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Mayo 2012
Docentes
Hace un tiempo el escritor de este trabajo, el Dr. Jordi Adell, se pregunta qué por
qué cuando “llega” la tecnología a un aula o centro, los docentes la emplean de
forma tan distinta. Mientras unos (solo) ven un tipo de uso, posibilidad o uso común,
otros ven muchas posibilidades, a veces radicalmente diferentes.
Además, pone un ejemplo: las pizarras digitales. Quizá sean los dispositivos
tecnológicos más populares en nuestras aulas. Sin embargo, el uso que de ella
hacen muchos docentes es, desde mi punto de vista, decepcionante: la usan
solamente para presentar contenidos a los alumnos, como la pizarra de toda la vida
o el dichoso PowerPoint, que tan mal usamos todos.
En cambio, en algunas aulas, ves como los alumnos “salen” a la pizarra en grupo a
realizar actividades con la ayuda del profesor/a y toda la clase y preparan ellos
mismos presentaciones dinámicas usando medios y lenguajes diversos, etc.
El autor afirma que la pizarra digital es, sin duda alguna, un dispositivo nacido
principalmente para “presentar” información. Lo que cambia es quién la presenta,
qué se presenta, qué ocurre en la cabeza de los presentes durante todo el proceso
y, seguramente, los resultados de aprendizaje. Y eso depende del docente.
¿Qué es lo que influye en que se utilice de una manera determinada sobre
otras posibles?
Desde los 90, una serie de investigaciones han intentado explicar las distintas
concepciones de la enseñanza que posee el profesorado universitario y las
implicaciones que tienen en su práctica como docentes.
En la opinión del escritor, tanto los métodos de esta línea de investigación, como
los resultados, son perfectamente trasladables a otros niveles educativos, aunque
el lector tendrá su propia visión (y para eso están los comentarios). Para explicarlo
el doctor Jordi Adell se apoya en una investigación reciente sobre las concepciones
de la enseñanza del profesorado de varias universidades españolas realizada por
una investigadora de la Universidad Autónoma de Barcelona, Mónica Feixas.
Tiene más relación con el contenido, el qué se ha de aprender que el cómo, porque
el contenido y los problemas de los estudiantes con el aprendizaje dirigen los
métodos que emplea el profesor.
Esta teoría muestra el concepto de enseñanza como una actividad reflexiva que
busca la mejora constante de la docencia a partir de dar respuesta a las
necesidades de los estudiantes y escuchando también los otros docentes.
Según Ramsden las tres teorías, que son constructos teóricos o modelos ideales,
tienen una estructura jerárquica y progresiva: cada una no solo subsume a la
anterior, sino que implica un cambio de perspectiva esencial. Hay progresión lógica
entre ellas.
Enseñar supone no solo presentar información, sino también despertar interés por
el tema, crear conflictos cognitivos que se resuelvan en conceptos más maduros,
diferenciados e interrelacionados con conceptos previos, transferibles a otros
contextos.
La buena enseñanza, según Ramsden, sencillamente proporciona oportunidades
para que los estudiantes, los protagonistas en último término del aprendizaje,
aprendan.
¿Por qué los docentes no nos entendemos unos a otros? ¿Por qué a veces no nos
ponemos de acuerdo? ¿Por qué otorgamos tanta importancia a cosas distintas?
Mientras unos creen que enseñar es “mostrar”, otros creen, y actúan para, que
enseñar signifique “hacer pensar”. Mientras unos comprueban el aprendizaje
mediante su fidelidad a las fuentes autoritativas, el libro de texto y el profesor, otros
creen que deben analizar los significados que los estudiantes han construido
durante el proceso.
Mucha de la formación sobre TIC fracasa o tiene efectos poco positivos porque o
se basa en el manejo de la tecnología, que es integrada o no desde las
concepciones de los participantes, o los usos que propone se realizan desde
concepciones que chocan frontalmente con las de los participantes. No es, solo, un
problema de competencia tecnológica, que también. Quizá la proverbial
(in)competencia tecnológica del profesorado tenga sus raíces en las concepciones
mayoritarias de la enseñanza. Quizá deberíamos decirlo ya: muchos docentes de
todos los niveles educativos entienden la enseñanza desde la teoría 1. ¿No es
cierto?
Fuente: http://elbonia.cent.uji.es