You are on page 1of 7

CONSERVACIÓN DE SUELOS Y AGUAS

1. Recursos elementales para la seguridad alimentaria y los servicios eco-sistémicos

Suelo y agua son recursos estratégicos que contribuyen a la seguridad alimentaria y la generación de servicios
eco-sistémicos. La Asamblea General de Naciones Unidas ha proclamado el 2015 como el Año Internacional
de los Suelos, para resaltar la importancia de este recurso.

El suelo es la capa superficial de la tierra, delgada y vulnerable. Está compuesto por partículas minerales,
materia orgánica, microrganismos, agua y aire. Los procesos formadores del suelo son muy lentos y requieren
largos períodos de tiempo. En las praderas de climas templados, se necesitan 100 años para formar 1 a 2 cm
de suelo. Como su (re)generación es muy lenta, el suelo debe considerarse como un recurso no renovable. En
América Latina y el Caribe (ALC) los suelos son muy variados, desde muy productivos hasta poco fértiles.

América Latina y el Caribe están bien dotados de recursos hídricos. Posee el 15% del territorio global, el 10%
de la población mundial y reciben el 29% de las precipitaciones del planeta. Sin embargo, la distribución
espacial y temporal es desigual; los lugares más áridos y más húmedos del planeta se encuentran en la región,
por lo tanto, la disponibilidad de agua para sus diferentes usos puede variar considerablemente entre países,
y dentro de distintas áreas en un mismo país.

2. Suelos y aguas en riesgo


2.1.El uso de la tierra

América Latina y el Caribe tienen las reservas de tierra cultivable más grandes del mundo. Cerca del 47% del
suelo se encuentra aún cubierto por bosques, pero esta cifra se está reduciendo rápidamente producto de la
expansión del territorio agrícola. Durante los últimos 50 años (1961 - 2011), la superficie agrícola en la región
aumentó notablemente, pasando de 561 a 741 millones de hectáreas, con la mayor expansión en América del
Sur: de 441 a 607 millones de hectáreas.

Sin embargo, la expansión de la producción ha ido, generalmente, de la mano del uso intensivo de insumos,
degradación de suelos y aguas, reducción de la biodiversidad y deforestación, bajo una lógica orientada al
mercado que no solamente pone en riesgo la calidad y disponibilidad de los recursos naturales, sino también
los modos de vida de las personas, en particular de los más vulnerables.

2.2. El uso del agua

El manejo del suelo puede afectar significativamente a la cantidad y calidad de agua disponible en una cuenca.
El balance hidrológico se ve alterado producto de la deforestación, los cambios del uso del suelo y la cobertura
vegetal, la sobre explotación de los acuíferos y el drenaje de cuerpos de aguas naturales. En las tres últimas
décadas la extracción de agua se ha duplicado en ALC con un ritmo muy superior al promedio mundial. En
esta región, el sector agrícola y, especialmente, la agricultura de riego, utiliza la mayoría del agua, con un 70%
de las extracciones. Le sigue la extracción para el uso doméstico con un 20% y la industria con un 10%. Vale
destacar en esta sección que el suelo es un excelente reservorio de humedad, lo que reafirma la conveniencia
de manejar integralmente suelo y agua.

2.3. Degradación y contaminación del suelo y el agua

La degradación del suelo (física, química y biológica), se evidencia en una reducción de la cobertura vegetal,
la disminución de la fertilidad, la contaminación del suelo y del agua y, debido a ello, el empobrecimiento de
las cosechas. El 14% de la degradación mundial ocurre en ALC, siendo más grave en Mesoamérica, donde
afecta al 26% de la tierra, mientras que en América del Sur se ve afectado el 14% de la tierra. Las principales
causas de la degradación incluyen la erosión hídrica, la aplicación intensa de agro químicos y la deforestación,
con cuatro países de ALC que tienen más del 40% de su territorio nacional degradado y con 14 países con un
porcentaje de entre 20% y 40% del territorial nacional degradado.

En esta región se dan dos problemas básicos asociados con el recurso hídrico: disminución del agua disponible
y pérdida de su calidad. La disminución del agua (degradación cuantitativa) ocurre cuando el balance hídrico
está alterado y se utiliza más agua de la que se encuentra disponible. La pérdida de calidad (contaminación)
sucede cuando la utilidad del agua se ve reducida y las propiedades del agua están dañadas por el entorno y
sus organismos. Se produce por la falta de tratamiento de aguas residuales, el uso excesivo de abonos y
agroquímicos, la irrigación excesiva, y la contaminación por usos industriales, mineros o energéticos.

La degradación también está asociada con la pobreza y la falta de acceso a los recursos de tierras y aguas. Los
agricultores pobres tienen un menor acceso a la tierra y al agua, trabajando suelos de mala calidad y con una
alta vulnerabilidad a la degradación. Un 40% de las tierras más degradadas del mundo están en zonas con
elevadas tasas de pobreza.

2.4.Cambio climático como riesgo para la degradación de los suelos en ALC

El cambio climático está modificando el comportamiento de precipitaciones y temperaturas, proyectándose


para la región modificaciones relevantes en los agro-ecosistemas como se conocen actualmente. En ALC, los
cambios en patrones de lluvias, temperaturas máximas, mínimas y promedio afectarán el rendimiento de
cultivos básicos como trigo, arroz y frijol, generando presión sobre zonas no agrícolas para convertirlas en
superficies productoras de alimentos. Ello, sumado al crecimiento proyectado de la población mundial y su
correspondiente demanda de alimentos, hacen que el cambio climático sea un riesgo adicional para la
degradación del suelo y del agua, debido a la expansión de las zonas de cultivo y la intensificación de la
producción. Por ejemplo, se espera hacia mediados de siglo una sustitución gradual de los bosques tropicales
por sabanas en el este de la Amazonía, y de vegetación semiárida por vegetación propia de zonas áridas,
debido al aumento de la temperatura y a la disminución del agua en el suelo.

3. Enfrentar el desafío con buenos prácticas de conservación de suelos y


aguas

En América Latina y el Caribe existen numerosas experiencias que integran producción y conservación de la
biodiversidad, en particular, sistemas agroalimentarios indígenas y tradicionales de producción, agricultura
familiar, conservación de la agro-biodiversidad, manejo de recursos compartidos y protección de los recursos
naturales.

Para rescatar y divulgar buenas prácticas de conservación de suelos y aguas, la FAO forma parte de WOCAT,
que proporciona alternativas para enfrentar este desafío. WOCAT (World Overview Conservation Approaches
and Tecnhnologies) es una red global de información y expertos en conservación de suelos y aguas, que ha
desarrollado una metodología de sistematización de prácticas y enfoques. Es un sistema en constante
crecimiento que actualmente recoge 25 prácticas/tecnologías y 12 enfoques de conservación de suelos y
aguas de ocho países de la región, y muchas más de otros lugares del mundo. Con el fin de potenciar
localmente el uso de esta metodología de sistematización, la Oficina Regional de la FAO para América Latina
y el Caribe (RLC), ha propuesto una metodología de sistematización basado en la metodología WOCAT para
recoger información de prácticas y tecnologías de conservación de suelos y aguas para la adaptación al cambio
climático, a través de la síntesis y revisión de cuestionarios y módulos originales, promoviendo el uso de
herramientas digitales para estos ejercicios y disminuyendo el tiempo y recursos necesarios en el ejercicio de
sistematización.
3.1.Enfoque WOCAT para la sistematización de prácticas, tecnologías y enfoques

Para mejorar la seguridad alimentaria, fortalecer la agricultura familiar, adaptarse al cambio climático y
asegurar la provisión de servicios ambientales o ecosistémicos, es necesario revertir los procesos de
degradación del suelo, asegurar el suministro de agua necesaria para la mayor demanda de alimentos en el
mundo y adoptar buenas prácticas de gestión de la tierra, en general, para todo lo relacionado con la actividad
agropecuaria. Algunos principios amplios que deben considerarse en todos los casos son aumentar la cubierta
vegetal y la materia orgánica de los suelos, mejorar la infiltración y retención de humedad, y reducir la
contaminación del ambiente y del suelo.

Existen tantas prácticas y enfoques de conservación como sistemas de producción agrícola en el mundo.
Varían de acuerdo al medio ambiente, las condiciones sociales y económicas de producción, el tipo de
producto agrícola y su destino final (autoconsumo, venta, exportación), entre otros, generándose una
intrincada y abundante información sobre cada una de ellas que WOCAT recoge a través de cuestionarios,
jornadas de discusión y validación, y presentación de resultados en forma de fichas-resumen. WOCAT posee
módulos de recolección de información especializados en la adaptación de las tecnologías/enfoques a los
cambios del clima y elementos para el mapeo de estas tecnologías. La base de datos de WOCAT se encuentra
disponible en su página web, con información sobre prácticas, tecnologías y enfoques de conservación
provenientes de todas partes del mundo.

La metodología de sistematización ajustada para América Latina y el Caribe fue llevada a cabo por la Oficina
Regional de la FAO en colaboración con la Universidad Técnica Federico Santa María de Santiago, y gracias al
apoyo de expertos de Honduras, Costa Rica, Colombia, Ecuador, Bolivia (a través de GIZ), Argentina y Chile.
El Informe Principal de este proyecto, recoge la discusión llevada a cabo para formular el cuestionario
modificado de sistematización y proporciona las fichas-resumen de 12 prácticas y tecnologías de conservación
sistematizadas por expertos de la región. Los anexos del documento contemplan el nuevo cuestionario de
sistematización, el Manual del Entrevistador (orientado a guiar el trabajo del extensionista que aplica la
metodología); dos cuestionarios piloto sobre sistematización de enfoques (Argentina y Bolivia); y los
cuestionarios completos de las 12 tecnologías sistematizadas en el proyecto.

4. Personal

La unidad encargada de ejecutar el programa aquí planteado es el Departamento de Suelos y la


División de Conservación de Suelos y Aguas de la Secretaría de Estado de Agricultura, en
colaboración con el Departamento de Extensión de la misma Secretaría.

El Jefe del Proyecto en la zona será un funcionario que dependerá del jefe de la División de
Conservación de Suelos y Aguas, aunque dispondrá de autonomía suficiente para poder llevar a cabo
el programa de trabajo aprobado. El resto del personal del Proyecto también pertenecerá a la misma
División.

La labor de apoyo que prestarán los profesionales especialistas en fitotecnia, ganadería y pastos,
frutales y otras disciplinas, será proporcionada a través del Centro de Investigaciones de la
Secretaría de Agricultura ubicado en San Cristóbal. Sin embargo, sería deseable que en un plazo
razonable dichas tareas las asuma el equipo de extensión agrícola de la Secretaría de Agricultura
que opera en la zona en cuestión.

La colaboración que presten otras unidades íntimamente relacionadas con el proyecto, tales como
el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INDRHI), la Dirección General de Foresta, la Dirección
General de Caminos Vecinales y otras, deberá quedar contemplada en el programa anual de trabajo,
previa discusión con los organismos citados. La coordinación de las acciones a desarrollar entre las
diversas instituciones en el terreno mismo será de responsabilidad del jefe del Proyecto.

La División de Suelos y Aguas nombrará el equipo de profesionales, empleados y obreros necesarios


para la realización del Proyecto. Sin embargo, considerando que en la actualidad no hay en el país
técnicos nacionales con la experiencia suficiente para desarrollar los trabajos que se plantean, se ha
estimado imprescindible contar con la asesoría de un ingeniero agrónomo que posea una sólida
formación técnica en temas de conservación de suelos y aguas que tengan relación directa con este
Proyecto, y que además haya trabajado en labores semejantes en el terreno. La función principal de
este asesor consistiría en proyectar en el terreno mismo el diseño de las terrazas y presas y capacitar
al equipo de profesionales destacados en el Proyecto.

El lugar de trabajo permanente del asesor será la sede del Proyecto en Santiago Rodríguez. Se estima
que la permanencia del asesor en las tareas anterioramente citadas no debe ser inferior a un año.

El Personal Técnico de referencia se compondrá así:

a) Un ingeniero agrónomo, jefe del Proyecto. Sus principales funciones serán las siguientes:

 Elaborar el programa anual de trabajo conjuntamente con técnicos de la División de


Conservación de Suelos y Aguas y presentarlo al jefe de dicha División para su revisión y
aprobación.
 Desarrollar el pian de trabajo aprobado.
 Coordinar el trabajo de las diversas instituciones participantes.
 Orientar, dirigir y supervisar el trabajo del equipo directamente bajo sus órdenes.
 Manejar el presupuesto contemplado en el plan de trabajo anual.
 Desarrollar todas aquellas actividades de extensión agrícola que conduzcan a la promoción,
entre los agricultores y campesinos, de los objetivos básicos del Proyecto.

b) Un ingeniero agrónomo especialista en suelos. Sus principales funciones serán:

 Determinar los lugares donde se realizarán los trabajos de conservación.


 Efectuar los estudios de suelos que lleven a determinar la factibilidad y modalidad en la
construcción de terrazas, desagües y presas.
 Proyectar la construcción de las obras a ejecutar.
 Realizar observaciones e investigaciones en las parcelas demostrativas acerca de las
pérdidas de agua, grado de sedimentación, etc.

c) Un ingeniero agrónomo que tendrá las siguientes funciones :

 Colaborar con el especialista en suelos en los trabajos que allí se detallan.


 Responsabilizarse en el manejo del equipo que construirá las terrazas, desagües y presas.
d) Un topógrafo, cuya responsabilidad será:

 Efectuar los levantamientos topográficos necesarios para construir las obras proyectadas.

e) Empleados y obreros:

 Una secretaria para el programa a media jornada.


 Un operador de "bulldozer" y un ayudante.
 Un operador de tractor de 100 HP.
 Un chofer de camión.
 Un chofer para la camioneta.
 Tres auxiliares encargados del manejo de la compactadora manual y de la apisonadora
vibrante, aunque también deberán colaborar en los levantamientos topográficos.

4.1. Labores de extensión


Uno de los aspectos más importantes para que un proyecto de cambio tecnológico tenga éxito es la
acogida que le darán los usuarios. A continuación, se indican los principales métodos que pueden
utilizarse para facilitar una acogida favorable.

a) Parcelas demostrativas. Como su nombre lo indica, se trata de elegir lugares apropiados, tanto
desde el punto de vista técnico como de efecto demostrativo, para construir las obras
recomendadas que servirán para que los usuarios potenciales puedan conocer y apreciar las
ventajas de las labores de conservación.

La elección de los lugares apropiados debe ser hecha cuidadosamente, escogiendo la propiedad de
un campesino que se destaque como buen agricultor. Si es posible, la propiedad deberá estar en un
lugar contiguo a un camino.

Se ha programado establecer seis parcelas demostrativas.

b) Giras demostrativas. Una vez establecidas las parcelas demostrativas, será necesario organizar
giras de campesinos para que conozcan en el lugar mismo los resultados de la acción realizada. La
gira debe ser preparada convenientemente, para lo cual debe contarse con medios adecuados de
movilización y material didáctico de apoyo, como carteles y folletos, lo que permitirá dar a conocer
a los campesinos los objetivos de la campaña emprendida y los beneficios que se obtendrán de ella.

Las labores de extensión señaladas vendrán a complementar las visitas individuales y las charlas, las
que constituirán también importantes métodos de trabajo.

5. Prácticas de Conservación

Las obras físicas de conservación de suelos son estructuras que se construyen con el
propósito de manejar y conducir el agua lluvia a lugares donde no provoque el arrastre o el
lavado del suelo (DICTA, 2007). Las prácticas de manejo de suelos son obras cuyo propósito
es lograr de manera efectiva el control de la erosión hídrica, a través de acciones orientadas
a: reducir el impacto de las gotas de lluvia sobre el suelo; reducir el volumen y velocidad de
la escorrentía; e incrementar la resistencia del suelo a la erosión (Troeh, 1980 citado por
López, 2002).

Las prácticas de conservación pueden clasificarse en estructurales o no estructurales,


temporales o permanentes, mecánicas o vegetativas, de acuerdo al objetivo que persiguen,
los costos de establecimiento o los factores limitantes del suelo, etc., sin embargo cada uno
de estos sistemas de clasificación convergen en su búsqueda por asegurar la preservación
del recurso suelo con la implantación de las medidas adecuadas que garanticen su
sostenibilidad y productividad en el tiempo, a través de la participación activa del agricultor.

De acuerdo a su objetivo principal, Delgado (2004) clasifica y agrupa las medidas de


conservación, en tres categorías principales: Prácticas Verdes, Prácticas Azules y Prácticas
Marrones:
6. Compensación o Pago por Servicios Ambientales

Los pagos por servicios ambientales (PSA) son una clase de instrumentos económicos
diseñados para dar incentivos a los usuarios del suelo, de manera que continúen ofreciendo
un servicio ambiental (ecológico) que beneficia a la sociedad como un todo. En algunos
casos, los pagos buscan que los usuarios del suelo adopten prácticas de uso que garanticen
la provisión de un servicio en particular (p.e., plantar árboles con fines de secuestro de
carbono). Estos pagos tienen cinco rasgos distintivos.

Primero, el PSA es un acuerdo voluntario y negociado, no una medida de mando y control.


Los proveedores potenciales de servicios deben tener opciones reales de uso de la tierra,
entre las cuales el servicio proveído no es el uso preferido. Segundo, se debe definir
claramente lo que se está comprando – ya sea un servicio mensurable (p.e., toneladas de
carbono secuestrado), o un uso equiparable de la tierra pero limitado a las prácticas
susceptibles de ofrecer el servicio (p.e., conservación de los bosques para garantizar la
provisión de agua). Tercero, debe darse una transferencia de recursos de al menos un
comprador del SA a, cuarto, por lo menos un vendedor directamente o a través de un
intermediario. Finalmente, los pagos que los compradores hacen deben ser realmente
contingentes por un servicio ofrecido de manera ininterrumpida durante la duración del
contrato. Este último prerrequisito es importante, ya que establece la condición entre la
provisión del servicio y el pago: si no hay provisión, no hay pago. Idealmente, los pagos
deben ser escalonados según la cantidad o calidad del servicio ambiental ofrecido, al menos
hasta un máximo convenido. Los pagos pueden ser en efectivo o en especie (p.e., materiales
y capacitación para una empresa económica como la apicultura; esta forma de pago se usó
con campesinos de la zona montañosa de Bolivia). Los compradores de SA normalmente
monitorean si se está cumpliendo con el trato; por ejemplo, si se ha reducido la caza o la
deforestación de la forma en que se estipuló en el contrato. Si así no fuera, los pagos se
suspenden o se cancelan definitivamente (CIFOR, 2011).

You might also like