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ANTECEDENTES

A. La antigua Grecia
En el mundo de la antigua Grecia, la relación entre derecho y argumentación fue muy estrecha. Las
circunstancias políticas, económicas y sociales de aquel entonces propiciaron una gran demanda de
expertos en litigios y en el tratamiento de los asuntos públicos, y esta demanda, a su vez, dio lugar a uno de
los periodos de mayor desarrollo y propagación de la argumentación llamada “persuasiva” o “retórica”.
En efecto, en la antigua Grecia, el auge de la retórica coincide, al menos en lo que respecta a Sicilia, con el
fin de la tiranía, cuando, una vez reestablecida la democracia, comenzaron a sucederse numerosos litigios.
Muchos de éstos giraban en torno a la propiedad de las tierras, pues todos aquellos terratenientes que
durante el reinado de los tiranos habían sido despojados de sus territorios, comenzaron a reclamar sus
pertenencias. Es de imaginar que en una situación así, la habilidad argumentativa de los litigantes, su
capacidad persuasiva, resultaba decisiva para lograr el triunfo en el litigio. Fue así como el arte retórico fue
convirtiéndose en un instrumento cada vez más poderoso en el mundo del derecho y, por ende, comenzó a
cultivarse cada vez más.
Por otro lado, dado que en aquel entonces no existía el oficio de abogado como tal y cada quién tenía que
defender su causa, muchas de las personas que se veían en la necesidad de enfrentar un litigio y no se
sentían capacitadas para hablar con la elocuencia necesaria, contrataban los servicios de especialistas, los
llamados “logógrafos” que podrían considerarse como los precursores de los actuales abogados, para que
les elaboraran un discurso que ellos pudieran aprender de memoria y presentar ante el tribunal. Algunos de
los mejores rétores que ha tenido la humanidad se iniciaron como logógrafos o ejercieron este oficio en
algún momento de su vida.
B. En Atenas:
En el caso de Atenas, hubo circunstancias económicas que influyeron directamente en su forma de gobierno
y, paralelamente, acrecentaron la importancia de la retórica. Gracias al desarrollo y expansión del comercio,
la democracia fue ganando terreno. Nuevos grupos sociales, fuera de la aristocracia, empezaron a tener
mayor poder económico, y eso, a su vez, les abría la posibilidad de entrar con mayor peso que antes a la
vida política, al gobierno. Sin embargo, esta oportunidad que se le brindaba al ciudadano común no se
realizaba de manera inmediata, pues existía un gran obstáculo: la educación. Durante mucho tiempo en
Grecia se había pensado que el perfil del hombre ideal, modelo máximo al que aspiraba la pedagogía, no
era realizable por cualquiera, sino sólo por los nobles: todos los nacidos fuera de la aristocracia estaban
imposibilitados para alcanzarlo y, por tanto, era inútil intentarlo; de ahí que la educación del pueblo no fuera
tan es- merada como la que recibía la nobleza. En esta situación, por más que las nuevas circunstancias
económicas le abrían al pueblo la posibilidad de una mayor participación en la vida política, si no estaba tan
preparado como la nobleza para esta actividad, no podría hacer un buen papel al enfrentarse cara a cara
con la aristocracia en las asambleas del pueblo. Surgió, entonces, una enorme demanda de educación, una
demanda de maestros que enseñaran la “virtud política”, es decir, todo un conjunto de conocimientos sobre
cómo manejar los asuntos de la ciudad y cómo manejarse uno mismo en ese medio.
Ahora bien, el centro de la política de esos tiempos lo constituían las asambleas públicas, y en ellas el
instrumento más necesario y poderoso era el arte de la persuasión; la virtud fundamental de un hombre de
Estado era la virtud de la palabra, el dominio del arte retórico.
C. La antigua Roma:
Los romanos constituían un pueblo con una inclinación fuertemente pragmática. No acostumbraban
detenerse mucho en especulaciones. Para ellos, la vida práctica era lo primero y el centro de la vida práctica
eran la política y la ley, de ahí que no sea de extrañar la enorme cantidad de ora- dores que vio Roma, si se
toma en consideración que el arte retórico es instrumento indispensable para el ejercicio de ambas. Sin
embargo, muy de acuerdo con su espíritu pragmático, los romanos fueron grandes en la práctica de la
oratoria, pero no fueron muchas las novedades que aportaron a la teoría retórica.
Los primeros maestros de retórica que hubo en Roma no fueron realmente romanos, sino libertos; pero entre
los autores propiamente romanos que escribieron sobre retórica, el primero, según Quintiliano, fue Catón “el
Censor”, también llamado “Catón el Antiguo” o “Catón el Sabio”. Sus dis- cursos se distinguen por la sutileza
de sus razonamientos; precisamente de ahí viene el nombre de “Catón”: de catus, sagaz. Entre las acciones
políticas más importantes de Catón está el haber contribuido poderosamente a la declaración de guerra
contra Cartago, en 150. A él se debe aquella famosa frase Delenda Carthago (“Cartago debe ser destruida”),
con la cual finalizó muchos de sus discursos.

ESTADO DE DERECHO CONSTITUCIONAL


Primero el positivismo jurídico, el criterio de reconocimiento tanto de la existencia como de su validez es la
forma como se producen las leyes, independientemente de su contenido, mientras que el constitucionalismo
jurídico, condiciona la validez de las leyes también a la sustancia de las decisiones, o sea, a la coherencia
de sus contenidos con los principios de justicia establecidos por la Constitución.
En otras palabras, y siguiendo a Ferrajoli, en el Estado Legislativo de Derecho (positivismo jurídico) la
preocupación y los esfuerzos están orientados a establecer las REGLAS sobre “cómo” decir el derecho. A
diferencia de éste, en el Estado Constitucional de Derecho (constitucionalismo jurídico), además de las
reglas sobre “cómo” decir derecho, se establecen reglas sobre “qué cosa” el derecho no puede decir
y sobre “qué cosa” debe decir. Estas normas sustanciales, condicionan la validez de las leyes: ya sea que
dichas normas impongan límites, como en el caso de los derechos de libertad, o que impongan obligaciones,
como en el caso de los derechos sociales.
ELEMENTOS DEL ESTADO CONSTTITUCIONAL DE DERECHO
A. Carácter Vinculante de la Constitución Política.-
B. Supremacía o superioridad jerárquica en el sistema de fuentes.-
C. Eficacia y aplicación inmediata de la Constitución.- aplicación inmediata y efectiva.
D. La garantía jurisdiccional de la Constitución.- La denominada garantía jurisdiccional o judicial,
no es otra cosa que la exigibilidad judicialmente o jurisdiccional de la Constitución. Esto significa que
la primacía de la Constitución, como la de cualquier otra normatividad, es jurídicamente imperfecta
si carece de garantía jurisdiccional y
E. Rigidez constitucional.- herramienta para defender la vigencia de la Constitución. Según Prieto
Sanchís, el constitucionalismo, es decir la vigencia de la Constitución resulta más fuerte cuanto más
costosa sea la alteración del texto, es decir, cuanto más inaccesible se muestre frente a la mayoría
legislativa.

LA INTERPRETACIÓN JURÍDICA
1. Concepto
Etimológicamente hablando, el verbo “Interpretar” proviene de la voz latina interpretare o interpretari,
palabra que, según el eminente Jurista uruguayo Eduardo J. Couture , deriva de interpres que significa
mediador, corredor, intermediario.
Guillermo Cabanellas de Torres: “La Interpretación jurídica por excelencia es la que pretende descubrir
para sí mismo (comprender) o para los demás (revelar) el verdadero pensamiento del legislador o explicar
el sentido de una disposición.”
Marcial Rubio Correa: “La teoría de la interpretación jurídica, es la parte de la Teoría General del Derecho
destinada a desentrañar el significado último del contenido de las normas jurídicas cuando su sentido
normativo no queda claro a partir del análisis lógico-jurídico interno de la norma.”
Aníbal Torres Vásquez, cuando dice: “¿Cómo establece el intérprete el sentido de la norma? En primer
lugar, la labor del intérprete se dirige a descubrir o develar el sentido inmanente en la norma; en segundo
lugar, como por lo general una norma evoca varios sentidos, selecciona o fija el sentido con el cual se
obtenga la solución más justa del caso concreto; y en tercer lugar, si el sentido o sentidos de la norma no
se adecuan a la nueva realidad social, el intérprete atribuye a la norma el significado que lo actualiza.”
Dado que las normas positivas y el Derecho vigente en general se expresan y difunden mediante el lenguaje,
consideramos que Interpretar no puede ser otra cosa que reconocer, descubrir, captar o asimilar el
significado, sentido y alcance de la norma jurídica.
2. La naturaleza de la interpretación
a. Objeto, propósito y finalidad de la Interpretación
La Interpretación se ocupa o recae sobre el derecho, resulta obvio que es el derecho el objeto de la
Interpretación. El Derecho que es objeto de la interpretación, a su vez, puede provenir bien de una norma
jurídica, de la Costumbre o de los Principios Generales del Derecho; en cualquiera de estos casos la labor
interpretativa estará presente.
3. Clases de interpretación.

I. La “Interpretación Doctrinal”
Es la interpretación practicada por los doctrinarios, por los teóricos, por los juristas o jurisconsultos, por los
tratadistas, por los estudiosos del derecho, y en general por quienes se dedican a la ciencia del derecho; de
ahí que también se le conozca a esta Interpretación como “científica”. La Interpretación doctrinal si bien se
caracteriza por no ser obligatoria, sin embargo, por su carácter científico y por la autoridad de quienes la
practican, es la que termina siendo predilecta.
II. La “Interpretación Judicial”
Es la practicada por los jueces y tribunales para emitir sus decisiones (sentencias y demás resoluciones
motivadas jurídicamente) en las cuales esta interpretación queda plasmada. su carácter obligatorio la hace
trascender directamente en la vida en sociedad.
III. La “Interpretación Auténtica”.
Es la realizada por el propio autor de la norma; se dice también que es la efectuada por el legislador o, mejor
dicho, por el poder legislativo, tanto así que incluso se ha denominado Interpretación auténtica a la
interpretación realizada por el propio juez o Doctrina jurisprudencial.
4. Los métodos de interpretación
A. Método Gramatical
El Método Gramatical, o Literal, es aquél por el que, mediante su utilización, se persigue descubrir el
significado y sentido de la norma a través del estudio y análisis de la letra de su propio texto.
B. Método Lógico
Es aquél que utiliza los razonamientos de la lógica para alcanzar el verdadero significado de la norma.
Según: Mario Alzamora Valdez: este método consiste en la descomposición del pensamiento o las relaciones
lógicas que unen sus diversas partes.
C. Método Sistemático
Introduce la idea de que una norma no es un mandato aislado, sino que responde al sistema jurídico
normativo orientado hacia un determinado rumbo en el que, conjuntamente con otras normas, se encuentra
vigente; que, por tanto, siendo parte de este sistema, y no pudiendo desafinar ni rehuir del mismo, el
significado y sentido de la norma jurídica podrá ser obtenido de los principios que inspiran ese sistema,
principios y consiguiente significado y sentido que incluso pueden ser advertidos con mayor nitidez del
contenido de otras normas del sistema.
D. Método Histórico
Se pretende interpretar la norma recurriendo a sus antecedentes, como las ideas de sus autores al concebir
o elaborar los proyectos, los motivos que propiciaron la redacción y emisión de la ley, informes, debates, etc.
E. Método Teleológico.
Este método en su denominación tiene el prefijo "tele" que significa fin. El Método Teleológico es, el que
pretende llegar a la interpretación de la norma a través del fin de la misma, buscando en su espíritu, que es
la finalidad por la cual la norma fue incorporada al ordenamiento jurídico.
F. Método Empírico.

Este es el Método atribuido a la Escuela de la Exégesis en sus inicios, el cual consistía en investigar
empíricamente la voluntad del legislador; es decir las palabras de la ley y la intención del legislador como
hechos; el recurso a obtener todo lo concerniente a la ley como dato empírico.
G. Método de libre investigación científica

el jurista debe ser un hombre que medite sobre los datos de la naturaleza para organizar el orden jurídico y
dirigir racionalmente su accionar dentro de la sociedad. El autor afirma que “interpretar la ley equivale a
investigar el contenido de la voluntad legislativa, con el auxilio de la que ella expresa.
5. Las doctrinas de la interpretación.
i. La Teoría de la Exégesis.

La Escuela de la Exégesis se basa en que la Interpretación jurídica debe necesariamente consistir en la


consulta de la ley como fuente única y exclusiva del Derecho. Los exegetas sostienen que el Derecho es la
ley. La interpretación de la ley es la averiguación de la voluntad real del legislador y toda interpretación que
no sea tal debe ser rechazada.
ii. Teoría Dogmática
La Teoría Dogmática no es reconocida por muchos autores que la tratan dentro y como la parte de la Teoría
Exegética en la que predominó el racionalismo jurídico. Se ha dicho así que mientras la Exégesis persigue
encontrar la interpretación correcta a través de la búsqueda de la voluntad del legislador, la Dogmática
persigue encontrar lo mismo en el propio texto de la ley.
iii. Teoría de la Evolución Histórica

La finalidad de la ley, o sea el propósito que ésta se halla llamada a cumplir, debe adaptarse a las
necesidades sociales sujetas a continuo cambio, mediante progresivas modificaciones de la interpretación
misma. Este método exige que se dote a los jueces de amplias facultades y que a la vez se les señale ciertas
bases objetivas.
iv. Teoría del Derecho libre

Tal como su denominación lo sugiere, esta teoría propugna la total libertad del juez en la interpretación del
derecho que deberá aplicar, a tal punto de poder hacer a un lado el derecho contenido en la norma jurídica
(derecho positivo, ley). Es decir, según esta teoría, los jueces son independientes de las leyes y sus
decisiones no deben obligatoriamente estar sujetas a éstas.

LA MOTIVACION
1. MOTIVACION JURIDICA
Motivar significa explicar la razón o motivo que se ha tenido para hacer algo, en la sentencia es la razón que
impulsa a los jueces a decidir de una manera u otra. De acuerdo con esta definición el concepto motivación
no es el más afortunado para señalar lo que hacen los jueces al momento de dictar las sentencias, en todo
caso cuando se refiere a motivación debe entenderse justificación que como enseguida veremos tiene que
ver con dar razones, pero sobre todo razones justas.
El significado mismo del término "motivación", no es más que, dar causa o motivo para algo, explicar la razón
que se ha tenido para hacer algo, explicar la razón que se ha tenido para hacer algo, y, del punto de vista
que nos concierne, se trata de una "motivación judicial", la que se produce por el órgano encargado de
impartir justicia y en función de esta.

Es así que en tanto motivación judicial, se presenta en dos facetas dirigidas a producir la justificación de la
decisión: como actividad del juzgador y como la argumentación que se manifiesta en el documento
sentencial.
La motivación debe entenderse como la exposición que el juzgador debe ofrecer a las partes como solución
a la controversia, pero sin dejar de tener en cuenta de que esta debe ser una solución racional, capaz de
responder a las exigencias de la lógica y al entendimiento humano.
a) La motivación como explicación:
Para esta concepción, la motivación consistiría en que el Juez describa cuáles son los “motivos” que ha
tenido en cuenta para sustentar su decisión
b) Concepción justificativa de la decisión
Bajo esta visión, la motivación consiste en una serie de argumentos jurídica, fáctica y racionalmente válidos.
Esta exigencia consistiría en lo siguiente:
b.1) Justificación interna: este aspecto consistiría en que la decisión se infiera de las premisas que
aparecen en el argumento., tiene que reconstruirse la argumentación de la resolución y explicitar las razones
implícitas que permitan justificar la decisión del Juez. Por esa razón, resulta importante contar con una
metodología que permita reconstruir la argumentación y esquemas de inferencias que permitan determinar
qué tan sólidas son las conclusiones que se extraen de las premisas utilizadas en el argumento.
b.2.) Justificación externa: este aspecto consiste en que las premisas fácticas sean verdaderas; y las
premisas normativas, correctas; lo cual depende de ciertos presupuestos ontológicos, epistemológicos y
metodológicos sobre las cuestiones fácticas y normativas aplicables a un caso.
2. FINALIDAD DE LA MOTIVACION
La finalidad de la motivación de las resoluciones judiciales es contribuir a que, en todos los casos, se
concretice la obligación de poner de manifiesto las razones que sustentan la resolución como uno de los
medios destinados, a su vez, a garantizar la "recta administración de justicia".
FUNCIONES DE LA MOTIVACION
• Hacer posible un posterior control sobre las razones presentadas por el juez como fundamento de la
decisión.
• Sirve de control de la discrecionalidad obligando al juez a justificar sus propias elecciones y haciendo
posible un juicio posterior sobre ellos, en el proceso y fuera del proceso.
• También tiene como función de ser un medio de persuasión para evitar recursos improcedentes.
3. RESOLUCIONES MOTIVABLES
En el procedimiento penal peruano son de inexorable y rigurosa motivación las sentencias y los autos.
También lo son los decretos; pero, éstos, dada la índole y finalidad con que son expedidos, requieren de
una simple y lacónica fundamentación. Según la Constitución Política del Perú los órganos jurisdiccionales
deben fundamentar sus resoluciones en todas las instancias y también en todos los casos.

CONCEPTO DE LA ARGUMENTACIÓN JURÍDICA


En consecuencia, por argumentación jurídica ha de entenderse aquel tipo de razonamiento que se formula
en alguno de los niveles en que se utilizan normas del derecho y en los cuales sea necesario convencer.
Clases de argumentación:
1.1.1. Argumentos de Autoridad
Mediante el argumento de autoridad se reconoce a la cita de la jurisprudencia y de la doctrina para reafirmar
o reforzar las razones que se dan para sostener una tesis.
Atendiendo a la definición de argumento de autoridad se puede afirmar que es un tipo de argumento utilizado
con gran frecuencia por los tribunales de menor jerarquía, cuando ya algún tribunal superior a fijado un
precedente respecto a un caso igual o parecido.
1.1.2. Argumento analógico:
La expresión “analogía jurídica” o sus equivalentes indican la operación realizada por el intérprete para
aplicar a un caso no previsto por el orden jurídico las disposiciones jurídicas (legislativas o consuetudinarias)
destinadas a regir casos similares. Se manifiesta particularmente en la sentencia jurisdiccional cuando se
trata de aplicar una norma general a un caso concreto no previsto. La aplicación analógica es un medio a
través del cual el intérprete puede superar la eventual insuficiencia o deficiencia del orden jurídico
1.1.3. Argumento sistemático:
interpretar sistemáticamente un precepto legal es reconocer que un precepto no se encuentra aislado del
ordenamiento jurídico, ya que puede tener relación de manera horizontal o vertical con otros preceptos
legales
Argumento de equidad o equitativo
La equidad no pretende de modo alguno corregir la ley, sino es el modo como el juez, en todo caso, debe
interpretar la ley para arribar a una conclusión más justa y así resolver el problema que tenga planteado ante
su jurisdicción.
1.1.4. Argumento a fortiori
Respecto al uso del argumento a fortiori en el campo del Derecho, se ha dicho que se entiende que la
solución prevista para un determinado caso debe extenderse con mayor razón a otro caso que, en principio,
no ha sido previsto, de ahí que se identifique este argumento, con el analógico.
1.1.5. Argumento a ratione legis stricta (estricta razón legal)
Denominado también la interpretación strictu sensu, consiste en que se apela al preciso y exacto significado
de la Ley. El intérprete no puede ampliar ni disminuir ningún concepto.
1.1.6. Argumento a contrario
a) el argumento a contrario es considerado un instrumento de la interpretación lingüística o literal, ya que la
actividad interpretativa no se sale fuera del texto a interpretar,
b) el argumento a contrario sirve para motivar o proponer la denominada interpretación restrictiva, que es
la que limita los significados posibles de un texto, de tal modo que no todos los sugeridos por la letra del
documento o por otros datos extratextuales son adoptados; c) el argumento a contrario impone como
condición para su utilización el silencio de la ley, CONCEPTO DE INTERPRETAR
LA ARGUMENTACIÓN:
Argumentar es, según el diccionario, sacar en claro, descubrir, probar, o bien disputar, discutir, impugnar
una opinión ajena. La argumentación, por lo tanto, refiere la acción de ofrecer argumentos para convencer.
El argumento es “el razonamiento que se emplea para probar o demostrar una proposición, o bien para
convencer a otro de aquello que se afirma o se niega”.
En términos generales se refiere a un “razonamiento mediante el cual se intenta probar o refutar una tesis,
convenciendo a alguien de la verdad o falsedad de la misma”. Se reconocen en principio por su carácter
lógico-formal, aun cuando no todos los argumentos tengan este carácter en sentido estricto.
En la argumentación se pretende refutar un argumento o convencer a otro de la verdad de la opinión que se
sostiene El concepto de argumento se puede entender tanto como medio de interpretación como razones
de apoyo. Sirve como fundamento de la prueba o demostración, los cuales, a diferencia del argumento que
no necesariamente tiene que serlo, son más rigurosos. Distinguir entre éstos, sin embargo, no siempre es
fácil.
¿Por qué argumentar?
Por ello; dar un argumento significa ofrecer un conjunto de razones o de pruebas en apoyo de una
conclusión. Aquí, un argumento no es simplemente la afirmación de ciertas opiniones, ni se trata
simplemente de una disputa. Los argumentos son intentos de apoyar ciertas opiniones con razones. En este
sentido, los argumentos no son inútiles, son, en efecto, esenciales.
LAS REGLAS DE LA ARGUMENTACIÓN
1. REGLA DEL PASO PREVIO:
Antes de comenzar a argumentar debe tener claramente identificada cual es la tesis o idea que quiere
exponer, de tal manera que sea clara y pertinente, además es importante que para que usted pueda
argumentar tiene que tener cierto conocimiento basado en hechos o documentos o lecturas que le puedan
ayudar a la veracidad del argumento.
2. REGLA DE LAS FALACIAS:
Consiste en que después de establecer correctamente la tesis tengamos claro además que es muy
importante tener las bases para poder argumentar, sin embargo hay que tener en cuenta que el uso de
razones acerca de un tema o tesis con ideas que tienen la apariencia de verdad pero que son mentiras y
aun sabiendo la falta de veracidad de las ideas las usas estaría cometiendo un grave error en su
argumentación perdiendo credibilidad
3. REGLA DE LA COMPLETITUD:
cuando uno argumenta será natural que hayan personas que no estén de acuerdo con nuestras ideas por
eso es vital que usted sepa contraargumentar y sepa como poder defender ante cualquier circunstancia su
tesis, sobre todo cuando estamos en un mundo que cada vez se vuelve mas competitivo y que la manera
en que cada uno defienda sus ideas lo convertirá en una persona de credibilidad y de confianza ante los
demás por lo tanto asegúrese de seguir cada una de las indicaciones para que sus argumentos estén mejor
orientados.
4. REGLA DEL LENGUAJE :
En esta regla todas las proposiciones deben estar escritas en un lenguaje claro, consistente y preciso. Para
ello hay que evitar un lenguaje emotivo o vago.
5. REGLA DE LA COHERENCIA:
Dice que siempre se debe usar un único significado para cada uno de los términos referenciados en un
ensayo. Con ello se evitaría la falacia de la “ambigüedad”. Con esta regla lo que se busca es que el texto
guarde coherencia y que siempre que se utilice un término sea preciso el significado que se quiere formular.
6. REGLA DE LA COMPROBACIÓN:
Las reglas para los argumentos diría que formulada una tesis y señalado un posible argumento se debe
verificar si la proposición prevista es efectivamente un argumento.
7. REGLA DE LAS FUENTES:
Al tener en cuenta el contenido, como fue formulado anteriormente, las afirmaciones presentan niveles y
grados de veracidad. De allí que deben existir reglas cuyo propósito sea asegurar, hasta donde sea posible,
mayores niveles de certeza. La regla de las fuentes es una de ellas y parte de un principio supremamente
simple: Siempre son preferibles argumentos provenientes de fuentes mejor informadas e imparciales. Por
ello, siempre es necesario citar las fuentes utilizadas y preguntarse si están informadas dichas fuentes, si
son imparciales y si son comprobables sus afirmaciones.
8. REGLA DE LA CAUSALIDAD:
Que dos hechos se presenten simultáneamente no significa necesariamente que uno de los dos sea causado
al otro, ya que puede corresponder a una simultaneidad sin dirección determinada, a una simultaneidad
casual o una simultaneidad en la que tanto A como B son originados por otro factor. Otra manera de violar
esta regla de la argumentación es confundiendo correlación con causalidad. La diferencia entre estos dos
conceptos está en que en la correlación dos hechos se presentan simultáneamente, pero sin poder
determinarse si uno origina al otro, si es al revés o si los dos están siendo originados por un factor externo.
Es decir, en la correlación no podemos establecer la direccionalidad, mientras que en la causalidad si la
podemos establecer.

PASOS PARA FUNDAMENTAR


A. PRESENTA TU ARGUMENTO.
Comienza con una introducción que explique lo que vas a argumentar. La introducción incluirá tu premisa o
tesis, y proporcionará una vista previa de la forma en que planeas demostrarla. Básicamente, esta “vista
previa” será un resumen breve de los hallazgos de tu investigación.
Un ejemplo sería el siguiente: “Al presentar los cambios económicos, culturales y ambientales en nuestra
ciudad a raíz de la imposición del impuesto sobre autos, demostraré que esta es una opción realista para
reducir la contaminación en nuestro país”}
B. ENUMERA LAS PRUEBAS COMENZANDO POR LAS MÁS SÓLIDAS HASTA LLEGAR A LAS
MÁS DÉBILES.
Comienza con tu prueba más convincente para que así puedas convencer lo antes posible a los demás
sobre tu punto de vista. Luego, continúa hasta llegar al aspecto más débil de tu argumento.
C. EMPLEA UN RAZONAMIENTO DEDUCTIVO O INDUCTIVO.
Este es el camino que deberás seguir para llegar a tu conclusión. Por medio del razonamiento deductivo,
comenzarás con generalizaciones y llegarás a una conclusión específica. Por su parte, por medio del
razonamiento inductivo, comenzarás con los aspectos específicos y luego llegarás a una conclusión más
general.
Este es un ejemplo de razonamiento deductivo: “Todos los autos funcionan con gasolina. Toyota es un tipo
de auto. Por lo tanto, Toyota funciona con gasolina”. Con este razonamiento, si las primeras dos premisas
son verdaderas, la tercera también debe serlo.
Este es un ejemplo de razonamiento inductivo: “Mi auto tiene un kilometraje de gasolina deficiente. Algunos
autos con un kilometraje de gasolina deficiente están prohibidos en esta ciudad. Por lo tanto, mi auto estará
prohibido en esta ciudad”. Con este razonamiento, si las dos primeras premisas son verdaderas, la tercera
también podría serlo, o quizás no. El razonamiento inductivo se utiliza con frecuencia en los casos donde se
necesita alguna predicción.
D. DETERMINA LA VALIDEZ Y SOLIDEZ.
Un argumento válido es aquel en el que, si todas las premisas son verdaderas, la conclusión también debe
ser verdadera. La solidez consiste en si dichas premisas son realmente válidas. Por consiguiente, asegúrate
de que tu argumento sea tanto válido como sólido.
E. REPITE EL ARGUMENTO EN UNA CONCLUSIÓN.
Concluye el argumento al resumir nuevamente tu principal prueba y la forma en que demostró tu premisa.
Evita repetir la tesis al pie de la letra, sino más bien reformúlala de alguna otra forma.
Puedes utilizar la conclusión como una oportunidad para volver a resaltar la razón por la que tu argumento
tiene importancia, pero sin llegar a introducir pruebas o información nuevas.
QUE COSAS SE DEBE EVITAR EN UNA ARGUMENTACIÓN:
I. EVITA HACER GENERALIZACIONES PRECIPITADAS.
Esta es una declaración hecha sin las pruebas suficientes. Por consiguiente, no te apresures a emitir un
juicio sin siquiera conocer todos los hechos.
II. EVITA LOS ARGUMENTOS CIRCULARES.
Estos se producen cuando replanteas un argumento mientras intentas probar una declaración. Por
consiguiente, presta atención a las declaraciones en las que básicamente dices lo mismo dos veces.
Por ejemplo: “Los autos contribuyen a la contaminación al contaminar el medio ambiente”.
III. EVITA LA PETICIÓN DE PRINCIPIO.
Esta se da cuando se reformula la declaración como un sustento para dicha declaración. Es similar a un
argumento circular, aunque puede utilizar un lenguaje más perjudicial. Utiliza pruebas específicas que te
permitan probar tu punto en lugar de recurrir a descripciones parcializadas.
Por ejemplo: “Los vapores de gasolina tóxicos contaminan la Tierra”. Demuestra la forma en que dichos
vapores producen contaminación en lugar de denominarlos tóxicos.
IV. EVITA LOS ARGUMENTOS “PISTA FALSA”.
Estos se producen cuando intentas distraer la atención de algo con la finalidad de evitar los puntos clave
que debes abordar.
Por ejemplo: “¡Piensa en lo rápido que será tu viaje al trabajo si hay menos autos en las calles!” Esta
declaración no se relaciona en lo absoluto con el impacto en el medio ambiente que tienen los autos o con
el impacto económico de los impuestos.
V. EVITA LOS ARGUMENTOS DE FALSO DILEMA.
Esto simplifica considerablemente un argumento al insistir en que solo hay dos opciones. Al momento de
abordar un problema, casi siempre hay más de dos opciones, así que no asumas que la tuya es la única
solución. Presenta un alegato sólido para tu argumento en lugar de asustar a los demás para que piensen
que es la única forma.
Por ejemplo: “Podemos imponer un impuesto a los propietarios de autos o destruir el planeta”.
PRINCIPIOS DE LA ARGUMENTACIÓN:
a) PRINCIPIO DE NO CONTRADICCIÓN:
Este es el principio más importante de la argumentación racional. Según este principio no puede ser al mismo
tiempo una afirmación y su contraria; o en otras palabras una cosa no puede ser verdadera y falsa a la vez.
Sobre este principio se asienta el edificio de la racionalidad occidental “filosofía, ciencia, etc.”
b) PRINCIPIO DE LA DEDUCCIÓN:
Este principio se basa en el valor lógico de la relación causa y efecto, y viene a decir que si ocurre la causa,
ocurre el efecto.
c) PRINCIPIO DEL TERCIO EXCLUSO:
Este principio tiene mucha menos validez que los dos anteriores y ha sido rechazado abiertamente por
muchos lógicos en los siglos XIX y XX. Según este principio si una cosa no es verdadera es falsa y si no es
falsa es verdadera. La similitud, al menos a primera vista, con el principio de no contradicción es evidente,
pero se critica, como dijimos, su amplitud ya que hay situaciones en donde las afirmaciones no son ni
verdaderas ni falsas sino solamente probables o tienen valor de verdad desconocido.
d) PRINCIPIO DEL ONUS PROBANDI O DE CARGA DE LA PRUEBA:
Es el principio según el cual el que hace una afirmación debe dar pruebas de su veracidad “affirmanti
incumbit probatio” o, en otras palabras, no corresponde al que refuta la refutación sino a quien afirma la
demostración.
El onus probandi es fundamental en Derecho, y nos dice que todo acusado es inocente hasta que no se
demuestre lo contrario: quien afirma que alguien ha cometido un delito debe probarlo y no solicitar que el
acusado pruebe la falsedad de la acusación.

EL RAZONAMIENTO JURÍDICO Y SUS FUNDAMENTOS


El razonamiento jurídico es la capacidad de calificar jurídicamente hechos que generan controversias legales
con la finalidad de resolverlas sobre bases jurídico-objetivas con validez legal, lógica y racional.
Sin embargo, queda pendiente la pregunta sobre cuál es el criterio de validez del razonamiento jurídico. Esto
implica contestar una cuestión como la siguiente: ¿cuándo estamos frente a un razonamiento correcto?
Muchos autores han pretendido arriesgar diversas respuestas. Para seguirlas, haremos referencia a un
resumen propuesto por Victoria Iturralde1. La autora española sintetiza las teorías sobre el razonamiento y
la argumentación jurídicas en modelos tales como el retórico, el consensual y el procedimental, entre otros.

Modelo Retórico Modelo Modelo


Consensual Procedimental

a) El modelo retórico se basa en el empleo de técnicas discursivas para lograr la adhesión del
auditorio a las tesis que presentamos, las que implican el acuerdo sobre ciertos valores y su
aplicación. En este caso es necesario tener en cuenta que, en el razonamiento de los jueces, los
auditorios son diversos: las partes en litigio, la clase profesional de

1 ITURRALDE, Victoria (1992) “Argumentación y Razonamiento Judicial” En: Theoria, 2da. Época. Vol. VII,
Nro. 16-18, Tomo B, pp. 1049-1078
abogados y la opinión pública inclusive. Así, se busca el consenso a través de múltiples justificaciones de
orden moral, económica, social, política y jurídica.

Modelo Retórico Modelo Modelo


Consensual Procedimental

b) El modelo del consenso se basa en un criterio de racionalidad orientado a considerar el


razonamiento jurídico no en su procedimiento, sino en su resultado. En este caso, es el consenso
de la comunidad jurídica el criterio que determina la corrección de una decisión jurídica. Para ello, el
consenso debe fundarse en su aceptabilidad racional.

Modelo Retórico Modelo Modelo


Consensual Procedimental

c) El modelo procedimental, en cambio, no se basa en la corrección o racionalidad de la decisión


jurídica (resultado), sino en la argumentación y el procedimiento que conduce a ella, los mismos que
deben respetar las
reglas de la justificación interna y externa del razonamiento2. Así, las reglas de razonamiento propuestas por
este modelo, coinciden con los clásicos métodos de interpretación jurídica.
Cada uno de los modelos sintetizados recoge algún elemento relevante del razonamiento jurídico, sean el
poder persuasivo de los argumentos retóricos empleados, o la aceptabilidad racional de la decisión que pone
fin al conflicto, o el procedimiento de argumentación y la forma en que se hayan empleado los métodos de
interpretación jurídica.
En consecuencia, el razonamiento jurídico correcto es aquél que muestra la decisión mejor justificada, tanto
interna como externamente.
Siguiendo nuevamente a Iturralde, podemos afirmar que cuando el juez toma una decisión se enfrenta a una
elección en la que optará por una solución entre varias posibles, elección que deberá ser justificada con
razones jurídicas.
El razonamiento que conduce a tal toma de decisión es uno de carácter práctico general,
especialmente orientado por reglas de aplicación e interpretación normativa y de valoración
de pruebas.
Ahora bien, el razonamiento propiamente judicial ocupa, sin lugar a dudas, una posición privilegiada en el
funcionamiento real del sistema normativo de un país, en la medida en que resuelve conflictos concretos y
particulares. Al hacerlo define el derecho específico que asiste a las partes litigiosas, y orienta a los litigantes
potenciales sobre la forma en que la judicatura entiende y aplica determinadas normas.

Sin embargo, dicho razonamiento no se aplica de la misma manera en todos los contextos ni se basa en los
mismos presupuestos, sino que adquiere peculiaridades teórico-prácticas según la cultura jurídica de que
se trate. Jerzy Wróblewsky3, autor polaco, pone de relieve los aspectos involucrados en el razonamiento de
un juez, a saber:

Las normas en Determinació Incorporació


vigor para n de hechos n de hechos a
decidir sobre
que influirán normas
un caso
en la decisión aplicables

Decisión Decisión Decisión


Interpretativ Probatoria Final
a
Este autor sugiere que existen contemporáneamente tres grandes ideologías: de la decisión vinculatoria, de
la libre decisión y de la decisión legal y racional.
a) La ideología de la decisión vinculatoria obedece a las ideas políticas liberales del siglo XIX y al
pensamiento del positivismo jurídico. Su justificación política se basa en que la separación de
poderes estatales garantiza la libertad de los ciudadanos y su voluntad se expresa a través del
Parlamento, que legitimado por la representación política que ejerce, crea el derecho y fija los límites
de las libertades ciudadanas. A los jueces les corresponde aplicar las leyes, mas no crearlas.

b) La ideología de la libre decisión judicial nace como antítesis de la anterior. Supone la crítica de
los ideales liberales por los opositores socialistas que relevan el conflicto entre la libertad formal y la
desigualdad material de las clases sociales. Tal ideología rechaza la concepción positivista del
derecho, ya que las leyes no pueden determinar las decisiones judiciales en la medida en que no
contienen decisiones concretas, sino planes más o menos abiertos e imprecisos, dada la propia
naturaleza de una técnica legislativa general y abstracta, y la propia naturaleza del lenguaje, plagado
de ambigüedades y vaguedades. Por ello, la intervención del juez es necesariamente creativa y se
fundamenta en las estimaciones del juez que busca las fuentes del derecho más allá de los textos
jurídicos.

c) La ideología de la decisión legal y racional es un compromiso entre las dos anteriores. Distingue
los momentos de creación y aplicación del derecho. Reconoce en el legislador su rol de creador y
en el juez, su rol de creador complementario, ponderado y razonable, en el momento de la aplicación
de las leyes. Insiste en que el juez no debe escapar al marco jurídico impuesto por el legislador, pero
que tiene un cierto ámbito discrecional para recrear o co-crear el derecho en los casos concretos.
Podemos afirmar que la ideología judicial que ha primado en la cultura jurídica imperante en América
Latina, desde el siglo pasado, corresponde a la decisión vinculatoria. Ello supone el fuerte
formalismo y literalismo interpretativo que un buen sector de nuestra judicatura practica hasta
nuestros días. Sin embargo, contemporáneamente puede observarse cierto desplazamiento de
magistrados peruanos hacia una concepción teórica cercana al modelo de la decisión legal y
racional.
En la realización de dicho tránsito, los elementos más influyentes de la cultura judicial y de la cultura
nacional deberán ser tomados en cuenta. En la medida en que nuestra sociedad se acerque a un
modelo de autoridad pasado en la legitimidad no sólo de origen, sino también de ejercicio, y que
esta última sea una legitimación no autoritaria, sino basada en razones aceptables, la cultura legal
peruana se irá aproximando al modelo de la decisión legal y racional.
El razonamiento jurídico, entendido como la capacidad para construir soluciones a los conflictos, se
vale de las herramientas del sistema legal para garantizar la validez de las decisiones adoptadas,
las que están influidas también por distintos modelos
PASOS QUE SUPONE EL RAZONAMIENTO JURÍDICO EN SEDE JUDICIAL

Muchos autores han intentado analizar los pasos que da un juez para analizar y resolver un caso
jurídico. Recordemos que Wróblewsky ha planteado que dichos pasos son:

a) La selección de las normas aplicables

b) La determinación de los hechos

c) La incorporación de los mismos en el supuesto de hecho de la norma aplicable.


Otros autores coinciden, en lo esencial, con este punto de vista, pero proponen un procedimiento
distinto que destaca algunos elementos adicionales o complementarios en relación con este autor:

a. Una primera aproximación a los hechos del caso.


Cuando el juez se enfrenta a un caso, lo hace a través de las alegaciones de los abogados, quienes
le proponen su versión de los hechos. De dichas relaciones, el juez percibirá cuáles son aquellas
afirmaciones que constituirán materia probatoria para fundar una futura convicción judicial.
b. La selección del material jurídico aplicable.
Con las versiones sobre los hechos, el juez buscará el material jurídico pertinente, identificando
textos normativos que coadyuven a la resolución de los problemas jurídicos relevantes en el caso.
Dicho material normativo no siempre es completo y suficiente y, muchas veces puede resultar
excesivo y hasta contradictorio. El juez es el llamado a resolver tales deficiencias o contradicciones.

c. La interpretación de los textos jurídicos aplicables.


Para superar cualquier deficiencia en la comprensión de las normas, por oscuridad, ambigüedad o
vaguedad, el juez utilizará la metodología de la interpretación normativa, contando con sus
estimaciones para escoger la que aparezca como la mejor interpretación para el caso concreto.

d. La subsunción de los hechos establecidos en el caso al interior del material jurídico


interpretado.
Una vez identificados y probados los hechos alegados, y resueltos los problemas de interpretación
legal, el juez hará un juicio de equivalencia entre los hechos probados y los supuestos fácticos
incorporados en las normas jurídicas aplicables. Si resulta tal identificación positiva, el juez
procederá a calificar jurídicamente tales hechos para dar solución a los problemas jurídicos del caso.

e. La elucidación de la decisión tomada a la luz del sistema jurídico en su conjunto.


La calificación jurídica de los hechos conlleva a una decisión judicial que ampara o no la pretensión
jurídica expresada por una de las partes (en materia de derecho privado y el parte del derecho
público) o que sanciona al inculpado declarándolo punible por responsabilidad en el ámbito penal.
Dichas decisiones han de ser consideradas a la luz de todo el ordenamiento jurídico, sobre todo el
constitucional, para verificar que la solución decidida no es absurda ni aberrante para el sistema
jurídico nacional.

f. La comunicación de la decisión y su justificación.


El juez está en la obligación no sólo de decidir, sino también de justificar las razones legales de tal
decisión. Por tanto, el proceso de argumentación y sustentación de su respuesta legal implica
necesariamente un acto comunicativo cristalizado en la sentencia judicial.
Así, el razonamiento jurídico al vincularse con el tratamiento de los hechos del caso y la
interpretación de las normas aplicables al mismo, requiere una buena dosis de experiencia de vida
y de experiencia en la judicatura, que permita al judicial contar con el respaldo suficiente para
establecer correctamente los hechos del caso, los mismos que no pueden ser observados por el
juzgador de primera mano, sino que son “construidos” o “acomodados” por los abogados de las
partes, en versiones usualmente contrapuestas.
Las habilidades del buen juzgador no solamente se limitan a su estimable experiencia para la
correcta apreciación, inevitablemente indirecta, de las versiones sobre los hechos ocurridos en un
caso. Implica también un buen conocimiento del sistema legal en su conjunto, de sus elementos
normativos integrantes y las reglas para interpretarlos de acuerdo a los valores y principios
estatuidos en la Constitución Política, con la respectiva adecuación a las circunstancias culturales,
sociales y económicas en que el caso se produzca.

El razonamiento de los jueces, por la posición que ocupan en el proceso de adjudicación, es indudablemente
distinto al de los abogados. El rol de estos últimos es el de asesoría y defensa de una posición interesada
que reclama la satisfacción de una pretensión jurídica. Por ello, los abogados “acomodan” la versión
presentada por su cliente, de tal forma que resulte amparada por el sistema legal, a efecto de lograr dicha
declaración por parte del juez al momento de sentenciar.
Así, el razonamiento de los abogados es interesado, parcial, y releva sólo los hechos y aspectos normativos
favorables a la pretensión que defiende.
Caso distinto es el razonamiento del juez, quien desde su perspectiva imparcial, intenta fijar los problemas
jurídicamente relevantes del caso, para analizarlos desapasionada y desinteresadamente. Su razonamiento
pues, requiere de la más fuerte dosis de imparcialidad, objetividad y discreción. Asimismo, implica una
necesidad ostensible de argumentación o motivación de las decisiones que se toman en el marco del
proceso judicial, pues tiene como auditorios a las partes en conflicto, sus abogados, la instancia de apelación
potencial y la comunidad jurídica y social.
Capítulo I

1. El razonamiento jurídico es la capacidad para calificar jurídicamente hechos que


generan controversias legales, con el propósito de revolverlas sobre bases
jurídico-objetivas con validez legal, lógica y racional.

2. La autora señala como modelos, los siguientes:


a) Modelo retórico: planteado por Perelman. Consiste en completar la lógica formal
con una teoría de la argumentación, valiéndose de la retórica. En consecuencia
es posible ofrecer argumentos y justificaciones racionales más allá de la
deducción lógica y el control empírico. El valor de un argumento estará
determinado por su capacidad de convencer al auditorio al que se dirige.
b) Consenso como criterio de racionalidad: presentado por Aarnio, se interesa
principalmente por el criterio de racionalidad de las decisiones, que no radica en
el procedimiento justificatorio sino en la conclusión, es decir, en el resultado de
la justificación jurídica. La base de la aceptabilidad racional está en lo que él
llama “audiencia particular e ideal”.
c) Teoría procedimental: señalada por Alexy, se confiere importancia al mecanismo
argumentativo y procedimental. Aborda la problemática de la argumentación
práctica general (discurso práctico) y del discurso jurídico.
d) Justificación en base a razones como criterio de racionalidad: sostenida por
varios autores (Black, Toulmin, etc.), el elemento esencial de esta concepción es
la idea de justificación, principalmente a través de las “buenas razones”.
Peczenik y MacCormick explican desde su perspectiva el modelo presentado.

3. Wroblewsky señala que la ideología legal y racional supone que es función del
legislador reglamentar el derecho y que el juez debe mantenerse dentro de los
límites de elección que fije la ley vigente.
4. En términos generales son: la decisión interpretativa, la decisión probatoria y la
decisión final.

Capítulo II PASOS QUE SUPONE EL RAZONAMIENTO JURÍDICO EN SEDE JUDICIAL

1. Las fases del razonamiento jurídico son:


a) Una primera aproximación a los hechos del caso
b) Selección del material jurídico aplicable
c) Interpretación de los textos jurídicos aplicables
d) La subsunción de los hechos establecidos en el caso al interior del material
jurídico interpretado
e) La elucidación de la decisión tomada a la luz del sistema jurídico en su
conjunto
f) La comunicación de la decisión y su justificación.

2. En esta fase, el juez realiza un juicio de equivalencia entre los hechos probados
y los supuestos fácticos. Si este procedimiento es positivo, entonces se
procederá a calificar jurídicamente los hechos para dar solución a los problemas
jurídicos del caso.

3. Los abogados cumplen un rol distinto al de los jueces, por tanto el razonamiento
empleado por éstos, partirá de una posición interesada, basada en la versión del
cliente y sustentada en los aspectos normativos favorables a él. El juez, por el
contrario, analiza las controversias desinteresadamente, con absoluta
imparcialidad, objetividad y discreción.

Capítulo III LA APROXIMACIÓN A LOS HECHOS DEL CASO

1. Azabache plantea el siguiente procedimiento

a) Descomponer las versiones de las partes en datos de hecho


b) Establecer las incógnitas correspondientes a los datos de
hecho controvertidos
c) Conducir la actividad probatoria para despejar incógnitas
d) Realizar la correspondencia entre los datos de hecho y los datos de
demostración.

2. Esta afirmación se refiere a la desconfianza con que el juez recibe las versiones
de las partes en conflicto. Él decidirá qué hechos alegados están suficientemente
probados y por tanto son susceptibles de calificarse jurídicamente. De allí que la
convicción judicial debe ser un proceso analítico y objetivo.
3. Las afirmaciones contrarias pueden ser ciertas a la vez, mientras que las
contradictorias no. En otras palabras, las versiones contradictorias se niegan
recíprocamente; las contrarias revelan diferencias cualitativas que pueden o no
coexistir en el hecho concreto.

4. Debe tener tres requisitos:

a) Haber sido obtenida válidamente


b) Haber sido incorporada al proceso válidamente
c) Establecer si el hecho ha sido objeto de contradicción o debate entre las
partes.

Capítulo IV LA SELECCIÓN DEL MATERIAL NORMATIVO

1. La flexibilidad es posible cuando el juez se enfrenta a casos en los que la


normativa legal es insuficiente debido a los cambios sociales, tecnológicos o
supranormativos.
2. En estos casos, se aplica la subsunción o silogismo jurídico, que permite
organizar la información fáctica, siempre y cuando dicha información sea
completa y no contradictoria.

Capítulo V LA INTERPRETACIÓN DE LOS TEXTOS JURÍDICOS

1. En algunos casos, se enfrenta a problemas de interpretación, información


jurídica insuficiente o información jurídica contradictoria.

2. Las fases del razonamiento jurídico son las siguientes:


a) individualización de la norma
b) aplicación de la norma a los hechos del caso, si éste no presenta problemas
c) cuando existen problemas, se deberá recurrir a métodos o principios de
interpretación normativa o métodos de integración judicial.

3. Según Rubio Correa, los criterios son:


a) tecnicista
b) axiológico
c) teleológico
d) sociológico
e) posición axiomática de interpretación

4. El razonamiento analógico se materializa a través de cuatro argumentos:


a) argumento a pari: “donde hay la misma razón, hay el mismo derecho”
b) argumento a fortioti: “si puede hacer A, con mayor razón puede hacer B”
c) argumento ab maioris ad minus: “quien puede lo más, puede lo menos”
Argumento ab minoris ad maius: “si no puede lo menos, tampoco puede lo
más”

5. Los métodos propuestos por los autores son:


a) Método dogmático normativo: el juez descubre y sistematiza, nunca
atribuye. Está exento de elementos subjetivos.
b) Método sociológico normativo: la interpretación tiene un mayor sentido en
cuanto a actividad creadora y no simplemente descriptiva. La sociología es
utilizada como ciencia auxiliar.
c) Método tópico-retórico: se caracteriza por su carácter problemático,
valorativo y de ponderación, deduciendo conclusiones probables de
premisas de general aceptación por parte de los interlocutores.

Capítulo VI TEORÍA DE LA SUBSUNCIÓN NORMATIVA: EL SILOGISMO JURÍDICO


1. EL silogismo jurídico parte de una premisa mayor, otra llamada menor y cuna
conclusión que tiene su fuente de validez en las dos anteriores. La validez es
formal, no se preocupa de la verdad material de las premisas.

2. Como críticas se afirman las siguientes:


a) El silogismo no agota el razonamiento judicial, pues no involucra la
actividad esencial del juez a través de la que éste llega a fijar premisas.
b) El silogismo es una explicación totalmente inadecuada e inexacta de la
forma en que los jueces deciden realmente los casos.

3. Según Atienza, los campos son:


a) La producción o establecimiento de las normas jurídicas
b) La aplicación de normas jurídicas a la resolución de casos
c) La dogmática jurídica.

Capítulo VII LA COMUNICACIÓN DE LA DECISIÓN JUDICIAL


1. Para la redacción judicial, es recomendable tomar en cuenta los siguientes
criterios:
a) Seguir un esquema
b) Puntualizar el problema central
c) Analizar todas las posibles soluciones
d) Desarrollar completamente los argumentos
e) Usar un lenguaje claro y específico.

2. El criterio judicial, es la capacidad del juez de discernir y juzgar rectamente y con


acierto. Consiste en saber qué debe hacerse o no, de allí que el autor señala que
el criterio y prudencia, sin ser lo mismo, avanzan juntos. Por lo general el criterio
judicial se va adquiriendo a través de la experiencia.
3. El principio de congruencia consiste en que sólo se puede pronunciar al
sentenciador con respecto a lo que ha sido sometido a su conocimiento: a nada
más y a nada menos.

4. Weston recomienda que para organizar adecuadamente un ensayo, se precisa:


a) Explicar el problema
b) Formular una propuesta o afirmación definicitva
c) Desarrollar los argumentos de modo completo
d) Examinar las objeciones
e) Examinar las alternativas.

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