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CONCRETO

ETIMOLOGIA:
«Hormigón» procede del término formicō (o formáceo), palabra latina que alude a la
cualidad de «moldeable» o «dar forma». El término «concreto», definido en el diccionario
de la RAE como americanismo, también es originario del latín: procede de la
palabra concretus, que significa «crecer unidos», o «unir». Concretus es una palabra
compuesta en la su prefijo es com- (unión) y el participio pasado del
verbo crĕscere (crecer). Su uso en idioma español se transmite por vía de la cultura
anglosajona, como anglicismo (o calco semántico), siendo la voz inglesa original concrete.
Etimológicamente concreto es sinónimo de concrecionado y concreción que es la unión de
diversas partículas para formar una masa.

HISTORIA:
La historia del hormigón o concreto constituye un capítulo fundamental de la historia de la
construcción. Cuando se optó por levantar edificaciones utilizando materiales arcillosos o
pétreos, surgió la necesidad de obtener pastas o morteros que permitieran unir
dichos mampuestos para poder conformar estructuras estables. Inicialmente se emplearon
pastas elaboradas con arcilla, yeso o cal, pero se deterioraban rápidamente ante las
inclemencias atmosféricas. Se idearon diversas soluciones, mezclando agua con rocas y
minerales triturados, para conseguir pastas que no se degradasen fácilmente. Así, en
el Antiguo Egipto se utilizaron diversas pastas obtenidas con mezclas
de yesos y calizas disueltas en agua, para poder unir sólidamente los sillares de piedra;
como las que aún perduran entre los bloques calizos del revestimiento de la Gran Pirámide
de Guiza.

HORMIGONES DE CEMENTOS NATURALES:


En la Antigua Grecia, hacia el 500 a. C., se mezclaban compuestos de caliza calcinada
con agua y arena, añadiendo piedras trituradas, tejas rotas o ladrillos, dando origen al
primer hormigón o concreto de la historia, usando tobas volcánicas extraídas de la isla
de Santorini. Los antiguos romanos emplearon tierras o cenizas volcánicas, conocidas
también como puzolana, que contienen sílice y alúmina, que, al combinarse químicamente
con la cal, daban como resultado el denominado cemento puzolánico (obtenido
en Pozzuoli, cerca del Vesubio). Añadiendo a su masa trozos de cerámicas u otros
materiales de baja densidad (piedra pómez) obtuvieron el primer hormigón aligerado. Con
este material se construyeron desde tuberías a instalaciones portuarias, cuyos restos aún
perduran. Destacan construcciones como los diversos arcos del Coliseo romano, los
nervios de la bóveda de la Basílica de Majencio, con luces de más de 25 metros, las
bóvedas de las Termas de Caracalla, y la cúpula del Panteón de Agripa, de unos 43
metros de diámetro, la de mayor luz durante siglos.
Tras la caída del Imperio romano, el hormigón fue poco utilizado, posiblemente debido a la
falta de medios técnicos y humanos, la mala calidad de la cocción de la cal, y la carencia o
lejanía de tobas volcánicas. No se encuentran muestras de su uso en grandes obras hasta
el siglo XIII, en que se vuelve a utilizar en los cimientos de la Catedral de Salisbury, o en la
célebre Torre de Londres, en Inglaterra. Durante el Renacimiento su empleo fue escaso y
muy poco significativo.
En algunas ciudades y grandes estructuras, construidas por mayas y aztecas en México o
las de Machu Pichu en el Perú, se utilizaron materiales cementantes.
En el siglo XVIII se reaviva el afán por la investigación. John Smeaton, un ingeniero
de Leeds fue comisionado para construir por tercera vez un faro en el acantilado de
Edystone, en la costa de Cornualles, empleando piedras unidas con un mortero de cal
calcinada para conformar una construcción monolítica que soportara la constante acción
de las olas y los húmedos vientos; fue concluido en 1759 y la cimentación aún perdura.

CARACTERISTICAS Y COMPORTAMIENTO:
El concreto u hormigón es el material resultante de unir áridos con la pasta que se obtiene
al añadir agua a un conglomerante. El conglomerante puede ser cualquiera, pero cuando
nos referimos al concreto, generalmente es un cemento artificial, y entre estos últimos, el
más importante y habitual es el cemento portland. Los áridos proceden de la
desintegración o trituración, natural o artificial de rocas y, según la naturaleza de las
mismas, reciben el nombre de áridos silíceos, calizos, graníticos, etc. El árido cuyo tamaño
sea superior a 5 mm se llama árido grueso o grava, mientras que el inferior a 5 mm se
llama árido fino o arena. El tamaño de la grava influye en las propiedades mecánicas del
concreto.
La pasta formada por cemento y agua es la que confiere al hormigón su fraguado y
endurecimiento, mientras que el árido es un material inerte sin participación directa en el
fraguado y endurecimiento del hormigón. El cemento se hidrata en contacto con el agua,
iniciándose diversas reacciones químicas de hidratación que lo convierten en una past
maleable con buenas propiedades adherentes, que en el transcurso de unas horas,
derivan en el fraguado y endurecimiento progresivo de la mezcla, obteniéndose un material
de consistencia pétrea.
Una característica importante del hormigón es poder adoptar formas distintas, a voluntad
del proyectista. Al colocarse en obra es una masa plástica que permite rellenar un molde,
previamente construido con una forma establecida, que recibe el nombre de encofrado.

DOCIFICACION DEL CONCRETO


La dosificación implica establecer las proporciones apropiadas de los materiales que
componen el hormigón, a fin de obtener la resistencia y durabilidad requeridas, o bien,
para obtener un acabado o adherencia correctos. Generalmente expresado
en gramos por metro cúbico (g/m^3).

Relación agua cemento


Todos los métodos de dosificación destacan la importancia de la relación entre las
proporciones de agua y cemento. Ambos materiales forman una pasta que, al endurecer,
actúa como aglomerante, manteniendo unidos los granos de los agregados. Mientras
mayor sea la dosis de agua el concreto será más trabajable, sin embargo, esto disminuye
su resistencia y durabilidad.

Manejabilidad de la mezcla
Una mezcla trabajable es aquella que puede colocarse sin dificultad y que con los métodos
de compactación disponibles permite obtener concretos densos. Al mismo tiempo
la mezcla debe tener suficiente mortero para envolver completamente la roca y las
armaduras y obtener superficies lisas sin nichos de rocas ni porosidades. En otras
palabras, debe llenar completamente los huecos entre las rocas y asegurar una mezcla
plástica y uniforme. Una mezcla trabajable para un tipo de elemento puede ser muy dura
para otro. Por ello el hormigón que se coloca en elementos delgados o con mucha
armadura debe ser más plástico que el de construcción masiva.
Tabla de proporciones
En esta tabla se muestra las porciones de materiales necesarios para preparar hormigones
resistentes. El agua, arena y grava, se miden en baldes, que equivalen a 19 L.
(Para calcular el volumen de cemento a usar considérese que la densidad del cemento es
variable. Si el cemento tuviera una densidad aparente de 1.1, entonces 42 kg. equivaldrían
a unos 35 litros en volumen. Téngase en cuenta que este volumen no se suma al del resto
en su totalidad, habida cuenta de que se realiza una mezcla con absorción de agua y
reacciones químicas).

cemento arena grava agua volumen


obras resistencia
(kilogramos) (tobos) (tobos) (tobos) (litros)

muros y
100 kg/cm² 42 kg 6 8 2 180 L
plantillas

vigas 150 kg/cm² 42 kg 5.25 7.5 1.75 165 L

zapatas
200 kg/cm² 42 kg 4.5 6 1.5 145 L
(emparrilados)

columnas y
250 kg/cm² 42 kg 2.75 5.5 1.25 130 L
techos

alta resistencia 300 kg/cm² 42 kg 2 4 1 112 L

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