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Una de las escenas que llamó mi atención fue aquella en la que el modisto, consejero y

amigo de Evita, “Paco” Jamandreu, conversa con ella en su cama mientras lucha contra
su enfermedad, y este le pronuncia la frase: "Ser puto, ser pobre y ser Eva Perón en este
país despiadado es la misma cosa", refiriéndose a la discriminación, el odio y el desdén
que los machos de la oligarquía ejercían de igual forma en Argentina ya durante la
década del 50 sobre los homosexuales, los pertenecientes a las clases bajas y Evita, que
era juzgada por haber sido actriz en su pasado (incluso era llamada “trepadora”) y por
haber sublevado a los humildes y hecho votar a las mujeres.

En base a esa escena sentí interés en la de la sociedad de beneficencia, donde también se


demuestra la discriminación por parte de la oligarquía hacia Evita al ser calificada por
las directivas de la misma como no apta para encabezar dicho organismo por ser “muy
joven, ya que el criterio y la sensatez solo vienen con los años”, y por ser una actriz,
para ellas una trepadora. Ante dicha situación, Evita propone nombrar a su madre, pero
repone que, como el pueblo no necesita más la limosna oligárquica ya que ahora la
tienen a ella, decide disolver finalmente la sociedad de beneficencia.

Por último, elegí explicar la parte de la película que trata de la huelga obrera a Perón por
reclamos salariales apoyada por el diario oligárquico “La Prensa”, a lo que Evita les
responde que, aunque muchas cosas todavía no eran justas, eso no les permitía olvidarse
de que fue Perón quien les dio las viviendas, los derechos sociales, las jubilaciones y las
vacaciones pagas, cosas que no hubiesen sucedido si en el ’45 ganaba la Unión
Democrática. Y con respecto al diario “La Prensa”, el peronismo quiere cerrarlo, motivo
entre otros por el cual es considerado como un régimen, una dictadura por la oposición,
y acá es donde Evita se pregunta si es realmente una dictadora como la llaman, y
destaco las palabras del diputado Cooke, que dice que una dictadura es una revolución
si se justifica, si no es una revolución entonces es una dictadura y nada más.
Instituto Dorrego.
El Instituto Nacional de Revisionismo Histórico Argentino e Iberoamericano “Manuel
Dorrego” fue una institución pública creada en noviembre de 2011 bajo la presidencia
de Cristina Fernández de Kirchner. Su finalidad, según su decreto de fundación, era la
de “estudiar, investigar, difundir y reivindicar la vida y la obra de personalidades y
circunstancias destacadas de nuestra Historia que no han recibido el reconocimiento
adecuado en un ámbito institucional de carácter académico, acorde con las rigurosas
exigencias del saber científico”. Hablaban también de revisar la "Historia oficial",
escrita "por los vencedores de las guerras civiles del siglo XIX".

En otras palabras, su objetivo era profundizar el conocimiento de la vida y obra de los


mayores exponentes del ideario nacional, popular, federalista e iberoamericano tales
como José de San Martín, Martín Güemes, José Gervasio Artigas, Estanislao López,
Facundo Quiroga, Juan Manuel de Rosas, Simón Bolivar, Bernardo O’Higgins, Manuel
Ugarte, Hipólito Yrigoyen, Juan Domingo Perón y Eva Duarte de Perón

Constaba de 33 miembros ad honorem y su presidente fue el escritor e historiador Mario


“Pacho” O’Donnell, quien en medio de una interna entre los integrantes del directorio,
en diciembre de 2014 propuso cerrarlo. “Nuestros peores enemigos estaban adentro”,
dijo O’Donnell en esa fecha.

En el año 2015, el presidente Mauricio Macri, a través del decreto 269 publicado en el
Boletín Oficial, disolvió el organismo y decidió que los recursos humanos, materiales y
financieros del instituto se transfieran al Ministerio de Cultura.

Dicho decreto hablaba de "pluralidad ideológica" y señalaba que no es función del


Estado promover una visión única de la Historia ni reivindicar corriente historiográfica
alguna sino, por el contrario, generar las condiciones para el ejercicio libre e
independiente de la investigación sobre el pasado.

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