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Universidad de Antioquia
Departamento de Sociología
Marxismo II
2019
INTRODUCCIÓN:
PERSPECTIVA DE MARX Y ENGELS SOBRE LA RELIGIÓN
Así pues, será útil pensar en una de las primeras referencias que tenemos al
respecto, a saber la conocida frase de Marx que dice: “La religión es el opio del
pueblo” sustraída del texto Crítica de la filosofía del derecho de Hegel1 y entendida
como una de las primeras formas en las que el joven Marx plantea su opinión sobre
la religión, más como una alienación del sujeto y no como una simple crítica a la
iglesia como una conspiración clerical, tal como se plantea desde la filosofía de la
Ilustración. Tambíen podemos pensar en el papel que cumplió el texto de Marx y
Engels La ideología Alemana2 como intento de explicar la génesis y el desarrollo de
las formas de conciencia, entre ellas tocando la religiosa y cargando ahora el
análisis del carácter histórico y como resultado de formas específicas de relación
social, lo cual profundiza un poco en el primer tomo del capital al decir que:
“Ni la Edad Media pudo vivir del Catolicismo ni la Antigüedad de la política. Las
respectivas condiciones económicas explican, de hecho, por qué el Catolicismo allá
y la política acá juegan el rol dominante”3.
1
Marx, K. (1844). crítica de la filosofía del derecho de hegel. Argentina.
2
Marx, K, Engels, Friedrich. (1846). La ideología Alemana. .Wenceslao Roces, Akal.
3
Marx, K. (2013). El Capital (Tomo 1). Salamanca: Herder Editorial, p.96.
en sus respectivas religiones o no”4, es decir, el fenómeno religioso es producto de
una historia y contexto determinado, es apropiada y reflejada por las sociedades de
maneras distintas, es vista por Engels como un espacio simbólico en el que se
enfrentan fuerzas sociales antagónicas. Lo cual empezaría a dar pistas sobre la
manera en la que el cristianismo tuvo lugar en el contexto latinoamericano en la
década del 60 y 70, no como una ideología uniforme ahistórica e igual a la
cristiandad europea, sino propia de un contexto de desigualdad y lucha de clases
exacerbada, en donde los movimientos de izquierda y la lucha por la liberación de
los pueblos oprimidos era también la causa de lucha de algunos sectores
académicos y religiosos. De hecho, otra referencia que ayuda a entender la génesis
de la Teología de la Liberación es La guerra campesina en Alemania5 de Engels, en
donde una visión materialista de la historia, le lleva a pensar que el clero no es una
masa homogénea y uniforme, es decir, existen fracciones, consensos y disensos, tal
cual ocurrió en la américa latina de la segunda mitad del siglo XX. Es así, que para
Engels, al igual que para Marx, la religión cumple un doble papel que es a su vez
contradictorio, y el cual el profesor Michael Löwy expresa muy bien:
Además, Löwy ayuda a ver cómo el trabajo de Engels, si bien no podía anticipar
la teología de la liberación, si ayudó a plantear el carácter de protesta de la religión,
permitió que se dirá luego un acercamiento diferente a la misma desde la
perspectiva marxista de la lucha de clases.7
4
Engels, F. (1997). L udwig Feuerbach y el fin de la filosofía clásica alemana. Barcelona: DeBarris,
p.281.
5
Engels, F. (1969). La guerra campesina en Alemania. pp.422-475.
6
Löwy, M. (2006). Marxismo y religión: ¿opio del pueblo?. In: La teoría marxista hoy. [online] Buenos
Aires, p.285. Available at:
http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/clacso/formacion-virtual/20100720071208/12Lowy [Accessed 18
Mar. 2019].
7
Ibíd., pp. 287
CAPÍTULO I:
LA EXPANSIÓN DEL MARXISMO EN EL SIGLO XX
Al pensar en los primeros años del siglo XX, nos podemos remitir al artículo de
Lenin sobre Socialismo y Religión8, en donde reconoce que el llamado a la
revolución debe ser un llamado amplio, que no discrimine entre creyentes y no
creyentes, que la importancia de la revolución por la liberación era más importante
que estar de acuerdo con la idea del paraíso después de la vida.9 De hecho, una
perspectiva parecida viene de Rosa Luxemburgo, en su ensayo Iglesia y Socialismo
10
, en donde dice que el papel del cristiano que busca enseñar a amar al prójimo, es
posible en tanto se unan al movimiento socialista.
8
Lenin, Vladimir Ilich 1972 (1905) “Socialism and Religion” en Selected, p. 86.
9
ibid.
10
Luxemburgo, R. (1971). El socialismo y las iglesias. [online] Marxists.org. Available at:
https://www.marxists.org/espanol/luxem/05Elsocialismoylasiglesias_0.pdf [Accessed 13 Mar. 2019].
“(...)pocos años después de que Brecht escribiera esta pieza, apareció en Francia un
movimiento de cristianos revolucionarios, de varios miles de seguidores, que
apoyaba activamente el movimiento obrero, en particular sus más radicales
tendencias (el ala izquierda del Partido Socialista). Su principal eslogan era: “Somos
socialistas porque somos cristianos”11
Ahora bien, uno de las primeros marxistas del siglo XX que trabajó más de cerca
la religión, fue Antonio Gramsci, quien centró atención especial en el papel de la
iglesia en la modernidad, no sobre el papel que cumplió en la antigüedad y el
medioevo como se había tratado hasta ahora por ejemplo por Engels y Kautsky. De
Gramsci tenemos dos referencias fundamentales para ver los acercamientos del
Italiano marxista, por un lado Escritos de Juventud12 y por otro Cuadernos de las
Cárcel13. El primero ayudará a sentar algunas bases sobre el pensamiento del joven
Gramsci, sobre su entusiasmo al leer por ejemplo al socialista Charles Péguy. Sobre
la segunda referencia, es interesante la manera en la que resalta el carácter utópico
de la religión, a pesar de ser muy crítico con los jesuítas, se permite igual reconocer
la función que ha tenido o tiene la religión como un espacio que permite pensar en
las ideas de libertad, equidad e igualdad de diferentes formas o maneras de
expresarse dependiendo del momento histórico. Al respecto dice:
“La religión es la utopía más gigante, la más metafísica que la historia haya jamás
conocido, desde que es el intento más grandioso por reconciliar, en forma
mitológica, las reales contradicciones de la vida histórica.”14
Más adelante nos encontramos con los trabajos realizados por Lucien Goldmann,
un marxista que produjo, en palabras de McLellan y citado por Michael Löwy un
“análisis específico más impresionante de la religión producido por el marxismo
11 Löwy, M. (2006). Marxismo y religión: ¿opio del pueblo?. In: La teoría marxista hoy. [online]
Buenos Aires,. Available at:
http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/clacso/formacion-virtual/20100720071208/12Lowy [Accessed 18
Mar. 2019].
12
Gramsci, A. (2014). Escritos de juventud (1914-1917). Buenos Aires: Editorial Gorla.
13
Gramsci, A. (1981). Cuadernos de la cárcel. México: Era.
14
Ibíd.
occidental”15. De hecho, Goldmann hace una interesante relación llevada a cabo por
la categoría de “creencia”, la cual le permite exponer que la creencia marxista está
basada en la idea de la liberación de la humanidad, mientras que la segunda puede
relacionarse más con la idea de la existencia de Dios. Sobre esta visión renovada
del marxismo y la religión nos dice que:
Este intento fue visible además en el conocido José Carlos Mariátegui, quien
permitirá introducir en profundidad sobre la teología de la liberación, ya que fue la
principal fuente de inspiración de uno de los personajes que fundaría esta nueva
forma de asumir el cristianismo, a saber, Gustavo Gutiérrez. Con los cual llegamos a
al capítulo final del presente trabajo.
15
Löwy, M. (2006). Marxismo y religión: ¿opio del pueblo?. In: La teoría marxista hoy. [online] Buenos
Aires, p.293. Available at:
http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/clacso/formacion-virtual/20100720071208/12Lowy [Accessed 18
Mar. 2019].
16
Ibid., pp. 294
17
Acevedo Tarazona, Á. and Delgado Díaz, A. (2012). Teología de la Liberación y Pastoral de la
Liberación: entre la solidaridad y la insurgencia. [online] Scielo.org.co. Available at:
http://www.scielo.org.co/pdf/rahrf/v17n1/v17n1a11.pdf [Accessed 20 Mar. 2019].
El Concilio Vaticano II representó un punto de partida para el papel de la iglesia
católica en un mundo convulsionado por guerras, necesidades básicas insatisfechas
y atropellos, por lo que la esfera espiritual era fundamental en tanto que
representaba la esperanza de los pueblos. Es por ello que la iglesia católica hace un
trabajo de modernización que supuso un salto cualitativo del papel del feligrés
dentro de la iglesia, permitiendo el paso a la figura del pobre y el oprimido, donde la
religión debía cumplir el papel de una plataforma al servicio de la transformación en
favor de la superación de las injusticias e inequidades:
“No basta por cierto reflexionar, lograr mayor clarividencia y hablar; es menester
obrar. No ha dejado de ser ésta la hora de la palabra, pero se ha tornado, con
dramática urgencia, la hora de la acción. Es el momento de inventar con imaginación
creadora la acción que corresponde realizar, que habrá de ser llevada a término con
la audacia del Espíritu y el equilibrio de Dios. Esta asamblea fue invitada a tomar
decisiones y a establecer proyectos, solamente si estábamos dispuestos a
ejecutarlos como compromiso personal nuestro, aun a costa de sacrificio.”19
Con los insumos que dejaron estos llamamientos, sumados con los grandes
cambios políticos y culturales que se gestaban alrededor del mundo y
particularmente en zonas periféricas como américa latina, varios sacerdotes deciden
impulsar un movimiento pastoral de liberación que involucra directamente a la
Es así que a partir de estos primeros pasos se empieza a incubar dentro del
clero y dentro de los teólogos de la época una forma crítica de llevar la sotana en
compañía de los parroquianos, que además se trata de una revolución
epistemológica en la historia mundial de la teología cristiana, ya que es la primera
vez que una teología echa mano de las ciencias sociales críticas20, tomando
relevancia la sociología y la economía política en este nuevo trabajo mancomunado
e interdisciplinar. En ese sentido, se apropian de un tipo de marxismo particular,
donde rechazan tajantemente el materialismo dialéctico y a su vez, la posición frente
a Marx es receptiva en tanto su faceta menos dogmática ni economicista. En
cambio, las corrientes más presentes en la cimentación de esta teología, fueron en
primera medida la influencia de Antonio Gramsci así como de la escuela de
Frankfurt en especial la de Marcuse. En cuanto a teóricos latinoamericanos, la
teología de la liberación se nutre de pensadores como Mariátegui que da cuenta de
en El factor religioso
su aporte a la religión en obras como El hombre y el mito o
condensado en Siete ensayos de la interpretación de la realidad peruana, además
de Fidel Castro que tiene una posición frente a la religión en la misma vía que Rosa
Luxemburgo y que inspira el movimiento brasileño de la acción popular.21
20
Dussel, E. (1988). Teología de la liberación y Marxismo. Cuadernos Americanos: nueva época, 6,
p.141.
21
ibid.
que se le quería propiciar a la institución religiosa donde se optara por un evangelio
que se comprometiera con los pobres.
CAPÍTULO II:
LA CONSOLIDACIÓN DE LA IDEOLOGÍA MARXISTA EN AMÉRICA LATINA Y EN
COLOMBIA
Los teólogos reconocen que “sin los análisis marxistas sería improbable plantear
determinadas preguntas al mensaje cristiano y a la praxis salvadora”22 haciendo la
salvedad que el marxismo entra en convergencia con la TL al momento de la lectura
de la realidad social, develando al capitalismo como el sistema que produce la
distribución del capital económico de forma inequitativa, pero no en todas las partes
conformantes de la teología, citando a Boff “no es una teología dentro del marxismo,
sino la utilización del marxismo (materialismo histórico) dentro de la teología. El
principal referente no e s el marxismo, sino la teología, la cual posee su propia
gramática”23 dando a entender que la pastoral evangélica es más abarcante que el
marxismo en todo ámbito.
22
Tamayo-Acosta, J. (2000). Para comprender la teología de la liberación. Estella (Navarra): Editorial
Verbo Divino, p.87.
23
Ibid.p. 88
acciones organizativas y tácticas eran llevadas a cabo a partir de las bases, lo que
generaba una estrecha relación con el pueblo.24
24
Acevedo Tarazona, Á. and Delgado Díaz, A. (2012). Teología de la Liberación y Pastoral de la
Liberación: entre la solidaridad y la insurgencia. [online] Scielo.org.co. Available at:
http://www.scielo.org.co/pdf/rahrf/v17n1/v17n1a11.pdf [Accessed 20 Mar. 2019].
25
Cifuentes, M. and Figueroa, H. (2008). Corrientes del catolicismo frente a la guerra y la paz en el
siglo XX. Ensayos críticos, 4, p.20.
26
ibid.
27
Herrera Farfán, N. (2019). Camilo Torres y las luchas cristianas. Revista Lanzas y Letras, 34, p.6.
de saber y poder popular y comunal con miras liberadoras, para lo que la referencia
de la vida digna como guía es clave para la praxis.
No está de más resaltar que según palabras de Camilo Torres en el año 1956,
cuando tenía 27 años, dijo a una periodista que le estaba entrevistando, que
América Latina era una colonia económica del imperialismo estadounidense y que
28
Grigulevich, J. and Pita, F. (1984). La iglesia católica y el movimiento de liberación en América
Latina. Moscú: Editorial Progreso, p.353.
El Manifiesto del Partido Comunista, de Marx y Engels, sirvió de provecho a la
Iglesia católica, ya que la obligó a ocuparse de la cuestión social.29
Tras su muerte, se generan ecos muy diversos, tanto en Colombia como en toda
América Latina, se termina de consolidar como un símbolo y referente de la lucha
revolucionaria, así como el ejemplo de la praxis en la academia y la religión. Su
imagen pulula hoy en los procesos políticos organizativos y científicos, desde donde
se pretende ejercer procesos contrahegemónicos y emancipatorios, siendo algunos
ejemplos el movimiento Golconda, Sacerdotes para América Latina, Organización
para América Latina, las Comunidades Eclesiales de Base, la IAP y la perspectiva
de educación popular.
29
Ibid., pp. 356
● Los curas camilistas de la Arquidiócesis de Bogotá encabezados por René
García.
● Las religiosas y profesoras del colegio Marymount encabezadas por Leonor
Esguerra.
● El grupo de estudiantes encabezado por el matemático marxista Germán
Zabala.30
Desde joven ligó el trabajo político con la reflexión pastoral trabajando junto a l a
Juventud Obrera Católica (JOC) para más adelante -en 1970- vincularse con mayor
compromiso a la Alianza Nacional Popular (ANAPO) y aunque nunca se alzó en
armas, si tuvo una relación cercana con los proyectos clandestinos del ELN y el
M-19. Además, tomó la dirección de la revista Frente Unido en su tercera época,
desde 1968 hasta 1972.
30
Pérez Prieto, V. (2016). Los origenes de la teología de la liberación en Colombia: Richard Shaull,
Camilo Torres, Rafael Avila, “Golconda”, Sacerdotes para América Latina, Cristianos por el
Socialismo y Comunidades Eclesiales de Base. Cuestiones teológicas, [online] 43(99), p.92.
Available at: http://www.scielo.org.co/pdf/cteo/v43n99/v43n99a04.pdf [Accessed 2 May 2019].
31
Ibid.
René García, uno de los cuadros más importantes del grupo Golconda, dedicó gran
parte de su vida a la educación e investigación animando y asesorando movimientos
sociales, labor en la que estuvo acompañado de Germán Zabala.32
Leonor aporta una visión además muy importante sobre el papel de la mujer en
las guerrillas, un espacio sumamente machista y cómodo en la promesa de una
lucha hacia una sociedad en donde todos seremos iguales, pero que en la
cotidianidad de la práctica revolucionaria, las posiciones masculinas de poder no se
ven trastocadas, siendo las mujeres víctimas de múltiples afectaciones. El tema del
feminismo, como narra Leonor, era reservado para la burguesía, tal y como le
decían a ella cuando formaba parte del ELN.
32
Palabras Al Margen. (2019). René García Lizarralde. [online] Available at:
http://palabrasalmargen.com/uncategorized/rene-garcia-lizarralde-2/ [Accessed 2 May 2019].
Por último tenemos a Germán Zabala, un bogotano comprometido con la causa
revolucionaria desde una triple postura: como profesor de matemáticas, como sujeto
político y como conocedor de las ciencias humanas. Su labor estuvo fundamentada
en la necesidad de actuar tanto en comunidades desfavorecidas así como en la
misma academia en su labor como docente. De hecho, algo que lo acompañó
durante la mayor parte de su vida fue su postura marxista, que lo llevó a interpretar
la realidad colombiana y luego a actuar en el grupo Golconda, en donde el ideal de
la praxis se llevó a cabo, además de participar en el Partido Socialista Democrático
en su juventud.
33
Zabala Archila, V., & Mejía Vanegas, Á., & Zabala Castañeda, S., & Menjura, F. (2008). Germán Zabala.
Travesías de un pensamiento político humanista. Nómadas (Col), ( 29), 159-169. pp. 165.
Además, no es un movimiento que pretenda luchar para el pueblo sin tener una
relación directa con él, quedándose en tertulias de cafetines u oficinas, tampoco
intentan obtener algún tipo de privilegio simbólico eclesiástico, porque de hecho, su
postura es clara en contra de los privilegios por mínimos que sean, así como lo es la
lucha contra el imperialismo y sus patrocinadores oligarcas de este país.
“La plataforma religiosa y política del grupo Golconda, además de realizar un análisis
de la situación colombiana y hacer una reflexión a la luz del Evangelio, trazó las
siguientes orientaciones para la acción: conocer objetivamente la realidad nacional,
usar un método científico para la investigación y la acción, comprometerse con la
acción revolucionaria en contra del imperialismo y la burguesía neocolonial,
mantener una perspectiva de conjunto nacional e internacional, actualizar
internamente a la Iglesia y liquidar su maridaje con el Estado, reprobar el capitalismo
neocolonial e instaurar una sociedad socialista que eliminará la explotación del
hombre por el hombre, solidarizarse con los que luchan por el cambio urgente y
profundo de estructuras socio-económicas y políticas, rechazar la maniobra
divisionista del pueblo orientada por los partidos tradicionales, rechazar el
presupuesto de guerra que no defendía la soberanía nacional pero sí reprimía las
luchas populares para defender los intereses de la minoría dominante, crear un
frente revolucionario a través de una unidad de acción de los luchadores populares y
respaldar la denuncia con hechos constructivos”34
Sobre todo esto, es importante reconocer el legado crítico y teórico que dejó el
grupo de Golconda a nivel teórico y crítico para la lectura de la realidad colombiana:
primero, su posición rehacía frente a las posiciones cómodas de autoreconocimiento
en el “tercermundismo”, ya que creían que no era dado una condición histórica cuasi
natural, sino que respondía a dinámicas de poderes hegemónicos o intereses
particulares. Por otro lado, fueron muy críticos con las posturas de la CEPAL y
Alianza para el Progreso ya que creían que estas posturas trataban de solucionar
los problemas particulares a través de las mismas lógicas capitalistas que de hecho
34
Acevedo Tarazona, Á. and Delgado Díaz, A. (2012). Teología de la Liberación y Pastoral de la
Liberación: entre la solidaridad y la insurgencia. [online] Scielo.org.co. Available at:
http://www.scielo.org.co/pdf/rahrf/v17n1/v17n1a11.pdf [Accessed 20 Mar. 2019].
son las causantes de reproducir un sistema precario, injusto y explotador en el cual
el beneficio es para la minoría.
Otro aspecto que se debe tener en cuenta, grosso modo del legado de Golconda,
es la necesidad de una revolución que lleve a una reforma agraria, ésto como la
única alternativa para transformación real y de fondo del sistema establecido. Con lo
cual desmitifica lo dado como algo celestial, como algo dado de una vez y para
siempre o fuera de la voluntad humana. El acercamiento a las posibilidades de
autodeterminación del hombre, así como lo que llamaron la actitud pastoral
militante, como una necesidad de la Iglesia que ayude a la búsqueda y consecución
de la dignidad y la calidad de vida para la mayoría de la población. En últimas, la
propuesta era un cambio radical en la forma de ver la realidad y de un marcado
llamado a incidir en ella, la lucha de la iglesia debía estar del lado de los pobres, con
quienes codo a codo, se pretendía luchar con el fin de convertir a Colombia en un
Estado socialista.
35
Teología de la liberación en Colombia: Un problema de continuidades en la tradición evangélica de
opción por los pobres. Antonio José Echeverry pp. 114-115
CONCLUSIÓN:
Los sacerdotes que deciden seguir esta corriente son fuertemente perseguidos
por el Estado debido a su apoyo a prácticas revolucionarias por fuera del marco
legal, como por la incomodidad que causaba su praxis metodológica en sus
procesos barriales y la concatenación de estos a nivel nacional.
La síntesis más concreta de este movimiento en Colombia estuvo dada en
principio por el sacerdote, sociólogo y posteriormente guerrillero Camilo Torres
Restrepo, luego por el grupo Golconda. Este grupo eclesial, conscientes de la
necesidad de una verdadera iglesia al servicio del pueblo, que no legitimara el poder
oligarca de una sociedad sumida en la desigualdad social y en la explotación de una
clase sobre otra, llevaron una posición crítica inspirada en el marxismo como un
gran grito latinoamericano, que removió las anquilosadas estructuras eclesiásticas
renovando el mensaje de Dios en la tierra36. El proyecto de Golconda era construir
una sistema socialista en Colombia, alimentado del compromiso y el servicio de
René García, Leonor Esguerra y Germán Zabala, entre muchos otros que influyeron
como parte del legado camilista en este movimiento que no era exclusivamente
sacerdotal, sino que acogía a todo aquel que le apostara a lo mismo: encaminar a
Colombia por rumbos diferentes.
Reuniéndose por primera vez en 1968 y por última en 1970 (aunque estuvieron
consolidados hasta 1972) el grupo Golconda nos dejó varias reflexiones pertinentes
para revisar bajo el lente de la realidad política nacional hoy:
36
Golconda por golconda. (2019). Revista Lanzas y Letras, (34), p.15.
● La apuesta y propuesta por un cambio radical en la forma de acercarse a la
realidad, llamando a la incidencia en ella por parte de la iglesia, en busca
siempre, de la vida digna para la población colombiana.
Es por ello que el trabajo político por la transformación día a día de la realidad
injusta e indolente que viven muchos colombianos y colombianas, debe ser firme y
vigente, desde la iglesia como un ente fundamental de la realidad colombiana y
desde una perspectiva marxista que nos de luces, no solo analiticas para entender
la realidad sino metodológicas y técnicas para repercutir en esta.