el cual “la naturaleza
se inclina a los contrarios, y por medio de ellos... produce lo acorde (…)”. (Zequeira Torres
1991). Hasta en el discurso de Zuleta, en donde defiende la diferencia como “lo que
enriquece la vida e impulsa la creación y el pensamiento”. (Zuleta 1980).

De entre las muchas influencias que Estanislao Zuleta evocó en su obra, para el estudio del
componente dialéctico es necesario rescatar tres: el marxismo, el psicoanálisis y la obra de
Fiódor Dostoievski. Desde la configuración de un texto polifónico en donde Zuleta, a través
del diálogo entre autores, es capaz no solo de retratar una realidad múltiple y compleja, si no
de dar transparencia a los contrarios a la vez que suscita una crítica al desarrollo de la
sociedad desde una mirada individual y social. Dostoievski marcó está disyuntiva en el
pensamiento de Zuleta, que lo movió a pensar la vida más como una cuestión dialéctica, que
como una reformulación de teorías que la absolutizan. Zuleta reconoce en Dostoievski la
posibilidad de librar a la vida de la certeza, y planteársela desde el conflicto. Por eso, en el
“CENTENARIO DE LA MUERTE DE DOSTOIEVSKI” Zuleta se refiere a su obra como
“la refutación sistemática, progresiva, psicológica, íntima de que no se puede vivir según una
teoría abstracta”. (Zuleta 1982). Es la incesante crítica a la realidad, la reinvención del
conflicto como algo necesario para el progreso de la sociedad y la pluralidad, aquellos
elementos que Zuleta rescata de la obra de Dostoievski.
La unidad de todo autor que Zuleta aborda, al menos la que él describe, es la diferencia. Una
imagen que toma diversos matices en su discurso, y en todo ámbito que trató en su actividad
intelectual, hay una disciplina por medio de la cual éste se vale para probar ésta tesis. Si
“Elogio de la dificultad” expresa una preocupación muy personal de Zuleta por la
idealización a la que se somete el concepto de diferencia. A lo largo de los ensayos que
constituyen Elogio de la dificultad y otros ensayos ésta preocupación será la unidad
problematizadora de Zuleta. Así mismo se puede evidenciar en cada apartado del texto, pero
por lo pronto se puede referir a “THOMAS MANN: DE LAS FALSAS OPOSICIONES A
LAS DIFERENCIAS EFECTIVAS”.

Si bien Zuleta de entrada describe en éste ensayo como se presenta la diferencia como
concepto a través de la obra de Thomas Mann. Zuleta acude al personaje de José, el cual es
descrito como: “una imagen del artista como mediador entre contradicciones”. (Zuleta
1975). La relevancia de la diferencia como ente constituyente de la obra radica en que es
indispensable para pensar la vida desde una realidad cambiante: “Ha introducido en su vida
la mutación y la diferencia”. (Zuleta 1975). La oposición dialéctica del personaje, es para
Zuleta una forma de vida que encarna la realidad conflictiva de la que Thomas Mann formó
parte y criticó.

A la hora de plantearse la dialéctica en éste ensayo, es necesario hacer la distinción entre el


concepto de diferencia y el de oposición, puesto que para Zuleta la oposición – y a
diferencia del concepto de dialéctica de Heráclito- no es más que otra forma de lo mismo.
En palabras suyas “las oposiciones extremadamente radicales (…) suelen no ser más que
las dos caras de una misma moneda”. (Zuleta 1975). Mientras que la diferencia efectiva
efectúa un ejercicio dialéctico, pues no implica posicionarse en el sentido opuesto para
establecer una crítica, sino adoptar una postura “Critica de la vida y el trabajo de la
transformación” (Zuleta 1975). Porque en tanto se critica la vida se entra en diálogo con la
realidad, y entrar en diálogo con la realidad es apropiarse de ésta.
Marxismo y Psicoanálisis

Si hay dos autores que han determinado y atravesado la obra de Zuleta, esos han sido Freud
y Marx. Se puede afirmar que en todos los ensayos que constituyen Elogio de la dificultad
y otros ensayos hay, aunque sea, un remanente de ambas teorías. Es a través de estas dos
corrientes que se puede afirmar la dialéctica de Zuleta, pues éste expresa la necesidad de
establecer la división entre la vida personal y colectiva, y lo hace a través de ambas
corrientes. La dialéctica aparece en esta división, en el diálogo que nace del individuo con
la sociedad y del individuo consigo mismo. “El marxismo, al igual que el psicoanálisis, es
ya de por sí una crítica la ideología”. (Zuleta 1979). Particularmente, el ensayo titulado
“MARXISMO Y PSICOANÁLISIS: ¿CIENCIA O LIBERACIÓN?”.

Explica cómo el marxismo y el psicoanálisis están en diálogo, y como coexiste la


dialéctica entre la disciplina y el objeto que ésta estudia. Cuando se entiende desde el
marxismo que todo diálogo implica una crítica, y todo objeto estudiado implica un diálogo
con la realidad, se comprende que la dialéctica aparece allí en donde hay un objeto y un
estudio de éste. “El marxismo no esconde su carácter valorativo (…) afirma que es
indiscernible estudiar el objeto y combatirlo”. (Zuleta 1979). A la hora de hacer concreta la
labor de la crítica, tanto el marxismo como el psicoanálisis están constituidos por una
determinación transformadora, implicando que el conocimiento de un objeto implica una
crítica a éste, de ahí se sigue que toda relación que pretenda ir más allá del desconocimiento
es en principio transformadora, y está transformación no solo se da de quien busca conocer
el objeto, si no del objeto mismo a quien lo conoce.

“El marxismo y el psicoanálisis enfrentan objetos que tienen una particularidad: el


desconocimiento de sí mismos hace parte de lo que son, es constitutivo de su propio ser. De
allí se deriva que no se les puede conocer sin transformarlos”. (Zuleta 1979). Parte de allí
la construcción dialogal que percibe Zuleta de la realidad. Ésta idea implica no solo la
apropiación de la vida individual y colectiva, si no el establecimiento del conflicto como
forma transformadora, es decir, cuando se establece un diálogo con la realidad, se le está
transformando inevitablemente.
La lectura como elogio de la dificultad

Cuando Estanislao Zuleta se propone a estudiar la lectura. Se propone a deconstruir la


certeza de una lectura infundada en la obtención del conocimiento. Para ello toma como
referente a Nietzsche, y suscita una lectura dialogal. Un ejercicio de diálogo, no solo con el
autor, si no consigo mismo, pues establece que la lectura no debe ser un ejercicio que se
ejerce para la obtención de un conocimiento, sino un trabajo de deconstrucción síntesis en
donde convergen dos realidades. Para Zuleta, la escritura y la realidad poseen su unidad en
la dificultad, forma problematizadora de abordar dialécticamente las cuestiones de ambas.
“Leer no es recibir, consumir, adquirir. Leer es trabajar”. (Zuleta 1974). Más allá de la
unidad obvia de la obra de Zuleta, se puede resaltar además que todas sus consideraciones
son en última una sustentación de su forma de concebir la realidad de manera
problematizadora, sin dejar de lado la idea de que es necesario criticar el objeto al
conocerlo -idea que legó del marxismo y el psicoanálisis- Zuleta ampliamente adjunta a la
idea de trabajo -trabajo como la forma de dialogar- la idea de transformación.

“Que leer es trabajar quiere decir ante todo que (…) El texto produce su propio código por
las relaciones que establece entre sus signos; genera, por decirlo así, un lenguaje interior, en
relación de afinidad, contradicción y diferencia con otros lenguajes”. (Zuleta 1974).La
apertura a una interpretación diversa de un texto en Zuleta, implica que los términos
empleados en este caigan en contradicción con otros textos, y sin embargo esto solo afirma
la pluralidad presente en tanto que la lectura es reflejo de la realidad que retrata un autor a
través de otras múltiples realidades. “la mayor dificultad consiste en decir lo que ya se
sabe, en reconocer lo que secretamente se conoce”. (Zuleta 1974).
Conclusiones:

“Lo más difícil, lo más importante, lo más necesario, lo que de todos modos hay que
intentar, es conservar la voluntad de luchar por una sociedad diferente”. (Zuleta 1980). La
postura crítica que emprende Zuleta a través de su obra, constituye de partida una
disyuntiva con los parámetros de discurso académico. En cada párrafo éste alude a una
realidad cambiante y compleja, que se bate en conflicto con el saber. Si es posible
delimitar el pensamiento de Zuleta, es a través de una dialéctica de la vida, un trabajo
transformador de la sociedad y del pensamiento. Una preocupación por la verdad que
cuestiona fuertemente las seguridades y certezas, y que para ello toma disciplinas diversas
como el marxismo y el psicoanálisis para enfrentar las los problemas que circundan una
realidad problemática.

“Elogio de la dificultad” No se agota en una crítica que busca deconstruir las concepciones
de la felicidad y la idealización. Es un testimonio de una forma de pensar crítica, que evoca
la dialéctica histórica y la presenta como vigente en un discurso que se reinventa a través
del diálogo con la vida. Del cuestionamiento de lo fácil, lo seguro y lo certero. Es una
síntesis de la diferencia, la dialéctica y la confrontación de opuestos, que busca dar por
aludidas a las formas colectivas e individuales y ponerlas en diálogo. La fundamentación
última de la dialéctica en Zuleta radica en la posibilidad de síntesis de lo individual y lo
colectivo: “El estudio de la vida social y de la vida personal nos enseña cuan próximos se
encuentran una de otro la idealización y el terror”. (Zuleta 1980).

Lo esencial en Zuleta no se encuentra en los extremos, en la oposición, pues considera que


es diferente adoptar una postura frente a un objeto y ser imparcial. Para Zuleta cuando se
adopta una postura se somete a crítica el objeto, cuando se es imparcial, es una forma de
evitar la crítica a través del establecimiento de una doctrina. “El artista como mediador (...)
Es el hombre que sabe encontrar la diferencia central y no se mantiene en una falsa
oposición" (Zuleta 1975). Elogiar a la dificultad es interrogar la síntesis absoluta, es hacer
conflicto en la certeza y ejercer trabajo de transformación en la realidad. Es verdaderamente
la dialéctica del sujeto, la crítica y al realidad.
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