Pedagogía:

Relato de una experiencia escolar.

Para comenzar mí relato les voy a contar la historia de mi alumno Matías, la cual personalmente
me impacto.

Comenzando con el ciclo lectivo 2014, al entrar al aula note a todos mis alumnos entusiasmados
no por comenzar las clases sino por reencontrarse entre ellos, algunas chicas enseñaban sus
mochilas nuevas como carpetas del personaje de ese año ( Floricienta) todas entusiasmadas y
hablando de la novela.

Como todo primer día hicimos las presentaciones pertinentes para conocernos y hablamos un
poco de la materia, de donde vivían, cuantos años tenían si realizaban actividades
extracurriculares en fin temas con el fin de conocernos, transcurrió la clase con normalidad y así
se fue la primera y segunda semana.

Al comenzar la tercera semana de clases, golpeo la puerta un chico alto morocho con su uniforme
bien acondicionado, quien dijo buenos días profesora permiso y paso a buscar un banco y lo ubico
en primer lugar a pocos metros de mi escritorio, (lugar vacio ya que en general, nadie quiere estar
ahí cerquita de los profes ) lo salude le pregunte su nombre y de qué escuela venia ya que era
nuevo en nuestra escuela, me contesto que venía de un pueblo llamado Mutquin en el
departamento Pomán de la provincia de Catamarca, le conté que yo conocía el lugar porque la
mamá de una amiga vive ahí y que un par de veces fuimos a pasear en el verano, yo todo
entusiasmada y los chicos me preguntaba cómo era y yo les contaba mi experiencia y generamos
un interacción entre ellos y yo, pero no así con Matías, el alumno nuevo que me miraba como
diciendo¿ a qué hora empieza la clase? , me di cuenta de esta situación y comenzamos con la
clase, toco el timbre los salude y todos salieron al recreo menos Matías , lo invite a salir del aula y
me dijo que no, que prefería quedarse en el aula, lo mire y pensé es lógico no conoce a nadie ,
entonces Salí al patio y les pedí a sus compañeros que no lo dejen solos que lo integrasen. Así
transcurrieron un par de semanas, meses y Matías seguía ahí en el aula haciendo deberes,
siempre muy cumplido y responsable pero no hablaba con nadie.

Un día lo comentamos en una sala de docentes y todos mis colegas muy contentos anhelando que
todo fueran como él, pero a mí me comenzó a dar vueltas en mi cabeza porque él es así, tan
retraído, un chico 14 años muy adulto para su edad (sus compañeros le decían el viejo), mientras
sus compañeros hacían bromas y planeaban ir a los 15 de sus compañeras el solo quería hacer sus
deberes, un alumno brillante y lleno de misterios.

Comencé observarlo con más empeño cada clase y él solo tenía mirada perdida, retraído,
angustiado, que solo quería hacer las tareas, no participaba en ninguna charla con sus
compañeros solo hablaba poco con los docentes y nada mas siempre ocupado.

Un día se me ocurrió hacer un trabajo en donde debían contar cuáles eran sus actividades fuera
del colegio y de esta manera planificar una salida con todos los alumnos y de esta manera lograr
que él se relacione con sus compañeros afuera del ámbito escolar. El día tan ansiado llego pero
para sorpresa y angustia de todos un alumno de segundo año de la escuela se había suicidado con
tan solo 15 años , ese día quedamos todos conmocionados porque era un alumno alegre y que
siempre iba a clases, nadie sabía que le había pasado por la cabeza para tomar esa decisión tan
drástica a su corta edad. En ese momento en donde con las profesoras que estamos en ese
momento tratábamos de contener a los alumnos y abordar el tema y organizarnos para ir al
velorio ya que este alumnos tenia hermanos en los otros cursos y era muy querido por los profes.

En ese momento note que Matías se alejo del grupo y que preparo sus cosas para irse a su casa le
pregunte qué sucedía y que contesto con vos fuerte y casi gritándome “que no entendía porque
la gente no valoraba a las personas que tenían a su lado y solo le dejaban mucho dolor”, esas
palabra retumbaba en mi cabeza no podía comprender en ese momento que sucedía, si Matías no
conocía a el chico que se suicido. Me acerque a él y le pregunte que si quería conversar conmigo y
se largo a llorar, yo no entendía que sucedía y ahí me conto que tenía tres hermanitos chiquitos y
que su papa se había suicidado y que su mama trabajaba por horas haciendo limpieza y el no
podía entender porque su papa los dejo solos sin despedirse abandonados, que era injusto y muy
egoísta. Ese día llame a la mama de Matías y conversamos un poco y me relato que la muerte del
padre era resiente y que Matías nunca había hablado del tema.

Al día siguiente busque ayuda y me asesore para que pudiéramos hablar sobre suicidio y asesorar
a los alumnos y en esa clase surgieron muchas preguntas evacuadas por la profesional y los chicos
comenzaron a hablar de sus experiencias personales y ahí Matías les conto sobre su papa, se
animo a contar su historia para mí una gran sorpresa ay alivio que él se sienta identificado con sus
pares, los chicos lo escucharon atentos y hubo miradas que valían más que mil palabras. Los
alumnos y aceptaron de muy buena manera los consejos de la profesional y plasmaron lo
aprendido en clases, ya que es una flagelo que afecta no solo a jóvenes sino a adultos también.

Matías pudo de esta manera soltar el dolor que lo afectaba y se pudo relacionar con sus
compañeros a través de su experiencia narrada a sus compañeros y docentes.