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1. El Hypsithermal (Optimo Climático del Holoceno), 10.000-5.

000 antes del presente


Hace unos 10.000 años, la Tierra entro en un periodo cálido (el Hypsithermal) y
húmedo que tuvo su punto de inflexión hacia el 6.000 antes del presente.
Del estudio de los sedimentos biológicos del Ártico se deduce que la banquisa de
verano ocupaba entonces una superficie que era solamente el 50% de la actual y la
de invierno el 75%, probablemente debido a la mayor insolación, que se acentuaba
durante el final de la primavera y el verano. Se cree que la temperatura superficial
de las aguas de los mares subárticos era en Agosto unos 5°C superior a la actual.

Se sabe por estudios de fósiles de ballenas jorobadas migratorias que el “paso del
noroeste”, entre las islas canadienses, estaba abierto en alguna época próxima al
9.500 antes del presente. En la actualidad los hielos de los mares que bañan el
archipiélago ártico canadiense no se derriten lo suficiente en verano como para
permitir la comunicación entre los océanos Ártico y Pacifico, por lo que los stocks
del Mar de Bering y del Estrecho de Davis de esta especie no se entremezclan.

Fig. El “paso del noroeste”. Posible ruta ártica entre el Atlántico y el Pacifico a través de los
estrechos helados de las islas canadienses

Pero aparte de la templanza del Ártico, la característica más importante del


Hypsithermal es sin duda el aumento de la humedad en el África sahariana y
saheliana, en cuyo estudio nos detendremos un poco más adelante. Tampoco
pasaremos por alto la existencia de un corto periodo de brusco enfriamiento hace
8.200 años.
En Asia, los desiertos de Arabia y de Rajasthan conocieron también periodos más
húmedos durante esta primera mitad del Holoceno. Lo atestiguan lechos
sedimentarios de paleolagos y paleosuelos que contienen polen fósil indicativo de
una vegetación de sabana. También los sondeos en el fondo del Océano Indico,
frente a las costas de Arabia, indican periodos con un mayor afloramiento de agua
profunda, motivado probablemente por unos vientos monzónicos veraniegos más
intensos. Las modelizaciones climáticas del 6.000 antes del presente indican que las
temperaturas en el centro de Asia durante el verano boreal fueron entre 2oC y 3,5oC
superiores a las actuales. Las precipitaciones también serían mayores.

En América, análisis realizados sobre la variación de la sedimentación terrígena en


la cuenca marina de Cariaco, en Venezuela, indican una primera parte del Holoceno,
con su momento álgido hacia el 8.000 antes del presente, en la cual el caudal de los
ríos que desembocaban en ella era mucho más abundante, por lo que se supone
que las precipitaciones también lo eran. Aunque parezca paradójico, análisis
sedimentológicos en la región ecuatorial americana indican que esta primera mitad
del Holoceno, más cálida y húmeda a nivel global que la segunda mitad, registró una
actividad menor del Nino.

2. Episodio excepcional del 8.200 antes del presente


Excepcionalmente, en esta primera mitad del Holoceno, existieron algunos periodos
de aridez, en los que se produjo una bajada drástica del nivel de los lagos africanos
y probablemente también de las temperaturas globales. Lo que nos recuerda que la
historia del clima esta siempre puntuada por acontecimientos raros.
El más anormal de estos episodios se registró entre el 8.400 y el 8.000 antes del
presente, con un pico de enfriamiento hacia el 8.200 antes del presente. Afectó
especialmente a Groenlandia y a Europa, pero hay indicios de ese enfriamiento en
otras regiones lejanas, como China o África tropical, en donde provoco también
episodios secos y ventosos. Por el contrario, los sondeos en el hielo de la estación
Vostok, en la Antártida, señalan que allí el episodio fue de calentamiento.
La concentración de metano disminuyo a nivel global, los colores de los sedimentos
de Cariaco (Venezuela) correspondientes a esa época aparecen más claros y la
temperatura en Summit (Groenlandia) descendió unos 6 °C.

Fig. El evento de enfriamiento del 8.200 antes del presente. Concentración de


metano, escala de grises en los sedimentos de Cariaco y temperatura en
Groenlandia (Summit)
Probablemente, una invasión de agua dulce en el Atlántico Norte, procedente de
aguas de fusión del manto Laurentino retenidas en lo que quedaba de los lagos
Agassiz y Ojibway (situado al sur de lo que es hoy la Bahia de Hudson), ralentizo la
circulación termohalina, en un fenómeno parecido aldel Younger Dryas, aunque de
mucha menor intensidad. La Corriente del Golfo se debilito y durante unos siglos las
temperaturas disminuyeron varios grados en Groenlandia y en el norte del
Atlántico. El fenómeno repercutió probablemente incluso en las aguas del Trópico.
La temperatura descendió en la costa del noroeste de África hasta un nivel casi
semejante al de la glaciación. Posteriormente, en poco tiempo, agotado el aporte
de agua dulce, las corrientes recuperaron su flujo normal y las temperaturas
volvieron a ascender

3. África más húmeda


Según la teoría tradicional más aceptada la mayor insolación estival de la primera
parte del Holoceno hacia que las bajas presiones térmicas que se forman en los
continentes durante el verano fuesen más profundas que en la actualidad. Estas
bajas presiones continentales atraían tierra adentro a las masas húmedas de aire
oceánico y provocaban unos monzones veraniegos, tanto en Asia como en África,
mas penetrantes e intensos que hoy. En la estación veraniega las lluvias se
adentraban más en el continente, pudiendo llegar hasta el corazón del Sahara. Por
su parte, la mayor densidad de la vegetación que cubría la región saheliana,
contribuya a retener y reciclar la humedad entrante.

Para otros, las causas de la humedad son más complicadas. Así, para el geógrafo
francés Leroux, las diferencias de la insolación veraniega con respecto al presente
en el trópico de Cáncer que atraviesa el Sahara— son demasiado pequeñas e
insuficientes para explicar la mayor humedad de la primera parte del Holoceno en
África. Cree este investigador que la explicación hay que buscarla más lejos: en los
cambios circulatorios atmosféricos que afectan a toda la zona atlántica y que se
originan primordialmente en el Ártico, en donde los cambios del reparto estacional
de la insolación si que han sido notables a lo largo del Holoceno.
Sean unas u otras las causas, al comienzo del Holoceno, en unos pocos milenios, la
selva ecuatorial africana se extendió de tal forma hacia el norte y hacia el sur que
llego a ocupar un terreno quince veces más amplio que el que tenía durante la época
glacial. La selva ensanchaba sus límites hacia el norte y hacia el sur en varios cientos
de kilómetros, ocupando paisajes que hoy son de sabana, la cual a su vez ganaba
terreno al desierto del Sahara. Las precipitaciones y la humedad en la selva del
Congo alcanzaron un máximo hace unos 9.000 años. Y durante todo la primera parte
del Holoceno, hasta el 6.000 antes del presente, el clima de la selva fue mucho más
húmedo que el actual.
Fig. Paisajes de África hace 9.000 anos

El Sahara y su franja meridional, el Sahel, no eran las tierras de arena que hoy
conocemos, sino zonas que gozaban de periodos prolongados de bastante
humedad, con numerosos lagos y zonas marismáticas que hoy aparecen
completamente desecadas. Existen pruebas arqueológicas que indican que en áreas
hoy superáridas y recubiertas de dunas, pastaba una fauna típica de sabana. De
acuerdo con este clima más húmedo, durante la primera parte del Holoceno, en
contraste con las épocas frías anteriores, la intensidad de las tormentas de polvo y
la concentración de aerosoles minerales en el aire era mucho menor. Los estudios
de las zonas áridas prueban que entonces las dunas se encontraban generalmente
en un estado durmiente, mucho más fijas que antes y, en consecuencia, la erosión
eólica era mucho menor.

En el noroeste del Sahara, en la zona que al parecer se mantuvo más árida, aparecen
grandes yacimientos de conchas de caracoles. En la zona de los macizos del Hoggar
y del Tassili, en el centro del Sahara, aparecen pinturas rupestres que muestran
escenas con jirafas y otros mamíferos la sabana. En lagunas hoy desecadas al pie de
estos macizos se han hallado fósiles de ranas y de cocodrilos.

Toda la región del Sahel —desde el Atlántico al Índico— estuvo intercomunicada


por un sistema de ríos y de lagos. Por el oeste, una enorme región marismatica de
miles de km2 en la que se expandía el Níger cubrió la zona al norte de Tombuctú. En
zonas en donde la lluvia anual es hoy de solo 25mm existía una población humana
que se alimentaba esencialmente de tortugas de aguas dulces, de moluscos y de
peces. En lo que en la actualidad es un paisaje semidesértico se han encontrado
restos de grandes bivalvos fluviales, de hipopótamos y de cocodrilos de aquella
época.

Más al este, el lago Chad, que se había desecado por completo en el momento álgido
de la Ultima Glaciación, de nuevo se rehízo y a comienzos del Holoceno, alimentado
por el agua de lluvia que le llegaba del Macizo de Tibesti, llego a tener un volumen
y extensión semejante al del actual Mar Caspio. Después, durante la primera mitad
del Holoceno, este lago, denominado también Megachad, sufrió diversas
fluctuaciones y definitivamente perdió volumen a partir del 6.000 antes del
presente. Una de las regiones que ocupaba, la depresión del Bodele, es hoy un
desierto polvoriento cubierto por una extensa capa blancuzca de diatomitas, restos
de las criaturas microscópicas que habitaban las aguas dulces de aquel lago. Aún
más al este, al sur de Egipto, en Nubia, aparecen pinturas rupestres con elefantes.
Muy lejos delas orillas del Nilo, en lo que hoy es pleno desierto, se han encontrado
restos paleontológicos de liebres y gacelas. Algunos monumentos megalíticos de
aquella época indican la existencia de una cultura importante en una región que
actualmente es hiperárida . Hacia el 5.500 antes del presente las lluvias comenzaron
a disminuir y ya hacia el 4.500 el Sahara tenía un clima semejante al actual, lo que
ayudo a la densificación de la población a orillas del Nilo y a la aparición de la
civilización faraónica. Los pocos estudios referentes al sur de África, señalan
también una primera parte del Holoceno, hasta hace unos 5.200 años, más húmeda
y más cálida que la siguiente, con una segunda transición aguda a un clima más seco
y frio hacia el 3.200 antes del presente

4. Enfriamiento y avance del desierto


Entre el 5.500 y el 4.000 antes del presente el clima del Sahara y del Oriente Medio
cambio, enfriándose, y, sobre todo, adquiriendo la aridez que llevo a la región a
tener el paisaje que hoy conocemos. Hace 6.000 años existían diferencias orbitales
importantes con respecto al presente: mayor excentricidad de la órbita (0,0187
frente a 0,0167), mayor inclinación del eje terrestre (24,1o frente a 23,4o) y, sobre
todo, diferente fecha del perihelio (a mediados de Septiembre en vez de a principios
de Enero, como ahora). Con la reducción de la insolación veraniega, las bajas
presiones térmicas del continente, producidas por el calentamiento estival, se
fueron haciendo menos profundas, con lo que disminuyo la succión de humedad
desde el Atlántico. Las lluvias que traían desde el sur los monzones de verano se
debilitaron.

Fig. Insolación veraniega en 20°N desde hace 6.000 años hasta el presente en
W/m2

Se cree además que la progresiva pérdida de la vegetación de sabana, que cubría lo


que ahora es un desierto, provoco un potente feedback en el proceso de
aridificación. Por debajo de un umbral de precipitaciones, la perdida de la
vegetación estropeo el proceso de reciclaje de la humedad atlántica que penetraba
en el continente y las lluvias estivales dejaron de adentrarse en el interior del Sahara
Paradójicamente, la concentración de CO2 en la atmosfera no intervino en este
enfriamiento, ya que aumento, en vez de disminuir. El incremento pudo ser debido
en parte al trasvase de carbono hacia la atmosfera que se produjo en el proceso de
aridificacion continental, y probablemente también a un trasvase desde el océano.

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