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Lluvia de millones 'solidarios' sobre Notre


Dame
Aún no se habían apagado del todo las llamas de la catedral parisina cuando grupos de empresas y familias de
grandes empresarios se lanzaban a la carrera de la solidaridad y el mecenazgo.

Albert Vilariño
@albertvilarino | 8 mayo 2019

Foto: Wandrille Preville

Unas acciones que caminan por el fino hilo que divide a la solidaridad real de otras
cosas como el marketing, el postureo y las ventajas fiscales, y que personalmente creo NOTICIAS RELACIONADAS
que en la mayoría de casos no acaban cayendo sobre la solidaridad real.

#Jesuis… activistadesofá
En el momento de escribir estas líneas, todavía no se sabe ni cuánto va a costar la
reconstrucción, pero quizá se haya recaudado tanto dinero como para construir la La financiación del tercer sector no
catedral desde cero, una cifra que debe de andar ya por los 1.000 millones de euros entre superará hasta el 2022 los niveles previos a
unos y otros. la crisis

8 tendencias en captación de fondos y


El listado de donantes conocidos es extenso. Según leo en diversos periódicos, el grupo filantropía en 2019
Pinault (accionistas de Kering y uno de los más ricos de Francia) aportará 100 millones
de euros; el grupo empresarial Louis Vuitton Moët Hennessy (LVMH) otros 200
millones; el grupo cosmético L’Oréal y la familia Bettencourt (relacionada
económicamente con dicho grupo), otros 200 millones (100 de ellos provenientes de su
fundación familiar); la petrolera Total ha prometido 100 millones; Apple una cantidad
aún no determinada; el ayuntamiento de París promete 50 millones; la región de París,
10 millones; el Banco Central Europeo, una cantidad por determinar, etc.

Esas son las cifras de empresas y administraciones más conocidas, pero a buen seguro
hay otras muchas de menor importancia o fama que han prometido su ayuda en cifras
concretas más modestas o que aún no las han determinado.
TEMAS

Además, también deberán entrar en juego las aseguradoras, no solo de la propia


catedral (en el caso de incendio fortuito) sino de las empresas que estaban haciendo las donaciones 2lantropía Fundraising

reformas en el momento del incendio (en el caso de negligencia).


solidaridad Tercer sector

Como vemos, parece que aquí el dinero no va a faltar y va a ser el menor de los
problemas.

Notre Dame, símbolo de la “ciudad de la luz”

Tuve el placer de visitar la catedral a finales del año pasado y he de decir que, aunque no
soy un entendido en catedrales o arquitectura ni mucho menos y habiendo visitado
muchas iglesias en muchísimos países, me pareció impresionante.

Las colas para entrar eran muy largas y sin duda es uno de los atractivos más visitados de
Francia y también del mundo.

Un lugar que debe ser reconstruido no solo por ser un imán que atrae turistas y dinero
sino por su importancia como símbolo nacional francés y por su valor arquitectónico e
histórico para occidente.

La manera en que se gestiona su reconstrucción o, mejor dicho, cómo se está


recaudando dinero para ello, no deja de ser un poco sorprendente cuando se
compara con otras necesidades sociales.

Pero la manera en que se gestiona su reconstrucción o, mejor dicho, cómo se está


recaudando dinero para ello, no deja de ser un poco sorprendente cuando se compara
con otras necesidades sociales tanto a nivel parisino, francés o mundial.

Uno tiene la sensación de que para reconstruir un edificio (todo lo simbólico e LO + LEÍDO
importante que queramos) hay dinero de sobra pero para hacer frente a otras
necesidades acuciantes y ya existentes desde hace muchos años no hay ni la misma prisa
ni tampoco el mismo entusiasmo monetario. 1 Premiadas las 10 iniciativas sociales
más innovadoras de 2018 en España y
América Latina

Y aún así, se hace especial hincapié en que los ciudadanos de todo el planeta pongan su
“eurito de arena” para la reconstrucción. 2 A propósito de la ética de Accenture

Aunque, viendo la cantidad ingente de donativos prometidos, no sé qué ciudadanos se 3 Siete ‘apps’ para favorecer la
accesibilidad y la inclusión
van a ver interpelados realmente a donar un euro. Con un #jesuisparis o
#jesuisnotredame en las redes sociales probablemente bastará (véase #Jesuis…
activistadesofá). 4 La transparencia en cifras: 1 consejo, 18
funcionarios y 118.000 entidades
obligadas

La catedral necesitaba un dinero para su restauración que no llegaba

Tampoco he leído en ninguna parte cuál va a ser la aportación de la iglesia en todo


esto. No hemos de perder de vista que Notre Dame es una catedral católica y dicha BOLETÍN
iglesia, más allá de discusiones sobre si es más o menos rica, no se puede decir que sea
precisamente pobre. Suscríbete a nuestro boletín de
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Pero también leo en La Vanguardia, que el rector de Notre Dame llevaba años pidiendo Tu dirección de correo electrónico
en asociaciones estadounidenses 150 millones de euros para las obras de restauración
que se estaban llevando a cabo, porque en Francia nadie le estaba haciendo caso ni Al pulsar en "Enviar" aceptas el Aviso legal y la
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dando apenas nada.
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Parece que las llamas de Notre Dame han sido la chispa del incendio de “solidaridad” de
las empresas.

¿O quizá se busca algo más que ser solidario como decía al inicio? ¿quizá erigirse como
empresas salvadoras del símbolo, tener publicidad gratuita, y desgravarse unos
buenos millones de euros? Lo veremos a continuación.

La Ley del mecenazgo francés y sus especiales ventajas

Según la Ley del mecenazgo existente en Francia, las empresas que realicen donativos
tienen derecho a una reducción de impuestos equivalente al 60% de lo donado, hasta
un cinco por mil de su volumen de negocio, y en el caso de los particulares una reducción
del impuesto sobre la renta equivalente al 66% de lo donado, siempre y cuando las
cantidades donadas sean menores del 20% de la base imponible.

Según la Ley del mecenazgo francesa, las empresas que realicen donativos tienen
derecho a una reducción de impuestos equivalente al 60% de lo donado, hasta un
cinco por mil de su volumen de negocio.

Es decir, que las empresas antes enunciadas probablemente se beneficiarán de dichas


ventajas (el límite lo marcará su volumen de negocio) y el resto del dinero irá a cargo del
Estado francés.

Pero aún hay más, en el caso de que el donativo vaya destinado a un “tesoro nacional”,
el porcentaje a deducir sería del 90% de lo donado.

¿Y adivinan qué? El exministro de Cultura Jean-Jacques Aillagon, y actualmente asesor


de Pinault para sus fundaciones artísticas, ha pedido declarar Notre Dame tesoro
nacional. ¿Casualidad? No soy muy dado a creer en ellas, más aún cuando tras saltar la
polémica, la familia Pinault ha dicho que va a renunciar a cualquier ventaja fiscal por su
donación.

¿Quizá les ha salido el tiro por la culata y toca recular para que su imagen no se vea
perjudicada en este caso?

Sea como fuere, la catedral se ha de reconstruir, independientemente de con qué dinero.


Si no hubiera donaciones, quizá sería el Estado francés el que debería poner el dinero
sobre la mesa, y entonces el 100% de ese este vendría, indirectamente, del bolsillo de
los ciudadanos franceses.

Desde mi punto de vista, la Ley de mecenazgo es buena puesto que promueve que
particulares y organizaciones apoyen diversas causas a la vez que se benefician de ello,
pero no me parecen correctas otra serie de cosas que tienen que ver con ello.

Altruismo y solidaridad vs. oportunismo

Entre aquello que no veo bien concretamente en el uso de las leyes de mecenazgo (tanto
en Francia como en otros países) está que las empresas se aprovechen de situaciones
como la de Notre Dame para lanzar una imagen de buenismo que puede que se
corresponda con en el resto de sus acciones.

Por favor, nótese que no estoy hablando ahora exclusivamente de las empresas que he
dicho antes (y de las que desconozco exactamente su responsabilidad corporativa puesto
que no la he estudiado) sino de todas las que entran en la categoría de
macrocorporaciones y que, en muchas ocasiones, se aprovechan de esas leyes usando
para ello unos beneficios monetarios que han sido obtenidos a través de trampas y
evasiones fiscales y tributación fuera de los lugares donde realizan sus actividades
reales, para así lavar su cara, dárselas de solidarios y comprometidos y obtener una
publicidad gratuita como grandes salvadores de símbolos y causas varias.

Unos donativos que son mera acción social realizada por empresas que, quizá, no
son todo lo responsables socialmente que deberían.

En definitiva, unos grandes beneficios obtenidos por no pagar todos los impuestos
que les corresponden, lo cual es una ofensa a los ciudadanos que sí que los pagan y que,
además, terminan costeando ese porcentaje de los donativos que les es retornado a las
organizaciones a través de los beneficios fiscales en una suerte de lavado de dinero
para ellas.

Unos donativos que son mera acción social realizada por empresas que, quizá, no son
todo lo responsables socialmente que deberían, que no se esfuerzan en maximizar sus
impactos positivos y que no minimizan ni responden adecuadamente a los negativos.

Más allá de eso, desde el punto de vista empresarial pero también social, deberíamos
pensar qué razones existen para que se donen millones de euros en un suspiro para
restaurar una catedral y no se haga lo mismo para otras causas importantes de
diversa índole como por ejemplo emergencias humanitarias, lucha contra el cambio
climático, consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, o cualquier otra que se
nos ocurra.

Dejo para el lector las reflexiones que considere necesarias sobre todo lo anterior, pero
creo que, lamentablemente, muchas empresas se mueven continuamente entre el
oportunismo, el ventajismo económico y la propaganda, que hay muchas causas
y problemas que no nos interesan realmente porque los vemos lejanos en el espacio o
el tiempo, y que, en definitiva, todos en un momento u otro saldremos perjudicados a
todos los niveles.

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