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1)

Allí donde se ha implantado, el cultivo de transgénicos se asocia con un


incremento exponencial en el uso de herbicidas, la expansión de
monocultivos y un aumento en los costes a lo largo de la cadena alimentaria.
Los impactos sociales, ambientales y económicos son graves. Contribuyen a
que pequeños campesinos y campesinas pierdan sus tierras y su modo de
vida, al tiempo que fracasan en aliviar la pobreza.

2)
Prácticamente todos los cultivos transgénicos son tan solo de dos tipos. O
bien están modificados para resistir herbicidas químicos, o bien para que la
planta produzca su propio insecticida. Esto significa que están diseñados para
tolerar herbicidas de amplio espectro como el glifosato o el glufosinato, que
matan las malas hierbas dejando el cultivo intacto. O están diseñados para
que produzcan una proteína que es tóxica para las plagas que se alimentan
de la planta.

Los cultivos Bt están modificados genéticamente para producir la proteína


insecticida Bacillus thuringiensis, tóxica para insectos que se alimentan de
ellos. Los cultivos Bt producen esta toxina a través de las hojas, raíces y
tallos, matando insectos como el barrenador europeo del maíz o taladro. Sin
embargo, la toxina también puede ser dañina para otros insectos como las
mariposas o polillas, y para los insectos polinizadores de los que dependen la
agricultura.

El maíz Bt de Monsanto, conocido como MON810, es el único transgénico


que se cultiva a gran escala en la Unión Europea, basicamente en España y
en Portugal. En el caso del Estado Español, la contaminación del maíz
ecológico por los cultivos transgénicos cercanos ha provocado graves daños
a productores y productoras ecológicas. El MON810 ha sido prohibido por
Austria, Francia, Alemania, Grecia, Hungría, Luxemburgo y Polonia.

Se conoce aún muy poco sobre la interacción de las plantas Bt con el medio
ambiente. Hay pocos artículos científicos publicados sobre las toxinas Bt de
estos maíces transgénicos y sus efectos potenciales sobre las abejas y otros
polinizadores, y su impacto sobre los ecosistemas edáficos y organismos
como gusanos o artrópodos.

Para la aprobación offical del maíz Bt de Monsanto, los impactos sobre las
mariposas y polillas se estimaron usando modelos demasiado simplistas que
no reflejan la realidad de los modelos de agricultura y ecosistemas europeos,
y por tanto su impacto negativo no fue suficientemente considerado.

3)
La extensión del cultivo de transgénicos en América ha provocado la
propagación de “supermalezas”, malas hierbas resistentes que no pueden ser
controladas con glifosato. Esto fuerza a agricultores y agricultoras a una
espiral sin fin de incremento en el uso de químicos, incrementando los costes
y cantidades de herbicida necesarios para mantener sus cultivos, y de
herbicidas cada vez más tóxicos, incluyendo dicamba y 2,4-D.

Frente a estas supermalezas, Bayer promociona como alternativa los cultivos


resistentes al glufosinato y sus herbicidas. El glufosinato daña las bacterias
del suelo y es tóxico para muchos animales acuáticos, incluyendo larvas de
bivalvos y ostras, y algunos pescados de agua dulce. Pruebas en campo
realizadas en el Reino Unido también demostraron que los cultivos
resistentes al glufosinato reducen el número y la diversidad de plantas
silvestres, los artrópodos y otras especies dependientes, amenazando por
tanto a la biodiversidad. Expertos de la UE concluyen que hay riesgos
potienciales a largo plazo para los mamíferos por uso de glufosinato.

Las cada vez mayores cantidades de químicos producidos y utilizados llegan


a los sistemas acuáticos, destruyendo la biodiversidad y provocando daños
ambientales a escala local y global. Afectan también a las comunidades más
desfavorecidas que viven cerca de las grandes explotaciones de cultivos
transgénicos en los países del Sur.

4)
Estudios epidemiológicos y de laboratorio confirman que el Roundup y su
principal ingrediente, el glifosato, plantean un serio riesgo para la salud y el
medio ambiente, incluyendo posibles disrupciones endocrinas (hormonales),
muerte celular, daños en ADN, cancer, malformaciones congénitas y
desórdenes neurológicos.

Algunos de estos efectos se observan con dosis bajas y realistas que pueden
ser encontradas de forma residual en alimentos y piensos, o incluso en el
agua potable. Si se aprobaran cultivos transgénicos resistentes a herbicidas
en la UE, la proporción de contaminación por Roundup y glifosato se
incrementaría.
La población está expuesta al glifosato a través de la contaminación del agua,
la comida o el aire, muchas veces como resultado de la aplicación en campo.
Y no sólo en América, donde se cultivan transgénicos “RoundupReady” a
gran escala. También en Europa se utilizan herbicidas basados en el
glifosato, no solo en explotaciones agrarias, sino también por autoridades
municipales en cunetas, pavimento o parques públicos. También se usa de
forma generalizada en jardinería doméstica.

El Roundup y el glifosato, así como sus residuos, han sido detectados en el


aire, en el agua de lluvia, en aguas subterráneas e incluso en la sangre de
mujeres analizadas.

El glufosinato no es mejor, con impactos potenciales sobre el desarrollo


embrionario temprano, que pueden resultar en partos prematuros, abortos y
la muerte del feto. Estudios independientes confirman los efectos del
pesticida en embriones en dosis muy bajas.

5)
El Roundup no ha pasado por un proceso de evaluación de su seguridad
como parte del proceso legislativo europeo. Se analizó solo su principal
ingrediente, el glifosato. Pero el herbicida Roundup contiene otros
ingredientes que lo hacen mucho más tóxico que el glifosato por si solo. Y es
el Roundup lo que se vende de forma comercial y es usado por agricultores,
agricultoras y el resto de la ciudadanía.

La dosis “segura” de exposición al Roundup marcada por los reguladores no


está basada en evidencias objetivas y actualizadas. Aún peor, la UE ha
incrementado los niveles residuales de Roundup tolerados en varios cultivos,
como la soja o las lentejas, entre 50 y 200 veces. Así, la normativa actual no
protege a las personas consumidoras.

Los productos químicos utilizados en el modelo de agricultura transgénica son


tóxicos, y el modelo en si es insostenible y perjudicial para el medio ambiente,
con un incremento en el uso de herbicidas que aumenta de forma significativa
la contaminación y los riesgos para la salud de la población, y contribuyendo
a la pérdida de biodiversidad. Las únicas personas que consiguen
beneficiarse de este modelo son aquellos que producen los cultivos
resistentes a herbicidas y los productos químicos necesarios para su cultivo.

6)
La posibilidad de patentar material genético ha decantado la balanza del
poder económico hacia las grandes empresas. Tres grandes gigantes
biotecnológicos controlan ya el 53% del mercado global de semillas. Las
semillas campesinas, fundamentales para conservar las variedades locales
de cultivo y la biodiversidad, están bajo amenaza.

Estas patentes perjudican también a agricultores y agricultoras por sus


elevados precios y por la dependencia que generan de las empresas
semilleras. Quienes compran semillas patentadas no pueden guardar semillas
de un año para otro, si no que tienen que comprarlas cada año. Los
mejoradores profesionales de semillas también tienen prohibido trabajar con
estas plantas patentadas.

Pero además agricultores y agricultoras corren el riesgo de ser demandadas


por estas grandes empresas en caso de verse contaminados de forma
accidental. Cultivos como la colza son imposibles de controlar y distribuyen
rapidamente el polen a través del viento y de insectos a los campos vecinos.
En EE.UU., cientos de agricultores y agricultoras han sido demandados por
Monsanto, Syngenta, BASF y Pioneer por cultivo ilegal de semillas
patentadas. Hasta diciembre de 2012, Monsanto ha demandado a 410
productores y a 56 empresas agrarias por infracción de patentes.

Por ahora no se han producido casos de este tipo de denuncias en Europa,


pero no hay ninguna razón para asumir que esto no sucederá si se aprueban
cada vez más semillas transgénicas.

7)
Europa necesita alimentos y explotaciones agrarias que proporcionen un
medio de vida a agricultores y agricultoras, así como alimentos sanos para la
población, que protejan la biodiversidad y que no contaminen el medio
ambiente. Los cultivos tradicionales y las variedades locales, en combinación
con las técnicas modernas de mejora vegetal, estarán siempre mejor
adapatados a las condiciones locales, y son con diferencia más baratos que
las semillas patentadas y la inversión permanente que requiere la producción
de nuevas semillas y pesticidas.

8)
La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) se encarga de la
evaluación científica de los riesgos asociados con estos cultivos, y su opinión
tiene peso para las decisiones de los gobiernos y la Comisión Europea, que
toman la decisión final de aprobar un nuevo cultivo transgénico. Sin embargo,
los cultivos transgénicos que están en la lista de espera para su aprobación
no serán evaluados de manera suficientemente rigurosa como para garantizar
que serán seguros para las personas y para el medio ambiente.

La actual legislación europea permite que los estudios sobre los cultivos
transgénicos sean realizados por las mismas empresas que producen los
cultivos, y no por laboratorios independientes. Este hecho pone en cuestión la
calidad de los datos, y si están sesgado o son incorrectos. A fin de cuentas,
una empresa no enviará estudios que muestren algún problema en sus
productos.

Se añade además que el panel científico responsable de los cultivos


transgénicos dentro de la EFSA incluye personas con relaciones con la
industria biotecnológica, en un claro conflicto de intereses. Partes clave de los
criterios de evaluación fueron desarrollados por el International Life Sciences
Institute (ILSI), un grupo de presión financiado por empresas como Monsanto,
BASF y Syngenta. Hasta ahora, cada cultivo transgénico evaluado por la
EFSA ha obtenido el visto bueno, en claro contraste con la opinión de los
expertos en agencias nacionales de seguridad alimentaria y expertos
independientes.

Si consideramos la cuestionable evaluación de riesgos de los nuevos cultivos


transgénicos, y el opaco proceso de toma de decisiones, no podemos dejar
de cuestionarnos sobre los intereses defendidos por la Comisión Europea y la
EFSA. ¿Están más preocupados por los beneficios de la industria o por la
protección de la salud pública y el medio ambiente?

9)
La Comisión Europea está a punto de reiniciar las negociaciones para
aprobar 25 nuevos transgénicos para su cultivo en Europa, que incluyen
cultivos resistentes al herbicida RoundUp y cultivos insecticidas. Son
variedades transgénicas de maíz, soja y remolacha. Esto implica abrir la
puerta a la expansión en Europa de estos cultivos, y repetir los mismos
errores que cometieron en América del Norte y del Sur, y que exponemos en
esta web.

Los primeros cultivos que serán considerados son cuatro maíces tolerantes a
herbicidas y una soja. Están actualmente en discusión por representantes de
los gobiernos nacionales, lo que llevará a una posible votación. El resultado
decidirá si la Comisión Europea decite autorizar su cultivo en Europa. Durante
15 años, los Estados miembro han impedido que la Comisión Europea
permita más de dos cultivos transgénicos (un maíz y una patata). Ahora
necesitamos también un mensaje claro desde los países para bloquear la
aprobación de estos nuevos cultivos transgénicos.

La decisión se tomará a puerta cerrada en un procedimiento opaco. Una vez


que las autoridades europeas en alimentación y seguridad emitan su opinión
y la presenten a los Estados miembro, la votación se puede realizar en
semanas. Los procedimientos actuales restringen cualquier tipo de discusión
abierta, y habrá poco debate público o político sobre estas decisiones tan
transcendentales.

10)
Se trata de una tecnología con un nivel de imprecisión muy elevado, cuyos
efectos impredecibles tanto a corto como a largo plazo ya están siendo
documentados por la ciencia independiente.

Los transgénicos son un grave riesgo para la biodiversidad y tienen efectos


irreversibles e imprevisibles sobre los ecosistemas. Suponen incremento del
uso de tóxicos, contaminación genética y del suelo, pérdida de biodiversidad,
desarrollo de resistencias en insectos y vegetación adventicia ("malas
hierbas") y efectos no deseados en otros organismos.

La utilización de los OMG en la agricultura no hace más que exacerbar los


efectos perniciosos de una producción industrializada e insostenible, que no
favorece a los pequeños agricultores ni reparte equitativamente las riquezas.
Concentra el control de la agricultura y la alimentación en unas pocas manos,
poniendo en peligro la independencia y supervivencia de pueblos y países.

11)
Suponen un riesgo para la salud: potencialmente pueden suponer nuevas
alergias, aparición de nuevos tóxicos, disminución en la capacidad de
fertilidad (en mamiferos alimentados con OMG), contaminación de alimentos,
problemas en órganos internos, etc.

12)
No se evalúan correctamente los riesgos sanitarios a largo plazo de los OMG
presentes en nuestra alimentación o en la de los animales cuyos productos
consumimos. Por otra parte, ningún sistema de evaluación podría demostrar
la inocuidad de los OMG para la salud o para el medio ambiente dado que
una de sus principales características son los efectos inesperados e
impredecibles derivados de estas técnicas de ingeniería genética.

La industria biotecnológica se ha negado a hacer pública información vital que


demuestra los problemas para la salud humana por el consumo de alimentos
transgénicos. Distintos científicos han revelado que Monsanto omitió reportar
efectos negativos serios, como los signos de toxicidad en los órganos
internos de las ratas.

13)
La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), responsable de su
aprobación, ha sido objeto de duras recriminaciones por no tener en cuenta
las dudas y argumentos de los estados miembros. Además, los estudios
científicos sobre los que se basa la evaluación previa a la autorización son
realizados por las propias empresas, sin que sea posible en muchos casos
verificar los datos y resultados de forma independiente.

14)
Efectos desconocidos o impredecibles
El conocimiento científico sobre el funcionamiento de los genes es todavía
muy limitado y las técnicas actuales de ingeniería genética no permiten
controlar los efectos de la inserción de genes extraños en el ADN de un
organismo. La ingeniería genética aplicada para la creación de los cultivos
transgénicos parte del principio de que los genes tienen una función en sí
mismos, sin tener en cuenta ningún otro factor interno o externo al organismo.
Resulta imposible predecir el comportamiento de los nuevos genes
introducidos en ecosistemas complejos.

15)
Contaminación del suelo
Las plantas Bt (los maíces cuyo cultivo es tolerado por el Gobierno en España
pertenecen a dos tipo de maíz Bt) producen una toxina insecticida llamada Bt
, la cual se acumula en el suelo.

16)
Desaparición de biodiversidad
La contaminación genética pone en peligro variedades y especies cultivadas
tradicionalmente. El aumento del uso de productos químicos eliminan o
afectan gravemente a la flora y a la fauna no objetivo.
17)
El incremento del uso de pesticidas aumenta la contaminación química y crea
resistencias
Con las plantas tolerantes a herbicidas, el agricultor usa mayores cantidades
de agrotóxicos para acabar con las llamadas "malas hierbas". Hoy por hoy
existen datos que demuestran que, debido a esto, se están utilizando muchos
más pesticidas en los cultivos transgénicos que en los convencionales. Con la
aparición de resistencias en los cultivos se necesitan pesticidas cada vez más
fuertes
La presencia de glifosato (el herbicida asociado a la soja transgénica RR de
Monsanto) en el suelo, en las aguas y en los alimentos es cada vez mayor.
En cuanto a las plantas Bt, no se ha verificado una reducción del uso de
agroquímicos. Por el contrario, han aparecido plagas resistentes al Bt, ya que
los organismos atacados por las toxinas de las plantas Bt se vuelven
resistentes a esta toxina perdiendo su eficacia.

A la par, se han ido corroborando riesgos y peligros advertidos: persistencia


de los agroquímicos asociados a los cultivos transgénicos en el ambiente
(agua y suelos) y en los cuerpos de las personas, la no inocuidad de estos
cultivos, la acumulación no deseada de construcciones transgénicas en los
genomas de variedades nativas y la concentración cada vez mayor de
semillas y territorios en manos de pocas empresas monopólicas.

http://www.stopthecrop.org/es/problemas-de-los-cultivos-transgenicos
http://archivo-es.greenpeace.org/espana/es/Trabajamos-
en/Transgenicos/Transgenicos/Problemas-de-los-transgenicos/
http://archivo-es.greenpeace.org/espana/es/Trabajamos-
en/Transgenicos/Transgenicos/Problemas-de-los-transgenicos/Efectos-de-
los-transgenicos-para-el-medio-ambiente/index.html
https://www.jornada.com.mx/2018/04/10/opinion/018a2pol
https://censat.org/es/noticias/oms-glifosato-y-cancer-la-organizacion-mundial-
de-la-salud-califico-de-cancerigeno-al-herbicida-del-milagro-agricola

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