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“Ciudad de los Reyes, de los Chávez, los Quispe…”

La ciudad de Lima, la tres veces coronada “Ciudad de los Reyes”, es sin duda en la actualidad, la
ciudad de los Chávez, de los Quispe y de un sin número de apellidos que poco o nada tuvieron que
ver con la alcurnia de la Lima de antaño. Ya en la proclamación de la Independencia del Perú, en
1821, la ciudad de Lima reunía una vasta gama de mixturas, de una sociedad heterogénea de
50,000 habitantes aproximadamente, los cuales estaban conformados por 17,000 blancos, 9,000
negros, 4,600 mestizos y unos 4,000 indios. Los censos realizados entre 1920 y 1931 reflejan que la
población de mestizos de Lima se había duplicado, de 71,688 a 144,527 habitantes, mientras que
la población de raza blanca había sufrido sólo un incremento de 35%, llegando a 94,998 habitantes
en 1931. Estas cifras reflejan la descentralización geográfica que vivía la capital a medida que
crecía la población mestiza. Es así que para el año 1926 la provincia de Lima contaba con 13
distritos: Lima, Chorrillos, Carabayllo, Nueva Chosica, Lurigancho, Lurín, Magdalena Vieja (hoy
Pueblo Libre), Magdalena Nueva (hoy Magdalena del Mar), Miraflores, San Miguel, San José de
Surco (hoy Santiago de Surco), Pachacamac y Barranco. Cabe señalar, que posteriormente la
brecha existente entre el número de habitantes de población blanca y mestiza se fue
disminuyendo, llegando a considerar a ambos en mismo grupo racial, posicionándose cuantitativa
y cualitativamente como el grupo más representativo de la ciudad capital, y teniendo a los
habitantes asiáticos (inmigrantes de China y Japón) como la segunda etnia predominante de esa
época. En ese sentido, se puede evidenciar que el proceso de inmigración externa e interna en el
siglo XX iba en aumento, generando un incremento cada vez mayor de población que se
trasladaba a la ciudad capital. Este incremento de población generará en adelante la creación de
Nuevos Pueblos Jóvenes en Comas, San Martín de Porres, Callao, San Juan de Lurigancho (Canto
Grande), Ate y Lurigancho, hoy considerados distritos. En los años 40 se inicia el crecimiento
explosivo del Cono Norte, etapa que dura aproximadamente hasta 1967, teniendo como causa de
este crecimiento, el despojo de sus tierras agrícolas a los campesinos, el terremoto de 1940 que
ocasionó la destrucción de casas antiguas en el centro de Lima y la creciente demanda de
viviendas en las zonas populares. Asimismo, el crecimiento del Cono Sur se dio con las invasiones
de Tablada de Lurín, de las laderas del Cerro San Cosme en 1946 y del Cono Este se dio con las
invasiones del Cerro El Agustino en 1947. Conforme avanzaba este crecimiento en las periferias de
la capital, el Cercado de Lima contaba para 1944 con 295,374 habitantes. Otra causa de
migraciones de población hacia las ciudades más grandes del país, principalmente a Lima, se debió
a la violencia terrorista sufrida a comienzos de los años 80, los que se dieron principalmente de las
provincias de la Sierra Sur y Centro, por ser las más afectadas, ocasionando 17 años después,
430,000 habitantes en la ciudad. Conforme iban desarrollándose la población con el incremento
de ésta en la ciudad capital, también se desarrollaban las micro, pequeñas y medianas empresas,
ubicándose la mayoría de ellas en las zonas nuevas de la ciudad (Lima Conurbana). Evidenciándose
el crecimiento de la zona industrial de Villa el Salvador, el emporio textil de Gamarra y el
crecimiento de grandes zonas comerciales en la Lima Norte. Según el Instituto Nacional de
Estadística e Informática (INEI) el número de establecimientos de las PYMES en Lima
Metropolitana a finales del siglo XX ascendía a 160,040 empresas. De esto se desprende que a
nivel de distritos, la distribución del número de PYMES de Lima Metropolitana se daba de la
siguiente manera: En Lima Cercado 12.4%, en la Victoria 8.6%, en San Juan de Lurigancho 6.6%, en
Comas 5.5%, en San Martín de Porres 5.3% y en Callao Cercado 4.8%. Predominando a nivel de
actividades económicas, las bodegas, los restaurantes, las peluquerías y las vulcanizadoras.
Respecto a la población, se conoce que la cantidad de habitantes de Lima Central y el Callao pasó
de un millón y medio de personas en 1960 a cerca de tres millones para el 2000. Y en la Lima
Conurbana, pasó de cero a cinco millones en el mismo lapso de tiempo. Teniendo en la actualidad
la Lima Conurbana (los conos) dos tercios de la población total de la ciudad capital. En
consecuencia se hace difícil hablar de la “periferia” y el “centro” de la ciudad, cuando en realidad
la llamada “periferia o lima conurbana” es mucho más grande y en muchos aspectos más
importante que la parte central. La adaptación de Lima Central y Lima Conurbana en consecuencia
Lima actual, es hoy el resultado de la unión de los llamados limeños pertenecientes a la Lima
Central (limeños clásicos) y los de la Lima Conurbana (neo limeños). Ambos grupos adaptando los
cambios generacionales al crecimiento de la ciudad. Cabe señalar, que por el lado de los neo
limeños, existen tres generaciones bien marcadas por el grado de parentesco ancestral con
provincianos.

La primera de ellas es la llamada “Primera generación de Neo Limeños”, esta generación es la que
proviene del interior del país, en su mayoría gente de la sierra que vino a la ciudad en busca de
nuevas oportunidades, estando en la ciudad se caracterizaron por mantener sus tradiciones, a
pesar de la modernidad que les imponía la capital mantuvieron sus tradiciones no solo en
términos costumbristas sino en su comportamiento como consumidores. Esta generación muchas
veces llega a recibir el rechazo de la sociedad de limeños clásicos, con un trato despreciativo,
catalogándolos despectivamente como “serrano” y también “cholo” .La Segunda Generación de
Neo Limeños, es la conformada por los hijos de aquellos migrantes de la primera generación, si
bien esta generación creció bajo la influencia provinciana de sus padres, también se impregnó de
patrones culturales de la capital. En lo referente a sus formas de consumo, éstas ya no fueron tan
arraigadas como la de sus padres, sino que se parecían a las formas de consumo del limeño clásico
(poblador de Lima Central), es decir se vieron influenciados por ambas corrientes. En
consecuencia, se puede apreciar que esta segunda generación de la Lima Conurbana toma un
poco de ambas culturas. Cabe señalar, que este grupo humano, con rasgos culturales mixtos,
también llegó a sentir el rechazo de la sociedad de limeños clásicos, ocasionando que traten de
negar su propia identidad, buscando parecer limeños de la Lima Central.

La Tercera Generación de Neo Limeños, es la conformada por habitantes más jóvenes y


actualmente es la población más numerosa de la actual Lima Metropolitana, sus edades bordean
los 20 años de edad, y a diferencia de sus padres, ellos se consideran a símismos como “limeños
completos”, aun cuando reconocen el origen provinciano de sus familias. Sus formas de ser y de
actuar se asemejan a un comportamiento moderno, incluso se podría decir que no se sienten
avasallados por los limeños clásicos, como sí se sentían sus padres. En lo referente al consumo, se
ven influenciados por el exterior, pero también mantienen sin ningún problema la influencia del
origen de sus familias. En lo referente a los limeños clásicos, éstos son para este libro, los que
habitan en los distritos limeños tradicionales como Cercado, el Rímac, Magdalena, Pueblo Libre,
Jesús María, San Isidro o Miraflores. A este grupo de habitantes también se le diferencia por tres
tipos de generaciones. Si bien muchos de ellos son de ascendencia limeña, también existen
muchos que tienen antepasados provincianos. Pese a ello, muchos de ellos no apreciaron la
presencia de los migrantes, a quienes los asumían como invasores y los contrataban como
empleados del hogar. Su comportamiento como consumidores estuvo muy influenciado por lo
extranjero. En ese sentido, este análisis de los limeños clásicos y de los neo limeños, nos ayuda a
comprender quienes son los actuales limeños, si bien cada habitante de Lima Conurbana y Lima
Central tienen sus particularidades debido a sus ancestros y donde viven, son un grupo social bien
definido, también se puede apreciar que la lima actual tiene más de provinciana de lo que se cree.
Por ejemplo, si asumimos al limeño de Lima Central y del Callao, como habitantes cuyos
antepasados directos han nacido en Lima Metropolitana, se puede evidenciar que este grupo
representa solo el 12.7% de los habitantes de la ciudad capital. El 87.3% está conformado por
quienes se entiende como pobladores de la Lima Conurbana. Así, se puede apreciar que esta
evolución ha generado formas de ser y actuar, es decir se han mostrado relaciones entre todos los
ámbitos sociales cada vez más fluidos. Hoy vivir en un distrito o en otro, no es indicativo de
pobreza o riqueza. Por otro lado, las pobrezas y riquezas no son iguales para todos los casos, es
decir será rico aquella persona que tiene poco dinero pero que le alcanza para adquirir muchos
bienes y servicios, y será pobre aquella persona que ganando mucho deba pagar mayores sumas
de dinero por los productos que compra. En consecuencia, catalogar a los limeños sólo por su nivel
socio económico se hace insuficiente para comprenderlos. Se hace necesario entonces para
comprender mejor a la sociedad actual, conocer a sus habitantes de manera integral, psicológica,
social, cultural y finalmente económica, es decir más que comprender su nivel económico es
necesario conoce su estilo de vida. De todo ello se puede apreciar que Lima Metropolitana seguirá
creciendo, fundamentalmente por el crecimiento natural de la población que ya vive en ella, es
decir, fruto de los nacimientos de nuevos limeños, en su mayoría descendientes de provincianos,
esto significa que la mezcla entre culturas ya no va a ser tan brusca como ocurrió en el pasado, nos
va a llevar a una Lima Metropolitana más homogénea, con estilos de vida más definidos y estables,
una cultura también más definida y compartida por todos. Se podría esperar que a partir del
proceso de regionalización emprendido recientemente, en un futuro no tan lejano se produzca el
proceso inverso al vivido en los últimos años, es decir, que gente de Lima regrese a las provincias
atraída por oportunidades de desarrollo que no pudieron encontrar en la capital, si esto llegara a
suceder, sería ventajoso no solo para las provincias que atraigan a los migrantes, sino también
para la propia Lima, que tal vez pueda ordenarse un poco más a partir de quienes en definitiva la
van a habitar. Por otro lado, para el país también existe la emigración masiva hacia otros países
como Estados Unidos, Japón, Argentina, España e Italia, vemos así que la mayor influencia es el
éxito de algunos limeños que han emigrado, esto termina tentando a otros para igualmente partir
a buscar la posibilidad de vivir en el extranjero. El crecimiento de Lima Conurbana llama mucho la
atención, porque representa importantes rubros de crecimiento para la actividad empresarial, se
encuentra vigente al desarrollo comercial, es claro entonces que los empresarios limeños
fundamentalmente están descubriendo lo que se suponía el mercado de los pobres y el enorme
potencial que se ocultaba tras él, ello pronostica mayores inversiones y el consecuente desarrollo
de todas las nuevas zonas de la ciudad.
El desarrollo de Lima Norte es muestra viviente de este gran potencial en Lima Conurbana, donde
muchos empresarios visionarios captaron en esta zona de Lima Conurbana una zona de gran
inversión de desarrollo y un mercado virgen que atender y explotar, transformándola en una gran
zona comercial, con restaurantes diversos, inmensos centros comerciales, las discotecas más
modernas, etc. Los emigrantes del campo a la ciudad que en un principio, como pobres, invadieron
toda la zona de Lima Norte, representan hoy a personas exitosas, grandes comerciantes y
empresarios, con necesidades cada vez más exigentes y con un fuerte poder adquisitivo.
Actualmente el limeño sobre todo el joven ya tiene experiencia con formatos de consumo
moderno, ello lo convierte en un consumidor más experimentado, capaz de comparar entre
distintas alternativas de bien o servicio y elegir la que mejor satisfaga sus necesidades y
expectativas específicas , los niños y jóvenes de la tercera generación ya han nacido con internet y
como se ha visto sus hogares tienen acceso a la mayoría de las comunicaciones masivas, el estar
en contacto con el mundo facilitará la propagación de la modernidad y las nuevas tendencias, la
forma más clara de ver cómo están evolucionando los limeños es a través de la segmentación por
estilos de vida. Un aspecto interesante sobre la marca Perú, es que básicamente se trataría de un
nacionalismo reactivo pues el sentimiento no habría nacido solo por el amor que se pudiera tener
a lo peruano, sino más bien, como una reacción de defensa ante diversos acontecimientos, como
los maltratos que, desde la perspectiva de la opinión pública muchas veces, alimentada por los
medios masivos de comunicación, el consumidor peruano habría sufrido por parte de algunas
compañías extranjeras. También habría surgido el nacionalismo como reacción supuesta de
invasión de productos importados, hecho que se asocia directamente a pérdida de empleos
locales, mayores precios, fuga de divisas, etc. Hoy gracias a la mayor información, la experiencia de
vida y el nacionalismo descrito, el nuevo consumidor está en la capacidad de reconocer que, así
como existen productos importados, buenos y malos, también hay oferta buena y mala. Entonces
frente a un eventual igualdad de condiciones por el lado de la calidad, el ser fabricado en el Perú
se ha convertido en un atributo a favor de los productos locales, esta cualidad es cada vez más
utilizada, no solo para enfrentar a una competencia ya tangible, sino también para preparar a los
consumidores ante la eventual incursión de transnacionales, que gracias a sus economías de
escala, pueden vencer económicamente a marcas consolidadas en el mercado local. El boom de
las religiones, ha tenido y tendrá una importante influencia en el desarrollo del perfil de las
personas. Si bien la gran mayoría de limeños son católicos, es necesario mencionar el crecimiento
que están teniendo otras opciones religiosas como los evangelistas, los mormones, los testigos de
Jehová entre otras religiones que como se sabe, conllevan patrones culturales distintos en mayor
o menor medida a los característicos rasgos de la religión católica. Finalmente, podemos entender
a esta Lima y su futuro como un reto, como un conjunto de expectativas que deben ser asumidas y
forjadas por todos sus habitantes, hasta convertirlas en resultados, con un conjunto de reglas que,
sin la necesidad de estar escritas en un papel deben emanar con la simplicidad que suele enmarcar
en lo que la realidad irrefutablemente expresa. Son detalles de equidad necesarios para una
ciudad moderna, mentalmente evolucionada y dueña de una pujanza que la hace única, unida
cada vez más por la labor de quienes diariamente la transitan.

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