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1964

I II
Ya no es mágico el mundo. Te han dejado. Ya no seré feliz. Tal vez no importa.
Ya no compartirás la clara luna Hay tantas otras cosas en el mundo;
ni los lentos jardines. Ya no hay una un instante cualquiera es más profundo
luna que no sea espejo del pasado, y diverso que el mar. La vida es corta
cristal de soledad, sol de agonías. y aunque las horas son tan largas, una
Adiós las mutuas manos y las sienes oscura maravilla nos acecha,
que acercaba el amor. Hoy sólo tienes la muerte, ese otro mar, esa otra flecha
la fiel memoria y los desiertos días. que nos libra del sol y de la luna
Nadie pierde (repites vanamente) y del amor. La dicha que me diste
sino lo que no tiene y no ha tenido y me quitaste debe ser borrada;
nunca, pero no basta ser valiente lo que era todo tiene que ser nada.
para aprender el arte del olvido. Sólo que me queda el goce de estar triste,
Un símbolo, una rosa, te desgarra esa vana costumbre que me inclina
y te puede matar una guitarra. al Sur, a cierta puerta, a cierta esquina.

ANÁLISIS 1964
“Aunque las ficciones de Borges recorren el conocimiento humano, en ellas está casi ausente la condición humana
de carne y hueso. (…) Lo fantástico en sus ficciones siempre se vincula con una alegoría mental, mediante una
imaginación razonada muy cercana a lo metafísico” (Biografías y Vidas, 2004). Esta relación entre la ficción y la
realidad humana esta explícitamente presente en el poema 1964 escrito por Jorge Luis Borges en 1964. Éste poema
forma parte de el poemario El otro, el mismo en el cual Borges establece que “Ahí están asimismo mis hábitos:
Buenos Aires, el culto a los mayores, la germanística, la contradicción del tiempo que pasa y de la identidad que
perdura, mi estupor de que el tiempo, nuestra substancia, pueda ser compartido” (Borges, 1964). En poema 1964 el
escritor Argentino ,Jorge Luis Durante muestra la tristeza y melancolía con la que un sujeto añora su visión, pero de
alguna manera se resigna y se acostumbra a esta condición. Durante la evolución del poema Borges muestra la
resignación de este sujeto frente a su ceguera, y valora cada minuto que pasa para verla como un obsequio preciado
de la existencia. En el poema, el yo poético muestra la relación con su visión como si fuera una relación sentimental
con otra persona, atribuyendo la perdida de la visión como una ruptura sentimental amorosa. El tema principal del
poema 1964 es el cambio en la forma de vivir del yo poético, entre la claridad y la oscuridad. En este caso la
oscuridad simboliza la muerte, ya que ambas son inevitables pero el hecho de que sean inevitables hace que sean un
hecho de liberación, como signo de un nuevo inicio.

1964 es un poema dividido en dos sonetos que constan de 8 estrofas divididas en 28 líneas todas de arte mayor
generalmente endecasílabos, que se distribuyen en dos cuartetos y dos tercetos. En todos los cuartetos la rima es
abrazada, donde la primera línea rima con la ultima, y la segunda línea con la tercera. Por el otro lado, en todos los
tercetos, la primera línea no rima con nada, y la segunda y la tercera si riman. El poema está dividido por dos
secciones tituladas I y II, esta división hace referencia a dos apartados diferentes en donde existe un cambio en las
ideas del yo poético, y la manera de escribir. El primer apartado es el primer soneto que va de la línea 1 a las línea
14, en donde el sujeto del yo poético presenta la tristeza con la que añora su visión. En este apartado expresa su
admiración por lo fantástico (algo que solo existe en la imaginación), y el hecho de que esté perdiendo su visión lo
limita a disfrutar y admirar lo fantástico; por ejemplo la literatura, Borges muestra el amor que le tiene a esta pero
por el hecho de la pérdida de su visión no va a tener acceso a la literatura lo cual le produce soledad y agonía. El
segundo apartado es el segundo soneto, de la línea 15 a la línea 28. En este apartado Borges muestra una visión
mucho más oscura por parte del yo poético, con características de resignación frente a una perdida. El yo poético
toma este cambio como el principio de su fin y el acercamiento a la muerte, por esto mismo valora cada minuto que
pasa para verlo como un obsequio preciado de la existencia. La oscuridad simboliza la muerte, ya que ambas son
inevitables pero el hecho de que sean inevitables hace que sean un hecho de liberación, como signo de un nuevo
inicio.

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Durante el primer soneto el yo poético es en primera persona ya que no está narrando sus propios pensamientos y
sentimientos, desde la primera línea cuando dice “Te han dejado” podemos ver que el sujeto está mostrando la
soledad y la fuerza del olvido sin hacer referencia a quien lo dejo, su fue su visión o su pareja sentimental. De esta
manera deja el campo abierto a que cualquier lector se sienta identificado con esta idea de abandono creando un
tono melancólico, ya que constantemente hace referencia a sentimientos tristes tales como: “Sólo me queda el goce
de estar triste”, “ya no seré feliz”. Este tono melancólico hace relación con el tema ya que muestra la resignación del
yo poético al pasar de vivir en la “claridad de la vida”, donde tiene todo lo que quiere, para después tenerse que
acostumbrar a vivir en la “oscuridad”. En la primer estrofa del poema el autor una anáfora al hacer la repetición de
“ya no” en donde muestra todo lo que era y ahora no, mostrando la fuerza del olvido y de lo inevitable, el uso de la
anáfora en este caso hace que el ritmo del poema sea más rápido. En la cuarta línea del primer verso podemos ver el
uso de una sinécdoque presente, cuando Borges dice: “Ya no hay una luna que no sea espejo del pasado”, la luna
esta siendo un símbolo para mostrar la desesperanza con respecto a todo aquello que ya ocurrió en el pasado, y
simplemente todo eso quedo en la fuerza del olvido; lo cual hace referencia con el tema ya que muestra la manera
en la que el yo poético simplemente se resigna a vivir en la “oscuridad” (acostumbrarse a vivir con la ausencia de
cosas memorables). En este verso los “lentos jardines” son símbolo del amor, ya que están llenos de flores y rosas
que irradian felicidad y amor, a los cuales hacen referencia a los paseos que realizaba cuando estaba con su pareja o
cuando tenía buena visión para disfrutar del jardín. En el segundo verso Borges nombra atributos humanos tales
como “las manos y las sienes”. Esta atribución puede hacer referencia tanto a la perdida de una relación amorosa o a
la pérdida de su visión. Por un lado puede reflejar la separación amorosa ya que “las mutuas manos” representan
que existen dos manos que se complementan mutuamente, como lo es en el amor, y las sienes cuando se juntan las
cabezas. Por el otro lado hace referencia a la perdida de los sentidos, el del tacto en las manos, y el de la visión en las
sienes; algo que Borges experimentó diez años atrás. Ambas interpretaciones se conectan al tema de la
desesperanza ocasionada por el final de algo preciado, y como el yo poético se acostumbra a vivir dentro de esta
ausencia (oscuridad).

La tercera estrofa del primer soneto consta con tres líneas que conforman un hipérbaton ya que Borges juega con la
colocación regular de las palabras pero aun así logra crear una frase estructurada de manera diferente: “Nadie
pierde sino lo que no tiene y no ha tenido nunca, pero no basta ser valiente”. En esta frase Borges muestra la fuerza
del olvido, que no basta ser valiente para combatir contra las perdidas del pasado. En la línea 9 de este apartado hay
un cambio en la voz poética cuando Borges hace el uso de paréntesis: “Nadie pierde (repites vanamente)”, en donde
hace uso de estos para generar cinismo al decir que lo que se pierde es lo que nunca se tuvo realmente, intentando
auto convencerse de que en verdad nunca tuvo una perdida generando un tono melancólico al mostrar la fuerza del
olvido. En esta misma estrofa está presente una anáfora, en la repetición de la palabra “no”, esto muestra la
negación del autor frente a una realidad del final de algo; el uso de la anáfora en este caso hace que el ritmo del
poema sea más rápido. En el cuarto y último verso del primer soneto el autor hace referencia directa al tema general
del poema, cuando dice: “para aprender el arte del olvido”. Está mostrando la fuerza del olvido a través de
relacionar el olvido como si fuera un arte, en donde hay que ser persistente como lo es un artista para sacar una
obra adelante. En la línea 14 Borges hace uso de la hipérbole cuando dice: “y te puede matar una guitarra”, para
mostrar que una sola canción te puede traer mil recuerdos de un pasado, de esta manera crea un tono melancólico
al resaltar la fuerza del olvido.

Durante el segundo soneto el yo poético es en segunda persona, desde la primera línea cuando dice “Ya no seré
feliz”, cuando habla en singular. El cambio de yo poético a comparación del primer soneto, muestra que Borges ya es
capaz de asumir todas esas ideas de soledad planteadas en el primer soneto. En esta misma línea, la 15, “Ya no seré
feliz”, Borges introduce la idea de la poesía con carácter filosófico ya que Borges busca preguntarse por el destino y
el fin. Según Aristóteles la felicidad es la máxima aspiración de la existencia, y si Borges dice que ya no será feliz de
cierta manera está dándole un fin a su existencia. En esta idea podemos ver reflejado el tema principal del poema ya
que nombra la desesperanza ocasionada por el final de algo preciado. Dentro de este carácter filosófico, Borges

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utiliza la realidad humana como insumo para construir metáforas, un ejemplo de esto se encuentra en este mismo
apartado en la línea 17: “(…) un instante cualquiera es más profundo y diverso que el mar”. En esta metáfora Borges
muestra que cualquier instante puede ser vivido al máximo, con todo el disfrute y plenitud posible, y compara que
cada momento puede ser más profundo que todo el mar. Esta comparación muestra que aun así que el mar es muy
profundo y diverso, cada momento puede ser vivido con mas plenitud y profundidad que todo el mar, haciendo caer
en cuenta que se puede vivir de una manera enormemente valiosa. El segundo verso del segundo soneto muestra
explícitamente el tema de la desesperanza ocasionada por el final de algo preciado, en la línea 19 cuando dice: “y
aunque las horas son tan largas, una oscura maravilla nos asecha”. Borges muestra que a medida que pasan las
horas, el sujeto del poema se va alejando el pasado y la última esperanza que aleja del olvido. Asimismo muestra
que se encuentra aburrido y melancólico, ya que cuando alguien está contento el tiempo pasa volando, y que el
tiempo se pase despacio es sinónimo de depresión y aberración. En esta misma línea está presente una paradoja
cuando dice: “oscura maravilla” Borges está generando una contradicción ya que algo oscuro es sinónimo de
desilusión y olvido mas no de algo maravilloso. Con esta paradoja Borges crea un tono cínico ya que hace referencia
a “oscuro” como un adjetivo para describir que algo “maravilloso” dentro del olvido seria oscuro y deprimente.

En el tercer verso de este soneto cuando dice “La dicha que me diste, y luego me quitaste debe ser borrada”, se
puede interpretar nuevamente de dos formas diferentes. La dicha mencionada puede ser la de un amor, que tras la
ruptura fue quitada. O la dicha puede ser la visión, que luego con el tiempo se fue degenerando. La línea 25 apoya
esta idea de desasosiego cuando dice: “lo que era todo tiene que ser nada”, esta idea es válida para cualquiera de
las dos interpretaciones; el hecho de que sea un recuerdo es más doloroso a la idea en la que este recuerdo jamás
hubiera existido. Esta línea hace énfasis al tema de la desesperanza existente tras el final de algo querido y la fuerza
del olvido, en donde se genera un ambiente melancólico. En el último verso, en la línea 26 se puede ver una
paradoja presente, donde dice: “Sólo me queda el goce de estar triste”, existe una contradicción en el hecho de que
gozar es sinónimo de felicidad y no de tristeza. A través de esta paradoja Borges muestra la resignación del yo
poético frente al consuelo de que estar triste tras aceptar la realidad es la única solución que le queda. Esto muestra
claramente la melancolía de la desesperanza del final de las cosas y de la fuerza del olvido. En este apartado dice:
“(…) esa vana costumbre que me inclina al sur”, en este punto se está haciendo referencia a Argentina, ya que está
localizado al sur, el lugar en donde Borges vivió la mayoría de su vida. Genera ese vinculo con el sur, como un sitio
geográfico al cual quisiera volver. El sur en oposición al norte se puede vincular a la relación entre luz (norte) y
oscuridad (el sur), lo cual en el contexto dentro del poema tiene un vinculo directo con la relación entre la vida y la
muerte. Durante este apartado Borges viene hablando acerca de la oscuridad y de la muerte, y de un momento a
otro pasa a hablarnos del sur y de una esquina, el cual se puede relacionar con la muerte como un destino o un
nuevo comienzo, en oposición a la vida.

Se puede concluir que a través del poema Borges muestra la resignación del yo poético con respecto a una pérdida
de algo especial. Se puede deducir que esta pérdida del sujeto a la que hace mención tiene relación con la perdida
de la vista de Borges. A través del uso de diferentes figuras literarias tales como metáfora, simbolismo, sinécdoque,
anáfora, paradoja, hipérbole, y del cambio del yo poético entre primera y segunda persona, Borges logra reflejar la
desesperanza que siente por el final de algo preciado, y la fuerza del olvido a través del yo poético. A través de un
tono cínico y melancólico Borges logra construir un texto con el que cualquier lector se puede identificar, por el
hecho de que cualquier persona puede sentir ese mismo desasosiego, ya que el poema muestra el cambio en la
forma de vivir entre la claridad y la oscuridad. Borges durante el poema de 1964 logra plasmar la idea de la tristeza y
abandono que se siente una vez se pierde algo especial; en el caso de Borges se puede hacer referencia a su visión o
a un amor. Este sentimiento de desasosiego plasmado en el poema puede tener relación con el hecho de que la
perdida de la visión fue algo que Borges experimentó diez años atrás. La primera parte del poema muestra una
claridad, refiriéndose a la vida y a la luz, mientras que por el otro lado el segundo apartado se refiere a la oscuridad y
a la muerte. En este caso la luz y la vida están relacionadas con lo que perdió mientras que la oscuridad y la muerte
está vinculado con lo que perdió, y con esa nueva experiencia de vida.

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