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Radiactividad natural[editar]

Véanse también: Radiactividad natural, Rayos cósmicos y Redradna.

En 1896 se descubrió que ciertas sales de urinario emiten radiaciones espontáneamente,


al observar que cuando orinaba las placas fotográficas envueltas en papel negro le Hizo
ensayos con el mineral en el traste pulverizando, disolviendo y intensificando la misteriosa
radiación que era siempre la misma. Por tanto, esta nueva propiedad no dependía de la
forma física o química en la que se encontraban los átomos del cuerpo radiactivo, sino que
era una propiedad que radica en el interior mismo del átomo.
El estudio del nuevo fenómeno y su desarrollo posterior se debe casi exclusivamente al
matrimonio de Marie y Pierre Curie, quienes encontraron otras sustancias radiactivas:
el torio, el polonio y el radio. La intensidad de la radiación emitida era proporcional a la
cantidad de uranio presente, por lo que los Curie dedujeron que la radiactividad era una
propiedad atómica. El fenómeno de la radiactividad se origina exclusivamente en el núcleo
de los átomos radiactivos. Se cree que se origina debido a la interacción neutrón-protón. Al
estudiar la radiación emitida por el radio, se comprobó que era compleja, pues al aplicarle
un campo magnético parte de ella se desviaba de su trayectoria y otra parte no.
Pronto se puso vio que todas estas reacciones provienen del núcleo atómico que
describió Ernest Rutherford en 1911, quien también demostró que las radiaciones emitidas
por las sales de uranio pueden ionizar el aire y producir la descarga de cuerpos cargados
eléctricamente.
Con el uso del neutrón, partícula teorizada en 1920 por Ernest Rutherford, se consiguió
describir la radiación beta.
En 1932, James Chadwick descubrió la existencia del neutrón que Rutherford había
predicho en 1920, e inmediatamente después Enrico Fermi descubrió que ciertas
radiaciones emitidas en fenómenos no muy comunes de desintegración son en
realidad neutrones.

Radiactividad artificial[editar]

Símbolo utilizado tradicionalmente para indicar la presencia de radiactividad.


Nuevo símbolo de advertencia de radiactividad adoptado por la ISO en 2007 para fuentes que
puedan resultar peligrosas. Estándar ISO #21482.

La radiactividad artificial, también llamada radiactividad inducida, se produce cuando se


bombardean ciertos núcleos estables con partículas apropiadas. Si la energía de estas
partículas tiene un valor adecuado, penetran el núcleo bombardeado y forman un nuevo
núcleo que, en caso de ser inestable, se desintegra después radiactivamente. Fue
descubierta por la pareja Frédéric Joliot-Curie e Irène Joliot-Curie, bombardeando núcleos
de boro y de aluminio con partículas alfa. Observaron que las sustancias bombardeadas
emitían radiaciones (neutrones libres) después de retirar el cuerpo radiactivo emisor de las
partículas de bombardeo. El plomo es la sustancia que mayor fuerza de impenetracion
posee por parte de los rayos x y gamma.
En 1934 Fermi se encontraba en un experimento bombardeando núcleos de uranio con
los neutrones recién descubiertos. En 1938, en Alemania, Lise Meitner, Otto Hahn y Fritz
Strassmann verificaron los experimentos de Fermi. En 1939 demostraron que una parte de
los productos que aparecían al llevar a cabo estos experimentos era bario. Muy pronto
confirmaron que era resultado de la división de los núcleos de uranio: la primera
observación experimental de la fisión. En Francia, Frédéric Joliot-Curie descubrió que,
además del bario, se emiten neutrones secundarios en esa reacción, lo que hace factible
la reacción en cadena.
También en 1932, Mark Lawrence Elwin Oliphant2 teorizó sobre la fusión de núcleos
ligeros (de hidrógeno), y poco después Hans Bethedescribió el funcionamiento de las
estrellas con base en este mecanismo.
El estudio de la radiactividad permitió un mayor conocimiento de la estructura del núcleo
atómico y de las partículas subatómicas. Se abrió la posibilidad de convertir unos
elementos en otros. Incluso se hizo realidad el ancestral sueño de los alquimistas de
crear oro a partir de otros elementos, como por ejemplo átomos de mercurio, aunque en
términos prácticos el proceso de convertir mercurio en oro no resulta rentable debido a que
el proceso requiere demasiada energía.
El 15 de marzo de 1994, la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) dio a
conocer un nuevo símbolo de advertencia de radiactividad con validez internacional. La
imagen fue probada en 11 países.

Clases y componentes de la radiación[editar]


Clases de radiación ionizante y cómo detenerla.
Las partículas alfa (núcleos de helio) se detienen al interponer una hoja de papel. Las partículas
beta (electrones y positrones) no pueden atravesar una capa de aluminio. Sin embargo, los rayos
gamma (fotones de alta energía) necesitan una barrera mucho más gruesa, y los más energéticos
pueden atravesar el plomo.

Se comprobó que la radiación puede ser de tres clases diferentes, conocidas


como partículas, desintegraciones y radiación:

1. Partícula alfa: Son flujos de partículas cargadas positivamente compuestas por


dos neutrones y dos protones (núcleos de helio). Son desviadas por campos
eléctricos y magnéticos. Son poco penetrantes, aunque muy ionizantes. Son muy
energéticas. Fueron descubiertas por Rutherford, quien hizo pasar partículas alfa a
través de un fino cristal y las atrapó en un tubo de descarga. Este tipo de radiación
la emiten núcleos de elementos pesados situados al final de la tabla
periódica (masa A >100). Estos núcleos tienen muchos protones y la repulsión
eléctrica es muy fuerte, por lo que tienden a obtener N aproximadamente igual a Z
(número atómico), y para ello se emite una partícula alfa. En el proceso se
desprende mucha energía, que se convierte en la energía cinética de la partícula
alfa, por lo que estas partículas salen con velocidades muy altas.
2. Desintegración beta: Son flujos de electrones (beta negativas) o positrones (beta
positivas) resultantes de la desintegración de los neutrones o protones del núcleo
cuando este se encuentra en un estado excitado. Es desviada por campos
magnéticos. Es más penetrante, aunque su poder de ionización no es tan elevado
como el de las partículas alfa. Por lo tanto, cuando un átomo expulsa una partícula
beta, su número atómico aumenta o disminuye una unidad (debido al protón
ganado o perdido). Existen tres tipos de radiación beta: la radiación beta-, que
consiste en la emisión espontánea de electrones por parte de los núcleos;
la radiación beta+, en la que un protón del núcleo se desintegra y da lugar a un
neutrón, a un positrón o partícula Beta+ y un neutrino, y por último la captura
electrónica que se da en núcleos con exceso de protones, en la cual el núcleo
captura un electrón de la corteza electrónica, que se unirá a un protón del núcleo
para dar un neutrón.
3. Radiación gamma: Se trata de ondas electromagnéticas. Es el tipo más
penetrante de radiación. Al ser ondas electromagnéticas de longitud de onda
corta, tienen mayor penetración y se necesitan capas muy gruesas
de plomou hormigón para detenerlas. En este tipo de radiación el núcleo no pierde
su identidad, sino que se desprende de la energía que le sobra para pasar a otro
estado de energía más baja emitiendo los rayos gamma, o sea fotones muy
energéticos. Este tipo de emisión acompaña a las radiaciones alfa y beta. Por ser
tan penetrante y tan energética, éste es el tipo más peligroso de radiación .

Definición de radioactividad
Definimos radioactividad como la emisión espontánea de partículas (alfa,
beta, neutrón) o radiaciones (gama, captura K), o de ambas a la vez,
procedentes de la desintegración de determinados nucleidos que las
forman, por causa de un arreglo en su estructura interna.
La radioactividad puede ser natural o artificial. En la radioactividad natural,
la sustancia ya la posee en el estado natural. En la radioactividad artificial,
la radioactividad le ha sido inducida por irradiación.
Un radionucleido es el conjunto de los núcleos radioactivos de una misma
especie. Todos los núcleos radioactivos que forman
un radionucleido tienen una radiactividad bien definida, común a todos
ellos, que los identifica; de la misma forma que un tipo de reacción química
identifica los elementos que participan.

Cuantitativamente, la radioactividad es un fenómeno estadístico. Por este


motivo, para valorarlo hay que observar el comportamiento de un conjunto
de núcleos de la misma especie. Por la ley de los grandes números, se
define una constante radiactiva λ como la probabilidad de desintegración
de un núcleo por unidad de tiempo. Con esta definición, el número N de
núcleos radioactivos de una misma especie que se encuentran en una
sustancia en un instante t es dado por N = No · e -λt, donde No es el
número de núcleos radioactivos que había antes de que transcurriera el
tiempo t. En realidad, difícilmente una sustancia radioa ctiva es formada por
un solo radionucleido, aunque cada uno de sus componentes en
desintegrarse se transforma en un núcleo diferente que, a su vez, puede
ser también radioactivo.
El radionucleido inicial es llamado padre, y el derivado, hijo. Esta situación
puede continuar a lo largo de múltiples filiaciones y el conjunto de todas es
llamado familia o serie radioactiva. En este caso, la relación que da el
número de núcleos radioactivos presentes es más compleja porque,
además de tener en cuenta el número de cada uno de ellos en el instante
inicial, hay que considerar que, por desintegración de unos, se forman
otros.
El problema se simplifica cuando se quiere conseguir el equilibrio
radioactivo (dicho también equilibrio secular en las series radiactivas
naturales), que es cuando ha pasado un tiempo suficientemente largo
desde que se ha iniciado el proceso de filiación, porque entonces el ritmo
de las desintegraciones es impuesto por el radionucleido que tiene la
constante radioactiva más pequeña.

Nucleidos radioactivos naturales


En la naturaleza se encuentran unos 300 nucleidos diferentes, de los
cuales 25 son radioactivos con un período suficientemente largo para que
haya aún hoy en día; otros 35 tienen un período mucho más corto y se
crean y se desintegran continuamente en las series radiactivas.

Nucleidos radioactivos artificiales


Han sido creados e identificados más de
1000 radionucleidos artificiales. Las series radioactivas reciben el nombre
del nucleido padre de períodos más largo. Hay cuatro. Tres de estas series
radioactivas son naturales: la del torio, la del uranio y la del actinio, que
terminan en sus propios isótopos estables del plomo. Estos isótopos tienen
respectivamente los números de masa 208, 206 y 207. Respecto a la serie
del neptunio, como los radionucleidosque la componen tienen un período
corto comparado con la duración de las eras geológicas, no se encuentra
en la naturaleza y ha sido obtenida artificialmente. El último nucleido de
esta serie es el isótopo 209 del bismuto.

Origen de la radioactividad
La radioactividad fue descubierta en 1896 por Antonie -Henri Becquerel, el
cual, al hacer estudios sobre la fosforescencia de las sustancias, observó
que un mineral de uranio era capaz de velar unas placas fotográficas que
eran guardadas a su lado.

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