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Capitulo II

Marco teórico.

2.1Antecedentes.

De acuerdo con la Universidad de Buenos Aires (Facultad de


Psicología) Barrionuevo José (2007). p2. Afirma:

“Los términos toxicomanía, droga dependencia o drogadicción suelen ser


utilizados habitualmente como sinónimos para referirse a un estado
psicofísico causado por la interacción de un organismo vivo con un
fármaco o una sustancia, caracterizado por la modificación del
comportamiento y otras reacciones, generalmente a causa de un impulso
irreprimible por consumir una droga en forma continua o periódica a fin
de experimentar sus efectos psíquicos.”

La etapa inicial y media de la adolescencia que van desde los 11 a los 17


años, en la que los jóvenes desarrollan una imagen propia, algún tipo de
rol que buscan proyectar y potenciar ante las demás personas que lo
rodean. El desarrollo de la personalidad provoca en el adolescente la
necesidad de independencia y la búsqueda de integración en grupos
sociales. Esta necesidad puede llevar a los jóvenes a desarrollar
comportamientos de riesgo, como el consumo de alcohol y otras drogas
legales o no. (Alcoholismo y adolescencia, tendencias actuales, s.f)
“En los adolescentes el consumo del alcohol se asocia muchas veces con
la autodeterminación, la diversión, el ocio y la modernidad,
constituyendo un elemento que da estatus en su grupo de pertenencia, lo
que hace más difícil su eliminación a pesar de las consecuencias
negativas derivadas del consumo excesivo.

A su vez, la percepción social con respecto al hábito de beber de los


adolescentes se ha centrado especialmente en los llamados daños agudos
y no precisamente en los daños a largo plazo, ni en los procesos que
conducen a estos, que en definitiva son los más importantes para
protegerse de las adicciones.” (p.46)
2.2 Consumo de las drogas y especies alcohólicas en la adolescencia.

2.2.1 Las drogas

De acuerdo con el Glosario de términos de Alcohol y Drogas de la


OMS p.34. Dice:

“Droga (Término de uso variado). En medicina se refiere a toda sustancia


con potencial para prevenir o curar una enfermedad o aumentar la salud
física o mental y en farmacología como toda sustancia química que
modifica los procesos fisiológicos y bioquímicos de los tejidos o los
organismos. De ahí que una droga sea una sustancia que está o pueda
estar incluida en la Farmacopea. En el lenguaje coloquial, el término
suele referirse concretamente a las sustancias psicoactivas y, a menudo,
de forma aún más concreta, a las drogas ilegales.

– Droga de diseño: Sustancia química nueva con propiedades


psicoactivas, sintetizada expresamente para su venta ilegal y burlar las
leyes sobre sustancias.

– Droga ilegal: Sustancia psicoactiva cuya producción, venta o consumo


están prohibidos. En sentido estricto, la droga en sí no es ilegal, lo son su
producción, su venta o su consumo en determinadas circunstancias en
una determinada jurisdicción.”
2.2.2 Adicción, dependencia y tolerancia a las drogas ilícitas.

“Llamamos adicción a la enfermedad física y psicoemocional que crea


una necesidad hacia una sustancia, actividad o relación. Se caracteriza
por un conjunto de signos y síntomas, en los que se involucran factores
biológicos, genéticos, psicológicos y sociales. Es una enfermedad
progresiva y fatal, caracterizada por episodios continuos de descontrol,
distorsiones del pensamiento y negación ante la enfermedad.”
(Universidad Rafael Landívar, p.1).

Con respecto a la dependencia y tolerancia se puede definir que:

“Tolerancia: Cuando se usan drogas de manera reiterada, los usuarios


normalmente desarrollan tolerancia y ya no responden a la droga en la
forma en que lo hacían inicialmente. La tolerancia a una droga hace que
los usuarios consuman cantidades mayores para alcanzar el grado de
respuesta que conseguían cuando la usaron por primera vez.

Dependencia: Cuando se usa una droga de manera reiterada, las neuronas


del cerebro se adaptan a ella y funcionan normalmente solo en presencia
de esa droga. A su vez, esto conduce a una sensación de ansia irresistible
y al uso compulsivo.” (Epidemiologia del uso de las drogas en
América Latina y el Caribe, 2009 p.14)

A continuación se presenta en forma de diagrama las diferencias entre


adicción y dependencia. Figura 1.
Dependencia Adiccion

• Una vez realizado el • La persona presenta una


tratamiento de enfermedad cronica, es decir,
desintoxicacion y debe mantener un
deshabituacion, el paciente seguimiento continuado a lo
no tiene por qué volver a largo de su vida para evitar
tener una perdida de control, futuras recaidas. Si tras un
no se trata de una enfermedad proceso de desintoxicacion
cronica. vuelve a tener contacto con la
• Control en el resto de areas sustancia o conducta volvera
vitales. a manifestar una perdida de
• Cumplimiento de control.
obligaciones. • Descontrolen todas las areas
• Presenta diversas de su vida.
motivaciones en su vida al • Incumplimiento o
margen de su consumo. cumplimiento inadecuado de
• Las consecuencias negativas obligaciones y
sobre un elemento importante responsavilidades en su vida.
a la hora de abandonar el • Su unica motivacion en la
consumo. vida es el consumo.
(pensamientos recurrentes
sobre el consumo/emicion de
conducta adictiva sobre el
proximo consumo).
• Continua consumiendo a
pesar de las consecuencias
negativas que tiene en su
vida. (imposivilidad de parar
la conducta del consumo).
2.2.3 El Alcohol.

Dice Rodríguez, Sanchiz, Bisquera (2014) “El alcohol etílico es una


sustancia exógena que el organismo metaboliza y transforma en
compuestos asimilables o desechables. Su estructura y propiedades
químicas le permiten llegar a todos los órganos y tejidos una vez
absorbido.” (p.256)

Los patrones de consumo de alcohol en adolescentes se deben a una


variedad de factores influyentes como: la familia, los amigos, los medios
de comunicación, las normas culturales y la religión. Un ejemplo de esto
es que se ha comprobado que la promoción de bebidas alcohólicas en los
medios publicitarios y de comunicación influye en la decisión que toman
los menores de edad para beber, y existe evidencia que demuestra que
esta publicidad aumenta las probabilidades de que los jóvenes comiencen
a beber, o aumenten su consumo de alcohol.

“En el ámbito escolar, los alumnos de bachillerato (36.4%) abusan del


alcohol en mayor proporción que los estudiantes de secundaria. El 42.6%
de los varones y el 19.12% de las mujeres, comienzan a consumir alcohol
antes de haber cumplido 13 años. Estos datos, lejos de disminuir se
confirman en investigaciones recientes.” Morales, Cabrera, Pérez,
Amaro (2015) (p.9)

2.2.4 La alcoholemia.
De acuerdo con Cordero, Escorcia (2014) “La prueba de alcoholemia es
un método de medición de la cantidad de alcohol en la sangre a través de
un aparato de estimado de esta concentración en el aliento de las
personas, esta prueba puede no ser garante tanto por errores humanos
como por errores químicos” (p.1)

2.2.5 El problema del alcoholismo.

Los problemas más relevantes que acarrea el consumo prolongado de


alcohol son en el cerebro y pueden ser de por vida. El consumo de
alcohol también crea un mayor riesgo de depresión, ansiedad y baja
autoestima. Beber alcohol durante la pubertad también puede cambiar las
hormonas en el cuerpo. Esto puede afectar el crecimiento y la pubertad
del adolescente, con el tiempo, el exceso de alcohol daña las células
cerebrales. Esto puede llevar a problemas de comportamiento y daño
permanente a la memoria, el pensamiento y el juicio. Los adolescentes
que beben excesivamente tienden a tener mal rendimiento en el colegio
y sus comportamientos pueden meterlos en problemas en círculo social
que lo rodea.

Hidalgo (2014) Concluye: “- Los adolescentes corren un riesgo mayor


que los adultos a desarrollar enfermedades como la cirrosis del hígado,
pancreatitis, infartos hemorrágicos y algunas formas de cáncer.

- Los adolescentes que consumen alcohol están más expuestos a iniciar


actividad sexual temprana, situación que los expone a un mayor riesgo de
contagio con el virus del SIDA, las enfermedades de transmisión sexual y
los embarazos no deseados. De igual modo, incrementan la probabilidad
de verse afectados por la impotencia y la disfunción eréctil.

- Los adolescentes que abusan del alcohol son cuatro veces más
vulnerables a la depresión severa que aquellos que no tienen un problema
de alcohol.

- El consumo de alcohol entre adolescentes ha sido asociado con muertes


por suicidio y accidentes de tránsito.

- Al ser un depresor del sistema nervioso central, afecta funciones


cognoscitivas (percepción y juicio), motoras (equilibrio y reflejos), y
emocionales (sensatez y madurez).

- El alcohol afecta la absorción de nutrientes en el intestino delgado,


siendo esto contraproducente para el período de crecimiento en el que se
encuentran los adolescentes.

- El alcohol incrementa la vulnerabilidad de los jóvenes, frente al


consumo de otras sustancias adictivas.” (p. 42-43)

2.3 Especificar el daño que produce cada una.

Psicológicos

Causan trastornos de la memoria, la concentración y el aprendizaje (lo


que deriva en fracaso escolar), trastornos psicomotores y en la realización
de tareas complejas, reacciones de ansiedad y de pánico, aumento de
la depresión, desarrollo de esquizofrenia (en personas con
predisposición), brotes psicóticos, etcétera. Argumenta (Galiano M., s.f)
“Los trastornos psicóticos no se diagnostican si aparecen en el transcurso
del delirium. La evaluación de un adolescente o joven con historia de
alcoholismo o consumo de drogas debe incluir la verificación de si el
consumo es el trastorno primario y la psicosis el secundario, o a la
inversa.

Los trastornos psicóticos inducidos por sustancias sólo se producen en


asociación con estados de intoxicación y abstinencia, mientras que los
trastornos psicóticos primarios pueden preceder del inicio del consumo y
pueden producirse tras largos periodos de abstinencia.” (p.39)

Biológicos

Son diversos los daños y a nivel genera. En el aparato respiratorio


(específicamente en el consumo de cannabis) lo son: la bronquitis,
enfisemas pulmonares, entre otros.

Causan daños cardiovasculares como hipotensión, taquicardia, arritmia,


riesgo de infarto en miocardio, hemorragias cerebrales (cocaína),
cardiopatía isquémica (drogas sintéticas).

Daños cerebrales: Alteraciones neuropsiquiatrías, neurotoxicidad (muerte


de neuronas), riesgo de infarto cerebral, entre otros.

Otros daños en el organismo: Problemas dentales, pérdida del olfato,


sinusitis, insomnio, convulsiones, insuficiencia renal, insuficiencia
hepática.

Sociales

Perdida de amistades, bajo rendimiento académico, insuficiencia en


actividades recreativas (deportes- hobbies), perdida de interés a aficiones
o cosas favoritas, problemas económicos, cambios de comportamiento
con las personas con las que interactúa.

Físicos

Dificultad para hablar (en caso de ebriedad), mareos, depresiones,


adelgazamiento brusco, cansancio, aspecto desgastado (ojeras, labios
resecos, ojos apagados), fatiga.

Emocionales

Buendía Poyo (2018). El consumo de alcohol y/o drogas se debe


tratar como un factor reforzador de estas conductas y por ello son
elemento de especial interés en este estudio. Investigaciones recientes
hacen hincapié en la importancia que tiene el factor emocional en el
consumo de sustancias. (p.1)

Los daños emocionales causados son: conducta antisocial, dependencia,


ausencia de afecto y otras emociones, dificultad para adaptarse,
trastornos de personalidad, entre otros.

2.4 Efectos del consumo de drogas y especies alcohólicas en la


adolescencia

2.4.1 Drogas Depresoras

Las drogas depresoras son sustancias que pueden disminuir la


actividad cerebral, estas también son conocidas por el nombre de
sedantes o tranquilizantes para el uso terapéutico, entre ellos
encontramos distintos medicamentos que realizan actividades depresoras,
por ejemplo: Los ansiolíticos, medicamentos para dormir y los
tranquilizantes son los más conocidos.
En el ámbito recreacional, el consumo de sustancias depresoras es algo
menor que el de las drogas estimulantes, esto se debe a que las sustancias
que disminuyen la actividad cerebral producen menores sensaciones de
felicidad que las que la estimulan, aunque cada una de las sustancias
depresoras presentan una serie de características puede que produzcan
efectos diferentes y estos se agrupan en dos categorías distintas, Estas
son los efectos a corto plazo, es decir, los que aparecen después del
consumo. Y los efectos a largo plazo que aparecen tras el paso del tiempo
cuando el consumo de las sustancias es prolongado.
Aquellas sustancias como el alcohol o la heroína constituyen unas de las
drogas más comunes a nivel mundial. Es importante tener en cuenta que
las drogas depresoras constituyen un grupo de sustancias atendiendo a los
efectos que originan sobre el funcionamiento cerebral.

De este modo, el factor que agrupa este tipo de sustancias es la capacidad


de producir un decremento de la actividad cerebral.

2.4.2 Efectos a corto plazo

El síntoma principal que producen las drogas depresoras es la lentitud


en la función cerebral, aparte de la disminución de dicha función, la
suspensión temporal de una actividad que suelen producir estas
sustancias también afecta al funcionamiento físico, de este modo tras el
consumo de estas drogas tanto la presión arterial como la respiración se
pueden ver de una manera muy lenta.
Debido a estos dos efectos, estas sustancias suelen provocar dificultades
para la concentración y disminución de la atención. Así mismo, la fatiga
y mareos que aparecen con frecuencia. Al aumentar las dosis, estos
síntomas se pueden hacer más notorios y puede padecer de
desorientación, falta de coordinación o animación. De hecho, un síntoma
claramente visible producido por los efectos de las drogas depresoras
consiste en arrastrar las palabras durante el habla.

A nivel fisiológico, también pueden aparecer síntomas diversos como


dilatación pupilar, dificultades o incapacidad para orinar y, en algunos
casos, fiebre.

Las drogas depresoras también pueden causar deterioro de la memoria, el


juicio y la coordinación, irritabilidad, paranoia, alteraciones visuales y
pensamientos suicidas. Cabe destacar que no todas las drogas depresoras
son igual de adictivas, ya que la heroína lo es mucho más que los
ansiolíticos.

Sin embargo, ambos tipos de sustancias pueden producir adicción si se


consumen de forma regular y descontrolada.

2.4.3 Efectos a largo plazo

Los efectos a largo plazo de las drogas depresoras son diversas,


pueden variar en función de cada sustancia. Uno de los efectos que
comparten todas ellas es la adicción, cuando el consumo es prolongado,
estas sustancias se puede desarrollar de forma relativamente sencillas.

Esto significa que el cuerpo cada vez requiere mayores dosis para
conseguir los mismos efectos. Este factor es relevante en el caso de los
ansiolíticos, si estos no se usan de forma descontrolada, la persona puede
requerir cada vez mayores dosis para aliviar sus ansias.

Por otro lado, el uso a largo plazo de drogas depresoras puede


producir depresión, fatiga crónica, patologías respiratorias, problemas
sexuales y alteraciones del sueño. También son comunes algunos
síntomas tales como: deseos de consumirla, ataques de pánico, ansiedad
y malestar continúo cuando no se usa la droga. Cuando la adicción a la
sustancia es muy elevada, puede aparecer de síndrome de abstinencia.
Esta alteración aparece en todos los momentos que no se consume la
sustancia. Este síndrome incluye síntomas como insomnio, debilidad,
náuseas, agitación, temperatura corporal alta, delirios, alucinaciones y
convulsiones. Las drogas depresoras también pueden aumentar el riesgo
de concentración elevada de azúcar en sangre, diabetes y aumento de
peso y en algunos casos producen pacer, sedación, somnolencia; es decir
efecto de sueño, distorsión de la percepción, aislamiento y reducción en
el aprendizaje, entre otros síntomas.

2.4.2 Estimulantes

Los estimulantes tales como las anfetaminas, el crack y la cocaína


producen una mejora en la actividad tanto física como mental. Este
grupo de sustancias que aceleran el funcionamiento habitual del cerebro
provocan u estado de activación que puede ir desde una dificulta para
dormir, hasta un estado de hiperactividad tras el consumo de dichas
sustancias.
Estas drogas pueden causar falsas ilusiones, confusiones mentales,
alucinaciones y un comportamiento fuera de lo usual. La cocaína es una
droga conocida como estimulante, esta produce un comportamiento
psicótico muy parecido al de una persona con esquizofrenia paranoide.
Al usar drogas estimulantes, una persona está cambiando su salud y su
vida por el supuesto beneficio de inducir a su cerebro a una mayor
actividad. El consumo de estos estimulantes pueden ser adictivos, esas
dosis también dan lugar a temperaturas corporales peligrosamente altas y
a un ladito irregular del corazón
Entre sus efectos podemos destacar la apatía y la depresión, ya que es el
agotamiento inmediato y duradero que rápidamente lleva a que el
consumidor desee una y otra vez el fármaco
2.4.3 Alucinógenas o psicodélicas

Estas son sustancias que crean una serie de alucinaciones, Por decirlo
de otra manera, estas alteran el entorno del
consumidor mediante cambios en su percepción de la realidad. Los
alucinógenos o psicodélicos consisten en la alteración de la percepción
de la mente, a diferencia de otras drogas psicoactivas como los
estimulantes y las depresoras, los psicodélicos no tienen estados de
ánimo ordinarios, sino que más bien provocan estados diferentes. Esta
experiencia es a menudo comparada con estados como el trance, la
meditación y los sueños.
Estas drogas son más que todo consumidas en fiestas, ya que
mayormente sus efectos son de alegría y diversión, aunque también
produce estado de pánico, desorientación, síntomas de ansiedad,
pensamientos, los sentidos y las emociones , así también como daños en
el hígado, corazón y en los riñones. Por ejemplo el cucumelo es un
hongo alucinógeno y su uso reiterado puede instalar psicosis
crónicas, así como la abstinencia desencadena en un síndrome psicótico.
Esto usualmente depende del organismo de la persona y también de
cómo la sustancia ingerida haya sido preparada.
Entre los efectos fisiológicos están los siguientes: contracciones uterinas,
fiebre, niveles elevados de glucemia, erizamiento del vello, aumento de
la frecuencia cardíaca, transpiración, pupilas dilatadas, Pérdida de
apetito, sequedad de boca, sudoración excesiva, nerviosismo,
adormecimiento e impulsividad, paranoia, insomnio, hiperreflexia; El
aumento o exaltación de los reflejos, temblores y en algunos casos
podemos tener una intoxicación.

2.4.4 Efectos adversos del consumo de alcohol a largo plazo

El consumo prolongado de bebidas alcohólicas causa aumento de


peso y un desbalance en la dieta, ya que estas contienen una cantidad de
energía relativamente bastante alta y el contenido nutricional de estas
bebidas es muy pobre. Entre sus componentes se encuentran: Agua,
alcohol y muy poca cantidad de vitaminas y minerales. A lo largo
producen daños en el sistema nervioso, los cuales ocasionan
descoordinación en el movimiento de las partes del cuerpo, así como
visión y memoria alterada. Estas especies también pueden generar
problemas psicológicos como irritabilidad, tendencias antisociales,
depresión, ansiedad, pánico, psicosis, alucinaciones y desorden del
sueño. El consumo no saludable del alcohol comprende que todo
consumo en exceso pone en riesgo tu salud o tu seguridad, o que
provoca otros problemas relacionados.
El alcohol está asociado con la aparición de cáncer de boca y tráquea, en
casos muy exagerado y prolongado de alcohol puede afectar el sistema
reproductor y disminuir la actividad sexual, así como puede producir
daños en el miocardio y originar una cardiopatía alcohólica. Debido a
estos efectos sobre el proceso de nutrición del organismo puede producir
anemia y una gastritis crónica.
Debido a la gran cantidad de funciones y a la sensibilidad de este a los
cambios, el cerebro es uno de los órganos corporales más afectados por
el consumo de alcohol. Este consumo es capaz de alterar cualquier
función cerebral, incluyendo el raciocinio, las emociones y el juicio. El
alcohol tiene la capacidad de comenzar a generar efectos sobre el
organismo, por leves que sean, ya desde el primer trago. Todos estos
efectos que provoca a corto y a largo plazo (Cambios emocionales,
lapsos de memoria, pérdida de conocimiento, impulsividad, destrucción
de neuronas, daños en el hipocampo, psicosis, síndrome de Wernike-
Korsakoffy Entre otros…) se intensifican y conservan en el tiempo a
medida que el consumo se vuelve más y más frecuente.

2.5 Tratamiento a la drogadicción

El tratamiento de la drogadicción tiene como finalidad ayudar al adicto


terminar con el consumo compulsivo de la droga. Existen diversas
formas de tratamiento que depende de os distintos enfoques médicos
dado que la derogación es un trastorno crónico, caracterizado por
recaídas ocasionales, el tratamiento es un proceso a largo plazo que
implica varias sesiones, así como una supervisión constante del personal
médico. Este puede incluir tratamiento psiquiátrico o psicológico, con
terapia de la conducta (individual o en grupo), medicamentos o la
combinación de ambos. El tipo específico de tratamiento varía según las
necesidades individuales del paciente, la frecuencia del uso y el tipo o
tipos de drogas que se consuma.
La gravedad de la adicción e intentos anteriores para dejar de consumir,
también puede influir en el enfoque del tratamiento, ya que, los
drogadictos suelen sufrir de otros problemas de salud (incluyendo
trastornos mentales), ocupacionales, legales, familiares y sociales, los
cuales deben tratarse de forma simultánea, con algún tipo de personal
autorizado. El deporte también puede ser una gran herramienta
beneficiosa para luchar contra el consumo de estas mismas, generando
facilidad en la producción de endorfinas, neuroproteínas que induces la
sensación de bienestar corporal y mental, compensando la tristeza que
puede aparecer debido a la falta de consumo.

2.5.1 -Tratamiento del alcoholismo

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