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DATOS SENSIBLES

AMPARO EN REVISIÓN 910/2016


QUEJOSO: **********, POR PROPIO
DERECHO Y EN REPRESENTACIÓN DE
SU MENOR HIJA
RECURRENTE TERCERA INTERESADA:
***********

VISTO BUENO
SR. MINISTRO
PONENTE: MINISTRO ALFREDO GUTIÉRREZ ORTIZ MENA
COTEJÓ
SECRETARIA: MARÍA DOLORES IGAREDA DIEZ DE SOLLANO

Ciudad de México. La Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la


Nación, en sesión correspondiente al 23 de agosto de 2017, emite la
siguiente:

SENTENCIA

Mediante la cual se resuelve el amparo en revisión 910/2016 promovido en


contra de la sentencia dictada el 14 de octubre de 2015 por el Juez Décimo
de Distrito en Materia Civil del Distrito Federal, en el juicio de amparo
indirecto 577/2015-I.

El problema jurídico planteado a esta Primera Sala de la Suprema Corte de


Justicia de la Nación consiste en analizar, en caso de que se reúnan los
requisitos de procedencia, si fue correcto el otorgamiento de la guardia y
custodia provisional a favor uno de los progenitores.

I. ANTECEDENTES DEL CASO

1. De la información que consta en el expediente, se advierte que el 13 de


septiembre de 2008 ********** y ********** contrajeron matrimonio 1, del cual
nació la niña **********2.

1
Según consta en el acta de matrimonio que obra en el tomo I del juicio ordinario civil **********, a
foja 70, él tenía ********** años y ella ********** años.
2
Nacida el **********, según consta en el acta de nacimiento del juicio ordinario civil **********, tomo
I, foja 71.
AMPARO EN REVISIÓN 910/2016

2. El 17 de diciembre de 2010 celebraron un convenio de divorcio ante


autoridad judicial3. En la cláusula segunda convinieron que la guarda y
custodia de su menor hija quedaría a cargo la madre. Asimismo,
establecieron un régimen de visitas y convivencias entre la niña y su padre.

3. El 24 de febrero de 2014, el Sr. **********, por propio derecho y en


representación de su menor hija, demandó en la vía ordinaria civil de la Sra.
********** la suspensión de la patria potestad, así como el régimen de visitas
y convivencias4.

4. Por razón de turno, correspondió conocer de la demanda al Juzgado


Segundo Familiar del Distrito Federal, cuya titular, mediante auto de 26 de
febrero de 2014, admitió a trámite la demanda y la registró con el número de
expediente **********5.

5. Mediante escrito presentado el 25 de marzo de 2014, el mandatario judicial


del Sr. **********, en vía de regularización del procedimiento 6, solicitó que se
confirmara la resolución de 21 de enero de 2014, emitida en la averiguación
previa **********, por el agente del Ministerio Público titular de la Unidad de
Investigación D-01 de la Fiscalía para la Atención de Niños, Niñas y
Adolescentes, de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal.
En dicha resolución la autoridad ministerial determinó que el padre era la
persona apropiada para salvaguardar provisionalmente la integridad física y
emocional de la niña. Por acuerdo de 31 de marzo de 2014 la jueza
determinó que era el padre quien debía continuar con los cuidados y
atenciones de la niña7.

3
Juicio ordinario civil **********, tomo I, foja 72.
4
Juicio ordinario civil **********, tomo I, foja 1 y siguientes.
5
Juicio ordinario civil **********, tomo I, foja 142.
6
Juicio ordinario civil **********, tomo I, foja186 y siguientes.
7
Juicio ordinario civil **********, tomo I, foja

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6. Por otra parte, derivado de la denuncia realizada por el Sr. ********** 8 en la


averiguación previa **********, se apercibió a la Sra. ********** para que se
abstuviera de acercarse a la niña, así como tener comunicación con ella9.

7. El 30 de abril de 2014, la Sra. ********** solicitó diversas medidas


precautorias10. Respecto del régimen de visitas y convivencias con la niña,
la jueza señaló que se reservaba de proveer hasta que se señalara fecha y
hora para que se celebrara la audiencia a que se refiere el artículo 272 A del
Código de Procedimiento Civiles para el Distrito Federal 11. Asimismo, ordenó
girar oficios a la Secretaría de Relaciones Exteriores y al Instituto Nacional
de Migración para evitar que se expidiera pasaporte a favor de la niña y
evitar su salida del territorio nacional.

8. Por escrito presentado el 13 de mayo de 2014, la Sra. ********** dio


contestación a la demanda instaurada en su contra y formuló reconvención.
En la reconvención demandó del padre la pérdida de la patria potestad, la
cancelación del régimen de visitas y convivencias, la restitución física de la
niña, el otorgamiento de una pensión alimenticia en favor de la niña, el
requerimiento para que el demandado reconvencional cesara todo tipo de
8
Juicio ordinario civil **********, tomo I, foja 120
9
Juicio ordinario civil **********, tomo III, foja 18.
10
Juicio ordinario civil **********, tomo I, foja 215 y siguientes.
11
Artículo 272-A.
Una vez contestada la demanda, y en su caso, la reconvención el Juez señalará de inmediato fecha
y hora para la celebración de una audiencia previa y de conciliación dentro de los diez días
siguientes, dando vista a la parte que corresponda con las excepciones que se hubieren opuesto en
su contra, por el término de tres días.
Si asistieran las dos partes, el juez examinará las cuestiones relativas a la legitimación procesal y
luego se procederá a procurar la conciliación que estará a cargo del conciliador adscrito al juzgado.
El conciliador preparará y propondrá a las partes, alternativas de solución al litigio. Si los
interesados llegan a un convenio, el juez lo aprobará de plano si procede legalmente y dicho pacto
tendrá fuerza de cosa juzgada. En los casos de divorcio, si los cónyuges llegan a un acuerdo
respecto al convenio, el juez dictará un auto en el cual decrete la disolución del vínculo matrimonial
y la aprobación del convenio sin necesidad de dictar sentencia.
En caso de desacuerdo entre los litigantes, la audiencia proseguirá y el juez, que dispondrá de
amplias facultades de dirección procesal, examinará en su caso, las excepciones procesales que
correspondan.
En los casos de divorcio, no se abrirá el periodo probatorio a que se refiere el artículo 290 de este
código, toda vez que las pruebas relacionadas con el convenio propuesto debieron ofrecerse al
momento de presentarse la solicitud y, en su caso, la contestación a la misma, por lo que
únicamente se ordenará su preparación y se señalará fecha para su desahogo en el incidente
correspondiente.

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violencia en contra de la niña y de la madre, así como el pago de gastos y


costas.

9. El 19 de junio de 2014, la jueza sostuvo nuevamente una plática con la niña,


a la que comparecieron también el padre y la madre asistidos por sus
abogados, el agente del Ministerio Público y el psicólogo designado por la
Unidad de Asesoramiento Psicológico del Tribunal Superior de Justicia del
Distrito Federal. Una vez que se llevó a cabo la plática con la niña, y sin que
las partes llegaran a convenio alguno, la jueza determinó lo siguiente: (i) la
guarda y custodia provisional de la niña a favor de su padre; (ii) un régimen
de visitas y convivencia entre la madre y la niña; (iii) la realización de
valoración psiquiátrica a las partes y un análisis psicológico a la niña; y (iv)
que las partes se abstuvieran de publicitar lo relacionado con el juicio.

10. Mediante auto de 1 de julio de 2014, la Jueza Segunda de lo Familiar del


Distrito Federal se excusó de seguir conociendo del juicio de suspensión de
patria potestad **********. De dicho procedimiento tocó entonces conocer a
la Jueza Tercera de lo Familiar del Distrito Federal –bajo el número de
expediente **********–, quien señaló nueva hora y fecha para sostener una
plática con la niña.

11. Incidente de reclamación de providencias precautorias. Por escrito


presentado el 2 de octubre de 2014, la Sra. ********** solicitó en la vía
incidental la revocación de la guarda y custodia provisional de la niña
concedida en audiencia de 19 de junio de 2014 al Sr. **********, así como la
restitución de la guarda y custodia de la niña. El 3 de marzo de 2015, el Sr.
********** dio contestación al incidente de reclamación de providencias
precautorias.

12. Mediante resolución interlocutoria de 29 de junio de 2015, la jueza


determinó decretar la guarda y custodia provisional a favor de la madre, por

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lo que requirió al padre para que entregara a la niña. Esta resolución


constituye el acto reclamado en el juicio de amparo.

II. TRÁMITE DEL JUICIO DE AMPARO

13. Juicio de amparo indirecto. Por escrito presentado el 1 de julio de 2015,


ante la Oficina de Correspondencia Común de los Juzgados de Distrito en el
Distrito Federal (ahora Ciudad de México), el Sr. **********, por propio
derecho y en representación de su menor hija, promovió amparo indirecto
en contra de la sentencia interlocutoria dictada el 29 de junio de 2015 por la
Jueza Tercero de lo Familiar del Distrito Federal, dentro del incidente de
reclamación de providencias precautorias en el juicio de suspensión de
patria potestad **********. En la demanda se señalaron como derechos
transgredidos en su perjuicio los contenidos en los artículos 1, 4, 14, 16 y 17
de la Constitución Federal.

14. Por razón de turno, correspondió conocer del asunto al Juez Décimo de
Distrito en Materia Civil en el Distrito Federal, cuyo titular lo registró con el
número 577/2015, lo admitió a trámite mediante acuerdo de 3 de julio de
2015, solicitó a las autoridades responsables su respectivo informe con
justificación, tuvo como tercera interesada a la Sra. **********, dio la
intervención que legalmente le compete al Ministerio Público de la
Federación y fijó fecha para la celebración de la audiencia constitucional.

15. Seguido el procedimiento legal, el 14 de octubre de 2015, el juez de distrito


dictó sentencia en la que determinó otorgar la protección constitucional
solicitada por el quejoso, para el efecto de que se dejara insubsistente la
resolución reclamada y se emitiera otra en su lugar, en la que, atendiendo a
los lineamientos de la ejecutoria, de manera debidamente fundada y
motivada, la autoridad responsable se pronunciara nuevamente sobre la
procedencia o no de la litis incidental planteada.

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16. Recurso de revisión. Inconforme con el fallo que otorgó el amparo, el 4 de


noviembre de 2015 la Sra. **********, tercera interesada, interpuso recurso
de revisión, del cual correspondió conocer al Décimo Tercer Tribunal
Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito, cuyo presidente lo registró
con el número 301/2015 y lo admitió a trámite mediante auto de 11 de
noviembre de 2015.

17. Mediante escrito presentado el 11 de diciembre de 2015 en la Oficina de


Certificación Judicial y Correspondencia de esta Suprema Corte de Justicia
de la Nación, la Sra. ********** solicitó a este Alto Tribunal ejerciera su
facultad de atracción para conocer del amparo en revisión 301/2015. Ante la
falta de legitimación de la solicitante, en sesión privada de 13 de abril de
2016, el Ministro Arturo Zaldívar Lelo de Larrea decidió hacer suya la
petición de solicitud de ejercicio de la facultad de atracción para que esta
Primera Sala conociera del amparo en revisión 301/2015, del índice del
Décimo Tercer Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito.

18. Solicitud de ejercicio de la facultad de atracción. En sesión de 1 de julio


de 2016, esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación
resolvió, por unanimidad de cinco votos, la solicitud de ejercicio de la
facultad de atracción 535/2015, por la que determinó ejercer su facultad de
atracción para conocer del amparo en revisión 301/2015.

19. Por acuerdo de 7 de septiembre de 2016, el Presidente de esta Suprema


Corte registró el expediente relativo al amparo en revisión con el número
910/2016 y ordenó turnar el asunto a la ponencia del Ministro Alfredo
Gutiérrez Ortiz Mena, para la elaboración del proyecto de resolución
respectivo. Asimismo, se requirió notificar de tal admisión a las partes y al
Procurador General de la República.

20. Por último, mediante auto de 7 de octubre de 2016, la Presidenta de la


Primera Sala tuvo por recibido el expediente, señaló que la Sala se abocaba

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al conocimiento del asunto y ordenó el envío de los autos al Ministro


Ponente.

III. COMPETENCIA

21. Esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación es


competente para conocer del presente recurso de revisión, en términos de
los artículos 107, fracción VIII, segundo párrafo, de la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos; 85 y 81, inciso e), de la Ley de Amparo;
21, fracción II, inciso b), de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la
Federación; así como los puntos Primero, Segundo, fracción III, y Tercero,
del Acuerdo General 5/2013, emitido por el Pleno de este Alto Tribunal y
publicado en el Diario Oficial de la Federación el 21 de mayo de 2013, en
virtud de que el recurso se interpuso en contra de una sentencia dictada por
un juez de distrito dictada en la audiencia constitucional, respecto del cual
esta Suprema Corte de Justicia la Nación determinó ejercer su facultad de
atracción. Aunado a ello, al tratarse de la materia civil, corresponde a la
especialidad de la Primera Sala.

IV. OPORTUNIDAD

22. El recurso de revisión se interpuso dentro del plazo correspondiente: la


sentencia de amparo se notificó a la parte tercero interesada, a través de su
autorizada, el lunes 19 de octubre de 2015, surtiendo sus efectos al día
hábil siguiente, es decir, el martes 20 del mismo mes, por lo que el plazo de
diez días que establece el artículo 86 de la Ley de Amparo corrió del
miércoles 21 de octubre al martes 4 de noviembre de 2015, sin contar en
dicho cómputo los días 24, 25 y 31 de octubre y 1° de noviembre de 2015,
por haber sido inhábiles (sábados y domingos), de conformidad con los
artículos 19 de la Ley de Amparo y 163 de la Ley Orgánica del Poder
Judicial de la Federación. Asimismo, debe descontarse el día 2 de

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noviembre de 2015, por haber sido decretados como no laborables por el


Pleno del Consejo de la Judicatura Federal, en términos de la circular
28/2015 firmada por el Secretario Ejecutivo de dicho órgano, en relación con
el Punto Primero, inciso m), del Acuerdo General 18/2013 del Pleno del
Consejo de la Judicatura Federal.

23. En tales condiciones, dado que de autos se desprende que el recurso de


revisión se presentó el 4 de noviembre de 2015 ante la Oficina de
Correspondencia Común de los Juzgados de Distrito en Materia Civil del
Primer Circuito, resulta notorio que se interpuso de manera oportuna.

V. LEGITIMACIÓN

24. Esta Primera Sala considera que la recurrente está legitimada para
interponer el recurso de revisión, pues queda probado que en el juicio de
amparo indirecto 577/2015 se le reconoció la calidad de tercera interesada
en términos del artículo 5º, fracción III, de la Ley de Amparo; en
consecuencia, la decisión adoptada en la sentencia de amparo sí pudiera
afectarle o perjudicarle de forma directa.

VI. ELEMENTOS NECESARIOS PARA RESOLVER

25. A fin de dar respuesta a la materia del presente recurso de revisión, es


imprescindible hacer referencia al incidente de reclamación de providencias
precautorias, a las consideraciones de la sentencia dictada el 29 de junio de
2015, a la demanda de amparo, a la sentencia de amparo aquí recurrida,
así como a los agravios esgrimidos en el escrito de revisión.

Incidente de reclamación de providencias precautorias


26. En el incidente, la Sra. ********** aduce, en síntesis, lo que a continuación se
reseña.

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 Para decretar la custodia provisional a favor del padre, la jueza toma


como indicador fundamental la averiguación previa **********, así
como las medidas dictadas por la autoridad ministerial en la misma.
Sin embargo, existe un cambio de circunstancias, porque mediante
sentencia de 14 de agosto de 2014 (emitida por el Séptimo Tribunal
Colegiado en Materia Penal del Primer Circuito en el amparo en
revisión 91/2014) se determinó que resultaba inconstitucional la
declaración y comparecencia de la niña ante la autoridad ministerial.

 Por tanto, con base en las medidas dictadas por el agente del
Ministerio Público en la averiguación previa se le privó de la custodia
provisional de su menor hija.

27. En la contestación del incidente, el Sr. ********** expresa que la jueza no


basa su decisión en la averiguación previa, ni en las medidas dictadas por la
autoridad ministerial, sino en el resultado de la plática de la jueza con la
niña y en las recomendaciones realizadas por el agente del Ministerio
Público, así como de la psicóloga designada por la Unidad de
Asesoramiento Psicológico en Materia Familiar.

Sentencia de 29 de junio de 2015


28. Mediante resolución interlocutoria de 29 de junio de 2015, la Jueza Tercera
de lo Familiar del Distrito Federal determina que la guarda y custodia
provisional debe otorgarse a la madre, por lo que requirió al padre para que
entregara a la niña. La resolución se sustenta en las siguientes
consideraciones:

 Si bien en la audiencia de 19 de junio de 2014 se advierte que la niña


manifestó su deseo de vivir con su padre, también la niña hizo énfasis en
la ausencia de la figura materna, y, además, se constató el vínculo
afectivo entre madre e hija.

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 A la fecha no se acredita que la madre cometiera el delito de violencia


familiar en contra de su menor hija, por lo que la sola existencia de la
averiguación previa no debe ser determinante para decretar la custodia
provisional a favor del padre. No obstante las actuaciones penales
constituyen indicios en los juicios civiles, también existen indicios en
perjuicio del Sr. **********, pues la madre en su escrito de contestación
manifiesta que ella acudió también al Ministerio Público para que se
iniciara la averiguación previa correspondiente, debido a que el padre se
abstuvo de devolverle a la niña al concluir una de las convivencias
pactadas en el convenio celebrado en el juicio de divorcio. Así, tales
indagatorias pueden constituir un indicio de mala conducta por parte de
ambos progenitores.

 De los reportes remitidos por la directora del Centro de Convivencia


Familiar Supervisada Plaza Juárez se observa que la niña muestra
adecuada disposición para convivir con su madre, participa en las
actividades que realizan durante el desarrollo de la convivencia, se
muestran palabras y conductas de afecto y, en la mayoría de las
ocasiones, la niña manifiesta disgusto por separarse de su madre, aun
cuando al encontrarse con su padre se retira con éste de manera
tranquila.

 Atendiendo al interés superior de la niña y debido a su corta edad, en la


que la figura materna es indispensable para su desarrollo, la custodia
provisional debe quedar a cargo de su madre, sin que obste para ello la
valoración psiquiátrica practicada a la madre y ofrecida como prueba por
el padre, puesto que dicho elemento de prueba es un dictamen particular
que no deriva de una institución pública. Además, el dictamen fue
objetado por la Sra. ********** y el padre se abstuvo de perfeccionarlo con
otros elementos de prueba.

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 No existe ningún elemento de prueba que evidencie que la permanencia


de la niña con su madre sea perjudicial para su sano desarrollo físico,
psíquico o sexual. Por el contrario, del dictamen psicológico practicado a
la niña por la perito adscrita al Hospital ********** se desprende que la
niña anhela la figura materna.

 Por tanto, las conductas imputadas a la madre debieron demostrarse de


manera fehaciente, sin que provocaran dudas respecto de la necesidad
de privar a la madre de la custodia de su menor hija, ya que dicho
derecho se funda en la naturaleza de la relación materno-filial y su
privación entraña graves consecuencias tanto para la niña, como para su
madre.

29. Demanda de amparo. En sus conceptos de violación, la parte quejosa


plantea los argumentos que se sintetizan en los incisos sucesivos.

a) En el primer concepto de violación, el quejoso sostiene que la


responsable vulnera los artículos 1° y 4° Constitucionales, así como 1° de la
Convención sobre los Derechos del Niño, en perjuicio del interés superior de
su hija, al decretar la guarda y custodia provisional en favor de la madre.

(i) La jueza responsable considera erróneamente que la determinación


de 19 de junio de 2014 (en la que se atribuyó la guarda y custodia de la
niña al padre) se sustenta en la declaración que rindió la menor ante el
agente del Ministerio Público, por lo que, al haberse dejado
insubsistente con motivo de la resolución de un diverso amparo en
revisión, las circunstancias que afectaron la fijación de esa medida
provisional cambiaron y, en consecuencia, otorga la guarda y custodia
provisional a la madre.

(ii) La resolución que le atribuye la guarda y custodia al padre se


sustenta en el resultado de la plática entre la jueza que emitió la

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resolución de 19 de junio de 2014 y la niña, quien manifestó su deseo


de quedarse bajo el cuidado del padre, así como en las
recomendaciones emitidas por la psicóloga designada por la unidad de
asesoramiento psicológico del Tribunal Superior de Justicia del Distrito
Federal.

(iii) La jueza responsable omite o, en su caso, valora indebidamente


diversos elementos probatorios, con los cuales se hubiera percatado
que decretar la guarda y custodia provisional de la niña en favor de su
madre constituye un riesgo para el sano desarrollo integral de su hija.

(iv) Al analizar la valoración psicológica practicada a la niña, la


responsable concluye incorrectamente que la permanencia de la menor
con su madre no es perjudicial para su sano y normal desarrollo, y no
toma en cuenta que el trastorno alimenticio de bulimia purgativa de la
tercera interesada constituye un riesgo para la niña, al existir la
posibilidad de que ésta imite tales conductas.

(v) El resultado de la valoración psicológica arroja que el quejoso cubre


todas y cada una de las necesidades básicas de afecto de su hija, de
ahí el deseo de la menor de seguir habitando con él. Además, la
psicóloga encargada de realizar la valoración recomendó que se
respetara la decisión de la menor de querer vivir con su papá.

(vi) La responsable omite tomar en cuenta las conclusiones vertidas en


el dictamen pericial rendido por el Dr. ********** –perito designado por la
Sra. ********** y al que se sometieron las partes voluntariamente–, en el
que se concluye que la Sra. ********** padece un trastorno mental y
alimenticio que le impide ejercer el rol materno, pero la responsable
únicamente otorga valor de indicio a dicho dictamen.

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AMPARO EN REVISIÓN 910/2016

(vii) La responsable determina equivocadamente que el quejoso no


adminicula el dictamen pericial con diversos medios y que, por tal
motivo, no merece pleno valor probatorio. Sin embargo, el dictamen sí
se adminicula con la valoración psicológica realizada a la niña en el
Hospital **********, con las propias declaraciones y confesiones de la
tercera interesada (quien aceptó que padecía bulimia purgativa), así
como su expediente clínico (remitido por la Clínica **********). Por tanto,
la determinación de la autoridad responsable no atiende al interés
superior de la niña.

b) En el segundo concepto de violación, el quejoso señala que


indebidamente se decreta un régimen de convivencias rígido y supervisado
en el centro de convivencia, sin que exista indicio alguno de que la
convivencia con el progenitor pueda suponer riesgo alguno para la niña,
limitándose de forma ilegal la sana convivencia de la niña con su padre,
cuando dicha cuestión no fue materia del incidente planteado.

c) En la parte final de su escrito el quejoso argumenta que la responsable,


de forma incorrecta, no le comunicó con la oportunidad necesaria, el
apercibimiento para hacer efectivas diversas medidas de apremio, ya que
sólo mediaron dos días hábiles entre la fecha de la notificación y la de la
fecha límite fijada para el cumplimiento de la obligación impuesta.

d) Finalmente, solicita la suspensión del acto reclamado

30. Sentencia de amparo. Las consideraciones por las que el juez de distrito
considera fundado y suficiente para conceder el amparo el primer concepto
de violación, suplido en su deficiencia, son las que a continuación se
refieren.

31. No existe un cambio de circunstancias sustanciales que lleve a modificar el


otorgamiento de la guarda y custodia provisional concedida al padre. En

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este aspecto, considera que no fue determinante la declaración de la niña


ante el agente del Ministerio Público en la audiencia de 19 de diciembre de
2013 (sic)12, ni el acuerdo de 21 de enero de 2014 13, sino que lo
determinante para la concesión de la guarda y la custodia a favor del padre
fue lo manifestado por la niña en la audiencia de 19 de junio de 2014, ante
la jueza de la causa, lo indicado por la psicóloga designada y por el agente
del Ministerio Público adscrito al juzgado, así como el actuar omisivo (sic)
de la madre para el cuidado de su menor hija, lo cual –desde la óptica del
juez de distrito– es robustecido con el material probatorio.

32. En la sentencia de amparo el juez de distrito expresa que, aunque en la


determinación de 19 de junio se hizo referencia a la existencia de una
denuncia por violencia familiar, lo actuado en la averiguación previa
********** no fue la causa preponderante para otorgar la guarda y custodia
provisional al padre, pues no se señaló tener por acreditada la conducta
base de esa indagatoria.

33. Analizando el caso concreto, el juez de distrito refiere que la niña –en la
audiencia de 19 de junio de 2014– manifestó querer vivir con su padre, así
como las causas de falta de atención materna que generaban tal
sentimiento; que el dicho de la niña resultaba coherente y digno de
atenderse, y que, concatenado con los datos del sumario, lo mejor para el
sano desarrollo de la menor era que su guarda y custodia fuera concedida
al padre.

34. Además, el juez resalta que las opiniones de la psicóloga asesora al tribunal
y del agente del Ministerio Público son coincidentes, pues la primera
expresó que la niña había adquirido su zona de confort con su padre y el

12
Se advierte que en la sentencia de amparo el juez de distrito inserta una fecha errónea: la
correcta es 19 de enero de 2014.
13
Por el que el Ministerio Público dictó medidas precautorias durante la integración de la
averiguación previa: “(…) para que se abstenga de ejercer cualquier acto que violente la calidad de
la víctima en donde se encuentre, así como ingresar o acercarse al domicilio en que habite la
misma o bien entablar comunicación por cualquier medio con las (sic) víctima (…)”.

14
AMPARO EN REVISIÓN 910/2016

segundo que lo mejor para la niña era vivir con su padre, opiniones que,
desde la óptica del juez de distrito, no fueron atendidas por la jueza
responsable.

35. El juez de distrito afirma que el incidente de reclamación de providencias


precautorias –de donde emana el acto reclamado– promovido por la madre,
tenía como pretensión principal el cambio de la guarda y custodia
provisional de la niña a favor de su madre. Así, las causas señaladas por la
actora incidentista para su procedencia y la naturaleza de la incidencia
hecha valer implicaban que, para la procedencia de la pretensión incidental,
debían haber variado las circunstancias que dieron motivo a la acción que
se dedujo, según lo dispuesto por el artículo 94 del Código de
Procedimientos Civiles para el Distrito Federal14,

36. Para el juez de distrito fue incorrecta la apreciación de la responsable por la


que concluyó que el acuerdo de 19 de junio de 2014 (en el que se otorgó al
padre la guarda y custodia provisional de la niña) se basó en el auto de 21
de enero de 2014, dictado por el agente del Ministerio Público en la
averiguación previa **********, en atención a las manifestaciones de la niña
ante la autoridad ministerial el 19 de diciembre de 2013, y, dado que tanto
las manifestaciones como el acuerdo referido han quedado insubsistentes,
para la jueza responsable era evidente que variaron las circunstancias.

37. En la consideraciones de la sentencia de amparo el juez de distrito hace


referencia a que en el caso no sólo se esclarecen los derechos de los
padres, sino que también se incide en el desarrollo de una menor, respecto
de la cual debe procurarse ante todo su bienestar superior y atenderse a las
bases primarias que determinan ese interés superior ante la existencia de

14
Artículo 94. Las resoluciones judiciales dictadas con el carácter de provisionales pueden
modificarse en sentencia interlocutoria, o en la definitiva.
Las resoluciones judiciales firmes dictadas en negocios de alimentos, ejercicio y suspensión de la
patria potestad, interdicción, jurisdicción voluntaria y las demás que prevengan las leyes, pueden
alterarse y modificarse cuando cambien las circunstancias que afectan el ejercicio de la acción que
se dedujo en el juicio correspondiente.

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un conflicto familiar, a saber: a) se debe proveer, por el medio más idóneo, a


las necesidades materiales básicas o vitales de la menor y a las de tipo
espiritual, afectivas y educacionales; b) se deberá atender a los deseos,
sentimientos y opiniones de la menor, siempre que sean compatibles con lo
anterior e interpretados de acuerdo con su personal madurez o
discernimiento; y, c) se debe mantener, si es posible, el status quo material
y espiritual de la menor y atender a la incidencia que toda alteración del
mismo pueda tener en su personalidad y para su futuro.

38. Entre los puntos señalados destacan los deseos y sentimientos del niño o la
niña considerados a la luz de su edad y discernimiento, el cual, a corta
edad, no es vinculante para el juez, sino que constituye uno más entre otros
datos que debe considerar. La doctrina hace hincapié en la preocupación de
los tribunales, en cuanto a que lo que el niño o la niña expresen sea
realmente lo que piensa y desea, y no el resultado de la presión de un
progenitor o que el niño o la niña sea incapaz de expresar su preferencia
por desear estar con ambos padres o desagradar a ninguno.

39. De esa manera, si en el caso concreto, en la audiencia de 19 de junio de


2014, la niña no sólo manifestó querer vivir con su progenitor, sino las
causas de falta de atención materna que generaban tal sentimiento, es claro
que el dicho de la menor resulta coherente y digno de atenderse, el cual,
concatenado con los datos que obran en el sumario, resultó suficiente para
determinar que lo mejor para el sano desarrollo de la menor era que su
guarda y custodia fuera detentada por su padre.

40. Asimismo, al encontrarse la menor en una zona de confort, es consabido


que en los menores la estabilidad en momentos de crisis familiar resulta
altamente valorada, pues es probable que altere su estatus de cualquier
cambio de situación. Aquí se suele valorar la incidencia que puedan tener
para el menor el cambio de residencia, estudios, amigos y personas con

16
AMPARO EN REVISIÓN 910/2016

quienes se relacione, por lo que, de acuerdo con la doctrina, se tiende a no


variar el status quo del menor, salvo necesidad.

41. Además, en el material probatorio obra la prueba confesional a cargo de la


madre por la que acepta haber padecido bulimia purgativa, lo cual se
robustece con el expediente clínico remitido por el representante legal de la
Clínica **********. En el expediente se advierte que la Sra. ********** fue
diagnosticada con bulimia purgativa y que no concluyó el tratamiento
psicológico que le fue recomendado, sin que pueda decirse que ya no
padece la enfermedad en cuestión, por así haberlo manifestado en el
desahogo de su prueba confesional, como lo aduce la autoridad
responsable, para desestimar el riesgo que el ejemplo puede crear en la
menor, dado que ésta ya la ha visto vomitar la comida.

42. Igual resultado se observa del dictamen emitido por la psicóloga **********,
perito adscrita al Hospital **********, del que se advierte que la madre tiene
tendencia a vomitar y que ello podría causarle conflictos a la menor, pues
los niños aprenden por imitación; que la menor manifiesta querer vivir con
su padre y que debe respetarse la voluntad de la menor, pues si bien es
recomendable la convivencia con su madre, esta convivencia debe darse
bajo supervisión hasta en tanto la señora no se realice los estudios
psiquiátricos pertinentes, que a la fecha no obra en autos constancia alguna
de que se lo hubiera practicado.

43. No obstante la responsable consideró que en el dictamen psicológico se


advierte el anhelo de la menor de convivir con su madre, el juez de distrito
estima que no se trata de restringir las convivencias, sino de asegurar el
bienestar y sano desarrollo de la menor en todo momento, por lo que
inclusive tales convivencias eran recomendadas bajo supervisión.

44. También señala el juez federal que, si bien la responsable indicó que no se
advierte en autos que la recurrente continúe enferma de bulimia purgativa,

17
AMPARO EN REVISIÓN 910/2016

ni que tenga un desequilibrio mental por no obrar estudios en dicho sentido,


debe atenderse a dos puntos básicos: el primero, que no debe acreditarse
que continúe enferma, sino que ya no lo está, pues lo que motivaría el
cambio de guarda y custodia, en su caso, es el cambio de tal circunstancia,
pues se presume la continuación del estatus anterior; en segundo lugar, si
bien no existe dictamen alguno que demuestre un desequilibrio en la madre,
ello es porque no ha ocurrido a realizarse los estudios pertinentes, no
obstante habérsele requerido para ello: del estudio psiquiátrico realizado por
el Dr. ********** al Sr. ********** Pérez se observa que ahí se asentó que la
madre no se presentó al estudio psiquiátrico que se le iba a practicar en la
fecha señalada para ello, lo cual denota un desinterés de su parte.

45. Asimismo, obra en autos un diverso dictamen realizado por el especialista


en psiquiatría **********, practicado a ambos padres y a la niña, debidamente
ratificado ante la autoridad judicial, en el que se dictaminó que la madre
padecía un trastorno límite de personalidad y bulimia purgativa, que le
impedían ejercer el rol materno con idoneidad, por lo que se recomendó
tratamiento psiquiátrico especializado para poder convivir con su hija, que
así lo reclama y requiere, sin que se encuentre acreditado en autos del
juicio de origen que la madre haya acudido a dicho tratamiento.

46. La jueza responsable desestimó tal dictamen porque consideró que carecía
de valor probatorio pleno y que, además, el padre se abstuvo de
perfeccionarlo con otras pruebas, de modo que, para el juez federal, la
responsable de forma contradictoria le confirió el valor de indicio, no
obstante en el en el sumario original obran diversos medios convictivos que
apuntan en el mismo sentido que el dictamen señalado.

47. De igual forma, el juez de distrito expone que no es posible atender a lo


manifestado por la responsable, cuando expresa que no debe atenderse a
las condiciones psicológicas y afectivas de los padres, sino al interés
superior del menor, para determinar las medidas a adoptar sobre el cuidado

18
AMPARO EN REVISIÓN 910/2016

y educación de los infantes, pues si bien tal razonamiento lo sustenta en


una jurisprudencia de la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, de la lectura íntegra de la ejecutoria de donde emana tal criterio se
advierte que tal concepto se refiere a que no debe atenderse a lo que
sientan o sufran los padres con las determinaciones a adoptarse, pero sin
que ello implique que no se atienda a las condiciones psicológicas y
afectivas de los padres cuando éstas influyen sobre el sano desarrollo del
menor y les impiden desarrollar el rol paterno o materno que les
corresponda.

48. El juez de distrito concluye que el proceder de la responsable es incorrecto,


pues estima que no se estudió la totalidad de las constancias de autos y por
ello la jueza determinar de manera dogmática el cambio de la guarda y
custodia de la menor, pero no se advierte que hayan variado las condiciones
sustanciales que determinaron que se otorgara la guarda y custodia de la
niña a favor de su padre.

49. Por tanto, el juez de distrito considera innecesario el estudio de lo demás


motivos de disenso y concede el amparo para el efecto de que la
responsable deje insubsistente la resolución reclamada y emita otra en la
que, atendiendo a los lineamientos de la resolución, de manera
debidamente fundada y motivada, se pronuncie nuevamente sobre la
procedencia o no de la litis incidental planteada.

50. Recurso de revisión. En su escrito de agravios la recurrente sostiene, en


esencia, las afirmaciones que se sintetizan a continuación.

a) En el primer agravio manifiesta que la sentencia recurrida carece de


fundamentación y motivación, sus consideraciones son arbitrarias y
unilaterales:

19
AMPARO EN REVISIÓN 910/2016

(i) El juez de distrito de manera categórica afirma que la resolución de


19 de junio de 2014 no se sustentó en la existencia de la averiguación
previa seguida en contra de la recurrente, lo cual resulta falaz, ya que
la jueza en la audiencia respectiva sí tomó en consideración la
integración de la averiguación previa: fue precisamente esa
averiguación previa la base para determinar la custodia provisional de
la menor en favor de su padre.

(ii) La sentencia recurrida se basa, por tanto, en una premisa


indebida, pues la determinación emitida el 19 de junio de 2014 sí se
sustentó en la averiguación previa **********, de ahí la indebida
fundamentación y motivación.

b) En el segundo agravio el juez de amparo parte de una premisa


incorrecta cuando afirma la inexistencia de un cambio en las circunstancias
en relación a las que imperaban al momento de decretarse la custodia
provisional de la niña en favor de su padre:

(i) Sí se acreditó que dejaron de existir las diligencias de la


averiguación previa que sustentaron el otorgamiento de la guarda y la
custodia al tenerse como inconstitucional la comparecencia de la niña
ante la autoridad ministerial, en consecuencia también las medidas
dictadas por ésta, pues mediante resolución de 14 de agosto de 2014
el juez de amparo determinó que la autoridad responsable (agente del
Ministerio Público) no expuso las razones, motivos o causas por las
que consideró que eran necesarias dichas medidas precautorias y
porque no siguió los lineamientos legales exigidos cuando se ven
involucrados menores de edad. Así, expresa que consta en autos que
ha operado un cambio de circunstancias en relación a las que
imperaban en el momento de decretarse la custodia provisional de la
niña en favor de su padre.

20
AMPARO EN REVISIÓN 910/2016

(ii) Por tanto, es evidente que no existe indicio probatorio alguno en


autos, más allá de la afirmación del quejoso, que permita sustentar
que la recurrente constituye un riesgo para la niña o que esté en
peligro por habitar con ella.

(iii) Resalta que desde el otorgamiento de la guarda y custodia


provisional de la niña en favor del padre se ha llevado a cabo un
régimen de convivencia supervisado entre la madre y la niña; sin
embargo, de manera ininterrumpida se ha concluido que no existe
elemento alguno de riesgo que afecte a la niña o que la convivencia
con la madre la sitúe en estado de peligro, sino que siempre se ha
señalado que la convivencia entre las dos es benéfica para el sano
desarrollo de la niña.

(iv) Igualmente, en los autos del juicio de origen obra el estudio


psicológico practicado a la niña por la psicóloga **********, en el cual
se establece categóricamente que la recurrente no es generadora de
violencia en contra de su menor hija.

(v) Agrega que el incidente previsto en el artículo 252 del Código de


Procedimientos Civiles para el Distrito Federal se promovió por la
ilegal medida provisional de conceder la guarda y custodia de la niña
en favor del padre, guarda y custodia que fue concedida en un inicio a
la madre por convenio judicial aprobado en sentencia definitiva en el
juicio de divorcio 309/2011.

(vi) La medida provisional decretada el 19 de junio de 2014 afecta los


derechos de la niña, ya que se basó en la supuesta existencia de una
denuncia en su contra, por lo que, al afectarse la validez de las
actuaciones en dicha diligencia, es clara la existencia de un cambio
de circunstancias en los hechos que motivaron el dictado de la guarda
y custodia provisional en favor del padre.

21
AMPARO EN REVISIÓN 910/2016

(vii) Ante el rango de mayor primicia del interés superior de la niña, la


jueza familiar responsable en el presente juicio de amparo actuó
correctamente al determinar el cambio de circunstancias que hacían
innecesarias las medidas provisionales motivadas en circunstancias
ya insubsistentes: la juzgadora natural actuó de conformidad al interés
superior de la niña y restituyó a la madre la custodia de su hija, lo cual
es acorde con lo establecido en los artículos 416 Bis, 416 Ter del
Código Civil para el Distrito Federal, 9 de la Convención sobre los
Derechos del Niño y 1° y 4° de la Constitución Federal.

(viii) En ese sentido, el juez de distrito, previo a determinar el


otorgamiento del amparo, debió llevar a cabo un efectivo estudio para
analizar si su decisión vulneraba los intereses de la niña, ya que las
decisiones judiciales deben en todo momento proteger sus derechos y
en el caso la medida dictada el 19 de junio de 2014 constituyó una
separación injustificada de la niña y la madre: ante la insubsistencia
de los motivos que dieron origen a la separación no había razón que
la justificara.

(ix) Finalmente, la recurrente reitera que en el ámbito de la


administración de justicia se debe velar para que se cumpla el
principio del interés superior de la niñez.

c) En el tercer concepto de agravio controvierte lo resuelto por el juez de


distrito y aduce que éste pretende sustentar la determinación de 19 de junio
de 2014, que otorgó la guarda y custodia provisional en favor del padre, en
diversos elementos de prueba que no son aquellos que la jueza de origen
consideró para conceder la medida precautoria:

(i) El juez de distrito establece como motivación de la medida


provisional dictada el 19 de junio de 2014, el contenido de la

22
AMPARO EN REVISIÓN 910/2016

declaración de la niña; sin embargo, en realidad dicha determinación


se sustentó en la existencia de la averiguación previa **********, de la
cual no se desprende ningún elemento que permita suponer la
existencia de los hechos de violencia que se imputaron a la
recurrente, mucho menos que sea un riesgo para la niña, y, además,
esa indagatoria fue afectada al declararse la inconstitucionalidad de la
comparecencia de la niña ante la autoridad ministerial.

(ii) La declaración de la niña, en el sentido de querer vivir con su


padre, no es suficiente para sostener una medida provisional que
implicó arrancar a la niña del entorno en que habitaba con su madre,
por lo que la resolución recurrida carece de claridad y congruencia,
pues se pretende la modificación de la guarda y custodia que le fue
concedida a la madre por convenio judicial y aprobado en sentencia
definitiva.

(iii) En el examen practicado a la niña, ésta manifestó que no había


recibido ninguna clase de golpes, que la recurrente no la regañaba y
que la cuidaba mientras vivían juntas. Asimismo, la recurrente estima
que se debe considerar que a la fecha de la audiencia de 19 de junio
de 2014 la menor llevaba aproximadamente seis meses viviendo con
su padre (lapso en que estuvo vigente el impedimento decretado por
la autoridad ministerial para acercarse a la menor, el cual
posteriormente fue declarado inconstitucional mediante juicio de
amparo). En dicha audiencia, la jueza cuestionó a la niña sobre con
quien de sus padres deseaba vivir, lo cual carece de lógica, porque
dada la edad de su hija, ésta generó confort al vivir con su papá por la
simple razón de que durante ese periodo la niña no vio ni convivió con
la madre.

(iv) Por otra parte, el juez de distrito debió analizar con prudencia el
contenido de los diversos informes de las convivencias supervisadas,

23
AMPARO EN REVISIÓN 910/2016

en los cuales se acredita que la niña ha sido informada e influenciada


por su padre en relación con los hechos controvertidos en el juicio de
origen, así como de la enfermedad que supuestamente padece la
recurrente. Lo más relevante ha sido lo acontecido en las
convivencias de 4 de octubre de 2014, en donde la menor
expresamente señaló que su padre es quien le dice que su mamá
debe ir al doctor, por lo que dicha situación es un claro indicio de
alienación parental.

(v) De esa manera, el juez de distrito hizo una valoración del juicio de
origen sólo en aquello que beneficia al padre, pero no de las
constancias de las que se desprenden indicios de una probable
alienación parental; más aún, que fue el progenitor quien presentó a
la niña para llevar a cabo la diligencia donde fue interrogada por el
agente del Ministerio Público, diligencia que posteriormente fue
declarada inconstitucional.

d) En el cuarto agravio, la parte recurrente argumenta que el juez de


distrito da por sentado la existencia de un padecimiento en la madre que
repercute y pone en riesgo a la niña:

(i) No existe constancia de la que se advierta que la niña sufra


afectaciones de salud, problemas de nutrición, alimentación o de
peso; es decir, la niña no tiene problema alguno vinculado a la
supuesta bulimia que se imputa a la madre. Tampoco se desprende
que padezca problemas emocionales, ni que haya sufrido algún tipo
de violencia, por lo que, después de varios años de convivencia con la
madre no ha sufrido ninguna clase de afectación física o psicológica.

(ii) El estudio practicado por el Dr. ********** fue objetado por la


recurrente y la autoridad responsable no le concedió valor probatorio.
Dicho documento incluso se limita a afirmar en sus conclusiones las

24
AMPARO EN REVISIÓN 910/2016

mismas acusaciones que formuló el padre en contra de la recurrente,


de lo que se advierte la parcialidad con que el especialista se
comportó para beneficiar al padre, de modo que el juez de distrito no
debió darle valor probatorio.

(iii) Así, es claro que el juez amparo actuó contrario a derecho al dar
valor probatorio al referido dictamen pese a que carece de los
razonamientos y metodología pericial indispensable para su validez,
siendo simples afirmaciones unilaterales del Dr. **********.

(iv) Por otra parte, en los autos del juicio de origen consta el estudio
exhibido por la recurrente y practicado por el especialista **********,
quien determinó que la Sra. ********** no tiene ninguna clase de
síntomas que manifiesten algún trastorno de la personalidad.

(v) Finalmente, manifiesta que hay una contradicción entre los


argumentos e intenciones del juez de distrito, ya que, si bien dice
proteger el interés de su hija, continúa sustentando la validez de una
medida cautelar que sólo vulnera el interés superior de la niña al
permitir que se sigan produciendo los efectos de la separación entre
la niña y su madre.

VII. ESTUDIO DE PROCEDENCIA DEL RECURSO

51. El recurso de revisión es procedente en términos de los artículos 81, inciso


e), y 83 de la Ley de Amparo, en virtud de que se hace valer en contra de la
sentencia dictada por el Juez Décimo de Distrito en Materia Civil del Distrito
Federal en la audiencia constitucional del en el juicio de amparo indirecto
577/2015-I, respecto del cual se resolvió ejercer la facultad de atracción.

VIII. ESTUDIO DE FONDO

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AMPARO EN REVISIÓN 910/2016

52. Esta Primera Sala considera que son fundados los motivos de agravio
expresados por la recurrente, conforme a las consideraciones que se
expresan en esta ejecutoria. Sin embargo, antes de entrar al estudio del
asunto, es importante resaltar que en el caso opera la suplencia de la queja
como herramienta para la resolución integral del asunto, conforme a lo
dispuesto por el artículo 79, fracción II, de la Ley de Amparo 15, puesto que
en él se involucran derechos de una niña y la consiguiente afectación de su
esfera jurídica.

53. Esta Corte ha dicho en reiteradas ocasiones que el ámbito de esta


suplencia se inicia desde la demanda hasta la ejecución de sentencia,
incluyendo omisiones en la demanda, insuficiencia de conceptos de
violación y de agravios, recabación oficiosa de pruebas, esto es, todos los
actos que integran el desarrollo del juicio, que es lo que teleológicamente
persiguen las normas que se relacionan con dicha temática. Es aplicable,
entonces, la tesis jurisprudencial 1ª/J. 191/2005 de rubro: “MENORES DE
EDAD O INCAPACES. PROCEDE LA SUPLENCIA DE LA QUEJA, EN
TODA SU AMPLITUD, SIN QUE OBSTE LA NATURALEZA DE LOS
DERECHOS CUESTIONADOS NI EL CARÁCTER DEL PROMOVENTE” 16.
15
Artículo 79. La autoridad que conozca del juicio de amparo deberá suplir la deficiencia de los
conceptos de violación o agravios, en los casos siguientes: […]
II. En favor de los menores o incapaces, o en aquellos casos en que se afecte el orden y desarrollo
de la familia;
16
Cfr. Semanario Judicial de la Federación, 1ª/J. 191/2005, Novena Época, Tomo XXIII, mayo de
2006, página 167, registro 171053, de texto: “La suplencia de la queja es una institución cuya
observancia deben respetar los Jueces y Magistrados Federales; suplencia que debe ser total, es
decir, no se limita a una sola instancia, ni a conceptos de violación y agravios, pues el alcance de la
misma comprende desde el escrito inicial de demanda de garantías, hasta el periodo de ejecución
de la sentencia en caso de concederse el amparo. Dicha suplencia opera invariablemente cuando
esté de por medio, directa o indirectamente, la afectación de la esfera jurídica de un menor de edad
o de un incapaz, sin que para ello sea determinante la naturaleza de los derechos familiares que
estén en controversia o el carácter de quien o quiénes promuevan el juicio de amparo o, en su
caso, el recurso de revisión, ello atendiendo a la circunstancia de que el interés jurídico en las
controversias susceptibles de afectar a la familia y en especial a menores e incapaces, no
corresponde exclusivamente a los padres, sino a la sociedad, quien tiene interés en que la situación
de los hijos quede definida para asegurar la protección del interés superior del menor de edad o del
incapaz. Se afirma lo anterior, considerando la teleología de las normas referidas a la suplencia de
la queja, a los criterios emitidos por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, así como a los
compromisos internacionales suscritos por el Estado mexicano, que buscan proteger en toda su
amplitud los intereses de menores de edad e incapaces, aplicando siempre en su beneficio la
suplencia de la deficiencia de la queja, la que debe operar desde la demanda (el escrito) hasta la
ejecución de sentencia, incluyendo omisiones en la demanda, insuficiencia de conceptos de

26
AMPARO EN REVISIÓN 910/2016

54. La cuestión planteada se abordará de la siguiente manera: en primer lugar


se presentará una síntesis de los aspectos relevantes del caso, así como
las circunstancias y el contexto que se consideran necesarios para abordar
de manera integral la resolución del asunto.

55. Posteriormente, se expondrán los rasgos principales de la doctrina


constitucional de esta Primera Sala sobre: a) el interés superior de la niñez
en relación con la guarda y custodia, como institución orientada al beneficio
de los niños y niñas, b) la relación entre riesgo y condición de salud en el
otorgamiento de la guarda y la custodia a uno u otro progenitor, y c) derecho
de los niños a expresar su opinión, haciendo hincapié al abordar estos
incisos en aquellas consideraciones que han servido como fundamento en
la resolución de asuntos por esta Corte.

56. Hecho lo anterior, se examinará el caso concreto a la luz de la doctrina


constitucional de esta Sala en relación con los temas ya referidos,
analizando el expediente con perspectiva de género como método analítico
que permite verificar si existe una situación de violencia o vulnerabilidad
que, por cuestiones de género, impida impartir justicia de manera completa
e igualitaria.

A. Síntesis, circunstancias y contexto del asunto que se revisa


57. Como se anunció al abordar el análisis de fondo, en el caso concreto es
sumamente relevante el contexto de la controversia, de modo que puedan
apreciarse las circunstancias más relevantes del asunto y lograr una visión
integral de la controversia.

58. En relación con los antecedentes, es preciso recordar que en la demanda


que dio origen al juicio ordinario civil el padre de la niña demandó de la

violación y de agravios, recabación oficiosa de pruebas, esto es, en todos los actos que integran el
desarrollo del juicio, para con ello lograr el bienestar del menor de edad o del incapaz.”

27
AMPARO EN REVISIÓN 910/2016

madre la suspensión de la patria potestad, reclamándose las siguientes


prestaciones principales17:

1) La suspensión de la patria potestad por el ejercicio de violencia familiar


física, psicológica y emocional en agravio de la menor, hasta en tanto la
demandada acredite asistir a terapias y tratamientos psicológicos y
psiquiátricos, sobre todo cuando los peritos determinen que ha superado
los trastornos de personalidad limítrofe y el trastorno alimenticio de
bulimia.

2) La suspensión definitiva del régimen de visitas y convivencias, hasta en


tanto la demandada acredite asistir a terapias y tratamientos
psicológicos y psiquiátricos. Sobre todo cuando los peritos determinen
que ha superado los trastornos de personalidad limítrofe y el trastorno
alimenticio de bulimia, enfermedades que ponen en riesgo la integridad
física, emocional y psicológica de la menor, inclusive con dichas
enfermedades se pone en evidencia la imposibilidad física y sobre todo
la incapacidad para hacerse cargo de las obligaciones alimentarias y de
crianza que estatuyen los artículos 414 Bis y 416 Ter del Código Civil
para el Distrito Federal18.
17
Juicio ordinario civil **********, Tomo X, fojas 1 a 4.
18
Artículo 414 Bis. Quienes ejercen la patria potestad o la guarda y custodia provisional o definitiva
de un menor, independientemente de que vivan o no en el mismo domicilio, deben dar cumplimiento
a las siguientes obligaciones de crianza:
I.- Procurar la seguridad física, psicológica y sexual;
II.- Fomentar hábitos adecuados de alimentación, de higiene personal y de desarrollo físico. Así
como impulsar habilidades de desarrollo intelectual y escolares;
III.- Realizar demostraciones afectivas, con respeto y aceptación de éstas por parte del menor, y
IV.- Determinar límites y normas de conducta preservando el interés superior del menor.
Se considerará incumplimiento de las obligaciones de crianza, el que sin justificación y de manera
permanente y sistemática no se realicen las actividades señaladas; lo que el Juez valorará en los
casos de suspensión de la patria potestad, de la determinación de la guarda y custodia provisional y
definitiva, y el régimen de convivencias.
No se considera incumplimiento de éstas obligaciones el que cualquiera de los progenitores tenga
jornadas laborales extensas.
Artículo 416 Ter. Para los efectos del presente Código se entenderá como interés superior del
menor la prioridad que ha de otorgarse a los derechos de las niñas y los niños respecto de los
derechos de cualquier otra persona, con el fin de garantizar, entre otros, los siguientes aspectos:
I.- El acceso a la salud física y mental, alimentación y educación que fomente su desarrollo
personal;
II.- El establecimiento de un ambiente de respeto, aceptación y afecto, libre de cualquier tipo de

28
AMPARO EN REVISIÓN 910/2016

59. La jueza de la causa determinó, el 19 de junio de 2014, que la guarda y la


custodia provisional correspondían al padre. Contra dicha determinación, en
lo que interesa, la madre promovió un incidente de reclamación de
providencias precautorias, que fue resuelto el 29 de junio de 2015,
otorgándosele a ella (la madre) la guarda y custodia provisional. El padre
promovió entonces juicio de amparo indirecto, que le fue concedido
mediante sentencia de 14 de octubre de 2015. Contra la determinación del
juez de amparo, la madre interpuso el correspondiente recurso de revisión,
atraído por esta Primera Sala para su resolución.

60. Así, la materia que debe revisarse en esta instancia reside en analizar si fue
correcta la resolución de 29 de junio de 2015, mediante la cual se le otorgó
a la madre la guarda y la custodia provisional, o si bien, como lo determinó
el juez de distrito en la sentencia de amparo, es el padre quien debe tener la
guarda y custodia provisional de la niña.

61. Como se advierte de las constancias que obran en autos, la jueza de la


causa concluyó que, en la determinación por la que se otorgó al padre la
guarda y custodia provisional, se había tomado como factor determinante
tanto la existencia de una averiguación previa en contra de la madre, como
su condición de salud, sin que existiera prueba por la que se evidenciara
que la madre representara un riesgo para la menor. Además, la jueza hizo
notar, que al haber cambiado las circunstancias por las que se otorgó al
padre la guarda y custodia provisional –entre ellas la existencia de una
averiguación previa y el supuesto riesgo para la niña–, debía estarse a lo
que imperaba antes de la determinación de 19 de junio de 2014, esto es,

violencia familiar;
III.- El desarrollo de la estructura de personalidad, con una adecuada autoestima, libre de
sobreprotección y excesos punitivos;
IV.- Al fomento de la responsabilidad personal y social, así como a la toma de decisiones del menor
de acuerdo a su edad y madurez psicoemocional; y
V.- Los demás derechos que a favor de las niñas y los niños reconozcan otras leyes y tratados
aplicables.

29
AMPARO EN REVISIÓN 910/2016

debía regir lo establecido en el convenio de divorcio, en el que se estableció


que era la madre a quien correspondía la guarda y custodia provisional19.

62. Por su parte, el juez de amparo, al revisar la resolución de 29 de junio de


2015 –que resolvió el incidente de reclamación de providencias precautorias
y otorgó la guarda y custodia a la madre–, concluyó que lo determinante
para otorgar al padre la guarda y la custodia provisional fue la manifestación
de la niña ante la jueza de la causa, lo expresado por la psicóloga y el
Ministerio Público, el actuar omisivo (sic) de la madre en las obligaciones de
crianza y su condición de salud, de modo que la bulimia y el trastorno
limítrofe de personalidad atribuido a la madre constituían en sí mismos un
riesgo por el ejemplo que se le daba a la niña20.

63. En sus agravios, la madre recurrente refuta lo resuelto por el juez de distrito:
aduce que sí fue determinante la existencia de una averiguación previa en
su contra para determinar que la guarda y custodia provisional
correspondían al padre, que al haberse otorgado un amparo por el que se
había dejado sin efectos la declaración de la niña en la averiguación previa 21
operaba un cambio de circunstancias en relación con las que imperaban al
momento de decretarse la guarda y custodia provisional a favor del padre,
de modo que no debía quitársele la guarda y custodia que se le había
otorgado a ella por el convenio de divorcio, ratificado ante autoridad judicial.

64. Así las cosas, el padre actor solicitó en la demanda de inicio medidas
provisionales “en virtud de la evidente violencia familiar” en contra de la niña
y “toda vez que la Autoridad Administrativa, H. Fiscalía Central de
Investigación para la Atención de Niños, Niñas y Adolescentes […]
determinó provisionalmente e (sic) lo siguiente: ‘(foja 6 de la certificación)
[…] Y en virtud de que la niña refiere que sí es su deseo vivir con su papá,
es por ello que esta autoridad ha estimado que el C. ********** como padre
19
Juicio ordinario civil **********, tomo I, foja 66.
20
Sentencia del juicio de amparo 577/2015-I, foja 23.
21
Amparo directo en revisión 91/2014, resuelto el 14 de agosto de 2014.

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AMPARO EN REVISIÓN 910/2016

de la menor y de acuerdo a las obligaciones que la ley les confiere sea la


persona apropiada para salvaguardar provicionalmente (sic) en tanto se
resuelve la situación jurídica de la niña’ ”22.

65. Como se advierte de la propia demanda originaria, el actor centró la


exigencia de las prestaciones en dos situaciones específicas: (i) en la
existencia de una condición de salud de la madre que, desde la perspectiva
del padre actor, era generadora de violencia familiar y causaba el
incumplimiento de las obligaciones de crianza, y (ii) en la existencia de una
averiguación previa en contra de la madre derivada de la denuncia de
hechos presentada por el padre actor23.

66. Una vez interpuesta la demanda –el 24 de febrero de 2014 24–, la jueza de
origen determinó –el 19 de junio del mismo año– que debía otorgarse al
padre la guarda y la custodia provisional de la niña, “visto que la menor
externó su deseo de quedarse bajo el cuidado de su progenitor” y que “de
actuaciones se desprende que se encuentra en integración denuncia por
violencia familiar como presunta responsable a la señora ********** (…) se
determina decretar aguarda y custodia provisional de la niña (…) al señor
**********”.

67. Como se ha relatado en el apartado de antecedentes, la madre promovió el


incidente de reclamación de providencias precautorias contra la
determinación que atribuía al padre actor la guarda y la custodia provisional.
Para la jueza de la causa el motivo determinante para otorgar al padre la
guarda y custodia de la menor fue la existencia de una averiguación previa
en contra de la madre. Así, en virtud de que se concedió un amparo en el
ámbito penal, y como consecuencia se dejaron sin efectos las
manifestaciones de la niña en la averiguación previa, debía restablecerse a

22
Juicio ordinario civil **********, tomo X, fojas 46 y 47
23
La denuncia de hechos obra en el expediente del juicio ordinario civil ********** a fojas 120 a 125
del tomo X.
24
Juicio ordinario civil **********, tomo X, foja 1.

31
AMPARO EN REVISIÓN 910/2016

la situación previa que era la que imperaba antes de la denuncia de hechos,


esto es, la guarda y la custodia correspondía a la madre. Dicho incidente fue
resuelto mediante resolución de 29 de junio de 2015 y constituye el acto
reclamado en este juicio de amparo, pues el padre promovió un amparo
contra dicha resolución, otorgándosele la protección constitucional.

68. De la lectura de la sentencia de amparo se advierten tres argumentos


fundamentales, que son los ejes sobre los cuales el juez de distrito se basó
para determinar que la jueza de la causa en la sentencia reclamada no
debió otorgar la guardia y custodia provisional de la niña a la madre: (i) la
condición de salud de la madre, (ii) el actuar omisivo (sic) de la madre en las
obligaciones de crianza, y (iii) la manifestación de la niña realizada el 19 de
junio de 2014, todo ello relacionado con que, en el caso, no se estaba ante
un cambio de circunstancias que justificaran la variación de la guarda y
custodia.

69. Aún a costa de ser reiterativos, esta Sala considera que en el caso que se
analiza el contexto es especialmente importante para la adecuada
determinación de la guarda y la custodia provisional de la niña, pues, como
ya se dijo, uno de los argumentos que adujo el padre para el otorgamiento
de las medidas cautelares fue la existencia de la averiguación previa
**********, además de la condición de salud de la madre.

70. Un dato de especial relevancia para la contextualización del asunto


sometido a nuestra consideración es que la averiguación previa **********
finalmente no prosperó: mediante resolución de 16 de febrero de 2016 se
declaró procedente la propuesta de no ejercicio de la acción penal25, al no
25
Véase el amparo en revisión 270/2016, consultado en el SISE, y que se trae a colación como un
hecho notorio, conforme al artículo 88 del Código Federal de Procedimientos Civiles supletorio de la
Ley de Amparo y en términos de la jurisprudencia P./J. 74/2006 de rubro y texto: “HECHOS
NOTORIOS. CONCEPTOS GENERAL Y JURÍDICO. Conforme al artículo 88 del Código Federal de
Procedimientos Civiles los tribunales pueden invocar hechos notorios aunque no hayan sido
alegados ni probados por las partes. Por hechos notorios deben entenderse, en general, aquellos
que por el conocimiento humano se consideran ciertos e indiscutibles, ya sea que pertenezcan a la
historia, a la ciencia, a la naturaleza, a las vicisitudes de la vida pública actual o a circunstancias
comúnmente conocidas en un determinado lugar, de modo que toda persona de ese medio esté en

32
AMPARO EN REVISIÓN 910/2016

encontrarse elementos que configuraran delito alguno. No obstante, contra


esa determinación el padre promovió juicio de amparo, que le fue
concedido. Por ello, tanto la madre como el Ministerio Público interpusieron
recurso de revisión y, finalmente, el tribunal colegiado que conoció del
amparo en revisión, mediante sentencia de 2 de febrero de 2017, resolvió
revocar la sentencia recurrida y negar el amparo al padre. Por tanto, quedó
subsistente la resolución del Ministerio Público por la que determinó el no
ejercicio de la acción penal.

B. Interés superior de niños y niñas en relación con la atribución


de la guarda y custodia en conflictos familiares

71. Como premisa cardinal, esta Suprema Corte subraya de nueva cuenta que
en cualquier contienda judicial en la que se vean involucrados derechos de
niños y niñas debe privilegiarse su interés superior, de modo que se
protejan efectivamente sus derechos. Ciertamente, el interés superior del
menor es uno de los principios rectores más importantes del marco
internacional de los derechos de niños, niñas y adolescentes. Este principio
se encuentra implícito en la regulación de los derechos de la niñez previstos
en el artículo 4º constitucional26.

condiciones de saberlo; y desde el punto de vista jurídico, hecho notorio es cualquier


acontecimiento de dominio público conocido por todos o casi todos los miembros de un círculo
social en el momento en que va a pronunciarse la decisión judicial, respecto del cual no hay duda ni
discusión; de manera que al ser notorio la ley exime de su prueba, por ser del conocimiento público
en el medio social donde ocurrió o donde se tramita el procedimiento.”
26
Cfr. Semanario Judicial de la Federación, tesis aislada 1ª XLVII/2011, Novena Época, Tomo
XXXIII, abril de 2011, página 310, registro 162354, de rubro y texto siguientes: “INTERÉS
SUPERIOR DEL NIÑO. ES UN PRINCIPIO DE RANGO CONSTITUCIONAL IMPLÍCITO EN LA
REGULACIÓN DE LOS DERECHOS DE LOS MENORES PREVISTOS EN EL ARTÍCULO 4o.
CONSTITUCIONAL. De acuerdo a una interpretación teleológica, el interés superior del niño es
principio de rango constitucional, toda vez que en el dictamen de la reforma constitucional que dio
lugar al actual texto del artículo 4o., se reconoce expresamente que uno de los objetivos del órgano
reformador de la Constitución era adecuar el marco normativo interno a los compromisos
internacionales contraídos por nuestro país en materia de protección de los derechos del niño. En
este sentido, el interés superior del niño es uno de los principios rectores más importantes del
marco internacional de los derechos del niño. En el ámbito interno, el legislador ordinario también
ha entendido que el interés superior es un principio que está implícito en la regulación constitucional
de los derechos del niño, ya que es reconocido expresamente en la Ley para la Protección de los
Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes como un principio rector de los derechos del niño.”
Ponente: Ministro Arturo Zaldívar Lelo de Larrea. Secretarios: Ana María Ibarra Olguín y Javier
Mijangos y González.

33
AMPARO EN REVISIÓN 910/2016

72. Asimismo, esta Primera Sala ha destacado que el interés superior de la


niñez demanda de los órganos jurisdiccionales el realizar una labor
interpretativa que encuentre la forma de proteger de forma especial a los
niños y las niñas, por lo que el escrutinio que debe realizarse en
controversias que afecten intereses de la niñez, de forma directa o indirecta,
es mucho más estricto que el de otros casos de protección a derechos
fundamentales; en otras palabras, se requiere que el juzgador realice un
examen minucioso en relación con la necesidad y proporcionalidad de la
medida en cuestión27.

73. Particularmente, en el ámbito jurisdiccional, el interés superior la niñez es


tanto un principio orientador como una clave heurística de la actividad
interpretativa relacionada con cualquier norma jurídica que tenga que
aplicarse a un niño, niña o adolescente en un caso concreto o que pueda
afectar los intereses de niños y niñas. El interés superior de niños y niñas
ordena la realización de una interpretación sistemática que tome en cuenta
los deberes de protección de éstos y los derechos especiales establecidos
en la Constitución, tratados internacionales y leyes de protección de la
niñez, para darle sentido a la norma cuestionada: de este modo, el principio
de interés superior de niños y niñas se consagra como criterio orientador
fundamental de la actuación judicial28.
27
La Corte Constitucional de Colombia ha emitido varios precedentes en los que ha determinado
que “una medida que restrinja el esquema de protección del menor, porque limita el goce de sus
derechos fundamentales prevalentes, debe ser sometida a un examen de constitucionalidad de
mayor rigor que establezca si el sacrificio al que se someten dichas garantías se justifica
necesariamente en aras de la satisfacción de los intereses que se le contraponen. En otros
términos, el juicio de ponderación debe dirigirse a establecer si el sacrificio infligido a los derechos
de los menores es rigurosamente necesario frente al beneficio perseguido por la norma. En otros
términos, el juicio debe certificar que “cuanto mayor es el grado de insatisfacción o afectación de
uno de los principios, tanto mayor debe ser la importancia de la satisfacción del otro, lo cual impone
tener en cuenta que el sacrificio de los derechos de los menores de 18 años que ya cumplieron los
12 sólo se justifica cuando razones decididamente imperiosas impiden conferirles un tratamiento
más favorable.” Sentencia C-154/07.
28
Cfr. Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, 1ª LXXXIII/2015 (10ª), Décima Época, Libro
15, febrero de 2015, Tomo II, página 1397, registro 2008546, de rubro y texto: “INTERÉS
SUPERIOR DEL MENOR COMO ELEMENTO DE INTERPRETACIÓN EN EL ÁMBITO
JURISDICCIONAL. El interés superior del menor tiene un contenido de naturaleza real y relacional,
que demanda una verificación y especial atención de los elementos concretos y específicos que
identifican a los menores, por lo que el escrutinio que debe realizarse en controversias que afecten
dicho interés, de forma directa o indirecta, es más estricto que el de otros casos de protección a
derechos fundamentales. Particularmente, en el ámbito jurisdiccional el interés superior del menor
es tanto un principio orientador como una clave heurística de la actividad interpretativa relacionada

34
AMPARO EN REVISIÓN 910/2016

74. En consonancia con lo anterior, el interés superior del menor conlleva


ineludiblemente que el juzgador tome en cuenta, al emitir sus resoluciones,
algunos aspectos que le permitan determinar con mayor precisión el ámbito
de protección requerida, tales como: la opinión del menor; sus necesidades
físicas, afectivas y educativas; el efecto sobre él de un cambio; su edad,
sexo y personalidad; los males que ya ha padecido o en que puede incurrir
y la posibilidad de que cada uno de sus padres responda a sus
necesidades.

75. En suma, el principio del interés superior del menor debe informar todos los
ámbitos de la actividad estatal que estén relacionados directa o
indirectamente con los menores, por lo que necesariamente implica que la
protección de los derechos de niños, niñas y adolescentes se realice a
través de medidas reforzadas o agravadas, ya que los intereses de éstos
deben protegerse siempre con una mayor intensidad y, precisamente, el
interés superior del menor es la cúspide de todo el sistema de protección de
menores.

76. En cuanto a la guarda y custodia, esta Sala ha señalado que es uno de los
objetos más comprometidos de la decisión judicial, que impone la
organización futura de cualquier familia a partir de la situación creada por la

con cualquier norma jurídica que deba aplicarse a un niño en un caso concreto o que pueda afectar
sus intereses. Así, el interés superior del menor ordena la realización de una interpretación
sistemática que considere los deberes de protección de los menores y los derechos especiales de
éstos previstos en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en los tratados
internacionales y en las leyes de protección de la niñez; de este modo, el principio del interés
superior del menor se consagra como criterio orientador fundamental de la actuación judicial; de ahí
que conlleva ineludiblemente a que el juzgador tome en cuenta, al emitir sus resoluciones, algunos
aspectos que le permitan determinar con precisión el ámbito de protección requerida, tales como la
opinión del menor, sus necesidades físicas, afectivas y educativas; el efecto sobre él de un cambio;
su edad, sexo y personalidad; los males que ha padecido o en que puede incurrir, y la posibilidad de
que cada uno de sus padres responda a sus posibilidades. En suma, el principio del interés superior
del menor debe informar todos los ámbitos de la actividad estatal que estén relacionados directa o
indirectamente con los menores, lo que necesariamente implica que la protección de los derechos
del niño se realice a través de medidas reforzadas o agravadas, ya que los intereses de los niños
deben protegerse siempre con una mayor intensidad.” Ponente: Ministro Alfredo Gutiérrez Ortiz
Mena. Secretaria: María Dolores Igareda Diez de Sollano.

35
AMPARO EN REVISIÓN 910/2016

ruptura definitiva de la convivencia conyugal entre sus progenitores,


determinación que es sumamente compleja29.

77. En este sentido, la Primera Sala ha dejado en claro que ante la existencia
de situaciones en donde los desacuerdos personales hacen imposible la
convivencia entre los padres, el Estado se encuentra obligado a encontrar
mecanismos que garanticen el derecho de los menores de edad a mantener
relaciones personales y de trato directo con cada uno de sus padres de
forma regular, asegurando así la continuación de la convivencia familiar. La
guarda y custodia se erige como una institución que tiene, entre otras, la
finalidad de salvaguardar el derecho-deber de los progenitores a participar
activamente en la crianza y educación de sus hijos e hijas menores de
edad, y, particularmente, asegurar la convivencia regular del menor con
ambos progenitores en contextos de crisis familiares30.

78. Esta Sala también ha expresado que, a la hora de decidir la forma de


atribución a los progenitores de la guarda y custodia, hay que tener en
cuenta que la regulación de los deberes y facultades que configuran la
patria potestad siempre está pensada y orientada en beneficio de los hijos,
finalidad que es común para el conjunto de las relaciones paterno-materno-
29
Véase el amparo directo en revisión 1573/2011, resuelto el 7 de marzo de 2012, por unanimidad
de cinco votos. Ponente: Ministro Arturo Zaldívar Lelo de Larrea. Secretario: Javier Mijangos y
González.
30
Cfr. Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, 1ª CCCVI/2013 (10ª), Décima Época, Libro
XXV, octubre de 2013, Tomo 2, página 1051, registro 2004703, de rubro y texto: “GUARDA Y
CUSTODIA DE UN MENOR DE EDAD Y RÉGIMEN DE CONVIVENCIA. SON INSTITUCIONES
PARALELAS Y COMPLEMENTARIAS DIRIGIDAS A SALVAGUARDAR EL DERECHO DE LOS
MENORES DE EDAD A LA CONVIVENCIA FAMILIAR EN CONTEXTOS DE CRISIS
INTRAFAMILIAR. Ante la existencia de situaciones en donde los desacuerdos personales hacen
imposible la convivencia entre los padres, el Estado se encuentra obligado a encontrar mecanismos
que garanticen el derecho de los menores de edad a mantener relaciones personales y de trato
directo con cada uno de sus padres de forma regular, asegurando así la continuación de la
convivencia familiar. El legislador, teniendo en consideración lo anterior, ha establecido diversas
instituciones jurídicas tendientes a salvaguardar el derecho-deber de los progenitores a participar
activamente en la crianza y educación de sus hijos menores de edad y, particularmente, asegurar la
convivencia regular del menor con ambos progenitores en contextos de crisis intrafamiliar. Dentro
de estas instituciones se encuentran la fijación de la guarda y custodia a cargo de uno de los padres
y, paralelamente, el derecho de visitas o régimen de convivencia a favor del otro. Estas figuras son
complementarias entre sí y garantizan, bajo estas situaciones extenuantes, el derecho del menor a
vivir en familia y convivir con ambos padres, asegurando así el sano desarrollo de su personalidad.”
Ponente: Ministro Arturo Zaldívar Lelo de Larrea. Secretario: Javier Mijangos y González.

36
AMPARO EN REVISIÓN 910/2016

filiales. Este criterio proteccionista debe reflejarse también en las medidas


judiciales que han de adoptarse en relación con el cuidado y educación de
los hijos e hijas: deben tomarse aquellas medidas que sean más adecuadas
a la edad de los niños y niñas, para ir construyendo progresivamente el
control acerca de su situación personal y proyección de futuro, evitando
siempre que el menor pueda ser manipulado, buscando, por el contrario, su
formación integral y su integración familiar y social31.

C. Relación entre riesgo y condición de salud en el otorgamiento


de la guarda y la custodia

Riesgo
79. Debe notarse que, como ha destacado este Tribunal, el principio de interés
superior implica que los intereses de los niños deben protegerse con mayor
intensidad, por lo que no es necesario que se genere un daño a los bienes o
derechos de los niños para que se vean afectados, sino que basta con que
éstos se coloquen en una situación de riesgo. En este sentido, en la
jurisprudencia de esta Sala se ha hecho una precisión sobre el concepto de
riesgo que se refleja en la tesis 1ª CVIII/2014 (10ª), de rubro: “DERECHOS
DE LOS NIÑOS. BASTA CON QUE SE COLOQUEN EN UNA SITUACIÓN

31
Cfr. Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, 1ª/J. 31/2014 (10ª), Décima Época, Libro 5,
abril de 2014, Tomo I, página 451, registro 2006227, de rubro y texto: “INTERÉS SUPERIOR DE
LOS MENORES Y ATRIBUCIÓN DE LA GUARDA Y CUSTODIA. Como criterio ordenador, el
interés superior de los menores previsto en el artículo 4o. de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos, ha de guiar cualquier decisión sobre guarda y custodia. Dicho de otro modo, el
interés del menor constituye el límite y punto de referencia último de la institución de la guarda y
custodia, así como de su propia operatividad y eficacia. En esta lógica, a la hora de decidir la forma
de atribución a los progenitores de la guarda y custodia, hay que tener en cuenta que la regulación
de cuantos deberes y facultades configuran la patria potestad, siempre está pensada y orientada en
beneficio de los hijos, finalidad que es común para el conjunto de las relaciones paterno-filiales; y
este criterio proteccionista se refleja también en las medidas judiciales que han de adoptarse en
relación con el cuidado y educación de los hijos. En definitiva, todas las medidas sobre el cuidado y
educación de los hijos deben ser adoptadas teniendo en cuenta el interés de éstos, que no el de los
padres, pues no son las condiciones psicológicas o afectivas de los progenitores las que
determinan las medidas a adoptar, sino exclusivamente el bienestar de los hijos. El criterio antes
reseñado vincula tanto a los órganos jurisdiccionales como al resto de los poderes públicos e,
incluso, a los padres y ciudadanos, de manera que han de adoptarse aquellas medidas que sean
más adecuadas a la edad de los menores, para ir construyendo progresivamente el control acerca
de su situación personal y proyección de futuro, evitando siempre que el menor pueda ser
manipulado, buscando, por el contrario, su formación integral y su integración familiar y social.”

37
AMPARO EN REVISIÓN 910/2016

DE RIESGO PARA QUE SE VEAN AFECTADOS” 32, cuyas consideraciones


se incorporan en este apartado.

80. Para esta Corte, si el concepto de riesgo se entiende simplemente como la


posibilidad de que un daño ocurra en el futuro, es evidente que la
eventualidad de que un niño o niña sufra una afectación estará siempre
latente. Cualquier niño o niña está en riesgo de sufrir una afectación por
muy improbable que sea. Sin embargo, esta no es una interpretación muy
razonable del concepto de riesgo. Así, debe entenderse que el aumento del
riesgo se configura normalmente como una situación en la que la ocurrencia
de un evento hace más probable la ocurrencia de otro, de modo que el
riesgo de que se produzca este segundo evento aumenta cuando se
produce el primero.

81. Aplicando tal comprensión a las contiendas donde estén involucrados los
derechos de los menores de edad, y reiterando que el interés superior de la
infancia ordena que los jueces decidan atendiendo a lo que resultará más
beneficioso para el niño, la situación de riesgo se actualizará cuando no se
adopte aquella medida que resultará más beneficiosa para el niño, y no sólo
cuando se evite una situación perjudicial33.

32
Cfr. Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, 1ª CVIII/2014 (10ª), Libro 4, marzo de
2014, Tomo I, página 538, registro 2005919. Ponente: Ministro Arturo Zaldívar Lelo de Larrea.
Secretarios: Ana María Ibarra Olguín y Arturo Bárcena Zubieta.
33
Cfr. Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, 1ª CVIII/2014 (10ª), Décima Época, Libro 4,
marzo de 2014, Tomo I, página 538, registro 2005919, de rubro y texto: “DERECHOS DE LOS
NIÑOS. BASTA CON QUE SE COLOQUEN EN UNA SITUACIÓN DE RIESGO PARA QUE SE
VEAN AFECTADOS. El principio de interés superior implica que los intereses de los niños deben
protegerse con mayor intensidad, por lo que no es necesario que se genere un daño a los bienes o
derechos de los niños para que se vean afectados, sino que basta con que éstos se coloquen en
una situación de riesgo. Aquí conviene hacer una precisión sobre el concepto de riesgo. Si éste se
entiende simplemente como la posibilidad de que un daño ocurra en el futuro, es evidente que la
eventualidad de que un menor sufra una afectación estará siempre latente. Cualquier menor está en
riesgo de sufrir una afectación por muy improbable que sea. Sin embargo, ésta no es una
interpretación muy razonable del concepto de riesgo. Así, debe entenderse que el aumento del
riesgo se configura normalmente como una situación en la que la ocurrencia de un evento hace
más probable la ocurrencia de otro, de modo que el riesgo de que se produzca este segundo
evento aumenta cuando se produce el primero. Aplicando tal comprensión a las contiendas donde
estén involucrados los derechos de los menores de edad, y reiterando que el interés superior de la
infancia ordena que los jueces decidan atendiendo a lo que resultará más beneficioso para el niño,
la situación de riesgo se actualizará cuando no se adopte aquella medida que resultará más
beneficiosa para el niño, y no sólo cuando se evite una situación perjudicial”. Ponente: Ministro
Arturo Zaldívar Lelo de Larrea. Secretarios: Ana María Ibarra Olguín y Arturo Bárcena Zubieta.

38
AMPARO EN REVISIÓN 910/2016

82. Al hilo de esa conceptualización de riesgo, esta Sala ya ha expresado en


diversos precedentes que, en los casos en que se involucren derechos de
niños y niñas, como es el caso de la guarda y custodia, debe demostrarse la
existencia de un riesgo probable y fundado para determinar que un
progenitor no es apto para tenerla.

83. Pero, se insiste, precisamente con fundamento en el interés superior de


menor debe probarse la existencia de un riesgo probable y fundado. Esta
Sala ha determinado en la tesis 1ª CVIII/2014 (10ª), citada, que “el aumento
del riesgo se configura normalmente como una situación en la que la
ocurrencia de un evento hace más probable la ocurrencia de otro, de modo
que el riesgo de que se produzca este segundo evento aumenta cuando se
produce el primero.”

Condición de salud
84. Es doctrina constitucional reiterada de esta Corte que hacer depender el
otorgamiento de la guarda y la custodia de los niños y niñas de una
condición de salud, sin que se demuestre la existencia de un riesgo para los
menores involucrados no protege el interés superior del menor y, además,
es contrario a lo dispuesto por el artículo 1º constitucional34.

34
Cfr. Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, 1ª CVII/2014 (10ª), Décima Época, Libro 4,
marzo de 2014, Tomo I, página 546, registro 2005924, de rubro y texto: “INTERÉS SUPERIOR DEL
MENOR. USO JUSTIFICADO DE LAS CATEGORÍAS PROTEGIDAS EN EL ARTÍCULO
PRIMERO CONSTITUCIONAL, EN LAS CONTIENDAS QUE INVOLUCRAN LOS DERECHOS DE
LOS NIÑOS. Cuando para determinar dónde se ubica el interés superior del niño el juzgador
pondera alguna de las categorías protegidas por el artículo 1o. constitucional, como la salud, la
religión, las preferencias sexuales, o la condición social de alguno de los progenitores, debe
evaluarse estrictamente si el uso de las mismas está justificado, y en consecuencia, si su
evaluación tiende a proteger el interés superior del niño. Un uso justificado de las categorías
protegidas por la Constitución será aquel que evidencie, con base en pruebas técnicas o científicas,
que dichas circunstancias tienen un impacto negativo en el bienestar y desarrollo del menor. Dicha
situación debe ser probada y no especulativa o imaginaria. Por tanto, no pueden ser admisibles las
especulaciones, presunciones, estereotipos o consideraciones generalizadas sobre las
características de los progenitores.” Ponente: Ministro Arturo Zaldívar. Secretarios: Ana María Ibarra
Olguín y Arturo Bárcena Zubieta.

39
AMPARO EN REVISIÓN 910/2016

85. Este aspecto fue abordado en el amparo directo en revisión 2618/2013 35, en
el cual se dijo que solamente en caso de riesgo probable y fundado podría
privilegiarse la diferencia de trato y excluir de la guardia y custodia al padre
o la madre bajo el supuesto de una condición de salud. No resulta acorde
con el interés superior del menor y el principio de igualdad y no
discriminación excluir a un progenitor sin más por su condición de salud
para ejercer la guarda y la custodia, sea ésta esta definitiva o provisional.

86. A la luz de doctrina, la condición de salud y, en su caso, la utilización de


fármacos para combatirla no es razón suficiente para determinar que una
persona no es apta para detentar la guarda y la custodia. Antes bien, debe
probarse que la situación de salud condiciona de tal modo a la persona que
ésta no puede hacerse cargo de los niños o niña por los efectos que en ella
provoca la medicación o las limitaciones inherentes a la condición de salud
porque –y esto es lo relevante– con ellos se afecta a los niños y niñas
implicados.

87. A las precedentes consideraciones ha de añadirse que, en aquellas


situaciones en las que deba dirimirse a cuál de los padres debe otorgarse la
custodia individual de la niña o niño, el juzgador debe tomar en cuenta que
las circunstancias familiares son siempre cambiantes y que el otorgamiento
de la guarda y la custodia a uno u otro progenitor no puede tomarse como
un sistema de recompensas. Se insiste: lo importante siempre es priorizar el
interés del niño o niña cuyos derechos estén en juego. Así, lo que ha de
primar es aquel sistema que en el caso concreto se adapte mejor al niño o a
la niña y a su interés, no al interés de sus progenitores.

88. No puede perderse de vista que lo que se pretende es preservar los


derechos de los niños y niñas involucrados, dejando un lado los deseos,
caprichos y el tipo de la relación que entre los progenitores ellos exista. Por

35
Véanse las consideraciones del amparo directo en revisión 2618/2013, resuelto por la Primera
Sala el 23 de octubre de 2013, por mayoria de cuatro votos. Ponente: Ministro Arturo Zaldívar.
Secretarios: Ana María Ibarra Olguín y Arturo Bárcena Zubieta.

40
AMPARO EN REVISIÓN 910/2016

ello, el juzgador debe valorar escrupulosamente las específicas


circunstancias de cada caso para determinar a cuál de los progenitores
debe concederse la guarda y la custodia –o bien si ésta debe ser
compartida–, sin que una condición de salud sea por sí misma un obstáculo
para su otorgamiento cuando dicha condición no implica un riesgo probable
y fundado para los menores, pues se traduce en un acto discriminatorio
para con ese progenitor.

89. Sentado lo anterior, no ha de perderse de vista que la resolución del asunto


que ahora nos ocupa tiene como eje y propósito fundamental privilegiar el
interés superior de la niña, cuyos derechos están en juego.

D. Derecho de los niños y las niñas a expresar su opinión


90. El derecho los menores de edad a participar efectivamente en los
procedimientos jurisdiccionales que los afectan y a dar su opinión no se trata
de una cuestión nueva en la jurisprudencia de esta Corte. Esta Primera Sala
en diversos asuntos ha señalado que el derecho de niños y niñas a ser
escuchados comprende dos elementos: el derecho a expresar la opinión y a
que ésta sea tomada en cuenta en función de la madurez, derecho que está
reconocido en el artículo 12 de la Convención sobre los Derechos del Niño36.

91. No obstante, también ha expresado que la restricción a este derecho de


expresión de niños y niñas encuentra una justificación constitucionalmente
válida en el sentido que persigue como objetivo la protección integral a los
derechos fundamentales del niño o la niña, de modo que la regulación del
ejercicio del derecho de expresión infantil implica una acción netamente
protectora de la infancia, pues se pretende prevenir que enfrenten

36
Artículo 12
1. Los Estados Partes garantizarán al niño que esté en condiciones de formarse un juicio propio el
derecho de expresar su opinión libremente en todos los asuntos que afectan al niño, teniéndose
debidamente en cuenta las opiniones del niño, en función de la edad y madurez del niño.
2. Con tal fin, se dará en particular al niño oportunidad de ser escuchado, en todo procedimiento
judicial o administrativo que afecte al niño, ya sea directamente o por medio de un representante o
de un órgano apropiado, en consonancia con las normas de procedimiento de la ley nacional.

41
AMPARO EN REVISIÓN 910/2016

situaciones que les inquieten o perturben su sano desarrollo, y sobre las


cuales no sepan aún externar una opinión madura que pueda considerarse lo
suficientemente válida para decidir algún aspecto que les afecte.

92. De este modo, debe tenerse en cuenta que su participación no constituye


una regla irrestricta, pues asumir tal rigidez implicaría dejar de lado las
condiciones específicas que rodean a los niños en casos particulares, lo que
podría ir en detrimento de su interés superior, pero la excepción debe estar
debidamente fundada y motivada37.

93. En esencia, el derecho de los niños y niñas a ser escuchados busca


brindarles una protección adicional, por lo cual se constituye en una
formalidad esencial del procedimiento a su favor, cuya tutela debe observarse
siempre y en todo tipo de procedimientos que puedan afectar sus intereses,
debiendo tenerse en consideración que este derecho se debe ejercer de
forma progresiva, sin que ello dependa de una edad predeterminada que
pueda aplicarse en forma generalizada a todos los menores, sino que debe
analizarse en cada caso, según la madurez del menor38.
37
Cfr. Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, 1ª/J. 12/2015 (10ª), Décima Época, Libro 18,
Mayo de 2015, Tomo I, página 383, registro 2009010, de rubro y texto: “INTERÉS SUPERIOR DEL
MENOR. EL EJERCICIO DEL DERECHO DE LOS MENORES DE EDAD A PARTICIPAR EN LOS
PROCEDIMIENTOS QUE AFECTEN SU ESFERA JURÍDICA INVOLUCRA UNA VALORACIÓN
DE PARTE DEL JUEZ. El artículo 12 de la Convención sobre los Derechos del Niño establece el
derecho de los menores de edad a participar efectivamente en los procedimientos jurisdiccionales
que los afectan y a dar su opinión de tal modo que pueda tener influencia en el contexto de la toma
de decisión judicial que resuelva sobre su vida y sus derechos. Sin embargo, su participación no
constituye una regla irrestricta, pues asumir tal rigidez implicaría dejar de lado las condiciones
específicas que rodean a los niños en casos particulares, lo que podría ir en detrimento de su
interés superior. En este sentido, tanto al evaluar de oficio la participación de los menores de edad
como al analizar la conveniencia de la admisión de su declaración o testimonio ofertada por las
partes, el juez debe evitar la práctica desmedida o desconsiderada del derecho, lo que podría
acontecer si sus derechos no forman parte de la litis del asunto, si el menor ha manifestado su
deseo de no intervenir o hacerlo a través de sus representantes, si se pretende entrevistarlo más
veces de las necesarias, o si de cualquier manera pudiera ponerse en riesgo su integridad física o
psíquica. Ahora bien, esta sujeción a valoración judicial de la participación de los menores de edad
en los procedimientos jurisdiccionales no debe ser jamás leída como una barrera de entrada, sino
como el mecanismo que da cauce a su derecho. La premisa para el juzgador debe ser procurar el
mayor acceso del niño, en la medida de lo posible, al examen de su propio caso. Por ende, la
excepción debe estar debidamente fundada y motivada, previendo que dicha decisión puede ser
impugnada y remitida a un nuevo examen jurídico por los tribunales de alzada y los jueces de
amparo.” Ponente: Ministro José Ramón Cossío Díaz. Secretaria: Luz Helena Orozco y Villa.
38
Cfr. Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, 1ª CLXXXIX/2013 (10ª), Décima Época,
Libro XX, Mayo de 2013, Tomo I, página 528, registro 2003537, de rubro y texto: “ DERECHO DE
LOS MENORES DE EDAD A PARTICIPAR EN LOS PROCEDIMIENTOS JURISDICCIONALES
QUE AFECTEN SU ESFERA JURÍDICA. SU EJERCICIO NO SE PUEDE CONDICIONAR A

42
AMPARO EN REVISIÓN 910/2016

E. Análisis del caso concreto


94. Centrando la cuestión sometida a nuestro juicio, hemos de recordar que nos
encontramos ante un supuesto en el que debe determinarse si la sentencia
por la que el juez de distrito otorgó la guarda y custodia provisional de la
niña al padre atiende a la doctrina constitucional ya expuesta, en virtud de
que cualquier cuestión familiar relacionada con el ejercicio de la patria
potestad debe valorar siempre el beneficio del niño o niña involucrado como
interés prevalente.

95. Como ya se adelantó, a juicio de esta Sala la resolución del juez de distrito
que aquí se revisa no resulta una expresión de justicia, ya que vulnera el
interés superior de la niña. Los argumentos principales de la sentencia
recurrida, como ya se dijo, se basan en: (i) la condición de salud de la
madre, (ii) el actuar omisivo (sic) de la madre en las obligaciones de crianza,
y (iii) la manifestación de la niña realizada el 19 de junio de 2014, todo ello
relacionado con que, en el caso, no se estaba ante un cambio de
circunstancias que justificaran la variación de la guarda y custodia y que, en
definitiva, no se había tomado en cuenta para resolver la existencia de una
averiguación previa.

96. De acuerdo a nuestra consolidada doctrina, esta Sala considera necesario


acentuar que el caso debe analizarse para su correcta resolución con una
perspectiva de género, óptica que fue totalmente desconocida en la

CIERTA EDAD PREVISTA EN UNA LEGISLACIÓN (INTERPRETACIÓN DEL ARTÍCULO 414 BIS
DEL CÓDIGO CIVIL PARA EL ESTADO DE NUEVO LEÓN). Como ya lo ha establecido esta
Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el derecho de los menores a participar
en procedimientos jurisdiccionales que puedan afectar su esfera jurídica, resulta fundamental para
una debida tutela del interés superior de la infancia. Por tanto, si bien el artículo 414 Bis del Código
Civil para el Estado de Nuevo León señala que en todo caso, el juez deberá escuchar la opinión de
los menores que han cumplido doce años, ello no es obstáculo para que se conozca y sea valorada
la opinión de los menores a pesar de que no cumplan con dicha edad, toda vez que el derecho que
tienen de ser escuchados busca brindarles una protección adicional, por lo cual, se constituye en
una formalidad esencial del procedimiento a su favor, cuya tutela debe observarse siempre y en
todo tipo de procedimientos que puedan afectar sus intereses, debiendo tenerse en consideración
que este derecho se debe ejercer de forma progresiva, sin que ello dependa de una edad
predeterminada que pueda aplicarse en forma generalizada a todos los menores, sino que debe
analizarse en cada caso, según la madurez del menor.” Ponente: Ministro Arturo Zaldívar Lelo de
Larrea. Secretario: Javier Mijangos y González.

43
AMPARO EN REVISIÓN 910/2016

sentencia recurrida. Conviene recordar que esta Corte ha reiterado en


diversas ocasiones que todo órgano jurisdiccional debe impartir justicia con
base en una perspectiva de género39, aun cuando las partes no lo
soliciten; de tal manera que el juzgador debe verificar si existe una situación
de violencia o vulnerabilidad que, por cuestiones de género, impida impartir
justicia de manera completa e igualitaria. Así pues, la introducción de la
perspectiva de género en el análisis jurídico pretende combatir argumentos
estereotipados e indiferentes al derecho a la igualdad40.

97. En consecuencia, la Primera Sala ha determinado que en este aspecto es


obligación del juzgador, entre otras, identificar si existen situaciones de
poder que por cuestiones de género den cuenta de un desequilibrio
entre las partes de la controversia, así como cuestionar los hechos y
valorar las pruebas desechando cualquier estereotipo o prejuicio de
género, a fin de visualizar las situaciones de desventaja provocadas por
condiciones de sexo o género41.
39
Cfr. Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, 1ª XCIX/2014 (10ª), Décima Época, Libro 4,
marzo de 2014, Tomo I, página 524, registro 2005794, de rubro y texto siguientes: “ACCESO A LA
JUSTICIA EN CONDICIONES DE IGUALDAD. TODOS LOS ÓRGANOS JURISDICCIONALES
DEL PAÍS DEBEN IMPARTIR JUSTICIA CON PERSPECTIVA DE GÉNERO. De los artículos 1o. y
4o. de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, 2, 6 y 7 de la Convención
Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer, "Convención de
Belém do Pará", adoptada en la ciudad de Belém do Pará, Brasil, el 9 de junio de 1994, publicada
en el Diario Oficial de la Federación el 19 de enero de 1999 y, 1 y 16 de la Convención de las
Naciones Unidas sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer,
adoptada por la asamblea general el 18 de diciembre de 1979, publicada en el señalado medio de
difusión oficial el 12 de mayo de 1981, deriva que el derecho humano de la mujer a una vida libre de
violencia y discriminación es interdependiente del derecho a la igualdad; primeramente, porque este
último funge como presupuesto básico para el goce y ejercicio de otros derechos y porque los
derechos humanos de género giran en torno a los principios de igualdad y no discriminación por
condiciones de sexo o género. Así, el reconocimiento de los derechos de la mujer a una vida libre
de violencia y discriminación y de acceso a la justicia en condiciones de igualdad, exige que todos
los órganos jurisdiccionales del país impartan justicia con perspectiva de género, que constituye un
método que pretende detectar y eliminar todas las barreras y obstáculos que discriminan a las
personas por condición de sexo o género, es decir, implica juzgar considerando las situaciones de
desventaja que, por cuestiones de género, discriminan e impiden la igualdad. De ahí que el juez
debe cuestionar los estereotipos preconcebidos en la legislación respecto de las funciones de uno u
otro género, así como actuar con neutralidad en la aplicación de la norma jurídica en cada situación;
toda vez que el Estado tiene el deber de velar porque en toda controversia jurisdiccional donde se
advierta una situación de violencia, discriminación o vulnerabilidad por razones de género, ésta sea
tomada en cuenta a fin de visualizar claramente la problemática y garantizar el acceso a la justicia
de forma efectiva e igualitaria.”
40
Véase el Protocolo para juzgar con perspectiva de género, Suprema Corte de Justicia de la
Nación, México, 2013.
41
Cfr. Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, 1ª/J. 22/2016 (10ª), Libro 29, abril de 2016,
Tomo II, página 836, registro 2011430, de rubro y texto siguientes: “ACCESO A LA JUSTICIA EN

44
AMPARO EN REVISIÓN 910/2016

98. En consonancia con el criterio anterior, la perspectiva de género en la


administración de justicia obliga a leer e interpretar las normas que regulan
las instituciones tomando en cuenta los principios ideológicos que la
sustentan, así como la forma en que afectan, de manera diferenciada, a
quienes acuden a demandar justicia, pues sólo así se puede aspirar a
aplicar correctamente los principios de igualdad y equidad42.

99. Aclarado lo anterior, en el caso se advierte que efectivamente existe una


situación de desequilibrio por cuestiones de género que impacta en el
cuestionamiento de los hechos, así como en la valoración de las pruebas, y
que además propicia estereotipos o prejuicios de género. En la valoración del
material probatorio se dejó de lado el contexto y las circunstancias de

CONDICIONES DE IGUALDAD. ELEMENTOS PARA JUZGAR CON PERSPECTIVA DE


GÉNERO. Del reconocimiento de los derechos humanos a la igualdad y a la no discriminación por
razones de género, deriva que todo órgano jurisdiccional debe impartir justicia con base en una
perspectiva de género, para lo cual, debe implementarse un método en toda controversia judicial,
aun cuando las partes no lo soliciten, a fin de verificar si existe una situación de violencia o
vulnerabilidad que, por cuestiones de género, impida impartir justicia de manera completa e
igualitaria. Para ello, el juzgador debe tomar en cuenta lo siguiente: i) identificar primeramente si
existen situaciones de poder que por cuestiones de género den cuenta de un desequilibrio entre las
partes de la controversia; ii) cuestionar los hechos y valorar las pruebas desechando cualquier
estereotipo o prejuicio de género, a fin de visualizar las situaciones de desventaja provocadas por
condiciones de sexo o género; iii) en caso de que el material probatorio no sea suficiente para
aclarar la situación de violencia, vulnerabilidad o discriminación por razones de género, ordenar las
pruebas necesarias para visibilizar dichas situaciones; iv) de detectarse la situación de desventaja
por cuestiones de género, cuestionar la neutralidad del derecho aplicable, así como evaluar el
impacto diferenciado de la solución propuesta para buscar una resolución justa e igualitaria de
acuerdo al contexto de desigualdad por condiciones de género; v) para ello debe aplicar los
estándares de derechos humanos de todas las personas involucradas, especialmente de los niños y
niñas; y, vi) considerar que el método exige que, en todo momento, se evite el uso del lenguaje
basado en estereotipos o prejuicios, por lo que debe procurarse un lenguaje incluyente con el objeto
de asegurar un acceso a la justicia sin discriminación por motivos de género”.
42
Cfr. Semanario Judicial de la Federación, 1ª XXIII/2014 (10ª), Décima Época, Libro 3, febrero
2014, Tomo I, página 677, registro 2005458, de rubro y texto: “PERSPECTIVA DE GÉNERO EN LA
ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA. SU SIGNIFICADO Y ALCANCES. El artículo 1o., párrafo último,
de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos establece que queda prohibida toda
discriminación motivada, entre otras, por cuestiones de género, que atente contra la dignidad
humana y tenga por objeto anular o menoscabar los derechos y las libertades de las personas. En
este sentido, el legislador debe evitar la expedición de leyes que impliquen un trato diferente e
injustificado entre hombres y mujeres. A su vez, los órganos jurisdiccionales, al resolver los asuntos
que se sometan a su conocimiento, deben evitar cualquier clase de discriminación o prejuicio en
razón del género de las personas. Así, la perspectiva de género en la administración de justicia
obliga a leer e interpretar una norma tomando en cuenta los principios ideológicos que la sustentan,
así como la forma en que afectan, de manera diferenciada, a quienes acuden a demandar justicia,
pues sólo así se puede aspirar a aplicar correctamente los principios de igualdad y equidad, ya que
a partir de la explicación de las diferencias específicas entre hombres y mujeres, se reconoce la
forma en que unos y otras se enfrentan a una problemática concreta, y los efectos diferenciados
que producen las disposiciones legales y las prácticas institucionales.”

45
AMPARO EN REVISIÓN 910/2016

desequilibrio. Lo anterior también resulta de especial relevancia pues de


alguna manera se imponen y fomentan en la niña ciertas concepciones
estereotípicas de las exigencias y roles de género que necesariamente
influyen en la conformación de su personalidad.

100. Ciertamente, de autos se constata que existe una diferencia de edad, de


estudios y de ingresos que repercuten en la peculiar posición en que cada
uno de los progenitores se encuentran. Se observa que la madre no tiene
estudios universitarios concluidos, ya que éstos fueron interrumpidos a causa
del embarazo y que, posteriormente, se dedicó al cuidado y atención de la
niña y del hogar, sin que percibiera ingresos por algún otro trabajo. Al menos
no consta que tuviera un trabajo fuera del hogar. En cambio, el padre sí tiene
estudios universitarios, incluso un doctorado en derecho, es empresario, con
negocios ya establecidos y no se advierte que requiera compatibilizarlos con
las labores del hogar.

101. Otro aspecto a destacar consiste en la diferencia de edad entre ambos


progenitores: al contraer matrimonio ella tenía 21 años y él 34, pero su
relación inició desde que ella tenía 17 años. Se infiere que desde joven,
incluso siendo menor de edad, ha estado vinculada emocionalmente a él.

102. Una vez que se produce la crisis matrimonial y la ruptura, la madre se ve en


la necesidad de buscar un trabajo remunerado que solvente sus necesidades
alimenticias y que igualmente sea compatible con el cuidado y atención de la
niña, sin que cuente con redes de apoyo familiar para la labor de cuidado, ni
de una persona contratada que la asista en ello. La pensión alimenticia que
se decretó fue de $4,000.00 pesos, cuyo destino eran los gastos
estrictamente alimentarios de la niña, de modo que necesariamente la madre
tenía que encontrar un trabajo remunerado fuera del hogar para su propia
manutención y subsistencia y, además, conciliarlo con el cuidado y atención
de la menor, así como de las labores domésticas.

46
AMPARO EN REVISIÓN 910/2016

103. En cambio, el padre tiene una posición económica desahogada, un negocio


en apariencia consolidado y un nivel de estudios que, prima facie, le permite
acceder a trabajos mejor remunerados. Además, cuenta con el apoyo de
redes de apoyo familiar y también con la asistencia de una persona
contratada especialmente para el cuidado de la niña desde que tiene la
guarda y la custodia. El desequilibrio es manifiesto puesto que, contrario a la
madre, el padre por su particular posición no requiere conciliar sus
actividades laborales con las labores de cuidado de la niña, ni con la atención
del trabajo doméstico, no obstante que su trabajo profesional no le permita la
dedicación directa y primaria de la niña.

104. Estas situaciones, valoradas en su conjunto y en el contexto de la


controversia, muestran la existencia de una situación de desequilibrio por
cuestiones de género que se manifiestan en el nivel estudios, de ingresos, en
la conciliación del binomio trabajo profesional y atención del hogar, y, en
cierta manera, en la diferencia de edad. La sentencia que ahora se recurre no
advierte esta situación de desequilibrio que coloca a la madre en una
situación de vulnerabilidad por razón de género.

(i) Condición de salud y riesgo


105. Ciertamente, el asunto se desarrolla en un contexto difícil en razón de los
conflictos generados sin solución de continuidad entre los progenitores. Sin
embargo, la sentencia emitida por el juez federal otorga un peso
preponderante a la condición de salud de la madre, sin que esta Sala
advierta que dicha condición represente un riesgo probable y fundado para la
niña.

106. No puede soslayarse que en el supuesto que enjuiciamos se involucra una


categoría de las prohibidas en el texto constitucional –la salud–, en relación
con la ponderación del interés superior de niños y niñas. En estos casos, el
juzgador debe ser especialmente escrupuloso en el análisis de las
circunstancias que rodean el asunto, de modo que, con base en pruebas

47
AMPARO EN REVISIÓN 910/2016

técnicas o científicas, se evidencie que la condición de salud tiene un impacto


negativo en el bienestar y desarrollo del menor. Pero esa situación, como lo
ha expresado en otras ocasiones esta Sala, debe ser probada y no
especulativa o imaginaria43, valorando cada situación en particular para
que, con base en los méritos de las circunstancias, se determine lo que ha de
regir en el caso concreto44.

107. La regla general es que los progenitores son aptos para el cuidado de sus
hijos e hijas, no obstante los defectos y carencias que acompañan
necesariamente la condición humana. Lo contrario, la falta de aptitud, debe
demostrarse, pues con ello se afectan los derechos y la esfera jurídica de los
niños y niñas involucrados. Ninguna duda cabe que no existe un modelo de
padres y madres ideales, acabado y perfecto, una especie de arquetipo ante
el cual contrastar la conducta específica de los progenitores, con el fin de
determinar si se está o no ante un buen padre y/o madre, y si, con base en
esa imagen ejemplar, sean justificables o no ciertas restricciones en las
instituciones protectores de la infancia, como lo es la guarda y custodia.

108. Ahora bien, está Sala también ha expresado que en asuntos en los cuales
están involucrados derechos de niños y niñas, el juzgador debe valorar todo
el material probatorio integrado en autos, aun cuando vaya más allá de la litis
planteada en la demanda de guarda y custodia45. Pues bien, de un examen
43
Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, 1ª CVII/2014 (10ª), Décima Época, Libro 4,
marzo de 2014, Tomo I, página 546, registro 2005924, de rubro: “INTERÉS SUPERIOR DEL
MENOR. USO JUSTIFICADO DE LAS CATEGORÍAS PROTEGIDAS EN EL ARTÍCULO
PRIMERO CONSTITUCIONAL, EN LAS CONTIENDAS QUE INVOLUCRAN LOS DERECHOS DE
LOS NIÑOS”.
44
Véanse las consideraciones del amparo directo en revisión 5904/2015, resuelto por la Primera
Sala el 29 de septiembre de 2016, por mayoría de tres votos. Ponente: Ministro Alfredo Gutiérrez
Ortiz Mena. Secretaria: Cecilia Armengol Alonso.
45
Cfr. Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, 1ª XVI/2011, Novena Época, Tomo XXXIII,
febrero de 2011, página 616, registro 162797, de rubro y texto: “JUICIOS DE GUARDA Y
CUSTODIA. DE ACUERDO AL INTERÉS SUPERIOR DEL NIÑO DEBE VALORARSE LA
TOTALIDAD DEL MATERIAL PROBATORIO QUE OBRA EN AUTOS. De acuerdo al interés
superior del niño, en los procedimientos que directa o indirectamente trascienden los derechos de
los menores, el juez debe decidir atendiendo al mayor beneficio del menor por lo que debe valorar
todos los elementos probatorios que tenga a su alcance. En tal sentido, aun cuando en la demanda
de guarda y custodia se omitan plantear hechos que podrían resultar perjudiciales para los
menores, tal omisión no limita al juzgador a valorar el material probatorio en autos que pudiera
corroborar tal situación.” Ponente: Ministro Arturo Zaldívar Lelo de Larrea. Secretarios: Ana María
Ibarra Olguín y Javier Mijangos y González.

48
AMPARO EN REVISIÓN 910/2016

minucioso del expediente, y una vez analizado el material probatorio que


obra en él, esta Sala no llega a la convicción de que se acredite que la
condición de salud de la madre represente un riesgo probable y fundado para
la niña.

109. Lo dicho es de especial relevancia porque en la sentencia recurrida se


afirma que la jueza responsable desestima el “riesgo que el ejemplo puede
crear en la menor”46, sin que para esta Sala se encuentre probado en autos
que persista tal condición de salud, o que exista en grado tal que afecte el
desempeño de la madre en el cuidado filial. Tampoco se alude –en las
constancias del expediente– a una valoración de la intensidad o grado, o bien
a la existencia de indicios en torno a que la condición de la madre propicie
una situación de riesgo para la menor, ni a un patrón de conducta omisivo en
las obligaciones de crianza.

110. Es preciso puntualizar, ante la afirmación realizada en la sentencia


recurrida, que la calidad moral del ejemplo no puede ser la pauta para
calibrar la idoneidad de los progenitores en el desempeño de las obligaciones
derivadas de la guarda y custodia. Como se dijo, no existe un tipo ideal de
padres y madres, sino que es preciso sopesar si las conductas
desempeñadas por los progenitores –que siempre constituyen un ejemplo, ya
sea positivo o negativo y que necesariamente marcan la personalidad de los
niños y niñas– son susceptibles de actualizar un riesgo probable y fundado.

111. En efecto, lo que sí debe existir es un grado de probabilidad para determinar


que efectivamente ciertas conductas ponen en riesgo a un niño o niña, con la
razonable proyección a futuro de que la conducta sea de tal manera
perniciosa que afecte sus derechos. Esta Sala observa que el criterio que ha
de presidir la decisión que en cada caso corresponda adoptar en casos
similares, a la vista de las circunstancias concretas, debe ser necesariamente
el del interés prevalente de niños y niñas, ponderándolo con el de sus

46
Juicio de amparo 577/2015-I, foja 23 de la sentencia de amparo.

49
AMPARO EN REVISIÓN 910/2016

progenitores, que aun siendo de menor rango, no por ello resulta


desdeñable47.

112. Por lo que atañe a la condición de salud, como ya se expuso, no puede


convenirse con lo expresado por el juez de distrito. En primer lugar, al
involucrase una de las categorías sospechosas debió analizarse el caso con
un escrutinio estricto. Contrario a ello, se advierte un razonamiento jurídico
discriminatorio basado preponderantemente en una categoría sospechosa
como lo es la condición de salud, sin que se justifique que dicha condición
constituye un riesgo probable y fundado para la niña. En otras palabras, no
se advierte que exista algún otro elemento, además de la condición de salud,
por el cual se concluya en la falta de idoneidad de la madre para hacerse
cargo de la niña.

113. No consta que la madre desarrolle un rol pernicioso para la niña. Aún más,
previa valoración de todas las circunstancias concurrentes, esta Sala
considera que la sentencia que se revisa de alguna manera ha petrificado las
relaciones entre la madre y la niña con la consiguiente vulneración a los
derechos de la menor, ya que ha supuesto para la niña cierta desvinculación
afectiva y emocional para con su madre y para con la familia materna,
vulnerándose el derecho a la vida familiar y a las relaciones parentales de la
niña, de alguna manera se castiga a la niña al no tener trato con la familia
materna, aspecto que también puede producir daños irreparables en la
configuración de su personalidad.

114. Del análisis de las pruebas que obran en autos se advierte que existe un
diagnóstico en la madre relacionado con una condición de bulimia. Sin
embargo, de una lectura cuidadosa y detallada del expediente proporcionado
por la clínica médica48, ya que está en juego la afectación de la esfera jurídica
de una niña y la relación con su madre, se observa que la madre tuvo bulimia

47
Véase la sentencia del Tribunal Constitucional de España, STC 16/2016 de 1º de febrero de 2016.
48
Juicio ordinario civil **********, Incidente de reclamación de providencias precuautorias ,foja 354.

50
AMPARO EN REVISIÓN 910/2016

y luego fue superada, o al menos no consta que aún la padezca, ni si fuera el


caso el grado e intensidad del mismo.

(…) Acudió a valoración integral a la Clínica ********** en el mes


de marzo de 2011. Inició tratamiento en Noviembre (sic) del
mismo año y asistió hasta el mes de enero de 2012. Dejó de
asistir por problemas económicos.

En junio de 201449 acude nuevamente por una revaloración, con


la finalidad de conocer su estado físico y emocional actual, así
como su evolución en el tiempo que no recibió tratamiento.

115. En el expediente clínico se transcriben las consultas realizadas en el año


2012, en el que se evidencia que no puede seguir el tratamiento por falta de
recursos económicos para costearlo y pide consejo para atenderse en otras
clínicas. Llama la atención que es justamente a mediados del año 2011
cuando se firma el convenio de divorcio, de modo que la relación entre las
fechas no puede soslayarse (el 10 de mayo de 2011 se somete a sanción
judicial el convenio relacionado con la guarda y custodia de la niña, así como
la pensión alimenticia y demás obligaciones).

116. Cabe apuntar que en la sentencia recurrida no se admitió la probabilidad de


que los trastornos se debieran a un cuadro de salud que con cierta frecuencia
se da tras las rupturas matrimoniales, y que por sí mismo no inhabilita
necesariamente para desempeñar la labor como madre, aspecto que se
retomará más adelante.

117. Posteriormente, el 23 de junio de 2014 la madre acude a una revaloración.


Una vez más la relación de fechas no pasa desapercibida para esta Sala,
pues precisamente fue en junio de 2014 cuando se otorgó la guarda y
custodia provisional al padre y estaba ya en marcha el juicio de suspensión
de patria potestad. Consta en el expediente clínico lo siguiente:

49
En esas fechas es cuando se dicta la resolución que otorga la guarda y custodia provisional de la
niña al padre.

51
AMPARO EN REVISIÓN 910/2016

De acuerdo a las puntuaciones encontradas en los diferentes


tests (sic), ********** ya no presenta conductas de riesgo a
TCA50 (…).

(…) Es posible que el cambio en los resultados del APGAR


tengan que ver con su momento de vida ya que anteriormente
acababa de pasar por el divorcio (…).

(…) ********** se ubica en un estado motivacional de


MANTENIMIENTO ya que no ha presentado sintomatología en
estos últimos 8 meses.

118. En el mismo expediente existe una tabla comparativa entre la valoración


inicial de fecha 2 de marzo de 2011 y la realizada el 23 de junio de 2014, en
la cual se aprecian diferencias sustanciales en cuanto a su condición de
salud, aspecto que no fue valorado adecuadamente en la sentencia recurrida
y que, en cambio, sí fue tomando en cuenta por la jueza de origen.

119. Por lo que atañe al supuesto trastorno límite de personalidad, se advierte


que sólo obra el dicho de un médico51. Al leer el dictamen se observa una
argumentación contradictoria del galeno para concluir que la madre no es
apta para la guarda y custodia, y se evidencia la conclusión categórica que
inhabilita a la madre para el cuidado de la niña, sin que exista una
concatenación argumentativa con alguna prueba o se relacione con ciertos
patrones de conducta específicos:

La personalidad de la Sra. ********** está definida por


características de las llamadas límites (…) matizada con algunos
rasgos conocidos como dependientes, que sí se integran como
patología de la personalidad, es decir, la evaluada sí padece el
Trastorno de Personalidad Límite. Que deberá agregarse, que
existen diversos grados de intensidad o gravedad de los
trastornos de personalidad, el que ella padece no le incapacita
del todo, para ejercer una vida ordinaria de acuerdo a los
estándares sociales y que responde favorablemente al
tratamiento.

120. Una vez afirmado lo anterior, el médico concluye:

50
Trastorno de conducta alimentaria
51
Juicio ordinario civil, **********, Incidente de reclamación de providencias precautorias, foja 50 y
siguientes.

52
AMPARO EN REVISIÓN 910/2016

La evaluada (…) sí presenta un trastorno mental o del


comportamiento, específicamente de la personalidad, que se
denomina trastorno límite52. Además de padecer bulimia
purgativa.

Dicho trastorno le impide ejercer el rol materno con idoneidad


con su menor hija (…).

121. En el dictamen no se especifica cuáles son las conductas o características


que reúne la madre para qué sea considerada con trastorno límite de la
personalidad53. Tampoco se puntualiza en qué consiste el rol materno, ni en
52
El trastorno límite de la personalidad (TLP) es un constructo hipotético, es decir, no es
directamente observable sino que su existencia se infiere a partir de la observacion de la conducta
de las personas. Las característica principales que lo definen son la inestabilidad e impulsividad en
las relaciones intepersonales, en el estado de ánimo y en la imagen de sí mismo Cfr. AZCÁRATE
Juan Carlos et. al., Recorriendo los límites. Guía práctica para familiares y pacientes con trastorno
límite de personalidad, Madrid, Consejería de Sanidad y Consumo, 2005, pág. 12.
53
De acuerdo con el Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales (DMS-IV-TR, por sus
siglas en inglés) de la Asociación Amerciana Psiquiatría el diagnóstico clínico del TLP está basado
en nueve criterios, de los cuales una persona debe tener cinco para que sea diagnosticada con
TLP:
1. Esfuerzos frenéticos para evitar un abandono real o imaginado. Las personas que padecen TLP
experimentan fuertes temores a ser abandonados que van acompañados de cuadros de ira
inapropiada aunque la separación sea por tiempo limitado. Este temor al abandono se relaciona con
la intolerancia a estar solos y a la necesidad de estar acompañados. Esta intolerancia a la soledad
puede llevar a conductas autolesivas o suicidas.
2. Patrón de relaciones interpersonales inestables, intensas y turbulentas, caracterizado por los
extremos de idealización y devaluación. Los pacientes con TLP pueden llegar a idealizar a aquellas
personas que se ocupan de ellos. Sin embargo, pueden pasar rápidamente de la idealización a la
devaluación al pensar que no se les presta la suficiente atención. En este sentido, son propensas a
cambiar dramáticamente su opinión sobre las demás personas.
3. Problemas de identidad, autoimagen o sentido de sí mismo y persistentemente inestable. Los
pacientes con TLP no desarrollan un sentido coherente y duradero de sí mismos. Esto provoca
cambios exagerados en la autoimagen lo que, a su vez, se manifiesta como cambios bruscos en
sus objetivos de vida, valores y aspiraciones profesionales. Los problemas de autoimagen también
pueden traducirse en un rechazo o desagrado por la apariencia física, lo que puede conducir al
desarrollo de trastornos alimentarios.
4. Impulsividad en por lo menos dos áreas de la vida, como pueden ser gastos económicos,
actividad sexual, abuso de sustancias y atracones de comida. Además, la impulsividad de estas
actividades debe ser potencialmente dañina para ellos mismos.
5. Comportamientos intensos, amenazas suicidas recurrentes o comportamientos autolesivos. De
acuerdo al DMS-IV-TR, el suicido puede acontecer entre el 8-10% de los pacientes que padecen
TLP. Por otro lado, los actos autolesivos (cortadas o quemaduras) y las amenazas de suicidio son
aún más frecuentes.
6. Inestabilidad afectiva debida a una notable reactividad del estado de ánimo, por ejemplo,
episodios de intenso malestar, irritabilidad o ansiedad que pueden durar varias horas y rara vez
algunos días.
7. Sentimientos crónicos de vacío. Los pacientes con TLP pueden padecer un sentimiento crónico
de vacío, el cual es descrito como una sensación de nula satisfacción, falta de sentido o vacío
emocional que puede conducir a dolor físico o parálisis mental que inmoviliza al paciente por días.
8. Ira inapropiada e intensa así como dificultadas para controlarla. Frecuentemente la ira se vuelve
incontrolable cuando los pacientes con TLP consideran que las personas que se ocupan de ellos se
comportan de forma negligente o despreocupada. Estas expresiones generalmente van seguidas
de sentimientos de pena y culpabilidad que contribuyen a la devaluación de la propia imagen.
9. Ideación paranoide transitoria, relacionada con el estrés o síntomas disociativos graves. Esto
quiere decir que los pacientes con TLP pueden experimentar desconfianza o suspicacia exagerada

53
AMPARO EN REVISIÓN 910/2016

qué medida el trastorno límite de la personalidad y la bulimia afectan a ese


rol, o por qué en su caso constituyen obstáculos para la crianza de la menor.
Por tanto, contrario a lo determinado por el juez de amparo, esta Sala no
advierte en el expediente otros medios convictivos que lleven a la conclusión
de que la madre aún padezca dichos trastornos, mucho menos que los tenga
en grado tal que le impidan ejercer las obligaciones inherentes a la guarda y
la custodia, y que tal condición de salud constituya un riesgo para la niña.

122. En particular, esta Sala considera acertado lo resuelto por la jueza de


origen, al determinar que dicha probanza “por tratarse de una documental
privada (…) si bien otorga a esta juzgadora indicios acerca de las
conclusiones a las que arriba, carece de valor probatorio pleno, máxime que
fue objetado” por la madre, y el padre “se abstuvo de perfeccionar dicho
elemento de prueba con otras, que concatenadas en su conjunto,
demuestren las afirmaciones que con él pretenden probarse” 54. Se reitera, de
las constancias que obran en autos no se desprende dato alguno que permita
inferir un riesgo probable y fundado para la niña a causa de la condición de
salud de la madre.

123. Además, la valoración del expediente médico debe realizarse en el contexto


personal y familiar en el que se da. En el caso que se analiza, la madre,
acude a la clínica en plena crisis de pareja y posteriormente deja de acudir
por falta de recursos económicos, situación que coincide con el divorcio de la
pareja, cuestión que queda al margen de todo análisis en el caso.

124. A juicio de esta Sala, la sentencia recurrida, al valorar de forma parcial y


sesgada las pruebas que obran en autos, violenta el principio del interés
superior de niños y niñas consagrado en el artículo 4° constitucional, ya que

respecto a otras personas o determinadas situaciones.

54
Juicio ordinario civil **********, Incidente de reclamación de providencias precautorias, foja 132 y
siguientes.

54
AMPARO EN REVISIÓN 910/2016

no existe dato razonable que permita mantener la afirmación de que la


relación con la madre introduzca un elemento peligroso en la niña.

(ii) Obligaciones de crianza

125. Por haber tenido un hijo o hija, los progenitores adquieren un entramado de
obligaciones y responsabilidades que cobran autonomía y son
independientes de la relación entre los padres, esto es, llegan a
desvincularse de las vicisitudes por las que pase la relación de los
progenitores entre sí. En otras palabras, las malas relaciones entre los
padres sólo son relevantes cuando perjudican al interés superior de los niños
y niñas55. Por ello, si se produce una ruptura entre los padres, esta nueva
realidad exige una ordenación distinta, a partir de entonces, sobre la manera
en que éstos deben cumplir las obligaciones derivadas de la relación paterno-
materno-filial.

126. Como se ha expuesto con detalle en el apartado en el cual se sintetizan las


circunstancias y el contexto que rodean al asunto que ahora se revisa, la
sentencia recurrida considera que la madre ha incumplido con las
obligaciones de crianza. Para abordar este aspecto, se hace necesario aludir
a la especial condición en que se coloca a la madre al tener que realizar un
trabajo profesional indispensable para su propia subsistencia –y para hacerse
cargo de algunas de las necesidades de la niña– y, además, hacerlo
compatible con la labor de cuidado y crianza de la niña, sin redes de apoyo
para llevarlo a cabo: lo que se ha denominado doble jornada.

127. El tema de la doble jornada no es menor, puesto que –como ya lo expresó


esta Sala en el amparo directo en revisión 1754/2015 56– a pesar de que la
participación laboral de las mujeres ha aumentado, esto no ha logrado un
reparto igualitario de las tareas domésticas dentro de las familias, lo que
55
Véase la sentencia del Tribunal Supremo español de 22 julio 2011 RC 813/2009.
56
Resuelto el 1 de octubre de 2015, por mayoría de tres votos. Ponente: Ministro Arturo Zaldívar
Lelo de Larrea. Secretaria: Ana María Ibarra Olguín.

55
AMPARO EN REVISIÓN 910/2016

resulta en la llamada “doble jornada” que realizan un número significativo de


mujeres. Esto quiere decir, que además de la jornada laboral que se cumple
en un empleo o profesión fuera del hogar, las mujeres realizan todas las
tareas domésticas y de cuidado, lo que acaba consumiendo su uso del
tiempo.

128. El problema al que se enfrenta una mujer que trabaja fuera de casa es que
se espera de ella que cumpla con la responsabilidad "primaria" de sus
obligaciones tradicionales (la casa y la familia), sin disminuir
significativamente su rendimiento laboral provocándole un fuerte estrés 57.
Con la duplicidad de funciones surgen sentimientos de culpa que se traducen
en renuncias, fracasos, fatiga, insatisfacción, angustia, inquietud e incluso
depresión58 ante la impotencia de tener que acudir a los dos espacios sin
ninguna o insuficiente ayuda: implica un sobre esfuerzo en la mujer que lo
realiza, al asumir las cargas físicas y mentales de ambos trabajos sin apenas
tiempo para reponerse59.

129. Por lo que atañe al asunto que se revisa, este aspecto de la doble jornada
fue obviado en la sentencia recurrida, porque ésta no se hace cargo que la
madre desempeña una doble jornada: además del trabajo profesional fuera
del hogar es la cuidadora principal de la niña, sin asistencia de redes de
apoyo familiar o de alguna persona que le asista; esto es, no toma en cuenta
que no sólo tenía al cuidado a la niña, sino que trabajaba medio tiempo para
poder atenderla el resto de la jornada una vez que la niña regresaba de la
escuela y, también, se infiere que debía llevar a cabo el trabajo del hogar.

57
Cfr. BÁEZ GALO Kontxi, “Estresores más frecuentes en mujeres : amas de casa, doble jornada ,
mujeres ejecutivas, reinserción laboral y víctimas de violación” en Incidencia del estrés en la salud
de las mujeres, Instituto Vasco de la Mujer, Vitoria-Gasteiz, 1995.
58
Cfr. VÁZQUEZ GARCÍA, Verónica et. al., “Entre el cargo, la maternidad y la doble jornada” en
Perfiles latinoamericanos núm. 39, enero–junio, 2012, Facultad Latinoamericana de Ciencias
Sociales, México.
59
Cfr. FERNÁNDEZ COLLADOS Ma. Belén, La doble jornada femenina y sus efectos sobre la salud
laboral, I Congreso Internacional sobre género, trabajo y economía informal, disponible en
http://ve.umh.es/sieg.1/docs/icongresointernacional/comunicaciones/scv04.pdf

56
AMPARO EN REVISIÓN 910/2016

130. Más aún, en la resolución recurrida yace una versión estereotipada de la


mujer, pues a la madre se le exige que cumpla mediante un esfuerzo ímprobo
con esa doble jornada y las labores de cuidado, como si fuera la depositaria
única de la obligación de crianza y del hogar, condicionando así su
autonomía personal y “castigándosele” por no cumplir ese rol, cuando en el
caso existen circunstancias que razonablemente limitaban su
autodeterminación –de índole económica, profesional, de edad, etc.– para
dedicarse al cuidado de la niña: recuérdese que tenía que trabajar para
obtener recursos y solventar sus necesidades (y de la niña en algunos
ámbitos).

131. En cierto modo, a la madre se le exige una adecuación a estereotipos


prescriptivos que inexorablemete tiene efectos negativos en su proyecto de
vida y que, además, produce un impacto personal en el ámbito personal,
económico, laboral y/o social. Se insiste, esta óptica podría incluso llevar a
que la niña considere normalizadas ciertas conductas estereotípicas de las
exigencias y roles de género.

132. Esta Sala considera que la sentencia reclamada adolece de perspectiva de


género en la valoración y enjuiciamiento de los hechos: se basa en hechos
aislados y ocasionales, sin que pueda decirse que se constituya como un
patrón de conducta de la madre, de lo contrario, por ejemplo, habría sido
reportado por las autoridades del colegio. No se advierte ninguna constancia
que manifieste el descuido o el incumplimiento reiterado en las obligaciones
de crianza, ni actitudes de desidia, negligencia y apatía en orden al cuidado
de su hija durante el tiempo en que tuvo su custodia.

133. En efecto, los sucesos manifestados por el padre son ocasionales y en


cierto modo explicables en una niña de 4 años, insistiéndose que tales
sucesos deben contextualizarse y valorarse con perspectiva de género, esto
es, asumiendo la desventaja que tiene la madre al desempeñar doble jornada
y sin redes de apoyo que le auxilien en las labores de cuidado. No pueden

57
AMPARO EN REVISIÓN 910/2016

considerarse reprochables ciertas actuaciones o comportamientos de la


madre o catalogarse como incumplimiento de las obligaciones de crianza 60:
claramente, la madre no tenía muchas opciones ni redes de apoyo, por lo
que, incluso, debía solicitar a la portera que le ayudara a recoger a la niña del
transporte.

134. Las actuaciones que se le reprochan lo que en realidad manifiestan es la


desventaja en la que la madre estaba colocada y la falta de apoyos,
situaciones que el padre no ha tenido que enfrentar pues, como ya se dijo, ha
podido contratar a una persona para las labores de cuidado de la niña. En
este aspecto, velando por el interés superior de la niña, el padre hubiera
podido colaborar con ella en algunas tareas de cuidado o bien contratar a
una persona que apoyara a la madre en ciertas tareas de cuidado.

135. Igualmente, en el caso que nos ocupa debe subrayarse que en el dictamen
psicológico que se practicó a la madre no se advierte elemento alguno de
riesgo para la menor, ni que represente un perfil de personalidad tendente a
descuidar sus obligaciones como madre. Antes bien, se comprueba que “el
hecho de no tener a su hija con ella provoca una natural y normal
preocupación” y que “es emocionalmente abierta y equilibrada, así como
realista y con capacidad de insight, siendo capaz de conducirse de manera
estable, equilibrada, realista y centrada en sí misma”61.

(iii) Valoración de la opinión de la niña


136. Es doctrina constitucional de esta Corte el derecho de los niños y niñas a
ser escuchados en los procesos jurisdiccionales. No obstante este derecho
debe ejercerse de forma progresiva, sin que ello dependa de una edad
terminada que pueda aplicarse en forma generalizada a todos los menores,
sino que debe analizarse en cada caso, según la madurez del menor. Este

60
Como lo es que la madre no llegara a recoger del transporte escolar a la menor, que dejara a la
niña sola por espacios breves de tiempo –mientras bajaba de su departamento a comprar un poco
de leche– o bien que no jugara con ella.
61
Juicio ordinario civil **********, tomo V, foja 550 y siguientes.

58
AMPARO EN REVISIÓN 910/2016

derecho debe ser ejercido en el marco de su situación particular 62 y, además,


debe realizarse un análisis del caso concreto, en el cual se cuestione en qué
términos y bajo qué parámetros debe escucharse a los menores
involucrados.

137. En ese sentido si bien el interés superior del menor implica que el menor
tiene el derecho de expresar su opinión y que ésta sea debidamente tenida
en cuenta en todos los asuntos que le afectan, esto no significa que deba
acatarse indefectiblemente lo expresado por el niño o la niña en los
procesos jurisdiccionales63: considerar lo contrario sería contradictorio con la
finalidad perseguida por la Convención y el interés superior de la infancia.

138. Especialmente, los jueces deben ser cuidadosos al valorar tanto la opinión
de los niños y niñas, como el resto del material probatorio en los asuntos que

62
Cfr. Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, 1ª CVIII/2015 (10ª), Decima Época, Libro 16,
marzo de 2015, Tomo II, página 1099, registro 2008640, de rubro y texto: “INTERÉS SUPERIOR
DEL MENOR. EL DERECHO A EXPRESAR SU OPINIÓN EN UN PROCESO JURISDICCIONAL
DEBE RESPETARSE, INCLUSIVE EN TEMAS EN LOS QUE AÚN NO ESTÉ PREPARADO PARA
MANIFESTARSE. De los artículos 4o., párrafo noveno, de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos y 12 de la Convención sobre los Derechos del Niño, deriva la obligación del
Estado de velar por el principio del interés superior del menor, garantizando de forma plena su
derecho a expresar su opinión libremente en todos los asuntos que puedan afectarle y que aluden a
determinaciones de su ámbito cotidiano. En ese sentido, incluso en aquellos temas en los que el
menor aún no esté preparado para manifestarse, ya sea por su falta de madurez o desconocimiento
pleno de la información respecto de las ventajas o desventajas de la situación, debe respetarse el
derecho a expresar su opinión en un proceso jurisdiccional, pero siempre teniendo en cuenta que el
ejercicio de ese derecho está supeditado a su situación particular, así como al análisis del caso
concreto en el cual se cuestione en los términos y parámetros en que debe escucharse a los
menores involucrados, pues lo que se pretende es prevenir que enfrenten situaciones que les
inquieten o perturben su sano desarrollo, y sobre las cuales no sepan aún externar una opinión
madura que pueda considerarse lo suficientemente válida para decidir algún aspecto que les afecte,
asumiendo que a medida que el niño o la niña madura, sus opiniones deberán tener cada vez más
peso en la evaluación de su interés superior.” Ponente: Ministro Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena.
Secretaria: María Dolores Igareda Diez de Sollano.
63
Cfr. Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, 1ª CVI/2015 (10ª), Décima Época, Libro 16,
marzo de 2015, Tomo II, página 1100, registro 2008642, de rubro y texto: “INTERÉS SUPERIOR
DEL MENOR. SU OPINIÓN EN UN PROCESO JURISDICCIONAL QUE LE AFECTE NO TIENE
FUERZA VINCULANTE PARA EL ÓRGANO QUE CONOCE DEL ASUNTO. De la interpretación
de los artículos 4o., párrafo noveno, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y
12 de la Convención sobre los Derechos del Niño, se concluye que el interés superior del menor
implica el derecho de éste a expresar su opinión, la cual será tomada en cuenta en todos los
asuntos que le afecten, sin que lo anterior signifique que deba acatarse indefectiblemente lo
expresado por él en los procesos jurisdiccionales que puedan afectarle, es decir, no tiene fuerza
vinculante para el órgano jurisdiccional que conoce del asunto, ya que, en aras de su protección
integral, el juzgador debe ponderar todas las circunstancias del caso -con inclusión de la opinión del
menor-, para emitir una resolución armónica y respetuosa de sus derechos humanos, en
concordancia con el principio citado.” Ponente: Ministro Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena. Secretaria:
María Dolores Igareda Diez de Sollano.

59
AMPARO EN REVISIÓN 910/2016

dirimen aspectos que afectan los derechos de menores: en ocasiones éstos


expresan una opinión que puede estar manipulada o alienada y podrían
vulnerarse con suma facilidad sus derechos que, precisamente, se pretenden
proteger, por lo que debe analizarse en conjunto tanto lo expresado por el
menor, así como las demás circunstancias que se presenten en el caso64.

139. En el supuesto que enjuiciamos, tal y como se ha reseñado, el juez de


amparo señaló que para el otorgamiento de la guarda y custodia al padre
había sido concluyente la manifestación de la niña, en el sentido de querer
estar con su papá. Analizado el caso en sus méritos, esta Sala considera que
debe ponerse en el contexto el dicho de la niña: no es de suyo suficiente
causa que exprese que quiere estar con uno u otro progenitor, sobre todo a
tan corta edad y, además, considerando que fue separada bruscamente de
su madre, aunado a que por unos meses se prohibió a la madre acercarse a
ella. Es en este marco en el cual emite su parecer la niña, aspecto que no
cabe obviar.

140. Esta Sala recuerda que, al ponderar la opinión de un niño o niña, el


juzgador debe tomar en cuenta que los procesos sobre protección de
menores son extraordinariamente flexibles; aspecto que de suyo no implica
que el interés superior de la infancia sea un principio dispositivo, sino que
precisamente el juez cuenta con un margen amplio para poder tutelar los
derechos de los niños y niñas.

64
Cfr. Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, 1ª CVII/2015, Décima Época, Libro 16,
marzo de 2015, Tomo II, página 1100, registro 2008641, de rubro y texto: “INTERÉS SUPERIOR
DEL MENOR. LA OPINIÓN DE UN MENOR EXPRESADA EN UN PROCESO JURISDICCIONAL
DEBE SER CUIDADOSAMENTE VALORADA A FIN DE EVITAR QUE SEA MANIPULADA. De la
interpretación de los artículos 4o., párrafo noveno, de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos y 12 de la Convención sobre los Derechos del Niño, se desprende la obligación del
Estado de velar por el principio del interés superior del menor, garantizando de manera plena el
derecho a expresar su opinión libremente en todos los asuntos que puedan afectarle, teniéndose
debidamente en cuenta sus opiniones en función de su edad y madurez. En ese sentido, el
juzgador deberá ser especialmente cuidadoso al valorar tanto la opinión del menor como el resto
del material probatorio en los asuntos que dirimen aspectos que afectan los derechos de menores,
ya que en ocasiones éstos expresan una opinión que puede estar manipulada o alienada y podrían
vulnerarse con suma facilidad los derechos del menor que precisamente se pretenden proteger, por
lo que debe analizarse en conjunto tanto lo expresado por el menor, así como las demás
circunstancias que se presenten en el caso.” Ponente: Ministro Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena.
Secretaria: María Dolores Igareda Diez de Sollano.

60
AMPARO EN REVISIÓN 910/2016

141. Además, debe considerarse que las circunstancias familiares son siempre
cambiantes y que la valoración debe llevar a analizar si lo expresado por los
menores responde a una voluntad real de cambiar de progenitor custodio y
no a la manipulación de uno de ellos derivada del propio conflicto post
matrimonial. Es por ello que debe analizarse en conjunto tanto lo expresado
por el menor, como las demás circunstancias que se presenten,
contextualizando siempre el dicho de la niña o niño; esto es, la opinión del
niño o niña no puede tomarse simplemente como un hecho aislado. La
finalidad perseguida es que la opinión manifestada, contrastada con las
pruebas practicadas y, en su caso, con el dictamen de especialistas, sirvan al
juez para reforzar su convicción sobre la medida a adoptar.

142. De las constancias de autos se constata que la niña sí quiere estar con su
madre, aún más, anhela la figura materna –sin que ello implique rechazo al
padre– no obstante que, por las circunstancias en que se dio la separación
abrupta, no pudo tener contacto con su madre a causa de la orden de
restricción emitida el 21 de enero de 2014, por lo que la madre no podía
acercarse o entablar comunicación por ningún medio durante varios meses65.

143. Se insiste, en los reportes de convivencias emitidos por la directora del


centro de convivencias claramente se aprecia que la convivencia se
desarrollan en buenos términos, y tanto la madre como la hija se expresan
palabras de afecto; la niña manifiesta no querer separarse o en ocasiones lo
hace con disgusto o bien exterioriza que el tiempo de convivencia ha ido
demasiado rápido, ambas se otorgan muestras de afecto y cariño; existe un
diálogo constante entre ambas y la niña incluso ha dicho que quiere que su

65
Véase el dictámen psicológico practicado a la niña por la psicóloga perito adscrita al Hospital
**********, Juicio ordinario civil **********, tomo VII, foja 101 y siguientes.

61
AMPARO EN REVISIÓN 910/2016

papá la lleve a casa de su mamá 66 y que si pudiera pedir un deseo éste sería
“estar con mi mamá”.

144. En ningún de los reportes se advierte siquiera un atisbo que pudiera alertar
de un riesgo para la menor en relación con la madre, y siempre la niña ha
manifestado el deseo de estar con ella, sin mostrar rechazo a la figura
materna sino todo lo contrario. Así, valorada en su contexto la opinión de la
niña, esta Sala considera que no es contrario a la opinión de la niña su
retorno al hogar de la madre.

(iv) Existencia de una averiguación previa como factor determinante


para el otorgamiento de la guarda y custodia en el asunto
145. En sus motivos de agravio la madre señala que, contrario a lo determinado
por el juez de amparo, sí fue determinante la existencia de una averiguación
previa en su contra para otorgar la guarda y custodia provisional al padre.

146. Esta Sala no comparte la apreciación realizada en este aspecto por el juez
de distrito. No basta con que no se haya dicho expresamente que la
averiguación previa fue un factor determinante. Es preciso leer este aspecto
en su contexto y dimensionarlo, como acertadamente lo advirtió la jueza en la
sentencia reclamada. Así, de una lectura integral del asunto se advierte que
sí que fue un elemento preponderante para otorgar la guarda y custodia
provisional al padre la existencia de una averiguación previa, tal y como se
desprende de la resolución de 19 de junio de 2014:

(…) y que de actuaciones se desprende que se encuentra en


integración denuncia por violencia familiar como presunta
responsable la señora ********** (…), se determina decretar la
guarda y custodia provisional de la niña (…) a favor del señor
**********.

66
Véanse los reportes de convivencias de fechas 20 de septiembre de 2014, 4 de octubre de 2014,
18 de octubre de 2014, 1 de noviembre de 2014, 15 de noviembre de 2014, 29 de noviembre de
2014, 13 diciembre de 2014, 24 de enero de 2015, 14 de febrero 2015, 7 de febrero de 2015, 21 de
febrero de 2015, 28 de febrero de 2015, 7 de marzo de 2015, 14 de marzo de 2015, 21 de marzo de
2015, 4 de abril de 2015, 18 de abril de 2015, 2 de mayo de 2015, 16 de mayo de 2015, 30 de mayo
de 2015, por citar algunos.

62
AMPARO EN REVISIÓN 910/2016

147. Ciertamente no fue el único factor, pero sí jugó un papel decisivo y es por
ello que la jueza de la causa otorga la guarda y custodia provisional a la
madre, aspecto que esta Sala comparte. Así, lo que hace la jueza es quitar
dicho elemento –que, además, como ya se dijo, a la fecha no se encontraron
elementos que fueran constitutivos de delito– y enjuiciar el caso para concluir
que la madre debía tener la guarda y la custodia de la niña conforme se
había acordado en el convenio de divorcio.

148. Al no subsistir los elementos que dieron origen al otorgamiento de la guarda


y custodia provisional al padre y modificarse las circunstancias, aunado a
todos los razonamientos expresados en esta ejecutoria, es por lo que esta
Primera Sala estima que debe otorgarse la guarda y la custodia provisional a
la madre, acorde con lo decretado por la jueza de origen.

***

149. Por último, al resultar fundados los agravios esgrimidos por la parte
recurrente suplidos en su deficiencia, se analizarán ahora los conceptos de
violación cuyo estudio fue omitido acorde con lo establecido en el artículo 93,
fracción VI, de la Ley de Amparo. Así, en el escrito por el que se demanda el
amparo el padre señala que indebidamente se decreta un régimen de
convivencias rígido y supervisado en el centro de convivencia, sin que exista
indicio alguno de que la convivencia con el progenitor pueda suponer riesgo
alguno para la niña, limitándose de forma ilegal la sana convivencia de la
niña con su padre, cuando dicha cuestión no fue materia del incidente
planteado.

150. También, en la parte final de su escrito, el padre quejoso argumenta que la


responsable, de forma incorrecta, no le comunicó con la oportunidad
necesaria, el apercibimiento para hacer efectivas diversas medidas de
apremio, ya que sólo mediaron dos días hábiles entre la fecha de la

63
AMPARO EN REVISIÓN 910/2016

notificación y la de la fecha límite fijada para el cumplimiento de la obligación


impuesta. Se adelanta que este concepto de violación resulta inatendible
dado el momento procesal que ahora rige.

151. Por otra parte, es infundado lo aducido en cuanto al régimen de


convivencias, en razón de que de la lectura de la sentencia no se advierte
que sea un régimen supervisado, sino que únicamente se precisa que la
entrega-recepción de la niña será en el Centro de Convivencia Familiar
Supervisada Plaza Juárez:

(…) velando por su interés superior, estima procedente fijar un


régimen de visitas y convivencias provisional para que dicha
menor conviva con su progenitor (…) Lo anterior es así, en virtud
que de actuaciones judiciales no se infirió peligro alguno para el
normal desarrollo de dicha menor, el que ésta conviva con su
progenitor (…).
(…) por ello es conducente establecer un régimen de visitas y
convivencias provisional para que la niña (…) conviva con su
señor padre **********, los días sábados de cada quince días en
un horario comprendido de las diez de la mañana a las dieciocho
horas, esto para que la menor disfrute de diversas actividades
programadas por su progenitor sin afectar el que la niña se
encuentre retomando la convivencia con su progenitora y con
base en lo cual se fortalezca el vínculo materno filial de la menor
con su ascendiente, debiendo el señor ********** asumir la
responsabilidad de relacionarse con su hija de manera armónica,
salvaguardando en todo momento su interés superior que señala
el artículo 416 bis del Código Civil, y con la finalidad de no
generar fricción entre sus progenitores, se determina que la
entrega-recepción de la menor (…) a su padre para el
desarrollo del régimen de mérito deberá realizarse en el
Centro de Convivencia Familiar Supervisada “Plaza Juárez”
de este Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, por lo
que se gira atento oficio a la C. Directora de dicho centro para
que programe un régimen decretado en aras del interés superior
del menor (…).

152. Por tanto, esta Sala ordena notificar personalmente esta sentencia de
amparo al quejoso ********** y a la recurrente **********. Asimismo, se ordena
al Juzgado Tercero de lo Familiar del Distrito Federal para que provea lo
necesario conforme a derecho a fin de que se realice el cambio de guarda y
custodia provisional de la menor **********.

64
AMPARO EN REVISIÓN 910/2016

153. Ahora bien, se advierte que debe otorgarse un régimen de alimentos


provisional, por lo cual esta Primera Sala considera necesario que la jueza
de la causa se pronuncie únicamente sobre ese tema, por lo que deberán
devolverse los autos para que realice dicho pronunciamiento, sin que tal
determinación incida o entorpezca la entrega de la niña decretada en el
párrafo anterior. Sin embargo, la jueza deberá tomar en cuenta las
consideraciones establecidas en esta sentencia en cuanto a la situación de
desequilibrio entre las partes, a la existencia de una doble jornada de la
madre y a la falta de redes de apoyo de ésta y las demás circunstancias del
caso.

154. Finalmente, en virtud de que el interés de la menor constituye siempre norte


del órgano jurisdiccional, resulta singularmente oportuno insistir que, para el
desarrollo armónico de la niña y su estabilidad emocional, se conmina al
padre a poner las medidas necesarias con el fin de fortalecer el vínculo
de afecto y apego de la niña con la madre, ya que por las circunstancias
que han rodeado el caso la niña se vio privada del acompañamiento
materno derivado del conflicto familiar en el que se vio inmersa la niña, de
modo que se precisa subsanar las deficiencias que se hubieren dado en esa
etapa.

IX. DECISIÓN

155. Al declararse fundados los agravios hechos valer por la recurrente, suplidos
en su deficiencia, lo procedente es revocar la sentencia impugnada y negar
el amparo al quejoso.

Por todo lo expuesto y fundado, se resuelve:

PRIMERO. Se revoca la sentencia recurrida.

65
AMPARO EN REVISIÓN 910/2016

SEGUNDO. La Justicia de la Unión no ampara ni protege a ********** contra


el acto y la autoridad precisados en el Apartado II de esta ejecutoria.

TERCERO. Devuélvanse los autos al juzgado de origen para la


determinación de un régimen de alimentos provisional conforme a los
lineamientos establecidos en esta ejecutoria.|

Notifíquese; con testimonio de esta ejecutoria, devuélvanse los autos


relativos al lugar de su origen y, en su oportunidad, archívese el toca como
asunto concluido.

Así lo resolvió la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación


por unanimidad de cinco votos de la Ministra y los Ministros: Arturo Zaldívar
Lelo de Larrea, José Ramón Cossío Díaz, quien se reserva el derecho de
formular voto concurrente, Jorge Mario Pardo Rebolledo, quien se reserva el
derecho de formular voto concurrente, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena
(Ponente) y Norma Lucía Piña Hernández (Presidenta), quien se reserva el
derecho de formular voto concurrente.

Firma la Ministra Presidenta de la Sala y el Ministro Ponente, con la


Secretaria de Acuerdos que autoriza y da fe.

PRESIDENTA DE LA PRIMERA SALA

MINISTRA NORMA LUCÍA PIÑA HERNÁNDEZ

PONENTE

66
AMPARO EN REVISIÓN 910/2016

MINISTRO ALFREDO GUTIÉRREZ ORTIZ MENA

SECRETARIA DE ACUERDOS DE LA PRIMERA SALA

LIC. MARÍA DE LOS ÁNGELES GUTIÉRREZ GATICA

EN TÉRMINOS DE LO PREVISTO EN LOS ARTÍCULOS 3, FRACCIÓN II, 13, 14


Y 18 DE LA LEY FEDERAL DE TRANSPARENCIA Y ACCESO A LA
INFORMACIÓN PÚBLICA GUBERNAMENTAL, EN ESTA VERSIÓN PÚBLICA
SE SUPRIME LA INFORMACIÓN CONSIDERADA LEGALMENTE COMO
RESERVADA O CONFIDENCIAL QUE ENCUADRA EN ESOS SUPUESTOS
NORMATIVOS.

67

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